Sunteți pe pagina 1din 31

Emociones.

Ejercicios para trabajar el perdón

"El perdón es un regalo que te haces a ti mismo"


(Suzanne Somers)

7. Emociones.
Ejercicios para trabajar con el Perdón
Perdonar no significa aceptar que un comportamiento fue el adecuado, ni ignorar un daño
que ya está hecho. Perdonar significa reconocer que cada persona hace lo mejor que puede
en cada momento con la información y herramientas que tiene en ese momento. Es un
camino para liberar esa actuación, a la otra persona, y a nosotros mism@s. Liberar el
pasado, es el único camino para volver al presente y poder disfrutarlo.
Es humano equivocarse y es de consciencia elevada reconocer que es así y perdonar.
Quizás no sea fácil y nos costará un tiempo y unos ejercicios. Lo que es realmente
importante es la disposición a perdonar. Perdonar no deja de ser una decisión egoísta. Si
nos cuesta encontrar motivos más espirituales, podemos decidirnos a perdonar porque nos
reconectará con nuestra esencia, nos ayudará a recobrar nuestra alegría, serenará nuestra
mente. Es la puerta de nuestra liberación emocional.

EJERCICIO DEL PERDÓN.


Haz una lista de todas las personas con quienes estás enfadad@ y enumera todo lo que
han hecho. Puedes incluirte también a ti y a todas tus actuaciones que consideres poco
dignas. Este ejercicio es un revulsivo totalmente liberador. Cuando tengas tú lista, créate un
espacio de total intimidad donde no puedan molestarte y ponte una música suave que te
inspire. Pon un reloj con alarma y date un tiempo de cinco minutos.
Cierra los ojos, respira profundamente y durante ese tiempo enumera tu lista (aunque de
memoria) diciendo por ejemplo: "perdono a mi padre, por no estar cuando le necesitaba”,
“perdono a mi herman@ por competir siempre conmigo y hacerme sentir inferior", "me
perdono a mi por no haber estado cuando me necesitaban, por haber discutido con mi mejor
amig@", etc.
Por cada frase que digas, imagínate que la Vida está contigo y te responde: "Gracias, yo
te libero". Si alguien quiere hacer este ejercicio contigo, os podéis coger de las manos y
que la otra persona sea la Vida y vaya repitiendo en voz alta la frase cada vez que tu
enumeres un hecho de tu lista. No pares de decir cosas mientras no pare el reloj. Permítete
llorar si te apetece. Cuando acabes, sigue escuchando la música, no la pares y date unos
minutos para sentir el júbilo del perdón.
¿Te sientes más liger@?
¿Más feliz?
¿Igual como antes?
Deja que surja lo que sea y anota tus impresiones, si te apetece. Puedes repetir este
ejercicio de vez en cuando. Verás que a veces te sorprenden tus propias respuestas y en tu
lista habías escrito unas cosas y luego con los ojos cerrados tu corazón suelta otras de las
que quizás ni te acordabas pero siguen grabadas a nivel inconsciente.

http://trinidad-montero-zamora.blogspot.pe/2012/12/emociones-ejercicios-para-trabajar-
el.html

EJERCICIO DE LA CARTA DE PERDÓN


Coge un folio para redactar una carta de perdón.
Comienza describiendo en detalle el daño que has sufrido. Explica por qué te sientes herido
todavía. Di lo que te hubiera gustado que esa persona hiciese en vez de lo que hizo. Después,
concédele tu perdón explícito manifestándole tu comprensión.
Por ejemplo:
-Perdono al profesor que me humilló delante de toda la clase.
-Perdono a mi compañero por haberme utilizado...
-Perdono al ladrón que me robó la cartera.

