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ENVENENAMIENTO POR ANTICOAGULANTES

Toxicología:
Consiste en el estudio de los efectos nocivos de los compuestos químicos sobre los
sistemas biológicos, incluso las propiedades, acciones y efectos de los compuestos.

Veneno o Agente Tóxicos:


Es cualquier sólido, líquido o gas que cuando es introducido o aplicado a un organismo
vivo puede interferir en sus procesos vitales.

Todos los anticoagulantes tienen el núcleo básico de cumarina o indanediona. Los


anticoagulantes de "primera generación" (warfarina, pindona, cumafurilo, cumacloro,
indanediona isovalerilica y otros de uso menos frecuente) requieren múltiples
ingestiones para producir toxicidad. Los anticoagulantes "intermedios" (clorofacinona y
especialmente difacinona necesitan menos ingestiones que las sustancias químicas de
"primera generación") por lo que son más tóxicos para las especies no destinatarias. Los
anticoagulantes de "segunda generación" (brodifacum y bromadiolona) son muy tóxicos
para las especies no destinatarias (perros, gatos y potencialmente el ganado) después de
una sola ingestión.

Nombres Comerciales y Genéricos:


Cumarinas, Fumarinas, Klerat, Musal, Racumin, Ramortal, Storm, Gaurfarina
(warfarina)

Absorción, biotransformación y excreción:


Las cumarinas, indandionas y otros anticoagulantes se absorben muy bien a través del
tracto gastrointestinal a los pocos minutos de ser ingeridos.
Otra vía importante, especialmente para quienes preparan las formulaciones, es tracto
respiratorio. La proporción de lo que se absorbe a través de la piel intacta es muy baja.
La Warfarina se metaboliza en el hígado.
Estas sustancias y sus productos de biotransformación se excretan por la orina y las
heces.

Mecanismo de acción:
Estos rodenticidas deprimen la síntesis hepática de las sustancias esenciales para la
coagulación de la sangre, protrombina (factor II) y los factores VII, IX y X.
Al mismo tiempo se produce un aumento de la permeabilidad capilar.
El efecto definitivo de estas acciones es la inducción de una hemorragia interna
generalizada.

Diagnóstico
Cuadro clínico
Los signos y síntomas clínicos aparecen días o semanas después de la ingestión repetida
de la sustancia que son: Epistaxis, hemorragia gingival, palidez y algunas veces
petequias y hematomas alrededor de las articulaciones y los glúteos, sangre en la orina y
heces.
En estos casos más graves, aparecen signos de parálisis secundaria a hemorragia
cerebral, choque hemorrágico y muerte.
A diferencia de los anticoagulantes cumarínicos, las indandionas causan síntomas y
signos de daños neurológicos y cardiopulmonares en ratas de laboratorio, las que a
menudo mueren antes de que se produzcan hemorragias.
Esto podría indicar que las indandionas tiene una mayor toxicidad.

Pruebas de laboratorio
Tiempo de protrombina (prolongado)
Tiempo de coagulación (prolongado)
Citoquímico de orina (hematuria)
Heces (melenas)
Determinación de sustancias anticoagulantes o sus metabolitos en sangre.

Tratamientos
- Primeros auxilios
Si han ingerido grandes dosis de anticoagulantes (más de 1,0 mg/kg de pv) y el paciente
es visto rápidamente y está consiente, induzca el vómito utilizado medios mecánicos o
con jarabe de ipecacuana (15 a 30 ml) segundo de 2 vasos de agua y la administración
de carbón activado y un catártico.
Si el intoxicado es visto mucho después de la ingestión, omita la emesis, pero
administre el carbón activado y el catártico.

Tratamientos médicos
Si la victima está sangrando, aplicar la vitamina K por vía intravenosa aplicada muy
lentamente, de preferencia en solución salina o glucosa (no más de 1 mg/min).
La dosis se puede repetir a las 24 horas si la paciente continua sangrando.
En los casos de hemorragia severa, la administración de antídotos debe acompañarse de
transfusiones de sangre fresca o plasma fresco.
Observe cuidadosamente al paciente durante 4 a 5 días después de la ingestión.
Se debe ordenar durante el período de convalecencia u tratamiento son sulfato ferroso
para tratar la anemia.

