Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
2
Subjetividad juvenil
y participación
Motivaciones, sentidos y valoraciones de las
actividades sociocomunitarias
3
Editado y publicado por La Flecha Comunicación y Participación
Larrea 12 9º A, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
info@laflecha.org.ar // www.laflecha.org.ar
Coordinación
Facundo Montes de Oca, María Mannesi, Pablo Moschen
Colaborador técnico
Federico Bouilly
Colaboradores
Cecilia Acosta, Santiago Martínez y Pamela Mansilla
Diseño gráfico
Gastón Genovese y Renata Kándico www.estudiolate.org
ISBN 978-987-29456-0-2
4
Índice
Presentación 8
Introducción 10
Conclusiones 78
Bibliografía 83
5
6
Agradecemos profundamente
7
Presentación
Esta publicación es, por un lado, un informe que describe los resultados
de una investigación social sobre la subjetividad juvenil construida en
torno a la participación social y es, al mismo tiempo, un instrumento de
trabajo para la reflexión sobre el tema mediante preguntas, ejercicios y
bibliografía recomendada.
8
Marco institucional
9
Introducción
La participación juvenil es un tema complejo que se ha instalado en nues-
tra sociedad en los últimos años. Está en boca de los ciudadanos, presente
en los medios de comunicación, y se estudia con cada vez más interés en
el campo académico. A pesar de que la participación haya crecido y sea
masiva, algunas organizaciones sociales, políticas, culturales y religiosas
tienen serias dificultades para convocar a las y los jóvenes, hacerles pro-
puestas atractivas para participar y mantener su compromiso constante.
Los estudios sobre las y los jóvenes después del 2007 han cambiado, se
han orientado a investigar la acción social (territorial), en la cual se aborda
la compleja relación entre condición juvenil y acción colectiva, a partir de
su involucramiento en las distintas expresiones que ha asumido la partici-
pación política a través de organizaciones de fuerte arraigo territorial. És-
tas se iniciaron a mediados de los ’90 y se han ido consolidando a lo largo
de la primera década de este siglo. En este sentido, podemos mencionar
los trabajos de Zibechi (2003), Bonaldi (2006), Vázquez (2007), Vázquez
y Vommaro (2008), Piccotto y Vommaro (2007) y Colectivo Situaciones
(2002), que analizan “la importancia que ha tenido la participación de los
jóvenes en espacios organizativos, fuertemente atravesados por la búsque-
da de alternativas que les permitan no sólo dar expresión a sus demandas
políticas, sino satisfacer sus necesidades materiales básicas, a partir de
una situación de fuerte precarización y/o exclusión laboral” (Bonvillani,
2008: 63). En estos últimos años, se ha vuelto a analizar la participación
política de las y los jóvenes en agrupaciones político-partidarias.
10
Este trabajo continúa estas búsquedas mirando a jóvenes que participan
en diversas organizaciones, “asumiendo una noción amplia de participa-
ción, abarcadora de diversos tipos de instituciones: partidos políticos, sin-
dicatos y organizaciones de la sociedad civil. No se restringe a los proce-
sos e instituciones que buscan influir directamente sobre el poder político
o que tienen como meta alcanzarlo. Se incluyen en la noción otras formas
de asociación o trabajo comunitario orientados tanto a la satisfacción de
distintas necesidades como a la instalación de determinados temas en la
agenda pública” (Montes de Oca y Bouilly, 2012: 110).
11
expuesto a ciertos fenómenos socioculturales similares”. Y si “el problema
de las generaciones es identificar cómo se elaboran conexiones concretas
entre los integrantes” (Vommaro, 2012: 4), estudiamos, a partir de lo que
las y los jóvenes expresan, si existen o no esas conexiones y cuáles son.
Las motivaciones: ¿Cuáles son las motivaciones que llevan a las y los
jóvenes a participar? ¿Con qué se vincula el inicio de su involucramiento?
¿Está vinculado con sus intereses? ¿Tienen influencia las posibilidades
de desarrollo personal y profesional del joven? ¿Es posible vincularlo al
desarrollo personal en cuanto a lo afectivo o a la búsqueda de un sentido
de vida o al proceso de construcción de identidad? ¿Qué lugar ocupa la
solidaridad o el deseo de beneficiar de alguna manera a terceras perso-
nas? ¿Pueden estar motivados por un horizonte de transformación radical
de la sociedad?
Los sentidos: ¿Cuál es el sentido que los y las jóvenes que participan de
actividades sociocomunitarias otorgan a su acción? ¿Es posible verificar
un sentido práctico-técnico a la participación por contraposición a una
12
idea de transformación radical de la sociedad? ¿Se orienta, por lo tanto, la
participación a actividades de corto plazo, concretas y tangibles que pro-
duzcan resultados concretos? ¿Influyen estas actividades en el desarrollo
integral del sujeto que actúa?
Herramientas metodológicas
13
14
1.
Motivaciones
para
participar
15
1.1. Motivaciones iniciales
Por motivación inicial entendemos aquel motivo o razón que estimuló al
joven a realizar por primera vez una actividad sociocomunitaria, antes de
incorporarse a la organización en la que actualmente participa.
Dentro de las razones mencionadas con mayor frecuencia, encontramos
un primer grupo de motivaciones que tiene que ver con la conciencia de
una desigualdad social y la necesidad de realizar un cambio en esas situa-
ciones. Un segundo tipo está relacionado directamente a la acción, al tipo
de actividades que desean realizar las y los jóvenes o simplemente a la
sensación de que querían “hacer algo”. Un tercer grupo de motivaciones
está vinculado a las capacidades personales y al desarrollo profesional o
educativo de los y las jóvenes. Aparecen, también, razones vinculadas al
deseo de conocer diferentes realidades o de relacionarse con un determi-
nado destinatario a quien está dirigida la tarea. Finalmente, surgen moti-
vaciones ideológicas y creencias que los impulsan a realizar esa actividad.
“Yo creo que empecé a participar en distintos lugares por dos patas:
una es cierta disconformidad, o muchísima disconformidad con la rea-
lidad, o aspectos de la realidad, de salir a la calle y decir ‘no, esto no
está bueno y quiero que se cambie’, bueno, cómo hago para cambiarlo:
participando en los lugares que pueda, en los que me abran las puertas
y en los que me parezcan interesantes. Pero siempre partiendo de la
base de que quiero hacer algo porque algo está mal…” (GF4).
16
Otros y otras jóvenes no hacen referencia a las situaciones de desigual-
dad, pero en la misma línea afirman que consideran muy importante lo-
grar un cambio, una transformación. En general, cuando las y los jóvenes
hablan de “cambio”, no lo hacen en el sentido macro o estructural, sino
que, por el contrario, aluden a tener incidencia en situaciones sociales
concretas, particulares, específicas y acotadas.
La actividad
Más adelante veremos que, en relación a esto, uno de los elementos más
nombrados por las y los jóvenes, a la hora de señalar lo que más les
gusta de la organización, es la realización de las actividades y tareas. En
este sentido, le otorgan gran importancia a que estén relacionadas a un
tema o contenido específico en consonancia con sus gustos, experiencias
de vida o intereses particulares. Si bien, en general, los y las jóvenes se
comprometen con problemáticas que afectan a terceros, en algunos ca-
sos, están ellos mismos involucrados en aquello que quieren resolver. En
términos generales, esto se da en quienes provienen de sectores medios
bajos, inmigrantes de países limítrofes o quienes tienen una discapacidad.
En algunos de los discursos de los y las jóvenes, puede leerse el senti-
miento de tener que “hacer algo”, encontrar aquello que les falta, como
una suerte de búsqueda personal.
“Me parece que lo que cambió del 2008 a esta parte, es que cuando
me acerqué a [la organización], la motivación principal estaba preci-
samente en la base. En el principio de todo, en hacer algo piola, hacer
algo en el barrio, hacer algo en la facu” (GF6).
17
Aspectos personales
18
Dentro de este grupo de motivaciones, se encuentran también aquellas
que tienen que ver con un destinatario concreto, como -por ejemplo- el
hecho de hacer actividades con niños.
Ideología y creencias
Algunos y algunas jóvenes, que también expresan una motivación directa-
mente vinculada a la ideología, afirman que compartir ideales y políticas
de determinadas organizaciones o partidos los motiva a vincularse con
éstas. La mayoría de quienes mencionan esto son jóvenes que participan
en partidos políticos.
