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1-. INTRODUCCION
El origen del Hombre es africano pero el primer horizonte cultural globalizador es el Achelense, presente
en África y Eurasia, e íntimamente relacionado con la diáspora del Homo Erectus que tuvieron que
adaptarse a medios muy diversos. La duración de este horizonte cultural se corresponde con las
glaciaciones Mindel y Riss, y con los interglaciares Mindel-Riss y Riss-Würm, es decir, desde OIS 12 hasta
OIS 5.
En Europa los paisajes son muy diversos, en los periodos fríos gran parte de la superficie lo ocupan la
estepa y la tundra, mientras que en los periodos cálidos son ocupadas por especies arbóreas. Por otro lado
en las zonas más meridionales hay una alternancia entre sabanas semidesérticas y selvas tropicales.
En cuanto a la fauna también sufrió las variaciones climáticas sucediéndose en una misma región especies
adaptadas al clima frío (fauna fría) y otras al clima cálido (fauna cálida). Al inicio del Paleolítico Inferior aun
existen especies terciarias como son los tigres dientes de sable, los mastodontes o el castor gigante, pero
también aparecen especies nuevas como el caballo de Stenton, el rinoceronte etrusco, el elefante
meridional o los bóvidos primitivos. Durante la glaciación Mindel el elefante meridional es sustituido por el
elefante de estepa, el mamut o el elefante antiguo, este último en los periodos más cálidos.
En las áreas tropicales los mismos tipos faunísticos evolucionaron con adaptaciones dentarias ligadas al
clima y por tanto, al régimen alimenticio.
En Europa el horizonte cultural Achelense se constata en cientos de yacimientos marcados por la escasa
homogeneidad pero con comportamientos adaptativos de las tradiciones y la adquisición de técnicas
diferentes ligadas a la natural evolución de las especies y su adaptación al medio natural. Esta cultura, que
está atestiguada desde hace 1,3 m.a. en África, aparece en el Próximo Oriente poco antes del 900.000 y
poco después llega a Europa.
Paralelamente aparecen otras culturas menores pero con ausencia de útiles característicos como el bifaz.
Aun así, se constata una gran homogeneidad a lo largo del Paleolítico Inferior y que termina de forma más
o menos brusca hace unos 100.000 años con la aparición de nuevos homínidos que tienen otras
tradiciones culturales y tecnológicas.
El Paleolítico Inferior es el periodo más extenso de la presencia humana en Europa. Los Homo Erectus
llegan intermitentemente al continente en el Pleistoceno Inferior, ocupándolo progresiva y permanente
durante el Pleistoceno Medio y desaparecen en el Pleistoceno Superior.
Esta ocupación se intensifica durante la glaciación Riss y el interglaciar Riss-Würm salvo la zona más
septentrional, puesto que está ocupada por el extenso inlandsis Finoescandinavo. El descenso del nivel del
mar permitió el doblamiento de algunas islas actuales como pueden ser las Islas Británicas.
Durante la última fase interglaciar Riss-Würm y coincidiendo con el comienzo del Würm, comienza a
desaparecer progresivamente las industrias del Paleolítico Inferior siendo sustituidas por las del Paleolítico
Medio, en torno a 85.000 BP y de las que es responsable el Homo Neanderthalensis.
Los primeros indicios de industrias son muy escasos y dispersos, están compuestos por cantos rodados
trabajados y bloques pétreos con rastros de percusión, pero se plantean dudas sobre su autenticidad y
datación, pues una percusión violenta o mal controlada deja unas marcas muy parecidas a las que pueden
producirse por causas naturales. Además, estas piezas están fuera de contexto arqueológico, más o menos
El Paleolítico Inferior se puede subdividir en dos grandes fases o periodos, según su desarrollo cronológico
y al tipo de industrias líticas que se han localizado:
- Paleolítico Inferior Arcaico con escasas evidencias de presencia humana, y caracterizadas por las
industrias de Cantos trabajados (Pebble Culture).
- Paleolítico Inferior Clásico mejor conocido y formado por los conjuntos industriales con o sin
bifaces.
Son conjuntos líticos en los que no existe una clara distinción entre el núcleo como materia prima y la lasca
como subproducto que se usa. Los útiles están tallados sobre cantos rodados, con algunos levantamientos
que producen filos, puntas, escotaduras…mediante técnicas elementales de percusión.