1. 1
Diagnostica por qué necesitas perdonarte a ti mismo. Si reconoces que
tienes la culpa, es posible que te sientas responsable y sientas la necesidad de
ser perdonado. Quizás los recuerdos son los que crean los sentimientos de
incomodidad una vez que piensas en ellos. Para identificar por qué te sientes
así, pregúntate a ti mismo lo siguiente:
 ¿Me siento así porque las consecuencias de lo que hice me hacen sentir mal?
 ¿Me siento así porque soy culpable de un mal resultado?
2.
2
Acepta que fracasar no te hace una mala persona. Todos fallamos en algo
en algún punto de nuestras vidas. No creas que fracasar en algo (ya sea en el
trabajo o en una relación) te hace una mala persona. Como Bill Gates dijo:
“Está bien celebrar el éxito, pero es más importante prestar atención a las
lecciones del fracaso”.[1] Aprender de nuestros errores es un paso para
perdonarnos a nosotros mismos.
3.
3
No temas empezar de nuevo. Para perdonarte verdaderamente a ti mismo, no
temas empezar desde cero. Aprender a perdonarte a ti mismo no solo es
aprender a vivir con el pasado. Se trata de aprender de esa experiencia. Toma
lo que has aprendido y aplícalo para mejorar tú mismo.[2]
4.
4
Ten una nueva mentalidad al aprender de los errores del pasado. Una
forma de seguir adelante contigo mismo es adaptarte según lo que has
aprendido.[3]
 Establécete metas para el futuro que te ayuden a convertir tu mentalidad en
una más fuerte y mejor. Este vistazo hacia el futuro puede ayudarte a
perdonarte a ti mismo en el presente al enfocarte en los cambios positivos que
eres capaz de hacer.[4]
 Cuando te sientas culpable, sigue las palabras de Les Brown: “Perdónate a ti
mismo por tus fallas y errores, y sigue adelante”. Esto te será de ayuda cuando
cometas algún error.
Método 2
Dejar ir el pasado
1.

1
Ten en cuenta que nadie es perfecto. Es posible que quieras perdonarte a ti
mismo por las acciones que tuviste contra otra persona. No obstante, primero
debes darte cuenta de que no eres culpable de lo que otra persona haga.
Todos cometemos errores y pasamos por momentos en nuestra vida donde no
actuamos de la mejor forma. Darte cuenta de esto puede ser el paso que
necesitas para empezar con el proceso de curación.
2.
2
No te obsesiones por los errores del pasado. Aprender de los errores del
pasado es bueno, pero pensar mucho en ellos puede impedir que logres
perdonarte a ti mismo. Puede evitar que seas consciente de la realidad del
presente. Tu vida puede estancarse si te das cuenta de que te obsesionas con
lo que hiciste o lo que no. En vez de ello, enfócate en el presente y en lo que
puedes hacer en el futuro para mejorar tu vida.
3.
3
Planea un futuro brillante hoy al no sentirte reprimido por el
pasado. Considera un enfoque de la vida donde arregles las cosas y sigas
adelante. Si experimentas un encuentro similar que te haya causado confusión
emocional en el pasado, enfócate en lo que puedas controlar.
 Intenta arreglar los problemas que sabes que puedes manejar e intentar dejar
atrás los demás. No querrás seguir repitiendo los mismos errores.[5]
4.
4
Aprende a ser consciente. Tener conciencia propia sobre las acciones del
presente puede ayudarte en tu recuperación futura.[6] Si desarrollas un fuerte
sentido de identidad y aceptas las acciones que eliges tomar ahora, podrás
construir un mejor futuro. Además, te ayudará a perdonar tus acciones y
reacciones pasadas.
5.
5
Investiga tus elecciones pasadas. Aunque no debes obsesionarte con los
errores, debes aprender de ellos para seguir adelante de forma saludable.
 Una forma de perdonarte a ti mismo es identificar el detonante o la causa de
tus emociones en primer lugar. Si identificas lo que hiciste en un inicio, podrás
cambiar tu pronóstico del futuro.
 Pregúntate a ti mismo: “¿Qué hice en primer lugar y qué puedo hacer para
evitar el mismo resultado?”.[7]
6.
6
Identifica las situaciones donde tengas emociones fuertes. Esto te ayudará
a precisar directamente las situaciones en que te sientas incómodo. Una vez
que hayas identificado la situación, puedes determinar una solución con mayor
facilidad. Pregúntate a ti mismo lo siguiente:
 ¿Siento ansiedad o culpa cuando me acerco a mi jefe?
 ¿Mis emociones son negativas cuando hablo con esa persona especial?
 ¿Pasar tiempo con mis padres me hace sentir enojado o molesto?
Método 3
Comunicar el perdón a ti mismo y a los demás
1.
1
Deja que las personas sean parte de tu vida. Como el filósofo Derrida dijo
una vez: “El perdón es a menudo confundido, a veces de una manera
calculada, con temas relacionados: excusa, arrepentimiento, la amnistía, la
prescripción, etc.”.[8]
 El perdón es una vía de dos sentidos. Es posible que no puedas perdonarte a ti
mismo a menos que hayas aprendido a perdonar a los demás. Quizás
necesites dejar que los demás entren en tu vida para darte el apoyo y el
esquema para perdonarte a ti mismo.
 Habla con tus seres queridos para que te ayuden mientras lidias con la
autoindulgencia.
2.
2
Traza una solución o plan. Para perdonarte a ti mismo, debes ser consciente
de lo que necesitas perdonar. Escribir una guía detallada de cada paso puede
ayudarte a enfocarte en lo que es importante y darte el esquema para
disculparte a ti mismo y a otros.[9] Considera los siguientes aspectos sobre
crear una solución para pedir disculpas:
 Declara o pide una disculpa usando un lenguaje directo. No le des vueltas al
problema. Di “Lo siento” o pregunta directamente “¿Me perdonas?”. No querrás
ser ambiguo o dar la impresión de que no eres sincero.
 Investiga cómo puedes encontrar realmente una solución. Si le pides disculpas
a alguien, averigua las acciones específicas que pueden ayudarte a hacer
arreglos. Si te estás perdonando a ti mismo, pregúntate qué pasos necesitas
tomar para seguir adelante con una perspectiva más sana de la vida.
 Prométete a ti mismo y a otros que te esforzarás para ser mejor en el futuro.
Una disculpa es vacía si no cumples lo que prometes. Asegúrate de no repetir
los mismos errores.
3.

