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I
OBJETO
II
EL FALLO APELADO. CRITERIOS ERRONEOS QUE
EXHIBE EL PRONUNCIAMIENTO SOBRE EL RIESGO
PROCESAL
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Luego de detallar la calificación legal que
fuera aplicada en el procesamiento de mi asistido -que
dicho sea de paso tiene una escala penal de uno (1) a seis
(6) años de prisión-, el fallo expone arbitrariamente las
siguientes cuestiones que paso a analizar:
(i) “…el artículo 319 del C.P.P.N.,… prevé
como riesgos procesales la posibilidad de elusión del
encausado de este proceso y de entorpecer la
investigación”.
La regla procesal citada establece mucho más
que lo señalado en el pronunciamiento.
En efecto, el Código de Forma, indica que solo
podrá denegarse la exención de prisión o excarcelación
cuando la (1) objetiva y provisional valoración de las
características del hecho, hicieren (2) presumir
fundadamente, que el mismo intentará eludir la acción de
la justicia o entorpecer las investigaciones.
En la resolución que se cuestiona no existe
una valoración objetiva y fundada, son absolutamente
arbitrarias las presunciones que construyen.
(ii) “De las constancias incorporadas surge
que Zannini aprovechando el cargo público que ejercía –
titular de la Secretaria Legal y Técnica de la Presidencia de
la Nación-, participó en la elaboración y puesta en marcha
del memorando de entendimiento suscripto con la
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República Islámica de Irán, en desmedro de los intereses
de los afectados y del esclarecimiento del atentado contra
la sede de la A.M.I.A., con la intervención de otros
funcionarios que dependían funcionalmente y la
colaboración de otras personas que mantenían relación
con autoridades de la República Islámica de Irán”.
Y agrega: “…habrá de valorarse la complejidad
que reviste la maniobra ilícita desplegada, particularidad
que permite evidenciar, de modo prístino, que tanto
Zannini como sus consortes de causa mantuvieron
relaciones con diversos sujetos, incluso a nivel
internacional -con ex funcionarios del gobierno iraní, que
en la actualidad permanecen prófugos-, circunstancias
que podrían implicar la existencia de vínculos para
obstaculizar la investigación, e incluso, su elusión ante la
aplicación de la ley penal”.
Es falso que se haya probado que mi
defendido participara en la elaboración del memorando.
Por otra parte, jamás tuvo vinculación con autoridades de
Irán, ni con ningún prófugo, ni con ciudadanos de ese país
Islámico.
Se equivoca el Magistrado cuando utiliza,
como indicador de riesgo, que mi defendido fue funcionario
público, pues esa condición fue valorada por la Cámara al
calificar el hecho como encubrimiento agravado –inciso 3
d) del artículo 277 del Código Penal), con lo cual resulta
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imposible utilizarlo como presunción para denegar su
excarcelación.
(iii) “La seriedad del delito y la eventual
severidad de la pena prevista para éste son factores que se
debe tener en cuenta para evaluar la posibilidad de que el
procesado intente fugarse”.
También la gravedad del hecho fue valorada
al calificarlo como encubrimiento agravado –inciso 3 d) del
artículo 277 del Código Penal), con lo cual resulta
imposible utilizarlo también dos veces, en este caso
también como riesgo procesal objetivo.
(iv) “(S)u intervención en el hecho sirvió para
superar todos los controles a los actos de gobierno que
tiene la Constitución Nacional pues era uno de los que
debían velar por la paz y la seguridad de la nación”.
El memorando fue declarado inconstitucional,
razón por lo cual debe decirse que es falso que haya
superado los controles constitucionales, como afirma el
fallo.
Pero además, nada tiene que ver con un
indicador de riesgo procesal. El delito que se le atribuye
consiste en ayudar a alguien a eludir las investigaciones
de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta -artículo
277 inciso a) del Código Penal-, es decir la acción típica no
puede coincidir con la presunción para restringir la
libertad de mí defendido.
