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Kapitaniak, T. Controlling Chaos. New Teran, O. “How Nature Works: The Science
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Juan Félix Burotto
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Cátedra, 1998b. jburotto@ulagos.cl - fganga@ulagos.cl
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vez menos que todas. Por eso el esfuer- ticas: la teoría de las categorías (la
zo de traducirla resulta tan interesante: cual, por lo demás, nos habla de
“El coraje consiste en hacer justicia su manera “otra” de concebir las
con uno mismo”; “La valentía se define totalidades).
como la justicia con el espíritu propio”; • La revisión juiciosa del trabajo de los
“El valor es la justicia con lo que se es”. ensayistas latinoamericanos (que
¿Por qué esa frase habla del nos da varias pistas sobre la res-
autor? ¿Por qué de este libro en parti- ponsabilidad con que se hace cargo
cular? ¿De qué trata este libro? ¿Quién de su lugar en el mundo).
es Fernando Zalamea? ¿Qué mundos • El estudio minucioso de ciertos
enormes abarca? (¿Desde qué esquina dominios especiales: el romanticis-
mira el mundo?) ¿Qué es lo que le in- mo, la lógica matemática, la crítica
quieta? (¿Qué es lo que lo hace vibrar? literaria.
¿Qué es lo que lo conmueve?) ¿Tras de • La dedicación cariñosa a cier-
qué anda? (¿Qué está detrás de lo que tos autores con los que siente una
hace?) ¿A qué busca hacerle justicia? particular identificación: Melville,
¿Tras de qué batalla Fernando Zalamea Kafka, Proust, Bill Viola, Kiefer,
con tanto encomio, emoción y lucidez? Turner, Novalis, Musil, son sólo
La pista del trabajo, de la labor, en el unos pocos de los que han mereci-
caso de este autor, resulta muy diciente. do sus análisis y lecturas.
Es una evidencia muy elemental, que • La afinidad con ciertos teóricos
parte de la pura constatación, pero no de la cultura: Bajtin, Benjamin,
por eso resulta menos rica. Así que po- Rodríguez Magda, etc.
demos arrancar por ahí: viendo lo que • La fascinación por los proyectos ar-
está allí, lo que salta a la vista del que tísticos monumentales e intrincados:
apenas comienza a asomarse a su mundo Gaudí, Gehry, Turner, Kiefer, etc.
y se encuentra con el listado de sus escri- • Y, por supuesto, su profunda de-
tos, de sus investigaciones, de sus cursos, dicación, en todos los sentidos,
para encontrar allí cómo el investigador, a la inabarcable obra de Charles
el coleccionista, el hombre de la síntesis, Sanders Peirce y, en particular, a
se ha ido haciendo a un mundo enorme, los modos en que una cierta com-
a la vez que ha ido elaborando un siste- prensión de la “continuidad” puede
mático instrumentario para organizarlo. cambiar nuestra visión del mundo.
En su obra podemos reconocer:
• La mirada abarcadora de la mate- Todo este listado resulta ser apenas
mática del siglo XX (labor titánica una selección bastante personal de sus
que por sí sola ya habría de cobrar- intereses, que de alguna manera señala
se la vida de varios hombres). también el modo en que yo lo he leído,
• Su constante labor como educador desde hace más de diez años, cuando
tanto de lógica matemática como comencé el diálogo con sus primeros
de la vertiente (revés) de la “me- textos y cursos.
tafísica matemática”, que acogió Todo ello da prueba tanto de lo
como su lugar propio en matemá- enorme que es el mundo de Fernando
ideas y valores · vol. lx · n. 146 • agosto de 2011 • issn 0120-0062 • bogotá, colombia
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vez, resulta la más adecuada, porque tica, sino de una filosofía minusválida
señala justamente ese límite, en cuanto que no contaba con herramientas para
límite, y que, como tal, la investigación, reconocer lo verdaderamente impor-
la inquietud, quiere trasgredir. tante. Esta desazón la ha definido mejor
Y los héroes de este libro, en su ma- que nadie Gian Carlo Rota, al hablar de
yoría, parecen verse atrapados en un la “perniciosa influencia de la mate-
mundo oscuro, al que no dejan de bus- mática en la filosofía”, que permea por
carle una veta de luz que los conduzca múltiples lugares la filosofía analítica.