3
Pídeles perdón a otras personas. Si pides que otras personas te perdonen, te
sentirás mejor respecto a ti mismo.
 Algunas veces, aclarar el ambiente puede ayudarte a resolver un problema
existente. También puede ayudarte a demostrar que estabas internalizando un
problema más grande que aquel del presente.[10] Ha sido probado que pedir
perdón trae resultados más favorables y fortalece las relaciones.
Método 4
Asumir responsabilidad por tus acciones
1.
1
Sé honesto contigo mismo sobre tus acciones. Antes de perdonarte por
completo, primero necesitas reconocer tus acciones.
 Escribir las acciones por las cuales tienes un fuerte sentimiento puede ser de
ayuda. Esto te ayudará a precisar ejemplos concretos sobre por qué tienes
sentimientos negativos respecto a ti mismo.
2.
2
Deja de racionalizar y empieza a asumir responsabilidad por lo que dices
y haces. Una forma de ser honesto contigo es aceptar las consecuencias de
tus acciones. Si has hecho o dicho algo malo, necesitas adueñarte de la acción
antes de perdonarte a ti mismo por ella.
 Una forma de lograrlo es liberándote del estrés. Mientras más estrés retengas
en tu interior, más daño te harás a ti mismo.
 Algunas veces, el estrés puede provocar que liberes tu enojo, y te lastimes a ti
mismo y a las personas a tu alrededor, pero ese enojo y lo malo desaparecerá
si te perdonas. Por lo tanto, el resultado será que estés más concentrado y
mejor respecto a lo positivo en vez de lo negativo.
3.
3
Acepta la culpa que sientas. Asumir la responsabilidad es algo diferente a
comprender las emociones que hay detrás de ello. Sentir emociones fuertes
como la culpa no solo es algo común, sino también algo bueno. Sentir culpa te
animará a actuar por ti mismo y otros.[11].
 Es posible que te sientas culpable por tus propios pensamientos. Es posible
que le desees dolor o desdicha a otras personas, o que sientas lujuria o
codicia.
 Si estás abrumado por estos sentimientos de culpa, reconoce que es común
sentirlos. Tu culpa puede provenir de estas emociones fuertes, así que es
mejor afrontarlas y reconocer por qué te sientes esta forma. Solo si haces eso,
puedes seguir adelante y perdonarte a ti mismo.
 Es posible que te juzgues a ti mismo (o a otras personas) severamente por
culpabilidad. Quizás te estés culpando o culpando a otros por tus sentimientos,
haciéndote sentir responsable por tus acciones. Es posible que culpes a otros
por tus inseguridades y que el sentimiento de culpa incremente.
 Si te das cuenta de que estás echándole la culpa a alguien más, retrocede y
descubre por qué has dicho esas cosas. Esto puede ayudarte en tu camino de
perdonarte a ti mismo.
 Es posible que estés asumiendo la culpa debido a la acción de otra persona.
Para una pareja, es común sentirse culpable por las acciones de su persona
especial. Por lo tanto, quizás sientas culpa por las acciones o inseguridades de
tu cónyuge.
 Debes identificar por qué te sientes así para darte cuenta de si debes
perdonarte a ti mismo o a otra persona.[12]
4.
4
Identifica de qué tienes confianza y qué valoras en ti mismo. Antes de que
puedas perdonarte a ti mismo, debes identificar qué es lo que valoras y de qué
sientes confianza.[13] Piensa por un momento respecto a cómo puedes redimirte
por aquello que te sientes culpable. Piensa en cómo puedes hacer una
diferencia. Estas acciones pueden estar basadas en una creencia espiritual o
en la demanda social.
5.

