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Para establecer que y como se reforma, el Congreso puede utilizar dos procedimientos: o
habilitar los temas a ser reformados -es decir, señalar meramente que temas se deben
reformar, dejando que sea la Convención la que establezca su contenido (así se hizo en
1860, 1866, 1898 y 1949), o redactar un proyecto de reforma ya concluido o casi concluido,
dejando su aprobación a la Convención, que solo podrá votar por si o por no el texto puesto a
su consideración. Así se procedió en 1994, con el llamado núcleo de coincidencias
básicas.
Introducción:
Congreso de 1816, que finalizo con la sanción del la Constitución de 1819, cuyas
principales características eran las de ser Centralista y Aristocrática.
En 1852 Rosas cae debido a factores externos e internos, ya que había abusado de sus
poderes, hecho que le creó enemistades y separaciones. La caída de Rosas terminó una
experiencia y una época pero no resolvió ni las oposiciones ideológicas ni las rivalidades
territoriales. Urquiza, en ese momento vencedor, tenia el total apoyo del país para emprender
la obra que había fracasado Rivadavia, que había soñado Quiroga, y que había obstruido
Rosas: la constitución nacional.
Sin embargo, Buenos Aires no estaba dispuesta a renunciar a derechos y privilegios que
consideraba naturales. En primer lugar Buenos Aires preveía que la organización
constitucional se haría con su participación pero sin su dirección, que en el programa de los
vencedores se encontraba la apertura de los ríos a la navegación internacional, y la
nacionalización de la aduana de Buenos Aires.
En el plano de los derechos y garantías de los habitantes repetía o perfeccionaba los artículos
de los estatutos o constituciones anteriores: libertad de trabajo, de prensa, de reunión, de
opinión, de comercio y de enseñanza, igualdad ante la ley y el derecho de propiedad. La
novedad era que el Estado se limitaba a sostener la religión católica en vez de adoptarla como
religión del Estado. La Constitución también nacionalizo las aduanas, estableció la libre
navegación de los ríos, y declaro a Buenos Aires como Capital de la República. Se había
impuesto el Federalismo.
Buenos Aires se sintió agredida, por lo que tras encuentros armados, se dio la secesión de la
provincia en 1854, cuando se constituyo en Estado soberano. La secesión porteña duro hasta
1860, cuando se reformo la Constitución por primera vez, y Buenos Aires firmo el Pacto de
Unión Nacional.
Reforma de 1860
Principalmente, el tema mas importante tratado en la reforma fue la cuestión “Capital”. Buenos
Aires para ese momento se encontraba fuera de la Confederación, y era necesaria su anexión
al territorio nacional para ese momento. Es por ello que se reforma el articulo 3º de la
Constitución. En la primera disposición de la reforma constitucional, dice: “Se reformara: Al
articulo 3º, esta: Las autoridades que ejercen el Gobierno Federal, residen en la ciudad que se
declare Capital...”
Por otra parte, se suprime la supremacía del Congreso Nacional a fines de revisar y controlar
las constituciones provinciales. En la disposición 3º, dice así: “suprimir: y las Constituciones
provinciales serán revisadas por el Congreso para su promulgación.”
Además, se afirma el Poder del Gobierno Federal con relación al acudimiento en defensa de
las provincias ante un ataque armado, ante una revolución, ante una crisis gubernamental,
etc. “El Gobierno Federal interviene “...” para garantir la forma republicana de gobierno,
repeler invasiones exteriores...”
Se suprimen, además, las preferencias entre distintos puertos, con el objeto de otorgar
igualdad a los puertos interiores del país. Se reafirma la abolición de la esclavitud,
agregándose una cláusula que afirma la libertad de cualquier esclavo mediante la sola entrara
al territorio nacional. Asimismo, se reafirma la abolición de los tormentos o suplicios, mediante
el agregado de cláusulas al articulo 18.
Se manifiesta, asimismo, la libertad de imprenta en todo el país. Por otra parte, con relación al
Poder Judicial de la Nación, se declara la prohibición de la actuación de jueces de la Capital
del País en otras provincias.
Por otro lado, y esta cuestión es de real importancia, se modifica el art. 34º, suprimiéndose la
cantidad de 6 diputados por Capital del país para pertenecer a la Cámara de Diputados,
elevándose esta cantidad a 12 diputados, pero no ya para la Capital, sino para la provincia de
Buenos Aires. Se visualiza entonces la supresión del otorgamiento de diputados para la capital
del país, otorgándole en cambio a Buenos Aires un alto numero de los mismos, hecho que
influiría en las futuras decisiones políticas del país. Se hace obligatoria la naturalidad del
diputado / senador de la provincia por la que este se postulase, o bien el haber habitado en la
provincia nombrada por lo menos 2 años. Este es un hecho importante, ya que no permite la
postulación de candidatos bonaerenses a cargos de diputados o senadores por otras
provincias. El hecho de que estos cargos fuesen ocupados solamente por naturales de
aquellas provincias o habitantes de ellas por dos años implica que el diputado / senador
conocería mejor la situación de la provincia y no habría acaparamiento de ciudadanos
bonaerenses en los cargos públicos.
Por otra parte, se manifiesta la igualdad en cuanto a los derechos de importación en todo el
país, haciéndose entonces clara la idea de igualdad entre las provincias, y el no-liderazgo de
Buenos Aires en la importación internaciones de bienes.
Vale la pena aclarar que se Reafirma la NO-SUPREMACÍA del Congreso ante el control de las
Constituciones Provinciales, al modificarse articulo 64º, inciso 28º de la Constitución de 1853.
