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1- El noviazgo.
1.1. Características de la amistad.
Cualquier persona normal mantiene relaciones amenas y cordiales con cientos de
personas, pero con algunas de ellas se genera un vínculo afectivo más intenso que con
otras. Aún así, muchas veces no podemos definir si una persona es amiga, casi amiga, o
simplemente alguien con quien existe afinidad y nos llevamos bien.
¿Basta con que alguien nos declare su amistad para considerarlo un amigo? ¿Quiénes
son nuestros verdaderos amigos y quiénes no? ¿Cómo distinguir a los amigos sinceros
de aquellas personas que sólo fingen su amistad para obtener algún beneficio? Para
responder todas estas preguntas, es necesario reflexionar sobre la amistad: qué significa,
cómo se expresa, cuáles son sus requisitos. ¿Estaremos siendo buenos amigos? ¿Son
nuestros amigos todos aquellos que dicen serlo?
El concepto de amistad.
La amistad surge cuando dos o más personas desarrollan un afecto mutuo, desinteresado
e incondicional. Un amigo se asemeja a un hermano, pero existe una diferencia
fundamental: los amigos no nos vienen dados, podemos elegirlos. En este punto se
encuentra la clave del asunto. Los amigos tienen tanta importancia en nuestras vidas
justamente porque se trata de relaciones que nosotros mismos decidimos crear y
mantener a cada instante. Nada ni nadie nos obliga a soportarlos, como sí puede suceder
con ciertos parientes. Por el contrario, la amistad se genera cuando dos personas se
eligen mutuamente para compartir parte de sus vidas: experiencias, intereses,
conocimientos, actividades, etc.
Es muy difícil encontrar una buena definición de “amistad”, capaz de agotar toda la
complejidad de semejante concepto. Algunos la conciben como “una virtud que nos
lleva a una relación sólida, profunda, desinteresada y recíproca con otra persona”. Para
la Real Academia Española, consiste en el “afecto personal, puro y desinteresado,
compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.
Características de una relación de amistad.
Los hombres, son los que parecen ser más susceptibles a la acción de las sustancias
asociadas al amor. Ellos se enamoran más rápida y fácilmente que las mujeres.
El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro
la FENILETILAMINA, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas que tiene
la capacidad de aumentar la energía física y la lucidez mental.
El cerebro responde a tal compuesto con la secreción de dopamina (inhibe el apetito),
norepinefrina y oxitocina, provocando que los enamorados puedan permanecer horas
conquetéandose, haciendo el amor o conversando sin sensación alguna de cansancio o
sueño.
Estos compuestos ayudan a forjar lazos permanentes entre la pareja tras la primera
oleada de emoción y por si fuera poco hasta fortalecen el sistema inmunológico. En
caso contrario, a las personas que tienen menos receptores cerebrales de los que se
necesitan para recibir la oxitocina, se les dificulta establecer lazos permanentes con su
pareja.
Lamentablemente el período de enamoramiento no es eterno, perdura de 2 a 3 años,
incluso a veces más, pero al final la atracción bioquímica decae. Con el tiempo el
organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias.
Es entonces cuando comienza una segunda fase donde están presentes otro tipo de
sustancias químicas como las endorfinas de estructura similar a la de la morfina y otros
opiáceos; los que confieren la sensación común de seguridad, comodidad y paz, dando
lugar a la etapa del apego.
La pasión del enamoramiento.
La pasión impide ver los defectos de la persona objeto de este sentimiento, antes al
contrario se ve adornada con innumerables cualidades. Aparece a los ojos del
apasionado como un ser especial, único en el mundo. La pasión es una fantasía sobre la
otra persona, se la idealiza de tal forma que, una vez que este sentimiento finaliza, no se
la reconoce. Cuando se ve la realidad objetivamente, cuesta comprender cómo se
pudieron haber hecho tantas “locuras” por ella. Muchas veces se desearía no volver a
coincidir más con la persona que fue objeto de nuestra pasión porque nos gusta nada de
ella, incluso se puede llegar a sentir repulsión hacia ella.
Se podría decir que la pasión es una fuerte atracción física pasajera que lleva a la
interacción sexual. Es un ansia, una adicción, que dirige a querer estar siempre cerca de
la persona objeto de la pasión.
Los sentimientos del enamoramiento.
Aunque el enamoramiento es vivido como una experiencia única, en realidad existe una
gran similitud entre las diferentes personas enamoradas, a pesar de que haya también
grandes diferencias individuales.
La voluntad y el enamoramiento.
