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SALA TERCERA
Magistrado Relator: Dr. Ruddy José Flores Monterrey
Acción de amparo constitucional
Expediente: 06650-2014-14-AAC
Departamento: Santa Cruz
En revisión la Resolución de 14 de octubre de 2014, cursante de fs. 195 vta. a 197, pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Ariel Enrique Correa Parada contra
Gabriela, Inés y Fari Ortiz Olmos miembros de la Organización Territorial de Base (OTB), de la
comunidad de Villa Copacabana, Municipio de Montero del departamento de Santa Cruz; y, Simón
Barba Cuellar, Presidente del barrio Villa Copacabana y “personas no identificadas”.
Asimismo, Gabriela Ortiz Olmos, Presidenta de la OTB de la comunidad de Villa Copacabana, -hoy
demandada- a través de la prensa escrita, manifestó que no permitiría que en dicho predio se
continúen las construcciones, por ser de propiedad de la comunidad y que en ese lugar se construiría
un “Micro Hospital”; así también, los vecinos empezaron a organizarse indicando que tomarían
medidas de presión, llegando a instalar un alambrado en dicha propiedad. Refiere que el 14 de
marzo de 2014, los trabajadores le comunicaron, vía teléfono, que una turba de personas, entre
hombres y mujeres, estaban “tumbando” la barda construida y que rebatieron los materiales de
construcción, siendo amenazados de ser apaleados, linchados y quemados; además de otorgarles un
plazo hasta las diez de la mañana del día siguiente para que abandonen el lugar, caso contrario
procederían a destruir los cuartos donde se encontraban viviendo los trabajadores sin dejar nada en
el terreno, por lo que al día siguiente, verificó los destrozos realizados, que consistían en la ruptura
de postes, vigas, fierros, la caja de electricidad y la barda edificada recientemente.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 14 de octubre de 2014, según consta en el acta cursante de fs. 194
a 195 vta., presentes la parte accionante y el demandado Simón Barba Cuellar, ambos asistidos de
sus abogados y, ausentes los demás codemandados, se produjeron los siguientes actuados:
Simón Barba Cuellar, Presidente del barrio de Villa Copacabana a través de su abogada en audiencia,
manifestó que de acuerdo al Acta de 2 de julio de 1998, se identificó que el lote que se encuentra en
disputa es de propiedad de Eduardo Hurtado, quien hizo la construcción de un cuarto de material
terminado; además, se le informó que Ariel Enrique Correa Parada y su madre Maira Parada de
Correa, no pusieron ni un ladrillo en el terreno en todo ese tiempo, por lo que la Comunidad cedió la
propiedad a personas de escasos recursos para que cuiden y limpien el lugar que desde hace cuatro
años atrás se encuentra deshabitado; sin embargo, el 13 de julio del 2007, una señora se apersonó
señalando ser dueña del terreno; ante esa situación, el 8 de agosto del 2013, los vecinos del lugar
solicitaron la construcción de un centro de salud a cuyo efecto consideraron la inclusión del proyecto
en el presupuesto del Plan Operativo Anual (POA) Municipal. Asimismo, el 21 de octubre de 2014, se
consideró -nuevamente- la necesidad del ripiado de calles y la construcción del centro de salud,
dando a conocer que el 16 de enero del mismo año, se enviaron cartas al Plan Regulador para
manifestar el apoyo en la petición de la construcción que se pretendía realizar, es así que, el 28 de
enero de igual año, estos hechos fueron puestos a conocimiento del Comandante de la Policía, del
Subgobernador de la provincia Obispo Santiestevan, del Alcalde Municipal de Montero, de la
Ejecutiva de Juntas Vecinales y del Consejo municipal; así también, el 6 de marzo de ese año,
mediante el informe de la Dirección del Plan Regulador, se remitieron al referido Alcalde todas las
actuaciones realizadas, las prohibiciones de construcción por parte de otros sujetos y la intención de
los vecinos de llevar adelante el proyecto de centro de salud que beneficiaría a toda la Comunidad.
Finalmente, indicó que el Presidente del barrio -hoy codemandado- no habría desalojado o destruido
la barda, pues si bien los vecinos no están de acuerdo con la construcción, no se cometió ningún
atropello o delito por su parte.