Finalmente, se crea una Corte Suprema de Justicia, que ejerciera el Poder Judicial de la
Nación. Esto implica que el Poder Judicial se encuentra a cargo de una institución fuerte,
localizada en la provincia de Buenos Aires, por lo que los tribunales provinciales, de categoría
inferior, deben responder a la institución antes nombrada.
Por otra parte, en el texto de la Constitución de 1853, hasta la mencionada reforma, el poder
constituyente Provincial quedaba sometido a un control de constitucionalidad político, a cargo
del Congreso Federal. En efecto: a) las constituciones provinciales debían ser revisadas por
el congreso antes de su promulgación; b) las provincias debían remitirlas al Congreso para su
examen antes de su promulgación; etc.. Suprimido tal mecanismo de control político, las
constituciones provinciales solo son susceptibles de control judicial de constitucionalidad.
Reforma de 1866:
En primer lugar, cabe decir que esta reforma apunta a regular los derechos de importación y
exportación, y nacionalizar definitivamente las aduanas, así como declarar quien responde por
los gastos de la Nación.
Se declara que: “El Gobierno Federal provee a los gastos de la Nación con los fondos del
Tesoro Nacional, formado del producto de derechos de importación y exportación, del de la
venta o...” Con la presente enmienda constitucional, se define que el órgano responsable por
los gastos del país seria el Gobierno Nacional. Además, se especifica que el monto se
obtendría del producto de los impuestos a la exportación e importación, el alquiler de tierras
del Estado, de los impuestos sancionados por leyes en el Congreso, etc. Es decir, se remarca
la obtención de dinero para gastos del país a través de impuestos.
Por otra parte, con relación a los derechos de importación, se especifica, mediante la reforma
del articulo 67º, inciso 1º, que los impuestos serian iguales en toda la Nación, es
decir, uniformes. Por lo tanto, cesarían las diferencias con relación a la importación de
cada provincia.
Finalmente, otro tema tratado por la reforma de 1866 es los derechos de exportación. Se
establece que el Congreso dictaría una ley con el objeto de establecer esos derechos. Es
decir, se le otorga la facultad de legislar los derechos de exportación al Poder Legislativo
Nacional.
Conclusión: Se observa claramente que el principal objetivo de la reforma de 1866 fue el de
nacionalizar las aduanas, a fines de obtener un más alto monto percibido por los impuestos de
exportación e importación, sobre todo por la Aduana de Buenos Aires.
Reforma de 1898
Se reforman los artículos 37º y 87º de la Constitución Nacional. Con relación al articulo 37º, se
manifiesta que los diputados de todo el país serian elegidos directamente por el pueblo. “La
Cámara de Diputados se compondrá de representantes elegidos directamente por el pueblo
de las provincias y de la Capital, que se consideran a este fin como distritos electorales de un
solo Estado, y a simple pluralidad de sufragios.”
Por otra parte, se manifiesta que se elegiría un diputado por cada 33.000 (treinta y tres mil)
habitantes, o fracción que no bajase de 16.500 (dieciséis mil quinientos). Se establece la
realización de un censo, después del cual el Congreso fijaría la cantidad de representantes
por provincia, o por la Capital Federal.
Con relación al articulo 87º, se establece la existencia de 8 (ocho) ministros secretarios que
tendrían a su cargo el despacho de los negocios de la Nación. Estos secretarios, o más bien
ministros, podrían refrendar o legalizar los actos del Presidente de la Nación por medio de su
firma. Es decir, la actividad del Presidente se restringe un poco. Por lo tanto, el poderío del
Poder Ejecutivo Nacional se opaca en parte, es decir, disminuye. Se establece la
aparición de 8 figuras que actuarían como elementos de control de las decisiones que tomaría
el Presidente, elementos de fiscalización de las tareas y decisiones a efectuarse por el
Presidente. Por lo tanto, las elecciones y preferencias realizadas por el Presidente se limitaría
un tanto, dándole al mismo una menor libertad de acción.
Durante esa época, fue el gobierno peronista quien se encargo de modificar ampliamente la
Constitución Nacional, a fines de cumplir con sus ideales políticos, sus fundamentos y sus
características como partido político.
[Cabe aclara que la reforma de 1949 ha sido considerada invalida por buena parte de la
doctrina. De hecho, ya no rige porque el gobierno de facto de la Revolución Libertadora la
elimino en 1956.]
Reforma de 1957
El 24 de octubre de 1957 se reúne una Convención Nacional en la provincia de Santa Fe, con
el objeto de reformar la Constitución Nacional.
Además, se alega que la reforma de 1949 altero la democracia como forma de estado,
suplantándola por un totalitarismo. Por lo tanto, la reforma de 1949 es inconstitucional,
ya que de rigor, estableció una Constitución nueva, correspondiente al régimen
constitucional que se extendió desde 1946 hasta 1955.
Ambito Histórico:
La segunda vía ofrecía asimismo sus riesgos. Se echo mano, pues, directamente de un acto
revolucionario.
Por decreto del 27 de Abril de 1956, y proclama del 1º de Mayo del mismo año, el poder
ejecutivo de facto, en ejercicio de sus poderes revolucionario, declaro vigente la
constitución de 1853, con sus reformas de 1860, 1866 y 1898, excluyéndose la de 1949.
