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ción, y su destino en Él por la reductoras del designio de Dios,
mediación salvadora de Jesucris- se revelan en efecto como perte-
to. El tercer fundamento básico neciendo a otro orden [...]. Deben
es la presencia y la acción del Es- ser superadas en el progreso ha-
píritu de Dios, universalmente cia la realización del grandioso
presente, que actúa en todos los designio de unidad que preside la
hombres y en todas las tradicio- creación”
nes religiosas, como entre los
Aunque estas diferencias pa-
cristianos y en la Iglesia.
rezcan insuperables “están in-
cluidas en el gran y único desig-
nio de Dios, en Jesucristo. La
Un misterio de unidad
unidad universal fundada en el
acontecimiento de la creación y
La presencia y la acción uni- la redención no puede evitar de-
versal del Espíritu de Dios entre jar un rastro en la vida real de los
los “otros” representa la contri- hombres, incluso de aquellos que
bución más importante de Juan pertenecen a diferentes religio-
Pablo II al fundamento teológi- nes”. Estas “semillas del Verbo”
co del diálogo interreligioso. El derramadas entre los otros cons-
Papa afirma que la “firme tituyen el fundamento concreto
creencia” de los adeptos de del diálogo interreligioso impul-
otras religiones es “también un sado por el Concilio.
efecto del Espíritu de verdad
que actúa más allá de los límites
visibles del Cuerpo místico” La presencia del Espíritu
(Redemptor hominis, 6). Asi-
mismo, el Papa ha querido jus-
A este misterio de “unidad”,
tificar teológicamente la plega-
fundamento del diálogo, el Papa
ria mundial por la paz, celebra-
añade la presencia actuante del
da en Asís en 1986, sobre el
Espíritu de Dios en la vida de los
fundamento teológico del diálo-
“otros”, especialmente en la ora-
go, viendo en él un “misterio de
ción: “podemos, en efecto, recor-
unidad” que reúne a todos los se-
dar que toda plegaria auténtica
res humanos, cualquiera que sean
es suscitada por el Espíritu San-
las diferencias presentes en sus
to, misteriosamente presente en
vidas: “Las diferencias son un
el corazón de todos los hom-
elemento menos importante con
bres”.
respecto a la unidad que, por el
contrario, es radical, fundamental En la encíclica Dominum et
y determinante”. Y, a la luz de vivificantem amplía su discurso
este doble “misterio de unidad”, sobre la presencia del Espíritu a
“las diferencias de todo género, y lo largo de la historia, más allá de
en primer lugar las diferencias re- los límites de la Iglesia. Y en Re-
ligiosas, en la medida en que son demptoris missio afirma: “La
126 Jacques Dupuis
presencia y la actividad del Espí- este misterio de unidad que todos
ritu no concierne solamente a los los salvados participan, aunque
individuos, sino a la sociedad y la de manera diferente, en el mismo
historia de los pueblos, las cultu- misterio de salvación en Jesucris-
ras, las religiones”. Por su parte, to por su Espíritu. Los cristianos
el documento Diálogo y anuncio son conscientes de ello gracias a
(1991), siguiendo las enseñanzas su fe, los demás, en cambio, no
de Juan Pablo II, recuerda el son conscientes del hecho de que
“misterio de unidad”, fundamen- Jesucristo sea la fuente de su sal-
tado en el origen y destino común vación. El misterio de salvación
del género humano, la salvación les alcanza, sin embargo, por ca-
universal en Jesucristo y la pre- minos conocidos por Dios, gra-
sencia activa del Espíritu en to- cias a la acción del Espíritu de Je-
dos los hombres. La razón princi- sucristo”.
pal de la Iglesia para comprome-
terse en el diálogo “no es de natu- Todos tienen acceso al Reino
raleza simplemente antropológi- de Dios en la historia, mediante
ca, sino también teológica”. La la obediencia al Dios del Reino
Iglesia debe entrar en un diálogo por la fe y la conversión. La teo-
de salvación con todos los hom- logía de las religiones y del diálo-
bres de la misma manera que go debe mostrar la manera en la
Dios lo ha hecho con el género que los “otros” participan del rei-
humano, un diálogo siempre en no de Dios, al abrirse a la acción
curso. “En este diálogo de salva- del Espíritu mediante la práctica
ción, los cristianos y los demás sincera de su tradición religiosa.