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Adicionalmente, debe decirse, que el bien
jurídico protegido por los delitos en los que se califica el
hecho sub examine no es la paz y seguridad de la Nación,
pues fue especialmente excluida por la Alzada la traición a
la Nación.
El bien jurídico protegido es el normal o
adecuado funcionamiento de la administración pública,
razón por la cual debe descalificarse la construcción
efectuada en el pronunciamiento que se recurre.
(iv) “…(C)abe destacar que aún resta por
analizar en profundidad los correos electrónicos
secuestrados en el Ministerio de Relaciones Exteriores y
Culto de la Nación, que ascienden a ciento treinta y seis
mil ochocientos cincuenta y siete (136.857), y los
obtenidos de la Procuración del Tesoro de la Nación, que
rondan en un número cercano a los ciento veinte mil
(120.000). Lo mismo ocurre con las comunicaciones
realizadas entre las doscientos siete (207) líneas
vinculadas con las personas imputadas y los abonados
telefónicos con los que se comunicaron, aportado por la
DAJUDECO a fs. 8.252”.
La prueba se encuentra en poder del Tribunal,
no puede ser considerada prueba pendiente, sin perjuicio
que reste por someterla a los estudios de especialidad.
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Mal puede, entonces, mi defendido
obstaculizar la inclusión de una prueba que ya se
encuentra agregada al proceso judicial.
A consecuencia de ello, jamás podría ser
considerado esta circunstancia un riesgo procesal objetivo
que permita presumir fundadamente que obstaculizará la
investigación.
(vi) “…es posible sostener, que Carlos Alberto
Zannini, atento a sus vínculos, de continuar en libertad
podría entorpecer el accionar judicial, así como el
descubrimiento de la verdad y la posibilidad de que se
cumpla una sentencia condenatoria. En efecto, a poco que
se considere que este imputado y sus consortes de causa
permanecieron durante un prolongado período, en las más
altas esferas de influencia del poder estatal -y/o con nexos
con el mismo-, puede sostenerse, fundadamente, que
poseían determinadas capacidades que incrementan su
potencial (contactos, información privilegiada, medios
económicos y capacidad de acción) tanto para evadirse,
como para dificultar la producción de pruebas”.
Nuevamente no se trata de una valoración
objetiva. Las inferencias son del plano subjetivo, ajenas a
poder considerarse un riesgo procesal fundado y concreto.
(vii) “…debe mencionarse que el nombrado se
desempeñaba como titular de la Secretaria de Legal y
Técnica al momento en el cual hubo un incendio en la
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Casa Rosada que afectó el sistema allí instalado,
oportunidad en la cual se perdieron los registros de
aproximadamente ciento treinta mil (130.000) visitas
realizadas en el período investigado (fs. 5188 y 5258/60)”.
Mi representado no ha sido imputado de un
incendio intencional ni es responsable de ningún hecho
semejante.
Atribuir a esa circunstancia el carácter de
riesgo computable en contra de mí defendido, encierra
una verdadera arbitrariedad.
(viii) “…corresponde agregar los fundamentos
indicados por el superior al momento de analizar las
prisiones preventivas decretadas en el marco de la
presente causa, a los cuales me remito en honor a la
brevedad. Por ende, no habiendo variado las
circunstancias que ameritaron que la Sala Segunda de la
Excma. Cámara del Fuero confirme la prisión preventiva
dispuesta y en atención a las circunstancias apuntadas de
modo previo, entre las que se destacan las características
particulares del hecho que se le enrostra y el actual estado
de la investigación, configuran una desfavorable impresión
sobre sus condiciones personales y permiten concluir que
no habrá de someterse a la actuación de la justicia, por lo
que se encuentra consecuentemente fundada la
presunción de que intentará eludir el accionar de ésta;
como también de que la entorpecerá”.