Tras la primera fase de atracción física y psíquica, se comienza a considerar la posibilidad
de que también nosotros le hayamos gustado. Por eso es más fácil enamorar, si esto se pone
de manifiesto, de forma más o menos entrevelada. Es el juego de la coquetería.
Después viene el momento más peligroso, cuando consideramos la posibilidad de
enamorarnos. En este punto actúa la voluntad. Si dejamos esta puerta abierta, ya estamos
perdidos. El amor se nos cuela sin damos cuenta, y cuando queramos reaccionar, estamos
atrapados.
Se van configurando una serie de procesos que nos alejan de la realidad hasta llegar a
un estado, en palabras de Ortega y Gasset, de «imbecilidad transitoria».
Por un proceso denominado «catatimia», percibimos de otro modo todo lo referente a
esa persona. Nuestra afectividad deforma estas percepciones acercándolas a nuestros
deseos: la vemos más guapa, más interesante, más inteligente, etc., aunque los demás no
estén de acuerdo con nosotros. Por eso se dice que el amor es ciego. Además se produce una
«proyección atributiva inconsciente», fenómeno que consiste esencialmente en completar,
sin darse cuenta, los aspectos desconocidos de la persona objeto de amor con los atributos
que el enamorado desea, por lo que ésta que la idealizada.
1.3. El noviazgo.
¿Qué es el Noviazgo?
Es una de las etapas más bonitas y disfrutables de la vida del ser humano. Es una relación
transitoria entre un hombre y una mujer, la cual les brinda la oportunidad de conocerse más
afondo para decidir en un determinado momento pasar a la siguiente fase que es el
matrimonio.
En el noviazgo se pasa de la mera simpatía o del simple "gustarse" a una nueva relación de
mayor conocimiento y que a su vez debe estar inspirada por el espíritu de entrega, de
comprensión, de respeto, de delicadeza.
Existe muchos tipos de noviazgo, algunos se viven como un juego, otros son más cercanos
y profundos.
La experiencia demuestra que es mejor que el noviazgo sea breve, entre un año a dos años y
medio máximo; más no porque después ya se vuelve una costumbre o se rebasan los límites
establecidos, convirtiéndolo en algo ya diferente y no tan satisfactorio como al principio.
Muchos adolescentes confunden sentimientos de amistad y amor, queman etapas sin
saborear bien lo que es una auténtica amistad y no dan tiempo para que ésta dé frutos.
Piensan que porque se entienden bien con su nueva amistad inmediatamente tienen que ser
novios.
3- Sexualidad responsable.
Para hablar de sexualidad responsable es imprescindible referirse en primer término a una
Educación Sexual adecuada y efectiva. Una buena definición de ella es decir que la
educación sexual consiste en la enseñanza tendiente a desarrollar la comprensión de los
aspectos físico, mental, emocional, social, económico y sicológico de las relaciones
humanas en la medida en que afecten a las relaciones entre hombre y mujer.
En la actualidad, la poca y deficiente educación sexual que reciben en general los niños se
basa sólo en la cuestión anatómica (diferencias entre el varón y la mujer) y se habla de las
relaciones sexuales sólo desde el punto de vista de la posibilidad de enfermar, entregándose
extensos temas sobre protección y anticoncepción.
No sirve brindar a los chicos clases aisladas y esporádicas. Será necesario sostener la
educación sexual como una parte más del aprendizaje para la vida. Como todo
conocimiento, los conceptos se apoyan unos sobre otros, a lo largo de los encuentros.
Por lo general, tanto los padres como los docentes y directivos de instituciones escolares,
tienen muchos y muy fuertes tabúes sobre el tema de la sexualidad. La mayoría de las veces
surge una negativa a permitir que los hijos reciban educación sexual de parte de
profesionales de la educación.
Desde la perspectiva biológica, es claro que la sexualidad cumple una misión de
supervivencia de la especie humana pretendiendo una única misión: reproducirse a sí misma
de manera que nuevos individuos sustituyan a aquellos que mueran.
Se considera embarazo a temprana edad el que ocurre entre los 10 y 19 años, es decir
durante la adolescencia y NO es conveniente por los riesgos biológicos, psicológicos y
sociales a los que se exponen la madre, el feto y posteriormente el recién nacido.
Implicaciones sociales.
Una de las más graves consecuencias de esta epidemia es la discriminación de las
personas que viven con el VIH/SIDA, por parte de los distintos sectores de la sociedad.
Esta discriminación, además de ser una lesión social, constituye una violación a la
dignidad y a los derechos fundamentales de quienes se encuentran afectados por el
virus, al negar, restringir o suspender los derechos que tiene todo ser humano. Al final
del milenio no hemos sido capaces de entender que el Sida afecta la salud y la vida del
ser humano, pero nunca su dignidad y sus derechos.
