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Desde Islandia hasta Rusia, desde las gélidas tierras del norte de Escandinavia
hasta el Mediterráneo, los Pueblos Germánicos se esparcieron y se asentaron
durante miles de años. Escandinavia, Países Bajos, Islas del Atlántico Norte,
España, Italia, Francia, Alemania, Suiza, Austria...prácticamente toda Europa. Y
hoy, sus descendientes están esparcidos por todo el mundo. Podemos referirnos a
nosotros como estadounidenses o ingleses, alemanes o Canadienses, franceses o
argentinos, Italianos o Españoles, pero detrás de estas etiquetas yace una
identidad mucho más antigua y esencial. Nuestros antepasados fueron Anglos y
Sajones, Burgundios, Lombardos, Suevos y Alanos, Godos, Alamanes,
Cheruscos, Vikingos, y la lista sigue. Y como hijos e hijas de estos Pueblos,
estamos unidos por lazos de sangre y cultura que siguen brillando a pesar del
paso de los siglos.
Asatru es nuestro Camino Nativo. De la misma manera en que los pueblos nativos
americanos, o los nativos de África, tienen sus religiones, también existe una religión
nativa de Europa. Asatru es una de sus expresiones. Reconfortó a nuestros
ancestros durante milenios, y hoy en día nos brinda a nosotros fuerza e inspiración.
Somos libres de darle forma a nuestras vidas, siendo nuestro único límite el
impuesto por nuestras cualidades, nuestro coraje y nuestra poder. No hay nada
predestinado, no hay fatalismo alguno, no hay limitaciones impuestas por la
voluntad de ninguna deidad externa.
No necesitamos la salvación. Lo único que necesitamos es libertad, para poder
enfrentar nuestro destino con coraje y honor.
Estamos también conectados con toda nuestra estirpe viviente – con nuestras
familias y con todo hombre y mujer con raíces en las tribus de Europa. Ellos son
nuestra “gran familia”.
Estamos conectados con la Naturaleza y sujetos a sus leyes. Los Poderes Sagrados
se expresan regularmente mediante la belleza y el poder de la Naturaleza.
No tememos a los Poderes Sagrados, ni nos consideramos sus esclavos, sino que
compartimos comunidad y hermandad con lo Divino. Los Poderes Sagrados nos
alientan a crecer y a avanzar a niveles superiores.
Para mí una religión significa algo que conecta el misterio de la vida y la muerte
con la vida diaria de un ser y un entorno medio ambiental, puro y fuerte.
Esta religión politeista se basa en el culto a los dioses Aessir y Vanir.Que como
dioses principales del panteón nórdico tenemos a: Tyr,dios de la guerra y la
victoria en la batalla que perdió una mano al intentar capturar a Fenrir;Thor,dios de
las tormentas y los truenos que con su gran y valioso martillo Mjolnir pone a raya a
los gigante y nos protege de ellos; y Odín el padre de los dioses, querido por los
vikingo, se auto sacrificó ahorcándose de los pies y atravesándose con su lanza
en el costado y estuve nueve días con su noches hasta que miró hacia abajo y ahí
estaban, las runas, las poderosas y mágicas runas.
Quizás la mejor manera de entender Asatru sea comparándola con algo más
conocido, como la espiritualidad de los pueblos nativos de América. Ambas son
religiones son tribales. Ambas honran a los ancestros, y las dos tienen mucho que
enseñarnos acerca de la conexión con el mundo natural que nos rodea. Ambas
nos ofrecen un noble conjunto de valores. Lo más relevante, para demostrar la
comparación, es que ambos caminos espirituales, el de los Pueblos Germánicos y
el de los indios americanos, son religiones nativas.
Cuando vemos que Asatru es una religión nativa, se hace más claro que no se
trata de alguna clase de "religión pagana" que hemos adoptado arbitrariamente, y
tampoco es una fantasía New Age, y menos aún un capricho. Asatru tiene raíces
ancestrales- nuestras raíces. Es el camino espiritual de nuestros ancestros
Germánicos y como tal debe ser tomado con seriedad.
Asatru honra a los Poderes Sagrados- los Dioses y Diosas. Lo hace utilizando los
nombres con los que fueron llamados en tiempos remotos. Los Vikingos estuvieron
entre las últimas culturas europeas en ser despojadas de sus antiguas creencias,
así que los seguidores de Asatru frecuentemente llaman a los Poderes Sagrados
por sus nombres nórdicos: Odin, Thor, Freya, etc. Esto no significa que los
seguidores modernos de este Camino Germánico se vistan o actúen como Vikingos,
utilizando cascos con cuernos, pieles de osos sobre sus hombros, pretendiendo vivir
miles de años en el pasado. Los Asatru modernos conducen automóviles, usan
computadoras, y se visten como gente común y corriente
Pero no solo creemos en los dioses, sino que también en otros seres aparte, como
Elfos, Enanos, Gigantes…
Los Dioses y antepasados son el símbolo de nuestra fuerza espiritual, de tal modo
que las divinidades del panteón son tratadas como algo familiar, por el contrario de
lo que mayormente sucede con otras religiones las cuales basan sus creencias en
seres que están muy lejanos a ellos, adorándolos con sumisión por motivo de su
grandeza.
