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Matodologia de la

investigación I
Precariedad de Salud y educacion
Maria Mercedes Capois Williams

17-7998
Precariedad de salud

SANTO DOMINGO. Representantes del sector salud entienden que en el país existe personal
capacitado para atender la demanda médica pública. Por tal razón, atribuyen el llamado “colapso” del
servicio sanitario a la falta de presupuesto y no de recursos humanos.

“El colapso sanitario no es producto, como quieren asegurar muchas personas interesadas, del
déficit de preparación médica, todo lo contrario, cada día más profesionales de la medicina se
encuentran altamente capacitados para desarrollar la salud pública en el país, lo que está
obsoleto es el sistema sanitario desde el punto de vista de infraestructura”, asegura el ex
secretario de Salud Pública, Rafael Gautreau.

El doctor, quien también fue director del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, entiende
que haber retirado el cobro de la cuota de recuperación en los hospitales públicos ha
contraído aún más los recursos.

En agosto de 2013, cuando se eliminó el cobro de la cuota, el Estado se comprometió a


asumir los RD$600 millones anuales que representaban esos ingresos.

El presupuesto de salud para el presente año es de RD$55,200.6 millones, y en el proyecto de


Presupuesto del 2015 se le asignan RD$60,936.1 millones, sin embargo el personal médico
exige más fondos.

“Recuerdo que en mi gestión, nosotros logramos un descenso, que casi no se hablaba de


tuberculosis pulmonar, y ya la tuberculosis pulmonar ha tenido un nuevo repunte”, recordó el
doctor Gautreau.

En un momento en el que todavía se debate la muerte de 11 niños en el hospital infantil


Robert Reid Cabral, y se denuncian viejas precariedades en otros centros del interior del país,
el ex gerente general del Consejo Nacional de Seguridad Social, Arismendi Díaz Santana,
considera que el sistema de salud dominicano “es mantenido artificialmente por los intereses
creados que se nutren y generan su ineficiencia, y hacen todo lo posible para evitar los
cambios que reclaman la población y el nivel de desarrollo del país”.

Para que el sistema de salud público pueda algún día competir con el privado, Díaz entiende
necesario que se aumente gradualmente el gasto en el sector hasta llegar al 5% del PIB antes
del 2020.
Además, ve oportuno que se establezca “un sistema de horario extendido en los hospitales y
centros de salud, como ocurre en el sector privado y en algunas instituciones
descentralizadas, a fin de que los pobres tengan mayores oportunidades de ser atendidos por
especialistas en el momento en que así lo requieran”.

Indica, también, que se debe despolitizar la designación de los directores y jefes de servicios
de los hospitales para colocar profesionales con capacidad gerencial, integrar y articular la
red pública de salud del Ministerio y del Seguro Social, y establecer una política de
mantenimiento continuo de las instalaciones y equipos.

Sector privado

Critica que se dediquen fondos y se den facilidades de terreno a centros privatizados, cuando
se carece de recursos para los hospitales públicos.
on la puesta en ejecución del Plan Decenal de Educación se previó la creación de un Sistema Nacional de
Medición y Evaluación, mediante el cual se daría seguimiento al proceso y los resultados.

La verdad es que, como siempre sucede, eso no se hizo o se hizo a medias y el sistema, sumido en un febril
activismo, presionado por los préstamos y exigencias de los organismos internacionales financiadores y por
los miles de problemas que se quería resolver al mismo tiempo, no dispuso del tiempo ni de la voluntad para
crear las bases de información que debe acompañar a toda planificación.

Una de las características de los sistemas con bajo nivel de desarrollo es la precariedad de las informaciones
estadísticas y la ausencia de una periódica medición de los resultados. Está comprobado que la responsabilidad
por los resultados es uno de los elementos que diferencian a las buenas y a las malas escuelas y sistemas
educativos. Para eso se requiere de un sistema de información eficiente.

