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344 REVISTA GLINIGA ESPAÑOLA 15 septiembre 194Q

especial sobre el intestino, determinando un como debido a una ill.l-erfunción hipofisaria con
aumento del peristaltismo y, finalmente, la eva- secreción excesiva de las hormonas del lóbulo
cuación. Una vez que se suprimió la lactancia, posterior. que actúan sobre la musculatura lisa
remitió rápidamente el cuadro. Por la descrip- y que determinan una hipermotilidad intestina¡'
ción que la enferma nos hacía de su sintomato· y finalmente la defecación tras la iniciación 、セ@
logía, recordamos su similitud notable con la cada tetada.
que presentan los enfermos de diabetes insípi- Es posible que ya la enferma tuviese cierta
da, a los que para su tratamiento se les inyec- predisposición para la reacción contráctil de la
taba pituitrina. No podemos pensar que el cua- musculatura lisa o quizá hipersecreción de oxi-
dro de la enferma se debiera a un efecto de con- tocina, pues las crisis de hipocondrio derecho
trashock con descarga simultánea de adrenali- que la enferma había presentado con anteriori-
na, pues a más que no existía sintomatología de dad sin ictericia, acolia u otros síntomas de
nerviosismo, inquietud, etc., que nos indicase la ol::strucción pudieron ser igualmente debidas a
uresencia de adrenalina, se hubiese disminuido Ja acción de dichas hormonas.
-si así fuera-la secreción mamaria. Por otra
parte, la sintomatología intestinal no habla a HIBUOGRAFIA
favor de una elevación de la cifra de adrenalina,
BF.RBLI セerN@ Schw. hiediz. \V oc h .. 133. 1940.
puesto que actúa en el sentido de decreción del bイNョ」ZセiaxL@ :>.!r.tn.'::i y Tcn:o;n.- Endoct·inology, 26, 716, 1940
tono intestinal, aunque hoy sabemos que un DESCLIX. C. R. Soc. Blol. Parls, 134. 267, 1940.
DESCLtX. ·Endocrinolo¡:y, 40, H. 1947.
músculo liso sensibilizado por la oxitocina pue- ELY y PEnmsr.x. Citados por F01.u;L
FOILEY. Bol. Med. Brit., 5. lf>2. 1948.
rle reaccionar de modo anómalo a la adrenalina Fot.t.F:Y y Yotr.-:c:.-Lnn{'(•t. 1, 380. t9H .
en el sentidg de contracción en lugar de rela- G.\tXES.-Amer. J. PhyRiol.. 38, 285. 1915
HAROLO.-Citado por FO!.t.F.Y.
jación, que es lo normal en estos casos. Ixr.FLnRECHT.- C. R. Soc. Biol . Pnl'l!<, 120. 1.369. 1935.
KEIFER. - Bull. Acad. Roy. Med . Bell{lqul', !\, 84, 1940.
セヲar￳クNMbッャ@ Inst. Pat. Méd .. 2, rO, IIH7.
hfiXNEJR y tオョZM[イN M ャGセョ、ッ」イᄀNZケ@ 31. 3·15. 191:!.
:--:m.<;o:-:.-Amer. J. pィケセゥッャN L@ 133, 397, 1911.
0RTIZ DE LA!>.'DÁZCRI, HI <:UF.R A y MonA . Rc,·. Clln EAp., 2\
3'7, 1947.
Se hacen algunas consideraciones sobre la se- ÚRTIZ DI': LAxoAzunr t' Ht mlr.rt.\ . -Rcv. Clln. E!<p., 32. 231.
creción láctea y los factores que la influyen y fi- 1949.
SELYE. Amer. J. Phvsiol., 107, r,3,'i, 1934.
nalmente se ha tratado de interpretar este caso Sm.YE, COL!,IP y tioセAsx NM eョ\ャッ」ᄀᄋゥオァL ᄋL@ ¡e;; n7. 1934.
Tcnxr.n En Allcn: St'x nncl inter·nnl · JH•crt'lion . London,
-reflejo de defecación al iniciarse la tetada- 1939

RESUMEN TERAPEUTICO DE ACTUALIDAD

LA DIETA, LOS DIURETICOS Y EL REPOSO óptimo, lo que representa no sólo un ahorro de me·
COMO COADYUVANTES EN EL TRATAMIENTO dicamento, sino además un alejamiento de las dosis
DE LA ASISTOLIA elevadas totales, que exigen siempre una カゥァャ。ョセ@
más directa y cuidadosa. En segundo lugar, gracias
J. VARELA DE SEIJAS AGUILAR a esta asociación, el efecto clínico se logra con ma·
yor rapidez, lo que en una medicación que bien pue·
Di1·ector del Sanatorio Antituberculoso de San Rafael. de calificarse de urgente, decisiva y salvadora, 」ッj_セ@
Cllnica Médica del Hospital Provincial. la digitálica lo es en la mayoría de los casos, encie-
Profesor: C. JIMÉN.flZ DIAZ. rra una considerable importancia. Finalmente, esta
combinación terapéutica permite una más larga c?n·
servación de la compensación, lo que lleva consigo
Siendo los medicamentos de acción digitálica acti- un manejo más fácil y suave de Jos digitálicos Y セョ@
vísimos y de indicación absoluta en el tratamiento alejamiento de las recaídas en estados de asistolia.
de la asistolia, bien se admita que actúen primaria- lo que debe procurarse por todos los medios, da?os
mente elevando la energía de la fibra contráctil, los graves efectos secundarios que estos estados e]ef·
como defienden CATTEI, y GoLD, bien lo hagan elec- cen sobre el propio corazón (trabajo excesivo ・ セ@ 」ッセ Z@
tiva y primariamente, descendiendo la presión veno- diciones deficientes, mala oxigenación coronana, Nセ@
sa por dilatación de las venas, como quieren Ho- cétera) y soLre el resto de la economía (faciHt:acJOD
WARTH, SHARPEY-SHAFFER, McMICHAEL, etc., el he- ce trombosis e infartos pulmonares, de ゥ ョヲ ・」ゥo ョ ・ウセ@
cho es que en la clínica deben asociarse a otras me- etcétera), todo ello aparte del riesgo inminente qu
tiidas coadyuvantes si se desea obtener de ellos todo representan para la vida. . ¡¡;
el partido posible. En efecto, la asociación de la Las medidas coadyuvantes a las que nos venuny
medicación digitálica, a las medidas que vamos a refiriendo son bien sencillas, a pesar de lo cual,
exponer a continuación, tiene importantes ventajas, de que sus fundamentos han sido ウ・ョエ。、セ@ ィ。セエゥ@
la primera de las cuales es la disminución de la do- bastantes años, no han entrado de modo s1st: apli·
sis total digitálica necesaria para obtener un efecto en la práctica corriente o no son correctamen
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toセi@ XXXIV TRATAMIENTO DE LA ASISTOLIA 345