Los tipos líticos más característicos son los llamados Chopper (filo tallado de forma unifacial) y Chopping
tools (filo tallado de forma bifacial). Junto a estos aparecen algunas lascas utilizadas y, ocasionalmente,
huesos usados o ligeramente trabajados.
En la República de Georgia se encuentra el yacimiento de Dmanisi, que sitúa la presencia humana en 1,5
millones de años. Sin embargo, la mayoría de los restos de industrias de cantos europeas tienen
cronologías más recientes.
longitud por 1,5 m. de ancho, para protegerse del viento. Se trata del suelo de
habitación más antiguo y mejor conservado que se conoce. La industria lítica asociada
incluye algunos denticulados, raederas y choppers, además los restos faunísticos
demuestran unas condiciones climáticas templadas.
o En la zona sur conjunto de estaciones dispersas en las terrazas fluviales del valle del
río Tête, cerca de Perpignan, donde se han encontrado abundantes materiales de
aspecto arcaico.
Son frecuentes las concentraciones de cantos trabajados hallados en superficie en algunas terrazas altas,
como las del río Ter, el Guadiana o el Tajo. También son frecuentes en las terrazas marinas, sobre todo en
la Andalucía atlántica y las costas portuguesas.
Se han asignado cronologías por encima del millón de años a yacimientos andaluces o a la Cueva Victoria
en Murcia pero hoy en día no parecen aceptables. Por otro lado, en el yacimiento de Fuentenueva,
Granada, las industrias de cantos y los restos de fauna podrían datarse en torno a 1 m.a. de antigüedad.
Más reciente es el caso de Cullar-Baza I (Granada), donde el hombre carroñeó los animales muertos al
borde una laguna en un momento templado a comienzos del Pleistoceno Medio.
En Cádiz está el yacimiento del Aculadero que ha aportado exclusivamente industria lítica del Pleistoceno
Medio inicial, en torno a 600.000 años.
Al parecer los primeros grupos humanos llegaron a Europa a finales del Pleistoceno Inferior, hace
aproximadamente 1 m.a.. La escasez de los restos y lo dispersos que están, parecen indicar presencias
cortas e intermitentes. El reparto espacial de los primeros restos físicos humanos y de los asentamientos
indica un poblamiento meridional, cerca de las costas y concentrado en la Europa mediterránea central y
occidental. A medida que avanza el Pleistoceno Medio, la presencia humana va dejando de ser
intermitente para convertirse en permanente, apareciendo restos en la Europa continental sin llegar a las
costas del norte.
A las industrias de cantos trabajados les suceden otras mejor representadas en número y variedad tecno-
tipológica, a pesar de que los cantos trabajados nunca llegaron a desaparecer de forma absoluta.
Las nuevas industrias se han dividido según presenten bifaces o estén realizadas exclusivamente sobre
lascas, así las primeras están representadas en Europa por el Achelense, que se han dividido y ordenado
cronológicamente según los criterios geológicos, la morfología de los bifaces y el desarrollo tecnológico y
tipológico de los útiles sobre lasca que acompañan a las piezas bifaciales.
Las industrias sin bifaces, es decir, las realizadas exclusivamente sobre lascas, pudieron ser el resultado de
la ausencia de actividades vinculadas a la elaboración y uso de los bifaces.
La mayoría de restos achelenses conservados proceden de yacimientos situados al aire libre y de terrazas
fluviales o marinas, mientras que las cuevas habitadas parecen muy escasas.
Entre los yacimientos al aire libre se encuentran los hallados en las terrazas del Somme, con
representación del Achelense Antiguo, que están próximos a la localidad de Saint Acheul, lugar que da
nombre a esta industria.
En el Lazio italiano se localiza el yacimiento al aire libre de Torre in Pietra, con 450.000 BP de antigüedad,
que contiene industria y fauna asimilable al Achelense Antiguo.
