Sunteți pe pagina 1din 11

TEMA 1.

- FONÉTICA HISTÓRICA Y FONOLOGÍA DIACRÓNICA

1.- LA EVOLUCIÓN LINGÜÍSTICA

La evolución lingüística es el cambio constante, lento o rápido, al que está sometido una
lengua que se transmite de generación en generación como un legado social. En esta
evolución operan dos fuerzas contrarias:
o la fuerza cambiante e innovadora.
o la necesaria estabilidad de una lengua para cumplir su función comunicativa.
Por estas razones la evolución de la lengua es lenta.
La iniciación de un cambio lingüístico surge en principio en un hablante individual. Si esa
nueva realización choca con la norma de la comunidad lingüística, es claro el cambio en
ciernes, que la sociedad considera un “error”. Pero también puede ocurrir que ese cambio
incipiente no provoque reacción en la comunidad, sino que se integre en ella porque estaba
predispuesta a ese cambio. En este caso, el hablante innovador es un intérprete pasivo de un
cambio que estaba latente en la comunidad lingüística.

1.1. La lingüística histórica

Nace a principios del siglo XIX como el resultado de varios factores: estudio del sánscrito,
deseo de conocer las lenguas orientales e inspiración romántica de interés por el folklore, el
exotismo, la historia, etc.
Rask se da cuenta a principios de siglo del parentesco de las lenguas indoeuropeas, iniciando
así la lingüística comparativa.
Jakob Grimm es el creador del método histórico. Partiendo del indoeuropeo, estudia la
transformación que han sufrido sus sonidos y la situación actual a la que han llegado en el latín
y las lenguas latinas, por un lado y en el germánico y las lenguas germánicas, por otro.
A Humboldt debemos dos conceptos fundamentales:
o La “innere Sprachform” o forma lingüística interior, que es una parte constituyente del
alma humana y, como tal, debiera ser idéntica en todos los pueblos. “Sólo puede haber
variedad en los medios de realización y dentro de los límites que permite el alcance del
fin”.
o La lengua no es una entidad acabada, ergon, sino energeia, actividad.
Si el primer tercio del XIX se caracteriza por el comparatismo, en el segundo va a predominar
el historicismo, que explica la filiación de las lenguas y sus causas.
Diez une el comparatismo de Bopp con el método histórico de Grimm.
La publicación del Origen de las especies de Darwin influye en la concepción del devenir de
las lenguas. Se busca un paralelo entre la vida de una lengua y el mundo animal, con el
estudio de los cambios sufridos en la lengua, más que el estudio de su estado actual. La
fonética cobra una importancia desmesurada, pues se ve en ella un producto natural del
lenguaje humano, en detrimento de otros aspectos lingüísticos. De esta forma, para el
botánico darwinista Schleicher (indoeuropeísta), los cambios fonéticos siguen leyes fijas,
inmutables, como las de la naturaleza. Estas leyes son independientes de la conciencia
individual. Esta preocupación por las leyes que rigen la evolución del sonido dio lugar a la
idea de ley fonética que, en gran medida, caracteriza a los neogramáticos.
El último tercio del siglo se caracteriza por la filosofía positivista de Comte. En esta atmósfera
de optimismo científico, los estudios del lenguaje se hacen más sólidamente científicos y
surgen los neogramáticos. Estos se interesan cada vez más en la evolución de las lenguas y

Página 1 de 11
admiten que existen transformaciones regulares que siguen leyes tan estrictas como las físicas,
al margen de la voluntad humana. Mantienen dos principios básicos generales:
o Acusan el olvido de que el lenguaje es un producto humano que nace en la colectividad
de los hablantes y no una entidad puramente física. Por ello, las causas del cambio
deben buscarse en los propios hablantes.
o Dan prioridad al estudio de las lenguas actuales.
En esta época aparecen además disciplinas auxiliares como la geografía lingüística y la
fonética experimental.
Sus principios metodológicos son:
- Cualquier cambio del sonido, por realizarse de manera mecánica, se produce
conforme a unas leyes que no admiten excepciones.
- La creación de formas lingüísticas nuevas por medio de la analogía desempeña un
papel muy importante en la vida de las lenguas modernas. Esta analogía obedece a
causas piscológicas (asociación de ideas por parecidos en el significante o
significado).
Contra la rígida doctrina neogramática reaccionaron investigadores que pensaban que en los
fenómenos lingüísticos intervenían más causas. Entre ellos destacan:
- Los filósofos, para los que la lengua no es un mecanismo ciego, sino fenómeno
consciente que depende de la decisión humana.
- Los lingüistas de la antigua escuela comparatista (Schuchardt): las leyes fonéticas no
funcionan de un modo constante y universal. El lingüista sólo puede conocer el estado
de la lengua desde el momento en que los estilos individuales se han generalizado; las
transformaciones fonéticas son fluctuantes y casuales. Afirman la total ausencia de
leyes.
- Los fonetistas (Jespersen) realzan el papel de la significación en la evolución de la
lengua: el significado y el empleo de las palabras pueden dar lugar a diferencias en su
tratamiento fonético. La lengua es más un fenómeno social que biológico.
- Los estudios dialectales proporcionaron nuevos datos sobre la evolución de las lenguas.
Ascoli destaca el aspecto étnico del lenguaje y los dialectos añaden información sobre la
vida de una palabra.

