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Seguridad eléctrica Medidas eléctricas Electromagnetismo

Pérdidas magnéticas Potencia en alterna Compensación de reactiva


Transformadores Motores asíncronos Arranque de motores

Resumen de conceptos teóricos


Seguridad eléctrica
Alta y baja tensión
De acuerdo con el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, las instalaciones eléctricas de baja
tensión son aquellas cuya tensión nominal es igual o inferior a 1000 V para corriente alterna y 1.500 V
para corriente continua. Por encima de estos valores se trata de alta tensión.
Un peligro añadido de la alta tensión es que no es necesario llegar a tocar las partes en tensión, sino
que al aproximarnos, puede saltar una chispa por el aire a cierta distancia, lo que hace engañosa la
sensación de seguridad. Sin embargo, lo que causa los daños no es la tensión, sino la corriente
eléctrica, aunque, según la ley de Ohm, a mayor tensión aplicada, mayor intensidad circulará, para
una misma resistencia.
La resistencia del cuerpo humano es muy variable y depende de la fisiología de la persona, la
sudoración, etc. Varía de unas personas a otras e incluso en una misma persona según las
circunstancias. También dependerá de los puntos de contacto con el cuerpo y de si se interponen
prendas u otros objetos aislantes. Se suele tomar como valor de compromiso unos 1000 ohmios.

Tensión de seguridad
Son tensiones de seguridad las de menos de 24 voltios, para locales o emplazamientos húmedos o
mojados, y de menos de 50 voltios para locales o emplazamientos secos.

Peligros de la corriente eléctrica


La energía eléctrica tiene un uso transversal y es una de las fuentes energéticas más utilizadas en el
mundo moderno. Sin embargo, esto trae como consecuencia algunos peligros en su uso en todos los
ámbitos, como empresas, comercio, hogar, etc.

Incendios
Los incendios provocados por causas eléctricas pueden ocurrir por sobrecalentamiento de cables o
equipos bajo tensión debido a sobrecarga de los conductores, sobrecalentamiento debido a fallas en
termostatos o fallos en equipos de corte de temperatura, fugas debidas a fallos de aislamiento,
autoignición debida a sobrecalentamiento de materiales inflamables ubicados demasiado cerca o
dentro de equipos bajo tensión, cuando en operación normal pueden llegar a estar calientes u ignición
de materiales inflamables por chispas o arcos eléctricos.

Electrocución
Un shock eléctrico puede causar desde una sensación de cosquilleo a un desagradable estímulo
doloroso o incluso una pérdida total del control muscular y llegar a la muerte.
Los efectos más peligrosos de la electricidad sobre el cuerpo humano son:
La fibrilación ventricular, modificación del ritmo cardiaco, es el efecto más peligroso ya que a
menos que se disponga de un desfibrilador, o se esté en un centro médico, se trata de un
acontecimiento espontáneo que provoca la muerte.
La tetanización produce la contracción involuntaria de los músculos de las extremidades haciendo
que la víctima pueda quedar pegada al conductor y llegando a provocar la muerte por asfixia.
También puede proyectar a la victima hacia atrás y provocar golpes o caídas.
Las quemaduras se producen obedeciendo a ley de Joule, que indica que el calor producido en una
resistencia al paso de una corriente, es directamente proporcional al cuadrado de la intensidad que
circula por ella. El calor producido puede ser muy grande y provocar quemaduras muy graves.
El umbral mínimo de percepción es 1.1 mA con corriente alterna. El umbral mínimo de contracción
muscular se produce con 9 mA. El umbral de corriente más peligroso es de 80 mA en corriente
alterna de 50 Hz, donde ya se puede llegar a la fibrilación ventricular. El umbral de corriente que
puede causar depresión del sistema nervioso central ocurre con corrientes de 3 ó 4 A
Aparatos y métodos de protección
Un método de protección es la separación de los elementos peligrosos, alejándolos de las personas
para evitar un posible contacto. Es el caso de las líneas eléctricas de alta tensión, alejadas en altura,
o de los centros de transformación, protegidos por verjas, paredes y puertas con llave.
Otro método es el aislamiento, rodeando las partes en tensión mediante aislantes que hagan
imposible el contacto con las mismas. Un tipo especial es el doble aislamiento que se aplica en
muchos pequeños electrodomésticos.
También se puede aplicar como método de protección el uso de tensiones de seguridad, que, por su
bajo valor, no provocan efectos peligrosos.
Como protección complementaria se utilizan los interruptores automáticos y diferenciales y la puesta
a tierra de las instalaciones, que permiten que, en caso de que se presente un riesgo eléctrico para la
instalación o las personas, se suprima automáticamente el suministro de energía eléctrica.
Los Interruptores Automáticos Magnetotérmicos actúan en el caso de una sobreintensidad, que
puede ocurrir por sobrecarga o por cortocircuito. Las sobrecargas son incrementos de corriente sobre
la corriente nominal del circuito, mucho menores que los producidos por los cortocircuitos, en los que
puede llegar a ser más de seis veces la corriente nominal.
En estos casos, la sobreintensidad se traduce en el incremento de la temperatura de los conductores,
momento en el cual los Interruptores “abren” el circuito evitando daños mayores como son los
incendios.

