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Introducción La Lógica De La
capítulos de este libro: en el original estaban numerados de pri-
A MI ESPOSA, a quien se debe que haya renacido este libro. mero a segundo (primera parte) y de primero a octavo (segunda Investigación
parte), mientras que ahora lo están correlativamente: de primero Científica
Nota del traductor* a décimo.
Karl R. Popper
La lógica de la investigación científica es traducción de la Logik
der Forschung, publicada en Viena en el otoño de 1934 (pero Las teorías son redes: sólo quien lance cogerá.
con la fecha "1935"); la versión ha sido hecha por el autor, ayu- NOVALIS
dado por el doctor Julius Freed y Lan Freed.
No se ha alterado el texto original de 1934 con vistas a la tra- Prefacio de la primera edición (1934)
ducción. Como suele ocurrir, ésta es un poco más larga que el
original: ha sido menester emplear paráfrasis para palabras y La sospecha de que el hombre, por fin, ha resuelto sus proble-
frases que no tenían equivalentes, y ha habido que fragmentar mas más recalcitrantes... proporciona menguado solaz al gus-
y reordenar las oraciones; tanto más cuanto que el texto a tra- tador de la filosofía: pues lo que no puede dejar de temer es
ducir estaba enormemente condensado, pues incluso se le ha- que ésta nunca llegue lo suficientemente lejos como para pro-
bía podado drásticamente en varias ocasiones, para cumplir los poner un auténtico problema.
requisitos del editor. Pero el autor se ha decidido a no aumentar M. SCHLICK (1930).
el texto, así como a no restaurar los pasajes cercenados.
Por mi parte, sostengo la opinión exactamente opuesta y afir-
Con objeto de ponerlo al día se han añadido al libro apéndices mo que siempre que una disputa se ha desencadenado
y notas nuevos: algunos amplían meramente el texto, o lo corri- durante cierto tiempo, especialmente en filosofía, en el fondo
gen; pero otros indican en qué puntos el autor ha variado de no se trataba nunca de un mero problema acerca de palabras,
opinión, o cómo reorganizaría sus razonamientos. sino de un auténtico problema acerca de cosas.
I. KANT (1786).
Todas las adiciones actuales -apéndices nuevos y notas nuevas
a pie de página- están marcadas por medio de números prece- El científico que se ocupa con una investigación determinada,
didos de asterisco; y este último signo indica también los sitios digamos de física, puede atacar su problema de modo directo:
en que se han ampliado las notas antiguas (a menos que la puede dirigirse inmediatamente al corazón del asunto, esto es,
ampliación consista únicamente en la alusión a la edición ingle- al corazón de una estructura organizada. Pues existe ya una es-
sa de un libro publicado originalmente en alemán). tructura de las doctrinas científicas; y, con ella, una situación de
los problemas que tiene aceptación general. Esta es la razón
En las adiciones mencionadas se encontrarán referencias a una por la que puede dejar a otros la tarea de encajar su colabora-
continuación de este volumen (continuación que no se había ción en el marco general del conocimiento científico.