La motivación vinculada a la fe religiosa se observa en algunos y algunas
jóvenes que forman parte de grupos vinculados a la iglesia católica. Sin
embargo, notamos que son muy pocos quienes hacen referencia a la fe
para expresar la motivación que los ha llevado a involucrarse en un primer
momento.
La familia
En varias oportunidades, las y los jóvenes afirman que más allá de las
circunstancias en las que han decidido integrarse a una organización, hay
otras influencias más profundas que tienen que ver con la construcción
identitaria y con la socialización primaria, especialmente el lugar de la
familia nuclear.
19
“Primero mis motivaciones vienen de mi casa particularmente. No por
experiencias militantes, o sí y no. Por vivir situaciones en las cuales
mis papás se vieron perjudicados. Mi papá es gastronómico y en su
momento, mi papá siempre estuvo como muy cercano al sindicalismo y
demás, de hecho cuando surgió el tema de la CTA, mi papá se involucró
mucho, empezó a participar en eso. A mí al principio no me parecía
muy... yo era muy reacia a todo el tema de la política, nunca me había
interesado, pero como la enseñanza –por decirlo de alguna forma– de
‘tener que luchar por tus derechos’ y demás, es lo que mamé en pri-
mera instancia” (GF6).
Vemos que esta generación no está sola en la práctica: si bien son ellos
los protagonistas, han recibido el impulso para involucrarse del ejemplo
de la generación de sus padres. “Lejos están de la ruptura generacional
radical que se efectuó en los años sesenta y setenta, como ruptura polí-
tica y cultural profunda donde los padres eran vistos como un horizonte
negativo que había que quebrar y transformar. Los jóvenes entrevistados
se reconocen como la continuidad de sus adultos, como la continuidad de
una generación que en cierta forma abriga la suya” (Saintout, 2012:14).
Al respecto, un entrevistado comenta:
La escuela
20
la influencia de esta institución, sus actores, sus propuestas, sus valores,
entre otros aspectos, y cómo esto generó en ellas y ellos una conciencia
especial, una sensibilidad social o una predisposición a participar.
Esta valoración de la escuela está en línea con lo que Kriger (2010) sos-
tiene acerca de la educación pública. Ella se pregunta: “¿Pero cuál es el
rol que se le asigna a la pedagogía y más específicamente a la educación
estatal en este nuevo escenario cuando, tras más de una década de retiro,
el Estado recupera su protagonismo y, alegóricamente, vuelve a desposar
a la Nación? Además de ser convocada como parte y testigo de estas
segundas nupcias de sus progenitores, la escuela vuel-
ve a asumir funciones claves en la formación de los Hay otras influencias más
ciudadanos de la «nueva Argentina», y fundamental-
profundas que tienen que
mente retoma centralidad en la transmisión de sen-
timientos de identidad nacional y en la formación de ver con la construcción
conocimientos sobre el pasado común, como también
identitaria y con la
en la gestión de la memoria reciente, especialmente de
la última dictadura militar” (Kriger, 2010: 64). socialización primaria.
En este sentido, otra entrevistada afirma:
En esta misma línea, Saintout encuentra que “en los relatos de los jóvenes
que están transitando aún por la experiencia del secundario la escuela
aparece como una referencia fundamental para la política” (2012:12).
Las y los jóvenes mencionan referentes en la escuela, algunos compañe-
ros y especialmente profesores:
El entorno social
En los relatos de los y las jóvenes están presentes también otros aspectos
que tienen que ver con la situación actual, el entorno personal, las amista-
des, los compañeros de estudio y el lugar geográfico en el que habitan, es-
pecialmente en los casos en el que han cambiado de ciudad para estudiar.
21
Algunos y algunas mencionan que ya pertenecían a algún grupo, que es-
taban allí por estar con amigos, que se sentían a gusto y que allí habían
surgido diferentes iniciativas sociales a las que se sintieron convocados.
Esta pertenencia se presenta en muchas formas diferentes: un colectivo
popular en el que se comparte la vida cotidiana y la militancia, un grupo
Para la incorporación
de nuevos jóvenes de una parroquia, una asociación de personas que tienen una discapa-
participantes, ¿se apela a cidad, miembros de una misma colectividad, entre otras. En ese espacio
los vínculos cercanos de de pertenencia, por iniciativa de alguno de sus integrantes o de los coor-
quienes ya participan en el dinadores, se les propuso realizar una actividad o un proyecto al que
espacio?
decidieron incorporarse.
Otras y otros entrevistados afirman que ver a jóvenes que están activando,
luchando por sus derechos o realizando diversas actividades sociales, los
impulsa a tomar el mismo camino.
En la gran mayoría de los casos, fue una persona amiga, cercana o com-
pañera de estudios u otras actividades quien les propuso participar y ellos
y ellas respondieron positivamente.
¿Qué lugar se le da a Si bien las y los entrevistados viven y realizan sus actividades en la Ciudad
los vínculos personales
de Buenos Aires, notamos que muchas y muchos de los que participan
dentro del trabajo de la
organización? provienen de otras provincias. Algunas y algunos, al describir su incorpo-
ración, mencionan que estaban buscando dónde integrarse y/o que antes
de mudarse a la ciudad hacían este tipo de actividades.
Por la valoración que se le da al factor grupal, el modo y el momento de
acercarse, creemos que la acción de integrar y permanecer en un grupo
tiene mucho que ver a la hora de la participación comunitaria.
22
“Por ahí cuando fue la crisis del 2001, era chica, pero un poco más
grande, y eso fue lo que me hizo definir mi carrera y un montón de
cosas, y volcarme a lo social, sin entender todavía lo que era” (GF4).
1) Entrevista a Sergio Balardini en Laura Di Marco. Diario La Nación [en línea]: “El renacer de las juventu-
des militantes”. 15 de mayo de 2011. http://www.lanacion.com.ar/1373172-el-renacer-de-las-juventudes-
militantes [Consulta: 10 de octubre 2012].
23
1.3. Modalidad de integración a las
organizaciones
Creemos que tener en cuenta cómo las y los jóvenes se integran a las
organizaciones es sumamente relevante para comprender sus prácticas y
trayectorias participativas.
Algunos y algunas jóvenes comienzan a realizar actividades sociocomu-
nitarias en una situación particular: al terminar la escuela secundaria o
al ingresar en la universidad. En el último año de la secundaria, muchas
veces a partir de una propuesta de la institución o de amigos que parti-
cipan en alguna organización, se acercan a realizar sus primeras activi-
dades. Otros y otras, al ingresar a la universidad, canalizan un deseo que
consideran que ya tenían latente, o ante las ofertas de la universidad,
se acercan a averiguar de qué se trata. En la mayoría de los casos, el
acercamiento es a través de un amigo que, a su vez, es integrante de la
agrupación u organización.
“Yo lo primero que pensé tiene que ver con animarse, como que hay
algo ahí cerrado, que desconocemos y de repente, ¡uh! Participamos.
Como que se rompe algo y empezás a formar parte. Con dar ese primer
paso también tiene que ver la participación” (GF2).
24
“(La institución) tiene en su organización, por un lado, la parte de gru-
pos etarios, es decir grupos separados por edad, y a partir de esa edad,
las comisiones, que son la militancia. Yo voy desde hace 10 años, y
hay un proceso educativo muy pesado, de un espiral ideológico, donde
cada año se vuelve a tocar el mismo tema con más profundidad, y si
con un proceso educativo de 10 años no militás, sos un idiota, ¿para
qué fuiste?” (GF4).
25
Gusto por la actividad
Construcción de vínculos
“Y después el día a día es lo que me hace seguir yendo todos los sá-
bados al barrio, todo lo que se genera con la gente, ver que de alguna
manera podés ayudar. Te involucrás con las familias, con las historias y
te das cuenta que si bien estás contribuyendo a un sujeto en particular
o a pocas personas, creo que ahí es donde empieza el cambio y que
26
de a poquito vas a ir sumando, sumando y sumando y vas a hacer el
cambio ese, que yo por lo menos, lo tengo como ideal” (GF1).
Por otro lado, otras y otros se refieren a la amistad que se genera entre
las y los miembros de la organización, las y los voluntarios o militantes,
la sinergia, el compromiso y el gusto de estar realizando la tarea bajo
objetivos compartidos.