Los Interruptores Diferenciales, por su parte, actúan “abriendo” el circuito al presentarse una
“corriente de fuga” en alguna parte del circuito. Esta fuga de corriente eléctrica puede deberse a un
aislamiento deteriorado y puede producirse a través de alguna persona generándole un riesgo de
muerte por electrocución.
Los interruptores diferenciales de las viviendas tienen una sensibilidad de 30 mA. Cuando una fuga
supera este valor, el ID detecta que en la instalación entra más intensidad de la que sale y abre el
circuito en un tiempo suficientemente rápido para evitar daños graves en las personas.
Además, con la conexión a tierra, se conectan al suelo todas las partes metálicas susceptibles de
ponerse bajo tensión por una avería (tuberías, barandillas, carcasas y otros elementos metálicos).
Con la conexión a tierra, en caso de fallo de aislamiento la corriente de fuga tiene lugar por el cable
de tierra, haciendo saltar el interruptor diferencial antes de que una persona toque la parte en tensión
y sirva, ella misma, de conexión de fuga al suelo.

Las cinco reglas de oro para trabajar sin tensión


1. Abrir con corte visible todas las fuentes de tensión mediante interruptores y seccionadores que
aseguren la imposibilidad de su cierre intempestivo.
2. Enclavamiento o bloqueo, si es posible, de los aparatos de corte y señalización en el mando de
éstos.
3. Reconocimiento de la ausencia de tensión.
4. Puesta a tierra y en cortocircuito de todas las posibles fuentes de tensión.
5. Colocar las señales de seguridad adecuadas, delimitando la zona de trabajo.
Medidas eléctricas
En las instalaciones eléctricas, es necesario evaluar o medir algunos parámetros o magnitudes del
circuito eléctrico, como son la intensidad de corriente, la tensión, la resistencia, la potencia o la
energía. Estas magnitudes indicarán el buen funcionamiento de la instalación o posibles problemas.
Los aparatos de medida pueden ser analógicos que son aquellos que presentan la medida mediante
una aguja móvil que se desplaza por escala graduada, o digitales, en los que se puede leer como una
cifra numérica (dígitos) en una pantalla.
En los cuadros eléctricos, con el fin de ahorrar costes y espacio, se suelen utilizar conmutadores
rotativos, para poder emplear un solo aparato de medida y no varios, lo que permite obtener el valor
de las tensiones e intensidades de un sistema trifásico utilizando un solo voltímetro y un amperímetro.

Cuando la tensión o la intensidad son de valor elevado se utilizan transformadores de medida, que
adaptan el valor de la magnitud a medir al campo de medidas del aparato.

Medida de tensiones o de la diferencia de potencial


Para medir tensión utilizamos el voltímetro. Este aparato está formado internamente por una bobina
de muchas espiras y muy poca sección, por lo que presenta una gran resistencia interna, necesaria
para poder conectarlo en paralelo a los puntos donde se pretende realizar la medida. Cuanto mayor
sea la resistencia interna del aparato, menos interferencias provocará en el funcionamiento del
circuito correspondiente, ya que el aparato consume cierta intensidad.

Medida de intensidad de corriente eléctrica


La intensidad de corriente se mide con el amperímetro. Básicamente está constituido por una bobina
con muy pocas espiras y una gran sección. Se conecta en serie con el receptor al que queremos
medir la intensidad que consume. Para que la conexión de este aparato no modifique las magnitudes
en un circuito, se hace necesario que el aparato presente una resistencia interna prácticamente nula,
ya que de no ser así, su conexión al circuito provocaría modificaciones del valor de la resistencia total
y por ende todas las demás magnitudes derivadas de ésta.
Medida de resistencia eléctrica
El óhmetro, básicamente, está constituido por un galvanómetro (aparato medidor con escala
graduada en ohmios) y una fuente de alimentación (pila) en serie. La pila es la que permite que
circule una pequeña intensidad por el aparato medidor y por el circuito a medir, ya que éste ha de
estar desconectado de la red de alimentación. En función de la intensidad que circule, el
galvanómetro nos indicará el valor de la resistencia sobre la escala.

Para realizar la medida de resistencia, es necesario observar algunas precauciones previamente,


como que el circuito a medir esté desconectado de la red. Si es un elemento que forma parte de un
montaje (acoplamiento de receptores, circuito impreso, etc.), hemos de aislarlo del resto antes de
realizar la medida, ya que el acoplamiento puede influir para que el valor obtenido no sea el correcto.
Para realizar la medida, se colocan las puntas de las pinzas en los extremos de la resistencia a medir,
y el valor leído en la escala se toma directamente.