Sabemos que los dioses son nuestros hermanos y amigos, nuestros antepasados,
por lo cual son tratados con familiaridad y cariño, pero nunca rebajándonos a ellos,
pues eso no lo piden. Para honrarlos se les brindan canciones, poemas y se llevan
a cabo Blóts, esto último consiste en reuniones de los miembros de una
hermandad o clan, utilizados para diversos temas. Antes de avanzar más en la
materia se ha de especificar que él, sin importar si es o no visigodo, no es una
espiritualidad al alcance de cualquier interesado.
Hay que tener en cuenta que es una reconstrucción, por lo cual la persona que
decida adentrarse ha de saber que será una tarea costosa, estar unidos y no dejar
a un lado las creencias cuando en algún momento las cosas no salen como se
habían previsto.
Esto no es algo que haya visto la luz hace escaso tiempo, ni algo inventado.
Durante muchos siglos nuestros antepasados creían firmemente en esta
espiritualidad, y gracias a los textos que el tiempo nos ha dejado, se ha podido
conocer que muchos a pesar de la grave presión que ejerció la cristianización en
nuestra sociedad, se mantuvieron vivas las creencias en grupos reducidos de
individuos repartidos por los diferentes puntos geográficos, continuando con su fe.
Con lo cual, gracias a ello ha podido llegar hasta nuestra época valiosa
información que ha sido recogida cuidadosamente y analizada para así poder
continuar con su legado.
Para continuar explicando un poco más en lo que se basa las creencias de los
antiguos, se ha de enumerar algunas de las diferentes tribus nórdicas y por tanto
la variedad de enlaces que puede llegar a tener esta espiritualidad, ya que divide
en diferentes categorías dependiendo de los antepasados de cada una de ellas:
Suevos: pueblo germánico del Este, que se estableció en Alemania y más tarde en
Europa del Este. A principios del siglo X, se asentaron en Gallaecia, dejando a su
paso grandes rasgos en la comarca, llegando hasta nuestros días donde todavía
se puede ver que en esa zona un pueblo con su nombre “Suevos”. Su derrota y
posterior expulsión de estas tierras fue a manos de Leovigildo rey Visigodo a
finales del siglo XI.
Francos: Tribu originaria de Frisia, en un principio este pueblo se dividía entre los
Salios y los Ripuarios, pero sobre el siglo IX, esta división era poco menos que
inexistente. Asentados a las orillas del río Rin, a mediados del siglo III llegaron a la
zona de Hispania tomando Tarragona, hasta que fueron expulsados por los
romanos, huyendo hacia Bretaña y manteniendo su dominio de Europa Occidental
durante muchos siglos
Alamanes: Tribu del río Elba, a mediados del siglo IX ayudados por los Francos
derrotan a las tropas romanas asentándose entre Mosela y el Rin. Pero a finales
del siglo X, son los Francos los que los derrotan a ellos, desplazándose por ultimo
hacia Vorarlberg, Suiza, Baden-Wurtemberg y Alsacia, donde se quedaron.
Lombardos: Pueblo que habitó a finales del siglo VI entre los Alpes y el valle Pó,
en Lombardia , Italia. Allí se mantuvieron hasta que en la última etapa del siglo VIII
cuando Carlomagno los derrotó, proclamándose emperador el IX.
Visigodos: Originarios de las tierras Suecas, los Visigodos son los godos del
Oeste, mientras que los Ostrogodos lo son del Este se desplazaron por toda
Europa, pasando por Alemania, Polonia, Moldavia y Ucrania. Los Visigodos se
agrupaban en clanes, gentes que cultivaban la tierra y a la vez iban a la guerra. A
mediados del siglo V, los visigodos tomaron su capital en la Hipania, para ser más
concretos en Toledo, donde dejaron una gran influencia, en el VI, derrotaron a los
Suevos en Gallaecia, pero ya por el siglo VIII, los moros se imponen cruzando el
estrecho de Gibraltar y derrotando al rey Rodrigo con lo que poco tiempo después
llega su caída y el fin de su rey.
No tenemos prohibiciones ni pecados, sino que queremos tener una vida útil y
valiosa, por ello intentamos estipular nuestros valores en las nueve nobles
virtudes, virtudes en las que creemos e intentamos conseguir para ser verdaderos
hombres y buenos guerreros:
Pero más allá de la religión, aunque muy ligado a la misma, los nórdicos poseían
un código moral y de conducta que debía respetarse si uno quería ser honorable.
El incumplimiento del código podía acarrear problemas y castigos sobre el
transgresor; no solamente en vida, sino también después de la muerte.
1 - Coraje: El valor era requerido en todas las personas, un coraje que debía servir
para afrontar todas las dificultades de la vida, las batallas, los tiempos difíciles y
sus creencias. El coraje era necesario para el día a día, para cumplir las misiones
que a uno se le presentaran y hacer frente a las adversidades de todo tipo sin
desfallecer.