“Me parece muy importante que uno empieza como invitado, volun-
tario, pero que haya una contención de grupo, como agrupación, que
uno sienta que le explican lo que es, que lo acompañan, que se hacen
reuniones, que se sabe qué objetivos hay, que uno comparte objetivos
en común, que eso está bueno” (GF2).
Cambios personales
27
trabajar. No voy a dejar de participar porque me llena y me gusta, pero
también una parte para mí, dedicarme a otra cosa...” (GF4).
Toma de conciencia
“Yo, por mi parte, tal vez mi motivación no cambió tanto, porque sigo
con la misma idea de poder aportar lo mío y poder incentivar a otros a
aportar lo suyo, pero sé que con más conciencia. Empecé hace cuatro
años en el grupo, era otra mirada a los 15 años, ahora al tener casi 20
es otra totalmente diferente. Ya sé que me interesa más la política, es-
tuve rondando por varios lugares, mi incentivo de poder aportar lo mío
sigue estando, pero se intensifica con más conciencia, me incentiva
también el tema de estar a la par con el otro y poder contagiar lo mío,
y decir ‘entre todos podemos hacer algo’. Quizá antes era sólo aportar
lo mío, ahora es un ‘todos’ más grande. Creo que en eso evolucionó mi
forma de pensar” (GF4).
Compromiso institucional
En varios casos, las y los jóvenes entrevistados afirman que algo que ini-
cialmente no era una motivación se vuelve una atracción muy importante
a medida que pasa el tiempo. En el compartir la actividad y sentirse en
sintonía con los objetivos y la modalidad de trabajo, se va gestando un
compromiso con la institución. Éste se expresa en el interés de darle for-
ma a la organización, de participar en la toma de decisiones y/o de apor-
tar en distintos aspectos a la institución de la cual forman parte.
28
“El primer paso inicial viene justamente de la mano de la motivación,
pero después, como él estaba diciendo, el tema de comprometerse o
formar parte tiene que ver con compartir los valores, con elegir con
quién estás caminando de la mano en esa asociación, si te sentís iden-
tificado, y es progresivo en ese sentido. Primero transitás una etapa y
después ésto puede ir mutando, para bien o para mal, como decía ella,
si estás de acuerdo o no, si te sentís bien con lo que estás haciendo,
pero para mí surge de eso, de las ganas que uno tiene” (GF4).
De los discursos de los y las jóvenes, se desprende que cuanto más in- ¿Cuenta la organización
con una red de contención
volucrados e involucradas están con lo que hacen, con los objetivos y,
ante el desánimo o la
especialmente, con las formas de proceder, de vincularse, de tomar las frustración en las y los
decisiones, más sienten que forman parte de la organización. Por el con- participantes?
trario, cuando no coinciden con las formas de actuar se van distanciando
y, en general, buscan otros espacios. Aunque se hagan actividades en el
marco de una asociación, si no comparten los valores de fondo, los y las
jóvenes consideran que “no participan” en esa organización.
En los casos en que se sienten realmente parte, hacen mención al deseo
de poder compartir con otros esa experiencia, de invitar a otros o “conta-
giar” aquello que los motiva.
29
de realizar actividades sociales o la idea vaga de “hacer algo”, encuentra
su desarrollo, luego de participar activamente, en el gusto y el placer que
ellos y ellas sienten por las actividades que realizan y la satisfacción por
los resultados obtenidos.
30
Propuestas para la reflexión
31
2. Interés y gusto por la acción
32
4. Deseo de conocer otras realidades y entablar vínculos
interpersonales fuertes
33
34
2.
Sentidos que
las y los jóvenes
le otorgan a la
participación
35
2.1. ¿Qué es la participación para las y los
jóvenes?
36
Cuando se les pide que elijan una palabra clave asociada a participación,
muchas y muchos mencionan términos como pueblo, colectivo, comuni-
dad, el país, unidad, parte, organización y “17 de octubre” (tomado como
símbolo de un colectivo en el espacio público).
Ser parte. Los y las jóvenes entienden también que esta participación
colectiva tiene que ver con formar parte de un equipo, compartir valores
y objetivos entre quienes llevan a cabo la actividad e identificarse con las
y los compañeros, lo que supone la consolidación de un fuerte sentido de
pertenencia a un grupo concreto. Una de las entrevistadas afirmó que si
bien durante un tiempo prolongado había realizado actividades en una
organización social, no consideraba que hubiera estado participando en
esa institución porque no compartía ciertos valores y formas de trabajo.
Por ese motivo, se alejó y se vinculó a otro colectivo con personas con las
que sí compartía valores, metodología de trabajo y objetivos. En este caso,
consideraba que sí participaba en la organización:
“Comprometerse o formar parte tiene que ver con compartir los valo-
res, con elegir con quién estás caminando de la mano con esa asocia-
ción, si te sentís identificado, y es progresivo en ese sentido. Primero
transitás una etapa y después esto puede ir mutando, para bien o para
mal, (...) si estás de acuerdo o no, si te sentís bien con lo que estás ha-
ciendo, pero para mí surge de eso, de las ganas que uno tiene” (GF2).
Estos colectivos a los que aluden los y las jóvenes no son masas de indivi-
duos aislados, por el contrario, están basados en intercambios personales
profundos y enriquecedores. Al hablar de los sentidos que los y las jóve-
nes le dan a la participación, otro aspecto muy importante lo constituye el
37
encuentro interpersonal: muchos de las y los entrevistados le otorgan una
gran relevancia a los vínculos.
Participar, para ellos y ellas, es involucrarse, intercambiar, relacionarse
con otros y establecer vínculos afectivos, de acompañamiento, de conten-
ción o de enriquecimiento mutuo.
Participar es involucrarse,
“Creo que todos tenemos un mundo, una vida, una
intercambiar, relacionarse
historia y proyectamos un futuro, y cuando nos abri-
con otros y establecer mos al mundo del otro, a la historia del otro y al pro-
yecto futuro del otro, creo que esa es la participación
vínculos afectivos, de
(...), es donde se enriquece uno, se enriquece el otro y
acompañamiento, se enriquece la sociedad” (GF1).
de contención o de
Esta valorización del encuentro interpersonal es pues-
enriquecimiento mutuo. ta en evidencia por jóvenes que participan en todo tipo
de organizaciones, ya sean partidarias, religiosas o ci-
viles. Hablan del intercambio interpersonal en la vida
cotidiana, más allá de la actividad en los barrios. Participar tiene que ver
con la comunicación en todos los ámbitos y la importancia de ver y escu-
char a todo otro como vías para la participación.
Las y los jóvenes entrevistados hacen referencia no sólo al vínculo con sus
compañeros dentro del equipo de trabajo, sino también al que construyen
con las y los destinatarios de las actividades. Plantean que establecen con
ellos una relación de igualdad, especialmente en su componente afectivo,
pero también a nivel de las actividades cuando expresan, por ejemplo,
que valoran y tienen en cuenta los aportes de las y los destinatarios en el
desarrollo de las actividades y a la hora de tomar decisiones.
Muchas y muchos entrevistados hacen hincapié en que el fin de su acti-
vidad, más allá de la tarea puntual (sea apoyo escolar, talleres o trabajo
manual), es construir redes de contención que posibiliten el encuentro
interpersonal.
38
sociocomunitarias porque hallan en esas prácticas un encuentro con un
otro, un momento en cual se puede construir un tipo de relación social
alternativa: una relación de respeto y contención.
39
A la hora de resumir en pocas palabras qué es la participación, muchos
hicieron referencia a actitudes personales que tienen que ver fundamen-
talmente con el compromiso personal. Este se ha entendido como una
disposición que se va gestando mientras se realizan las actividades. Se
expresa en acciones concretas, pero no todos los que realizan acciones
tienen un compromiso real. Los y las jóvenes comentan que hay personas
que llevan a cabo actividades, pero de manera superficial. Incluso refe-
rencian experiencias personales, en las cuales -al comienzo- no sentían
un fuerte compromiso, sin embargo este se fue gestando a través de la
realización de acciones junto a las personas, la institución y la causa. Y
eso es participar.
Más allá del ejemplo del zapping, que fue retomado en la entrevista por
otras y otros participantes, hablan de un momento especial donde se
hace un “clic” y se asume un nuevo compromiso que los liga a esa causa.