Medida de potencia, factor de potencia y frecuencias


Medida de potencias activas: para la realización de medidas de potencia, hay que distinguir si se
hace en corriente continua o alterna, ya que en continua se puede decir que toda la potencia es
activa, por lo que la mediremos con el vatímetro, al igual que la potencia activa en corriente alterna.
Básicamente, un vatímetro está formado por dos bobinas, una amperimétrica y otra voltimétrica; con
esta última se conecta en serie una resistencia óhmica que se encarga de corregir el desfase de
tensión e intensidad en el caso de corriente alterna.

La forma de conexión del vatímetro es igual tanto para corriente continua como para corriente alterna;
eso sí, el aparato debe ser para ese tipo de corriente. La conexión se puede realizar de forma directa
al circuito o se pueden conectar de forma indirecta mediante transformadores de medida.
Para la medida de potencia reactiva se utiliza el varímetro. Básicamente, es similar al vatímetro, pero
con la diferencia de que hay que incorporar al aparato un desfase de 90 º entre la tensión y la
intensidad en la bobina voltimétrica. Para ello se recurre a conectar bobinas y condensadores con la
resistencia óhmica del vatímetro, con lo que se obtiene así la medida de la potencia reactiva del
circuito. Ni que decir tiene que este aparato es exclusivo para corrientes alternas.
El factor de potencia se mide de forma directa con el fasímetro que puede ser inductivo o capacitivo,
dependiendo del tipo de receptor, según predominen las bobinas o los condensadores. Al igual que el
varímetro, sólo se utiliza en corriente alterna y puede ser tanto monofásico como trifásico.
Medida de frecuencia
La medida de frecuencia se realiza mediante el frecuencímetro. Los frecuencímetros analógicos
pueden ser de aguja o de láminas vibrantes. Dicho aparato se conecta al circuito de la misma forma
que el voltímetro; el valor de la frecuencia se obtiene directamente de la escala. La frecuencia es, al
igual que el factor de potencia, es una magnitud exclusiva de la corriente alterna.

Medida de energía eléctrica


El contador de energía (véase la Figura 5.42) es un aparato que hace la integración de potencia y
tiempo. Pueden ser analógicos o digitales, aunque éstos últimos se están imponiendo debido a su
fiabilidad, sus prestaciones y su reducido tamaño.
En lo que se refiere a su conexión, es válido todo lo expuesto anteriormente para medidas de
potencia, en cuanto a activa, reactiva y sus conexiones. Como ejemplo de conexión de estos
aparatos, tenemos la conexión de contador monofásico, y la conexión de contadores trifásicos de
forma directa o mediante transformadores de medida.

El multímetro
Un multímetro, a veces también denominado polímetro, tester o multitester, es un instrumento de
medición que ofrece la posibilidad de medir distintos parámetros eléctricos y magnitudes en el mismo
dispositivo. Las funciones más comunes son las de voltímetro, amperímetro y óhmetro.

La pinza amperimétrica es un tipo especial de amperímetro que permite obviar el inconveniente de


tener que abrir el circuito en el que se quiere medir la corriente para colocar un amperímetro clásico.
Se basa en la medida indirecta de la corriente a partir del campo magnético que genera.
Electromagnetismo
Desde el siglo VI a. C. ya se conocía que el óxido ferroso-férrico, al que los antiguos llamaron
magnetita, poseía la propiedad de atraer partículas de hierro. Hoy en día la magnetita se conoce
como imán natural y a la propiedad que tiene de atraer los metales se le denomina “magnetismo”.

Electromagnetismo
En 1820 el físico danés Hans Christian Oerted descubrió que entre el magnetismo y las cargas de la
corriente eléctrica que fluye por un conductor existía una estrecha relación.
Cuando eso ocurre, las cargas eléctricas o electrones que se encuentran en movimiento en esos
momentos, originan la aparición de un campo magnético tal a su alrededor, que puede desviar la
aguja de una brújula.

Ley de Biot y Savart

Si cogemos un trozo de alambre de cobre desnudo, recubierto con barniz aislante y lo enrollamos en
forma de espiral, habremos creado un solenoide con núcleo de aire.

Ley de Ampere

Si a ese solenoide le aplicamos una tensión o voltaje, la corriente que comienza a fluir por las espiras
del alambre de cobre, creará un campo magnético más intenso que el que se origina en el conductor
normal de un circuito eléctrico cualquiera cuando se encuentra extendido, sin formar espiras.
Si a esa misma bobina con núcleo de aire le introducimos un trozo de metal como el hierro, ese
núcleo, ahora metálico, provocará que se intensifique el campo magnético y actuará como un imán
eléctrico (o electroimán), con el que se podrán atraer diferentes objetos metálicos durante todo el
tiempo que la corriente eléctrica se mantenga circulando por las espiras del alambre de cobre.