publicado antes y cuyo título es Postscript: After Twenty Years):
sus capítulos y apartados están precedidos también por asteris-
* La versión española se ha hecho sobre la edición inglesa, siguiendo el
co, pero como no tiene apéndices, todos éstos, tengan o no as-
consejo del autor. Únicamente se han vertido directamente del alemán algu-
terisco, corresponden al presente volumen. Las dos obras tratan
na palabra aislada y la carta de A. Einstein, que constituye el apéndice *XII
de los mismos problemas, si bien -aunque se complementan- (aunque teniendo en cuenta, naturalmente, las aclaraciones intercaladas
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Pero la objeción más grave que opongo a la creencia de que, ya A este respecto debería recordarse que casi todos los proble-
el "nuevo camino de las ideas", ya el "nuevo camino de las pa- mas de la epistemología tradicional están relacionados con el
labras", sea el método principal de la epistemología -o quizá, aumento de los conocimientos. Me siento inclinado a decir inclu-
incluso, de la filosofía- es la siguiente: so más: desde Platón a Descartes, Leibniz, Kant, Duhem y Poin-
caré, y desde Bacon, Hobbes y Locke a Hume, Mill y Russell, la
Cabe abordar el problema de la epistemología por dos lados dis- teoría del conocimiento se ha inspirado en la confianza de que
tintos: 1) como el problema del conocimiento del sentido común nos permitiría, no solamente conocer más y más acerca del co-
u ordinario, y 2) como el del conocimiento científico. Los filóso- nocimiento, sino contribuir al avance del mismo -esto es, del co-
fos que se inclinan al primer enfoque piensan con toda razón nocimiento científico-. (Entre los grandes filósofos la única excep-
que el conocimiento científico sólo puede ser una ampliación del ción a esta regla de que puedo acordarme es la de Berkeley.) La
correspondiente al sentido común; y también equivocadamente mayoría de los filósofos que creen que el método característico de
que este último es el más fácil de analizar. De esta forma, tales la filosofía es el análisis del lenguaje ordinario parecen haber per-
filósofos se ponen a remplazar el "nuevo camino de las ideas" dido aquel optimismo admirable que inspiraba la tradición racio-
por un análisis del lenguaje ordinario, o sea, de aquél en que se nalista: su actitud semeja ser de resignación, si no de desespe-
formula el conocimiento de sentido común; y en lugar de ana- ranza; no solamente abandonan el progreso de los conocimien-
lizar la visión, la percepción, el conocimiento o la creencia, ana- tos a los científicos, sino que definen la filosofía de modo tal que, UNTREF VIRTUAL | 4
por su misma definición, se hace incapaz de aportar nada a nues- El primer grupo está formado por los que tienen por meta estu-
tro conocimiento del mundo. La automutilación que exige esta diar "el lenguaje de la ciencia" y que han escogido como méto- La Lógica De La
definición de filosofía, tan sorprendentemente persuasiva, no do filosófico la construcción de modelos artificiales de lenguajes: Investigación
me atrae. No existe una esencia de la filosofía, algo que pudiera esto es, la construcción de los que creen ser modelos del "len- Científica
destilarse y condensarse en una definición: todas las de la pala- guaje de la ciencia".
bra "filosofía" podrán tener tan sólo el carácter de una conven- Karl R. Popper
ción, de un acuerdo; y, en todo caso, no veo mérito alguno en la El segundo grupo no se limita a estudiar el lenguaje de la cien-
propuesta arbitraria de definir dicha palabra de modo que impi- cia -ni ningún otro lenguaje-, ni posee un método filosófico ya
da a todo estudioso de la filosofía el que intente contribuir, qua escogido. Sus miembros filosofan de muchos modos diferentes,
filósofo, al avance de nuestro conocimiento del mundo. pues se encuentran con muchos problemas distintos que pre-
tenden resolver; y acogen con gusto cualquier método cuando
Asimismo, me resulta paradójico que los filósofos que están or- consideran que puede ayudarles a ver más claramente sus pro-
gullosos de especializarse en el estudio de los lenguajes ordina- blemas, o a dar con una solución, aunque sea provisional.