En cuanto a lo que ese compromiso implica, en relación a la dedicación,
hay una gran variedad de interpretaciones y han expresado distintos ni-
veles de involucramiento. Lo que para unos es estar muy comprometido,
para otros significa que no se está muy involucrado.
Pese a que la tendencia mayoritaria es destacar que hay participación si
es una práctica constante extendida a lo largo del tiempo, algunas y algu-
nos entrevistados señalan la posibilidad de participar en forma particular
y puntual. Se verá al final del capítulo que, si bien para todos su actividad
es muy importante, hay quienes la llevan adelante todos los días, mientras
otros la realizan con menor frecuencia.
40
Al considerar la dimensión personal de la participación, además de la
responsabilidad social y el compromiso, en algunos casos, otorgan impor-
tancia a la cuestión emocional. Los sentimientos o la sensibilidad hacia
las situaciones injustas constituyen un elemento importante a la hora de
participar. Sentirse identificado con lo que pasa en el sentido de no ser
indiferente, y también desarrollar una actividad en la que los sentimientos
se ponen en juego.
“Creo que para todos tiene que ver con la transformación de la realidad
entendiendo a la política como una única herramienta posible para
eso” (GF5).
“Yo elegí esta [foto] que era la simbología de una persona gritando,
expresando algo, entendiendo a la política no como un consenso sino
como un conflicto y que necesariamente tiene que haber una expre-
sión, una liberación, de la voz, de la palabra” (GF5).
41
forma de expresión que estimula el encuentro con el otro.
“Me parece que es uno de los fenómenos sociales, por lo menos acá en
la Argentina, el fenómeno de los centros culturales, de los talleres ba-
rriales, de todos estos tipos de espacios que integran lo más cotidiano,
¿Cuál de las actividades
que propusimos como como es el barrio, con cuestiones culturales, me parece que es uno de
organización tuvo mejor los sitios de participación que se sostienen en la Argentina y que se in-
repercusión o convocato- serta en una tradición de organizaciones, de espacios de organización,
ria? ¿Por qué? que por suerte la última dictadura no pudo terminar de romper” (GF6).
Por último, también las y los jóvenes asocian la participación con la posi-
bilidad de un cambio o de una transformación que sea resultado de esa
acción. En los distintos casos, hacen referencia a producir cambios desde
una posición activa, pero con una importante dispersión en cuanto al con-
tenido de esos cambios: gran parte de las y los entrevistados lo asocian
a la transformación de injusticias en situaciones puntuales, mientras que
otros lo vinculan a transformaciones estructurales.
“Creo que las mujeres estas están cocinando, dando un plato de co-
mida a personas que realmente lo están necesitando. En definitiva,
un colectivo de iguales que tienen un objetivo en común y es tratar
de cambiar determinada cuestión de la realidad, metiéndose en algún
tipo de causa y participando, ya sea desde una ONG, una asociación
42
religiosa o algún partido político. Elegí esta, porque se me vino a la
cabeza lo que estaba ocurriendo en febrero, el tema de Famatina, yo
estoy en una organización política y a través de todo este debate que se
dio me puse a pensar también qué es lo que veía en una organización
política y en una ONG y también con una organización religiosa en la
que participaba en apoyo escolar. En todas, el punto en común es tratar
de cambiar parte de la realidad” (GF1).
“Hay muchos chicos en silla de ruedas, por ahí no pueden salir del ho-
gar porque no hay nadie que los pueda sacar a pasear, a veces se sacan
a pasear entre ellos. Entonces ir a dar una mano” (GF3).
43
especificar un objetivo preciso, diciendo que quieren hacer el bien a los
demás, que no sufran, que estén mejor o sean felices.
“Participar es eso ¿no? Ver no las necesidades, sino ver las ganas de
compartir y de salir al encuentro, de ofrecer lo que uno tiene. Yo creo
que yo diría: ‘me gustaría hacer un montón de cosas pero mi realidad
es esta y quiero participar con lo que tengo’” (GF3).
44
“En el taller se habla poco [sobre el lugar de la mujer], y más todavía en
los sectores populares. (...) Yo no voy a imponer cuál es el rol específico
de la mujer, porque Yo no lo puedo determinar eso, pero sí me parece,
me gustaría, o lo que creo que intenta el taller” (GF2).
“Yo hago apoyo escolar así que hay un parangón muy claro que tiene
que ver con cambiar un poco la distribución de oportunidades que no
es muy igual para todo el mundo. Ese sería el para qué de la actividad”
(GF2).
“En el pueblo que visitamos, los maestros son terribles, lo que cuenta
45
la familia, que les pegan, que no le dan de comer, que se roban las
cosas. (...) Se siente mucho en el pueblo cómo llegan a séptimo grado
y no saben leer los chicos. Cómo depende la vida de un pueblo de dos
personas. Entonces a veces es re impotente no poder hacer nada, pero
bueno, desde lo poquito, estar quince días, treinta al año (por ahí un
poco menos), sí, obvio, poder hacer algo por esos chicos. Uno tampoco
puede hacer muchísimo porque no le podés enseñar a leer en quince
días, lamentablemente” (GF3).
Cabe destacar que esta postura es sostenida sólo por algunas y algunos
de los jóvenes que participan en partidos políticos de izquierda.
46
juicios, y de cambiar el sentido a palabras o a cosas que uno tiene de
oído, encontrarle el verdadero sentido o el sentido personal a concep-
tos o cosas que uno escucha, y hacerlas propias” (GF4).
“Creo que lo más importante es que no lo hago por el otro, sino por
cómo uno crece. Es la parte más egoísta del asunto, pero en realidad es
lo que a mí más me enganchó: cómo crezco yo a partir de un vínculo
con esa persona carenciada. Nosotros a veces lo necesitamos” (GF2).
47
ellos es muy importante la actividad; y d) quienes, aunque han dejado de
participar, mantienen el discurso de que la participación es importante.
“Yo tampoco es que cuento (con) un tiempo físico todos los días para
48
esto, pero es una actividad que ocupa un lugar importante y tampoco
es algo que dejaría de hacer. Si, además de las reuniones que son cada
15 días, siempre si hay alguna cosa que... ya sea como venir acá, o al-
guna cosa más que pueda hacer, que pueda ayudar, está bueno” (GF2).
49
En la misma línea, algunos y algunas jóvenes hacen referencia a la exis-
tencia de etapas diferentes de participación sociocomunitaria. Sostienen
que hay momentos en los que tuvieron mayor dedicación y otros de cier-
to distanciamiento. Asimismo, señalan lo contraproducente que puede
resultar colmarse de tareas y responsabilidades dentro de la organiza-
ción en la cual participan, el cansancio que esto genera, el desgaste en
la actividad, el malestar y las dificultades para continuar con el trabajo
sociocomunitario.
“Yo creo que es bastante difícil equilibrar. (...) Yo creo que no se puede
estar en la Asociación Protectora de Animales, en el Grupo Misionero...
uno trata de focalizar hacia algún lugar. A mí me pasó en una época
en que estaba en la Parroquia en absolutamente todos los grupos. Y
uno se da cuenta que también es medio desaprovechar los recursos
porque estás tan cansado que dejás todo. Y de hecho pasó con muchos
chicos: ‘bueno, estoy con veinte grupos’, al año no pisan nunca más
este lugar” (GF3).
50
los destinatarios de esas actividades. Lo que sucede es que, en sus dis-
cursos, por momentos se confunde -produciendo un efecto igualador- la
reciprocidad en la relación afectiva (por ejemplo, cuando señalan que el
afecto que ellas y ellos “dan” también lo “reciben” de los destinatarios),
con la reciprocidad de las relaciones de clase y de poder existentes entre
los dos grupos que, en la práctica, no es tal. Consideramos que la paridad
en términos afectivos no es equiparable a la disparidad existente en tér-
minos de diferencias sociales, económicas y culturales.
En tercer lugar, los y las jóvenes hacen referencia a las actitudes de los
individuos que conforman esos colectivos y las características que estos
sujetos tienen. Se puede ver que, a la hora de entender la participación,
hay en los y las jóvenes una clara referencia al compromiso, a la respon-
sabilidad social y a la sensibilidad. Se trata de actitudes que brotan de la
conciencia de una injusticia y el sentimiento de rebeldía hacia esa situa-
ción, de convicciones personales o del conjunto de estas motivaciones, y
que se expresan en un involucramiento activo.