Como se trataba de una época de facto en el acto en la que la disolución de las cámaras del
Congreso impedía su funcionamiento, el acto declarativo de la necesidad de la reforma no
podía ser cumplido por su órgano natural conforme al art. 30 de la constitución. Es así como el
12 de abril de 1957, el poder ejecutivo provisional, en uso de facultades revolucionarias, emite
el decreto-ley 3838 declarando la necesidad de reformar parcialmente la constitución y
convocando a una convención para revisar los tópicos que enumeraba taxativamente en el art.
2º. La asamblea se reunió en Santa Fe, y sesiono desde el 30 de agosto hasta el 14 de
noviembre de 1957, introduciendo escasas modificaciones. El art. 14ºbis es producto de esa
reforma.
El gobierno de facto obro fuera de sus competencias al declarar necesaria la reforma, y por
ende, la convención derivada de esa convocatoria no quedo legítimamente habilitada.
Por otra parte, se incorpora un nuevo articulo a continuación del articulo 14. Dice así: “ El
trabajo en sus diversas formas gozara de la protección de as leyes, las que aseguraran al
trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada; descanso y vacaciones
pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual trabajo; ....”
Es decir, se crea el conocido articulo 14 bis. En este articulo se plantean distintos derechos y
garantías de los ciudadanos argentinos. Por ejemplo, se asegura al trabajador condiciones
dignas de trabajo, en cuanto a una jornada limitada, un sueldo mínimo pero justo, vacaciones
pagas, etc. Por otra parte, se recrimina ladiscriminación, ya que se plantea igual
remuneración por igual trabajo. Se protege, por otra parte, al trabajador ante el despido
arbitrario, se permite la organización sindical libre, etc.
Además, se les permite a los gremios el poder concertar convenios colectivos de trabajo, y
el derecho a huelga.
Asimismo, se garantizan los beneficios de la seguridad social a cargo del Estado. El seguro
social seria obligatorio, y no podría existir superposición de aportes. Se garantizan, por otra
parte, las jubilaciones y pensiones móviles, la protección integral de la familia, el acceso a una
vivienda digna, etc.
Conclusión: La reforma de 1957 apunta a restaurar el régimen constitucional anterior a la
misma de 1949, con objeto de anular la nuevaconstitución creada por el Gobierno Federal
Peronista. Además, cabe remarcar un importante hecho: se incorporan los derechos
sociales del trabajador a través del histórico capitulo 14bis.
Reforma de 1994
Se convoca a elecciones de constituyentes, que se realizan en abril con un amplio triunfo del
justicialismo, aunque en la Capital Federal se impone una lista del Frente Amplio. La
Convención Constituyente se reúne el 25 de mayo en la ciudad de Santa Fe, con la
presidencia del senador Eduardo Menem. Durante dos meses se llevan a cabo amplios
debates y, finalmente, se aprueba el texto de la nueva carta magna, que es jurada por los
convencionales el 24 de agosto en el Palacio San José, antigua residencia del general Justo
José de Urquiza, ubicada en Entre Ríos.
en el artículo 75, inciso 22, tienen, desde ahora, jerarquía constitucional. Los ciudadanos
tienen derecho de iniciativa para presentar proyectos de la ley en la Cámara de Diputados
(articulo 39).
La ciudadanía podrá ser consultada por el Congreso o el Presidente de la Nación,
católica para ser presidente, porque lo contrario significaba una violación al principio
Otros.
provincias, que se venía practicando en el país desde hacía largo tiempo, adquieren
reconocimiento constitucional. La necesidad del pacto fiscal entre una y otras radica en que la
mayoría de las provincias carecen de riqueza suficiente que se pueda gravar: una razón
básica de solidaridad hace necesario formar un fondo común que luego se reparte entre
todos. El criterio de reparto previsto en la constitución aspira a ser más equitativo que el que
rige actualmente, sometido a proporciones fijas (artículo 75, inciso 2
A las provincias les corresponde el dominio originario de los recursos naturales
Conclusión General:
La reforma de 1949 fue dejada sin efecto por la Convención de 1957, en razón de no haberse
cumplido con la exigencia constitucional de que la necesidad de reforma sea declarada por el
voto de los dos tercios de la totalidad de los miembros del Congreso.
La Constitución Argentina volvió a ser reformada en 1957 -sin intervención del Congreso,
durante un gobierno de facto y hallándose proscrito el Peronismo- para incorporar los
derechos sociales del trabajador a través del articulo 14 bis. Y en 1994 para permitir la
reelección del Presidente, pero, al mismo tiempo, para fortalecer el federalismo e incrementar
la participación de la sociedad en la defensa de sus derechos.
Constitución de 1853[editar]
La Constitución tenía un preámbulo y dos grandes partes, la primera dedicada a los derechos
y garantías y la segunda dedicada a la organización del gobierno. El texto estaba redactado
en 107 artículos.
El preámbulo, sin valor normativo, adoptó la fórmula inicial del famoso «nosotros, el
pueblo» de la constitución estadounidense pero modificada como «nos, los representantes del
pueblo» para subrayar la naturaleza exclusivamente representativa del sistema adoptado.
Declara también que la constitución es «para todos los hombres del mundo que quieran
habitar en el suelo argentino».
La segunda parte (gobierno) regula la organización de los tres poderes federales (ejecutivo,
legislativo y judicial) y los gobiernos provinciales, según la
forma representativa, republicana y federal (federalismo atenuado). Organizó un poder
ejecutivo fuerte (presidencialismo), con facultades para intervenir las provincias, declarar
elestado de sitio, designar a los jueces, etc. El poder legislativo es bicameral con facultades
para sancionar loscódigos principales. El poder judicial está organizado sobre la base del
juicio por jurados, pero nunca fue cumplido. El sistema electoral no establecía el sufragio
secreto ni universal (prohibía el sufragio femenino).