El yacimiento francés de Terra Amata está datado en torno a 380.000 BP, donde se encontraron restos de
una cabaña construida por cazadores-recolectores achelenses. La estructura levantada sobre una playa de
aren y cantos rodados tenia forma oval de 10 m. de longitud por 4m. de anchura y está hecha a base de
largas ramas reforzadas con bloques de piedra. En este yacimiento se han hallado varios hogares
acondicionados en cubetas o rodeados de piedras, prueba evidente de que el hombre sabía encender
fuego y ha sido calificada como un campamento de verano. En la cabaña se advierten áreas de actividades
definidas, distribución espacial y sentido de lo utilitario y, aunque la tecnología de construcción es muy
básica, implica planificación y organización del trabajo.
Estas innovaciones constatadas también se aprecian en otras estaciones como las cuevas de Lunelviel que
alberga varios fondos de cabaña en cubeta rodeados por bloques y en un caso por un muro de piedra,
agujeros de poste delimitando las superficies de ocupación, algunas veces rudimentariamente
pavimentadas y hogares rodeados por piedras. La industria lítica Achelense no presenta apenas bifaces,
pero es muy rica en útiles sobre cantos y lascas.
En el sur de Francia se ubica la cueva de L’Arago, con una secuencia ocupacional del Paleolítico Inferior, se
han encontrado abundantes estructuras, sobre todo hogares rodeados de piedras y un gran número de
restos humanos, entre los que destaca un fragmento de cráneo que pertenece a un Homo Heidelbergensis.
En la famosa cueva de la Grotte du Lazaret en Niza se encontró una larga choza achelense (11x3,5 m.)
adosada a una de las paredes de la cavidad y fechada en 130.000 años. El suelo de la habitación estaba
cubierto de restos arqueológicos, delimitado por una hilera de bloques de piedra y también un murete de
piedra en la zona de la entrada que servían de base a una tienda hecha posiblemente con pieles. En el
interior se encontraron pequeños hogares y yacijas de algas para sus lechos. Los restos humanos hallados
corresponden al Homo Heidelbergensis (un parietal de niño). El conjunto industrial se incluye en las series
achelenses clásicas y un Achelense con indicios de talla Levallois.
En el valle del Tajo destaca el yacimiento de Arganda I, en el que se hallaron restos óseos de elefante
antiguo despedazado por el hombre y escasos restos de industria lítica. Los materiales recogidos señalan
PREHISTORIA I – Las primeras etapas de la humanidad
5 Tema 4 – El Paleolítico Inferior en Europa
una clara tendencia a la talla Levallois y el conjunto instrumental estaba formado por una cuarta parte de
bifaces y en menor proporción de hendedores de tipo primitivo. Los cantos tallados continúan aún
presentes aunque en escasa proporción. Entre las lascas aparecen abundantes raederas, algunos triédricos,
cuchillos de dorso natural, algún denticulado y un buril diedro. Esta industria se engloba dentro del
Achelense Medio. Los restos faunísticos son semejantes a la fauna actual de la Península Ibérica, lo que
indica unas condiciones climáticas muy semejantes a las actuales.
En el valle del Jarama se encuentra el yacimiento de Las Acacias que presenta un instrumental lítico con
bifaces, con tipos espesos de tendencia protolimande y amigdaloides. El grupo de los cantos tallados
superan a los bifaces. Entre las lascas destacan las raederas y entre las convexas aparece el retoque tipo
Quina y semi Quina.
En las terrazas del Manzanares en Madrid o en la cuenca del Duero, el Achelense Medio está mejor
representado, tanto en número de yacimientos como en la calidad de la información. A juzgar por los
restos de fauna, las áreas de despedazado se formaron en un momento templado y de altas
precipitaciones.
Durante el Paleolítico Inferior Clásico aparecen en Europa conjuntos industriales en los que no hay bifaces,
estando formados exclusivamente por lascas y una mayor o menor presencia de cantos trabajados. H.
Breuil los consideró como una tradición cultural paralela, aunque diferente del Achelense. Breuil aisló tres
tipos de industrias: el Levalloisiense, el Clactoniense y el Tayaciense.
El Levalloisiense no es una tradición cultural sino una técnica de talla específica que supera al Paleolítico
Inferior y es común en diferentes tradiciones culturales.