Estas son las Nueve Nobles Virtudes de los vikingos, un código cuya vigencia es
tan actual como lo era en su momento. Contrariamente al aspecto de bárbaros
que se les ha querido dar desde la civilización mediterránea, especialmente la
católica, los vikingos eran un pueblo muy avanzado y al que se le deben grandes
innovaciones técnicas y culturales.
No nos dejemos engañar entonces por las apariencias, o guiar por sus conceptos,
distintos a los nuestros, quizás, en lo a que la divinidad se refiere. Pues detrás de
todo ello, subyace el sustrato importante que debemos atender.
Declaración de Ética
1) El principio de Aesir y Vanir:
2) El principio de Ascendencia:
3) El principio de la Familia:
6) El principio de Guerrero:
Creemos que nuestros miembros deben tratar de estar listo para el reto de
defender a nuestra gente, dioses y diosas con astucia y habilidad tanto
física cuando sea necesario
Debemos estar preparados para luchar contra aquellas fuerzas que intentan
aniquilar a nuestros dioses y nuestra gente.
7) La vida es buena:
Una de las piedras más grandes que aparecen en el camino de aquellos que
retornan a la fe de nuestros ancestros es la cuestión de monoteísmo versus
politeísmo. Siendo que vivimos en sociedades que creen mayoritariamente en la
existencia de un sólo Dios, ya de por sí es un paso muy grande para nosotros el
simple hecho de considerar la posible existencia de muchos Dioses, y Diosas
también.
Gran parte del resto del mundo, sin embargo, considera perfectamente natural la
existencia de varios Dioses y Diosas. En los párrafos que siguen examinaremos
algunos de los argumentos a favor de esta idea.
La misma ciencia es la que ha abierto la puerta a la proposición politeísta, aunque
casi no lo habíamos notado. Durante décadas, físicos y filósofos han estado
tratando de decirnos que el mundo lineal y predecible y de materialismo monolítico
ha desaparecido en un mar de incertidumbres. El mundo no es un juego de
materia y energía, como lo describieron la mecánica Newtoniana y el dogma
Marxista. Es, como dijo un pensador, un gran pensamiento, y no una gran
máquina. También Einstein fracasó al tratar capturar la esencia de las cosas: Dios
no sólo “juega a los dados con el universo”: tampoco es el único jugador! Muchos
dados, muchos Dioses, un multiverso de misterio profundo y maravilloso…
Es este sentido de misterio el que impregna la nueva física, y asciende nada
menos que un despertar del temor religioso en un mundo que ha llegado a ser
aburrido e insustancial. Esta vez, somos todos sacerdotes en lugar de campesinos
- no conformándonos a aceptar el dogma sin pensarlo, libres y felices a la hora de
ahondar en los misterios, penetrar los enigmas del quantum y buscar las verdades
que son la base de existencia. El sentido del milagro permanece, incluso mientras
sondeamos los secretos más profundos de la maravilla que nos rodea.
Pero si vamos a asumir que estos poderes divinos son reales, rápidamente otra
pregunta importante aparece: Cuál es la relación entre ellos y nosotros?
Con las religiones basadas en la Biblia, no hay duda al respecto de la posición en
donde estás parado…o arrodillado, según el caso. Las religiones Abrahámicas,
como llamamos al Cristianismo, Judaísmo e Islam, decretan que los humanos son
prácticamente nada de cara al Dios Único. Los seres humanos tienen derechos y
dignidad sólo porque el Dios se las concedió; no tienen valor innato más allá de
este don. Tampoco pueden ganarse dicho derecho o dignidad – estos dones son
dados incondicionalmente a aquellos quienes nunca, jamás, deberían merecerlos.
La Biblia intenta describir a su Dios como padre, y los hombres son sus hijos e
hijas, pero la idea detrás de todo esto es que Dios es en realidad un dictador
patriarcal y arbitrario del tipo popular en Oriente Medio. Yahweh borra del mapa
ciudades, asesina al primer nacido de Egipto, intima a su pueblo elegido a cometer
genocidio contra sus vecinos, y aniquila a todo aquel que no le rinda tributo. En el
Nuevo testamento, esta imagen dura es de alguna manera suavizada, y se nos da
la imagen de Jesús como el pastor cuidando a su rebaño de ovejas. Esta imagen
no es mucho mejor que la anterior, dado que las ovejas con acarreadas,
esquiladas, vendidas y degolladas de acuerdo a los deseos del pastor. Cuando
deseamos ejemplificar la pasividad y sumisión, qué animal elegimos para hacerlo?
Las ovejas, por supuesto.
Los Pueblos Germánicos, por otro lado, consideran a los Dioses como parte de su
estirpe. Los reyes de la antigüedad incluían a Wotan o Freyr, dos de nuestros
Dioses, como sus antepasados. En un mito, Heimdall viaja entre los humanos,
embarazando a diferentes mujeres y estableciendo el orden social. Los Poderes
Sagrados son considerados como nuestra Antigua Estirpe, y hombres y mujeres
son parte de la Estirpe Joven, todos miembros de una misma línea.
