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EL SER Y EL TIEMPO
4.Preeminencia óntica (lo que se relaciona con el ser) de la pregunta que interroga por el ser
Ontológico(pensamiento y entendimiento del ser); preontológico(análisis previo para delimitar su analític
La ciencia es un conjunto de proposiciones verdaderas, tienen modos de conducirse: el hombre y la forma
de ser de este ente, la designamos como ser ahí. Sin embargo, la investigación científica no es la única ni
la más inmediata.
Llamamos existencia el ser mismo al cual puede conducirse y se conduce siempre de alguna manera el
ser ahí, es el ser de este. La ontología fundamental tenga que buscarse en la analítica existenciaria del
ser ahí. Múltiple ventajas sobre todos los demás entes: 1 Es óntica, ente determinado por la existencia.
2) ontológica (ser ahí en sí mismo ontológico, originalidad. 3)la condición óntico-ontológica de la
posibilidad de todas las ontologías, es superior, se pregunta por el ser. Existo en el mundo y luego pienso,
ser en el tiempo sometido al presente, pasado y futuro. El ser ahí conduce a aquello por lo que se pregunta
en esta pregunta, a saber, la comprensión preontológica del ser.
No es lo mismo hablar del ser y hablar del ente. Ser tiene que ver con un verbo, la acción y ente con
la cosa. Diferencia: la metafísica tradicional se va a preguntar más que por el ser, por el ente, por las
cosas que son. El ser es la actividad de existir. El ente es el que ejerce la actividad
Capítulo II
Al puntualizar los problemas se requiere un expreso apropiarse y asegurarse la recta forma de acceso a
este ente.
El ser ahí es lo más cercano, nosotros mismos somos en cada caso él. El ser ahí es ónticamente lo más
cercado a él mismo, ontológicamente lo más lejano pero preontológicamente no extraño. El mundo es
una parte de su ser, pues el hombre tiene la característica de ser en el mundo.
Persiguen por distintos caminos y en varia medida la interpretación de los modos. La interpretación
existencial puede requerir una analítica existenciaria, una analítica del ser ahí. No es lícito aplicar en forma
dogmático-constructiva a este ente una idea cualquiera del ser y de la realidad, no es lícito imponer al ser
ahí en forma de categorías. Debe tal forma mostrar el ente tan como es en su cotidianidad de término
medio. La analítica del ser ahí es lo que determina sus límites. No puede pretender dar una completa
ontología del ser ahí.
Análisis también provisional. Su misión es preparatoria para poner en libertad la interpretación más
original posible del ser. En el ser ahí se muestra la temporalidad. Aquello desde lo cual el ser ahí
comprende e interpreta, aunque no expresamente, lo que se dice ser, es el tiempo. En este fenómeno
tienen sus raíces los problemas centrales de toda ontología. La existencia del ser ahí es la temporalidad
El problema ontológico fundamental de la exégesis del ser abarca la temporalidad del ser. Sólo resulta
apresable cuando se mira al tiempo.
Su existencia consiste en ser en el tiempo, es un ser histórico. Intenta analizar todo lo que conforma
nuestro ser, ontología. Estamos entendiendo lo que hay debajo del interactuar, un ser útil con el cual yo
me curo(interactúo), la estructura que me hace interactuar es que estoy el mundo y que las cosas tengas
una finalidad. Explica la base fundamental sobre la que se mueven todas las actividades.
Fenomenología es la forma de acceder a lo que debe ser tema de la ontología la forma demostrativa de
determinarlo. La ontología solo es posible como fenomenología, sí puede estar oculto lo que debe
volverse fenómeno. Encubierto(lo no descubierto), enterrado(ya descubierto volvió a quedar encubierto.
Total o aún visible) y desfigurado, es el más frecuente y el más peligroso.
Ontología y fenomenología caracterizan a la filosofía misma por su objeto y por su método. La filosofía es
la ontología universal y fenomenológica que parte de la hermenéutica del ser ahí, ata el cabo del hilo
conductor de toda cuestión filosófica. Cómo lo esencial de ésta no reside en ser real, más alta que la
realidad está la posibilidad.
Andar en el mundo no es conocer de manera externa pero sí el usar, práctica. El simple dirigir la vista
carece de la comprensión, pero el “andar” tiene su peculiar forma de ver. El ver de semejante ajustarse
a las cosas es el “ver en torno”. Al hecho de interactuar con las cosas y las personas le llama “curarse de”.