5
Analiza tus necesidades en contraste con tus deseos. Una forma de
perdonarte a ti mismo por tus sentimientos de incompetencia es identificar lo
que necesitas en tu vida frente a lo que deseas.
 Determina tus necesidades concretas (como tener protección, comida y
necesidades sociales) y compáralas con tus deseos concretos (un buen carro,
una casa más grande o un buen cuerpo). Identificar estas necesidades y
compararlas con tus deseos puede ayudarte a darte cuenta de que tal vez
fuiste demasiado duro contigo mismo o quizás las cosas se salieron de tu
control.[14]
Método 5
Desafiarte a hacer algo bueno
1.

1
Conviértete en una mejor persona a través de desafíos personales. Para
evitar que tú mismo vuelvas a estar en una situación de duda y culpa, planea
desafíos pequeños que te ayuden a convertirte en una mejor persona. [15]
 Puedes hacerlo al establecer por un mes una rutina sobre lo que quieres
mejorar. Al hacerlo por un mes (como detectar las calorías), empezarás a
desarrollar una rutina útil para mejorar. Esto te ayudará a perdonar al actuar de
forma positiva.
2.

2
Trabaja en las fallas identificadas. Intenta darte a ti mismo una evaluación
del desempeño para identificar los métodos medibles de superación.
 Por ejemplo, si te das cuenta de que te sientes culpable por dejar todo para
después, haz una lista de cosas por hacer e intenta seguirla. Es importante
identificar las cosas que puedes controlar. Esto beneficiará la autoindulgencia
por medio de la superación personal.
3.
3
Pon en práctica la autoconciencia. La autoconciencia es la habilidad para
predecir las consecuencias de nuestras acciones.[16] Pensar en nosotros
mismos y en nuestras acciones puede ayudarnos a ser mejores personas al
crear una ética autoimpuesta. Puedes practicar la autoconciencia al darte
cuenta de tus fortalezas, observar las reacciones que tienes frente a las
situaciones y expresar tus emociones.[17]

Consejos
 En vez de pensar en el pasado, enfócate en el presente y prepárate para el
futuro. ¡Recuerda que el pasado NO define quién eres! ¡Eres grandioso y
hermoso! Aprende de tus errores, perdónate a ti mismo y ¡sigue adelante!
 Piensa en cómo has perdonado a los demás antes. Aprende de estas
experiencias y aplícalo en tu propia situación. El aspecto reconfortante de esto
es que sepas que tienes la habilidad para perdonar. Solo necesitas apuntar ese
perdón hacia la dirección correcta.
 Lo más probable es que los errores del pasado te hayan hecho quien eres
ahora. Por lo tanto, no los veas como errores, sino como un manual.
 Tus errores no definen quién eres. Confía en que eres una gran persona.
Piensa en todos los errores horrendos que las personas normales o buenas
han cometido y aprendido de ello. ¡Tus errores ni siquiera son tan malos!
 Las personas que somos son el resultado de las cosas tanto buenas como
malas que nos ha pasado en la vida, así como también lo bueno y lo malo que
hemos hecho. La forma en que respondemos a los eventos negativos es tan
importante como la manera en que reaccionamos a los eventos agradables.
Una persona proclive a reflexionar y agrandar los eventos negativos será más
propensa a vivir enojada y resentida, y a esperar una negatividad futura a
comparación de una persona que ve las cosas malas como incidentes aislados
que no afectan quién es como un todo.[18]
 Perdonarte a ti mismo y a otras personas no significa olvidar el pasado. Aunque
significa perdonar, el recuerdo permanecerá. Es lo mismo que un ciclo de dolor.
 La vida continúa, así que perdona y olvida.
 Perdona a los que te han perjudicado. Con suerte en poco tiempo, te darás
cuenta de que sus acciones no fueron malas. Reconcíliate contigo mismo y con
los demás. Sigue adelante. La vida es demasiado corta como para resentirte.
 Consigue un juguete antiestrés. Cuando empieces a sentir culpa, distráete con
el juguete.
 Otra buena forma de perdonarte a ti mismo es ayudando a otros. De esta
forma, conseguirás la compasión de otras personas. Además, tu compasión
superará la culpa que sientes. Recuerda no enfocarte en lo malo que has
hecho ya que la vida es demasiado corta para vivirla con resentimiento.