a un más allá. Mi desacuerdo con Zalamea sobre lo
Esa tensión interior/exterior articula posmoderno radica en esa duda que lo
todo el ensayo, evidenciando una par- posmoderno posa sobre la razón, sobre
ticular topología, donde los hallazgos el ser humano, incluso sobre el mundo
(debería decir mejor las pistas) más di- mismo, que a mí no deja de pertur-
cientes resultan ser los residuos, y la clave barme. Y por eso, de todos modos, me
más original resulta ser la idea de revés. anima, en el sentido de que me llena
¿Qué pueda ser el revés considerado de ánimo y me da vida, la celebración
de modo abstracto, de modo genéri- del espíritu humano, de las potenciali-
co? Esa podría constituirse como la dades de la razón y de la mirada, que
pregunta más original que Zalamea constituye este libro.
desarrolla en este ensayo. Y esto es justamente lo que pode-
Si bien yo comparto con Zalamea su mos ver encarnado en las imágenes
visión crítica de la filosofía analítica, ya que trasmite Fernando de sus héroes,
que esta práctica, generalizada dentro a cada uno de los cuáles está dedicado
de muchos de nuestros departamen- uno de los capítulos de este libro:
tos de filosofía, desde muy pronto me 1. Peirce, como ese pensador des-
hizo sentir extranjero en ellos (cuan- medido, con esa capacidad y esa
do se suponía que, al haber estudiado imaginación inmensa para prestar
matemáticas, por el contrario, debería las herramientas (categorías) para
sentirme cómodo), siempre he discuti- estructurar toda totalidad. (Capítulo
do con él la dureza con que se refiere a donde elabora mejor que nunca esa
todo lo posmoderno (quizás me ayuda imagen del péndulo que va y viene,
el hecho de no haber estado nunca cer- y del pensar como ese movimiento
ca de una escuela posmoderna que me pendular alrededor del borde).
produjera esos rechazos casi instinti- 2. Florenski, ese místico visionario,
vos que me produce la analítica). con esa lucidez para ver la pro-
Ese primer distanciamiento común fundidad sin fondo del rostro.
tiene origen, principalmente, en el he- (Capítulo donde la analogía mate-
cho de que para nosotros, por haber mática de los números complejos
estudiado matemáticas, era evidente con el mundo del sueño, cruce de
una total incomprensión del fenómeno intereses de ese filósofo ruso de co-
de la matemática por parte de la filoso- mienzos de siglo XX, brinda pistas
fía analítica. Lo que nos hablaba no sólo muy sugerentes para pensar la idea
de un desconocimiento de la matemá- del revés).
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3. Marey, ese científico loco, científi- 5. Vieira da Silva, quien, con sus azu-
co mago, que, como un Melies de lejos hechos de pintura, construye
laboratorio, se dedica a capturar en una temblorosa telaraña donde la
imágenes el movimiento. (Capítulo inseguridad logra hacer casa. (En la
más descriptivo, más sencillo, que pintura de esta artista portuguesa
narra con detalle un caso particular de mediados de siglo XX, Zalamea
bien escogido de los experimentos encuentra mejor que en ninguna
de este pionero francés, donde se otra parte las estructuras que anda
hacen muy claros los modos de ha- buscando, dando así espacio para
cer ver lo invisible). pensar lo que podría ser criticable
4. Lispector, esa interioridad quebra- en su trabajo: ¿qué tanto es capaz
da que logra hacer chispas con la de ver lo otro que la obra [pintura,
escritura, para permitir que nos filosofía, escritura] muestra, y qué
sumerjamos en el abismo del yo y tanto sólo reconoce lo suyo propio
surgir reconciliados con el mundo. que allí busca o proyecta?).
(Corazón del libro, donde podemos 6. Tarkovski, para terminar, aparece
ver al autor como un coleccionis- como ese melancólico y tenaz ci-
ta enamorado de cada frase de la neasta que es capaz de construir
escritora brasileña, quien le funcio- un mundo de brumas, en ruinas,
na como un inigualable taller del donde aún cabe confiar en el espí-
lenguaje).2 ritu humano. (La imagen que más
me queda de este capítulo es la de
2 Al leer La manzana en la oscuridad, la la vibración del mundo, y cómo esa
novela de Clarice Lispector, Fernando vibración siempre habla de un más
Zalamea comenta algo que podría ser
allá que lo contiene).