Inducción magnética
Si cogemos un alambre de cobre o conductor de cobre, ya sea con forro aislante o sin éste, y lo
movemos de un lado a otro entre los polos diferentes de dos imanes, de forma tal que atraviese y
corte sus líneas de fuerza magnéticas, en dicho alambre se generará por inducción una pequeña
fuerza electromotriz (FEM), que es posible medir con un galvanómetro, instrumento semejante a un
voltímetro, que se utiliza para detectar pequeñas tensiones o voltajes.

Ley de Faraday
Este fenómeno físico, conocido como "inducción magnética" se origina cuando el conductor corta las
líneas de fuerza magnéticas del imán, lo que provoca que las cargas eléctricas contenidas en el
metal del alambre de cobre (que hasta ese momento se encontraban en reposo), se pongan en
movimiento creando un flujo de corriente eléctrica. Es preciso aclarar que el fenómeno de inducción
magnética sólo se produce cada vez que movemos el conductor a través de las líneas de fuerza
magnética. Sin embargo, si mantenemos sin mover el alambre dentro del campo magnético
procedente de los polos de los dos imanes, no se inducirá corriente alguna.
En esa propiedad de inducir corriente eléctrica cuando se mueve un conductor dentro de un campo
magnético, se basa el principio de funcionamiento de los generadores de corriente eléctrica.

Fuerza magnética sobre una carga en movimiento


Una carga en movimiento en presencia de un imán experimenta una fuerza magnética que desvía su
trayectoria.

Ley de Lorentz

Fuerza magnética sobre una corriente rectilínea


Dado que la corriente eléctrica supone un movimiento continuado de cargas, un conductor por donde
circula una corriente sufrirá, por la acción de un campo magnético, el efecto conjunto de las fuerzas
magnéticas que se ejercen sobre las diferentes cargas móviles de su interior.

Ley de Laplace

La fuerza que actúa sobre un conductor eléctrico por el que circula corriente introducido en un campo
magnético es directamente proporcional a la intensidad de corriente que circula, a la longitud del
conductor dentro del campo y por su puesto a la intensidad del campo magnético.

Ley de Lenz
La Ley de Lenz nos dice que los voltajes inducidos serán de un sentido tal, que se opongan a la
variación del flujo magnético que las produjo. Esta ley es una consecuencia del principio de
conservación de la energía.
La polaridad de un voltaje inducido es tal, que tiende a producir una corriente, cuyo campo magnético
se opone siempre a las variaciones del campo existente producido por la corriente original.
El sentido de la corriente inducida se puede obtener de la ley de Lenz que establece que, el sentido
de la corriente inducida sería tal que su flujo se opone a la causa que la produce.
Pérdidas magnéticas
Las pérdidas en los núcleos magnéticos o pérdidas en el hierro, pueden dividirse en dos grupos: las
pérdidas por histéresis magnética y las pérdidas por corrientes de Focault o corrientes parásitas.
Otro tipo de pérdidas magnéticas son los flujos de dispersión. Cuando se pretende acoplar dos
bobinas se dispone de un núcleo ferromagnético que guíe el flujo de forma que todo el flujo creado
por una bobina sea captado por la otra, pero siempre existe una pequeña parte de flujo que se cierra
por el exterior y que no es captado por la segunda bobina, se trata del flujo de dispersión.

Corrientes Foucault
La variación de flujo engendra una corriente, y este efecto se aprovecha para muchas aplicaciones
prácticas. Ahora bien, los núcleos ferromagnéticos, aunque no buenos, son conductores eléctricos.
En ellos se crearán corrientes inducidas cuando estén sometidos a un flujo variable. Estas corrientes
son llamadas CORRIENTES DE FOUCAULT. En general, estas corrientes son indeseables, puesto
que calentarán el núcleo y aparecerá una pérdida de potencia en forma de calor: PERDIDAS POR
CORRIENTES DE FOUCAULT.
En las máquinas eléctricas se procura evitar al máximo la circulación de estas corrientes, cortando el
camino eléctrico por medio de núcleos especiales:
NUCLEOS DE CHAPA.- Para frecuencias bajas se utilizan los núcleos de chapa. Estos consisten en
una serie de chapas de material ferromagnético de pequeño grosor apiladas, recubiertas cada una de
ellas de barniz aislante. Las chapas permiten el paso del flujo magnético, pero no el de las corrientes
de Foucault, ya que estas son perpendiculares a aquél.

NUCLEOS DE FERRRITA.- Para frecuencias altas es insuficiente el aislamiento que se consigue con
los núcleos de chapa y se recurre a unos materiales especiales denominados ferritas; estos están
formados por gránulos de material ferromagnético separados por un cemento cerámico.

