ASOCIACIÓN INTERNACIONAL TELÉFONO DE LA ESPERANZA

CURSO CONOCERSE PARA CRECER

LA ACEPTACIÓN DE
LA REALIDAD

SESIÓN 5

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CURSO CONOCERSE PARA CRECER

Para iniciar el cambio, toda persona necesita saber dónde se encuentra, cuál es la
realidad en la que vive. No estamos hablando de la realidad en la que le gustaría haber
vivido, ni tan siquiera en la realidad en la que le gustaría vivir, sino en la realidad en la
que efectivamente se encuentra. Y en bastantes ocasiones esta realidad no es la que
las personas desean para sus vidas. En este sentido caben dos posturas:

1.- Seguir viviendo como hasta el momento, con resignación.

2.- Tomar consciencia de dónde estamos para establecer cambios sanos en

nuestras vidas.

Nosotros al menos preferimos la segunda opción. Para ello es necesario aceptar la

realidad en la que cada uno de nosotros vive. Recordamos que aceptar no significa
necesariamente estar de acuerdo con las circunstancias. Si recuerdas, durante el curso
intensivo hablamos sobre cómo los aparatos de GPS necesitan un tiempo para situarse
a través de al menos tres satélites que le informan exactamente de su posición. Algo
parecido nos está ocurriendo durante este curso.

Pero este posicionamiento puede estar dificultado por algunos elementos que nos han
acompañado en nuestra vida, por otros que nos siguen acompañando o por aquellos
que proféticamente nos acompañarán. Me refiero al pasado, al presente y al futuro.

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ANCLAJE EN EL PASADO

Muchas personas viven ancladas en su pasado. Que si hicieron o no hicieron. Que si

dijeron o no dijeron. Que si se les hizo o no se les hizo. Que si pasó o no pasó. Y
constantemente traen al presente toda una serie de elementos pasados que
contaminan seriamente tanto su vida como el tipo y la calidad de las relaciones
interpersonales que establecen.

También entorpecen el posicionamiento algunas situaciones pasadas no resultas y que

a modo de carcoma van destruyendo lentamente ciertas posibilidades presentes en
materia de crecimiento y de relación. Conflictos varios, malentendidos, asuntos
dolorosos no cerrados de forma sana y que permanecen en estado latente en la
persona. Imaginemos por un momento, y a modo de ejemplo, la situación de alguien
que no tuvo oportunidad de pedir perdón a su padre antes de que este falleciese, por
el tema que fuese. O tal vez alguien que no le ha dicho nunca a su hermana cómo se
sintió cuando aquello o lo otro.

Son elementos pasados que como hemos dicho contaminan y entorpecen

notablemente el sano crecimiento de las personas.

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Me gustaría que pensases por unos minutos en alguna situación similar en tu propia
vida.

¿Tienes “asuntos pendientes” con alguna persona, aún cuando esta persona ya esté
fallecida?

¿Qué no tuviste oportunidad de decirle?

¿Qué te gustaría decirle ahora?

PROYECCIÓN EN EL FUTURO

Otra forma sutil que dificulta la aceptación de la realidad es vivir en una permanente
proyección en el futuro. Además esa proyección generalmente suele estar cargada de
temores y miedos que poco tienen que ver con lo que puede suceder, entre otras
cosas porque aún no ha sucedido.

¿Y si me despiden del trabajo?

¿Y si nadie me quiere?

¿Y si mi hijo enferma?

¿Y si…?

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Un número significativo de personas viven permanentemente en continua proyección

hacia ese futuro que además, por lo general, no suele tener buena pinta. Temores y
miedos. Miedo y temores que impiden una adecuada visión del aquí y del ahora.
Además es el caldo de cultivo ideal para el desarrollo del estrés y de la ansiedad.

Te invito a que durante unos minutos reflexiones sobre este asunto en tu vida.

ACEPTACIÓN DE LA LIMITACIÓN HUMANA

Efectivamente hay muchas cosas que podemos trabajar en nuestra persona y que
seguro van a proporcionarnos opciones diferentes para nuestras vidas. La estructura
de mi personalidad, la revisión de los mensajes recibidos, el tipo de relaciones
establecidas, la actitud frente a los problemas, la valoración que hago de mí mismo, lo
que me castigo o me premio, la capacidad que tengo de salir al encuentro del otro. Y
muchas cosas más.

Pero hay algo en el ser humano que es lo que posibilita todo lo anterior: aceptar que
es humano. Y lo seres humanos no son perfectos, tienen capacidad de error y, por lo
tanto, tienen limitaciones. Aceptar los límites de lo humano, tanto en su variable
fisiológica y anatómica como en otro tipo de capacidades, posibilita a la persona su
posicionamiento en la realidad y su potencial cambio.

Reflexiona durante algunos momentos sobre esto.