En cuarto lugar, para las y los entrevistados, esta actividad grupal inte-
grada por personas comprometidas no se expresa en un solo tipo de
tareas, sino que se concreta en una gran variedad de acciones: culturales,
político-partidarias, generación de empleo o , entre otras. Si bien esto
puede sonar lógico por la procedencia de las y los jóvenes de distintos
tipos de organizaciones, esta amplitud en el tipo de actividades también
constituyen posibilidades al interior de cada organización.
Por último, también se asocia la participación a la finalidad que estas
acciones tienen, es decir, a los resultados que pueden generar, y que se
entienden como una transformación, un cambio que, en mayor o menor
escala, se da en las situaciones de injusticia.
Este último punto es retomado especialmente en las entrevistas. A la hora
de responder a las preguntas para qué participan y qué buscan, los y las
jóvenes hablan del cambio, de la transformación en diferentes aspectos:
el cambio de situaciones sociales, de las personas destinatarias del pro-
yecto y la transformación personal.
51
1. Dimensiones y sentidos de la participación y nuestra
organización
2. Las acciones
52
cipación se expresa mediante una diversidad de actividades, que no son
necesariamente excluyentes entre sí ni exclusivas de un tipo de organiza-
ción. Esto nos permite renovar las propuestas de participación, siempre
que no perdamos de vista nuestros objetivos. La revisión de este aspecto
también puede favorecer y estimular prácticas de participación.
Los y las jóvenes nos ofrecen una lectura sobre las causas que funda-
mentan su participación: para qué y por qué participan. Esto, que es el
resultado de acciones, actividades de diversa índole, modos de desarrollar
la participación, es de gran importancia para conocer cuán convocante es
nuestra invitación a participar.
53
54
3.
Valoraciones de las
y los jóvenes sobre
los espacios de
participación
55
1.1 Primeros emergentes
Para abordar la valoración que las y los jóvenes entrevistados hacen sobre
los espacios en los que participan, veremos, en primer lugar qué es lo que
más y lo que menos les gusta de la organización de la que forman parte.
De esta manera, podremos conocer aquellos aspectos generales de las
instituciones que pueden incentivar o disuadir la participación de los y
las jóvenes.
“Lo que más me gustó del proyecto es que es algo muy puntual lo que
hace, (...) tiene un montón de cosas en las que participar y todas son
cosas muy concretas y muy puntuales” (GF1).
56
El aspecto recién mencionado puede parecer muy evidente, pero en mu-
chos casos no es tenido en cuenta debidamente. Algunas organizacio-
nes pueden pensar que los ideales de la institución bastan para que una
persona se involucre y, por lo tanto, descuidan cuál es la tarea que les
encomiendan a sus miembros. Pareciera que, al menos cuando se trata
de las y los jóvenes participantes, las organizaciones deberían, además
de dar a conocer la finalidad del proyecto o la actividad, tener en cuenta
que éstas sean acordes a los intereses y gustos de las y los participantes.
Finalmente, como dijimos, junto al gusto por la actividad, para los y las
jóvenes resulta motivador tener una fuerte coincidencia con la misión y
los objetivos que plantea la organización.
Buen clima de trabajo. Otro aspecto importante para las y los jóvenes en-
trevistados es el clima de trabajo y el trato entre las personas que partici-
pan, tanto al interior del grupo de trabajo como con las y los destinatarios
de las actividades.
57
“Estoy muy cómoda en el lugar que estoy, me siento muy cómoda, creo
que hay espacio de debate, creo que sos aceptado realmente” (GF6).
“Lo que más me gusta es el grupo de personas que están en ese grupo,
mis amigos, que son todos excelentes, y eso es lo que me gusta” (GF2).
y la actitud positiva en la
“Lo que te transmite cada compañero con los que
realización de las tareas que militás día a día para mí es lo que te hace dar cuenta
de que vos estás haciendo algo bueno, lo que reafir-
les corresponden, lo que
ma mi convicción para seguir militando es lo que me
genera un estímulo para transmiten mis compañeros.” (GF6)
Cuando las y los jóvenes entrevistados se refieren a aquello que menos les
gusta de la organización en donde participan, manifiestan un descontento
por la falta de sentido de la actividad, las relaciones conflictivas que se
dan entre los miembros del equipo de trabajo y las dificultades institucio-
nales como una coordinación deficiente, la poca eficiencia o la ausencia
de concreción en la gestión.
58
generan el impacto que esperaban o ya no comprenden por qué ni para
qué las llevan adelante:
“Y siento que la pata de la acción, que lo que estoy haciendo cada vez
es menos. O veo que cada vez es menos importante, menos transfor-
mador. Priorizo la formación, todo lo que me pueda aportar, pero lo que
hago en concreto en el grupo hoy en día no creo que cambie mucho
las estructuras de la sociedad. Así que cada vez me estoy yendo con
sabor a menos” (GF4).
¿Existe una comunicación
fluida y constante entre
Los motivos del disgusto pueden ser varios: en algunos casos la actividad las y los miembros de la
sigue siendo la misma, pero el crecimiento personal, el conocimiento de organización, que per-
la realidad o simplemente el cansancio hace que los y las jóvenes no le mita detectar situaciones
conflictivas y actuar en
encuentren sentido a continuar.
consecuencia?
Otras veces, este disgusto está vinculado a la actividad en sí, a sus desti-
natarios, al modo o con quién se está realizando, y, en estos casos, resulta
más sencillo intervenir para hacer alguna modificación. ¿Qué estrategias o me-
canismos utilizamos para
Conflicto en las relaciones. Las y los entrevistados hacen una valoración actuar ante situaciones de
conflicto entre miembros
negativa de sus pares cuando entienden que sus actitudes denotan falta
de la organización?
de compromiso con la actividad:
59
“Yo creo que en el grupo donde estoy lo que falta por ahí es un poco, no
sé si organización, pero sí alguien que los guíe, faltan herramientas más
que todo. Porque las herramientas ordenan el trabajo” (GF2).
atractivas, también
Quienes participan en organizaciones más rígidas cri-
influyen negativamente tican, por su parte, la poca capacidad para integrar
actividades nuevas o la dificultad para hacer aportes
en la realización de las
o sugerencias.
actividades y en el clima de
“Lo que menos me gusta tiene que ver con esta es-
trabajo grupal.
tructura, esta estructura tiene un pro y un contra. El
claro pro es que está todo muy organizado, es muy
claro, los objetivos se cumplen. Y la contra es que tal vez para generar
una iniciativa o para generar un cambio, o para traer algo nuevo, es un
poco más difícil, porque ya hay una estructura armada. O sea, es muy
claro, pero esa claridad y esa estandarización, esa forma de trabajo que
ya está cristalizada genera un conflicto en el cambio” (GF2).
60
nizaciones muy grandes con presencia en todo el territorio nacional y,
principalmente, a partidos políticos.
61
En tercer, y minoritario, lugar, están quienes comparten experiencias en
las que no son escuchados, o no pueden cuestionar lo que pasa en la
organización y lo que esto les genera.
62
“Bueno, yo milito en este partido, pero lo hice porque encontré un
espacio en el que me sentí apoyado, no digo que en otros espacios no,
la verdad fue el primer espacio en donde fui. Pero bueno, la verdad
me siento muy bien. Es un lugar en donde se escucha al militante que
entró ayer como el que tiene un cargo dentro del partido y todas las
ideas y actividades son llevadas a cabo, por ahí no inmediatamente
pero entran en el cronograma, no hay nadie que dice ‘no, no se puede
hacer’. Todo lo que los militantes proponen se hace, así que por eso
simplemente me gusta y voy a seguir militando” (GF5).
“Yo me siento escuchada, pero me parece que todos vamos a decir que
en nuestras organizaciones nos sentimos escuchados, pero claramente
hay referencias, hay compañeros que tienen más años que otros, que
tienen más experiencias que otros, existen las decisiones colectivas,
existen las decisiones orgánicas y eso lo tenemos que reconocer todos
me parece, que eso no saca que sí, obvio, todas las opiniones van a ser
escuchadas y no se va a callar a nadie y todas las opiniones son ricas”
(GF5).
63
nes colectivas ya que no se puede hacer lo que cada individuo considera
correcto. Es decir que valoran que se tenga en cuenta lo que representa
a la mayoría. No niegan, de ninguna manera, la importancia del derecho
a ser escuchado, pero consideran que es más importante anteponer lo
“colectivo” a lo individual.