NUCLEOS DE AIRE.- Para frecuencias muy altas se recurre a dejar la bobina sin núcleo
ferromagnético, y se dice que tiene núcleo de aire. Como éste es un buen aislante eléctrico, la
pérdida por corrientes de Foucault en este tipo de bobinas es prácticamente nula.
Histéresis
Cuando la corriente aplicada es alterna invierte cíclicamente su sentido y con ello el sentido del
campo magnético. Las moléculas que forman el material del núcleo deben invertir con la misma
frecuencia su orientación, lo cual requiere energía, que es tomada de la fuente que suministra la
alimentación. Esto representa por tanto una pérdida.
Cuando un material ferromagnético, sobre el cual ha estado actuando un campo magnético, cesa la
aplicación de éste, el material no anula completamente su magnetismo, sino que permanece un cierto
magnetismo residual.
Para desimantarlo será precisa la aplicación de un campo contrario al inicial. Este fenómeno se llama
HISTERESIS magnética, que quiere decir, inercia o retardo. Los materiales tienen una cierta inercia a
cambiar su campo magnético.

La figura representa el llamado CICLO DE HISTERESIS de un determinado material magnético. Se


supone que una bobina crea sobre dicho material magnético una intensidad de campo H, el cual
induce en ese material magnético una inducción (valga la redundancia) de valor B.
Así a una intensidad de campo H0 le corresponderá una inducción de valor B0. Si ahora aumenta H
(aumentando la corriente que circula por la bobina) hasta un valor H1, B también aumentará hasta
B1. (Ver figura). Pero si ahora restituimos H a su valor inicial H0 , B no vuelve a B0 , sino que toma un
valor diferente B2. (Obsérvese que el camino "a la ida" es distinto que "a la vuelta" lo que implica que
para restituir la inducción en el núcleo a su primitivo valor, es preciso aplicar una corriente
suplementaria de signo opuesto). El punto S representa la saturación del núcleo magnético.
Una vez saturado el núcleo, B no puede aumentar por mucho que lo haga H.
Cada material tiene su propio lazo de histéresis característico. Hay veces en que interesa acentuar la
histéresis, como ocurre en los núcleos de las memorias magnéticas, por lo que se fabrican ferritas
con un ciclo de histéresis ancho.

Otras veces por el contrario, como ocurre en la mayoría de las máquinas eléctricas (transformadores,
motores, generadores), interesa un núcleo cuyo ciclo de histéresis sea lo más estrecho posible, que
el camino de ida coincida con el camino de vuelta, y lo más alargado posible (difícilmente saturable).
Esta pretensión tiene su razón de ser. En efecto: se invierta una potencia exclusivamente en
magnetizar el núcleo, esta potencia no tiene ninguna otra aplicación práctica, por lo que se puede
hablar de potencia perdida en imantación del núcleo y, efectivamente, se consideran las llamadas
PERDIDAS POR HISTERESIS. Como quiera que éstas resultan ser directamente propocionales al
área del lazo de histéresis, interesa pues que esta área sea lo menor posible.
Potencia en alterna
La potencia en cada instante viene dada por el producto de la tensión por la intensidad en ese
instante. Suponiendo un desfase f entre la tensión y la intensidad tendríamos:

La potencia se compone de dos términos, uno constante que viene dado por el producto de la tensión
por la intensidad y por el coseno del ángulo de desfase entre ambos (factor de potencia), y otro
término variable senoidal de doble pulsación y frecuencia que la tensión y la intensidad.
El primer término es la potencia realmente desarrollada, mientras que el segundo, no se llega a
consumir definitivamente, ya que, dos veces por ciclo de red, se consume y se devuelve a la red.

Triángulo de potencias
Es un triángulo rectángulo cuya hipotenusa es el producto de la tensión por la intensidad (potencia
aparente) y que forma un ángulo igual al desfase entre ambos. El cateto contiguo corresponde a la
potencia realmente transformada (potencia activa) y el opuesto a la que se absorbe y devuelve a
doble frecuencia que la de red (potencia reactiva).

Se corresponde al módulo, ángulo, parte real y parte imaginaria del producto de la tensión por la
conjugada de la intensidad como números complejos o vectores.
También se puede obtener multiplicando cada lado del triángulo de impedancias por el cuadrado de
la intensidad en el caso de la potencia desarrollada por una impedancia, quedando claro en este caso
que la potencia activa se debe a la resistencia y la reactiva a la reactancia.
Compensación de reactiva
La energía reactiva generalmente está asociada a los campos magnéticos internos de los motores y
transformadores. Se mide en KVArth. Como esta energía provoca sobrecarga en las líneas
transformadoras y generadoras, sin producir un trabajo útil, es necesario neutralizarla o compensarla.
Los Condensadores generan energía reactiva de sentido inverso a la consumida en la instalación. La
aplicación de éstos neutraliza el efecto de las pérdidas por campos magnéticos y reduce el consumo
de energía reactiva, de energía aparente y de intensidad, obteniendo varias ventajas.
Reducción en el recibo de la energía eléctrica. Las compañías eléctricas penalizan el consumo de
energía reactiva con el objeto de incentivar su corrección.
Reducción de las caídas de tensión. Permite reducir la energía reactiva transportada disminuyendo la
intensidad y las caídas de tensión en las líneas.
Aumento de la potencia disponible. El transformador que suministra la potencia tiene un límite de
potencia aparente que puede suministrar. Si reducimos la potencia reactiva consumida aumentamos
la potencia activa disponible.
Reducción de la sección de los conductores. Para una misma potencia activa la intensidad resultante
de la instalación compensada es menor y la sección necesaria se reduce.
Reducción de pérdidas por efecto joule. Al reducir la intensidad se reducen las pérdidas por efecto
Joule (calentamiento) en los conductores y transformadores.