La idea de que Dioses y humanos son dos partes de una misma familia tiene
ciertas implicancias. Obviamente, implica que hay cierta reciprocidad de lealtad y
deber. Esto marca un claro contraste con las religiones Bíblicas, en las cuales sólo
una parte –Dios- tiene derecho a todo.
Nosotros los ásatrúar reconocemos nuestros lazos con el clan, la línea familiar de
la que somos parte. Este artículo tiene la intención de facilitar ese recuerdo. Está
adaptado de un nuevo brochure disponible a través de la AFA, uno de una serie
diseñada para que los elementos centrales de Asatru sean más accesibles a los
hombres y mujeres comunes y corrientes.
Por suerte para nosotros (y para las generaciones por venir), un saludable interés
en la genealogía y en la historia familiar desafía esta alienada visión de un mundo
sin raíces. Por qué nos preocupamos por nuestros ancestros en un mundo donde
priman los valores de la auto-satisfacción por sobre todos los demás? Qué tiene la
profunda sabiduría de nuestra alma para decirnos acerca de esto? Y cuál es
nuestra relación con aquellos que nos precedieron? Por qué importa todo esto?
Las culturas nativas de cada rincón del mundo reverencian a sus antepasados.
Los indígenas nativos de América, las tribus africanas, los pueblos de Asia: todos
le dan un lugar especial a la estirpe que los precedió. Sólo en las tan mentadas
sociedades modernas, aquellas más cerradas en su persecución de las cosas
materiales y más distanciadas del mundo de la naturaleza, nos hemos olvidado de
la importancia de la conexión ancestral.
En Europa, antes de la llegada del Cristianismo, todo era diferente. Veíamos a
nuestros ancestros y a nosotros como parte de una continuidad, y esta unidad era
imposible de romper en pedazos basándose en tiempo o espacio. Los lazos de
estirpe se extendían a través de los siglos y de los océanos. Los ancestros aún
eran parte de la comunidad, y era posible llamar a uno de ellos por inspiración,
guía y fortaleza.
Por tradición antigua, las barreras que separan a los muertos de los vivos es más
fina durante ciertos momentos del año. Yule es una de esas ocasiones, y el
antiguo festival Celta de Samhain (conocido popularmente en la actualidad como
Halloween) es otra. En esos momentos, vigila tus sueños, y escucha
delicadamente los susurros de aquellos que dentro de tu línea te antecedieron.
Una vez que entendemos el lazo que se extiende por generaciones, nosotros
sabemos que nunca podremos ser realmente sin una familia. Siempre están
aquellos a los que no vemos, afectando los acontecimientos que ocurren a nuestro
alrededor y recordándonos a nosotros que somos parte de una gran corriente de
vidas, buscando siempre expresar quienes y qué somos.
Honrar a nuestros ancestros (que son, después de todo, nosotros según fuimos en
el pasado) es una de las tres claves principales del alma europea. Las otras dos
son, respectivamente, vivir una vida de coraje y honor, y tener una relación
correcta con los propios Poderes Sagrados.
Sí, compartimos la misma esencia y naturaleza con los Dioses y Diosas. Odin, Vili,
y Ve (u Odín, Hoenir y Lodur, dependiendo en qué versión de nuestras tradiciones
escojan) nos dieron este don al darle una forma a los componentes de nuestras
almas para que se parezcan a las suyas, y de esta manera compartiendo el
potencial de lo Divino. Pero mientras que somos similares en esencia, somos
abrumadoramente diferentes en magnitud. Nuestras almas son como las efímeras
chispas producidas al golpear el pedernal y el acero, mientras que los Dioses son
rugientes altos hornos. Nuestra tarea es crecer para asemejarnos lo más posible a
nuestra Estirpe Sagrada, pero tenemos…bueno, un largo camino por recorrer. No
nos corresponde ser casuales o extremadamente familiares, tal comportamiento
sólo puede hacernos pensar erróneamente que “somos tan buenos como ellos” –
igualitarismo en su más tonta expresión.
Muchas veces pienso en si muchos de aquellos que condimentan sus blóts con
comentarios casuales hacia sus “compañeros divinos” creen realmente en los
Dioses. Tratar a Odin de cualquier otra manera que no sea nuestro más profundo
respeto es ignorar el terrible misterio que lo envuelve, pero incluso Thor, amigo del
hombre, no es nuestro “compañero”, aquel que en el bar nos compra un trago.
Asimismo, las Diosas recibieron sus sombríos sacrificios en tiempos antiguos
No estoy diciendo que debemos temblar frente a los Poderes Sagrados, pero incluso
el más asequible de ellos nos supera en evolución, en un grado que no podemos
llegara comprender. Es erróneo trivializar, y debemos dirigirnos a ellos con una
profunda reverencia. Aquellos que objetan que “los Dioses quieren oírnos reír”
necesitan despertar y darse cuenta de que hay momentos para la risa y las bromas,
pero ese momento no es cuando estamos frente a los Dioses y Diosas de nuestro
Pueblo. Guarden sus risas para el hogar, si van a reír con nuestra Antigua Estirpe
que sea en los banquetes en los que los Sagrados Poderes se sientan entre
nosotros sin ser vistos.