En sociedades como la nuestra, la discriminación puede llegar a ser algo cotidiano,
aceptado y muchas veces fomentado, toda vez que se cree que existe la necesidad de
remarcar las diferencias según el género, la edad, la preferencia sexual, la condición
física o mental, la calidad migratoria y la situación jurídica. Por ello, en forma
equivocada, algunos miembros de distintos sectores no sólo se consideran diferentes
sino que, incluso, se consideran inferiores a los demás y, por lo tanto, creen que tienen
menos derechos.
Implicaciones personales y familiares.
La enfermedad del VIH/Sida (Virus de Inmunodeficiencia Humana/Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida) no sólo afecta al paciente, sino también a quienes lo
rodean.
El no contar con la información suficiente sobre la enfermedad, puede provocar rechazo
entre los familiares, situación que puede traer como consecuencia la muerte de quien
padece de VIH/Sida, tras caer en una depresión que lo puede orillar a quitarse la vida.
Si, por ejemplo, socialmente se le asigna a una persona la identidad sexual de un hombre, pero
sus genitales son femeninos, esta persona puede experimentar lo que se ha venido a llamar
disforia de género, es decir una profunda inconformidad con el rol de género que le toca
vivir.
Algunos estudios indican que la identidad sexual se fija en la infancia temprana (no más allá
de los 2 ó 3 años) y a partir de entonces es inmutable. Esta conclusión se obtiene
generalmente preguntando a personas transexuales cuándo se dieron cuenta por primera vez
que la identidad sexual que les ha asignado la sociedad no se corresponde con la identidad
sexual con la que se identifican.
Muchas personas nacen con combinaciones de rasgos de los dos sexos, debiendo afrontar
las complicaciones que surgen cuando la sociedad se burla o escandaliza de su físico -lo que
suele ocurrir con las personas intersexuales- o insiste en asignar a un individuo un sexo con
el que no se identifica -lo que ocurre habitualmente entre las personas transexuales.
En el caso de las personas transexuales, sus problemas suelen reducirse cuando pueden
pasar por el proceso de reasignación de sexo, el cual incluye la cirugía de reasignación
sexual, mal llamada "operación de cambio de sexo".
Por otro lado la identidad sexual suele intentar diferenciarse de la orientación sexual, en la
que pueden darse individuos heterosexuales, homosexuales, bisexuales y asexuales. De
igual manera que la orientación sexual, la identidad sexual no se puede elegir.
Estereotipos masculinos
La discusión acerca de las diferencias entre varones y mujeres, especialmente
en Occidente no es unánime. Psicológicamente, la asociación tradicional de aptitudes y
actitudes a un género normalmente se basa en suposiciones consolidadas por el hábito de la
observación directa, de la actividad y personalidad de las personas de ambos géneros en el
contexto social. Esta asociación se arraiga principalmente en la edad infantil.
Desde que la historia ha sido escrita, los hombres han tenido dominio sobre la mujer en
las sociedades.
El dominio masculino se remonta al paleolítico, ya que fue muy valorada la acción de la
caza, la cual realizaban los hombres.
Antigüedad:
En la legislación romana el hombre y la mujer eran considerados uno, siendo la mujer la
posesión y no teniendo poder alguno en sus tierras, su propia persona, su dinero y sus
hijos. Las mujeres respetables debían ser castas y fieles, pero los hombres no.
En la Edad Media las tierras y el poder político eran heredados por vía masculina, lo
que favorecía la subordinación de la mujer.
En Babilonia y Egipto, tenían derecho a la propiedad; en Europa formaban parte en los
gremios y a veces en el carácter religioso (chamanes, curanderas siberianas, sacerdotisas
romanas). Autoridad política: reinas egipcias y bizantinas, madres superioras de los
conventos medievales y las mujeres de tribus iroquesas (designaban hombres para el
clan).
En China y Roma en la época del renacimiento europeo destacaron algunas mujeres
instruidas.
Religión:
Las religiones monoteístas están a favor de la idea de que las mujeres son más débiles e
inferiores al hombre.
En la Biblia, San Pablo pide a las mujeres que obedezcan a sus maridos y Dios situó a
Eva bajo el mandato de Adán, en estos momentos nos planteamos una pregunta: ¿Dios
era machista?, nos basamos en el hecho, por ejemplo, que no hubiera ningún apóstol
mujer, es posible que en todo el mundo, no hubiera una mujer digna de esa tarea, que ni
una sola mujer fuera más adecuada para ese puesto que un hombre, aunque también
podemos plantearnos esta otra pregunta: ¿Dios se adaptó a su tiempo y ya que la
sociedad era machista pensó que las mujeres no serían respetadas?.