Advertencias
 No te obligues a ti mismo a estar con personas que reviven el pasado de una
forma negativa. Es mejor dejar a un lado a la gente que presiona los
detonantes, te subestima y menosprecia, y que no tiene consideración de tus
puntos débiles.
 Evita hablar sobre lo que has hecho mal y sobre cuán mala persona eres
cuando estás con otras personas. Si lo haces, crearás esta realidad en sus
mentes también. Ve a terapia para sacar este pensamiento negativo de tu
mente y regrésalo a la caja de Pandora de donde salió.
 Mantente alejado de las personas que suelen sabotear cualquier esfuerzo de
superación personal. La mayoría del tiempo, estas personas se enfocan en
salvaguardar sus propias inseguridades y se sienten amenazadas al ver que
alguien más se esfuerza por superar la presión negativa en su vida. Acepta
que, al perdonarte a ti mismo, algunas veces perderás ciertas relaciones donde
tu negatividad era la fuente del control del poder que otra persona tenía sobre
ti. Pregúntate a ti mismo si prefieres continuar la relación desagradable, o
seguir adelante en conjunto como una persona totalmente nueva capaz de
asociarse con gente más saludable.
 El perdón es el atributo más difícil de moldear, pero aun así es lo más esencial.
Al aprender sobre la habilidad que tienes para perdonarte a ti mismo y a los
demás, tu crecimiento personal será grandioso, que es la recompensa tras el
trabajo duro requerido para perdonar y que vale la pena.

https://es.wikihow.com/perdonarte-a-ti-mismo

Culpa, vergüenza y autoperdón


Publicada en 11 junio, 2016 Gabriel AmarLaVidaPublicada en Amar la Vida
La vergüenza y la culpa son dos sentimientos por los que todos pasamos en nuestras
vidas. Es muy importante distinguirlos ya que uno podría experimentar a ambos y no
saber la diferencia. Estos sentimientos son siempre obstáculos en el camino del auto-
perdón. Una vez que los reconocemos, los procesamos y los eliminamos, es posible
recorrer el camino del auto-perdón. Auto-perdonarse también es crucial para nuestro
éxito, la autoestima, y la resolución de muchos tipos de disfunciones que pueden
convertirse en obstáculos en nuestro funcionamiento normal. Mientras la persona se
siente humillada, vergonzosa y culpable, él o ella no será capaz de alcanzar las metas
deseadas en la vida. Esas creencias negativas mantendrán obstaculizando el camino de
la recuperación. Vamos a examinar la distinción entre la culpa y la vergüenza, con el fin
de alcanzar el auto-perdón.
La culpa siempre está relacionada con un acto y la vergüenza se refiere a cómo la
persona se siente acerca de sí mismo. La culpa es un sentimiento de remordimiento por
algo que hemos hecho, se trata de nuestra conducta. Sin embargo, la vergüenza es
remordimiento por el tipo de persona que pensamos que somos o deberíamos ser. El
auto-perdón se hace posible, cuando la persona sabe la diferencia entre la vergüenza y la
culpa. A veces la culpa de un comportamiento puede conducir a la vergüenza por lo que
ambos están relacionados entre sí.
El auto-perdón y la aceptación de uno mismo son dos elementos importantes de nuestra
autoestima. Es importante hacer el auto-perdón y liberar las emociones de culpa. La
aceptación de uno mismo es un proceso que nos permite reducir nuestra
vergüenza. Veamos el concepto de culpa en primer lugar.