la versión en negativo del lema que
Resuena la campana. La secuen-
organiza esta reseña y donde reúne
sintéticamente los distintos motivos cia preciosa de Andrei Rubliev que
del libro: “El acceso a la dura belleza Zalamea evoca en el texto. Aquel mo-
del mundo requiere la renuncia, el va- mento en el que el pintor de íconos,
cío y el acto de silenciar el yo. Desde los perturbado después de un largo viaje
‘bordes’ del vacío es más fácil el trán- y muy atropellado por los dolores del
sito hacia el revés de nuestra mirada” hombre en el mundo, da con aquel jo-
(71). Y cita la escritura de Lispector en
ven aprendiz de forja de campanas. Ese
su novela: “iniciado ahora en el silen-
momento es en realidad una larguísima
cio –ya no en el silencio de las plantas,
ya no en el silencio de las vacas, sino secuencia, donde se detalla minuciosa-
en el silencio de otros hombres–, él ya
no sabía cómo explicarse, sólo sabía citas de Lispector, donde la escritora
que se sentía cada vez más un hombre, brasileña trata los mismos temas del
cada vez más él sentía a los otros”. En el libro, y el contrapunto de maneras y
contraste podemos ver cómo Zalamea sensibilidades (Lispector / Zalamea)
elabora su lenguaje que describe, copia va generando un tono y una imagen
y se apropia, pero que también se dis- general, a la vez que deja ver muy bien
tingue. Es interesantísimo ver cómo dos formas muy diferentes de elaborar
este capítulo recoge una infinitud de (rumiar) lo mismo.
mente, paso por paso, la elaboración de filosofía en la medida en que están pen-
la campana, siguiendo con cuidado la sando la humanidad.
ansiedad del joven artífice que siente No sólo la razón, el rostro y la mira-
cómo se juega la vida en su obra. da (lo más luminoso), sino también el
Resuena la campana. Y el hermoso corazón, la mano y el seno (lo más tier-
tañer de la campana despierta al pin- no), las tripas y el hígado (lo más oscuro
tor de una pesadilla. ¿Era la pesadilla y siniestro). Por no hablar del sexo, qui-
el mundo cruel o su propia incapacidad zás el revés más complejo del mundo de
de pintar, de abrirse? ¿Era el uno el re- la razón que Fernando elabora.
vés del otro? Debemos reconocer a la Universidad
Resuena la campana. Rubliev se da Nacional, y a su hermosa colección
cuenta. Abre los ojos. Se conmueve Obra Selecta, que en su meticulosa y
hasta los tuétanos. No puede seguir ne- delicada edición hace mucho más clara
gándose al mundo. Debe pintar. Hacer y brillante la obra de Fernando, y co-
justicia consigo mismo es hacer justicia mienza a hacer sonar ese trabajo tan
con el mundo, hacer justicia con el gé- profundo, hermoso y emocionante.
nero humano, hacer justicia con lo que Somos nosotros, sus primeros lectores,
está más allá, con todo lo más profundo los encargados, tanto de hacerlo reso-
y lo más valioso. nar, como de hacer eco de su invitación
La obra de Fernando Zalamea resuena a no encerrarnos, y, haciendo justicia
como una campana. Y es un sonido que con nosotros mismos, dar rienda suel-
debe retumbar y una música que debe ser ta a nuestro potencial, para cumplir, al
escuchada. Porque Fernando Zalamea es hacerlo, con su confianza.
hoy en día nuestro filósofo en el mundo3,
dialogando en son de amistad y de pelea Alejandro Martín M.
con quienes llevan a cabo hoy el debate alemartin@gmail.com
del pensamiento. Estoy pensando en un
Sloterdijk, un Žižek, un Didi Huberman,
un Umberto Eco, pero también en
un Vikram Seth, un Spiegelman, un Cárdenas Mejía, Luz Gloria.
Baricco, incluso un Schlink, un Scorsese, Aristóteles: retórica, pasiones y persua-
un Lynch, una Paglia, un Amartya Sen o sión. Bogotá: San Pablo-Universidad de
un José Alejandro Restrepo, un Amezúa Antioquia, 2011. 187pp.*1
y un Martín Barbero. E incluyo, fuera de
los filósofos, personajes de distintas dis- En este libro continúo una serie de
ciplinas, el cine, el cómic, la economía, investigaciones que he realizado sobre
el derecho, el arte y la literatura, la sexo- el papel de la opinión, la narración y
logía y la teoría cultural, porque en todo la argumentación en la construcción
caso, y en cada uno de los casos, hacen
ideas y valores · vol. lx · n. 146 • agosto de 2011 • issn 0120-0062 • bogotá, colombia
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