En nuestra manera de entender la religión y la fe, creemos que hay que valorar y
respetar las diferentes culturas, religiones nativas y creencias de cada pueblo, que
componen el gran mosaico humano. Somos respetuosos, porque no creemos en
hacer un mundo uniforme con una sola cultura y una sola visión de las cosas,
como la globalización, las religiones monoteístas y las élites pretenden. Es por eso
que ahora, en estos tiempos tan confusos, es más que nunca importante conectar
con lo que somos.
Nuestra visión es clara cuando practicamos nuestra tradición y nuestra fe. Esta es
algo que creemos va más allá de algo que se escoge, como si de un abrigo o una
moda se tratara. Es nuestra herencia, es el legado que nos dejaron nuestros
ancestros, es lo que somos nosotros. Y es por eso que creemos que el vínculo y
conexión con nuestros ancestros es nuestro mayor potencial. Amar nuestra
descendencia nunca es odio hacia los demás: cuanto más amamos nuestra fe,
nuestra cultura y nuestra descendencia, más aprendemos a comprender y
respetar las demás culturas, creencias y religiones de todos los pueblos de este
mundo. Y comprendemos la importancia de que ese respeto se traduzca en que
cada uno pueda conservar, respetando a los demás, sus propias características
en el gran mosaico humano.
Nuestros dioses y diosas existen, son reales,y podemos verlos y sentirlos tanto en
manifestaciones espirituales, como en diversas formas concretas en la naturaleza.
Vemos sus expresiones en el verano y en el invierno, en la tormenta, en las
montañas, en los ríos, en los bosques, en el calor del sol y en el frío del hielo.
Están presentes en el folklore, tradición, cultura y mitos europeos.
Lo que los occidentales no entienden es que las religiones populares - las religiones
nativas, las religiones indígenas, o como quieran llamarlas - están vinculadas a un
determinado grupo biológico y cultural de un pueblo.... La religión no es algo aparte
de la vida del grupo , de hecho, es una manifestación más de la existencia del grupo.
La religión nace de la propia naturaleza de las personas y es una expresión de la
totalidad de su experiencia desde el comienzo de los tiempos.
Desde esta perspectiva, es impensable que la religión deba ser vista sólo como un
accesorio, algo externo que se cambia fuera como un abrigo o un sombrero. Por el
contrario, la religión se convierte en una manifestación de nuestra esencia misma,
una parte de nosotros como nuestras piernas o la cabeza. Asatru no es lo que
creemos, es lo que somos.
Es natural que buscamos el camino espiritual que nuestros antepasados
caminaban. En el nivel más mundano, somos más parecidos a los antepasados que
somos como cualquier otra persona. Llevamos su esencia. Uno puede tratar de
racionalizar esto señalando que tantas cosas acerca de los seres humanos se ven
influidas por la herencia, y que tal vez es parte de ella, pero en última instancia es
la conexión espiritual. Estamos vinculados a los antepasados y de nuestros
descendientes por bonos especiales que no compartimos con los demás. Cuando
encontramos la forma de nuestro propio pueblo, descubrimos cosas que no
podemos encontrar en cualquier otro lugar.
Las líneas básicas siguen siendo las mismas. Sin embargo, se han hecho mejoras,
agrego la información del biólogo británico Rupert Sheldrake, así como otros
escritores de la psicología y las ciencias de la vida, y generalmente se piensa mucho
acerca de lo metagenetics significa en el largo plazo.
Nuestra religión es una función de lo que somos, no sólo lo que creemos. Puesto
que el ser humano es una entidad holística, nuestra espiritualidad no puede ser
considerada algo aparte de nuestra ascendencia física. Tanto en términos de
genética y metagenetics, nuestros antepasados están codificados en nuestros
seres. De los valores y el temperamento - que han demostrado una correlación
estadísticamente significativa con la herencia - a los problemas más profundos del
espíritu, nuestros antepasados y su continúa influencia. Parece razonable,
entonces, para predecir que las personas tienden a ser más cumplido por los
caminos espirituales y religiosos de sus antepasados. Correctamente presentados,
las formas antiguas de personas de uno debe ejercer una poderosa atracción sobre
el individuo.