NúMERO 5

radas. Todavía se vive con bastante frecuencia; por dándose sobre todo de la administración suficiente
ejemplo: el hecho de un asistólico de compensación de vitamina B, cuya subcarencia larvada puede con-
vacilante y de taquicardia permanente aun en re- ducir también a torpidez en la resolución de edemas,
poso, al que basta suprimir el aporte de sodio, no derrames y dilataciones cardíacas. Personalmente,
mediante la instauración genérica de un cualquiera hemos tenido ocasión de observar un caso de asisto-
"régimen sin sal", sino mediante la técnica que luego lia en un alcohólico, en el que las intensas curas de
expondremos, para que rápidamente se instaure, sin digital y de diuréticos mercuriales eran inoperantes
más medidas, un estado de compensación satisfacto- y al que bastó una vez establecido el diagnóstico de
rio y desaparezca la taquicardia. beri-beri nostras, por la ana'Jlnesis y la objetivación
Todas las r epetidamente aludidas medidas coad- de signos de neuritis, etc., la administración durante
vuvantes tienen como finalidad última reducir la una semana de 100 mgs. diarios de thiamina para
presión elevada en el asistólico a sus límites óptimos. la resolución completa del cuadro. Se procurará
Es bien sabido que la presión venosa es la que obli- también asegurar un buen aporte de hierro para
ga al ventrículo a una determinada dilatación para ::ombatir la a nemia hipocrómica, existente. con cier-
cada volumen de r eplección, dependiendo la energía ta frecuencia en los asistólicos, y entorpeciente de
de la contracción precisamente del grado de dilata- )a compensación, bien como consecuencia de la in-
ción diastólica (ley de Starling). Existe, sin embar- fección cr ónica r eumática, existente en el fondo de
go, un límite a las posibilidades de dilatación eficaz un 60 por 100 de las cardiopatías conducentes a la
\·entricular, o lo que es lo mismo, hay una presión asistolia, bien producto indeseado de sangrías r epe-
de replección óptima, pasada la cual la aurícula, di- tidas.
latada en exceso por la elevada presión venosa, des- Fundamental a efectos dietéticos es que la dieta
pierta un reflejo (reflejo de Bainbridge), en cuya sea de cenizas ácidas. Una dieta de esta clase favo-
vitud el corazón trata de desembarazarse del exceso rece la acción de los diuréticos mercuriales de una
ele sangre que le anega, aumentando el número de parte, y de otra, es de por sí misma diurética al pro-
sístoles por minuto. Se establece entonces la taqui- vocar, para equilibrar este ingreso de valencias áci-
cardia, mecanismo poco económico para el corazón y das, una solicitación constante de la base del plas-
de repercusión desfavorable sobre la circulación co- ma. Esta es la razón por la que dietas muy usadas
ronaria, por lo que se origina un círculo vicioso en anteriormente, pero cuyo fundamento eran alimen-
el que la progresiva ineficacia cardíaca aumenta la tos vegetales, como la dieta de patatas de SALOMON,
presión venosa y ésta a su vez da lugar a una mayor o la de frutas de GROTE, e3tén proscritas en la ac-
taquicardia. La salida de esta situación sólo es po- tualidad de un modo absoluto. En su sustitución
sible por tres mecanismos: o se aumenta la energía existen en la actualidad un gran número de dietas
contráctil de la fibra muscular para una misma di- que cumplen las condiciones que hasta ahora lleva-
latación (mecanismo clásic3.ID.ente admitido de ac- mos expuestas. Cualquiera de ellas es apropiada,
ción de la digital), o se hace descender bruscamente pero conviene que el clínico se habitúe a emplear
ia presión venosa (acción de la sangría, a la que los siempre una determinada para estar familiarizado
investigadores ingleses cita dos anteriormente, y que con su efecto. Desde que leímos el trabajo de CAs-
no creen que la acción digitálica se ejerza primaria- TEX y BATTRO, venimos empleando la dieta llamada
mente sobre la fibra cardíaca, equiparan el efecto hipomineral por estos autores, y de la que esta-
digitálico), o por último, se desciende la presión ve- mos muy satisfechos. Esta dieta, además de ser rica
nosa de modo menos dramático, pero más eficaz y en proteínas y de cenizas ácidas, tiene la propiedad
continuado, mediante el uso de los medios coadyu- de ser muy pobre en sales, y en especial en sodio,
vantes que vamos a continuación a exponer; a sa- otra característica imprescindible en las dietas de
ber: la dieta, los diuréticos y el reposo. los asistólicos. Deb e tenerse presente a este respecto
que la dieta normal suele r epr esentar un ingreso
I. LA DIETA. de 5 grs. diarios de sodio ; cuando se instituye una
dieta "sin sal" sin más indicaciones, es decir, dieta
La dieta del asistólico debe ser de poco volumen preparada sin adición de sal en la cocina o en la
para evitar que la elevación subsequente del dia- mesa, lo único que se hace es reducir es te in!!reso
fragma r eduzca la capacidad vital, ya disminuida a 3 grs. diarios, puesto que muchos alimentos llevan
por el estasis pulmonar. Asimismo, debe ser pobre sodio en abundancia; si se establece la dieta de Ka-
en calorías, puesto que una comida meramente nor- rrell, ello significa un aporte, en dieta de hambre,
mal produce un aumento del trabajo cardíaco equi- de 1 gr. diario de sodio. Por lo tanto es necesario
valente al 25 por 100 de la actividad cardíaca en re- escoger dietas formadas por alimentos ' en cuya com-
poso. A pesar de poseer una intensa acción dinámico- posición intrínseca el sodio entre de modo muy es-
específica (pues todo lo que conduzca a un aumento caso o nulo. La dieta de Castex y Battro, que reúne
rl.el metabolismo debe evitarse, ya que ello lleva con- estas condiciones, consiste en la administración de
si.go オセ@ mayor esf';lerzo circulatorio), debe ser la hrroz, macarrones. harina, huevos, pollo, nata, man-
d1eta. nca en protemas, pues un aporte apropiado tequilla, ciruelas, pasas y un aporte adicional de vi-
col}-tnbuye a reparar las pérdidas de proteínas san- taminas. Es necesario que esta dieta hipomineral
gumeas, frecuentes en enfermos asistólicos sobre sea impuesta desde el primer momento. Por sí sola
todo si son カ■」セゥュ。ウ@ de infecciones tórpida; y lar- disminuye la presión venosa, y por ende la hepato
gas, o de. イ・ー ・ 「、セウ@ paracentesis o toracocentesis, y y la cardiomegalia, la disnea, el metabolismo, los
a cG[jセ。@ ィQーッイエ・ュセゥ。@ hay que achacar la respon- edemas y derrames serosos, aumenta la diuresis y
sabilidad de la cromficación, en muchas ocasiones, mejora la capacidad vital. La causa de estos efectos
、セ L@ los derrames serosos y de los edemas. Es tam- tan deseables en el asistólico, y cuya cuantía sor-
bien recomendable esta alimentación proteica, apar- prende al que no está acostumbrado a comprobarlos
te de , P_Or su poco volumen y grandes condiciones frecuentemente, es la pérdida por la orina del sodio
セョ・イァエャ」。ウL@ ーセイ@ conducir a la acidificación del medio ión hidropígeno por excelencia, sin que dado el ・ウ」。セ@
mterno, N」オケセ@ Importancia veremos después. La die- so aporte que representa la rlieta estas pérdidas
ta del asi&tóhco seré. también rioa en vitaminas, cui- puedan ser repuestas por vía oral.
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REVISTA CLINICA ESPAiVOLA 15 seoptiembre 1949