Warfarina
En 1922-1924 se describió un síndrome hemorrágico llamado “enfermedad del trébol
dulce del ganado”, que se asoció a la sugestión de trébol dulce mal henificado porque
las hemorragias se suprimían al poco tiempo de suspender la ingestión de este forraje.

En 1929-1931 se descubrió que este síndrome hemorrágico era debido a una deficiencia
de protrombina causado por un producto de cumarina que contenía el trébol dulce, el
cual fue identificado como 3,3-metilen-bis-(4.hidroxicumarina). Como en la mayoría de
las ocasiones, su administración es oral. Es uno de los integrantes del grupo de los
fármacos denominados anticoagulantes, existen dos warfarinas en el mercado, ambas
tienen gran similitud en su acción y terapéuticamente son intercambiables entre sí.

Toxicodinámica:
La warfarina no tiene efecto in vitro; sólo lo ejerce in vivo después de un periodo de
latencia de 12-21 h. Este periodo de latencia corresponde al tiempo necesario para la
desaparición natural de los factores de coagulación circulantes, tras lo cual ocasiona un
tiempo de coagulación prolongado. La coagulación se normaliza 4-5 días después de
interrumpir la administración del compuesto, tiempo necesario para que los factores de
coagulación comiencen a ser sintetizados por el hígado. Esto concuerda con los valores
de warfarina circulantes en la sangre.

Se ha sugerido que la warfarina y sus congéneres pueden estar inhibiendo el paso de


epoxidasa, evitando así la interconversión del epóxido de filoquinona inactivo en
vitamina K activa. Las necesidades estructurales mínimas para que haya actividad son
un residuo intacto de 4-hidroxicumarina con la posición 3 sustituida por un residuo
carbónico o un hidrógeno. Los derivados cumarínicos no destruyen la protrombina
circulante, aunque intervienen en la conversión de protrombina en trombina.

En el suero de animales intoxicados con warfarina se ha observado una definitiva


depresión de los factores II, VII, IX y X de la coagulación. Es más rápida la depresión
plasmática del factor VII que la de los factores IX, X y II o protrombina; esto guarda
relación con la semidesintegración (vida media) de estos factores en la circulación, que
se estima en 6, 20, 40 y 60 h para los factores VII, IX, X y II, respectivamente.

Toxicocinética
La absorción intestinal es lenta pero casi completa y se detectan valores sanguíneos 1 h
después de la ingestión, aunque los valores máximos se encuentran 6-12 h después; la
protrombinopenia se inicia 12 h postadministración. Este compuesto se distribuye en
algunos órganos como pulmón, hígado, bazo, riñón, y en menor grado cerebro. La
mayor parte de la warfarina circulante se encuentra ligada a proteínas plasmáticas, y la
menor cantidad se encuentra sin fijar. Este es un compuesto capaz de atravesar la
barrera placentaria.

La warfarina es hidrolizada por enzimas del retículo endoplasmático liso y se elimina en


orina, en heces aparecen en pequeñas porciones que no se absorbieron; en hembras en
lactación se eliminan por la leche.se requieren varios días para la completa degradación
y se sabe que diariamente se metaboliza 15-50% de la cantidad ingerida, aunque existe
un gran peligro en el uso de ese compuesto, pues se han descrito efectos acumulativos.

Mecanismo de acción:
Se absorbe lentamente, por el intestino y se transporta por la sangre unida a proteínas.
Interfiere en el mecanismo de la coagulación, disminuyendo la síntesis hepática de los
factores II, VII y X, conocidos como factores dependientes de la vitamina K. La acción
no sería sobre la protrombina circulante sino que disminuye su síntesis hepática, como
así también interfiere en la conversión de protrombina en trombina. La acción
inhibidora de esos factores estaría producida por la acción competitiva de este tóxico
con la vitamina K a nivel hepático.

Signos clínicos de la intoxicación


El cuadro clínico se caracteriza por una fuerte propensión a las hemorragias, en cuyo
caso los más ligeros traumatismos pueden provocar amplios hematomas (piel, mucosas
y cavidades). Las mucosas están pálidas o cianóticas y el pulso es frecuente y débil; la
frecuencia cardíaca es irregular y el ritmo es débil. Son frecuentes los sangrados
uterinos (en muchas ocasiones letales), así como urticaria y alopecias. Los animales se
postran a consecuencia de la debilidad general, caminan de manera errática y a veces
hay ataxia; la hipotermia anuncia la muerte inminente por colapso circulatorio. Si ocurre
derrame cerebral, en el espacio subdural o en médula espinal, los signos nerviosos
pueden manifestarse como parálisis, ataxia, convulsiones, falla de órganos vitales y
muerte.