Una diferencia esencial entre Asatru y las religiones monoteístas es que nosotros
no partimos de la premisa inicial que define la existencia como la constante limpieza
de una hipotética falta original propia de la pecadora (¿) naturaleza humana. No es
nuestra religión una religión “moral”, de premios y castigos sacados de una verdad
revelada. Verdad a la que unos doctores teologales interpretan con fórmulas
matemáticas de obligado cumplimiento en aras de conseguir la ecuación salvadora
que nos lleve al mundo verdadero. No, en nuestra concepción religiosa no hay
pecadores innatos (ni bondades innatas), no tenemos que salvarnos de un
supuesto pecado original cometido por nuestros “padres primigenios”. Básicamente
nuestra religión es una religión de voluntad, con ella creamos parte de nuestro
propio destino superándonos a nosotros mismos mediante nuestros actos,
luchamos como si todo dependiese de nosotros, aunque no sea así. De este modo
no necesitamos ningún decálogo moral con leyes inmutables que haya que seguir
para una hipotética salvación; no buscamos intermediarios homologados entre el
hombre y la divinidad. Nosotros ante la moral y la ley de un dios único, proponemos
los valores que nos identifican como pueblo y como persona, preconizamos una
actitud ante la vida. En definitiva nuestro hábeas doctrinal y religioso es una
forma de ser, un estilo de vida, una manera estar en el mundo y nunca una
forma de padecerlo.
Havamal
El espíritu del guerrero
Por Vjohrrnt V. Wodansson
En esencia, todas las tradiciones del Paganismo nórdico, como el eslavo, céltico,
teutónico, etc., incorporan la vía del guerrero entre otras vías posibles de
realización espiritual. Las antiguas tribus “bárbaras” sabían que esta vía era uno
de los procesos naturales de la vida del Hombre. Era ante todo una búsqueda del
despertar del fuego inmortal, del aliento de vida de Odín. Se trataba de un
innegable instinto primario para el hombre que buscaba probarse a sí mismo y
también a los demás, pero ante todo y sobre todo a sí mismo. Para ser un
verdadero hombre, el joven recibía su primera espada y era iniciado en las vías
del combate por su padre. Siendo aun casi un niño, podía morir, teniendo también
el poder de dar la muerte a otros, siendo pues un hombre. En nuestros tiempos
modernos, el joven es sometido a un verdadero lavado de cerebro, y debe olvidar,
aceptar, tolerar y amar sin restricciones ni discriminaciones. Esta NO es la vía del
guerrero. La naturaleza del hombre no es “amarlo” y “tolerarlo” todo, en la medida
en que ello solamente puede devenir en una debilidad para sí mismo que a su vez
solamente puede revertir en su pueblo. Amor, tolerancia, aceptación y perdón no
son necesariamente y en sí mismos sentimientos erróneos, pero sí cuando no son
estrictamente seleccionados por parte de aquel que aplica tales valores. La
naturaleza profunda del hombre es combativa y beligerante. Odín, a menudo,
gustaba crear conflictos entre los clanes solamente para divertirse en las guerras
de los hombres; guerras que también le permitían contemplar quién era un buen
observador de sus enseñanzas y quien no había comprendido la vía de la espada.
Para el hombre moderno no existen los grandes desafíos, las grandes guerras, las
búsquedas honorables que reavivan el fuego antiguo. El hombre de nuestros días
está demasiado ocupado contemplando partidos de hockey, conduciendo coches
deportivos, alardeando de sus conquistas sexuales y siendo perezoso, llano y
simple. Todos los rasgos de hombría y todas las trazas de virilidad han
desaparecido, reemplazados por atributos femeninos como la ternura y la
sensibilidad. Es preciso señalar que NO estoy criticando a nuestras hermanas
paganas, sino simplemente exponiendo un hecho. Estos son atributos
relacionados con el aspecto femenino, como la sensualidad, la maternidad y otros
aspectos Lunares de naturaleza primordial. El varón es la representación Solar de
la naturaleza primordial. En nuestro mundo pacifista vivimos en completa
seguridad, lo cual únicamente significa que hemos sido derrotados de antemano,
igualados y nivelados en lo peor, una vez eliminados los rasgos particulares de
cada uno. El resultado de este intento de reparar el original ser andrógino resulta
en una parodia del mismo. Esto es algo absolutamente intolerable para cualquier
VERDADERO Hombre o Mujer del pueblo. No podemos negar nuestra naturaleza,
y menos enfrentarnos a ella. Solamente podemos trascenderla.
Cada repetición ritual de la cosmogonía viene precedida por una regresión simbólica
al caos. A fin de ser creado de nuevo, el viejo mundo debe ser primero aniquilado.
Los diversos ritos llevados a cabo en relación con el Año Nuevo pueden clasificarse
en dos categorías principales:
Todo lo dicho lo podemos comparar con la ciencia, por ejemplo, para llegar al punto
de partida de conocimientos que tiene un científico, éste ha tenido que aprender y
asimilar unos conocimientos que le han sido DADOS, a partir de ahí él investiga y
aporta cosas nuevas al mundo, que sin los conocimientos adquiridos previamente
hubiera sido imposible. De la misma forma pasa en el mundo mítico y espiritual de
las personas, hay una información y conocimientos que necesitan ser transmitidos,
pero esto no pasa y a veces hay que partir de cero, porque este conocimiento no
trae beneficios económicos inmediatos como hace la técnica.
