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Este verso marca el inicio de la octava sección del Salmo 119, distinguida por la
letra “Kjet”. Como veremos a continuación, cada verso empieza con una palabra
cuya primera letra es ‘kjet’.
Por ejemplo, cuando Abraham persiguió a los reyes del oriente que habían atacado
a Sodoma, y volvió triunfante, una “parte” (‘kjelek’) del botín fue dado a los tres
jefes tribales que pelearon al lado de Abraham (Gén 14:24). Esa fue su
recompensa por haber participado en el rescate de Lot.
Feliz el creyente que pone su mirada en Dios; para quien la mejor recompensa de
una vida de obediencia es un mayor conocimiento de Dios, y una comunión más
íntima con Él. ¡No será decepcionado! Dios le otorgará el deseo de su corazón, y
le bendecirá con creces. Su recompensa será similar a la de Salomón, quien
cuando pidió sabiduría, fue bendecido también con riquezas (1 Rey 3:10-13). Si
buscamos primero a Dios y Su reino, las demás cosas vendrán como “añadidura”
(Mat 6:33).
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“Jehová es la porción de mi herencia [‘kjelek’] y de mi copa,
Tú sustentas mi suerte.
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,
Y es hermosa la heredad que me ha tocado”
Sal 16:5-6
En el Salmo 73, otro creyente experimentó una fuerte tentación cuando vio la
prosperidad de los malos (Sal 73:2-3). Aunque se habían apartado de Dios, los
pecadores gozaron una vida de abundancia material (Sal 73:4-9, 12); mientras que
el Salmista experimentó muchos problemas y sufrimientos (Sal 73:13-14). Sin
embargo, cuando meditó el asunto y recibió mayor revelación de Dios (Sal 73:16-
17), llegó a dos conclusiones:
1. Los impíos serán destruidos muy pronto, y perderán todo lo que tienen.
2. Tener a Dios es lo más seguro y satisfactorio para el creyente.
Sal 73:25-26
¿Podemos decir lo mismo? ¿Amamos a Dios por encima de todas las cosas? Es
fácil saberlo. La persona que ama a Dios, guardará Su Palabra. Cristo lo dijo: “El
que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama” (Juan 14:21). El
Salmista, guiado por el Espíritu Santo, anticipó esa enseñanza del Señor, diciendo:
“Mi porción es Jehová…guardaré Tus palabras” (Sal 119:57).
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