Son comunes las claudicaciones e inflamaciones de las articulaciones por hemorragias


en las prominencias óseas; puede haber hemotórax a consecuencia de los movimientos
respiratorios y espiratorios. Puede llegar a presentarse parálisis posterior progresiva
como resultado de la presión en el canal espinal, causada por hemorragias.

En los casos crónicos los signos pueden se anemia, debilidad, depresión, taquicardia,
disnea, epistaxis, hemorragias entéricas, ataxia, magullamientos, convulsiones e
ictericia debido a la absorción de pigmentos sanguíneos. Pueden detectarse hemorragias
de esclerótica, conjuntiva a intraoculares.

Por los general, la muerte se debe a un choque hipovolémico. Cuando el curso del
envenenamiento es prolongado, la autolisis de sangre retenida puede causar ictericia.
Pueden encontrarse estertores húmedos y disnea como consecuencia de sangre perdida y
hemorragias pulmonares, así como rasgos de sangre alrededor de nariz y boca. En
condiciones naturales y experimentales en ganado, se han observado abortos como
secuelas de la ingestión de warfarina, aunque esto no ocurre forzosamente. En la
ingestión de dosis muy grandes, se pueden observar vasodilatación rápida y caída de la
presión arterial; este colapso vascular puede ser letal.

En resumen, los signos más característicos se refieren a las hemorragias visualizadas


por diferentes vías, sumadas a los caracteres del síndrome anémico agudo.
Pueden describirse hematomas subcutáneos, hemorragias por fosas nasales, melenas,
hematurias y hemorragias retinianas.

Las lesiones que produce se centran en forma extensa y grave en los pequeños vasos
sanguíneos generales y glomerulares, con producción de glomerulonefritis. Estas
lesiones de los pequeños vasos se manifiestan por la aparición de petequias y equimosis
a través de la piel, siendo más visibles en los animales no pigmentados.

Cuadro sobre los valores de la toxicidad de la warfarina en varias especies:


Especies Dosis simple (mg/kg) Dosis repetidas (mg/kg)
Ratas 50-100 1 mg/kg/5 días
Perros 10 5 /5 días
Gatos 5-50 1 /5 días
Cerdos 3 0,05 /5 días
Rumiantes - 200 /12 días
Gallinas 50% de su peso corporal o alimento

Inicialmente debe obtenerse una buena historia clínica. Para confirmar el diagnóstico se
debe realizar pruebas de tiempo de protrombina, coagulación y tiempo de hemorragia;
en caso de muerte se envían plasma o hígado al laboratorio para la determinación de
concentraciones de warfarina, el tiempo de protrombina en una etapa es, en la mayoría
de las veces, de más de 20 segundos.

Es importante un buen diagnóstico, puesto que existen síndromes que pudieran


confundirse con la intoxicación; el diagnóstico diferencial debe hacerse con deficiencia
de vitamina K (principalmente en cerdos y aves), hemofilia, trombocitopenia,
aflatoxicosis, hepatitis infecciosa canina, parvovirus canino y en general cualquier
síndrome hemorrágico.

La presencia de warfarina se puede determinar en el contenido gastrointestinal e hígado.


La orina puede ser útil en estos casos, ya que este tóxico se puede detectar en ella hasta
los 10 días de la ingestión.

Cuando no se es posible hacer estas determinaciones, el diagnóstico se puede formular


por la anamnesis y los síntomas clínicos, sumando a las modificaciones producidas en el
proceso de la coagulación y que se pueden detectar por medio del tiempo de
coagulación y el de protrombina, los cuales se hallan alargados.

Tratamiento de la Intoxicación
El antídoto universal no existe; el tratamiento es de mantenimiento y específico, el cual
incluye transfusión de sangre o plasma sanguíneo, terapia de oxígeno y en ocasiones, si
el caso lo amerita, toracocentesis; el tratamiento específico debe ser vitamina K1, puesto
que la vitamina K, carece de valor en este caso.
Las dosis recomendadas de vitamina K1 son:
Perros y gatos: 5 mg/kg/2 días vía SC y posteriormente VO por 4-6 días.
Rumiantes: 0,5-1 mg/kg vía SC y se continua por VO por 4-6 días.
Equinos: 0,3-0,5 mg/kg por vía SC.