Reforma de 1860[editar]
Cuando la Provincia de Buenos Aires se incorporó a la Confederación, luego de firmar el Pacto
de San José de Flores, se realizó una Convención provincial, la cual sugirió diversas reformas
a la Constitución. Estas reformas variaban desde las cosméticas (eliminación de frases como
“ejecuciones a lanza y cuchillo”, y reemplazo de la palabra Confederación para poder llamarse
Nación) a otras más importantes (eliminación del requisito de aprobación por el Congreso para
la entrada en vigencia de las constituciones provinciales). Ese mismo año, una Convención
Reformadora en Santa Fe aprobó estas reformas sugeridas, dando paso así a la reunificación
nacional. A su vez, limitó los derechos de exportación.
Reforma de 1866[editar]
En el año 1866, debido al marcado aumento de los gastos nacionales generados por
la Guerra de la Triple Alianza, se reformó la Constitución en el sentido de garantizar que los
impuestos de importación y de exportación fueran exclusivamente de propiedad del Estado
Nacional. (Artículo 4: se elimina el vencimiento de los recursos aduaneros, queda igual a la
constitución de 1853; artículo 64, inciso primero)
Reforma de 1898[editar]
Hacia fines del s. XIX, se hizo evidente que el crecimiento de las actividades del gobierno
desbordaba las instituciones previstas en la Constitución. Por eso, en 1898 se reunió una
Convención en Buenos Aires que aprobó, entre otras menores, estas reformas:
Reforma de 1949[editar]
Ejemplar de la Constitución Nacional exhibida en el Museo del Bicentenario.
La necesidad de incorporar nuevos derechos sociales y las nuevas funciones del Estado
fueron los argumentos básicos que motivaron esta reforma constitucional.
Fueron incorporadas numerosas cláusulas sociales, tales como los derechos de la ancianidad,
los derechos del niño, derechos de la mujer, derecho laboral con fuerte protección de
los trabajadores, el hábeas corpus las mismas estaban contenidas en el art. 37 (posterior art
14 bis incorporado por el gobierno del 56). Esta reforma constitucional fue promovida por el
gobierno de Juan Domingo Perón. La modificación incorporó en sus artículos los derechos de
segunda generación (laborales y sociales), reconoció la igualdad jurídica del hombre y la
mujer, incorporó la función social de la propiedad, estableció la autonomía universitaria, los
derechos de la niñez y la ancianidad, entre otras normas. También posibilitó que el presidente
pudiera ser reelegido indefinidamente, y dispuso su elección y la de los diputados y senadores
por voto directo.
Esta reforma fue declarada nula por la dictadura en 1956; la razón aducida fue que la
Asamblea Constituyente reunida al efecto se había autoproclamado soberana e incursionado
en modificaciones que no habían sido aprobadas previamente por la Asamblea Legislativa.
Este argumento se debe a que la Constitución Argentina es considerada [¿quién?] "dura", y las
modificaciones que se le hagan sólo pueden versar sobre los artículos previamente aprobados
de la Asamblea que le da origen. En efecto, el llamado a Convención Constituyente era para
incorporar derechos sociales, y la misma luego modificó varios artículos no incluidos en el
mismo llamado, especialmente la reelección del presidente y vice.5
Reforma de 1957[editar]
Artículo principal: Reforma constitucional argentina de 1957
En 1957 el gobierno militar encabezado por los militares Aramburu y el Almirante Isaac F.
Rojas de la llamadaRevolución Libertadora convocó a elecciones de convencionales
constituyentes para convalidar la derogación de las reformas de 1949 y realizar,
eventualmente, nuevas reformas constitucionales. El gobierno militar prohibió la presentación
de candidatos peronistas, pero sus simpatizantes respondieron votando masivamente en
blanco y obteniendo la mayoría, hecho que afectó fuertemente la legitimidad de la Convención
Constituyente. Por su parte la Unión Cívica Radical se fragmentó en dos
partidos, UCRI y UCRP, el primero opuesto a la reforma y el segundo partidario de la misma.
un organismo especial para realizar el juicio político a los jueces integrado por
miembros del Poder Judicial, del Poder Legislativo y de los abogados.
Las elecciones de 1973 y las autoridades democráticas surgidas de ellas se regularon por
esta reforma. El Estatuto establecía que el mismo regiría hasta el 24 de mayo de 1981, fecha
en que automáticamente quedó sin vigencia. Notoriamente, casi la totalidad de los cambios
vigentes entonces fueron incorporados a la Constitución en la reforma de 1994.
Según la letra de este artículo, el Estatuto debía regir hasta el 24 de mayo de 1981, salvo que
una convención constituyente resolviera acerca del mismo antes del 25 de agosto de 1976,
cosa que no sucedió. El Estatuto rigió las elecciones de marzo y septiembre de 1973. De
hecho, en la Capital Federal la elección del senador se realizó en segunda vuelta, por
aplicación del balotaje establecido por el Estatuto. La institucionalidad política entre 1973 y
1976 se rigió por el marco constitucional establecido por el Estatuto: unificación de todos los
mandatos en cuatro años sin renovación bianual de los diputados y tres senadores por
provincia. En la doctrina y la historia constitucional argentina se discute cuál fue la vigencia
exacta del Estatuto Fundamental de 1972, sin que haya dudas de que el mismo no pudo regir
más allá del 24 de mayo de 1981. La mayor parte de sus normas fueron incorporadas a la
Constitución por la reforma constitucional de 1994.