rios crean -no obstante tal cosa- que saben lo suficiente acerca
de la cosmología para estar seguros de que ésta es de esencia Me ocuparé primero de los que han elegido el método de con-
tan diferente a la filosofía que esta última jamás podrá aportar struir modelos artificiales del lenguaje de la ciencia. Desde un
nada a aquélla. Y, ciertamente, se equivocan: pues es un hecho punto de vista histórico, también ellos parten del "nuevo camino
real que las ideas puramente metafísicas -y, por tanto, filosófi- de las ideas": también remplazan el método (pseudo) psicológi-
cas- han tenido la máxima importancia para la cosmología. Des- co del "nuevo camino" antiguo por el análisis lingüístico. Pero,
de Tales a Einstein, desde el atomismo antiguo a la especula- debido quizá a loa consuelos espirituales que proporciona la
ción cartesiana sobre la materia, desde las especulaciones de esperanza en un conocimiento que sea "exacto", "preciso" o
Gilbert, Newton, Leibniz y Boscovich acerca de las fuerzas a las "formalizado", han elegido como objeto de su análisis lingüístico
de Faraday y Einstein en torno a los campos de fuerzas, las "el lenguaje de la ciencia", en vez del lenguaje ordinario. Mas,
ideas metafísicas han señalado el camino. por desdicha, al parecer no existe semejante "lenguaje de la
ciencia", por lo cual se les hace necesario construir uno; sin em-
Estas son, expuestas brevemente, mis razones para creer que, bargo, la construcción de un modelo a tamaño natural y que fun-
incluso dentro de la provincia de la epistemología, el primer cione del lenguaje de la ciencia -un modelo en que pudiera ma-
enfoque que he mencionado -es decir, el análisis del conoci- nejarse una verdadera ciencia, como la física- resulta ser algo
miento analizando el lenguaje ordinario- es demasiado estre- dificultosa en la práctica: y, por tal razón, los encontramos em-
cho, y que forzosamente han de escapársele los problemas más barcados en la construcción de complicadísimos modelos que
interesantes. funcionan, pero en miniatura -de enormes sistemas de diminu-
tos chirimbolos.
Pero estoy muy lejos de encontrarme de acuerdo con todos aque-
llos filósofos que se declaran a favor del otro modo de abordar la En mi opinión, este grupo de filósofos toma lo peor de ambos
epistemología, o sea, aquél que sigue el camino de un análisis del mundos. Y debido a su método de construir modelos lingüísticos
conocimiento científico. Con objeto de explicar más fácilmente en en miniatura, se les escapan asimismo los problemas más apa-
qué cosas estoy de acuerdo y en qué no, voy a dividirlos en dos sionantes de la teoría del conocimiento, esto es, los relaciona-
grupos algo así como las ovejas y los cabritos. dos con su progreso; pues lo intrincado del artefacto no está en
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proporción con su eficacia, y en la práctica no hay teoría cientí- Así pues, el método de construir modelos lingüísticos artificiales
fica de ningún interés que pueda expresarse por medio de tan no es capaz de abordar los problemas del aumento de los cono- La Lógica De La
inmensos sistemas de minucias. Estos modelos carecen de im- cimientos, menos aún que lo sería el de analizar los lenguajes Investigación
portancia para la ciencia y para el sentido común. ordinarios -y ello meramente porque tales modelos son más po- Científica
bres que estos últimos-. Como resultado de su pobreza nos
En realidad, los modelos del "lenguaje de la ciencia" que cons- ofrecen sólo el modelo más tosco y más engañoso del aumento Karl R. Popper
truyen estos filósofos no tienen nada que ver con el lenguaje de del conocimiento: el de un montón de enunciados de observa-
la ciencia moderna, como puede verse teniendo en cuenta las ción que se acumulan progresivamente.
observaciones que siguen, que se refieren a los tres modelos
lingüísticos más conocidos (a ellos aluden las notas 13 y 15 del Volvámonos ahora al tercer grupo de epistemólogos, a los que
apéndice *VII y la nota *2 del apartado 38). Al primero le faltan, no se entregan por anticipado a ningún método filosófico, los
incluso, los medios para expresar la identidad, y, en consecuen- que en los trabajos epistemológicos utilizan el análisis de los
cia, no puede representar igualdad alguna: de modo que no con- problemas científicos, de las teorías, de los procedimientos y -lo
tiene ni siquiera la aritmética más primitiva. El segundo funciona que es más importante- de las discusiones científicas. Este
únicamente con tal de que no le añadamos los medios de de- grupo pretende que entre sus antepasados se encuentran casi