Es recomendable administrar vitamina C conjuntamente al tratamiento con vitamina K.


en ocasiones es posible restaurar la volemia con solución de glucosa o solución
fisiológica de NaCl o dextrosa al 5%. Se deben administrar con mucha precaución
evitando su exceso; la primera dosis de vitamina K se puede dar junto con estos
líquidos por vía intravenosa.

El uso de diuréticos como la espironolactona puede reducir los efectos tóxicos de la


warfarina por estimulación de la diuresis y por inducción de enzimas hepáticas. El viso
de barbitúricos para sedar al paciente tiene dos finalidades: favorecer el reposo para
evitar traumatismos y las consecuentes hemorragias, y estimular la síntesis de enzimas
hepáticas para reducir la vida media de la warfarina circulante.

Cuando las pérdidas sanguíneas fueron abundantes, es aconsejable la reposición de la


volemia mediante la trasfusión de sangre homologa a una dosis de 10-20 ml/kg en
forma conjunta con vitamina K1, (fitomenadiona), a una dosis de 10-50 mg por día
durante 5 días, controlándose la eficiencia de este tratamiento por medio de controles
periódicos del tiempo de protrombinas; para tratar las lesiones vasculares, se aconseja el
uso de drogas capilar protectoras tomando como base la ciclonamina.
(Vivas Garay, 2008)

TOXICIDAD AGUDA EN PERROS


• Warfarina 20-300 mg/Kg.
• Brodifacum 0,2-4 mg/Kg.
• Bromadiolona 11-15 mg/Kg.
• Difacinona 0,9-8 mg/Kg (Figura 4-41).
TOXICIDAD AGUDA EN GATOS
• Warfarina 5-30 mg/Kg.
• Brodifacum 25 mg/Kg.
• Bromadiolona > 25 mg/Kg.
• Difacinona 0,3 mg/Kg. Melena.

Respuesta a la terapia:
* Generalmente en las 24-48 horas después de iniciar la terapia.

Educación Del Propietario


- Cuando se envía al animal a casa con tabletas o cápsulas de vitamina Kl5 hay
que explicar al propietario que debe continuar la terapia hasta que los resultados
y las pruebas de coagulación sean normales.
- Restringir la actividad del animal durante la terapia para prevenir traumas.
- Observar estrechamente al animal para los signos clínicos.
- Educar a los propietarios sobre la colocación de los cebos en lugares adecuados.
(Roder)

A N T U (a-naftiltiourea)
El ANTU produce una irritación gástrica local; cuando es absorbido, la permeabilidad
de los capilares pulmonares aumenta en todos los animales, aunque la variabilidad entre
especies en la respuesta a la dosis es grande. Las propiedades del ANTU, en
comparación con las de la warfarina, han provocado prácticamente el abandono de su
uso. Los perros y porcinos se envenenan ocasionalmente; los rumiantes son resistentes.
Los animales con el estómago vacío vomitan fácilmente después de la ingestión de
ANTU; sin embargo, la presencia de alimento en el estómago disminuye el estímulo al
vómito y pueden absorberse cantidades mortales.

Los síntomas incluyen vómito, hipersalivación, tos y disnea. Los animales prefieren
permanecer sentados. Se presentan edema pulmonar severo, estertores húmedos y
cianosis.
Los síntomas dependientes incluyen debilidad, ataxia, pulso débil y rápido y
temperatura anormal. La muerte se puede producir por hipoxia pasadas 2-4 h desde la
ingestión, pero los animales que sobreviven 12 h pueden recuperarse.
Las lesiones son indicativas. Los hallazgos más notables son edema pulmonar e
hidrotórax, hiperemia de la mucosa traqueal, gastroenteritis de leve a moderada, intensa,
hiperemia renal y un hígado de aspecto pálido, moteado.
Los tejidos para los análisis químicos deben obtenerse antes de 24 h.
Los eméticos solo deben usarse si no hay muestra de dificultades respiratorias. El
pronóstico es grave cuando existen síntomas respiratorios severos. Los agentes que
proporcionan grupos sulfhidrilo, como por ejemplo el N-amil-mercaptano, o el
tiosulfato de sodio (solución al 10%) o la N-acetilcisteina son beneficiosos.
El tratamiento con oxígeno a presión positiva, un diurético osmótico (por ejemplo el
manitol) y la atropina (0,02-0,25 mg/kg) pueden aliviar el edema pulmonar.