346

El papel que el sodio juega en la asistolia ha sido car esas violentas sobrecargas, sino sencillament
discutido en los últimos tiempos. WARREN y AUSTEN, dejando al enfermo que beba cuanto quiera. e
por ejemplo, creen que la anoxia renal, a suponer Posteriormente, los estudios de WOLF han permi.
como consecuencia de la asistolia, daría lugar a una tido comprender mejor las bases científicas de estas
retención electiva del sodio al perder el riñón la ca- <1ietas y sentar con exactitud la mejor proporción e
pacidad de concentrarlo. Esta disminución de la ca- las ingestiones respectivas de agua y sal. Este auto:
pacidad de concentración de sodio, condición según con GoRHAM, LES;'ER y ScnuLTZ, observó que cuan:
estos a utores primaria y desencadenante del resto do se da a los ammalcs y al hombre, por ingestión
de las manifestaciones clínicas de la asistolia, ha una cantidad cualquiera de una solución de una sal
sido realmente demostrada con pruebas de sobrecar- cuya concentración sea inferior a la de los 15-20 mi-
ga por SCHROEDER. En la opinión de estos autores, liequivalentes por litro (lo que llaman ellos el M r
pues, lo primero sería la retención de sodio, y lo se- C., "minimal isorreic concentration"), se ーイッカセ 」セ@
cundario, el aumento del volumen sanguíneo, la apa- una eliminación en exceso de dicha sal, si existe
rición de edemas y el aumento de la presión venosa. naturalmente, en el organismo, sobre la cantidad
P or el contrario, otro grupo de autores piensa que administrada. Pero si la solución lo es de una sal
el primer signo de la asistolia sea el aumento de la nno de cuyos comnon<'ntes es, como el sodio im:
presión venosa, siendo el resto de la sintomatología prescindible para la vida, se produce como ヲ・セ￳ュᆳ
secundario a este hecho. La aparición de edemas no ahorrador de sal una sobrc<'Iiminación de líqui-
como consecuencia del aumento de la presión veno- do. Por ello, toda combinar.ión de aporte de sal y
sa, mecanismo no seguro desde que se sabe que la de su agua. que en resumen dé lugar a un M. r. c.
ligadura de la vena cava inferior no da lugar a ede- inferior a los 15 miliequivalenles por litro, :>rodu.
mas de las extremidades inferiores, originaría una eirá diuresis abundantes y dará lugar, si existen, a1
hemoconcentración, que sería realmente la respon- vaciamiento de los <'demas y derram<'s serosos. Esta
sable de la r etención de sodio en el organismo por proporción se consigu<' en la práctica dando 2 gr.
escasez de la suficiente cantidad de líquido en el fil- de sodio y tres litros de agua. Esta cantidad de Jí.
trado glomerular, que lo vehicule en la cuantía apro- quido es, sin embargo, un poco elevada, porque
piada. Sea, pues, finalmente cualquiera el punto de aunque se administre en forma dt' tisanas, los en·
vista que se adopte, lo evidente es que el asistólico fermos la toman con r epugnancia, dt' modo que pue·
r etiene sodio, y que este sodio retenido en exceso de rebajarse, rebajando asimismo la cantidad de so-
cierra o inicia el círculo vicioso de la sintomatolo- dio. Reproducimos d<'l trabajo d<' WoLF algunos
:;ia asistólica. Puesto que el riñón del asistólico tra- ejemplos, que ayud<'n t'n cadn caso a hacer los cálcu·
baja en hipostenuria, según ScHRoEDER, o aun con- los oportunos.
centrando bien, es incapaz de desembarazar al orga-
nismo del exceso de sodio, dado la pequeñez del vo- 4 gr. de Na 68 m t•qui --20 f'Q . ·1om ('q
lumen de orina, es evidente que la administración de
líquido en abundancia permitirá una mayor elimi- 10 litros H ,20 10 litros 10
nación de sodio por el emunctorio renal.
De estas pr emisas han surgido las nuevas técni- 2 gr. de Na 34m. cq.-20 m. eq. 14 4,6
cas de administración de líquidos en abundancia en
la asistolia, técnicas que por el contraste a la r educ- 31. de H ,20 3 litros 3 1
ción de líquidos aún practicadas por muchos clíni-
cos, bien pueden calificarse de revolucionarias. En (Los 20 m. eq. que se r estan, corresponden a la
efecto, es fácilmente comprensible que una sobre- pérdida calculada diaria de Na por el sudor y las
carga acuosa provoque la pérdida de grandes canti- heces.)
dades de sodio, puesto que el agua bien administra- Las investigaciones de WOLF tienen la considera·
da ni puede eliminarse sola por el riñón ni puede ble importancia práctica de liberar simultáneamen·
acumularse en parte alguna del organismo si simul- te al enfermo, tanto de la atormentadora sed de las
táneamente no se da la cantidad apropiada de sodio, dietas r estrictivas como del s uplicio de la ingestión
puesto que el agua, para establecerse en el organis- forzada de líquido (y de sus peligros cuando se ィ。セ・@
mo, necesita imprescindiblemente estar unida a este por vía parenteral ) . N o será, en efecto, ョ 」・ ・ウ。イセッ@
i ón. Así ha sido demostrado por LEEVY, STRAZZA y forzar el ingreso de agua más que cuando simulta·
SCHROEDER, que bajo la supresión de la sal la sobre- neamente a la asistolia Pxista sepsis, uremia, ウオ、セᄋ@
carga acuosa no a umenta el trabajo cardíaco, ni la ración o diarreas profusas, se administren sulfanu·
p_resión venosa, ni ウセ@ 、ゥャオケ・セ@ las proteínas plasmá- das, h aya tendencia a la trombosis o el sujeto se
ticas. Fueron estas Ideas pnmeramente concebidas deshidrate. P ero son además importantes, porque
por él las que condujeron hace unos años a ScHEMM gracias a ellos, después de unos nrimeros días de セオᄋ@
a establecer su dieta de sobrecarga acuosa, sobre- presión absoluta de la ingestióñ de sal, lo que be·
cargas llevadas al extremo de utilizar la vía paren- ne la ventaja de provocar la deplección de los de·
teral con cantidades diarias de hasta lO litros. Con pósitos, es posible administrar una cantidad 、セエ・ᄋ@
esta dieta se conseguían efectos aparentemente pa- minada de sal en proporción a la ingestión de ャアセᄋ@
radójicos, como la desaparición de los edemas y de- dos, con lo que sin m engua de la prosecución de 8
rrames serosos, por el empobrecimiento en sodio que diuresis, se evita la aparición de los sign?s de ・セ@
llevan consigo las diuresis copiosas, coincidentes con r encia de sal, a los que se llegaría ゥョ、 ・ ヲ・」エNᄀ「ャ セ ⦅ュ・|@
una mejoría del est ado general del enfermo, liberado de proseguir indefinidamente con la r estncciO?, a 8
de la atormentadora sed impuesta por los regímenes soluta d el sodio. Deben, pues, prestarse atencJonfi·
de restricción en uso anteriormente. Sin embargo, la a parición de estos signos de falta de ウセN@ que,rsi·
las comprobaciones hechas posteriormente por NEw- nalmente, pueden conducir a condiciones ¡rreve Jo
MAN y STEWAR, así como por WHELWER, BRIDGES y bies, cuyo único término posible es la ュオ ・ セエ・N@ Po;hi·
\VHITE, indicaron que los mismos efectos se obtie- tanto, se evitará la aparición de una ・ク」セウ Qカ。@ d;aJta
nen sólo con la dieta sin sal sin necesidad de provo- dratación, que da lugar a disionia, urem1a p0r
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Tolto XXXIV
:\"lnflo:RO 5 TRATAMIENTO DE LA ASISTOLIA

