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Sus libros han sido traducidos a distintos idiomas. Fue galardonado en 2003
con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, en
palabras del jurado, "por su coincidente preocupación por los sectores más
desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que
han tratado de tergiversar su mensaje". En 2012 recibió el Premio Nacional de
Cultura concedido por el Ministerio de Cultura del Perú y Petroperú. .
Formación y juventud.
Afligido con osteomielitis durante su adolescencia, tenía que guardar cama
con frecuencia y luego, de los doce a los dieciocho años, quedó restringido a
una silla de ruedas. Una vez restablecido, realizó estudios de medicina y letras
en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú) mientras militaba en
la Acción Católica, donde desarrollaba sus primeros esbozos de reflexión
teológica. Fue en esta época cuando sintió la necesidad de profundizar en sus
estudios teológicos. Su relación con la realidad de su país se convirtió en un
compromiso que le obligó a profundizar en su conocimiento de Dios:
Pensamiento.
En primer lugar, en el pensamiento de Gutiérrez se observará la realidad
latinoamericana, como "signo de los tiempos", fundamento y motor de la
teología de la liberación, tal y como la entiende él. Sin lugar a dudas su vida
marcó de forma definitiva su pensamiento teológico. El mundo que conoció en
su juventud era un mundo de injusticia y opresión en contra de los
menesterosos. Como él mismo dice:
Vengo de un continente en el cual más del 85 % de la población vive en
situación de "pobreza" y de "pobreza extrema". Esto significa que hay una
mayoría que no logra satisfacer sus necesidades básicas e incluso que carece
de lo más elemental. Vengo de un continente donde en los últimos 20 años
han sido asesinados más de cien religiosas, religiosos, sacerdotes y obispos, y
varios centenares de catequistas y miembros de las comunidades cristianas.
Teología de la liberación.
Un esbozo de su propuesta teológica fue expuesto ya en su conferencia "Hacia
una teología de la liberación", durante el II Encuentro de Sacerdotes y Laicos
realizado en Chimbote, Perú, entre el 21 y el 25 de julio de 1968:
Para algunos el término desarrollo sería, por decirlo así, negativo. Habría
surgido como oposición al término subdesarrollo que expresaba la situación –
y angustia– de los países pobres comparados con los países ricos.
La praxis liberadora.
La reflexión teológica de la liberación no se limita a ser un simple discurso sin
implicaciones prácticas y concretas, sobre todo cuando dicha reflexión gira en
torno a una situación humana que amenaza con destruir la dignidad y las vidas
de los hombres y mujeres que habitan en este continente. Por lo tanto, la
reflexión en torno a esta situación desemboca en lo que los teólogos de la
liberación llaman “praxis liberadora”. Por praxis liberadora, los teólogos de la
liberación entienden al proceso mediante el cual la fe de la Iglesia construye la
liberación económica, espiritual e intelectual de los pueblos socialmente
oprimidos como cumplimiento del reino de Dios.
Escatología liberadora.
Esta conclusión procede en buena medida de la concepción presente del reino
de Dios y de la irrupción de la escatología en la historia:
Si la historia humana es, ante todo, una avertura al futuro, ella aparece como
una tarea, como un quehacer político, construyéndola el hombre se orienta y
se abre al don que da sentido último a la historia: el encuentro definitivo y
pleno con el Señor y con los demás hombres.
Críticas.
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación
acreditada. Este aviso fue puesto el 15 de septiembre de 2007. .
Ideología.
Muchas veces se ha tachado a la teología de la liberación de ser una simple
ideología político-social con ciertas implicaciones religiosas. Sin embargo,
Gutiérrez, desde el inicio de su obra, indicó que la teología de la liberación no
intentaba crear una ideología más sino de presentar lo que la palabra de Dios
dice sobre la situación de este continente:
El método teológico.
Quizás lo más relevante de la teología de la liberación es su propuesta
hermenéutica. Para la teología dogmática evangélica y católica, se debe
observar el texto bíblico y la tradición para poder entender el mensaje original
y, sobre la base de eso, crear un puente con nuestra realidad. Por otro lado, la
teología de la liberación entiende este método de una forma diferente. La
teología de la liberación, en primer lugar, observa la realidad. Es decir, por
medio de la ayuda de las ciencias sociales, y con influencia del marxismo,
analiza las condiciones socio políticas del contexto en el que se pronunciará el
discurso teológico. Posteriormente va al texto bíblico para entender que aporta
a dicha situación. Es indudable que la realidad social contemporánea al
teólogo tiene una importancia vital para el desarrollo de su mensaje. Sin
embargo, la teología de la liberación, en mayor o menor escala, pondría más
énfasis en el análisis social que en el bíblico.