Cholecalciferol
Aunque este raticida fue introducido con la pretensión de ser menos toxico para las
especies no destinatarias que para los roedores, la experiencia clínica ha demostrado que
los raticidas con colecalciferol son una amenaza significativa para la salud de perros y
gatos. El colecalciferol causa una hipercalcemia que acaba en calcificación sistémica del
tejido blando y que conduce a insuficiencia renal, anomalías cardiacas, hipertensión,
depresión del SNC y trastornos GI.
Los síntomas generalmente aparecen entre 18-36 h después de la ingestión y pueden
incluir depresión, anorexia, poliuria y polidipsia.
A medida que se elevan las concentraciones séricas de calcio, los síntomas clínicos se
hacen más severos. No es raro hallar concentraciones séricas de calcio >16 mg/dL. La
excitabilidad de la musculatura lisa GI disminuye, manifestándose por anorexia,
vómitos y estreñimiento.
Se pueden desarrollar una hematemesis y una diarrea hemorrágica como resultado de
una calcificación distrófica del tracto GI, que no deben dar lugar a un diagnóstico
erróneo de toxicosis por raticida anticoagulante. La pérdida de la capacidad de
concentración renal es un resultado directo de la hipercalcemia.
A medida que persiste la hipercalcemia, la mineralización de los riñones causa una
insuficiencia renal progresiva.

El diagnostico se basa en la historia clínica de la ingestión, los síntomas clínicos y la


hipercalcemia. Se deben descartar otras causas de hipercalcemia, como
hiperparatiroidismo, hipercalcemia juvenil normal, hipercalcemia paraneoplasica,
hemoconcentración (hiperproteinemia) y osteoporosis difusa.
Las lesiones macroscópicas asociadas con la hipercalcemia incluyen riñones moteados y
con aspecto piqueteado, hemorragia difusa de la mucosa GI, y placas enrojecidas,
abultadas, en los grandes vasos y en la superficie de pulmones y vísceras abdominales.

El tratamiento recomendado incluye la evacuación gástrica generalmente seguida de la


administración de carbón vegetal activado en una suspensión acuosa, a razón de 2-8
g/kg de peso corporal. La calciuresis se logra con una solución de cloruro de sodio al
0,9% y con la administración de furosemida (bolo inicial de 5 mg/kg, IV, seguido de
una infusión IV a tasa constante de 5 mg/kg/h) y corticosteroides (prednisolona, 1-2
mg/kg, 2 v/d). La administración de la furosemida y de la prednisolona debe mantenerse
durante 2-4 sem y debe vigilarse la concentración sérica de calcio a las 24 h, a las 48 h y
a las 2 sem después de suspenderse el tratamiento. Además, la calcitonina puede usarse
a razón de 4-6 U/kg, SC, cada 2-3 h, hasta que el calcio sérico se estabilice a <12
mg/dL. El empleo de quelantes IV del calcio como el NaEDTA ha sido empleado en
casos graves, pero esta utilización es experimental y requiere una estrecha vigilancia del
calcio sanguíneo para prevenir la hipocalcemia.
La dosis de prednisolona debe reducirse gradualmente si se ha administrado por más de
2 sem, para evitar una insuficiencia adrenocortical aguda. Puede considerarse una
diálisis peritoneal continua si el animal presenta insuficiencia renal. Se debe administrar
una dieta baja en calcio en todos los casos de exposición significativa a los raticidas a
base de colecalciferol.

Recientemente, el pamidronato disodico, un inhibidor especifico de la resorción ósea


utilizado para el tratamiento de la hipercalcemia maligna y la enfermedad de Paget en
los seres humanos, ha demostrado ser prometedor en el tratamiento de la toxicosis por
colecalciferol en perros. Se debe administrar lentamente IV a 1,3-2,o mg/kg en solución
salina alrededor de 2-4 h y administrar dos infusiones con 4 d de intervalo. El
pamidronato disodico tiene una acción inhibitoria duradera sobre la resorción ósea, por
ello únicamente requiere infusiones limitadas. El calcio total sérico y el NUS deberían
ser controlados durante 2-4 d tras la última perfusión.