Culpa

El crítico interior no deja de torturarte


con la culpa.
La culpa nos ayuda a guiar nuestros comportamientos morales. Si no existiera tal
emoción, que no ejercieran un juicio, es probable que participáramos en actos inmorales
como un sociópata al no ser capaz de juzgar nuestra forma de actuar en el mundo. El
juicio moral depende de la capacidad de sentir y de anticipar culpabilidad. Sin culpa, no
seríamos capaces de ajustar nuestro comportamiento hacia los demás. La culpa es un
indicador interno que guía nuestro comportamiento moral, nos ayuda a hacer un buen
juicio y nos da un fuerte sentido de la autoestima.
La culpa puede ser retrospectiva también. Esto sucede cuando sentimos la culpa después
de que hemos hecho algo “malo”. La culpa retrospectiva tiene dos subtipos:

1. Culpa retrospectiva apropiada o


2. Culpabilidad inapropiada retrospectiva.

La culpabilidad retrospectiva apropiada se puede sentir después de que la persona ha


violado un acuerdo. Uno tiene derecho a sentirse culpable por eso. Es legítimo tener este
sentimiento de culpa porque podemos poseer cierta responsabilidad sobre lo acontecido
y esta responsabilidad nos conduce a enmendar.
La culpa retrospectiva inapropiada puede sentirse en los casos donde hemos obtenido
malos resultados como consecuencia de la negligencia de otra persona y eso,
inapropiadamente, nos hace sentir culpables. Por ejemplo, la persona está conduciendo
su vehículo con seguridad, pero un peatón se cruza repentinamente delante del coche y
muere. La persona que está conduciendo no tiene ninguna culpa, pero él no puede evitar
tener sentimientos de culpa. La tristeza y el arrepentimiento son sentimientos buenos,
pero en este caso, no la culpabilidad. La culpa inapropiada es el resultado de echarnos la
culpa a nosotros mismos por algo que no hemos hecho conscientemente, con
intención. Víctima de violación y asalto sexual se culpan por el acto de violencia de la
otra persona.
La culpa actúa también cuando nos sentimos culpables por inferencia. Las personas que
nos rodean se comportan de una determinada manera que nos hace sentir responsable de
la consecuencia y causando con ello los sentimientos de culpa en nosotros. Esto ocurre
más comúnmente en una relación codependiente. Es difícil pasar por alto estas
inferencias porque la sociedad en su conjunto está dando sugerencias indirectas que
somos culpables de algunos comportamientos.
La culpa proyectada ocurre cuando otras personas se sienten culpables, pero lo
proyectan en nosotros. Tales proyecciones suelen estar llenos de mensajes y
sentimientos de culpa. Esto también es muy común en las relaciones
codependientes. Los maltratadores tienden a infligir mensajes de culpabilidad en la
pareja para hacerla sentir inadecuada y culpable por algo de lo que ellos son
responsables. Esto, a su vez, hace que la pareja se sienta culpable a pesar de que no hay
ninguna razón para sentirse así.
De esta manera vemos que es importante entender las sutiles diferencias de los tipos de
culpabilidad mencionados anteriormente y luego hacemos un ejercicio donde vamos a
hacer una lista de las cosas por las que te siente culpable ahora, o te has sentido culpable
en el pasado. En una escala de 1-10, evaluar su nivel general de culpabilidad. Hay que
hacer la lista de culpa inapropiada y apropiado por separado. A continuación, evaluar si
el ranking de la culpabilidad cambia. Sólo por hacer este ejercicio verás una reducción
en la intensidad de sus culpas. Este ejercicio te hace consciente y empiezas a darte
cuenta de que tienes fuertes sentimientos de culpa.

Vergüenza

La vergüenza puede llevarte al


autodesprecio, con consecuencias graves.
La vergüenza es remordimiento por lo que pensamos que somos como seres humanos.
Cuando la persona se siente inútil o indigna, va gradualmente al sentimiento de
autodesprecio y obviamente, esto daña la autoestima. El autodesprecio puede conducir
al odio a nosotros mismos y expresado en formas extremas, nos conduce a la
automutilación, autocastigo e incluso el suicidio. La persona comienza a sentir que él o
ella está mal y comienza a hacer autoevaluaciones negativas. El pensamiento cambia a
“no valgo nada”, “no soy bueno”, “soy un completo idiota”, “yo siempre fallo” y así
sucesivamente.
Estas creencias son muy disfuncionales y puede volver a una persona muy resentida,
enojada y hostil. La conexión mente-cuerpo impacta así en muchos tipos de
enfermedades. Las personas a menudo se convierten en personas que quieren agradar y
tienden a pasar por alto sus necesidades. Ellos siempre están sacrificando sus
necesidades con el fin de complacer a los demás. Sin embargo, en el fondo, sienten
rabia y tienen resentimiento. Están enojados con ellos mismos por creer que son
difíciles de amar, despreciables. Estas creencias son reprimidas internamente, pero la
energía negativa de la represión de ira y rabia, se muestran en el cuerpo físico. Así es
como el cáncer, úlceras, asma y otros tipos de enfermedades comienzan a manifestarse.
Ahora vamos a ver los pasos que faciliten la transformación de estas creencias
negativas. De acuerdo con Colin Tipping, el autor del libro Radical Self Forgiveness
(Autoperdón radical), hay cinco pasos en este proceso:

1. Descubrir
2. Reconocer
3. Evaluar
4. Neutralizar
5. Transformar

Al hacer estos cinco pasos, la persona será capaz de transformar el núcleo de las
creencias negativas y así auto perdonarse, que es muy importante para el
funcionamiento saludable y adecuado. Mientras nos culpemos y menospreciamos, no
vamos a ser capaces de tener una buena autoestima. Las personas deprimidas tienden a
tener tantas creencias negativas que tienden a debilitar su autoestima y conduce a un
comportamiento auto odio.
La codependencia también puede fomentar estas creencias erróneas, por lo que se
vuelve vulnerable al abuso verbal, emocional y físico, manipulación y explotación. Una
vez que comienza a descubrir, reconocer, evaluar, neutralizar y transformar las
creencias, se puede vivir una vida llena de aprecio por uno mismo y tener buenas
relaciones interpersonales.
De esta manera vemos que la culpa y la vergüenza son dos emociones que pueden
retardar nuestro crecimiento y nos hacen sentir atrapados, en la medida en que dejemos
de disfrutar de la vida y comienzan a funcionar de manera inadecuada. Al hacer los
ejercicios antes mencionados, podemos liberar la culpa y la vergüenza y regocijarnos
felices en la vida.
La hipnosis también puede ayudar a superar los sentimientos de culpa y vergüenza, con
las sugestiones de gran alcance que se ofrecen durante un trance hipnótico.

El crítico interior
Hay otro factor que juega con la culpa y la vergüenza.
Dentro de nuestra mente tenemos muchas sub-personalidades.
Por ejemplo, una parte de mí podría fijar el despertador a las 6:00 de la mañana para
levantarse y salir a hacer ejercicios… y luego cuando llega el momento y suena el
despertador, otra parte de mí se podría quejar: “¿Quién puso el maldito reloj?”
Más ampliamente, hay una especie de crítico interior y protector interior dentro de cada
uno de nosotros. Para la mayor parte de las personas, el crítico interior parlotea
continuamente, buscando algo para criticar. Exagera pequeños defectos, te castiga
repetidas veces por cosas de hace mucho tiempo atrás, no hace caso del contexto más
grande en que sucedieron los hechos y no le cree de tus esfuerzos de compensar o
enmendar las cosas.
¡Todos fallamos!
El autoperdón es el único camino para la sanción interna, heridas provocadas por fallas
que nosotros mismos hemos cometido.
Es humanamente imposible vivir la vida sin fallar en algún momento, hasta los más
grandes maestros de toda la historia humana han fallado.
Es importante reconocer los errores, sentir el remordimiento apropiado y aprender de
esos fallos para que no los volvamos a repetir. Pero la mayoría de las personas sigue
castigándose a sí mismos más allá de un punto de utilidad y se convierten injustamente
en autocríticos.
Realmente necesitamos al autocrítico interior, porque en la justa medida, es una especia
de protector interior, él pone en evidencia nuestras debilidades y fechorías, resalta
muchas de nuestras cualidades que rodean nuestra conducta y nos anima a volver al
camino cuando nos hemos salido de él, pero francamente, siempre se sale de su “justa
medida” y cuesta mucho decirle “cállate”.
Mientras el crítico interior está controlado, es un protector interior que, con su apoyo,
podemos ver nuestras fallas claramente, arreglar cualquier lío en el que nos hayamos
metido de la mejor manera posible y seguir adelante.
La finalidad de la culpa, la vergüenza y el remordimiento es el aprendizaje, no el castigo
(para no volver a equivocarnos otra vez de la misma manera). Más allá de ese punto de
aprendizaje, es sufrimiento innecesario. Cuando le damos alas a nuestra mente crítica, la
culpa, la vergüenza y el remordimiento pasan a ser excesivos y se interponen en el
camino de contribuir con los demás y ayudar a hacer de este mundo un lugar mejor,
socavando nuestra energía, ánimo, confianza y sentido de valor.
Ver claramente los errores, responsabilizándose de ellos con remordimiento y
enmendarlos, es lo que luego nos trae paz.
Esto es lo que logra el perdonarse a sí mismo.