La conducta “práctica” no es “ateorética” (llevar a tope la funcionalidad de la cosa), sino que el contemplar
es tan radicalmente un “curarse de”. La conducta teorética es un simple “dirigir la vista” que no “ve en
torno”. Dos formas de curarse: usarlas o pensarlas, práctica (uso) y la teoría (me acerco a las cosas a través
del pensamiento, dirigir la vista)
El ser ahí existe. Se pregunta por la unidad ontológica. El ser ahí en un estado de yecto, es en cada caso
sus posibilidades mismas (se proyecta sobre ellas). El “ser en el mundo” es siempre cotidianidad del
término medio del ser ahí, abierto-cayendo, proyectante-yecto(arrojado en el mundo) y en el “ser con”
peculiar “poder ser” mismo.
*Está fuera de cuestión la posibilidad de apresar el fenómeno de la totalidad del todo estructural por
medio de una síntesis de los elementos. Accesible a través de la unidad, es el fundamento ontológico. La
experiencia cotidiana y la idea del hombre no pueden darle el análisis ontológico.
*Se da por el fenómeno de la angustia. La angustia como posibilidad del ser del “ser ahí”, da la base
fenoménica para apresar en forma explícita la totalidad original del ser del “ser ahí”. Se desemboza como
“cura”.
Tomamos por punto de partida los últimos análisis, los de la caída. Especie de fuga del “ser ahí” como
“poder ser sí mismo”. En la caída se da la posibilidad de apresar ontológico-existenciaramente el “ante
qué”. La caída la llamamos una fuga del ser ahí ante sí mismo. Pero no todo retroceder ante”, desvío de”
es necesariamente una fuga. El desvío de la caída se funda antes bien, en la angustia, que es por su parte
lo único que hace posible el temor. El ante qué de la angustia es el “ser en el mundo” en cuanto tal. No
es ningún ente intramundano(ante que del temor), es absolutamente indeterminado, quiere decir que no
son relevantes los entes intramundanos. Anda de lo que es a la mano y ante los ojos funciona como
aquello ante que se angustia la angustia. El “ante qué” de la angustia es el mundo en cuanto tal.
Únicamente gracias a esta insignificatividad de lo intramundano se impone el mundo en su mundanidad.
Lo que angustia es la posibilidad de algo a la mano” es decir el mundo mismo.
La angustia lo que como modo del encontrarse abre por primera vez el mundo como mundo. La angustia
“singulariza” al “ser ahí”, abre al “ser ahí” como “ser posible”, al más peculiar poder ser libre para”.
*Retroceder por temor es una fuga, puedes retroceder por la angustia. Es el darse cuenta que puede ser
una multiciplicadad, abierto a muchas posibilidades. Asombrarse porque puede ser muchas cosas.
En la angustia le va a uno “inhóspitamente” (no estar en su casa), saca al “ser ahí” de su cadente
absorberse en el “mundo”. Queda quebrantada hasta las entrañas la cotidiana familiaridad. El “ser ahí”
es singularizado, pero como “ser en el mundo”. Este puede atemorizarse, angustia para sí misma. Saca
al “ser ahí” de su caída y le hace patentes la propiedad y la impropiedad como posibilidades de su ser. La
responsabilidad que viene ser libre, prolongar estados en donde descubres tu propio ser. Tienes libertad
abierta y experimentándote en el mundo es lo que causa angustia. Ser en el mundo permite angustiarte.
Pre-ser-se -en-el-ser- ya- en -como ser cabe (entes que hacen frente en el mundo)
Futuro Pasado Presente Entenderlo en su temporalidad, ser histórico
El fenómeno no expresa una primacía de la conducta “práctica” sobre la teorética. “teoría” y “práctica”
son posibilidad del ser de un ente cuyo ser tiene que definirse como cura. Esto no es menos válido del
impulso y la inclinación. Se fundan en la cura.
A la presente investigación no aspira a tratar todos los temas de una ontología del ser ahí, sino cómo
están fundados existenciariamente en la cura estos fenómenos(ser del ser ahí).
En el querer resulta un ente del que hay que curarse, procurar por. El querer sólo es una modificación.
El desear es una modificación existenciaria del proyectarse comprensor, que, caído en el “estado de
yecto” se limita simplemente a inclinarse a las posibilidades, se convierte en el “mundo real”.