La disponibilidad de estadísticas detalladas, completas, confiables y oportunas ha sido una misión imposible
en el sistema educativo dominicano. El sector educación superior ha seguido el mismo camino. Un país con 40
centros de estudios superiores no es capaz de disponer de estadísticas tan simples como cantidad de
estudiantes y de egresados por año y por carrera.

En la República Dominicana, la precariedad de las estadísticas educativas ha sido una enfermedad permanente,
con breves períodos de mejoría. Todas las autoridades educativas prometen que van a resolver el problema y
no son pocos los programas de asistencia y cooperación internacional que se han ejecutado, en el área se la
planificación y la estadística educativa.

Al término del período para el que fue diseñado el Plan Decenal, las autoridades educativas, encabezadas
entonces por la doctora Milagros Ortiz Bosch, decidieron iniciar el diseño del Plan de Desarrollo de la
Educación 2003-2012, como una forma de darle continuidad a la reforma educativa.

El documento Situación de la Educación Dominicana, Tomo I, publicado por la SEE en el 2003, recoge
informaciones que permiten comparar la realidad educativa al final del periodo del Plan Decenal y, aunque no
es una evaluación en el sentido estricto de la palabra, es la mejor fuente de información para pasar revista al
proceso, fundamentándonos en informaciones oficiales que, aunque recogidas en forma fraccionada y con
muchas dificultades, hay que suponerle un alto grado de veracidad. Vale señalar que las estadísticas contenidas
en este documento, correspondientes al año escolar 2001-2002 (algunas más antiguas) son las últimas
disponibles.

¿EDUCACION PARA TODOS?

El Plan Decenal de Educación, siguiendo los acuerdos de la Conferencia Mundial Educación para Todos, se
propuso las siguientes metas:

1. Al finalizar el período del Plan Decenal de Educación, todo niño dominicano entre seis y quince años
asistirá a la escuela durante todo el curso lectivo.

2. Se ofrecerá un año de educación preescolar obligatorio.

3. El analfabetismo de los menores de 30 años se reducirá drásticamente en los próximos diez años.

4. Se crearán nuevos centros de educación comunitaria.


De acuerdo a los datos consignados en el documento citado, la tasa neta de asistencia a la escuela primaria en
el 2002, año de finalización del Plan Decenal, había alcanzado el 93.9%. Al inicio del Plan Decenal, diez años
antes, era de 90%. Esto significa un crecimiento de casi 4% en los diez años, lo cual podría exhibirse como
positivo, pero no cumple con la meta, porque todavía cerca de 100 mil niños, con edades entre los 6 y 13 años,
no asisten a la escuela primaria.

La cantidad de alumnos que acoge la escuela primaria en el país ha aumentado considerablemente en los
últimos años. Así, entre el 1997 y el 2002 este nivel creció un 24%. La tasa bruta de escolaridad de primaria
para el 2002 era de 110%, fenómeno que se debe a la alta cantidad de niños que se encuentra fuera de la edad
correspondiente, principalmente en sobreedad.

La escolaridad en la zona rural está muy por debajo de la zona urbana, esto se explica principalmente por una
deficiencia de la infraestructura escolar que discrimina a los habitantes rurales. El 51% de las escuelas del país
sólo llega hasta el 5to. Grado, situación que afecta principalmente a la zona rural. La inequidad por género
prácticamente ha desaparecido en el país y más bien las hembras están superando a los varones en secundaria
y universitaria.

El nivel preescolar, establecido como obligatorio a partir de la promulgación de la Ley General de Educación
en 1997, ha crecido de manera consistente, pero todavía no alcanza la universalidad, situación que perjudica a
los niños de las familias de menores ingresos y de la zona rural. La meta de establecer un año de preescolar
obligatorio puede afirmarse que presenta un alto grado de cumplimiento. Al 2001 había alcanzado una tasa
bruta de 79%.

La tasa neta de asistencia al nivel secundario era al 2002 de 27.6% y la bruta de 53.3%. Al inicio del Plan
Decenal era de 42%. La escuela secundaria ha aumentado considerablemente la cantidad de alumnos, una gran
parte de ellos en sobreedad. Sin embargo, la desprotección estatal, parece haber agravado el problema de
calidad, a juzgar por la preparación que tienen los bachilleres que están llegando a las universidades, situación
expresada dramáticamente en las pruebas nacionales.