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Nuevamente, son todas inferencias que
carecen de objetividad. Con solo reparar en que el Juez
señala que tiene de mí asistido “una desfavorable
impresión sobre sus condiciones personales”, puede
dimensionarse el grado de subjetividad y arbitrariedad de
la resolución que se recurre.
Sin dudas, se trata de una apreciación
“Lombrosiana” sobre mi asistido que jamás puede ser
tenida en cuenta como algo distinto a una consideración
claramente prejuiciosa y discriminatoria.
III
LAS RESTRICCIONES ESTABLECIDAS POR EL
CODIGO PARA NO OTORGAR LA LIBERTAD NO SE
ENCUENTRAN PRESENTES EN EL CASO SUB
EXAMINE
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Estos son los indicadores que deben ser
valorados para denegar la excarcelación de mi asistido,
pues nos encontramos ante una escala penal que permite
–sin alternativa- la soltura.
La ausencia de condenas de procesos penales
anteriores ni procesos paralelos, de capturas anteriores,
de declaraciones de rebeldía, y de adverso poseyendo mi
defendido residencia fija, sumado a que su
comportamiento durante el procedimiento, ya que se
presentó a la indagatoria, declaró y contestó preguntas, se
presentó en la comisaria antes de su detención, indica
claramente su voluntad de someterse a la persecución
penal, por lo que no cabe admitir la privación de libertad
dispuesta al no constatarse con fundamentos reales y
válidos que, conforme a su naturaleza cautelar, pueden
sustentar en calidad de medida de coerción legítima y
ajustada a la Constitución Nacional.
Ninguna de las referencias efectuadas en el
pronunciamiento recurrido, pueden ser considerados
válidamente como indicadores de riesgo, insisto, en un
hecho cuya escala penal permite la excarcelación.
V
EL FALLO SE APOYA EN PAUTAS GENERICAS SIN
APLICACIÓN AL CASO CONCRETO NI A PRUEBA
ESPECÍFICA. VIOLACION A LAS NORMAS DE LA
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CONSTITUCION Y A LOS TRATADOS
INTERNACIONALES
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al fondo de la cuestión judiciable, no evaluables en esta
instancia.
Debe ser probado si el sujeto, una vez en
libertad, intentará eludir la acción de la justicia o
entorpecerá la investigación. De no verificarse y
acreditarse adecuadamente tales presupuestos, debe
imponerse una alternativa a dicha medida de coerción.
La calificación legal no puede hacer ceder al
principio de inocencia, de lo contrario se estaría
imponiendo una pena sin juicio, lo que está vedado
constitucionalmente.
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preventiva debe ser la excepción y la fianza debe ser
concedida, salvo situaciones en que haya posibilidades de
que los acusados puedan esconderse, destruir pruebas,
influir en los testigos o huir de la jurisdicción del Estado
parte” (Comunicación n° 526/1993, “Michael y Brian Hill
c/ España”, rta. 2/4/97, en “Informe del Comité de
Derechos Humanos”, Vol. II, Asamblea General,
Documentos Oficiales, Quincuagésimo Segundo Período
de Sesiones, Suplemento n° 40, Nueva York, 1999, pág. 5,
reproducido en Investigaciones -2000-, Secretaría de
Investigación de Derecho Comparado de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, pág. 324). Pero tales
circunstancias deben ser probadas en concreto. Nunca
pueden ser presumidas.
En igual línea de pensamiento, el Tribunal
Constitucional de España, ha fallado que “Es reiterada
doctrina del Tribunal que la adopción de una medida tan
drástica como la prisión preventiva, además de partir como
presupuesto de la existencia de indicios racionales de la
comisión de una acción delictiva, ha de perseguir como
objetivo algún fin constitucionalmente legítimo que
corresponda a la necesidad de conjurar ciertos riesgos
relevantes para el proceso -peligro de fuga, obstrucción de
la investigación, reincidencia, etc.-” (Tribunal
Constitucional de España, sentencia del 14/9/98, n°
177/1998, en Investigaciones 1 (2000), Secretaría de
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Investigación de Derecho Comparado de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, pág.76).