Comprender al ser en una totalidad. Se da en un fin que es la muerte (ausencia de la posibilidad de curarse,
fin posibilidades y existencia). La totalidad de este todo estructural se desembozó como cura en la forma
“poder ser” yo mismo, su conexión con la facticidad y la caída del “ser ahí”. La comprensión del ser sólo
es aclarable radicalmente en el “ser ahí” sometiendo al ente a una exégesis(interpretación) original. Una
exégesis original pide una situación hermenéutica segura y asegurarse si se ha adueñado en el “tener
previo” del todo del ente temático bajo el punto de vista de la unidad de los posibles elementos
estructurales.
El fin del ser en el mundo es la muerte, define la totalidad en cada caso posible del ser ahí. “Ser
relativamente a la muerte” revelará la constitución ontológica del “poder ser total” del “ser ahí”.
Capitulo I El posible “ser total” del “ser ahí y el “ser relativamente a la muerte”
Alcanzar la totalidad del “ser ahí” en la muerte es al par la pérdida del ser del “ahí”. Una experiencia de
la muerte, “ser con” los otros, “ya no ser ahí” en el sentido del “ya no ser en el mundo”, “ante los ojos”
La muerte se ve como una pérdida que experimentan los supervivientes. Heideger busca entender la
estructura, sólo logra que aceptemos nuestro límite, finposibilidades. Las personas se curan con el cadáver
A las posibilidades del “ser uno con otro” pertenece la posibilidad de ser representado un “ser ahí” por
otro. Fracasa al llegar al fin el ser allí y que en cuanto tal da a este su totalidad. Nadie puede tomarle a
otro su morir. Al análisis de la muerte le queda la posibilidad o en un concepto puramente existenciario o
de renunciar a la comprensión ontológica del mismo.
El fundamento de la interpretación está en cada estado de ánimo. La publicidad del cotidiano “un con
otro” sabe de la muerte como de algo que hace frente constantemente. El análisis no pertenece
propiamente a nadie. El encubierto esquivarse ante la muerte domina la cotidianidad. El uno se cura en
esta forma de tranquilizar constantemente acerca de la muerte. Sobre la base del fenómeno del ante qué
de la fuga, proyectar fenomenológicamente cómo el mismo “ser ahí” que se esquiva comprende su
muerte.
*Ahora en sentido inverso debe obtenerse una exégesis del cotidiano “ser relativamente al fin” el pleno
concepto existenciario de la muerte. La cotidianidad se queda en esta “certidumbre” de la muerte.
Un modo de la certidumbre es la convicción. La muerte es un innegable “hecho de experiencia”. Dentro
de la caracterizada certidumbre empírica, no puede el “ser ahí” llegar a ser cierto. Sólo es lícito por
debajo de la más alta certidumbre, apodíctica con conocimiento teorético.
Uno dice la muerte llega ciertamente, pero por ahora aún no. Le quita la incertidumbre el por ahora aun
no. A la certidumbre de la muerte va unida la indeterminación de su cuando. ser cierta y al par
indeterminada(posible a cada instante) es el carácter de posibilidad más peculiar de la muerte).
“El fenómeno del aún no”, tomado al pre-ser-se, dista tanto de ser, como la estructura de la cura en
general, pero es lo único que hace posible semejante “ser relativamente al fin”.
Existencia= estar fuera se puede dividir en: abierto al mundo (formas del curarse: te ocupas de las cosas
o te preocupas de las personas) o abierto al ser posibilidades (Llega la angustia cuando se da cuenta de
las posibilidades).
Todos los esfuerzos de la analítica existenciaria se dirigen a una meta: encontrar una posibilidad de
responder por el sentido del ser en general mediante una exégesis original. Se ha alcanzado la requerida
exégesis original del “ser ahí” con el haber hecho patente en la temporalidad la condición original de
posibilidad de la cura. Temporalidad surge al mirar al “poder ser total y propio” del “ser ahí”, en este
análisis se desembozó el complejo de la muerte, la deuda y la conciencia.
La muerte sólo es un fin del ser ahí, pero el otro es el “nacimiento”. El ente que es “entre” el nacimiento
y la muerte representa el todo buscado. Consta de una secuencia de vivencias “en el tiempo”, sólo es
“propiamente real” la vivencia ante los ojos, en el ahora del caso. Pero queda el ser cambiante y
persistente, en el fondo se asienta en esta caracterización del continuo de la vida.
El “ser ahí” no existe como una suma de vivencias que vienen una tras otra y desparecen sino él mismo
se prolonga, su ser tiene la constitución de un prolongarse. No es nunca el nacimiento algo pasado como
tampoco la muerte lo que falta. Fin=límite
Quedará señalado el punto de partida de los factores esenciales para la historia. Al gestarse histórico del
“ser ahí” son esenciales el abrirse y el interpretarse, posible “construcción del mundo histórico en las
ciencias del espíritu”. Por lo tanto, el análisis de la historicidad del ser ahí obj mostrar ente no es temporal
por estar dentro de la historia, sino sólo existe y puede existir históricamente por ser temporal en el
fondo de su ser.