Sin embargo estos conocimientos y esta sabiduría ancestral son tan absolutamente
necesarios para nuestro espíritu como la técnica para nuestro cuerpo, por asatru
quiere volver a beber de las más antiguas raíces, y a la luz de nuestra sociedad
moderna ser un nuevo concepto de Fuerza espiritual.
No se puede repetir el mismo mensaje que se decía a gente ignorante que a nuestra
moderna sociedad formada culturalmente y alumbrada por la luz de la ciencia
Hay una religión que sigue manteniendo, que cuando venga el Juicio Final, los
cuerpos mortales, que solo son ya polvo resucitarán en su apariencia primitiva y
serán eternamente jóvenes (si el resultado del tribunal es favorable, si gana el fiscal,
lo que les espera es un infierno con toda clase de horrores) ¿Que Confesión
religiosa en su sano juicio puede mantener la resurrección de la carne? Hay cosas
que se caen solas alumbradas por la luz de la ciencia.
Para Mircea Eliade el comitatus descrito por Tácito tenía indudablemente una
dimensión religiosa, pues la promoción del joven anunciaba la culminación de su
iniciación militar, mientras que la lealtad absoluta al jefe constituía de hecho un
comportamiento religioso que debe situarse en el origen del feudalismo y de las
iniciaciones en la caballería medieval”. Este culto era de una naturaleza especial,
pues era exclusivo de las familias de los reyes, de los jefes militares y de sus
comitivas, círculos cerrados que formaban la clase especial de guerreros de élite
vinculados religiosamente a Odín, dios supremo de los germanos y caudillo militar
del séquito celeste de los einherjar, los guerreros muertos en combate.
Diferentes textos muestran cómo entre los germanos existían unos guerreros de
élite que combatían en vanguardia unidos entre ellos por cadenas, a fin de no
romper las filas y correr todos la misma suerte en la batalla. Este tipo de guerreros
utilizaban también anillos u otros emblemas externos que los diferenciaban de los
demás. Tales anillos simbolizarían su juramento de auto-consagración al dios
Odin, pues los juramentos odinicos se realizaban sobre un anillo. Jan de Vries
opinaba que "no parece inverosímil el empleo de cadenas. La cadena —tal como
señala Françoise Le Roux- es uno de los signos en los que se reconoce una
intervención del Otro Mundo”.
Con esta simbología hay que relacionar las torques. A propósito del encontrado en
la tumba real de Sutton Hoo (Inglaterra), Jean-Paul Allard dice lo siguiente: "El
torque es un objeto de culto Odínico. No lo llevan más que aquellos que han
hecho acto de "devoción" hacia el Dios y que se han consagrado personalmente a
Él. El voto Odinico implica que se llegue, en caso necesario, hasta el sacrificio
supremo, que es el ahorcamiento descrito antes. El torque simboliza de alguna
manera el nudo corredizo al que el individuo se ha prometido por deferencia a
Odín y para atraerse su protección (Indivithialweihe, según Höfler). Desde el
momento de su consagración, el hombre pertenece al señor de las potencias
(valdr galga) que puede reclamar en cualquier momento de la existencia el
sacrificio que le es debido: no hace con ello más que reclamar con él a los suyos.
El torque es por tanto el emblema que señala al héroe Odínico. Es por lo que es
considerado como un símbolo de la investidura real, de la sacralidad”
Este dios de la guerra céltico tenía notables paralelos con los sombríos dioses de
las ataduras mágicas de otros indoeuropeos (son los dioses de los Männerbünde):
La oscura tropa de los einherjar que escolta a Odín ha sido comparada con el
conejo que Luciano de Samosata describió encadenado al dios Ogmios. Marte
celta que fue identificado con Heracles por ser un campeón vigoroso armado de
maza o martillo y cubierto con la piel de una fiera.
Considera esta autora que el encadenamiento alrededor del dios mago y guerrero
simbolizaba la fidelidad de su séquito, cuya proyección en la sociedad céltica lo
encuentra precisamente en los soldurios que se consagraban a un jefe y juraban
no sobrevivirle en la batalla. Ogmios es además un dios psicopompo, el jefe de los
muertos: en la estela galo-romana de Nickcnich (Musco de Bonn) se le ve
conduciendo a los muertos al Más Allá sujetos con una cadena y con camisas de
fuerza que los inmovilizan. Tanto en la tradición céltica como en la germánica, la
cadena es el símbolo del ultramundo al que se auto consagraban los comités y los
soldura.
En la Península Ibérica tuvo que existir un dios de este tipo que ligaba a los
devotos por un culto especial a la muerte relacionado con los séquitos de los
caudillos. El dios Ocnioroco, mencionado en un ara de la ciudad celtibera de
Arcóbriga (Monreal de Ariza, Zaragoza), pudiera emparentarse con Ogmios. Entre
los galaicos y los lusitanos hay abundantes testimonios sobre una deidad de las
cofradías guerreras llamada Bandua (de la raíz, indoeuropea *bhend"atar, ligar" y
“grupo, banda, pandilla", lo que indica claramente que era uno de estos dioses
indoeuropeos que se servían de lazos mágicos para "atar" a los enemigos y
dejarlos a merced de los devotos de sus cofradías, combatientes que practicaban
esta misma magia guerrera transformándose mediante el furor en fieras salvajes”.