MÉTODO DE CÁLCULO

Manteniendo la potencia activa P

Para reducir la potencia reactiva Q a Q’


debemos conectar un condensador que
aporte una potencia reactiva capacitiva QC

Para el caso de una instalación trifásica la potencia calculada corresponde a una carga de tres
condensadores iguales. Al calcular la capacidad usaremos 1/3 de la QC total. Además, la tensión a
utilizar en dicha fórmula deberá ser la que tienen los condensadores, que será la tensión de línea si
se colocan en triángulo o raíz de tres veces menos (de fase) si se colocan en estrella.
Transformadores
El transformador eléctrico es una máquina estática que transforma, elevando o reduciendo, los
valores de la tensión (V) y de la intensidad de entrada (I), y devuelve en la salida unos valores
distintos de tensión e intensidad.
Es una máquina estática, no hay movimiento relativo entre sus elementos. Sólo puede funcionar con
corriente alterna, puesto que para generar corriente inducida, es necesario someter un conductor a
variación del flujo magnético, bien moviendo éste dentro del campo magnético o haciendo que el
campo sea variable, por lo tanto la solución será que el campo creado por la corriente sea alterno y
para ello es necesario que se alimente con corriente alterna.
El transformador es una máquina reversible. Al igual que eleva la tensión, puede reducirla y
viceversa. La transformación tienen lugar sin ningún tipo de movimiento mecánico y casi sin pérdida
de rendimiento: esto hace que sea una máquina de gran utilidad y rentabilidad.
Los transformadores de gran potencia se emplean como elemento para elevar altas tensiones y poder
así transportar la energía eléctrica. La elevación de la tensión hace reducir la sección de los
conductores.
Un transformador está formado por un circuito magnético y dos circuitos eléctricos.
El circuito magnético está formado por chapas de material ferromagnético (generalmente una
aleación de hierro y silicio), apiladas y aisladas entre ellas para reducir las corrientes de Foucault.
Sobre el núcleo magnético, se encuentran enrollados los circuitos eléctricos primario y secundario,
cada uno con un número determinado de espiras o vueltas.
El circuito que recibe la tensión que queremos transformar será el circuito primario, mientras que el
que proporciona la tensión ya transformada (elevada o reducida) será el secundario.
Como se puede ver en la figura, si se conecta la bobina primaria a una tensión de entrada U1 y la
bobina secundaria a un receptor, la tensión de entrada produce en el bobinado primario una corriente
eléctrica I1 que a su vez inducirá un flujo magnético alterno φ.
El flujo circula a través del
circuito magnético y, al llegar al
bobinado secundario, induce en
éste otra tensión eléctrica
alterna de diferente valor U2
pero con la misma frecuencia.
Esta variación depende del
número de espiras de las
bobinas (N1 y N2).
La relación de transformación
(m) es la expresión matemática
que describe la relación que
existe entre los valores de los
dos bobinados:

La relación matemática anterior se cumple para el transformador ideal, esto es, suponiendo que no
existen pérdidas de potencia y que la potencia del primario llega íntegra al secundario:
S1 = S2 V1·I1 = V2·I2.
En el transformador real se producen algunas pérdidas de potencia, por efecto Joule en las pequeñas
resistencias de los bobinados, por los flujos de dispersión (que no captan ambos bobinados) y por las
corrientes Focault que producen el calentamiento del núcleo de hierro.
Motores asíncronos
El motor asíncrono trifásico está formado por un estator, en el que se encuentran las bobinas
inductoras desfasadas 120º y un rotor que puede ser de jaula de ardilla o bobinado.

Principio de funcionamiento
Según el Teorema de Ferraris, cuando por las bobinas del estator circula un sistema de corrientes
trifásicas, se induce un campo magnético giratorio que envuelve al rotor. La tensión y corriente
máxima va pasando de una bobina a otra cíclicamente. Como las bobinas se sitúan desfasadas 120º
entre sí, el flujo máximo creado por estas corrientes va apuntando hacia una y otra bobina
sucesivamente siguiendo un movimiento circular.

La velocidad de giro del campo magnético se denomina velocidad de sincronismo y es proporcional


a la frecuencia e inversamente proporcional al número de pares de polos con los que está construido
el bobinado inductor. Para 50 Hz y un solo par de polos la velocidad de sincronismo es de 3000 r.p.m.
Para más pares de polos (2, 3, 4…) será un divisor entero de 3000: 1500, 1000, o 750 rpm, etc.