Fosforo
El fosforo es peligroso en su forma blanca (o amarilla) para todos los animales
domésticos, y localmente corrosivo y hepatotóxico cuando se absorbe. Hoy en día el
fosforo no es usado frecuentemente como raticida, pero los perros ocasionalmente se
ven expuestos a través de la ingestión de material para fuegos artificiales que contiene
fosforo blanco. El comienzo de los síntomas del envenenamiento es súbito. Los
síntomas precoces incluyen vómito, diarrea severa (a menudo hemorrágica), cólico y
aliento con olor a ajos. Al cuarto día de la ingestión se puede producir una recuperación
aparente, pero se pueden desarrollan síntomas adicionales de lesión hepática aguda, con
hemorragias, dolor abdominal e ictericia.
La encefalopatía hepática viene seguida de convulsiones y muerte. Las lesiones
incluyen una gastroenteritis severa, hígado graso, hemorragias múltiples y sangre negra,
breosa, que no coagula. Los tejidos corporales y los fluidos pueden ser fosforescentes y
el contenido gástrico presentar olor a ajos. La muerte se debe a insuficiencia hepática y
renal.

El pronóstico es grave salvo que se aplique muy pronto el tratamiento. Un emético


eficaz es una solución de sulfato de cobre al 1%, que también forma un complejo de
fosfuro de cobre que no se puede absorber. Se debe realizar un lavado gástrico con una
solución de permanganato de potasio de 0,01-0,1% o de sulfato de cobre de o,2-0,4%,
seguido de carbón vegetal activado adsorbente y de un catártico salino 30 min después.
Se debe evitar cualquier grasa en la dieta durante 3-4 d o más, ya que las grasas
favorecen una absorción adicional de fosforo. Ha sido recomendado el aceite mineral
V.O. por disolver el fosforo y evitar la absorción. (Kahn, 2007)

Sulfato de talio
Este veneno celular común puede afectar a todas las especies de animales. Ha sido
prohibido para su uso como rodenticida.
El comienzo de los síntomas clínicos puede demorarse de 1-3 d, viéndose afectados
todos los sistemas corporales; los síntomas más destacados son los de los sistemas GI,
respiratorio, tegumentario y nervioso. Los síntomas incluyen gastroenteritis
(ocasionalmente hemorrágica), dolor abdominal, disnea, ceguera, fiebre, conjuntivitis,
gingivitis y temblores o convulsiones. Después de 4-5 d y de una aparente recuperación,
o después de la ingestión repetida de pequeñas dosis, se desarrolla una dermatitis
crónica caracterizada por alopecia, eritema e hiperqueratosis. Es frecuente encontrar
muchos tejidos necrosados durante la necropsia.

El tratamiento de la fase aguda del envenenamiento con talio incluye el empleo de


eméticos, el lavado gástrico con una solución de yoduro de sodio al 1% y la
administración IV de una solución de yoduro de sodio al 10%. La difeniltiocarbazonan
(diticiona, 70 mg/kg, V.O., 3 v/d) es un antídoto, pero debe ser administrada en el
transcurso de las primeras 24 h desde la exposición. Al mismo tiempo y durante los
siguientes 14 d, se debe administrar azul de Prusia en suspensión acuosa oral, a razón de
100 mg/kg 2 v/d, para detener la recirculación enterohepática del talio y para favorecer
su excreción en las heces. Es necesario el tratamiento sintomático de la diarrea y de las
convulsiones, prestando especial atención al balance de líquidos y electrolitos, a los
requerimientos de nutrientes, a la prevención de infecciones secundarias y a unos
buenos cuidados de enfermería.
Bibliografía
Kahn, C. (Ed.). (2007). Manual de Merck de Veterinaria. Barcelona: Oceano.
Piñero Noguera, C., Gorraíz, J. M., & Martín Gómez , N. (2002). Green Book del
Veterinario . Marban .
Roder, J. (s.f.). Manual de Toxicología Veterinaria .
Vivas Garay, J. A. (2008). Toxicología Veterinaria. Nicaragua: UNA.

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