La junta militar dictó una serie de instrumentos normativos de tipo constitucional, a saber:
La Constitución de 1853, con las reformas de 1860, 1866, 1898, 1957 y 1972, quedó
formalmente vigente, pero subordinada a esos cuatro instrumentos supralegales. De todos
esos instrumentos, el propio poder militar consideró que tenían jerarquía suprema "los
objetivos básicos del Proceso" (art. 14, Estatuto el Proceso de Reorganización Nacional).
Reforma de 1994[editar]
Artículo principal: Reforma constitucional argentina de 1994
Producto del llamado “Pacto de Olivos” (noviembre de 1993) entre los líderes
políticos del Partido Justicialista, Carlos Saúl Menem en ejercicio de la
presidencia nacional y el ex presidente radical Raúl Alfonsín, con el objetivo
de lograr la reelección presidencial de Carlos Menem, que el texto
constitucional prohibía.
Mientras Menem salía favorecido con la reforma del sistema de reelección,
que se permitiría por única vez, siendo cada período presidencial de cuatro
años (anteriormente era de seis) el radicalismo logró incluir dentro de los
derechos humanos, los de tercera generación, bajo la denominación de
Nuevos derechos y garantías, incorporados en los arts. 36 a 43 en el
Capítulo Segundo de la Primera Parte. La garantía de vigencia de la
constitución aún en casos de golpes de estado, la consagración del sufragio
universal, igual, secreto y obligatorio, la igualdad de oportunidades para
ambos sexos, en materia política, la consagración de los partidos políticos
como una necesidad de la democracia, las posibilidad para los ciudadanos
de presentar, reuniendo ciertos requisitos, proyectos de ley, la posibilidad de
efectuar consulta popular sobre un proyecto de ley, por parte del Congreso,
la posibilidad de gozar de un ambiente sano, los derechos del consumidor, y
las garantías constitucionales para el ejercicio de esos derechos, reflejan
una adecuación del texto constitucional a las necesidades de la época.
Entre de las anteriores reformas, se produjo la incorporación del ballotage o
segunda vuelta, el fortalecimiento del federalismo al lograr mayor equilibrio
entre los poderes del estado, creándose en su consecuencia, la Jefatura de
Gabinete, el Consejo de la Magistratura y el Ministerio Público. Se organizó,
además, la autonomía de la ciudad de Buenos Aires.
La Constitución actualmente vigente consta de un Preámbulo, una Primera
Parte, dividida en dos Capítulos: Declaraciones, derechos y garantías (arts.
1-35) y Nuevos derechos y garantías (arts. 36-43). Una Segunda parte
titulada Autoridades de la Nación, consta de un Título Primero llamado
Gogierno federal, formado de tres secciones dedicadas a cada uno de los
poderes del estado (Poder Legislativo, arts. 44-86, Ejecutivo, arts. 87-107, y
Judicial, arts. 108-119). La sección cuarta denominada Del ministerio
público consta de un artículo, el 120. El título Segundo se llama Gobiernos
de provincia y sus artículos están entre el 121 y el 129. Finalmente las
diposiciones transitorias, se enumeran en un número de 17.
Argentina
Este artículo es una parte de la serie:
Texto de la Constitución
Preámbulo
Constitución de 1853
Reformas constitucionales
Reforma de 1860
Reforma de 1866
Reforma de 1898
Reforma de 1949
Reforma de 1957
Reforma de 1972
Reforma de 1994
Otros países · Portal de Derecho
La Constitución argentina de 1853 fue la primera constituciónque rigió en la mayor parte del
territorio de la actual República Argentina. Fue aprobada con el apoyo general de los
gobiernosprovinciales, con la importante excepción del Estado de Buenos Aires, que se
mantuvo separado de hecho de la Confederación Argentina hasta 1859. Fue sancionada por
una convención constituyente, reunida en Santa Fe, y promulgada el 1 de
mayode 1853 por Justo José de Urquiza, a la sazón director provisional de la Confederación
Argentina.
Sometida a varias reformas de diferente envergadura, la Constitución de 1853 es, en lo
substancial, la base delordenamiento jurídico vigente en la Argentina. Está estrechamente
inspirada en los principios del liberalismo clásicopresentes en la jurisprudencia y la doctrina
política delfederalismo estadounidense; a similitud de este, estableció un
sistema republicano de división de poderes, un importante grado de autonomía para
las provincias y un poder federal con unejecutivo fuerte, pero limitado por un congreso
bicameral, con el objetivo de equilibrar la representación poblacional con la equidad entre
provincias.
El modelo, elaborado por los convencionales a partir de los ensayos precedentes de orden
constitucional y de la obra pionera de Juan Bautista Alberdi, ha sido objeto de reiteradas
críticas: se ha objetado al mecanismo elegido para la dinámica federal y se ha afirmado que
careció de verdadera efectividad, al intentar imponer un modelo íntegramente basado en
experiencias extranjeras a una Argentina cuya peculiaridad histórica la hacía muy distinta de
las colonias británicas en Norteamérica. Sin embargo, la importancia histórica del proyecto
constitucional ha sido incuestionable, y virtualmente todas las disputas acerca de la práctica y
la teoría políticas en la Argentina moderna han incluido una toma de partido acerca de las que
subyacieron a la Constitución de 1853.
