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Nombre: ALDO RODRIGUEZ

La jerarquía en el ecuador

¿Hasta qué punto el sueño de bolívar inspiro a Gabriel García para que simbolice la
eliminación y ceguera fanática de los terratenientes?

La independencia posesionó a los terratenientes criollos en el poder político en América.


El sueño de Bolívar de construir una gran nación americana se dio de bruces contra los
intereses económicos de los terratenientes. La nación moderna, democrática, con base de
producción pro capitalista que anhelaba El Libertador, se quedó en las formas; en la
práctica, los terratenientes criollos prolongaron la colonia por medio de la instauración
del Estado terrateniente.

Su bárbara ceguera no les permitió ver que la economía internacional avanzaba


aceleradamente hacia el capitalismo y, peor todavía, que los Estados Unidos de
Norteamérica iba creando las condiciones históricas para cumplir su “destino manifiesto”.
Sólo Bolívar vio con angustia, hasta el último de sus días, cómo las naciones liberadas
por su espada perdían la oportunidad de alcanzar, también, la independencia económica.
Murió incomprendido.

La condición para despegar en la historia, en el caso del Ecuador, era la eliminación de la


condición servil del indio, impuesta por españoles y criollos desde los siglos
coloniales. Para los terratenientes ecuatorianos esto equivalía a la eliminación misma de
la base de sus privilegios y al hundimiento de su civilización tradicional, católica,
apostólica y romana. Amparados en la Iglesia construyeron un muro de aislamiento
alrededor del Ecuador mientras la economía internacional del capital crecía con un vigor
inusitado.

Gabriel García Moreno simboliza la ceguera fanática de los terratenientes. Estaba


convencido que si se derrumbaba el sistema basado en la hacienda y el Huashipungo, se
acababa el mundo. Su espíritu civilizador quería construir un mundo moderno con la
mano servil de los indios. Ese paternalismo arcaico hizo perder al Ecuador más de un
siglo en su desarrollo económico y mantiene, hasta nuestros días, una mentalidad
segregacionista a todo lo que es indio o se desprende de él. Sólo trasnochados aristócratas
como Osvaldo Hurtado pueden imaginar que las causas del atraso del Ecuador hay que
buscarlas en la antropología cultural y no en el sistema de dominación colonial que los
terratenientes mantuvieron después de la independencia.

En América, a mediados del siglo XIX, Estados Unidos resolvía sus conflictos internos
(guerra civil) e igualaba en su nivel de desarrollo a su ex metrópoli. A finales del siglo
XIX la nación del norte entraba en su fase monopólica y ya superaba a Inglaterra. Para
comienzos del siglo XX ninguna potencia mundial podía aspirar siquiera a ver a América
Latina como un territorio propicio para sus negocios. Esta parte del mundo estaba
reservada de forma exclusiva para los yanquis.

Lo que no le permitieron los terratenientes hacer a Bolívar intentó hacer Alfaro a finales
del siglo XIX. La revolución liberal puso fin al dominio terrateniente casi en todos los
aspectos de la vida nacional, menos en el más importante, que fue la abolición de la
servidumbre del indio, con lo cual se mantuvo intacto el poder económico de los
terratenientes; pero Alfaro inaugura el Estado moderno y pro capitalista en el Ecuador.

Sin haber sido nunca un académico Alfaro es el artífice de la más profunda


transformación de nuestra nación, la más profunda y la única. Los sectores sociales que
respaldaron al caudillo liberal fueron los que estuvieron vinculados a la actividad pro
capitalista, luego de un siglo de haber sido relegados: comerciantes, importadores,
exportadores, banqueros y una amplia base de trabajadores asalariados libres no sólo del
litoral, sino también de la región interandina.

Alfaro concebía un Estado moderno de tipo liberal cuya misión era implementar una
economía capitalista de amplia base popular, esto es, creía doctrinariamente en un
capitalismo democrático que debía estructurarse de abaja hacia arriba, dando de esa forma
solución a los problemas de empleo. Creyó de manera honesta en la plutocracia liberal y
se apoyó en los trabajadores libres de la ciudad y del campo.
La plutocracia desconfió del proyecto alfarista y cuando se dio cuenta que sus
concepciones iban a ser un obstáculo para su interés de manejar a su albedrio el nuevo
Estado, decidieron darle muerte, para lo cual encontraron a un aliado natural en los
terratenientes coloniales. Muerto Alfaro se allanaron los obstáculos y en el Ecuador se
inició el dominio oligárquico que perdura hasta nuestros días.

