EL DÍA DEL JUICIO Dios, en Su Palabra, nos aconseja a “contar
nuestros días” para que “traigamos al corazón
TEXTO Daniel 5:24-31
Introducción
¿Irán los animales al cielo?
¿Habrá animales en el infierno?
Un principio importante en la Biblia es que Dios
trata a cada uno conforme a lo que le da.
Dios ha dado al ser humano tremenda grandeza
y gloria (Sal 8:3-8). Por eso Dios juzga al ser
humano con tanta seriedad
El libro de Daniel nos enseña que Dios dio a
Nabucodonosor “el reino y la grandeza, la gloria
y la majestad” (v.18). Pero cuando se
enorgulleció, endureciendo su corazón, y rehusó
honrar a Dios, el juicio de Dios fue severo (v.20-
21).
Lo mismo le pasó a Belsasar (v.22-23). Ahora
ha llegado el día del juicio de Dios.
1. EL MENSAJE DE DIOS (v.24-28)
El mensaje de Dios vino en la forma de tres
palabras (una de ellas repetida):
MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN
Los estudiosos afirman que estas palabra
representan tres monedas de valor
descendiente: una ‘mina’, un ‘shekel’, y la mitad
de una mina.
Lo que Daniel esa es tomar el significado de
cada palabra, y le da una interpretación
particular (que aplica a la vida de Belsasar):
‘numerado’, ‘pesado’, ‘dividido’.
a. MENE – “Contó Dios tu reino, y le ha puesto
fin” (v.26). Lo que Daniel quiere decir es que
el Dios soberano estableció los días que
Belsasar iba a vivir. Esos días ahora se han
acabado, y ha llegado su fin. Belsasar los
quería alargar (armando toda una fiesta),
pero no estaba en su poder hacerlo. Dios
había determinado el número de sus días, y
ellos habían llegado a su fin.
sabiduría” (Sal 90:12).
Le faltó eso al rico insensato (Lucas 12:16-21);
contó su dinero, pero no sus días.
b. TEKEL – “Pesado has sido en balanza, y
fuiste hallado falto” (v.27). Habiendo llegado
al fin de sus días, Dios ‘pesó’ la vida de
Belsasar. Lamentablemente, la halló
demasiada ‘liviana’. ¡No había hecho nada de
gran valor ante los ojos de Dios!
¿Qué de nosotros? Muchas veces nosotros
contamos las cosas equivocadas; y damos
‘peso’ a cosas que no tienen nada de valor.
Para un pastor: A veces lo que ‘pesa’ es la
cantidad de miembros que tiene en su iglesia.
Como un pastor de antaño dijo: “Nosotros
contamos a las personas; Dios no las cuenta,
las pesa”.
A veces pensamos que somos importantes; que
somos gente ‘de peso’. Pero Dios rechaza todo lo
que no va con Su Palabra (Jer 6:30). Dios pesa
acciones (1 Sam 2:3) y actitudes (Prov 16:2).
Hasta pesa a los ‘justos’ (Is 26:7).
El juicio de Dios es justo. Es según Sus
estándares de justicia; y tiene pleno
conocimiento de todo lo que somos.
c. UPARSIN – “Tu reino ha sido roto, y dado a
los medos y a los persas” (v.28). La idea de
la palabra parece ser, ‘dividir’, ‘separar’. Dios
le había dado tiempo para arrepentirse; no
quiso hacerlo. Belsasar tuvo el privilegio de
ser testigo de las diversas revelaciones de
Dios a su antepasado, Nabucodonosor. Tenía
en Daniel un testigo de Dios. Sin embargo,
rehusó aprender. Se rebeló contra toda la
revelación de Dios. Por eso fue un hombre
‘liviano’ ante la presencia de Dios.
Ahora le iba a quitar el reino también.
Hay que notar que el juicio de Dios no era
sólo sobre Belsasar, sino sobre todo el
imperio de Babilonia. Había llegado el fin de