Basándose en la Constitución se formó el primer gobierno nacional que tuvo autoridad sobre
casi todas las provincias en más de treinta años, desde la Anarquía del Año XX. En 1860, tras
su derrota en la Batalla de Cepeda, la firma del Pacto de San José de Flores y la aprobación
de ciertas modificaciones en el texto constitucional, Buenos Aires se reincorporó a la que pasó
a llamarse Nación Argentina. Este proceso llevaría a la gradual finalización del ciclo de
las guerras civiles argentinas, que puede considerarse terminado hacia 1880; el período que
separa esta fecha de la sanción de la Constitución se llama comúnmente la Organización
Nacional.
Para la Generación del 80, los fijadores de las primeras convenciones liberales sobre
la historiografía del país, la Constitución representó un acto verdaderamente fundacional,
rompiendo con el largo gobierno de Juan Manuel de Rosas; de ella rescataban sobre todo el
haber establecido un régimen político liberal a la europea, aunque en el momento de su firma
algunos de los más importantes representantes del liberalismo autóctono se opusieran a ella
tenazmente. Para los radicales, un partido liberal nacido a fines del siglo XIX, la Constitución
representó un ideal político incumplido, y la enarbolaron para oponerse a los gobernantes
conservadores de la Generación del 80, quienes se perpetuaban en el poder mediante
el fraude electoral. A su vez, para los movimientos nacionalistas del siglo XX, que criticaron las
convenciones liberales y rescataron la figura de Rosas, la Constitución había representado la
abrogación de la identidad nacional en aras de un liberalismo ruinoso. En sus diversos frentes,
la cuestión sigue abierta, y ha inspirado varias de las más importantes obras acerca del
pensamiento argentino.
El documento original de la Constitución Nacional de 1853 se encuentra inserto en el Gran
Libro de Acuerdos, Leyes y Decretos del Congreso General Constituyente, el cual está
expuesto desde el año 2005 en un templete en el Salón Azul del Palacio del Congreso, junto
con la Constitución de 1994 y los pactos preexistentes.1
Índice
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1Antecedentes
2Los constituyentes
4La Constitución
o 4.1Preámbulo
4.3.1.2El Senado
6Referencias
7Bibliografía
8Enlaces externos
Antecedentes[editar]
La obra maestra de Alberdi fue y sigue siendo reiteradamente sintetizada bajo el lema
de «gobernar es poblar». La frase está tomada del Capítulo XXXI y estaba directamente
referido a la escasa población que por entonces habitaba la Argentina, mucho menor que la
que habitaba por entonces en Chile, Bolivia o Perú.
Años después, él mismo se encargaría de precisar el significado de ese lema para cuestionar
la inmigración de italianos y españoles que habían empezado a predominar ampliamente
entre los extranjeros que se radicaban en el país.
Gobernar es poblar en el sentido que poblar es educar, mejorar, civilizar, enriquecer y engrandecer
espontánea y rápidamente, como ha sucedido en los Estados Unidos. Mas para civilizar por medio de la
población es preciso hacerlo con poblaciones civilizadas; para educar a nuestra América en la libertad y
en la industria es preciso poblarla con poblaciones de la Europa más adelantada en libertad y en
industria... hay extranjeros y extranjeros; y que si Europa es la tierra más civilizada del orbe, hay en
Europa y en el corazón de sus brillantes capitales mismas, más millones de salvajes que en toda la
América del Sud. Todo lo que es civilizado es europeo, al menos de origen, pero no todo lo europeo es
civilizado; y se concibe perfectamente la hipótesis de un país nuevo poblado con europeos más
ignorantes en industria y libertad que las hordas de la Pampa o del Chaco. 3
Alberdi aborda la cuestión crucial de la inmigración capítulo XV, no solo para «poblar» el país,
sino para reconfigurar radicalmente la mano de obra:
Haced pasar el roto, el gaucho, el cholo, unidad elemental de nuestras masas populares, por todas las
transformaciones del mejor sistema de instrucción; en cien años no haréis de él un obrero inglés. 7
Sin embargo Alberdi subraya una y otra vez que la población argentina debe configurarse
básicamente comoanglo-sajona:
Con tres millones de indígenas, cristianos y católicos, no realizaríais la república ciertamente. No la
realizaríais tampoco con cuatro millones de españoles peninsulares, porque el español puro es incapaz
de realizarla allá o acá. Si hemos de componer nuestra población para nuestro sistema de gobierno, si
ha de sernos más posible hacer la población para el sistema proclamado que el sistema para la
población, es necesario fomentar en nuestro suelo la población anglo-sajona. Ella está identificada con
el vapor, el comercio y la libertad, y no será imposible radicar estas cosas entre nosotros sin la
cooperación activa de esa raza de progreso y de civilización.
