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- Los historiadores de la moral afirman que las acciones no egoístas, al resultar útiles
para sus beneficiarios, hubiesen sido valoradas como buenas y este origen se habría
olvidado.
- Pero no sólo es insostenible que quienes no estaban en situación de imponer nada (los
pasivos y receptores de acciones) fuesen los responsables de imponer una valoración
a una acción o actitud.
- También es imposible de aceptar otra explicación de estos historiadores: que este
origen basado en la utilidad, se ha olvidado. Si este fuese su origen el olvido habría
sido imposible. Sería un hecho incompatible con la estructura psicológica del hombre.
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- Nietzsche afirma que el camino correcto hacia el verdadero origen de las
valoraciones morales está en la investigación filológica. Según él, en la etimología de
bueno y malo se encuentra en todas las lenguas el mismo rastro: bueno está ligado a
‘aristocrático’, ‘superior’ y malo lo está a ‘plebeyo’, ‘vulgar’, ‘simple’.
- El prejuicio democrático del igualitarismo rechaza que algo pueda tener origen en la
jerarquía y en la diferencia, por eso recurre a la utilidad de las acciones de unos sobre
DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA. IES VICTORIO MACHO.
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- La culminación de ese odio a la vida que representa la rebelión de los esclavos al
imponer su moral, el resultado más puro, es el amor cristiano. El amor universal de
Jesús de Nazaret, incluso hacia quienes le torturan e insultan, procede del odio. El
imperativo de no defenderse, no resistir, alberga la esperanza secreta de la venganza a
través de un dios fabricado a la medida de su debilidad. Al castigar Dios son ellos los
que castigan todo aquello que odian, satisfaciendo así su deseo de venganza
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- La moral triunfante es la de los esclavos, que no soporta la jerarquía y la desigualdad,
que considera la discriminación como lo más abominable y el mal del mundo
democrático. Los “señores” están liquidados: la moral del hombre vulgar ha vencido.
NOTA: La dureza del lenguaje que emplea Nietzsche ha sido la causante de muchos
malentendidos e interpretaciones erróneas, al atribuirle un pensamiento concordante con el
antisemitismo creciente en la Alemania de su época y en las décadas siguientes. Lo cierto es
que él no era ningún antisemita y los ataques al judaísmo son referidos al cristianismo,
entendido como su culminación. Uno de sus mayores propagandistas fue el judío danés Georg
Brandes, amigo de Nietzsche y seguidor de su pensamiento. Por lo demás, su expresión es
bravucona y provocadora y siempre fue enemigo de los antisemitas. Una lectura extensa de
sus obras (sobre todo en los Fragmentos Póstumos) permite encontrar numerosas referencias
elogiosas y de admiración hacia los judíos. Una parte de la enemistad con su hermana
Elisabeth se debió a la implicación de ella y su marido en el movimiento antisemita alemán.