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I. Introducción
Para hacer una exposición ordenada, en primer lugar veremos muy sucintamente
la regulación actual del genocidio a nivel mundial y a nivel nacional y luego
analizaremos la norma que proponen los juristas mencionados.
Luego de las matanzas de armenios a manos de los jóvenes oficiales del régimen
turco, ocurridas principalmente en el mes de abril de 1915, y de la masacre kurda
de Simele, a manos del gobierno iraquí, en agosto de 1933, un joven fiscal y jurista
polaco, Raphael Lemkin, se presentó ante el Consejo Jurídico de la Liga de las
Naciones, que sesionaba en la Conferencia de Derecho Penal Internacional en
Madrid. Su presentación se basó en un ensayo sobre el “Delito de Barbaridad”,
como un delito contra la humanidad, siendo ésta la primer categoría mencionada
de delito contra la humanidad y antecedente directo del término genocidio. Tuvo
que renunciar a su cargo de fiscal. Aunque logró huir a la persecución, perdió a
toda su familia en el Holocausto. En 1941 se muda a EE.UU. En una obra que la
El Art.1 lo conceptúa como un delito del Derecho Internacional que los que firmen
deben prevenir y sancionar.
Por ello, la Comisión creada en 2012, tuvo esto en miras y salió a redimir la deuda
histórica argentina. Así, el primer delito que prevé la segunda parte del
anteproyecto, dedicado a la parte especial del futuro Código, es el genocidio,
teniéndose como el crimen más grave que puede cometerse para el sistema
normativo argentino (la comisión mantiene el esquema codificador progresivo, por
medio del cual los delitos van apareciendo en orden de importancia, merced a la
afectación del bien jurídico tutelado).
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B.O. del 25/04/1956.
Así, dice el Art.64 del futuro Código:
“Se impondrá prisión de veinte a treinta años, al que con la finalidad de destruir total
o parcialmente a un grupo de personas, identificado con criterio discriminatorio,
perpetrare alguno de los siguientes hechos:
Como vemos, la norma recepta los mandatos del esfuerzo codificador que hemos
puntualizado en el acápite anterior. El núcleo del delito es la destrucción – total o
parcial – de un grupo de personas al que se identifica con algún criterio
discriminatorio (puede ser la raza, la ideología política, la orientación sexual, la
creencia religiosa, etc.).
Obsérvese que el autor del delito puede ser una sola persona, y el hecho bien
puede ser uno solo. No es necesaria una pluralidad de actos para que se configure
el genocidio. A modo de ejemplo, con envenenar con una gota una planta de agua
potable de una población determinada, es suficiente.
Luego, se enumeran los modos comisivos del genocidio per se: la matanza de los
miembros de ese grupo, o la lesión grave física o psíquica a los miembros, o el
sometimiento a condiciones que puedan derivar en su destrucción, o la adopción
de medidas que impidan los nacimientos en el seno del grupo o el traslado por la
fuerza de miembros de ese grupo a otro.
Por último, se destaca que la escala penal aplicable – la más gravosa de todo el
Código – haría imposible inicialmente la aplicación de penas alternativas o de
institutos sustitutivos de la prisión efectiva.