Otros y otras jóvenes expresan que el lugar que se les da está vinculado
a la incidencia en la ejecución de la actividad sociocomunitaria concreta.
Afirman que pueden tomar decisiones y realizar propuestas libremente
dentro del campo de ejecución, pero no así en todas las áreas de la or-
ganización.
64
Solo ejecución de actividades
“Entonces esa fue como mi pelea con esto, fue una cuestión de que,
a pesar de que la estructura en la que yo militaba era muy horizontal
y éramos todos iguales, no existía esa voz de disensión de ‘veamos y
critiquemos lo que está ocurriendo’” (GF1).
65
“Los lazos son tan fuertes y es tan intenso el objetivo en común que
todos tienen, que funcionan como una unidad, como si fueran todos
una sola persona, con mucha fuerza, como un superhéroe” (GF4).
66
Algunos y algunas han expresado que este vínculo especial y de tanta
confianza se asimila a las relaciones familiares, lo que supone que hay
algo que los une más allá de haberse elegido, de las simpatías personales
o del vínculo afectivo.
Por otro lado, algunas y algunos entrevistados señalan como razón princi-
pal del buen clima de trabajo el hecho de que las y los integrantes fueran
jóvenes.
“En primer lugar, una de las cosas que más me gustó cuando entré
fue la buena onda generalizada que había de todos, o sea, al ser una
organización compuesta por jóvenes es como que se mantiene una
buena onda.” (GF1).
“Quienes estaban antes eran gente muy grande y de los actuales coor-
dinadores, la mayoría no tiene ni veinte años, entonces eso está bueno,
porque creo que también refrescó mucho el trabajo diario en la oficina”
(GF2).
67
“Yo milito en un partido que hoy en día está copado de gerontes, o sea
hoy en día yo creo que los que están en la cúpula no son los que expre-
san lo que yo quiero y lo que entiendo que deber ser mi partido” (GF5).
Por lo que las y los entrevistados expresan, sea sobre buenas experiencias
o sobre las dificultades, sin duda la amistad y el buen clima de trabajo
constituyen aspectos importantes para sostener la actividad. Esta deman-
da se puede relacionar con la satisfacción y el bienestar personal que
-más allá de beneficiar a terceros- valoran las y los jóvenes de las activi-
dades sociocomunitarias.
En estos casos, los y las jóvenes sostienen que hay una necesidad clara de
modificar este tipo de estructura, especialmente si la cantidad de miem-
bros aumenta.
Otros y otras jóvenes afirman estar organizados bajo una modalidad
“asamblearia”, muy participativa, sin roles de coordinación asignados ni
jerarquías. En general, son organizaciones de pocos integrantes, donde
se valora que todos sean protagonistas, que se abra el debate y se con-
sensuen todos los pasos a seguir. Se escucha a todos los miembros y
se decide en conjunto qué se hará, la asignación de tareas es rotativa y
las responsabilidades, compartidas. Ellas y ellos mismos plantean una
incertidumbre en el caso de que el grupo crezca. Y mencionan, también,
el surgimiento de referentes “de hecho” por tener más antigüedad o de-
dicación.
68
“No es que tengamos un coordinador que nos dice ‘bueno, tenemos
esto para hacer, o esto, o esto’, sino que todos sabemos lo que tene-
mos que hacer. Hay dos cosas fijas: un evento para recaudar plata y
la misión. Eso siempre va rotando, el coordinador o referente, como se
prefiera llamarlo. A veces a mí me toca organizar un evento, a veces le
toca a ella o a él, y a veces él organiza una misión y a veces la organizo
yo. Tratamos de que las responsabilidades no recaigan solo en una
persona, sino que recaigan en varias y no siempre en esas mismas per-
sonas. Igualmente el momento del accionar, del evento o de la misión,
la responsabilidad es de todos” (GF4).
“En mi caso, como es una ventaja que sea muy horizontal, también
puede resultar mucho quilombo. De hecho todos somos responsables
o nadie se siente responsable. Tuvimos un concierto de rock sin electri-
cidad, por ejemplo” (GF3).
69
Organizaciones estructuradas, horizontales y
democráticas
“Es muy importante la afinidad que uno tiene con ese organismo, di-
gamos, ya sea la horizontalidad tiene que ser tal que uno se sienta
partícipe, pero tampoco que sienta que nadie es jefe de nadie y no se
lleva a cabo nada. Esa estructura creo que en algún momento, es uno
el que la elige porque siente esa empatía con la organización” (GF1).
Las y los jóvenes valoran Los y las jóvenes valoran que en la organización haya
espacio para la opinión de todas y todos, pero también
que en la organización haya
otorgan importancia a la posibilidad de llevar adelan-
espacio para la opinión de te actividades de manera efectiva, sin que se pierda
tiempo en discusiones infructuosas. Ven la necesidad
todas y todos, pero también
de contar con roles diferenciados y poder delegar res-
otorgan importancia a ponsabilidades, pero inmediatamente parecen necesi-
tar hacer una aclaración: esa coordinación no significa
la posibilidad de llevar
una jerarquía, en el sentido de que uno sea más im-
adelante actividades portante que otro o haya actitudes autoritarias:
“Se sumó mucha gente y dijimos ‘hay que organizar un poco más esto,
tener una estructura más armada’. Estamos en camino a formar como
asociación civil, entonces eso nos ayuda un poco a la organización. Está
bueno a mi parecer que somos muchos, estamos divididos en varios
talleres (...) y cada taller tiene su funcionamiento particular, que se
decide entre los integrantes de ese taller, y hay un referente por taller,
70
que puede ir rotando o puede ser el mismo, de acuerdo a cómo se elija.
Por mes hay muchas reuniones y mínimo tenés una por semana. Te-
nés una reunión que se hace por cada taller, después tenés reuniones
de referentes, donde se habla cómo va cada taller y donde se intenta
hacer un filtro de todos los temas que son necesarios tratar en una reu-
nión general con toda la agrupación. Tenemos distintas reuniones y hay
jerarquía, pero no es estructurado en realidad. Esto está bueno porque
los referentes pueden ir cambiando” (GF2).
Estos y estas jóvenes valoran que haya una estructura Tener una estructura
estable para que funcione operativamente la organi-
de responsabilidades
zación, sin embargo, no les resulta fácil encontrar la
manera adecuada de llevarlo a cabo. Tener una es- no implica que esta sea
tructura de responsabilidades no implica que ésta sea
marcadamente vertical.
marcadamente vertical. Quieren cuidar la posibilidad
de que todos y todas sean escuchadas y valoran una
organización democrática, donde haya diálogo abierto
y una estructura democrática.
71
Algunos y algunas jóvenes de grupos religiosos, asociaciones civiles y
agrupaciones políticas naturalizan estos rasgos jerárquicos sin cuestionar-
los. Por ejemplo quienes participan en parroquias (especialmente quienes
manifiestan tener una práctica religiosa más intensa) no ponen en cues-
tión el lugar del sacerdote como autoridad máxima, les parece natural
que él sea el líder y que ellos tengan que obedecer. Por su parte, algunos
y algunas participantes de asociaciones civiles viven con naturalidad que
haya personas ocupando roles de coordinación con más responsabilida-
des y otras que sean colaboradoras voluntarias, y que estas últimas, como
tales, no tengan pretensiones de influir en la marcha de la organización,
siempre y cuando se sientan escuchadas y puedan opinar y hacer sus
aportes en el espacio en el cual colaboran. Asimismo, expresan que -con
el paso del tiempo- van consiguiendo mayor autonomía y protagonismo
en la orientación del grupo y la realización de las actividades. En cuanto
a quienes participan de las agrupaciones políticas, también aceptan que
“desde arriba se baje línea”, aunque no sea lo que ellos prefieran. Cabe
destacar que para ellas y ellos, estas situaciones deben tener un límite
y no puede ser la forma de trabajo habitual: la posibilidad de diálogo e
injerencia tiene que estar presente.
En este sentido, parece haber una tensión entre la valoración de la hori-
zontalidad y los procesos de toma de decisiones tal como ocurren en la
práctica. Estas y estos jóvenes consideran que siempre es mejor tener
la posibilidad de intervenir, y sin embargo, muchas veces participan de
organizaciones más o menos verticalistas, naturalizando esa estructura
por considerarla “más eficiente”. También es cierto que esas “jerarquías”
que a veces consideran necesarias encuentran su límite: algunos y algu-
nas entrevistadas afirman que cuando participaron en organizaciones con
una estructura organizativa que no daba ningún tipo de posibilidad de
realizar aportes, finalmente decidieron dar un paso al costado.
