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británica; ganó el premio T. S. Eliot en 2011 con Black Cat Bone y el Forward Poetry Prize con
el mismo libro. Es autor de poemarios como The Hoop (Carcanet, 1988), The Asylum Dance
(Jonathan Cape, London, 2000), con el que mereció el Whitbread Poetry Award. Recibió, entre
muchos otros premios, el Scotish Arts Council Book Award en dos ocasiones, el Geoffrey Faber
Memorial Prize, el Encore Award, el Saltire Society Scottish Book of the Year Award o el Corine
Literature Prize. Es profesor en la universidad St. Andrews de Creative Wrinting y Literature and
Ecologist. La intensidad lírica de sus poemas suele estar en la línea fronteriza de dos mundos. Por
ejemplo, los poemas que presentamos ahora abordan la metamorfosis cristiana, la frontera entre
la vida y la muerte, entre Dios y el ser humano, entre el tiempo y la eternidad, entre lo mundano y
lo sacro.
Parusía
II
Compañero de sí: no yo, sino ecos Commented [G2]: Viendo el contexto podría más bien ser
reproduciéndose en la piel; algo como “ente de compañía” o “ser de compañía” puesto
que recurre a la definición a través de los dos puntos.
media vida de contactos y golpes, el patrón
submicroscópico de la resurrección.
Sabía que podía acuclillarme
en el olor del pantano bajo el seto
o caminar a través de campos y almacenes de madera
hacia los nidos de agua y los tambores llenos de lluvia, Commented [G3]: Textualmente son los barriles de aceite,
en donde transportan el petróleo, no sé si queda “tambores”
pero en alguna parte del camino
encontraría el Cristo:
una trampa, un tapete de pelo, una herida abierta, Commented [G4]: Aquí la secuencia va con punto y
la plata de la sangre de pescado y hueso coma, creo hay que respetarla pues tiene un fin anafórico
en lo blanco de sus ojos.
III
Hubo fronteras que nunca crucé:
charcos de vara de oro detrás del granero,
rastras y marañas de enredaderas
inmersas en la hierba,
IV
Era menos de un arroyo que de una frontera: Commented [G6]: Por cuestión de claridad creo podrías
un riachuelo sobre piedras color trigo, después un súbito dejarlo “Era menos un arroyo que una frontera”; se respeta el
sentido y no se enreda tanto la idea.
oscurecimiento.
Y ese era el lugar para cruzar,
pisando el frío, mis pies descalzos enganchando una profunda
piel de pescado y maleza;
ese era el reino del lucio donde el cuerpo se colocó
a un dedo de profundidad bajo la arena.
1
Es una de las plantas silvestres más comunes de la campiña británica (Nota del traductor, en
adelante N. T.)
2
Planta también conocida como erigerum canadensis o hierba carnicera.
al atardecer, cruzando el río, siempre supe
que algo estaba cerca, pero todo lo que vi
fue sangre caliente, vívida, totalmente física:
los gavilanes surcando el aire, la búsqueda del búho,
el armiño en la pared que sabe hacia dónde va su hambre.
V
Todas las resurrecciones son locales:
huellas que sangran
a través de la hierba del pantano y del agua,
un sonido que casi puedes oír
de la carne renovada
en el azote de la lluvia
o una rápida trucha
partiendo el arroyo.
Parousia
I
I could imagine a biblical presence:
a darkening of matter like this charged
sky, before the coming of the storm,
the lime trees around the station
streaming with rain,
a stiffening, a scab of pus and blood,
a wound on the air, a voice above the rooves,
II
Companion self: not me, but echoes
breeding on the skin;
a half-life of touches and blows, the sub-microscopic
patter of resurrection.
I knew I could squat
in the fen-smell under the hedge
or walk away through fields and timber yards
to moorhens’ nests and oildrums full of rain,
III
There were borders I never crossed:
pools of goldenrod behind the barn,
harrows and tangles of wire
immersed in weed,
IV
It was less of a stream than a border:
a rill over wheat-coloured stones, then sudden
dimming.
And that was the place to cross,
treading the cold, my bare feet snagging a depth
of fish-skin and weed,
that was the kingdom of pike, where the body was laid
a finger’s depth under the sand.
V
All resurrections are local:
footprints bleeding away
through marsh-grass and water,
a sound you can almost hear
of the flesh renewed
in the plashing of rain
or a quick trout
breaking the stream.