EL ESTADO OLIGÁRQUICO EN EL SIGLO XX

Estado liberal y oligárquico son lo mismo en el Ecuador. No así Estado liberal y propuesta
alfarista. Así como lo que no pudo hacer Bolívar a comienzos del siglo XIX lo quiso hacer
Alfaro a finales, lo que Alfaro no pudo hacer lo quiere hacer a estas alturas el presidente
Rafael Correa. Ese es su objetivo y límite histórico.

La oligarquía ecuatoriana, por medio del Estado liberal, se comió y se bebió el Ecuador
a su antojo, usando a su favor hábilmente los rezagos mentales de la época colonial.
Nunca dio por terminado el pacto criminal que a comienzos de siglo hizo con los
terratenientes para asesinar a Alfaro. Ellos han usufructuado del Estado para satisfacer
sus intereses de todo tipo, sin importarles jamás un rábano la suerte de los sectores
populares.

El modelo agro-exportador impuesto por los planes estratégicos de la economía


norteamericana en América Latina nos convirtió en proveedores de materia prima para su
industria sin que a nadie de la élite gobernante en el Ecuador se le ocurriera que ese no
era el camino apropiado para nuestro desarrollo. Cometieron el mismo crimen que los
terratenientes en el siglo XIX.

Después de la segunda guerra mundial y, sobre todo, después del triunfo de la revolución
cubana en 1959, se implementó en nuestros países, el modelo desarrollista de sustitución
de importaciones. Era una estrategia norteamericana para evitar que el ejemplo de la
revolución cubana se extendiera a lo largo y ancho de un continente que veía quebrada su
economía como consecuencia de la aplicación de esas estrategias de la acumulación
capitalista mundial y norteamericana. En el Ecuador, en plena mitad del siglo XX, se
seguían vendiendo haciendas con “indios propios” y cultivando la tierra con el arado
egipcio. Todo esto no era culpa de los ecuatorianos en general, sino de sus clases
dirigentes. Lo que el pueblo logra lo hace con su lucha. El Estado liberal no le da nada,
solo explotación y miseria.

En el Ecuador la estrategia cepalina de sustitución de importaciones comienza a ser


cambiada en la década de los años ochenta cuando en América Latina ya estaba en marcha
el neoliberalismo como propuesta integral de cambio y desarrollo. Milton Friedman y la
escuela de Chicago habían comenzado a desplegar sus banderas en nuestras escuálidas
economías. El Chile de Pinochet, Bolivia, México son los conejillos de indias de la
propuesta neoliberal. El colapso del “socialismo real” creará,desde los noventa en
adelante, el espejismo de que el mundo tenía que estar regido, obligatoriamente, por las
inamovibles leyes del mercado.

El Estado neoliberal es el mismo Estado liberal pero en la época del capital financiero y
de la globalización. Globalización es integración financiera y productiva de las grandes
corporaciones capitalistas a nivel mundial, en detrimento de las naciones a las cuales
consideran apenas un apéndice de sus intereses. Con ellas se cumple en grado superlativo
la ley de la acumulación y reproducción ampliada del capital, pero a estas alturas en el
nivel de la circulación, usando el dinero como una simple mercancía. La producción se
reduce, para los neoliberales, a un acto secundario de aplicación tecnológica, olvidando
su carácter vital de reproductora de la vida. En esa concepción están contenidos todos los
crímenes del capitalismo como sistema.

Desde los ochenta en adelante en el Ecuador el Estado oligárquico asume la forma del
Estado neoliberal, unas veces más, otras menos, según cual sea el gobierno de turno. Ese
esquema corporativista tuvo su respaldo en la misma partidocracia que había dominado
la política en nuestro país desde la muerte de Alfaro. El gran ausente de este proceso había
sido el pueblo, que participó a lo largo de esta historia como invitado de piedra y como
burro de carga.

Blibliografia:

https://lalineadefuego.info/2012/12/03/del-estado-terrateniente-al-estado-oligarquico-
en-el-ecuador-ii-por-jorge-oviedo-rueda/

http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/el-modelo-oligarquico-es-el-
ecuador-del-pasado

https://www.telesurtv.net/news/Oligarquia-ecuatoriana-sin-compromiso-patrio--
20160407-0050.html

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