72
Nosotras nos queremos consolidar como grupo y plantear un objetivo
como grupo, una misión como grupo y ver si compartimos hacer algo
periódico y saber si vas a estar, si voy a contar con tu ayuda, con tu gra-
nito de arena que sé que lo podes aportar, pero si lo aportas a medias...
qué sé yo” (GF4).
73
Así como valoran positivamente el apoyo de las autoridades y una coor-
dinación adecuada, manifiestan que la desorganización o la ineficiencia
en la conducción de las actividades constituyen aspectos negativos en las
instituciones en las que participan. Como hemos visto, las y los entrevis-
tados otorgan gran importancia a la relación entre las y los miembros del
equipo de trabajo. Por lo tanto, los conflictos generados entre ellos cons-
tituyen situaciones que los alejan de la participación. Muchos y muchas
describieron experiencias en grupos en las que hubo peleas, divisiones
internas, situaciones de crítica continua y relaciones conflictivas, que in-
fluyeron en su alejamiento de la asociación.
74
Propuestas para la reflexión
Es importante conocer qué aspectos de nuestra organización son factores
que fomentan y favorecen el sostenimiento de conductas participativas
en los y las jóvenes.
Ellos y ellas nos invitan a pensar en los aspectos que consideran que los
entusiasman a participar. Vimos que algunos de éstos son: la actividad
que realizan, es decir, la actividad que la organización propone; el clima
laboral y la relación que se genera entre los y las integrantes de la insti-
tución; y aspectos que hacen a la estructura organizativa y dinámica de
funcionamiento de la organización.
En los primeros dos capítulos los invitamos a pensar en las actividades
que, como organización, proponemos a los jóvenes. Ahora, les propone-
mos indagar sobre la estructura institucional que las contiene, teniendo
en cuenta los aspectos destacados.
75
–– En el funcionamiento cotidiano de la organización, ¿respetamos la
estructura prevista para su funcionamiento? ¿Cuáles son las conse-
cuencias de hacerlo? ¿Y de no hacerlo?
–– Quienes forman parte de un área determinada de la organización,
¿tienen conocimiento de lo que sucede en las otras áreas?
–– A la hora de tomar decisiones a nivel institucional, ¿quiénes intervie-
nen? ¿Se consulta a los demás de miembros de la organización? ¿Se
les comunican las decisiones tomadas?
–– Cuando la decisión a tomar tiene que ver con una acción o actividad
puntual, ¿invitamos a quienes llevan adelante dicha actividad a to-
mar parte de la decisión?
–– Si pensamos en la propuesta de participación dentro de la estruc-
tura institucional, ¿qué lugar se les da a las y los participantes?¿Qué
nivel de incumbencia tienen en la toma de decisiones y en la pro-
puesta de acciones?
–– ¿Pensamos en actividades que posibilitan la rotación de las y los
participantes por las distintas áreas, o que habiliten el intercambio
de información con los otros sectores de la organización? En caso
de que así sea, ¿cuáles son estas propuestas? En caso de que no sea
así, ¿a qué se debe esa elección?
–– Si un o una joven participante de nuestra organización tuviera que
describir nuestra estructura de funcionamiento (toma de decisiones,
participación en acciones puntuales, legitimación de voces, etc.) a
partir de su experiencia concreta, ¿cuál creemos que sería su des-
cripción?
76
77
Conclusiones
La participación juvenil no es ocurre espontáneamente. No es una reac-
ción lineal a una causa o a un detonante específico, sino que se construye
desde el entramado social, se estimula, varía, evoluciona y tiene sus ma-
tices. Por qué, para qué, cómo y dónde participan los y las jóvenes es un
tema complejo y tiene que ver con las circunstancias familiares, sociales
y políticas del país y la región que cada generación vivencia de maneras
diversas.
En este trabajo estudiamos qué motiva a esta generación de jóvenes a
participar en actividades sociocomunitarias, qué sentido le dan a esa par-
ticipación y qué valoran de los espacios en donde lo hacen. A modo de
síntesis, se señalan a continuación algunos puntos que consideramos im-
portantes para el análisis.
78
concretas. Es por esto que el objetivo de sus actividades está dirigido a
satisfacer las necesidades básicas de poblaciones vulnerables. Más allá
del espacio del cual formen parte, los y las jóvenes buscan cambiar esas
situaciones que consideran injustas a través de distintos tipos de activida-
des como talleres de capacitación, apoyo escolar, talleres de recreación,
salud e higiene, emprendimientos productivos, formación ciudadana, en-
tre otros. El espacio de participación puede diferir, pero el motivador es
semejante.
79
al encuentro con el otro distinto, a la actividad cara a cara, a compartir y
enriquecerse mutuamente.
12. Protagonismo. Si bien los y las jóvenes valoran que los espacios ten-
gan una estructura organizada, es esencial que haya instancias formales
de diálogo en las cuales se les dé lugar a sus opiniones, se los escuche y
se tenga en cuenta su punto de vista en la toma de decisiones. Valoran
los espacios asamblearios, que se les dé información y se los consulte, ser
80
partícipes de la construcción de los objetivos de la organización y tener
injerencia en las decisiones.
14. Buen clima. Los y las jóvenes destacan positivamente el buen clima
de trabajo que se vive en sus organizaciones. El respeto mutuo, el compa-
ñerismo, la tolerancia, el trabajo el equipo y la diversión son algunos de
los elementos que construyen el ambiente laboral. Ser parte de un contex-
to agradable y distendido, en el cual las jerarquías no están fuertemente
marcadas y prepondere el sentido colectivo es importante para sostener
de la participación juvenil. Todos valoran el buen clima de trabajo como
un elemento fundamental para la pertenencia a una institución y ubican
a los conflictos entre los miembros como una causa de abandono de la
organización.
81
tareas sociocomunitarias.
Más allá del partido en que militen, de la fundación en la cual sean vo-
luntarios o de qué asociación civil formen parte, los y las jóvenes están,
sin duda, presentes y activos en la construcción de nuestra sociedad. Una
sociedad que, desde sus perspectivas, necesita ser transformada y en la
cual todavía queda mucho por hacer.
82
Bibliografía
•• Alvarado, S. y Vommaro, P. (2010) Jóvenes, cultura y política en América
Latina. Algunos trayectos de sus relaciones, experiencias y lecturas (1960-
2000). CLACSO - Homo Sapiens. Rosario, Argentina.
•• Barreiro, T. (1987) Hacia un modelo de crecimiento humano. Editorial
Nuevo Estilo. Buenos Aires, Argentina.
•• Bonvillani, A. (2008) “Juventud y política en la Argentina (1968-2008).
Hacia la construcción de un estado del arte”. En: Revista Argentina de
Sociología, Año 6, Nº 11, Pp. 44-73. Buenos Aires, Argentina.
•• Kriger, M. (2010) Jóvenes de escarapelas tomar: Escolaridad, enseñanza
de la historia y formación política en la Argentina post -2001. EDULP, Ob-
servatorio de Medios y Jóvenes de la Facultad de Periodismo y Comuni-
cación de a UNLP y CAICYT CONICET. La Plata, Argentina.
•• Kriger, M. (2012) “La invención de la juventud”. En curso: Juventudes
en la Argentina y America Latina: Política, Cultura e Identidades, del
siglo XX al XXI - 2012. CAICYT CONICET. Disponible en: http://cursos.
caicyt.gov.ar [Consulta: 2 de abril de 2013].
•• Montes de Oca, F.; Bouilly, F.; Moschen, P. (2010) Jóvenes de perfil y de
frente. Vida cotidiana, valores, participación y creencias. Ediciones La Fle-
cha. Buenos Aires, Argentina.
•• Saintout, F. (2012) “Jóvenes, nuevos modos de recrear la política”. En
curso: Juventudes en la Argentina y America Latina: Política, Cultura e
Identidades, del siglo XX al XXI - 2012. CAICYT CONICET. Disponible en:
http://cursos.caicyt.gov.ar [Consulta: 2 de abril de 2013].
•• Taylor, S.J. y Bogdan, R. (1986) Introducción a los métodos cualitativos
de investigación. La búsqueda de significados. Paidós. Buenos Aires, Ar-
gentina.