de sal, psicosis, astenia, excitabilidad, calambres y nistración intravenosa de diuréticos mercuriales


finalmente a destrucción celular, con paso del po- obedecen a otras causas, que después ゥョ、」。イ・セッウN@
tasio al medio extracelular. Por otra parte, los diuréticos mercuriales actuan
impidiendo la reabsorción tubular del agua y de las
II. DIURÉTICOS. sales, por un mecanismo puramente local, como ha
demostrado GowAERTS elegantemente, al comprobar
La dieta sosa es, como acabamos de ver, diuréti- que la diuresis provocada por la colocación intrarre-
ca por sí misma. También lo es la dieta ácid2;, 9-ue nal de mercurio continuaba aún después de haber
obliga al organismo a desprenderse de base sodiCa, sido transplantado ese riñón a otro animal. La no
puesto que los ácidos no pueden ・ ャゥュ⦅ョ。イセ ・@ N」ッュセ@ ta- acción tisular del mercurio ha sido, por otra par-
les sino combinados en sales. La d1 eta ac1da tiene te, demostrada por SPHULER, WIESINGER y セilL@
。、セュ£ウ@ como ventaja la facilitación de la diuresis comprobando que, en contra de lo supuesto anterwr-
mercurial, puesto que los compuestos mercuriales mente, los diuréticos de esta clase disminuyen el
desprenden con mayor facilidad el mercurio en un volumen del plasma circulante y a umentan el va-
medio ligeramente ácido. Tan esto es así, que, como lor hematocrítico.
es sabido, se procura provocar artificialmente aci- La cuestión de la dosificación de estos medica-
dosis en el organismo, con miras diuréticas, me- mentos es muy interesante, pues si puede admitirse
diante la administración de sales, que, como el clo- con GoLD que su uso racional representa el mayor
ruro amónico. pierden el radical amonio en el me- progreso realizado en el campo del tratamiento de
tabolismo nitrogenado, dejando libre el cloro. Este la asistolia en los últimos veinticinco años, ello es
cloro se une inmediatamente al sodio del plasma, a dmisible, siempre que se administren desde el prin-
provocándose una eliminación renal de cloruro só- cipio, simultáneamente con la digital , y no después,
dico, lo que significa una disminución de la base del cuando se estima que su acción es poco brillante, y
plasma y un arrastre proporcionado de agua. Nor- que su acción se sostenga el tiempo necesario, me-
malmente este empobrecimiento del organismo en diante la &dministración continuada del medicamen-
sodio es evitado mediante la protectrización amo- to, diariamente o en días alternos. Debe abandonar-
nioformadora del riñón. El amoníaco así formado se, en efecto, la idea de la alta toxicidad de estos
se liga al cloro, dando l ugar a la eliminación de preparados o la de que r esultan muy lesivos para
cloruro amónico, con reintegración del sodio al plas- el riñón. Se conocen casos en la literatura de ad-
ma. En el asistólico, sin embargo, por efecto de la ministración continuada durante meses, de modo
anoxia renal, esta función es más perezosa que de diario, sin la aparición de síntomas morbosos. Por
costumbre, de tal modo, que en las primeras horas otra parte, GoLD los administra no sólo a los he-
de la administración de cloruro amónico se produce páticos cuya tolerancia es bien conocida, sino a los
una pérdida de cloruro sódico, que sólo al segundo mismos nefríticos, sin que h aya tenido que lamen-
día de administr ación es fuertemente r educido por tar consecuencias desagradables. Desde luego, la al-
la puesta en marcha de la formación de a moníaco. buminuria cianógena renal de los asistólicos es una
Por ellú carece de sentido administrar el cloruro indicación imperiosa de su empleo.
amónico, como es frecuente que se haga todavía, a No son, sin embargo, a efectos diuréticos, siem-
dosis altas y durante varios días. Con ello no se pre las dosis m ás altas, las más eficaces, por lo que
hace más que excitar la formación de amoníaco por es necesario en cada caso tantear la dos is más apro-
el riñón. En cambio, s i se dan dosis altas por breve piada. La dosificación oscila entre 1/ 4 de c. c.,
tiempo, con intervalos de descanso superiores, se cantidad ideal para WHITE, y 2 c. c., siendo gene-
pueden conseguir pérdidas de sodio y de agua muy r almente las más corrientemente empleadas las de
apreciables. Esta . técnica evita además la posibili- 1/ 2 y 1 c. c. A veces la adminis tración dia ria de 1/ 4
dad de que por estar completamente anulada la ó de 1/ 2 c. c. produce diuresis abundantes de modo
función amonioformadora, se produzcan por la ad- cons tante, más de desear que la producción inter-
ministración continuada de cloruro a mónico pérdi- mitente de diuresis muy copiosas, con sus peligros
das catastróficas de sodio, que pueden dar lugar a inher entes de deshidratación y de disionia, con ma-
accidentes irreversibles de acidosis extrema y di- nifestaciones clínicas precoces de sequedad de len-
sionia y deshidratación. La misma técnica es la elec- g ua, náuseas, vómitos, postración y cólicos abdo-
tiva cua ndo lo que se quiere es simultáneamente fa- minales.
vorecer la acción de los diuréticos mercuriales. Pues- Debe conocerse la existencia de personas con idio-
t o que la acción de éstos empieza entr e una y cua- s incrasia al mercurio, que se manifiesta desde la
tro hor as de su a dministración, y dado que la ab- primera inyección con la aparición de escalofrío,
sorción del cloruro amónico está completada a las fiebre, urticaria y opresión precordial. Por ello,
tres o seis horas de su ingestión oral , lo mejor es dar frente a un caso nuevo, convendrá iniciar la medi-
2 gr. de cloruro amónico cada dos horas, entre cación a dministrando primero 1/ 4 de c. c., que se
seis y ocho horas antes de la inyección del mer ·
curial. completará a las doce horas con otra dosis igual, si
no ha apareciclo ningún s ig n0 patológico.
La pretendida necesidad de r etrasar la adminis-
tración del diurético mercurial hasta que se haya Los casos de muerte tras inyección intravenosa de
alcanzado un estado suficiente de compensación car- un diurético mercurial, comunicados por KAUFMANN,
díaca, como fué セョエ・イゥッュ@ supuesto por algu- y ¡:;or W EXLER y ELLIS, así como los de VALINT,
n?s !-Ll:'tores, fund.andose en la hipótesis de que los LEWIT y MARTIN, en los que se pudo comprobar elec-
dmretlcos mercunales actuaran a través de una dis- trocardiográficamente que la causa de la muerte
minución del poder oncótico de las proteínas san- era la fibrilación ventricular, han hecho que en la
guíneas, lo アセ・@ daría lugar a una hidremia, capaz, actualidad esté completamente proscrita la vía in-
con un ventr1culo izquierdo insuficiente, de dar lu· travenosa para la administración de los mercuria-
gar a la producción del edema agudo de pulmón, les, utilizándose en su lugar electivamente la vía in-
se ha mostrado co.mo totalmente errónea. Hoy sa- tl·a muscular, cuyo único inconveniente es la posibi-
セ@ アオセ@ los ft.Oei&ntea provocados por la a.dmi· lidad de su escasa absorción, en los casos en los que
existe intenso ana3arca. La vin intramuscular es su-
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REVISTA CLINICA ESPAÑOLA 15 septiembre Q セ@