Por tanto, el fundamento de una medida de
coerción sólo puede residir en el peligro de fuga del
imputado o el peligro de que se obstaculice la averiguación
de la verdad. Ninguna de estas circunstancias se ha
probado en esta causa.
Por su parte, la CFCP ha establecido que el
encarcelamiento preventivo no es admisible “...si esa
seguridad puede obtenerse de otro medio como la fianza de
cárcel segura, compatible con la libertad” (CNCP, Sala I, c.
n° 2749, “Vicario, Antonio Ángel”, rta. 14/04/00, con cita
a CSJN Fallos 7: 368; 16: 88; 54: 264; 64: 352; 102: 219;
310: 1835; 312: 185 y 317: 1838, entre otros).
Sentado ello, la ejecución de la prisión
preventiva, sólo puede ser legitimada como ultima
ratio. Por lo tanto, si existe una medida coercitiva de tipo
personal menos lesiva sólo esta será legítima. En función
de lo referido en este epígrafe, si no existe peligrosidad
procesal no hay elementos para justificar un encierro
preventivo.
La gravedad de la imputación no puede
fundamentar la prisión preventiva pues de lo contrario
esta última actuaría como pena anticipada. Ello está
prohibido por el principio de inocencia, el derecho a un
juicio previo y el principio de jurisdiccionalidad de la pena.
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3.- La jurisprudencia de la Cámara de
Casación
Los presupuestos de los que he dado cuenta,
han quedado debidamente plasmados en el plenario “Díaz
Bessone” (Plenario Nº 13 de la C.N.C.P del 30 de octubre
de 2008) en el que se decidió que “No basta en materia de
excarcelación o eximición de prisión para su denegación la
imposibilidad de futura condena de ejecución condicional, o
que pudiere corresponderle al imputado una pena privativa
de la libertad superior a ocho años (arts. 316 y 317 del
C.P.P.N.), sino que deben valorarse en forma conjunta con
otros parámetros tales como los establecidos en el art. 319
del ordenamiento ritual a los fines de determinar la
existencia de riesgo procesal”.
A partir de lo señalado en el plenario, y más
allá que el Código Procesal resuelve el caso, también mi
defendido debe ser excarcelado, pues no se ha probado que
el mismo pudiere eludir la acción de la justicia o
entorpecer la investigación.
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Otra de las razones que genéricamente se
aducen en el fallo es la existencia de pruebas pendientes.
El fallo asume arbitrariamente que de recuperar la libertad
mi asistido podría influir sobre las supuestas pruebas.
Pero no especifica el pronunciamiento cual
sería la prueba que no tiene, cuya producción fuese
pertinente.
La Cámara Federal ha establecido que “Debe
concederse la excarcelación…pues no se encuentran
individualizadas diligencias probatorias concretas cuya
eficacia puede ser garantizada sólo mediante la restricción
de su libertad, y no existen otras circunstancias que
permitan presumir que intentará fugarse o entorpecer el
regular curso de la instrucción” (CNCCF, sala II, “C., S.C.
s/excarcelación”, rta. el 22/06/2012; LA LEY 2012-D,
402). Estos parámetros resultan plenamente aplicables al
caso en tratamiento.
Debe tenerse en cuenta que la actitud que el
fallo presume respecto de mi asistido no encuentra asidero
en la prueba de la causa y no se condice con la actitud
asumida por mi defendido al anoticiarse de la existencia
del proceso.
5.- El riesgo procesal que se alega en el fallo
no está avalado en circunstancias concretas
El fallo invoca la posibilidad de que se realicen
acciones sobre pruebas que no individualiza. Tampoco
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exhibe en base a qué elementos en concreto presume que
mi asistido podría tomar la actitud que genéricamente
describe.
La jurisprudencia ha afirmado en casos
similares al presente que para imponer una medida
privativa de la libertad deben verificarse riesgos procesales
en concreto y que tales riesgos deben ser probados
acabadamente.