•• Valles, M. (1997) Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión
metodológica y práctica profesional. Síntesis. Madrid, España.
•• Vommaro, P. (2012) “Aproximaciones a las relaciones entre juventudes,
políticas y culturas en la Argentina y en América Latina actuales. Mira-
das desde las modalidades de participación política de los jóvenes en
movimientos sociales”. En curso: Juventudes en la Argentina y America
Latina: Política, Cultura e Identidades, del siglo XX al XXI - 2012. CAICYT
CONICET. Disponible en: http://cursos.caicyt.gov.ar [Consulta: 2 de abril
de 2013].
83
Recomendaciones bibliográficas sobre
juventud y participación
En este apartado hacemos un aporte para aquellos que quieran profun-
dizar en estas temáticas. Les proponemos ampliar la bibliografía con
libros, artículos y revistas que tratan los temas estudiados.
84
y Juventud. Vol. 4, N° 2. Hahn. Manizales, Colombia.
•• Kriger, M. (2007) Historia, Identidad y Proyecto: un estudio de las repre-
sentaciones de jóvenes argentinos sobre el pasado, presente y futuro de su
nación. Tesis doctoral presentada y aprobada ante FLACSO-Argentina.
En: Revista Propuesta Educativa [Disponible en: http://www.propues-
taeducativa.flacso.org.ar/tesis.php?id=11&num=29].
•• Kriger, M. (2010a) Jóvenes de escarapelas tomar: Escolaridad, enseñanza
de la historia y formación política en la Argentina post -2001.) Observato-
rio de Medios y Jóvenes de la Facultad de Periodismo y Comunicación
de la UNLP y CAICYT CONICET. EDULP (Editorial de la UNLP). La Plata,
Argentina.
•• Kornblit, Ana Lía (Coord.) (2007) Juventud y vida cotidiana. Biblos. Bue-
nos Aires, Argentina.
•• Martín Criado, E. (1998) Producir la juventud. Istmo. Madrid, España.
•• Martín Criado, E. (2009) “Generaciones/clases de edad”. En: Román Re-
yes (Dir). Diccionario Crítico de Ciencias Sociales. Terminología Científico-
Social. Ed. Plaza y Valdés. México.
•• Margulis, M. (1996) La juventud es más que una palabra. Biblos. Buenos
Aires, Argentina.
•• Mendes Diz, Ana María (2007) “Los jóvenes y las normas. Crónicas de
un desencuentro anunciado: el caso de los accidentes de tránsito”. En:
Kornblit, Ana Lía (Coord.) Juventud y vida cotidiana. Biblos. Buenos Aires,
Argentina.
•• Morduchowicz, Roxana (2008) La generación multimedia. Significado,
consumos y prácticas culturales de los jóvenes. Paidós. Buenos Aires, Ar-
gentina.
•• Milstein, Diana (2009) La Nación en la escuela. Nuevas y viejas tensiones
políticas. Miño y Dávila. Buenos Aires, Argentina.
•• Nuñez, Pedro (2010) “Escenarios sociales y participación política juve-
nil. Un repaso de los estudios sobre comportamientos políticos desde
la transición democrática hasta Cromagnon”. En: Revista SAAP, Vol. 4,
Nº 1 y 2. Buenos Aires, Argentina.
•• Passerini, Luisa (1996) “La juventud, metáfora del cambio social. (Dos
debates sobre los jóvenes en la Italia fascista y en los EEUU en los años
cincuenta)”. En: Levi Giovanni y Schmitt, Jean-Claude (Direc.) Historia de
los Jóvenes. Taurus. Madrid, España.
•• Pérez Islas, José A. (coord.) (2000) “Visiones y versiones. Jóvenes,
instituciones y políticas de juventud”. En: Martín-Barbero, J. y otros.
(2000) Umbrales, cambios culturales, desaños nacionales y juventud. Me-
dellín, Corporación Región.
•• Pérez Islas, José A. (2006) “Trazos para un mapa de la investigación
sobre la juventud en América Latina”. En: Papers Revista de Sociología.
Año 2006. Nº 79.
•• Prada, M.A. y Ruiz, A. (2006) “Cinco fragmentos para un debate sobre
subjetividad política”. En: Subjetividad(es) política(s): Apuestas en inves-
tigación pedagógica y educativa. Proyecto Implantación de Programas
de Investigación. Universidad Pedagógica Nacional. Bogotá, Colombia.
•• Reguillo, Rossana (2000) Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del
desencanto. Norma. Buenos Aires, Argentina.
•• Saintout, Florencia (2006) Jóvenes: el futuro llegó hace rato. EPC, Facul-
85
tad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. La Plata, Argentina.
•• Saintout, F. (comp.) (2010) Jóvenes Argentinos: Pensar lo Político. Prome-
teo. Buenos Aires, Argentina.
•• Tenti Fanfani, E. y Sidicaro, R. (1998) La Argentina de los jóvenes. Entre
la indiferencia y la indignación. UNICEF/Losada. Buenos Aires, Argentina.
•• Toer, Mario (1998) El perfil de los estudiantes de la UBA. El trabajo, la
política, la religión, los medios. Eudeba. Buenos Aires.
•• Urresti, Marcelo (Comp.) (2008) Ciberculturas juveniles. La Crujía. Bue-
nos Aires.
•• Vázquez, Melina (2007) “Apuntes sobre la socialización política de jó-
venes piqueteros”. En: Villanueva, E. y Masetti, A. (comps.) Movimientos
sociales y acción colectiva hoy. Prometeo. Buenos Aires.
•• Vázquez, Melina (2010) “Socialización política y activismo. Carreras de
militancia política de jóvenes referentes de un Movimiento de Trabaja-
dores Desocupados”. Tesis Doctoral, presentada en la Facultad de Cien-
cias Sociales de la UBA. Mimeo. Buenos Aires.
•• Vommaro, Pablo (2009) “Las organizaciones sociales urbanas de base
territorial y comunitaria y el protagonismo juvenil: dos experiencias en
Quilmes 1981-2004”. En: Revista Periferias. Año 12, Nº 17.
86
La Flecha Comunicación y
participación
Quiénes somos
La Flecha es una organización que promueve la inclusión y el protagonis-
mo juvenil a través de la realización de talleres de producción de piezas
comunicacionales y la creación de espacios de acción comunitaria.
Poniendo el cuerpo y mucha pasión, en La Flecha llevamos las ideas a la
acción generando oportunidades para que los jóvenes participen activa-
mente en la construcción de una sociedad más inclusiva y democrática.
Misión
Trabajamos para promover el protagonismo social, político y económico
de las y los jóvenes, porque creemos en su potencia creadora y transfor-
madora.
Para llevar adelante nuestra misión:
•• Promovemos la participación de las y los jóvenes en el ámbito públi-
co, en sus comunidades y en sus distintos espacios de pertenencia.
•• Fomentamos la expresión para visibilizar las voces de los jóvenes,
difundir sus ideas y mostrar sus perspectivas sobre temas que los
involucran y los movilizan.
•• Promovemos la inclusión de jóvenes en situación de vulnerabilidad
social a través del fortalecimiento de su autonomía, el acceso a la
educación, la inserción laboral en el sector privado y/o la economía
social, y el desarrollo de emprendimientos productivos autogestivos.
•• Investigamos las culturas juveniles, los valores y las formas de aso-
ciación, participación e intervención en lo público, con el fin de pro-
ducir conocimientos relevantes para el desarrollo de acciones y pro-
yectos que promuevan la inclusión de las y los jóvenes.
•• Producimos y difundimos ideas y contenidos útiles para el abordaje
y posicionamiento en la agenda pública de las diversas problemáti-
cas que afectan a las y los jóvenes.
¿Cómo lo hacemos?
En La Flecha trabajamos desde una perspectiva que valoriza y promueve
el ejercicio de los derechos por parte de las y los jóvenes. Para cumplir con
nuestros objetivos, diseñamos proyectos en base a cuatro líneas de trabajo.
Estos programas se orientan a promover el protagonismo y la libre expre-
sión de las y los jóvenes pero acentúan sus metas en diferentes aspectos:
la producción colectiva de piezas comunicacionales, la participación en el
territorio, el fortalecimiento de la autonomía y la práctica de investigación.
87
Programa Comunicación
Programa Investigación
88
89
90
91
92