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Podemos definirlo como una forma de maltrato físico, verbal o psicológico que
se produce entre escolares, de forma reiterada y a lo largo del tiempo.
Debe deslindarse de los incidentes violentos aislados u ocasionales entre
alumnos o estudiantes.
Elementos:
1. Desequilibrio de poder: Que debe darse en el ejercicio de la fuerza verbal,
física o psicológica del acosador respecto del acosado.
2. Intencionalidad: Un deseo consciente de herir, amenazar o asustar por parte de
un alumno frente a otro.
3. Reiteración: La acción agresiva se repite en el tiempo y genera en la víctima la
expectativa de ser blanco de futuros ataques.
Proyección penal:
El artículo 172 ter CP, introducido por L.O. 1/2015 contempla un nuevo delito
de acoso entendiendo como tal aquellas conductas que se realicen de forma insistente y
reiterada por medio de las cuales se menoscaba gravemente la libertad y el sentimiento
de seguridad de la víctima a la que se somete por ello a vigilancia, persecuciones u
otros actos de hostigamiento (llamadas insistentes al teléfono etc). Se castiga con la
pena de prisión de 3 meses a dos años o multa de 6 a 24 meses.
Podéis preguntaros que por qué estoy aquí hablando del bullying. Pues bien, el
principal motivo son las estadísticas. El 'bullying' ha aumentado en España un 240% en
los últimos dos años. De hecho, sólo en 2016 la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y
Adolescentes en Riesgo) registró 1.207 casos de acoso escolar reales. Es más, en 2016
la UNESCO elaboró un informe con los datos de más de 100.000 niños y jóvenes
alrededor del mundo, entre los que se incluyen españoles, con el fin de mostrar el
impacto del acoso escolar. En el informe se afirma lo siguiente:
Nueve de cada diez considera el bullying un problema real e importante;
2/3 de los encuestados asegura haber sido acosado en alguna ocasión.
1/3 piensa que sufrirlo es normal y no lo ha denunciado, aunque es cierto que
muchos no saben ni cómo ni a quién hacerlo.
Me gustaría resaltar que la edad de los acosadores cada vez es más baja y el
ciberbullying es una realidad cada día más contundente, donde el teléfono móvil y
el Whatssapp son los protagonistas. De hecho, uno de cada cuatro casos de acoso
escolar se produce a través de las redes sociales.
Es necesario que sepáis que recibir insultos o amenazas, fotos y vídeos
manipulados o rumores falsos sobre vosotros de forma continuada es acoso.
Por último, si sentís que estáis siendo acosados o conocéis de algún compañero
que lo esté siendo, os aconsejamos que se lo comuniquéis a vuestros padres y lo hagáis
saber en vuestro centro educativo para que puedan iniciar una investigación. No estáis
solos, necesitáis ayuda y ellos os la van a proporcionar.
PROCEDIMIENTO:
acoso.
Respecto al centro escolar, hay que interponer una denuncia por escrito con el
fin de que se comiencen a investigar los hechos y de que se active el protocolo de
actuación ante el acoso.
Llegados a este punto, cabe recordar que todos los centros disponen de un
protocolo contra la situación de acoso, estableciendo medidas de protección del menor
acosado, mientras se lleva a cabo la investigación y así evitar que se produzcan nuevos
incidentes.
Si, por el contrario, el centro escolar hace caso omiso a la denuncia, podría
incurrir en responsabilidad civil, y los padres podrán reclamar una indemnización por la
falta de actuación y protección del mismo, en aplicación del artículo 1903 del Código
Civil.
El bullying conlleva una serie de responsabilidades penales y/o civiles para los
abusadores y, en el caso que estos sean menores de edad, responderían sus
representantes legales (los progenitores o los tutores legales), de conformidad con el
artículo 1903 del Código Civil. Los acosadores pueden estar cometiendo un delito de
amenazas o de lesiones, que conlleva una responsabilidad penal, así como una
responsabilidad civil como indemnización por los daños morales y/o físicos que se han
infringido sobre el menor.