La educación técnica sigue representando una exigua minoría en la educación media dominicana, en un país en
el que todos los estudios demuestran que se necesitan más técnicos y que la opción del bachillerato general
teórico no es la mejor para una población empobrecida que necesita integrarse tempranamente al trabajo. Al
2002, la matrícula de la educación técnica media era del 4.4% del total del nivel medio.

En cuanto a la meta de reducir drásticamente el analfabetismo de los menores de 30 años, no dudamos que se
haya logrado avances, aunque la cantidad de niños que todavía no asiste a la escuela dificulta el logro de esta
meta. El Censo Nacional 2002 presenta una tasa de analfabetismo de 17.8 % para la población de 5 años y
más. No se cuenta con datos segmentados para la población menos de 30 años como planteó el Plan Decenal.

ASISTEN MAS ALUMNOS PERO NO APRENDEN

Uno de los temas que suscitó más reflexiones y análisis en la elaboración del Plan Decenal fue el problema del
aprendizaje. Múltiples teorías fueron presentadas y discutidas sobre las razones por las que no se lograban los
objetivos del aprendizaje. Finalmente, una reforma curricular cuyo diseño se tomó más de dos años, fue
presentada al país como la estrella de la reforma y en ella se volcaron las esperanzas de mejorar los resultados
educativos.
A la fecha de elaboración del informe Situación de la Educación Dominicana, se estimó que la reforma
curricular se había puesto en ejecución en un 95% en el nivel básico y en menor proporción en el nivel medio;
pero ¿con cuáles resultados? Citemos el documento:

“La generalidad de los maestros no planifica el proceso de aprendizaje de sus estudiantes. En los casos en que
se realiza existe poca coherencia entre lo planificado y lo ejecutado, y entre esta planificación y las
orientaciones del currículo vigente en cuanto a los tipos de propósitos que se plantea, los contenidos a
desarrollar y las estrategias a utilizar.”

El mismo documento agrega: “Respecto al manejo de los contenidos se evidencia:

· Poco dominio de contenido de Matemáticas y Lengua Española.

· Poco dominio de los enfoques curriculares de las áreas.

· Desarrollo casi exclusivo de contenidos conceptuales y aparecen muy poco los propósitos para desarrollar
contenidos procedimentales, actitudinales y valorativos.

· Poca o ninguna apropiación comprensiva y crítica del currículo vigente por parte de la mayoría de los
profesores.

El documento citado se refiere también a los resultados de las pruebas nacionales y del Primer Estudio
Comparativo Internacional sobre el lenguaje, las matemáticas y factores asociados, aplicado a alumnos del
tercer y cuarto grado de primaria. Algunas de las afirmaciones contenidas en el documento son las siguientes:

· Los niveles de dominio de los estudiantes que tomaron las Pruebas Nacionales en la primera convocatoria del
2001, en sentido general, son bajos, con la excepción de la Lengua Española de 8vo. Grado y adultos.

· Los estudiantes de la educación media presentan desempeño bajo en todas las asignaturas y, de manera
notoria en el área de Ciencias Naturales. Sólo el 1.3% de los y las estudiantes alcanzó un promedio igual o
mayor de 70 puntos.

· Los datos muestran que, en general, no ha habido una mejoría en los resultados y por lo tanto el nivel de
rendimiento de los estudiantes es insuficiente.

· Los resultados de los dos estudios comparativos internacionales muestran que “Los niños y niñas
dominicanos se sitúan en el penúltimo y último lugar en el caso del lenguaje y antepenúltimo lugar para las
matemáticas de ambos cursos evaluados.”

Los datos que citamos proceden de un documento oficial y son tan contundentes que deberían mover a las
autoridades a declarar un ESTADO DE EMERGENCIA DEL SISTEMA EDUCATIVO.

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