El campo magnético giratorio va a producir corrientes inducidas en el rotor según la Ley de Faraday o
efecto generador. Al cortar el flujo los conductores del rotor induce en ellos una fuerza electromotriz, y
al formar éstos un circuito cerrado, circula por ellos una corriente eléctrica.
Entonces se da el efecto Laplace, o efecto motor, todo conductor por el que circula una corriente
eléctrica, en un campo magnético, experimenta una fuerza que lo tiende a poner en movimiento
Mientras el campo magnético gira a la velocidad de sincronismo, ell rotor gira a una velocidad
ligeramente menor. La diferencia entre las velocidades del rotor y del campo magnético se denomina
deslizamiento. La velocidad relativa con la que el campo corta los conductores del rotor, produce
corrientes inducidas y par. Si el motor tiene que realizar mas trabajo, disminuye un poco su velocidad,
aumentando el deslizamiento y con ello, las corrientes inducidas y el par.

Partes del motor asíncrono trifásico


La parte fija del circuito magnético se denomina estator y básicamente es un anillo cilíndrico de chapa
magnética ajustado a la carcasa que lo envuelve. En la parte interior del estator van dispuestos unas
ranuras donde se coloca el bobinado correspondiente.
En el interior del estator va colocado el rotor, que es un cilindro de chapa magnética fijado al eje. En
su periferia van dispuestas unas ranuras en las que se coloca el bobinado correspondiente. El
entrehierro de estos motores debe ser constante y su valor el mínimo posible.
Estator
El estator se construye como un cilindro hueco con la parte interior de hierro fundido o aluminio.

Unas bobinas distribuidas en tres fases se distribuyen en las ranuras del interior de la circunferencia,
con las dos mitades colocadas en posiciones diagonalmente opuestas respecto al estator. Las
bobinas están desfasadas 120º entre sí.

Los tres bobinados se pueden conectar en estrella o en triángulo. Para facilitar la conexión, los
extremos de las bobinas se reúnen en una caja de bornes equidistantes y ordenados como se puede
ver en la figura, de forma que se pueden conectar en mediante unas placas de conexión.

Invirtiendo dos de las tres líneas que alimentan el motor se produce la inversión de giro del rotor.

Rotor de jaula de ardilla


El motor de jaula de ardilla consta de un rotor constituido por una serie de conductores metálicos
(normalmente de aluminio) dispuestos paralelamente unos a otros, y cortocircuitados en sus extremos
por unos anillos metálicos, y recibe su nombre por su similitud gráfica con una jaula de ardilla.
Esta 'jaula' se rellena de material, normalmente chapa apilada. De esta manera, se consigue un
sistema de conductores situado en el interior del campo magnético giratorio creado por el estator, con
lo cual se tiene un sistema físico muy eficaz, simple, y muy robusto (apenas requiere mantenimiento).

Rotor bobinado
El motor de rotor bobinado tiene un rotor constituido, en vez de por una jaula, por una serie de
conductores bobinados sobre él en una serie de ranuras situadas sobre su superficie. De esta forma
se tiene un bobinado en el interior del campo magnético del estator.

Este rotor es mucho más complicado de fabricar y mantener que el de jaula de ardilla, pero permite el
acceso al mismo desde el exterior a través de unos anillos y escobillas. Esto tiene ventajas, como la
posibilidad de utilizar resistencias en serie con los bobinados que permiten modificar la velocidad y el
par de arranque, así como el reducir la corriente de arranque.

Arranque de motores
Los circuitos con motores deben contar con interruptores que corten todas las fases o polos
simultáneamente y con protecciones que corten automáticamente cuando la corriente adquiera
valores peligrosos.
En los motores trifásicos debe colocarse una protección automática adicional que corte el circuito
cuando falte una fase o la tensión baje de un valor determinado.

Arranque directo de motores asíncronos con rotor en jaula


Se dice que un motor arranca en forma directa cuando a sus bornes se aplica directamente la tensión
nominal a la que debe trabajar.
Si el motor arranca a plena carga, el
bobinado tiende a absorber una
cantidad de corriente muy superior a la
nominal, lo que hace que las líneas de
alimentación incrementen
considerablemente su carga y como
consecuencia directa se produzca una
caída de tensión. La intensidad de
corriente durante la fase de arranque
puede tomar valores entre 6 a 8 veces
mayores que la corriente nominal del
motor. Su principal ventaja es el
elevado par de arranque: 1,5 veces el
nominal.
Siempre que sea posible conviene arrancar los motores a plena tensión por el gran par de arranque
que se obtiene, pero si se tuvieran muchos motores de media y gran potencia que paran y arrancan
en forma intermitente, se tendrá un gran problema de perturbaciones en la red eléctrica.
Por lo tanto, de existir algún inconveniente, se debe recurrir a alguno de los métodos de arranque por
tensión reducida que se describen a continuación.
Arranque a tensión reducida de motores asíncronos con rotor en jaula
Este método se utiliza para motores que no necesiten un gran par de arranque. El método consiste en
producir en el momento del arranque una tensión menor que la nominal en los arrollamientos del
motor. Al reducirse la tensión se reduce proporcionalmente la corriente, la intensidad del campo
magnético y el par motriz.
Entre los métodos de arranque por tensión reducida más utilizados podemos mencionar el de
arrancador estrella-triángulo, el de autotransformador de arranque y el de arrancador electrónico.