I.2.3. Resolución
La Jueza Tercera de Partido, de Sentencia Penal y Mixta de Montero del departamento de Santa
Cruz, constituida en Jueza de garantías, mediante Resolución de 14 de octubre de 2014, cursante de
fs. 195 vta. a 197, concedió la tutela solicitada, disponiendo la inmediata cesación de los actos de
hecho, si los hubiera, y el retiro de alambrado que aún se encuentre conminando el derecho
propietario del accionante, en tanto no se proceda por las vías legales y salven los derechos de los
demandados, pudiendo acudir a la vía ordinaria; ello bajo los siguientes fundamentos: 1) Para la
procedencia de la acción de amparo constitucional se debe cumplir ciertos requisitos como la
existencia de una debida fundamentación y la acreditación objetiva respecto a que efectivamente se
está frente a una medida de hecho o justicia por mano propia, donde el agraviado o accionante se
encuentre ante una situación de desprotección o desventaja frente al demandado o agresor, que
puede ser funcionario, particular o un grupo de personas según la desproporcionalidad de los
medios de la acción; en el presente caso, ciertamente se trata de un grupo de personas de un barrio,
la mayoría pertenecientes a la directiva de una OTB que de alguna forma estarían en desproporción
frente a la acción que se tiene conocimiento; 2) Asimismo, necesariamente se debe estar en un
eminente daño irreversible o irreparable, sea agravando la lesión consumada o que provoque la
amenaza de restricción al derecho fundamental de propiedad, en el presente caso según los actos
mencionados evidentemente el hecho de haber destruido o una barda se constituye en un daño
irreversible o irreparable llegando a cumplirse el segundo requisito; 3) Se debe acreditar la
titularidad del derecho de propiedad, no pudiendo invocarse derechos controvertidos o que estén
en disputa; y, 4) Finalmente, en relación al resarcimiento de los daños materiales y perjuicios de
$us5 000, se deberá establecer una calificación a los daños en un proceso, en el que se tendrá que
aprobar y demostrar los daños ocasionados conforme a las pruebas, otorgando a la parte
demandada la oportunidad para que asuma defensa, en tal sentido, no fue resuelto dicho petitorio.
Alega que el presente caso ante las medidas de hecho, evidentemente se cumplió con los dos
requisitos para otorgar y conceder la tutela de acción de amparo constitucional, toda vez que no se
tienen elementos para definir que existen derechos controvertidos, debido a que no se presentó
ninguna clase de documentación para poder definirlos, por lo que corresponde conceder la tutela.
II. CONCLUSIONES
De la debida revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. De acuerdo al testimonio de 26 de noviembre 2009, se advierte que Ariel Enrique Correa
Parada -hoy accionante-, mediante minuta de compra venta adquirió, en calidad de venta real y
definitiva, el lote de terreno ubicado en la zona sur oeste de Montero, Unidad Vecinal (UV) 118, de
la urbanización barrio Villa Copacabana con una superficie de 2405.62 m2 (fs. 4 y 5).
II.2. Del Folio Real 7.10.1.01.0013645 de 19 de marzo de 2014, perteneciente al inmueble ubicado
en la zona sur oeste, UV. 118, de la urbanización barrio Villa Copacabana de la localidad de Montero,
se observa que el ahora accionante, acreditó su derecho propietario en el asiento A-2, conforme
consta en el registro de DD.RR. de Montero (fs. 3).
II.4. De la Resolución de 26 de marzo de 2014, se tiene constancia que la Jueza de garantías ante la
acción de amparo constitucional planteada por el accionante la declaró improcedente (fs. 99).
La SC 0832/2005-R de 25 de julio, sobre las medidas de hecho, refirió que se configuran como
aquellos "...actos ilegales arbitrarios que desconocen y prescinden de las instancias legales y
procedimientos que el ordenamiento jurídico brinda, realizando justicia directa, con abuso del poder
que detentan frente al agraviado, actos que resultan ilegítimos por no tener respaldo legal alguno y
que por el daño ocasionado y la gravedad de los mismos, merecen la tutela inmediata que brinda el
amparo por vulnerar derechos fundamentales. La idea que inspira la protección no es otra que el
control al abuso del poder y el de velar por la observancia de la prohibición de hacerse justicia por
mano propia, control que se extiende tanto a las autoridades públicas como a los particulares que lo
ejercen de manera arbitraria por diferentes razones y en determinadas circunstancias…" (las
negrillas son nuestras).
En ese sentido, frente a medidas de hecho procede la tutela inmediata, lo que implica que no se
requiere agotar instancias previas al planteamiento de la acción de amparo constitucional así la SC
0534/2007-R de 28 de junio, señaló que: “…el fundamento constitucional que sustenta la
procedencia excepcional de una tutela ante medidas de hecho, -ante cualesquier acto- es que en un
Estado de Derecho, no es legal ni válido que una autoridad pública o un particular, invocando
supuesto ejercicio 'legítimo' de sus derechos subjetivos, se arrogue facultades y adopte medidas de
hecho (justicia directa o justicia por mano propia) para poner término a sus diferencias o solucionar
sus conflictos con otros desconociendo que existen los mecanismos legales y las autoridades
competentes para el efecto” (las negrillas nos pertenecen).