Es lo mismo si están en uso que fuera de uso, lo cierto es que ya no son lo que era. El pasado es el mundo
dentro del cual hacían frente como algo a la mano y usadas por un ser ahí que era en el mundo curándose
de. El ser ahí nunca es pasado porque su esencia no puede ser nunca “ante los ojos”, sí existe, sino “sido
ahí” (de tu tiempo). El ser ahí se prolonga, en una historicidad. Las antigüedades aún ante los ojos, son
pasadas y proceden como útiles, de un mundo sido de un ser ahí sido ahíprimariamente histórico.
Ente sólo es histórico en razón de su pertenencia a un mundo. La naturaleza forma parte del mundo
circundante, “suelo de la historia”. Los seres que no son “ser ahí” son “histórico-mundano”. Los entes no
se vuelven “más históricos” con el alejarse. En el fondo el ser ahí es el sujeto primario de la historia
Constitución de la historicidad
El “ser ahí” tiene fácticamente en cada caso su “historia”. El estado de resuelto se comprende el poder
ser sobre sí en su estado de yecto el ente que él mismo es. Preguntarse: dónde pueden sacarse en general
las posibilidades sobre las que se proyecta fácticamente el “ser ahí”.
Yecto, es el ser ahí a la responsabilidad de sí mismo y ser en el mundo, existe fácticamente con otros. El
comprender existencial propio se sustrae en tan escasa medida al estado de interpretado.
El estado de resuelto en que el ser ahí retrocede hacia sí mismo abre las posibilidades fácticas del existir
propio en el caso partiendo de la “herencia” que toma sobre sí en cuanto yecto. Sólo el ser en libertad
para la muerte da al ser ahí, a la simplicidad de su destino individual, se hace “tradición” de sí mismo, ser
histórico en la raíz de su existencia. El destino colectivo no es un conjunto de individuales ni concebirse
el ser uno con otro pues ya son anticipados los destinos individuales. El ser uno con otro no es sólo estar
juntos, sino un cuidarse con los otros. El mero hecho de existir abre la posibilidad. Historia colectiva e
historia individual. La apertura da la posibilidad de hacer un destino juntos. Sólo la temporalidad propia
hace posible una historicidad propia.
Historicidad es inherente al ser de ser ahí, tiene que ser histórico también el existir impropio, no olvidar
la historicidad impropia. Aquello que hace que el ente sea lo que es. Reestructurar la lógica
*¿Volver un sentido a la palabra humanismo? Devolver porque ha perdido el sentido. Desconfiar de los
ismos y términos que no han existido. Ha perdido su sentido por la intelección de que la esencia es
metafísica y se afinca en el olvido del ser. Se debe determinar de nuevo y ajustar.
Despertar una reflexión a la “naturaleza del hombre”. Contra los “valores” se aterran ante una filosofía
que se atreve a menospreciar en la desatención a los más altos bienes de la humanidad. destructor
“nihilismo”. Se habla expresamente de la “destrucción fenomenológica”. En el caso de los valores es
peligroso. Muy postmoderno. Todo valorar es una subjetivación. El valorar hace valer únicamente al ente
como objeto de su quehacer. Se anuncia a “Dios como el más alto valor” se rebaja la esencia de Dios. La
explicación ontológica no niega tus creencias religiosas. Con la determinación existencial del hombre no
se ha decidido nada aún sobre la existencia o no de Dios y su posibilidad. Esta filosofía se detiene en la
indiferencia y decae en nihilismo. Desde la esencia de la gracia está por pensar la de la divinidad.
La contraposición al humanismo no es una defensa de lo inhumano, sino abre otros panoramas. No por
criticarlo quiere decir que se inhumanista. El hecho de que te preguntes no significa que lo estés negando.
Cuestionar lo preestablecido. Pensar contra la lógica no quiere decir romper una lanza por lo ilógico, sino
repensar el logos y su esencia. Es irrelevante por preguntarte cosas que no te atañen
Mundo no significa un ente(s), sino la apertura del ser. El mundo es el más allá dentro y para la existencia.
La esencia del hombre descansa en el “ser en el mundo” tampoco es clara.
Cree que no hay una sola interpretación del ser ahí, no niega la tradición. Se basa en Aristóteles.