Arranque de motores asíncronos con rotor en jaula por conmutación estrella-triángulo


El arranque estrella-triángulo es el procedimiento más empleado para el arranque a tensión reducida
debido a que su construcción es simple, su precio es reducido y tiene una buena confiabilidad.
El procedimiento para reducir la
tensión en el arranque consiste en
conmutar las conexiones de los
arrollamientos en los motores
trifásicos previstos para trabajar
conectados en triángulo en la red
de 3x380V.
Los bobinados inicialmente se
conectan en estrella, o sea que
reciben la tensión de fase de 220
V, y luego se conectan en
triángulo a la tensión de línea de
380 V; es decir que la tensión
durante el arranque se reduce
1,73 veces.
Por ser ésta una relación fija, y
dado que la influencia de la
tensión sobre la corriente y el par
es cuadrática, tanto la corriente como el par de arranque del motor se reducen en tres veces.
Además, es necesario que el motor esté construido para funcionar en triángulo con la tensión de la
línea (380 / 660 V). Si no es así, no se lo puede conectar. Además el estator debe tener sus seis
bornes accesibles (situación que no se da en todos los motores, como por ejemplo en las bombas
sumergibles).
La conmutación de estrella a triángulo generalmente se
hace en forma automática transcurrido un pequeño tiempo
(que puede regularse) en el que el motor alcanza
determinada velocidad (95%).
En el caso más simple tres contactores realizan la tarea de
maniobrar el motor, disponiendo de enclavamientos
adecuados. La protección del motor se hace por medio de
un relé térmico. El térmico debe estar colocado en las fases
del motor. La regulación del mismo debe hacerse a un valor
que resulta de multiplicar la corriente de línea por 0,58. La
protección del circuito más adecuada también es el fusible.

Arranque de motores asíncronos con rotor en jaula por


autotransformador de arranque
El autotransformador de arranque es un dispositivo en el
que la tensión reducida en el arranque se logra mediante
bobinas auxiliares que permiten aumentar la tensión en
forma escalonada, permitiendo un arranque suave.
Arranque de motores asíncronos con rotor en jaula por dispositivos electrónicos
Los arrancadores electrónicos son una mejor solución de arranque suave, permitiendo un aumento en
la vida útil de todas las partes involucradas.
Consisten básicamente en un convertidor estático alterna-continua-alterna ó alterna-alterna,
generalmente de tiristores, que permiten el arranque de motores de corriente alterna con aplicación
progresiva de tensión, con la consiguiente limitación de corriente y par de arranque.
En algunos modelos también se puede variar la frecuencia aplicada, lo que permite regular la
velocidad de giro y suelen permitir, además del arranque y parada suaves, la inversión de marcha.

Arranque de motores asíncronos con rotor bobinado


En un motor asincrónico, la velocidad a la que se produce el máximo par es función de la resistencia
del circuito rotórico. En particular, el máximo par de arranque se tiene cuando dicha resistencia es
aproximadamente igual a la reactancia del motor.
En los motores de corriente alterna con rotor bobinado, para efectuar el proceso de puesta en marcha
se instala un reóstato de arranque conectado a los anillos rozantes del motor de manera que se
puede aumentar a voluntad la resistencia rotórica total.

En este método, el motor arranca con toda la resistencia en serie con el circuito del rotor. Luego por
medios manuales o automáticos, en forma continua o escalonada, se va reduciendo la resistencia a
medida que la máquina gana velocidad, hasta que en régimen permanente el reóstato queda en
cortocircuito.

Regulación de velocidad
La velocidad de sincronismo del campo magnético del estator del motor responde a la fórmula:

Por tanto tenemos dos formas de conseguir distintas velocidades.


Construyendo los motores con distinto número de pares de polos (p) con lo que obtenemos motores
de 3000 rpm para un solo par de polos y 3000/n para motores de n pares de polos (1500, 1000, 750
rpm). También se construyen motores de dos velocidades que permiten conmutar las conexiones de
sus devanados partidos de forma que tengan dos números de pares de polos diferentes y con ello
dos velocidades diferentes, aunque están en desuso.

Variando la frecuencia de la tensión de alimentación que en la actualidad se hace con variadores de


frecuencia electrónicos podemos regular su velocidad. Normalmente, permiten además el arranque y
parada suaves y la inversión de giro.

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