El Clactoniense recibe su nombre de los materiales extraídos de una terraza fluvial en Clacton-on-Sea, en el
Reino Unido, consistentes en grandes lascas de talón ancho y oblicuo y un bulbo muy marcado como
resultado de su obtención por una percusión muy violenta. Se han identificado otros yacimientos
británicos en las terrazas del Támesis, como Swascombe, y escasos ejemplos en el Atlántico norte y la
Europa central.
El Tayaciense fue definido en la cueva de la Micoque como una industria de lascas que asocia una violenta
percusión directa con una previa preparación del plano de percusión, es decir, una mezcla de entre ambas
culturas comentadas, cuyo ámbito se circunscribe a la Europa meridional.
Por lo tanto, durante el Paleolítico Inferior existen industrias sin bifaces pero no está clara su estructura
interna ni su relación con aquellas que sí presentan bifaces. Posiblemente la diferencia entre ambas no sea
de naturaleza cultural, sino meramente funcional.
5-. LA SUBSISTENCIA
Las sociedades paleolíticas europeas debieron estructurarse en grupos reducidos de individuos (entre 20-
30 personas), de manera que les fuera posible explotar los recursos en un área sin agotarlos y cubrir las
necesidades mínimas asegurando la supervivencia, es lo que se ha denominado grupo local o grupo de
subsistencia.
La supervivencia del grupo está también ligada a la existencia de conexiones entre grupos locales que
permitan formar una red de intercambio matrimonial y de información, formándose el llamado grupo
reproductivo., constituido por varios grupos locales. La demografía debió ser muy baja, con grandes áreas
deshabitadas, y un incremento notable de la población a partir del Achelense Medio.
Debemos responder a tres preguntas clásicas: ¿Cuándo, Cómo y Por qué se produjo?
¿Cuando se produce?
Aceptando como argumento de datación la altimetría de las terrazas que contenían industrias, así como el
grado de rodamiento y el arcaísmo de los útiles líticos, surgieron cronologías muy altas que colocaban el
poblamiento europeo en 1 m.a.
En los años 80, se desarrolló una corriente partidaria de cronologías más bajas que no aceptaba un
poblamiento anterior al Pleistoceno Medio, es decir, por debajo de 780.000 B.P., pero como se ha visto,
existen algunos restos humanos y de acción antrópica bien datados del Pleistoceno Inferior, próximos al
millón de años. Se trata de restos escasos y dispersos, de donde se deduce que el poblamiento
permanente no se produjo efectivamente hasta el Pleistoceno Medio excepto, quizás, en la Europa
meridional con presencias esporádicas.
- El modelo vertical que supone un poblamiento del sur de Europa desde las costas africanas,
localizándose el paso en el Estrecho de Gibraltar y desde Túnez a Sicilia en las fases de descenso
eustático del nivel marino, o
El modelo vertical está más ligado a una visión de la colonización humana de Europa respondiendo al
desplazamiento de poblaciones mediante cortos impulsos, como ocurre con las especies animales.
Mientras que el modelo horizontal se liga a un poblamiento más lento y progresivo.
- Factores Climáticos Dificultad que el ecosistema europeo presentó durante mucho tiempo a
los primeros grupos humanos por su inestabilidad climática cíclica (glaciarismo) y su bajo
volumen de recursos vegetales respecto al continente africano
- Factores Humanos capacidad de los grupos humanos de elaborar las necesarias estrategias de
explotación de tales recursos de modo permanente y con carácter adaptativo.
1-. Los cambios climáticos cíclicos permiten el acceso durante momentos cortos. Las poblaciones llegadas
no alcanzan el suficiente volumen demográfico que les permita superar las variaciones ocasionales de la
reproducción y las crisis demográficas, por lo que están condenados a la extinción.
2-. Los momentos de frío más intenso implican una disminución en la disponibilidad de recursos animales y
vegetales, lo que implica que hay que ampliar las áreas de captación de tales recursos, espaciándose los
grupos. Así se rompen las redes de intercambio matrimonial obligando a los grupos a la endogamia y por
tanto a la extinción. También la reducción drástica de recursos pudo causar la desaparición u obligarles a
volver a latitudes más meridionales.
3-. Solo cuando los grupos humanos desplegaron estrategias adaptativas, capaces de explotar con éxito
ecosistemas diferentes, pudieron sobrevivir, poblando de forma permanente y progresiva el continente
europeo y no de forma esporádica.