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O'Hara - Wayne:
McLintock (1963) de Andrew V. McLaglen y El gran Jack (1971) de George Sherman.
Ford - Wayne:
La diligencia (1939), Hombres intrépidos (1940), Nosotros fuimos los sacrificados (1945), Tres
padrinos (1948), Fort Apache(1948), La legión invencible (1949), Centauros del
desierto (1956), Misión de audaces (1958), La conquista del Oeste (1962),Un tiro en la
noche (1962), El hombre que mató a Liberty Valance (1962), La taberna del irlandés (1963) y
muchas otras en sus momentos más jóvenes.
Ford - O'Hara:
Qué verde era mi valle (1951).
Ford - Young:
El sol siempre brilla en Kentucky (1953).
Wayne - Young:
Piratas del mar Caribe (1942).
Pero adentrémonos en el mundo musical de John Ford con esta pequeña muestra que viene
también a resumir los escenarios en los que mejor se desenvolvió el director: el Oeste,
Irlanda y la segunda guerra mundial.
Rio Grande
En Rio Grande (1950) hay que diferenciar de partida dos vertientes en su acompañamiento
musical. Por un lado, tenemos las canciones y temas tradicionales, y por otro, el score de
Victor Young.
Atendiendo a lo que son canciones y temas tradicionales, sin duda hay que hablar de Stan
Jones, artífice de tres de las canciones originales. Stan Jones era un guarda forestal que se
presentó en Death Valley durante el rodaje de Los tres padrinosen 1948 y de esa manera
conoció a Ford y al actor Harry Carey Jr. Tal y como el propio Carey relata en el libreto del
compacto de la banda sonora de Rio Grande, Jones se presentó durante el rodaje de una
escena en la que John Wayne trataba de obtener agua de un cactus. El guarda forestal le dijo
a Ford que de esa especie de cactus nunca obtendría agua, a lo que Ford tozudo como era le
demostró al día siguiente que sí era posible, después de haber dejado toda la noche en
remojo el cactus que se utilizó en la escena correcta.
De estas tres canciones, interpretadas nuevamente por The Sons of the Pioneers, la primera y
tercera cuentan con la voz solista de Ken Curtis, un actor con una hermosa voz que a la
postre acabaría casándose con la hija de John Ford, Barbara, quien por aquel entonces
ejercía de editora y asistente de su padre. Ken Curtis era el líder The Sons of the Pioneers
tras haberlo dejado Roy Rogers, y el grupo se estaba convirtiendo en un gran grupo de música
popular, con un amplio repertorio de baladas del Oeste.
También aparece en el filme el éxito de Tex Owens, Cattle call, interpretada por él mismo,
canción que posteriormente harían famosa Eddy Arnold o incluso Elvis Presley con sus
interpretaciones.
Y por último también aparece otra canción, Aha, San Antone de Dale Evans, canción que
surgió en el último momento, y casi sin pensárselo Ford exigió incluirla en el metraje, por lo
que aparece cantada por los actores Ben Johnson, Harry Carey Jr. y Claude Jarman Jr.
El tema principal es de gran factura y se puede escuchar a lo largo del filme en diversas
variaciones. Y los temas descriptivos de acción demuestran cómo Young dominaba la orquesta
y sabía sacar provecho de ella. Sabe incorporar motivos musicales autóctonos para los
apaches, en otros momentos hay sonoridades chicanas por la proximidad de Rio Grande con
México, hay marchas marciales para la caballería y también un delicado tema de amor para el
reencuentro de la pareja protagonista.
Canciones con poesía por letra y música orquestal con hermosas melodías complementan esta
hermosa balada del Oeste que esRio Grande.
El hombre tranquilo
Con El hombre tranquilo (1952) se produce el reencuentro de estos cuatro en una nueva
producción de Republic Studios tras Rio Grande.
