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PARADIGMA POSITIVISTA

El positivismo es un pensamiento filosófico que afirma que el conocimiento auténtico es el


conocimiento científico y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación de
las hipótesis a través del método científico. El positivismo se deriva de la epistemología que surge
en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Saint-Simon, de Auguste Comte, y
del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad del
siglo XIX. Se tiene en cuenta que también tiene cierto parentesco con el Empirismo. Uno de sus
principales precursores en los siglos XVI y XVII fue el filósofo, político, abogado, escritor y canciller de
Inglaterra Francis Bacon.

Estas corrientes tienen como características diferenciadoras la defensa de


un monismo metodológico (teoría que afirma que hay un solo método aplicable en todas las ciencias).

A su vez, el objetivo del conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por
medio de leyes generales y universales, lo que le lleva a considerar a la razón como medio para otros
fines (razón instrumental).

COMTE PRESENTA A LA HISTORIA HUMANA EN TRES FASES:

1. Fase teológica o mágica: corresponde a la infancia de la humanidad; en esta época las personas
dan explicaciones mágicas de los fenómenos naturales. También creen que ciertos fenómenos
son causados por seres sobrenaturales o dioses.
2. Fase metafísica o filosófica: en este estadio el hombre deja de creer en seres sobrenaturales y
ahora comienza a creer en ideas. Por lo que las explicaciones son racionales, se busca el
porqué de las cosas, y se sustituye a los dioses por entidades abstractas y términos metafísicos.
3. Fase científica o positiva: es la definitiva. En esta etapa, según Comte la mente se dedica a
estudiar las leyes de los fenómenos. El conocimiento se basa en la observación y la
experimentación, y se expresa con el recurso de la matemática.

CARACTERÍSTICAS

Este modelo de investigación ha sido dominante en el ámbito educativo desde el siglo XIX. La
educación adopta los principios y métodos de investigación de las ciencias físicas y naturales,
aplicándolos a su propio objeto de estudio.

Considera que solo los datos observables pueden ser objeto de conocimiento a través de métodos
centrados en el análisis estadístico. Está ligado al concepto de empirismo y busca una explicación
causal y mecanicista de los fenómenos de la realidad.

Este paradigma dominante en algunas comunidades científicas es también denominado cuantitativo,


empírico-analítico, racionalista, científico-naturalista, científico-tecnológico. Algunos de sus rasgos
característicos son:

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Defiende que la realidad es única y uniforme, con independencia de quien la estudie, y está gobernada
por leyes naturales.

Busca la explicación causal, funcional y mecanicista de los fenómenos de la realidad: por qué suceden,
cómo suceden y cómo funcionan.

Pretende hacer el conocimiento sistemático, comprobable y medible desde la observación, la medición


y el tratamiento estadístico.

Se caracteriza por el “nomismo metodológico”, es decir, que solo hay un método que pueda definirse
como científico y desde este se da explicación sobre los distintos tipos de fenómenos que se dan en la
realidad. Todos los hechos sociales se analizan desde el mismo método.

El método que se utiliza es el hipotético-deductivo desde el cual se pretende hacer generalizaciones de


los resultados obtenidos con una muestra de la realidad.

Se centra en la búsqueda de resultados eficaces, basándose en la utilización de las matemáticas como


el modelo ideal metodológico. La realidad se reduce a fórmulas y números.

Presenta un interés tecnológico e instrumental, situándose del lado del utilitarismo y el pragmatismo. El
conocimiento debe ser útil y aplicable.

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