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La porosidad del suelo puede calcularse, por lo tanto, a partir de la densidad real y
aparente del suelo de la siguiente manera:
Donde:
P= es la porosidad expresada en porcentaje
Dr= es la densidad real
Da= es la densidad aparente.
Según esto, la capacidad de agua (CA) puede obtenerse a partir de la capacidad de
campo del suelo (CC) y la densidad aparente:
La capacidad de aire del suelo puede calcularse como la diferencia entre la porosidad
total y la capacidad de agua del suelo. La figura 9-4 muestra la relación aproximada
entre la porosidad de un suelo limoso y su densidad aparente.
La porosidad del suelo varía el grado de desarrollo y el tipo de estructura que posee.
Normalmente, los suelos mejor estructurales, con un contenido apreciable de arcilla y
materia organica poseen una porosidad en torno al 60%. Los suelos compactados por
presión o cementados poseen valores muy bajos de porosidad. La figura 9-5 muestra la
porosidad aproximada de distintos tipos de suelo.
3.1. CLASIFICACION DE LOS POROS DEL SUELO
Los poros del suelo son diversos en cuanto a su tamaño, forma y orientación. En los
suelos arcillosos, los poros son grandes y forman canales mas o menos continuos.
A pesar de todo lo visto anteriormente, la aireación y la dinámica del agua en el suelo
no están regulados simplemente por el espacio poroso. Un suelo con un volumen
de poros del 60%,por ejemplo, puede ser mal aireado.
La razón de este fenómeno es el tamaño de los poros, mas que su volumen total.
Los poros del suelo pueden clasificarse según su tamaño. De esta manera, podemos
encontrar los siguientes tipos:
En los suelos arenosos, por ejemplo, la aireación es fácil, debido a que los poros
tienen tamaño suficiente para permitir el drenaje del agua en exceso. En los suelos
arcillosos, con poros mas pequeños, la aireación es menor, pero la retención de
agua disponible para las plantas es mayor.
Por otro lado, el tamaño de los poros es también importante para el crecimiento
radicular de las plantas, de manera que en suelos compactados la facilidad de
penetración de las raíces es muy baja.
La importancia agrícola de la porosidad del suelo es muy grande, y esta relacionada
íntimamente con otras propiedades del suelo que influyen sobre su fertilidad física:
textura, estructura, humedad, etc.
En general, los suelos con una estructura de tipo granular o migajosa, de textura
franca, poseen una porosidad total elevada (en torno al 65%). Los suelos francos
son los que proporcionan una mejor aireación y una mayor reserva de agua en el
suelo. Los suelos compactados, por el contrario, no ofrecen una buena fertilidad
física.
En cuanto a la textura, los suelos arenosos poseen una elevada proporción de
macroporosidad, con lo que se consigue una buena aireación, pero una mala
capacidad de campo.
Los suelos limosos poseen una porosidad baja (en torno al 40%), lo que ocasiona
una mala aireación, aunque la cantidad de agua útil es buena. Sin embargo, en el
caso de los suelos de textura arcillosa, la porosidad total puede ser elevada (60%),
pero con una baja proporción de macroporos.
Esto ocasiona una falta de aireación. Aunque la capacidad de campo sea elevada,
la mayor parte del agua retenida esta confinada en los microporos, lo que impide la
absorción de agua por las plantas.
3.2. DIAGRAMAS DE POROSIDAD
Los diagramas de porosidad permiten representar la distribución volumétrica en
profundidad de la fase sólida, la capacidad de aire, el agua útil y el agua higroscópica
(ligada a la superficie de los componentes de la fase solida y no utilizable por las
plantas).
La interpretación de esos diagramas permite conocer las posibilidades de circulación
de la fase gaseosa por los poros más gruesos.
La figura 9-6 muestra los diagramas de porosidad de tres perfiles de suelo distintos.
En el primer caso (a), en que el suelo es muy evolucionado y tiene una textura areno-
limosa, la capacidad de aire es elevada y el contenido de agua útil es bajo en todos
los horizontes.
En el caso (b), un suelo con perfil A1-A2-Bt1-Btg2, que ha sufrido un fuerte lavado
de arcilla y encharcamiento temporal en profundidad, la aireación es buena asta los
70 cm desde la superficie, donde se sitúa la zona de encharcamiento que origina
procesos de pseudogleyzacion (hidromorfia). En este punto en que el horizonte es
rico en arcilla la porosidad total desciende por debajo del 40% y los macroporos
desaparecen, con lo que la capacidad de aire llega al 0%.
En el caso (c), en que el material es arcilloso, los horizontes superficiales están bien
aireados, en contraste con los mas profundos; en este caso la porosidad total es
elevada, pero esta formada principalmente por microporos, lo que reduce la
capacidad de aire y eleva el contenido de agua fuertemente ligada a la fase solida y
no utilizable por las plantas.