Mientras que la SCP 1478/2012 de 24 de septiembre, al referirse a las formas de medidas o vías de
hecho por el supuesto ejercicio legítimo de sus derechos o intereses de particulares o del Estado,
identificó entre los supuestos que implican vías o medidas de hecho a los siguientes: “i)
Avasallamientos u ocupaciones por vías de hecho de predios urbanos o rurales privados o públicos
con limitación arbitraria del derecho a la propiedad, la pérdida o perturbación de la posesión o la
mera tenencia del bien inmueble; ii) Cortes de servicios públicos (agua, energía eléctrica); y, iii)
Desalojos extrajudiciales de viviendas; entre otros supuestos, desconociendo que existen
mecanismos legales y autoridades competentes en el orden constitucional para la solución de sus
conflictos, excluyen el derecho a la jurisdicción o acceso a la justicia del afectado, que se constituye
en el primer derecho fundamental común vulnerado en acciones vinculadas a medidas de hecho en
cualesquiera de sus formas”.
El accionante denunció la lesión de su derecho a la propiedad privada, alegando que Gabriela Ortiz
Olmos -hoy demandada-, advirtió que no permitiría que en el predio del barrio de Villa Copacabana -
sobre el cual ejerce derecho propietario-, se continuara con la construcción iniciada, por ser de
propiedad de la Comunidad, y que en tal lugar se construiría un micro hospital; en vista de ello, los
vecinos se organizaron y tomaron medidas de presión, instalando un alambrado en dicha propiedad.
Posteriormente, el 14 de marzo de 2014, una turba de personas tumbaron la barda construida en su
propiedad, rebatieron sus materiales de construcción, amenazaron que si hasta las diez de la
mañana del día siguiente no abandonaba el lugar, los vecinos procederían a destruir los cuartos que
se encontraban habitados por sus trabajadores con el objetivo de no dejar ninguna edificación en el
terreno; al día siguiente, verificó la ruptura de postes, vigas, fierros, la caja de electricidad y la
destrucción de la barda que fue edificada ocasionando destrozos en la propiedad.
De la revisión a los antecedentes procesales que cursan en obrados, se evidencia que concurren los
supuestos fácticos que habilitan a una concesión de la tutela, toda vez que por una parte, el
accionante demostró con prueba idónea su derecho propietario sobre el lote de terreno ubicado en
la zona sur oeste, UV. 118, de la urbanización del barrio Villa Copacabana con una superficie de
2405.62 m2 de Montero, con asiento A-2 de Folio Real 7.10.1.01.0013645 en el registro de DD.RR.,
por lo que dicho derecho no está en litigio ni en controversia y, si bien el demandado en calidad de
Presidente del barrio de Villa Copacabana -codemandado-, manifestó que el lote es de Eduardo
Hurtado, y por otra parte, Gabriela Ortiz Olmos -demandada- en un medio de prensa escrita
manifestó que dicho predio es de propiedad de la Comunidad; no lograron acreditar dicho extremo,
por lo que la sola aseveración de los demandados no desvirtúa el derecho propietario del
accionante.
Por otra parte, del Acta de 21 de enero de 2014, cursante de fs. 17 a 20, emitida por los miembros
de la comunidad de Villa Copacabana, se advierte que en la reunión de emergencia en la que
participaron Gabriela e Inés Ortiz Olmos -hoy demandadas-, se tomó la decisión de ejercer medidas
de presión; consecuentemente, tales hechos fueron corroborados con fotografías que cursan de fs.
29 a 38; por lo que, el accionante, acreditó la existencia de actos o medidas de hecho realizadas por
los demandados que actuaron sin causa jurídica y prescindiendo de los mecanismos institucionales
establecidos para la determinación de hechos o derechos, vulnerando de esa manera el derecho
propietario de éste.
En relación a la solicitud del accionante de procederse con el pago del resarcimiento de los daños
materiales y prejuicios de $us5 000, cabe establecer que su consideración no corresponde por parte
de la justicia constitucional, en razón a que no se cuenta con una etapa probatoria amplia; así lo
establece la jurisprudencia constitucional; así por ejemplo, el AC 0005/2006-CDP de fecha 12 de abril
de 2006 citado en la SC 1153/2005-R de 26 de septiembre de 2005, rechazó la pretensión del actor
en sentido que se califique los daños y perjuicios, fundamentando que: “...los recurrentes solicitan
que la calificación del daño causado se efectúe según las pérdidas sufridas, por la falta de ganancia,
como víctimas de las lesiones a sus derechos; vale decir, pretenden un resarcimiento por el lucro
cesante y el daño emergente, lo que se encuentra previsto en las normas del art. 994 del Código Civil
(CC), para lo cual debe instaurar un proceso ordinario...”; correspondiendo a la parte accionante,
acudir ante la jurisdicción ordinaria para satisfacer dicha pretensión.
POR TANTO