Es una lástima que si el lector no conoce la basta obra del gran compositor que fue Victor
Young, se lleve la mala impresión de que no sabía hacer otra cosa que realizar variaciones de
temas populares, pues tras Rio Grande, aquí con El hombre tranquilo, Ford exige a su amigo
Young que adapte temas populares irlandeses. Por ello de nuevo encontramos la canción I'll
take you home again, Kathleen y otros temas irlandeses muy populares versionados por el
sumiso compositor. Pero Victor Young fue algo más, fue un gran compositor con una prolífica
obra, muy versátil pues abarcó todos los géneros y estilos y fue un gran maestro de la
melodía.
Esta hermosa melodía brilla con todo su esplendor y con toda la orquesta en la escena en que
Sean Thornton (John Wayne) ve por primera vez a la pelirroja Mary Kate Danaher (Maureen
O'Hara) pastoreando las ovejas. No menos bella es la escena del beso en el cementerio bajo la
lluvia y con viento y truenos, en la que se retoma tan hermoso tema.
Si con Rio Grande podríamos haber hablado de la trompeta como instrumento protagonista en
una música marcada por la marcialidad y disciplina de la caballería norteamericana, aquí
con El hombre tranquilo el instrumento protagonista es el violín con gran capacidad lírica y
evocadora, un gran conocido del maestro, pues es un instrumento que desde los diez años
tocó a la perfección.
También su música supo retratar a la perfección el costumbrismo irlandés, la gente con todas
sus peculiaridades y contradicciones, y todo y a pesar de utilizar un tema no original, El
hombre tranquilo será recordada como una de las mejores partituras de los años cincuenta y
también una de las mejores de su compositor, Victor Young.
Escrito bajo el sol
Victor Young moriría en 1956 sin poder terminar China Gate, partitura que finalizaría su
amigo Max Steiner, y sin poder cerrar la trilogía que estamos comentando. Por ello,
para Escrito bajo el sol (1957), John Ford recurre al inexperto compositor Jeff Alexander.
Así pues, Ford vuelve a utilizar temas preescritos y como la ambientación en este caso es
militar, de la segunda guerra mundial, en el filme hay numerosas referencias musicales de
temas militares americanos.
En la película se escucha, y con razón, sobre todo el tema Anchors Aweigh (Levando anclas),
himno de la Marina de los Estados Unidos compuesto en 1906 por Charles A. Zimmerman, y lo
hace en varias ocasiones. Pero en el filme también se escuchan otros temas no originales,
marchas e himnos de guerra, música militar.
El tema principal que compone Jeff Alexander destaca por su facilidad en adquirir diversas
tonalidades en función de la intencionalidad que se le pretenda dar. Tema camaleónico que
igual se carga de metales en los momentos más espectaculares (como ocurre en los títulos de
crédito), que igual puede pasar a ser tierno y melancólico en los momentos más intimistas,
ayudado por los violines. También puede convertirse en vaporoso, angélico e idílico cuando
Spig recuerda en su retirada los mejores momentos vividos en su matrimonio (no en la
armada, sino en su vida familiar y en pareja).
Igual de desgarrador se torna el tema que se escucha cuando tras su visita al hospital, Min se
marcha rota tras las palabras de ruptura de Spig.
Las pocas escenas de acción del filme no contienen música. Ford y Alexander reservan la
música para apoyar los momentos dramáticos que afectan a Spig, o a la pareja formada por
Min y Spig. Es como si ambos quisiesen insistir en que no se trata de un filme bélico, sino más
bien intimista, que en definitiva es lo que es.
El mayor pero que se le puede poner a la composición de Jeff Alexander para Escrito bajo el
sol es su poca variedad temática, pues prácticamente se reduce a un solo tema, con muchas
variaciones y algunos otros cortes para destacar momentos dramáticos muy puntuales.
Con este monotemático desarrollo musical de Escrito bajo el sol finalizamos esta
aproximación a esta falsa trilogía, en la que de no haber sido por el fallecimiento de Victor
Young se hubiesen encontrado cuatro genios, cuatro grandes autores del cine.