Toda teología es una palabra sobre Dios. En última instancia, ése es su único
tema. El Dios de Jesucristo se presenta como un misterio. Una sana teología es
por ello consciente que intenta algo muy difícil, pensar y hablar sobre ese
misterio.
Esto hace notar que Gutiérrez no está tomando una actitud irresponsable en
torno al uso de las herramientas marxistas. Por el contrario, esta consciente de
las consecuencias que puede traer sobre la teología. Sin lugar a dudas, dichas
consecuencias se vieron en el fuerte compromiso que algunas teologías de la
liberación tomaron con algunos movimientos guerrilleros. Sin embargo,
advierte: «Es preciso estar atentos (...), sin olvidar las formas históricas, ateas
y violentas del Marxismo». El compromiso que la teología de la liberación
tuvo con el marxismo resulta problemático para algunos críticos. Ciertamente,
Gutiérrez realiza las advertencias pertinentes, pero estas han sido
generalmente ignoradas por parte de teólogos y laicos.
Discriminación.
A comienzos de la década de 1970, invitado a dar una conferencia en Córdoba
(Argentina) por el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, Gutiérrez
se negó a comenzar su exposición si el padre Jerónimo Podestá permanecía en
la sala. Podestá, exobispo de Avellaneda, iniciador de la práctica de curas
obreros en Argentina y uno de los fundadores de la Teología de la liberación,
era uno de los líderes del movimiento mundial que luchaba por el
reconocimiento del derecho de los sacerdotes a casarse. Años después Clelia
Luro, viuda de Podestá, activista contra el celibato obligatorio en la Iglesia
Católica y presidenta de la Federación Latinoamericana de Sacerdotes
Casados, criticó la actitud discriminatoria de Gutiérrez con una carta abierta
en la que entre otras cosas dice:
Influencia.
Dentro de sus más destacados seguidores se puede citar a los padres Hugo
Echegaray y Luis Felipe Zegarra. Sin duda el pensamiento de Gutiérrez ha
marcado, consciente o inconscientemente toda teología latinoamericana. Esta
influencia puede observarse desde la propuesta evangélica de “misión
integral” desarrollada años después del origen de la teología de la liberación,
hasta el desarrollo de ministerios sociales dentro de las iglesias evangélicas en
las últimas décadas.
Obras.
Líneas pastorales de la Iglesia en América Latina (Montevideo, 1969)
Teología de la liberación: Perspectivas (Lima, 1971, traducida a veinte
idiomas).
Revelación y anuncio de Dios en la historia (Lima, 1971).
La fuerza histórica de los pobres (Lima, 1979).
Beber un su propio pozo. En el itinerario espiritual de un pueblo' (Lima,
1983).
Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente. Una reflexión sobre el libro
de Job (Lima, 1986).
La verdad los hará libres (Lima, 1986).
Dios o el oro de las Indias (Lima, 1989).
El Dios de la vida (Lima, 1989).
Entre las calandrias. Un ensayo sobre José María Arguedas (Lima, 1990)
En busca de los pobres de Jesucristo, el pensamiento de Bartolomé de Las
Casas (Lima, 1992).
Dónde dormirán los pobres? (Lima, 2002).
Gustavo Guitérrez. Textos esenciales. Acordarse de los pobres (Lima, 2004,
selección de textos de Gustavo Gutiérrez).
Del lado de los pobres. Teología de la liberación (en coautoría con el cardenal
Gerhard Müller, 2013).
Iglesia pobre y para los pobres (en coautoría con el cardenal Gerhard Müller y
José Sayer, 2015). .
Premios y reconocimientos.
Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (2003).
Medalla R.P. Jorge Dintilhac por la Pontificia Universidad Católica del Perú
(2010).
Doctorado Honoris Causa en Teología Universidad de Yale (2009).
Premio Nacional de Cultura Ministerio de Cultura del Perú (2012).
Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
(1992)
Premio Capri San Michele, Anacapri, setiembre 2014.
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