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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DEL ZULIA


FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE MEDICINA
PROGRAMA PARA TECNICO SUPERIOR
EN ENFERMERÍA (PETSE)
7MO SEMESTRE – LA VILLA

REALIZADO POR:

C.I. . .

JUNIO, 2017
El propósito vital de todo ser humano es generar vida y tratar de conservarla
y disfrutarla. Es por eso que buscamos siempre desarrollarnos, crecer, estar en
armonía y en equilibrio, relacionarnos saludablemente, encontrarle sentido a la
vida, en fin dejar huella.

Sin embargo la vida moderna con su ritmo acelerado y las demandas que
nos impone en diferentes áreas de nuestro desarrollo nos reta al manejo de
situaciones cotidianas que generan tensión crónica, ansiedad y malestar en
general. Y ese reto también nos demanda a desarrollar la capacidad de asimilar
de manera sana las tensiones y el desgaste cotidiano, es decir adaptarnos a la
tensión o estrés de una manera sana como parte relevante de nuestra salud
mental.

Sin esta capacidad de adaptación nuestra autoestima, nuestras


posibilidades de desarrollo personal y nuestras relaciones con los demás se ven
afectadas de manera significativa. Es por eso que es necesario conocer a fondo
el proceso de adaptación al estrés, para llevar una vida sana en todas las áreas de
nuestra vida.

El estrés necesario para nuestro buen funcionamiento se convierte en distrés


y no siempre estamos en condiciones de desarrollar la respuesta adaptativa hacia
este estrés nocivo enfrentándolo generalmente de manera inadecuada y muchas
veces, reaccionamos cuando ya se presentan síntomas de enfermedad, la
mayoría de las veces graves, como úlceras, disritmia cardiaca, dermatitis
nerviosa, colon irritable, tensión muscular crónica, migraña, angustia, depresión y
pánico.
La presentación de estos síntomas muchas de las veces incapacita a la
persona para llevar una vida plena y funcional, lo que genera más tensión e incide
gravemente en sus relaciones familiares, laborales y en su desarrollo profesional.

El estrés nocivo o distrés se conoce como el principal generador del


ausentismo laboral, lo que genera grandes pérdidas económicas en las empresas.
Es también un ingrediente importante en la generación de adicciones, de
accidentes laborales, tensiones familiares y actualmente se reporta que afecta el
rendimiento escolar ya desde niveles preescolares.

Ante la necesidad de desarrollar una nueva “capacidad adaptativa” para una


respuesta saludable ante situaciones estresantes, educar para prevenir y
solucionar se hace indispensable para crear una nueva actitud hacia una “ecología
de la mente y del espíritu” que favorezca la salud integral.

En efecto, para prevenir los efectos del estrés negativo hay que adquirir
hábitos de vida saludables, como hacer ejercicio, llevar una alimentación sana,
dormir suficiente, evitar el consumo de cigarro, reducir el consumo de alcohol,
estar más conscientes de las sensaciones y emociones: escuchar nuestro cuerpo.

Necesitamos también tomar conciencia de nuestra participación en la


generación del estrés nocivo, es decir mi grado de complicidad. Para esto es
necesario cambiar nuestras percepciones, que nos llevan a suposiciones o
creencias limitantes acerca del trabajo, el éxito, las relaciones en general y la
felicidad. Se requiere entonces un cambio de actitud ya que, de acuerdo a nuestra
actitud ante lo que la vida nos presenta
Un maestro de los libros de autoayuda y desarrollo personal de los últimos
tiempos, enfocado en los cambios de paradigmas personales, ha sido el gran
Stephen R. Covey, fallecido con 79 años el 16 de julio de 2012.

Este autor explica en su escrito sobre “Los 7 hábitos de la gente altamente


efectiva”, de que si uno quiere ser “altamente efectivo”, todo depende de sus
hábitos ¿Qué hábitos tienes? ¿Son hábitos que te hacen “sumar” o te “restan”
energía, tiempo y habilidades? En este sentido, él señala que la mejor inversión
que puede hacer uno para es mejorarse a sí mismo es desarrollando los hábitos
que nos harán mejor persona y mejor profesional en nuestro campo profesional.

Ahora abordaremos cada uno de dichos hábitos de forma resumida:

1. Sé Proactivo: Asume la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las


cosas sucedan. Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En este espacio
se encuentra nuestra libertad para optar. De estas opciones dependen nuestro
crecimiento y felicidad. El momento más difícil para adoptar este hábito es ser
consciente de tu vida y optar por vivirla de forma plena adoptando las decisiones
más adecuadas en cada momento.

2. Empieza con un fin en la mente: Es el hábito de la visión, del propósito,


de la misión. El momento difícil en este hábito es luchar contra nuestra propia
zona de confort, cuando estamos cansados o perezosos, porque siempre es más
fácil dejarse llevar por la corriente y volver a asentarnos en la zona de confort.

3. Primero, lo Primero: Es el hábito de la integridad, de la disciplina, de


mantener un compromiso. El momento difícil se entiende bien con el siguiente
ejemplo: Es necesaria una forma poderosa de control de una minoría cuando unos
pocos millones de papilas gustativas nos incitan a comer cosas que no nos
convienen y gritan “si” y billones de células del cuerpo gritan “no”.

4. Piensa en Ganar-Ganar: Es una estructura de la mente y el corazón que


constantemente procura el beneficio mutuo en todas las interacciones humanas.
Momento difícil: salirnos con la nuestra, demostrar que tenemos razón, rendirse y
ceder.

5. Procura primero comprender… y después ser comprendido: Es el


hábito de la comunicación efectiva. El momento delicado en este hábito es
sentirse incomprendido, gritar para que le comprendan, juzgar antes de
comprender, monologo colectivo…

6. Sinergiza: Insista en el espíritu del hábito 4 y la habilidad del hábito 5


hasta que el espíritu de sinergia comienza a entrar en la relación.
¿Qué es SINERGIA? Una definición buena de sinergia es que el todo es más que
la suma de sus partes. El hábito de sinergizar implica la cooperación creativa y el
trabajo en equipo. Su esencia consiste en valorar las diferencias: respetarlas,
compensar las debilidades, construir sobre las fuerzas.

El reto para llevar a cabo este hábito se produce cuando no te entiendes con
alguien y te sientes tentado a llegar a un compromiso porque es la salida más
fácil.

7. Afila la Sierra: Emplear nuestros dones y dotes únicos para renovarnos


constantemente a nosotros física, mental y espiritualmente y para renovar
nuestras relaciones. Así, contrarrestamos la entropía (tendencia de todas las
cosas a una eventual ruptura). El modo más efectivo de renovarse suele ser la
reflexión y meditación diarias.
El reto en este hábito es invertir tiempo y dinero en nuestro desarrollo
personal y en las reflexiones diarias, escribir un diario a fin de observar nuestros
compromisos, apagar la tv estúpida, hacer ejercicio, leer constantemente, etc.
Cuando nos unimos a otros al “afilar la sierra”, se profundizan las relaciones y se
da realmente una vinculación. Se desplaza el punto de apoyo de la palanca y se
multiplican la influencia y la sinergia.

Al ver estos 7 hábitos, y los interiorizamos de forma equilibrada y coherente


nos vacunamos a nosotros mismos. Poco a poco desarrollamos un sistema de
inmunidad que nos permite utilizar nuestros recursos y reservas más profundos al
enfrentarnos a cualquier problema. Se cultiva la conciencia y humildad para
recurrir a nuestros recursos cuando es necesario.

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