Alberdi repasa en la Bases, una a una las bases que precisaba el país para constituirse no
solo jurídicamente, sino sobre todo materialmente. En capítulos sucesivos 8 recorre las leyes
principales que deberían ser sancionadas, la formación de un aparato estatal federal por
encima del poder de las provincias adoptando unfederalismo atenuado:
Una provincia en sí es la impotencia misma, y nada hará jamás que no sea provincial, es decir,
pequeño, obscuro, miserable, provincial, en fin, aunque la provincia se apellide Estado. Sólo es grande
lo que es nacional o federal...Caminos de fierro, canales, puentes, grandes mejoras materiales,
empresas de colonización, son cosas superiores a la capacidad de cualquier provincia aislada, por rica
que sea. Esas obras piden millones; y esta cifra es desconocida en el vocabulario provincial. 9
El control personal de los asuntos por Urquiza duró hasta septiembre, cuando éste partió a
Santa Fe para las sesiones de la Convención Constituyente, junto con los diputados
electos Salvador María del Carrily Eduardo Lahitte, dejando al general José Miguel
Galán como gobernador provisorio. Tres días más tarde, el 11 de septiembre, Mitre, Alsina
y Lorenzo Torres se alzaron contra las tropas de Galán y restauraron la Legislatura. El 22 del
mismo mes revocarían su adhesión al acuerdo, rechazarían la autoridad de Urquiza y
enviarían al generalJosé María Paz para intentar extender la revuelta al interior; no lo lograron,
pero el amplio apoyo con que contaban hizo desistir a Urquiza de su intención de reprimir la
revuelta, e intentó negociar con los sublevados, enviando a Federico Báez para tratar con
ellos.
Los porteños retiraron sus diputados de la Asamblea, e instaron a las provincias a hacer lo
propio. Frente a la negativa de los gobiernos provinciales, Alsina y Mitre prepararon fuerzas
para atacar Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, con el objeto de debilitar la posición de Urquiza y
cuestionar su legitimidad. El 21 de noviembre un ejército a las órdenes de Juan
Madariaga intentó tomar por asalto la ciudad de Concepción del Uruguay, pero fue rechazado
por la guarnición encabezada por Ricardo López Jordán, que notificó a Urquiza de la
situación; el fracaso de Madariaga desbarató el intento de Paz de avanzar sobre Santa Fe, y
la intención de Mitre de ganar para su causa al correntino Pujol para atacar Entre Ríos se vio
frustrada por la adhesión de éste a Urquiza. Sin los representantes porteños, pero con el
acuerdo de las provincias, la Convención comenzó a sesionar en noviembre de 1852.
Los constituyentes[editar]
El tratado de San Nicolás fijaba el principio de representación igualitaria para cada una de las
provincias de la Confederación, enviando cada una dos diputados. Éste fue uno de los puntos
de ruptura con Buenos Aires, la más populosa de las provincias, que pretendía la aplicación
de la proporcionalidad por habitantes; de aplicarse este criterio, Buenos Aires hubiera contado
con 18 constituyentes, y se hubiera necesitado la casi unanimidad en su contra para oponerle
exitosamente las pretensiones del interior. Los pactantes de San Nicolás, sin embargo, habían
preferido dar igual peso a los criterios del marginado interior.
Las diferencias provinciales dieron lugar a constituyentes de extracción muy variada; varios de
ellos no pertenecían a la profesión legal, habiendo militares, religiosos y literatos. Algunos se
habían exiliado durante el gobierno de Rosas, mientras que otros habían mantenido actividad
política durante este período. Las diferencias se expresarían en los principales diferendos
acerca del diseño constitucional, que radicarían sobre todo en la cuestión religiosa y en la
actitud a tomar frente al problema porteño.
Tras el retiro de los diputados porteños, Salvador María del Carril y Eduardo Lahitte, siguiendo
órdenes de los insurrectos porteños, la composición de la Convención quedó conformada por:
La Constitución[editar]
Dicho Preámbulo tiene valor interpretativo para la doctrina constitucional argentina. Como
se ha dicho, hace referencia a los fines perseguidos por el Estado Federal. No hay que
desconocer que también es una manifestación de fe en el pueblo, a quien se reconoce ser
fuente del poder constituyente: "...los representantes del pueblo de la Confederación
Argentina". Se reconoce la preexistencia histórica de las provincias argentinas, principales
organizadoras del régimen federal.
Son seis los fines que persigue el Estado Federal según el Preámbulo, a saber:
Autores posteriores, algunos de ellos próximos al revisionismo, han señalado sin embargo
que al aceptar la oposición en sus términos generales, el revisionismo perdió la
oportunidad de revaluar la oposición en la que ésta se basa: la liberal burguesía porteña y
de las capitales provinciales por un lado, y la semiiletrada población rural y mediterránea
por el otro.10 Los doctores unitarios —Rivadavia, Echeverría, Alberdi— representarían la
primera opción, de cuyas plumas habría fluido la Constitución; los caudillos federales —
Quiroga, Güemes, Rosas— la otra, renuente a fijar desde arriba y de una vez para
siempre los lineamientos políticos.
Para estos autores, la alternativa refleja uno de los clivajes efectivamente existentes en la
política argentina del momento: aquel que separaba a las clases ilustradas, formadas en
los principios del derecho teórico en la milenaria tradición europea, de los más
pragmáticos líderes provinciales, hombres de acción más que de teoría. Dado el clima
intelectual del momento, en el que el ideologismo de los revolucionarios franceses había
dado paso al positivismo iluminista, era natural que el pensamiento de los primeros se
inclinase por la defensa de un orden liberal, en el que la abolición de los límites históricos
y tradicionales diese paso a una nueva era de cooperación entre los pueblos. 11 La libertad
de mercado daría lugar a la especialización de los países en sus áreas de ventaja
comparativa, dando como resultado la común mejora. La traducción que hacen los
revisionistas de esta postura a términos de interés personal directo —la burguesía
ilustrada era a la vez la poseedora del capital mercantil porteño, que lucraba directamente
con la importación de bienes; en no pocos casos, la mano visible de los cónsules y
encargados de negocios británicos colaboraba con la invisible del mercado, estableciendo
tratados y ofreciendo apoyos a los elementos políticamente más favorables a los intereses
comerciales de los súbditos de Su Majestad Británica— resulta en esta óptica veraz, pero
ingenua. Las interpretaciones marxistas —que, aunque centradas en explicar la lógica de
los acontecimientos más que la de las individualidades, no han desdeñado tampoco ese
criterio12 — dejan también de lado numerosos aspectos.