mostrar los teoremas corrientes de la aritmética: por ejemplo, el todos los grandes filósofos occidentales (incluso puede reclamar
teorema de Euclides de que no existe un número primo que sea para sí a Berkeley, a pesar de haber sido -en cierto sentido muy
mayor que cualquier otro, y hasta el principio ele que todo nú- importante- un enemigo de la misma idea de conocimiento cien-
mero tiene un sucesivo. En el tercero -el más desarrollado y fa- tífico racional, cuyo adelanto temía): sus representantes más
moso de todos- tampoco pueden formularse las matemáticas; y ilustres durante los últimos doscientos anos han sido Kant,
-lo que es aún más interesante- tampoco pueden expresarse en Whewell, Mill, Peirce, Duhem, Poincaré, Meyerson, Russell y
él propiedades mensurables de ningún tipo. Debido a estas Whitehead -este último, al menos, en algunas de sus fases-. La
razones, y a muchas otras, estos tres modelos lingüísticos son mayoría de los pertenecientes a este grupo estarían conformes
demasiado pobres para ser útiles en ciencia alguna; y -desde con la idea de que el conocimiento científico es el resultado del
luego- son esencialmente más pobres que los lenguajes ordi- aumento del de sentido común: pues es algo así como el
narios, inclusive los más primitivos. conocimiento de sentido común, en grande; sus problemas son
los de éste, pero ampliados por ejemplo, sustituye el problema
Los autores de estos modelos los han impuesto las limitaciones de Hume de la "creencia razonable" por el de las razones para
mencionadas simplemente porque, de otro modo, las solucio- aceptar o rechazar las teorías científicas. Y, puesto que tenemos
nes que proponían a sus problemas no hubieran sido eficaces. muchos informes detallados de las discusiones concernientes al
Es fácil demostrar este hecho, y esta demostración la han ofre- problema de si habría que aceptar teorías tales como la de
cido, en parte, los mismos autores. No obstante lo cual, todos Newton, la de Maxwell o la de Einstein, podemos mirar estas
parecen plantear las siguientes pretensiones: a) que sus méto- discusiones como si fuese a través de un microscopio que nos
dos son capaces, en una u otra forma, de resolver problemas de permitiera estudiar en detalle, y de un modo objetivo, algunos de
la teoría del conocimiento científico, o sea, dicho de otro modo, los problemas más importantes de la "creencia razonable".
que son aplicables a la ciencia (mientras que, en realidad, sólo
son aplicables con precisión a un discurso de tipo extremada- Este enfoque de los problemas de la epistemología se desen-
mente primitivo), y b) que son "exactos" o "precisos". Está claro tiende (como también los otros dos mencionados) del método
que no es posible mantener ambas pretensiones. pseudopsicológico o "subjetivo" del nuevo camino de las ideas
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(método todavía empleado por Kant). Nos sugiere que no sólo
analicemos las discusiones científicas, sino también las situa- La Lógica De La
ciones problemáticas de la ciencia; y de este modo nos puede Investigación
ayudar, asimismo, a comprender la historia del pensamiento Científica
científico.
Karl R. Popper
He intentado hacer ver que los problemas epistemológicos tradi-
cionales más importantes -los que guardan relación con el au-
mento de los conocimientos- trascienden los dos métodos usua-
les de análisis lingüístico, y exigen un análisis del conocimiento
científico. Defender un dogma más es, sin embargo, lo último
que quisiera hacer: incluso el análisis de la ciencia la "filosofía
de la ciencia"amenaza convertirse en una moda, en una espe-
cialidad; mas los filósofos no deben ser especialistas. Por mi par-
te, me interesan la ciencia y la filosofía exclusivamente porque
quisiera saber al o del enigma del mundo en que vivimos del otro
enigma del conocimiento humano de este mundo. Y creo que
sólo un renacer del interés por estos secretos puede salvar las
ciencias y la filosofía de una especialización estrecha y de una
fe obscurantista en la destreza singular del especialista y en su
conocimiento y autoridad personales: fe que se amolda tan per-
fectamente a nuestra época "postrracionalista" y "postcrítica",
orgullosamente dedicada a destruir la tradición de una filosofía
racional, y el pensamiento racional mismo.
Reconocimiento
Quiero dar las gracias aquí a Mr. David G. Nicholls por haberme
comunicado el admirable pasaje por él descubierto entre los
Acton Manuscripts de la Library of Cambridge University (Add.
Mss. 5011 266), y que he reproducido en la página 15.
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