348

mamente eficaz en el 90 por 100 de los casos .. Si se pensar que estos medicamentos deben reservarse
quiere espaciar las inyecciones, pueden combmarsc sólo para los casos de grandes edemas y anasarca
con la administración oral (GOLD), eficaz en un 60 Toda insuficiencia cardíaca, aun en el período pre:
por 100 de los casos, pero con el inconveniente de vio de la aparición de edemas, se beneficia extra.
que esta vía tiene una mayor facilidad para Qセ@ ーイセᆳ ordinariamente de su empleo. Pocas acciones tera-
ducción de intoxicaciones. La vía rectal es mas efi- péuticas son tan brillantes como la que ejercen es-
caz que la oral y menos que la ゥョエイ。ュオウセ⦅ャL@ セ・イ⦅ッ@ los medicamentos en los casos de insuficiencia iz.
tiene el inconveniente de producir con fac1hdad Irri- quierda, anenas con edemas. La tos, la ortopnea
tación de la mucosa rectal, cosa digna de エセョ・ウN@ la disnea de esfuerzo, los ataques de asma cardial
en cuenta dada la frecuencia con que los aslstoh- desaparecen rápidamente, mediante la administra-
cos ー。、・」セョ@ simultáneamente de hemorroides. ción diaria de 1/ 2 c. c. de un preparado mercurial.
El caso de la estenosis mitra! pura es también muy
Inconvenientes propios de todas las vías son la demostrativo. En esta valvulopatía la sintomato-
aparición de sensibilidad al mercurio, que puedc des- logía no es debida al agotamiento de la fuerza con-
arrollarse con el uso de estos medicamentos. Esta
sensibilización empero retrograda espontáneamente tráctil del miocardio, o a desproporción frente a las
con el abandono pasajero de la medicación, ウゥ・セ、ッ@ necesidades. El conflicto es puramente mecánico, y
un buen signo, que indica la posibilidad de rems- zando precisamente ャセ@ energía del ventrículo derecho, lan-
taurar el tratamiento, el resultado de la prueba de sangre contra una puerta demasiado estrecha,
contacto, que debe, por lo tanto, ・クーャッイセウ@ pl' - favorece el acúmulo de sangre en el círculo menor
riódicamente en estos casos. Otro inconvemenle ge- de lo que sobreviene la fácil disnea, la taqu icardia,
nérico de los diuréticos mercuriales es la apari- la facilidad de hemoptisis, la tendencia al edema
agudo de pulmón, etc. T odos estos síntomas y otros
ción de síntomas de intoxicación digitálica, que pue-
den provocarse, por la movilización, en caso de gra- no mencionados, como la tos, no sólo no mejoran
ve anasarca de los edemas cargados de la digital ad- sino que aumentan cuando se administra digital,
ministrada 'en los días anteriores. Es obvio natu- pero, en cambio, ceden teatralmente cuando se ins-
ralmente que si los diuréticos se administran co- taura un régimen sin sal y una administración con·
rrectamente, desde el primer día, simultáneamente tinuada de un diurético mercurial.
con la digital, este inconveniente no existirá. Los éxitos del tratamiento por diuréticos mercu·
riales que han desplazado de la terapéutica medidas
Los diuréticos mercuriales fracasan, dada su ac- tan clásicas como los purgantes drásticos e incluso
ción puramente renal, siempre que la presión oncó- en muchas ocasiones la sangría, han provocado tam·
tica de la sangre sea baja, como lo es en las ane- bién la caída en desuso de la administración de
mias y en los estados de hipoproteinemias. En estas otr os diuréticos, en especial los xánticos, muy utili·
situaciones el agua llega en escasa cuantía al ri- zados anteriormC;nte. El más empleado en la ac·
ñón, y, por lo tanto, si el filtrado glomerular, como tualidad de todos ellos, la aminofilina. no lo es p ·•
consecuencia de ello, es escaso, escasa será también sus propiedades diuréticas, más bien escasas. S1 la
necesariamente la cantidad total de orina, aun idiosincrasia o la sensibilización a los mercuriales
cuando el tubo, bajo el efecto del mercurio, se abs- impidiera su utilización, el más recomendable de to·
tenga de absorber la parva cantidad de agua y sa- dos ellos es· la teobromina a dosis de 3 gr. diarios
les que hasta él ha llegado. Por la misma razón, como fué por primera vez aconsepada por SCHERF.
en los organismos excesivamente empobrecidos en
su contenido en sodio, siendo, como es bien sabido, el
sodio el ión al que va ligada la mayor parte del liT. EL REPOSO.
agua del organismo, los diuréticos mercuriales no
podrán tampoco provocar diuresis apreciables, pues- El reposo ha jugado hasta ahora un papel pri·
to que también aquí la oferta acuosa al riñón es su- .nordial en el tratamiento de las cardiopatías en
mamente escasa. Por ahora, carece, en cambio, de asistolia, hasta tal punto, que para algunos auto·
explicación el fracaso de los medicamentos de los res, como von JAGIC, es al que hay que achacar en
que nos venimos ocupando, en el caso de los car- un 90 por 100 los éxitos del tratamiento. Comparan·
diópatas asistólicos, en los que simultáneamente a do la duración de la compensación en grandes gru·
una gran sequedad de la piel y de las mucosas exis- pos de cardiópatas tratados con digital en reposo, Y
te un acúmulo de líquido en las cavidades serosas. en régimen ambulatorio, puede apreciarse una ma·
Esta combinación de exicosis y derrame seroso se nifiesta ventaja a favor del grupo primero...
ve ta.!!_l.bién en algunos casos de cirrosis, y es cu- La acción del reposo se debe a la disminuc10n del
rioso que también aquí los diuréticos mercuriales trabajo cardíaco, del metabolismo y del イ・エッセ@ v;·
fallen en la producción de diuresis. Parece como no so, todo lo cual lleva consigo una disminuc10n, e
si en estos casos el líquido de derrame estuviera la presión venosa que la acerca a sus límites. op·
sólidamente fijado en una especie de vía muerta, timos, con su favorable r epercusión sobre la. 、ャョセZ@
aislada de los cambios metabólicos hidrosalinos del mica cardíaca, la capacidad vital, la taquicardia, et
resto del organismo. Una cosa semejante parece su- cétera. Es, sin embargo, digno de tenerse ーイ・ウセ@ e
ceder finalmente en otro caso en el que también que a veces antes de manifestarse estos efectos _e·
se registra fallo de la acción diurética mercurial, neficiosos pueden aparecer otros más bien. ーセju@
a saber, en las asistolias inveteradas, que presentan diciales, razón por la cual en la actualidad エャ・|セッ@
una gran hepatomegalia indurada no reversible. Es proscribirse el reposo absoluto a favor del_rela 1・セ@
conveniente, por último, tener presente que la mor- tanto más ligero cuanto el estado lo pernnta, Y to-
fina y los hipnóti cos inhiben la acción diurética los casos en los que obligadamente el r eposo se:da.s
mercurial (FERRER y SoKOLOFF), por lo que debe tal, aliviar esta circunstancia mediante ュZMエセwᄋ@
evitarse la administración simultánea de estos me- adicionales, que después indicaremos. eons 1-ción
dicamentos. por ejemplo, un inconveniente del reposo en セエ P セ cu·
Q@
..
Los diuréticos mercuriales están formalmente in- echada la facilidad con que la capacidad V1 a ' es·
dicados en todos los casos de asistolia, en especial yas relaciones con la presión venosa son .m;:{uélla
en los casos húmedos, pero nada más erróneo que trechas, de tal modo, que ésta aumenta SI
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tッセヲo@ XXXIV TRATAMIENTO DE LA ASTSTOLIA 849