En el hinduismo la mujer debe adorar al hombre y dicen que esa adoración será la que
los proteja y mantenga.
Familia:
La mujer se encuentra en desventaja en las familias tradicionales.
Su educación es limitada a las labores de la casa y no pueden presidir cargos de poder.
El matrimonio es una forma de protegerlas, pero que a la vez las presiona en dar a luz a
sus hijos, los cuales se prefieren varones. La mujer casada obtiene el estatus del marido
(en estas sociedades), vive con la familia de él y no dispone de recursos cuando suceden
casos de malos tratos o abandono.
Machismo:
Formas de machismo:
En ese sentido, se considera que es fruto del machismo que el trabajo menos reconocido o
menos fatigoso sea asignado a las mujeres. También es parte del machismo el uso de
cualquier tipo de violencia de género con el fin de mantener un control emocional o
jerárquico sobre ellas. De hecho, el machismo es considerado como una forma de coacción
no necesariamente física, sino también psicológica, siendo esta forma de expresión
protectora una discriminación, ya que se ven subestimadas las capacidades de las mujeres
alegando una mayor debilidad.
Hoy en día el machismo está considerado como una opresión hacia el sexo femenino y una
de las más importantes lacras sociales. El machismo no solo es causante directo de la
violencia de género o violencia contra las mujeres, sino que a menudo lo es también de
otros tipos de violencia doméstica.
Hembrismo:
Muchas mujeres suelen llamarse “Feministas” cuando en realidad siguen las ideas del
Hembrismo. Una adolescente dice: SOY FEMINISTA pues ni un hombre me ha
demostrado tener cerebro (ni siquiera mi papá). Cito sus palabras y remarco su gran error
(ya es hora de que cambies tus ideas o que empieces a llamarte de otra manera).
Haciendo uso de este término se han criticado aquellas acciones llevadas a cabo por un
sector del feminismo, aquel de tendencias más radicales, femicéntricas o misándricas. El
feminismo de corte hembrista parte de un proceso de análisis parcial y selectivo de la
discriminación sexual considerando únicamente dentro de la misma aquellos aspectos
sociales e históricos que han perjudicado a la mujer, a la vez que mantiene en la
invisibilidad los que han perjudicado a los hombres. Esta actitud es expuesta por los
llamados grupos de presión, a través de los medios de comunicación.
5.2. Homosexualidad.
A pesar de que el término gay (que en inglés anticuado significa ‘alegre’) suele emplearse
para referirse a los hombres homosexuales y el término lesbiana para referirse a las mujeres
homosexuales, gay es un adjetivo o sustantivo que identifica a las personas homosexuales
sin importar su género. Desde 1973 la comunidad científica internacional considera que la
homosexualidad no es una enfermedad. Sin embargo, la situación legal y social de la gente
que se autodenomina homosexual varía mucho de un país a otro y frecuentemente es objeto
de polémicas.
El término homosexual fue empleado por primera vez en 1869 por Karl-Maria Kertbeny, y
el libro Psychopathia Sexualis de Richard Freiherr von Krafft-Ebing popularizó el concepto
en 1886. Desde entonces, la homosexualidad se ha convertido en objeto de intenso estudio y
debate: inicialmente se catalogó como una enfermedad, trastorno o patología que había que
curar, pero actualmente se entiende como parte integral necesaria para comprender
la biología, psicología, política, genética, historia y variaciones culturales de las identidades
y prácticas sexuales de los seres humanos.
¿La homosexualidad es una enfermedad?
No. Simplemente es una de las formas de expresión de la orientación sexual. Se llama
orientación sexual a la atracción, tanto de tipo físico como afectivo, hacia personas del sexo
opuesto (heterosexualidad), del mismo sexo (homosexualidad) o de ambos (bisexualidad).
Durante la adolescencia la orientación sexual está en formación y puede no estar aún definida,
por ello en este periodo es muy frecuente sentir atracción hacia personas del mismo sexo. Si
esto persiste a lo largo del tiempo ya se podría hablar de una orientación sexual homo o
bisexual.
¿Se puede considerar que hay una orientación sexual "normal" y otra "anormal"?
No. Lo que sucede es que la heterosexualidad es la forma de orientación sexual más frecuente.
Pero el hecho de que sea mayoritaria no implica en modo alguno que sea el único tipo de
identidad sexual posible, como ya se ha mencionado.