Para comprender las facciones que convinieron en la fijación de la Constitución del '53 se
ha hecho distinguido, por el contrario, dos aspectos que la historiografía convencional
fundió en la dicotomía entre federales y unitarios. Por un lado, reconocer que la clase
pudiente tenía varias facciones en inestable equilibrio: la burguesía comercial del puerto,
la burguesía ganadera del litoral, las pequeñas capas burguesas de las ciudades del
interior mediterráneo; por otro, comprender que el proceso de integración en la economía
y la cultura mundial —pues ya entonces, 150 años antes del auge del término, los
problemas de estado tenían ya la óptica de la globalización, en virtud de la expansión del
mercado mundial de las potencias industriales europeas— no implicaba necesariamente,
como efectivamente lo hizo en la historia argentina, el abandono de la producción interior,
y que la por lo tanto la modernización del país podía acometerse sin la pérdida de la
identidad nacional. Aún si el ideal de la Constitución del '53, y de los escritos alberdianos
que le dieron origen, dependió en buena medida del proyecto de integrar la Argentina a
los procesos mundiales, el compromiso con el liberalismo económico no estaba
necesariamente codificado en estos.13
El objetivo expreso del proyecto constitucional, como el de otros proyectos políticos
expuestos poco antes y después, era el de modernizar la nación; lo que, en
un Estado naciente, quería decir poco más o menos crearla.14 Buena parte de los
pensadores nacionales consideraron que el proyecto de modernización imponía una
ruptura más o menos total con el pasado colonial hispánico; desde Esteban
Echeverría hasta Sarmiento y lageneración del '80, la búsqueda de la inserción argentina
en el mundo moderno pasaba por la importación de teorías, prácticas y aún pueblos. Una
ruptura así, sin embargo, exigía un determinado tipo de condiciones y disposiciones; la
complementación con los mercados europeos beneficiaría a los comerciantes portuarios y
a las clases superiores, capaces de consumir los bienes materiales y simbólicos de lujo
que este comercio aportaba, pero en detrimento de las clases rurales o subordinadas, a
las que se desplazó de sus medios de vida y del entramado productivo en el que se
situaban.15 Conscientes de ello, los líderes más opuestos al programa rivadaviano
concibieron la tarea de formación del Estado como una "restauración" del estado que las
reformas rivadavianas habían roto:16 de ahí el título de Rosas de Restaurador de las
Leyes, que apuntaba no a las leyes positivas del derecho de Indias, sino a la ley de
gentes de las tradiciones nacionales. El problema de esta óptica fue la imposibilidad,
durante el largo período rosista, de desarrollar efectivamente el Estado nacional; la
recuperación del orden, que en los años anteriores a éste se había desguazado en las
contiendas sucesivas de los caudillos en pugna contra la hegemonía de la nueva
metrópoli porteña, se había logrado al coste de la paralización del proceso de
estatalización.
Cuando la sanción de la Constitución rompió con esta fase, buscando introducir el nuevo
sistema de gobierno, la cuestión volvió a plantearse en toda su agudeza. La posición de
Buenos Aires resultó clara desde un principio: rica sobre todo por sus ingresos aduaneros,
y con su principal clase productiva, la burguesía saladerista, comprometida también con el
intercambio mercantil con Europa, tendió a inclinar la balanza hacia la apertura irrestricta.
El compromiso federal de las provincias permitía augurar un fin diferente, aún con la
adopción de un régimen de gobierno basado fundamentalmente en ideas foráneas. El
declive definitivo del ideal federal no vendría de la Constitución, sino de la claudicación, en
la batalla de Pavón, de las fuerzas del litoral mesopotámico, cuyos máximos líderes
prefirieron sumarse a los intereses comerciales —siendo ellos mismos grandes
estancieros— antes que defender la formación de un mercado interno de consumo.
Alberdi, al que los revisionistas consideran por lo general un liberal, y por lo tanto un
enemigo de la patria, criticó duramente desde el exilio a Urquiza, que dejó en manos de
los porteños la estructura nacional, y a Mitre, que la usufructuó en los años de guerra de
policía contra las provincias; en esta acción, triunfó el liberalismo a ultranza de la capital
sobre el liberalismo integracionista de las provincias litorales.17 La política mitrista
eliminaría la posibilidad de resistencia de las provincias, haciendo del intento de Alberdi,
Andrade o José Hernández de garantizar la unión un imposible; cuando, bajo Julio
Argentino Roca, la Argentina unificada se hizo realidad, fue a costa de la desaparición
virtual del tejido social de las provincias y de su capacidad productiva. La forma federal de
la Constitución fue, durante los años de la Argentina moderna, simplemente la coalición de
las clases ilustradas de todo el país; no sería hasta que la inmigración masiva produjese
sus efectos. En ese tiempo, Argentina llegó a ser el primer destino del mundo de
inmigrantes europeos los cuales por dificultades de inserción muchas veces guardaban
recelos con la población local lo que movilizó a importantes enfrentamientos que
destruyeron finalmente la vigencia de aquella Constitución de 1853.