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4 viviendas tradicionales chinas que deberías conocer (antes que sean demolidas)
Para el ciudadano promedio, no hay nada por hacer que detenga o retrase la desaparición
del shikumen, pero proyectos como Shanghai Street Stories de Anne Tay y Cardboard
Shikumen de Liwei Huang intentan preservar la memoria y el diseño de estas viviendas a
través de la documentación, los cuentos y la realidad virtual.
http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/tag/arquitectura-vernacula
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A la vuelta de vacaciones nada mejor que hacer balance de lo visto y aprendido. Si el viaje recorre los valles y
pueblos recónditos del Alto Atlas, el aprendizaje tiene mucho que ver con la cultura y la arquitectura de la
piedra y el barro.
El periplo, con final de altura, nos condujo por los remotos valles de los ríos Aougdal–n-Bouidorene y Assif
n’Issougouane, a través de pueblos bereberes como el turístico Imlil o la fascinante y apartada aldea de Tizi
Oussem.
El primer contacto con la arquitectura del barro no pudo ser más revelador. En las aldeas del valle del Assif
n’Issougouane, camino de Tizi Oussem, la forma en que la tierra se hace arquitectura nos sorprendió a todos,
expertos y profanos, por igual. Es difícil describir la estampa, y más aún la sensación que produce topar de
pronto con la arquitectura en su esencia más pura. Los pueblos nacen de la montaña, se esculpen con sus
piedras y su tierra. La tierra que allí estaba, allí se queda. El colorido da buena fe de ello. Y sobran las
palabras.
Tras un tremendo aguacero, la arcilla. Paisaje y arquitectura se funden más si cabe y la sensación visual es
casi irreal: nos cuesta distinguir el barro libre del esculpido. Comprobamos que ante la adversidad
climatológica, el sistema constructivo funciona: muros de tapial de unos 40 cm, cubiertas planas con
estructura de madera sobre las que se asienta una primera capa de paja, y sobre ésta, unos 15 cm de barro
apisonado cuyo perímetro se remata con piedras de mediano tamaño. Tras el chaparrón, no obstante
conviene reparar los pequeños desperfectos. Mujeres llenas de color suben a las cubiertas y recolocan la
tierra evitando así cualquier posible acumulación de agua y por tanto las goteras. Tras la faena se visitan y en
su acto cotidiano convierten en transitables las cubiertas aterrazadas. Toda una lección de modernidad
anclada en el pasado.
A medida que nos adentramos en el valle, el tapial cede paso a los muros de piedra, aunque en muchas
ocasiones se mantienen los recubrimientos de arcilla. Las cubiertas siguen siendo planas, y el sistema
constructivo, el mismo: estructura de madera, paja, arcilla y piedras rematando el perímetro. La arquitectura
concebida hace cientos de años sigue presente y sigue funcionando en el valle de Assif n’Issougouane.
No sucede lo mismo sin embargo en el Valle de Imlil. El turismo ha traído consigo una devastadora
modernización de los sistemas constructivos. El tapial ha cedido paso paulatinamente al hormigón y a los
bloques prefabricados, y la tradición del barro apenas se mantiene. Un auténtico desastre culturalmente
hablando, pero también desde el punto de vista meramente constructivo: las estructuras no están diseñadas ni
calculadas, y mucho menos bien ejecutadas: luces imposibles, apoyos temerarios, cantos inverosímiles,
secciones impensables, armaduras al aire, bloques de hormigón prefabricado tomados con arcilla…
Medio mundo ha transmitido, tal vez sin querer, el mensaje de que el hormigón es el mejor sistema
constructivo, casi el único, al usarlo indiscriminadamente en nuestras viviendas y ciudades. Y el otro medio lo
ha asumido con el tiempo, tarde, y precisamente ahora que nos empezamos a dar cuenta de que la vuelta a lo
vernáculo puede ser la solución a los problemas que nosotros mismos hemos generado. Ellos aprenden
cuando deberían enseñar. Aún pueden hacerlo. Aprendamos algo.
Construcción con tierra en Malí. Hoy visitamos Timbuctú.
18 mayo 2009
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Timbuctú, apodada «la de los 333 santos», surge de las arenas del desierto como una ciudad de calles
arenosas y edificios de barro. Tres de las más antiguas mezquitas en Africa Occidental se encuentran
ubicadas allí Djingareyber, Sankore y Sidi Yahya
Desde el punto de vista constructivo los artesanos de la ciudad operan con una técnica diferente a la utilizada
en Djenné y otras ciudades de la región. El bloque de Timbuctú incorpora al mortero de barro y yeso, un
núcleo de piedra picada que aporta mayor coherencia y resistencia a la pieza de barro.
Tal y como ocurre en Djenné, los edificios se retocan anualmente. En el mantenimiento de los edificios de
barro participa toda la comunidad, desde niños a ancianos, en una gran fiesta en la que todos aportan algo a
la tierra, cada uno en la medida de sus posibilidades.
La desertización y la acumulación de arena traída por el viento seco “harmattan”, destruyó la vegetación, el
abastecimiento de agua y muchas estructuras históricas de la ciudad. A raíz de su declaración como
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988 se han desarrollado programas para conservar y proteger
la ciudad del avance de las arenas del desierto.
Alguna de estas iniciativas, como la de la profesora africana Wangari Maathai, fundadora de The Green Belt
Movement y premio Nobel de la Paz en 2004, impulsan la plantación de árboles a través de la campaña mil
millones de árboles como medida contra la desertización, no sólo en Malí, sino en todo el mundo.
https://fopestudio.wordpress.com/category/arquitectura-sostenible/arquitectura-vernacula-en-
el-mundo/page/2/