Según veremos, hay otros testimonios de la existencia en la España prerromana
de un dios de la guerra con atributos propios del Wotan germánico, del Varuna
ario o del Ogmios galo, vinculado como ellos a las cofradías guerreras.
Cuando los hispanos veían traicionado un pacto o un juramento -que para ellos
tenían un carácter sagrado- invocaban a los dioses testigos del mismo a fin de que
se vengasen de los infractores; para ello recitaban una fórmula mágica cuya
finalidad era obligar a los dioses a intervenir contra los traidores. Sobre este punto
hay que recordar que el mencionado Ogme es precisamente el “padre de los
ogams” (athair ogaim), la escritura que sirve para atar mágicamente y para
garantizar la duración de los ensalmos, encantamientos, interdicciones y
maldiciones en cuanto que todos ellos quedan fijados por medio de la escritura. En
las tablillas de execración de Bregenz (Austria) y de Rom (Deux-Sévres) se le pide
al dios Ogmios que “ate" y haga sufrir a las personas contra las que se le invoca.
En un capítulo de su obra dedicado a la fidelidad personal entre los indoeuropeos.
Emile Benveniste trató del origen de la palabra germánica Treue (“fidelidad") en la
raíz indoeuropea *dreu-, que tiene tanto el sentido de “fuerte, resistente, duro, fiel"
como de “árbol", pues el árbol es en todo el ámbito indoeuropeo un símbolo de
fuerza, especialmente el roble (cf. el latín robur "roble" y el adjetivo derivado
robustas, “robusto, sólido"). El nombre germánico del roble es drûs, relacionado
aparentemente con la mencionada raíz. De ella derivan los términos germánicos
•drauhti- ("compañía, soldado") y *drauhtino-(“jefe, señor”). Con esta raíz pudiera
estar emparentado el nombre prerromano de sol-durii. Que por los pueblos entre
los que aparece seria céltico. En cualquier caso, al margen de esta hipotética
identificación, Nicolás Damasceno afirmó que el término “soldurios", a los que él
llama solidurias, es palabra gala, es decir, celta, y que significa “ligados por un
voto” Pudiera relacionarse también con el latino sodalis ("compañero”) y sodalitas
("camaradería"). Según Haudry, soll(o)-duryos “todo resistente” es indoeuropeo
precelta.
Un árbol que estaba asociado al dios mago y guerrero Ogme era el tejo, pues los
textos irlandeses se refieren a que los ogam se grababan con fines mágicos sobre
ramas de tejo. El escudo del héroe irlandés Fionn fue realizado con la madera de
un tejo que brotó del agujero donde cayó el venenoso ojo de Balor. El gigante de
los malignos Fomoré abatidos por el dios Lug. Durante la confección de este
escudo murieron nueve hombres a causa de los vapores que soltaban las raíces.
Era un arma intocable en la batalla, pues, como señala Blanca García Fernández-
Albalat, Fionn, que era el jefe de la cofradía guerrera de los Fianna, se servía de
armas mágicas y practicaba un tipo de guerra iniciática. Como el sombrío dios al
que imitaba: Ogme.
Resulta de todo lo anterior que existía una vinculación entre el dios celta de las
ataduras y de las bandas iniciáticas con el árbol del tejo. No carecería por ello de
sentido religioso o mítico el que los devotos cántabros se sirviesen del tejo para
cumplir su compromiso con el dios infernal. Dada la obligación moral y religiosa de
suicidarse que encerraba el pacto de la devotio para los soldurios, si su señor caía
en la batalla, es probable que el veneno que llevaban preparado siempre consigo
para esta eventualidad tuviese para ellos un simbolismo sagrado. El tejo (Taxus
baccata), cuyas hojas y semillas contienen un alcaloide tóxico, sería así otro
símbolo del lazo de fidelidad más allá de la muerte que los unía a su señor y a su
dios. Silio Itálico asocia expresamente los suicidios con el tejo a los cántabros que
no soportaban la vida sin Marte. En el mundo celta el tejo hubo de tener un
profundo significado mítico para la clase guerrera a la que se asociaría también
por el color rojizo de sus frutos. Era un símbolo de los dioses garantes de la
fidelidad a los juramentos: al Dagda irlandés se le llamaba Eochu, epíteto que
procedería de Ivokatu-s ("que combate con el tejo”), de la misma raíz que los
eburones u eburovices (“los combatientes, los hombres del tejo”). Entre los
germanos el tejo era el árbol del dios Ullr, cuya residencia está en Ydálir ("los
valles de tejos"). Sobre el anillo de Ullr se realizaban los juramentos, pues en el
norte de Escandinavia ocupa el lugar de Tyr, el dios de la palabra empeñada,
emparentado con el celto-hispano Tongo o Tokoito.