A tal respecto se ha dicho que “El encierro
preventivo de una persona sólo puede estar justificado
cuando su libertad implique un peligro cierto que impida la
realización del proceso o la aplicación de la ley sustantiva,
y en tanto se sustente en elementos que permitan acreditar
esos riesgos” (CNCCF, sala I, “De La Cruz Landeo, Félix
Anthony s/excarcelación”, rta. el 21/03/2013; La Ley
Online: AR/JUR/3424/2013).
En el mismo sentido se dijo que “deberá
evaluarse en cada caso concreto cuáles son los riesgos
procesales que podrían haber de recuperar la libertad una
persona” (CNCCF, sala I, “Cendón, Néstor Norberto”, rta.
el 08/04/2010; La Ley Online: AR/JUR/5977/2010).
VI
LA JURISDICCIÓN TIENE DETENIDO
ARBITRARIAMENTE A MI DEFENDIDO
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Puede observarse de los elementos de la causa
que la jurisdicción mantiene detenido arbitrariamente a mi
representado.
Mi asistido no registra condenas, no ha sido
indagado ni procesado en otras causas, no ha sido
beneficiado con otras excarcelaciones, tiene un domicilio
real constatado y fuertes motivos de arraigo.
Se encuentra probado que el día anterior a la
detención se presentó en la Comisaria de Rio Gallegos ya
que un automóvil particular lo seguía, oportunidad que le
fue informado que eran de la Policía Federal, ofreciendo a
quedarse en la dependencia si alguna restricción a la
libertad pesaba sobre su persona.
Las circunstancias descriptas anteriormente
han sido empleadas como criterios rectores por la
jurisprudencia a fin de evaluar la concesión de la
excarcelación. Mi representado cumple acabadamente con
tales requisitos.
Por más éxito que pueda revelarse
públicamente de la investigación del Gobierno que integró
y aun presagiándose que en algún momento se develarán
las responsabilidades del caso, todo se ve empañado por
la privación de la libertad de quien no tiene que estarlo.
El mantenimiento de la detención implica una
arbitrariedad mayúscula en tanto, como puede observarse
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de las constancias de la causa, no hay elementos concretos
que justifiquen su encarcelamiento.
Mantener esta prisión deslegitima y afecta al
sistema judicial y empequeñece cualquier logro obtenido,
por más importante que éste haya sido.
VII
ALGUNOS FUNDAMENTOS DEL RECURSO QUE SERAN
AMPLIADOS ANTE LA CÁMARA
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316 del Código de forma, en los que deben extremarse los
indicadores de riesgo.
(iv) No pueden ser reutilizadas como
indicadores de riesgo procesal, aquello que integra la
calificación legal, me refiero a los elementos del tipo, como
lo son las agravantes del encubrimiento -la severidad del
delito precedente y la condición de funcionario-, el estorbo
funcional o el incumplimiento de los deberes de
funcionario público, pues justamente son las que
determinaron la escala penal aplicable al caso.
(iv) La jurisprudencia citada para privar de
libertad a mi defendido es absolutamente inaplicable al
caso.
VIII
APLICACIÓN QUE SE PRETENDE:
CONCESION DE LA EXCARCELACIÓN
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Plenario nº 13, causa nº 7480 del registro de la Sala II del
Cuerpo, caratulada “DIAZ BESSONE, Ramón Genaro
s/recurso de casación”)
Así lo solicito, bajo la caución, condiciones y
reglas que se consideren pertinentes.
IX
RESERVAS
X
HABILITACION DE FERIA JUDICIAL
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En razón que el objeto de este recurso se
dirige a revisar el fallo que mantiene el encarcelamiento de
mí defendido y postula su libertad, entiendo que, a todo
evento, justifica la habilitación de la feria judicial del mes
de enero de 2018. Y así se peticiona.
XI
PETITORIO
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Proveer de conformidad,
Es Justicia
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