N(rJ.lERO 5

disminuye, decrezca por efecto de la situación más cese de una fibrilación auricular), la participación
elevada del diafragma, que esa posición lleva con- de este mecanismo en muchos procesos embólicos
sigo. Por esta misma razón, juntamente con la me- parece cada vez más reducido. Incluso muchos acci-
nor movilidad diafragmática, se provocan con faci- dentes periféricos de la gran circulación considera-
lidad la producción de atelectasias y de congestiones dos anteriormente como de naturaleza embólica se
en las bases pulmonares. Por otra parte, la facilita- consideran en la actualidad más bien debidos a
ción que la posición echada representa para la re- trombosis locales intraarteriales, provocadas por las
distribución de los edemas por el organismo, con alteraciones de la pared de los vasos existentes en
su hidremia consiguiente, puede dar lugar a la apa- virtud de la enfermedad reumática, enfermedad
rición de edemas agudos de pulmón, lo que da lu- fundamentalmente vascular, operante en el fondo
gar al empeoramiento, aparentemente paradójico, de una gran parte de las cardiopatías asistólicas.
del asistólico izquierdo, que conllevandc su estado Este fenómeno, aparición de trombosis locales en
ambulatoriamente, desarrolla un ataque de asma numerosas zonas del árbol vascular arterial y veno-
cardial la misma noche del primer día en qtte es so, cuando se establece de un modo general, da lu-
obligado a hacer reposo. gar a lo que JI!\IÉ!>i"EZ DÍAZ ha llamado "maligniza-
P ero, sobre todo, lo que ha contribuido funda- ción de las cardiopatías . reumáticas". Este despla-
mentalmente a cambiar nuestras ideas sobre la téc- zamiento conceptual de las embolias por las trom-
nica del reposo en el asistólico, es el hecho real de bosis locales (debe recordarse a este respecto que
que' este medio de tratamiento, practicado con ex- en más de la mitad de los casos de infarto pulmo-
tremado rigor, favorece la aparición de trombosis, nar no puede hallarse por la búsqueda más cuida-
bien locales en el propio pulmón, bien en territorios dosa el punto de partida teórico del émbolo) no es
venosos alejados, desde los cuales se sueltan émbo- más que un acontecimiento similar a lo ocurrido
los determinantes de la temible complicación del in- con la llamada nefritis de Lohlein, cuya naturaleza
farto de pulmón. Es comprensible la trascendencia embólica fué universalmente aceptada en un princi-
de estos hechos, si se recuerda la frase de WHITE, pio, mientras que en la actualidad todos los anató-
según el cual, en la actualidad, mueren más car- micos están conformes en su naturaleza trombótica
díacos de infección o de trombosis o infarto pulmo- local por alteración del endotelio del capilar glo-
nar que de insuficiencia cardíaca propiamente dicha. merular.
Es posible que si se trata de repasar simplemen- Todo lo anteriormente expuesto nos obliga a con-
te las vivencias clínicas que la vida profesional ha siderar que, tanto la trombosis pulmonar local como
venido proporcionando a cada uno de nosotros a la trombosis femoroilíaca están favorecidas por la
este respecto, parezca a primera consideración exa- lentitud 」ゥセオャ。エッイ@ inherente al reposo, a lo que se
gerado este punto de vista. Incluso, quizá pueda se- unen ademas en el cardíaco otros mecanismos favore-
guir pareciendo lo mismo, aun después de llevar a cedores. Uno de ellos es la posible acción aceleradora
efecto una revisión orientada en este sentido, de del ーイッ」・ウセ@ de ·la coagulación, que poseen algunos
las historias clínicas, que constituyen la base de de los mediCamentos usados en el tratamiento de la