son todos llamados a colaborar Respondiendo así a la llamada
con el Espíritu del Señor resuci- que Dios les dirige, pueden con-
tado, Espíritu que está siempre vertirse en miembros activos del
presente y actuante”. Reino, sin tener formalmente
conciencia de ello, y sus tradicio-
nes religiosas contribuyen miste-
El reino de Dios riosamente a la construcción del
Reino de Dios en el mundo.
En la investigación del funda- De esta manera, el diálogo
mento teológico del diálogo inte- tiene lugar entre personas que ya
rreligioso hay que subrayar asi- están unidas entre sí en el Reino
mismo la universalidad del Reino de Dios, inaugurado en la historia
de Dios, del cual son copartícipes por Jesucristo. A pesar de las di-
los adeptos de otras culturas reli- ferencias religiosas, están ya en
giosas juntamente con los cristia- comunión los unos con los otros
nos. A este cuarto elemento fun- en la realidad del misterio de sal-
damental se alude también en el vación, aunque permanezca entre
documento Diálogo y anuncio, ellos una distinción a nivel de la
donde se afirma: “se deduce de mediación del misterio.
El diálogo interreligioso, desafío y oportunidad 127
La comunión en la realidad es salvada por Dios en el aconteci-
más esencial que las diferencias a miento de Jesucristo, no deja lu-
nivel de signo. Así se establece gar a un auténtico diálogo. Éste
una comunión profunda en el Es- no puede ser sincero si no se pro-
píritu entre los cristianos y los duce en pie de igualdad entre los
otros creyentes si el diálogo es partidarios. ¿Pueden ser sinceros
sincero y auténtico, porque la la Iglesia y los cristianos en su
realidad del Reino de Dios es voluntad declarada de entrar en
compartida ya en el intercambio diálogo, si no están dispuestos a
recíproco. El diálogo interreli- renunciar a las pretensiones tra-
gioso no es un proceso unidirec- dicionales a propósito de Jesu-
cional, sino un “diálogo”, que cristo, Salvador “constitutivo” de
hace explícita la comunión pre- la humanidad?
existente en la realidad de la sal-
La pregunta implica el pro-
vación que es el Reino de Dios,
blema de la identidad religiosa
venido para todos en Jesús.
frente a la apertura a los “otros”
Nada proporciona al diálogo exigida por el diálogo. No se pue-
interreligioso una motivación tan de, bajo el pretexto de honestidad
verdadera como la convicción de en el diálogo, poner la propia fe
que, a pesar de las diferencias entre paréntesis, ni que sea tem-
que los separan, los miembros de poralmente, con la esperanza de
las diferentes tradiciones reli- redescubrir eventualmente el
giosas marchan conjuntamente fundamento de esta fe gracias al
hacia la plenitud del Reino, ha- mismo diálogo. Al contrario, la
cia la nueva humanidad querida honestidad y la sinceridad del
por Dios para el fin de los tiem- diálogo exigen que los partici-
pos. pantes entren en él desde la inte-
gridad de su fe. Toda duda meto-
dológica o restricción mental es-
Marcar las diferencias tán de más. De lo contrario no se
podría hablar de diálogo interre-
ligioso. En la base de toda vida
Las condiciones para un posi-
religiosa auténtica hay una fe que
ble diálogo interreligioso han
no es negociable, ni en el diálogo
ocupado un lugar importante en
interreligioso, ni en la vía perso-
el debate sobre la teología de las
nal.
religiones. Para que el diálogo
sea posible, P. F. Knitter preconi-
zaba el paso del modelo cristo-
Ni sincretismo ni eclectismo
céntrico al modelo teocéntrico, es
decir, del “inclusivismo” al “plu-
ralismo”. Para los “pluralistas” Asimismo, el diálogo auténti-
una cristología “inclusiva”, se- co no admite ni el sincretismo,
gún la cual toda la humanidad es que intenta resolver las oposicio-