los días del IMPERIO; el imperio de babilonia
era ‘light’; y el imperio de Babilonia ahora iba
a ser destruido.
2. LA REACCIÓN DE BELSASAR (v.29)
¿Qué pasó? ¿Cómo lograron los medos tomar
Antes de analizar su reacción, veamos lo que NO la ciudad de Babilonia?
hizo:
Era una ciudad muy grande; 24 kilómetros
- No tomó en serio el mensaje de Dios. cuadrado. Tenía enormes muros (Jer 51:58).
Habiendo escuchado a Daniel, Belsasar Unos 80 metros de alto, y 20 metros de ancho.
tiene una última oportunidad de honrar a Un río pasaba por debajo de los muros, y
Dios; de darle gloria. Pero no acepta esa abastecía la ciudad de agua.
oportunidad; la menosprecia por
completo (Rom 1:21-23). ¡Qué triste! Mientras se daba la fiesta….el ejército de los
medos estaba rodeando la ciudad.
- No dio ninguna muestra de
Mientras llamaron a Daniel….los medos ya
arrepentimiento. No hay ninguna señal
habían desviado las aguas del río que cruzaba
de tristeza o pena. ¡Nada! Es como si
por Babilonia
Daniel no hubiera hablado.
Mientras Daniel hablaba….el rio en Babilonia se
fue secando.
¿Por qué no tomó en serio el mensaje de Dios?
¿Acaso no fue bastante claro, con la escritura en
Mientras le iban vistiendo de púrpura…..los
la pared?
soldados medos ya estaban entrando a la ciudad
por el cauce del río.
El problema para Belsasar era que fue un
mensaje que no quiso escuchar. El mensaje de
Dios le había dado el reino a Nabucodonosor;
Dios iba totalmente en contra del espíritu y el
ahora se lo quita de su nieto.
propósito de la fiesta.
Dios no pide permiso a nadie; Él hace todas las
Además, Belsasar obviamente no le creyó a
cosas conforme a Su voluntad y propósito. Él es
Daniel. Quizá estaba tan ebrio que no sabía lo
soberano sobre as naciones, sobre los imperios,
que hacía.
y sobre nuestras vidas también.
¿Cómo reaccionó? Ignoró totalmente el
mensaje, y se limitó a ordenar que le vistieran
Reflexionemos:
de púrpura, le pongan el collar de oro, y lo
proclame el tercer en el reino (v.29).
Mientras estamos aquí, escuchando la Palabra
de Dios, los planes de Dios van madurando….
¡Qué tremenda irresponsabilidad!
No sabemos si es asunto de horas…días…
¿No es así como el mundo responde a nuestro
meses…o años….Pero tarde que temprano,
mensaje? No lo toma en serio. A veces hasta
nuestra vida se acabará….
nos felicita, diciendo: “Que lindo mensaje”. Pero
no hacen nada al respecto. Son como los
¿Cómo nos encontrará?
filósofos de Atenas.

Pero un día, el libro de nuestra vida se abrirá, y

Así será el fin del mundo. Cuando todos están
Dios leerá todo el contenido; y seremos
felices, pensando que hay paz y prosperidad, y
juzgados según está escrito en ese libro (Apo
todo anda bien. En el momento menos
20:12). ¿Qué sentimos acerca de ello? ¿Lo
esperado (como un ladrón en la noche) vendrá
creemos? ¿Nos preocupa?
el fin.

3. EL FIN DE UNA VIDA (v.30-31)
El cumplimiento del mensaje de Dios no se dejó
esperar. Esa misma noche – unas cuantas horas
después, el rey estaba muerto (v.30).
¿Y para los creyentes? Tenemos que reconocer
que muchas veces nos portándonos mal; y
cuando Dios nos habla, no nos humillamos ante
Dios. Seguimos las corrientes de la ‘carne’ y del
‘mundo’, que nos hacen personas ‘livianas’ ante
Dios.