nuestra ・ク ー セイゥ・ ョ」ゥ。N@ Pero si lo que se revis:-t son asistolia,. como la 。ュゥセッヲャョ@ (SCHERF y SCHLACH-
los protocolos de autopsia, y sobre todo si en éstas MAN), e mcluso la propia digital, cuya acción eleva-
la búsqueda de signos de trombosis se hace inten- dora de la resistencia a la heparina ha sido indicada
cionadamente, como ha sido hecho por los clínicos de por TAKf<TS, TRUMP y GILBERT, razón por la cual pue-
la Mayo ALLEN, LINTON y DONALD, se tiene enton- de explicarse el hecho comunicado por AsKEY y
ces la oportunidad de comprobar la justeza de la NLURATH, de que los infartos pulmonares sean más
opinión de WHITE. Esta discordancia perceptible en- frecuentes en los asistólicos digitalizados que en los
tre los datos clínicos y los anatómicos obedece sin que no lo son.
duda alguna a la facilidad con que pasan desaper- d・「セN@ tenerse en cuenta además, para explicarnos
cibidos tales accidentes en los asistólicos cuya obnu- la faciii?ad con la アオセ@ en los asistólicos aparecen
bilación mental enmascara la mayor par'te de la sin- trombosis, la oportumdad en ellos existente para
エッュ。ャNセ■@ subjetiva. Por otra parte, disnea, tos, qu.e ?aga su aparición en el plasma el llamado fi-
hemoptisis, dolor de costado (a la izquierda por la brmogeno B, セ。ウN・@ por la cual necesariamente tiene
、セウエ・ョゥ￳@ ー・セゥ」£イ、。[@ li; la derecha por la de la que pasar el fibrmogeno A, único existente de modo
capsula de Ghsson), son smtomas tan corrientes en normal セi_M el ーャ。ウセ@ para que en el proceso de la
el asistólico,. que el. セゥ。ァョ￳ウエ」ッ@ de infarto pulmo- coagulacwn se ongme la fibrina. La aparición en
nar, cuyos signos fisicos pueden tardar considera- el plasm:'l del. !ibrinógeno B da lugar a la aparición
blemente, 」ッセN@ es bien sabido, en hacer su aparición, de unli; s.Ituacwn llamada por BERGQUIST "estado pre-
P?.ede ウ・セ@ omitido con facilidad de no tener la aten- trombotico".
」セッ@ カ・イNィセ。@ en este セ・ョエゥ、ッN@ Por todo ello, la apa-
イセ」ッョ@ s.ubita de los Signos mencionados en un asis- El fibrinógeno B aparece en el plasma siempre
tohco, セオョエャゥ[ュ・@ con un aumento inexplicable de que セ。ケ@ destrucciones tisulares; de aquí la fre-
la taquicardia, .o. '!lna subida febril, deben hacer pen- 」セ・ョ_i。@ de .l as tr?:nbosis tras las intervenciones qui-
セ。ヲイ@ etn lad 。ーイゥcセッョ@ con casi absoluta certeza de un イオァゥcNセ@ o mfeccwn febril o no, supurada o no. Dada
m ar o e pulmon. la facihdad 」ッセ@ que. el asistólico presenta infeccio-
. ?ebe, tenerse en cuenta que, en contra de la opi- nes de..las VIas セイ・。ウ@ respiratorias (faringitis,
mon mas generalizada, es más frecuente el infarto 「イ_セアオゥィウL@ neumomtis), aparte de la infección reu-
como resultado de la trombosis local de 1 matica que sirve de decoración de fondo al 60 por
pulmonares que de 1
duce ésta lo hace
bosi·s I'leof emora1 que spor
m:
b .
em oha. y アオセ@
a consecuencia de una trom-
as venas
cuando se pro-
QセP@ de las cardiopatías en asistolia, como ya se ha
dicho, Pl!e.de suponerse que en el asistólico existen
las condicwnes oportunas para la aparición ocasio-
el d d' .
bolos intracardíaco s· espren uruento de ém- nal del fibrinógeno B en el plasma.
ralmente, la イ・。ャゥ、セ@ d iセ@ que pu.eda negarse, natu- De エッ、。セ@ estas .consideraciones se deduce como
tida cardíaco Hウ・ァ オイ。ュ ・ ョセ・ュ「ッィ。@ de punto de par- 」ッョウ・オセゥ。@ práctica la necesidad de no exagerar
una gran parte de 1 b ¡·a esta セj。ウ・@ pertenecen ・セ@ los asistólicos la rigurosidad del reposo, permi-
as em o Ias surgidas a partir del
tiendo que el enfermo se siente a intervalos (la po-
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350 REVISTA OLINICA espaセol@ 1.5 septiembre 1949

