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El placebo en la práctica: cómo usarlo en la rutina clínica

Propósito de la revisión

La literatura reciente sobre placebo proporciona la base científica para los diferentes
factores psicológicos que influyen en el resultado de un tratamiento médico. El objetivo de
la presente revisión es resumir los hallazgos recientes de la investigación con placebo que
ofrecen herramientas útiles para la rutina médica diaria.

Descubrimientos recientes

La eficacia del tratamiento está influenciada por las expectativas del paciente sobre el
beneficio terapéutico. De hecho, las expectativas positivas o negativas pueden conducir a
una mejoría o empeoramiento de los síntomas, respectivamente. Por lo tanto, en la práctica
clínica, las expectativas y creencias de los pacientes deben ser consideradas y controladas
apropiadamente. Además, la experiencia previa influye en el proceso de curación, como lo
demuestran los estudios clásicos de condicionamiento.

Este conocimiento se puede utilizar para aumentar el efecto de los tratamientos


farmacológicos o de procedimiento, para reducir la ingesta de medicamentos y para
minimizar los eventos adversos psicológicos. En general, se puede obtener una mejora
significativa del resultado terapéutico potenciando la comunicación empática y
estableciendo una relación cooperativa paciente-proveedor.

Resumen
La investigación de Placebo proporciona una sólida base científica para todos los aspectos
psicológicos que caracterizan cada tratamiento médico. También nos brinda información
sobre el funcionamiento del cerebro humano, con la posibilidad de explotar algunos de
estos mecanismos en la práctica médica habitual.

INTRODUCCIÓN
En el transcurso de la historia, la práctica médica ha cambiado considerablemente. La
medicina antigua y primitiva de chamanes y sacerdotes era de naturaleza psicológica y se
centraba en palabras y rituales. El resultado de esos tratamientos psicológicos fue en
muchos casos notable y dirigido a tratar a la persona. La medicina moderna, también
llamada 'basada en la evidencia', consiste en la administración de medicamentos y
tratamientos específicos, que primero deben probarse en un ensayo aleatorizado, doble
ciego, controlado con placebo. El efecto curativo de estos tratamientos químicos es sin
duda importante; sin embargo, está dirigido a tratar la enfermedad en lugar de la persona. A
pesar de la clara ventaja de la medicina moderna, ahora somos testigos de un creciente
interés y conciencia de la importancia de los factores psicológicos que rodean a cada acto
médico. Este conocimiento proviene de diferentes campos. Por un lado, la medicina
paliativa está promoviendo un proceso de curación que tiene como objetivo cuidar a la
persona en lugar de curar la enfermedad: enfatiza el cuidado de las necesidades personales,
físicas y sociales del paciente, la calidad de vida y la relación y comunicación entre doctor
y paciente. Por otro lado, la investigación sobre el efecto placebo ha demostrado
el papel crucial del contexto psicosocial, que conduce a un modelo integral de medicina que
incluye procesos químicos y psicológicos. De hecho, cualquier tratamiento terapéutico, ya
sea farmacológico o de procedimiento, se puede describir como el resultado de dos
procesos diferentes, que contribuyen al beneficio terapéutico: el proceso químico
específico, es decir, la acción del agente farmacológico (por ejemplo, morfina) y el proceso
ritual, es decir, el contexto psicosocial que rodea el tratamiento, incluido el acto de su
administración (por ejemplo, el color de la píldora de morfina, las palabras utilizadas para
describir las características de la droga, etc.). En un tratamiento con placebo, el
medicamento activo se reemplaza con una sustancia inerte (placebo) y solo está presente el
proceso ritual.

En consecuencia, el efecto placebo y su efecto nocebo opuesto, pueden definirse como las
modificaciones neurobiológicas que ocurren en el cerebro del paciente después de la
simulación de una terapia [1 &&]. Se han demostrado efectos notables de placebo en varias
afecciones, como dolor [2, 3,4], picazón [5], enfermedad de Parkinson [6-9], depresión
[10,11], ansiedad [12,13], funciones inmunes [14-17], rendimiento motriz [18-20] y asma
[21 &&].

La neurociencia moderna se ha centrado en dos aspectos principales relacionados con el


efecto placebo: en primer lugar, la identificación de las bases de placebo, tales como los
sistemas y las regiones del cerebro responsables del fenómeno de placebo, y en segundo
lugar, las consecuencias de la investigación con placebo para la práctica clínica. Por
ejemplo, se ha encontrado que el sistema opioide [22-26,27 &&] y el sistema de
colecistocinina antioxide (CCK) [28,29] están involucrados. Además, el trabajo reciente ha
demostrado también que el sistema endocannabinoide media la componente no opioide de
analgesia placebo [30 &&], y los sistemas dopaminérgicos y serotoninérgicos se han
documentado en la enfermedad y de ansiedad social de Parkinson, respectivamente [6,7,9-
13]. Los estudios de neuroimagen también han demostrado que el efecto placebo ocurre
junto con la activación de una red neural compleja, con áreas prefrontales que juegan un
papel crucial [25,31-35,36, 37].

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