¿Cómo?
En principio escogiendo algo relativamente pequeño con el cual todavía sigues siendo
duro contigo; y luego intenta uno o varios de los métodos que describo. Los explico
detalladamente ya que esto a menudo es útil, pero tu podría tomar la idea esencial de
estos métodos en unos minutos o menos.
Con ellos, puedes trabajar y sanar desde simples y hasta cuestiones más significativas.
Aquí vamos:

 Comenzar por ponerse en contacto con algún recuerdo, lo mejor que puedas, de
la sensación de haber estado preocupad@ por un amigo o compañero, familiar,
mascota o persona desde tu niñez. Date cuenta de que los aspectos de este ser,
incluso el cariño que sentías, se han tomado en tu mente como tu protector
interno.
 Quédate con el sentimiento de preocupación y pon en una lista todas las
cualidades de esa experiencia que puedas hallar en tu recuerdo. Incluso, puedes
preguntarle a tu protector interior, que sabe acerca de ti mismo. Estos son
hechos, no halagos; y no necesitas un halago para tener buenas cualidades como
la paciencia, determinación, imparcialidad o bondad.
 Si gritaste a un niño, mentiste en el trabajo, te divertiste con agresividad,
defraudaste a un amig@, engañaste a una pareja, te alegraste secretamente por lo
mal que le iba o la muerte de alguien; lo importante es reconocer los hechos, lo
que estaba en tu mente en ese momento, el contexto relevante e historia y los
resultados para ti y para los otros involucrados. Observa cualquier hecho que sea
difícil de afrontar, como la mirada en los ojos de un niño cuando le gritaste y
estate abirt@ a eso, porque son las cosas que te mantienen amarrado al evento.
Siempre es la verdad la que nos hace libres.
 Ordena lo sucedido en tres listas: fallas morales, por torpeza y todo lo demás.
Las fallas morales merecen proporcionalmente culpa, vergüenza y
remordimiento; pero las fallas por torpeza piden solo corrección y nada más, que
puede ser, por ejemplo: prestar más atención (este punto es muy importante).
Puedes pedirles a otras personas su opinión referente a esta clasificación,
incluso, a las personas que pudiste haber perjudicado, pero solo para que puedas
decidir lo que es correcto.
 De manera honesta, asume la responsabilidad por las faltas morales y de torpeza.
Toma un papel y escribe: “Yo soy responsable de ………” y permítete sentirlo.
A continuación escribe: “pero yo no soy responsable de …………… y de
…………..”. Por ejemplo, tú no eres responsable de la interpretación errónea o
reacciones excesivas de los demás. Deja que el alivio de haber dejado esa carga
te llegue.
 Reconoce lo que ya has hecho para aprender de esta experiencia, reparar las
cosas y compensar. Apréciate. Después decide; y si algo queda por hacer aún
(dentro de tu propio corazón o ahí fuera, en el mundo), ve y hazlo.
 Ahora verifica con tu protector interno, ¿hay algo más que deba enfrentar o no?
Si todo está bien, escuchará la voz suave y tranquila de la conciencia, tan
diferente del fuerte desprecio de la crítica. Si te das cuenta de que algo queda,
sigue trabajando con eso hasta que tu conciencia quede tranquila. Por otra parte,
ahora tu corazón sabe que lo que debías aprender de la experiencia fue
aprendido y que lo que hacía falta hacer, ha sido hecho.
 Y ahora activamente, perdónate a ti mismo. Escribe en tu papel, “me perdono
por …………. He asumido la responsabilidad y he hecho todo lo que yo podías
hacer para mejorar las cosas”. También puedes pedirle al protector interior que
te perdone, que perdone a otras personas o incluso, tal vez, a la persona que has
dolido.
 Puede que tengas que pasar una y otra vez por estos pasos para que
verdaderamente puedas auto perdonarte; y está bien si es así, no significa que lo
estás haciendo mal, solo significa que te has castigado demasiado por lo
sucedido y eso puede estar cristalizado en tu mente y romper una cristalización
mental, lleva algo de tiempo y trabajo interno. Dale tiempo al autoperdón para
que se plasme en ti. Llegará el momento en que ya no sentirás la culpa y solo
será una anécdota. Reflexiona sobre lo peligroso y malo que es permitirle a
nuestro protector interior convertirse en crítico y no permitas que vuelva a
suceder.

S-ar putea să vă placă și