sición sentada permanente favorece también la tro_m- fibrinógeno B para insta urar el oportuno tratamie
bosis íleofemoral), excitándole a frecuentes cambws to anticoagulante, que debe comenza rse, dado ni
activos de postura en la cama, así como a ejecutar tiempo _que エセ、。@ el dicumarol en iniciar su 。」ゥ￳セ@
movimientos con las extremidades superiores e in- por la myeccwn de 100 mgr. de heparina. Los r :
feriores, sobre todo con éstas, a breves intervalos. sultados espléndidos que han obtenido wrigtセ@
La movilización pasiva, cuando la activa no sea po- MARPLE y FAHS, cumpliendo el encargo r ecibido 、セ@
sible, los ejercicios respiratorios ウセ。カ・@ _desde el la_ Sociedad aセ・イゥ」。ョ@ de c。イセゥッャァ■L@ en el trata.
primer momento, los masajes, los banos _calientes de ffilento por a ntlcoagula ntes del mfarto de miocardio
las extremidades, todas las cuales medidas favo re- con un número pequeñísimo de accidentes, nos obli:
cen la velocidad circulatoria y por ende disminuyen ga a sacudir el t emor tan generalizado hacia esta
la facilidad para las trombosis, deben ejer cerse ri- clase de medicaciones y extenderlo en beneficio de
a urosamente en un asistólico, adiestrando a una per- los enfermos al mayor número posible de éstos. Na-
セッョ。@ de la familia, cuando no sea posible la ocupa- turalmente, este tipo de tratamiento sólo debe ve-
ción de una enfermera especializada. rificarse cuando se esté en condiciones de verificar
muy frecuentemente detcrminaciones del tiempo de
Por las razones antedichas se vigilará también protrombina, y cuando se puede con facilidad insti-
muy estrechamente la aparición de infecciones por tuir el tratamiento oportuno, si se ha sobrepasado la
banales que parezcan, que serán t ratadas enérgica- dosificación. Es indudable que a estas técnicas les
mente desde su iniciación. Los antibióticos serán está reservado un brillante papel en la reducción de
usados "larga .illanu", prefiriendo la penicilina cris- la mortalidad accidental del cardiópata, del mismo
talizada a la amorfa, a la que MACHT encuentra modo que la dieta, la administración de los diuréti·
también cualidades favorecientes de la coagulación. cos del modo que hemos expuesto y la moderna po-
Finalmente se harán determinaciones frecuentes sología de la digital, han contribuido a la prolonga-
del tiempo de coagulación y del de protrombina, así ción de su vida y a colocar a ésta en situación más
como se estará atento a la aparición en el plasma del llevadera.

NOVEDADES TERAPEUTICAS
Tratamiento de los muñones de amputación y no se generalizase. La int roducción de la penicilim
miembros fantasmas.-A pesar de todas las pre- en la terapéutica ofreció en un principio mejore;
cauciones quirúrgicas, es frecuente la presentación auspicios y se llegó a comunicar basta un 50 por 1()1
de muñones dolorosos de amputación y miembros de curaciones. Sin embargo, muchos casos se de-
fantasmas, con sensaciones muy desagradables para mostraron como r esistentes, incluso a dosis de un
el paciente. El tratamiento de estos casos es muy millón de unidades diarias. LINKE y MECHELKE
poco satisfactorio e incluso se han realizado extir- ("Dtsch. Med. Wschr.", 74, 312, 1949) han tratado
paciones de zonas de la corteza cerebral para su- con el preparado sulfonamídico Supronal 10 casos
primir dichas molestias. RüSSELL ("Br. Med. J.", de actinomicosis, los cuales habían sido tratados an·
1, 1024, 1949) ha comprobado que ciertas ma- teriormente de un modo infructuoso con otros mé-
niobras sobre los nervios del muñón pueden ir se- todos, y en 8 consiguieron la curación. El エイ。セᄋ@
guidas de éxito. Se funda en que las terminaciones miento consistió en la administración de 10 gr. dia·
nerviosas normales se hacen insensibles en las pro- rios de Supronal, con 5-10 gr. de bicarbonato sódico,
fesiones que producen pequeños traumas r epetidos en dosis fraccionadas cada cuatro horas y prolon·
o una presión constante. Con las historias de siete gando el tratamiento durante mucho tiempo (las do-
pacientes, el autor ilustra su método de tratamiento, sis totales administradas oscilaron entre 170 Y 776
el cual consiste en aplicar un manguito de tensió- gramos de Supronal). Los enfermos experimenta·
ron pocas molestias atribuíbles al エイ。ュゥ・セッL
foro , a una presión de 200 mm. Hg., y después
realizar un martilleo sobre los puntos sensibles del sólo en uno hubo de ser suspendido por mto e·
Y
Q@
muñón, m ediante un mazo de madera o someterle rancia.
a la vibración de un vibrador mecánico, durante un
mínimo de diez minutos; las sesiones se repiten al Pirógenos en el síndrome de la nefrona 、ゥウセ@
principio, al menos dos veces en el día, y pronto se La gran mortalidad que lleva a neja el síndrome ..
15
observa la mejoría, a veces precedida de una agra- la nefrona distal, así como las inseguridades eX 0
vación de las sensaciones anormales. Si el muñón tentes sobre su patogenia hacen que se ーイセp P
セヲ・@
es demasiado corto para aplicar el manguito neu- tratamientos cuyo fundamento es cuesttona 、セ@
mático, se realizará solamente una compresión de SCHEINMAN ("J. U rol.", 61, 1003, 1949) セ。@ 。エセ・ョ@
las zonas dolorosas del muñón, mediante un dispo- el asunto desde un punto de vista expenmenta ·ón
conejos, a los que produce anuria por NQセ@ ゥョケ・セ」

sitivo adecuado (una pelota tensa, etc.). オ ョ@
intravenosa de agua destilada. Se ッョァQセ。N@ ass jll'
Supronal en la actinomicosis. - d。エセョ@ ya de síndrome de la nefrona distal, de 」。イエ・ゥセィ@ bU·
bastantes años los primeros trabajos sobre el tra- recidas a las del que se presenta en la 」ィョゥセ@ pa·
tamiento de la actinomicosis con sulfonamidas, pero mana. Como la opinión más corriente sobre : qua
la inconstancia de los resultados hizo que el método togenia del síndrome de la nefrona distal ell 1

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