1.2. La evolución fonética en el siglo XX

La fonética tradicional se caracterizaba por:


- Estudiar los sonidos aisladamente.
- No tener en cuenta el sistema al que pertenecen.
- No dar cuenta de los diferentes sistemas que constituyen la historia de una lengua.
- Buscar explicaciones a los cambios considerados aisladamente, basados en criterios
lingüísticos, sociolingüísticos, históricos, etc.
Para el empirismo de los neogramáticos, un sistema era una suma mecánica y no una unidad
formal.
El estructuralismo en principio se centra en el estudio sincrónico de una lengua, pero pronto
extiende sus preocupaciones al aspecto temporal. Los principios del Círculo Lingüístico de
Praga, que relaciona el método sincrónico con el diacrónico son:
a) Concepción de la lengua como sistema funcional: la lengua es producto de la actividad
humana y por ello tiene una finalidad. De esta forma, en el análisis lingüístico se debe
considerar la función. La lengua se define como un sistema de medios de expresión
apropiados a un fin.
b) Relaciones entre el método sincrónico y el diacrónico: para conocer la esencia y
carácter de una lengua debe hacerse un análisis sincrónico de los hechos actuales.

Página 2 de 11
Pero no se pueden colocar barreras infranqueables entre los métodos sincrónico y
diacrónico. Por un lado, los cambios lingüísticos apuntan frecuentemente al sistema,
su estabilización, reconstrucción, etc. El estudio diacrónico no excluye las nociones de
sistema y función; al contrario, las necesita para ser completo. Por otro lado, la
descripción sincrónica no puede excluir absolutamente la noción de evolución, pues
incluso en un sector considerado sincrónicamente existe la conciencia de diferentes
estadios (vías de desaparición, presente, en formación), así como la consideración de
arcaísmos y la distinción entre formas productivas y no productivas, que son hechos
diacrónicos.
c) Nuevas posibilidades de empleo del método comparativo: el estudio comparativo se
limitaba a los simples problemas genéticos, sobre todo a la investigación del
patrimonio común. Pero estos métodos deben utilizarse de una manera más amplia,
para permitir el descubrimiento de las leyes de estructura de los sistemas lingüísticos y
su evolución. Para este tipo de comparación se encuentran materiales no sólo en las
lenguas no emparentadas, sino también en las de una misma familia.
 Consecuencias de la comparación estructural de lenguas emparentadas: el
estudio comparativo destruye la idea de un carácter fortuito de la evolución
convergente y divergente. El estudio comparativo deja a un lado el método
estéril de la historia de los hechos aislados, pone de relieve las tendencias
fundamentales del desarrollo de una u otra lengua y permite utilizar con más
éxito el principio de la cronología relativa.
 Grupos territoriales: el descubrimiento de las tendencias de la evolución de
diferentes lenguas eslavas en diversas épocas suministra material para un
conjunto de cuestiones importantes relativas a las “uniones regionales”.
d) Leyes de encadenamiento de los hechos de evolución lingüística: en la lingüística
histórica se pasa desde la concepción de hechos producidos arbitrariamente a la noción
del encadenamiento según leyes de hechos evolutivos. Las consecuencias de ello son:
 Para la propagación de los hechos de lengua: incluso la propagación de hechos
de lengua que modifican el sistema lingüístico alcanzado no se efectúa
mecánicamente, sino que se determina por las disposiciones de los sujetos que
la reciben. Así pierde importancia la discusión sobre si el cambio se propaga a
partir de un foco común o de un hecho resultante de una evolución convergente.
 Para el problema de la dislocación de una “lengua común inicial”: hay unidad
de esta lengua en la medida en que los dialectos son capaces de desarrollar
cambios comunes. Es cuestión secundaria y auxiliar que tengan un punto de
partida en un foco único. En la lingüística aplicada, el criterio de la unidad de
lengua es proporcionado por la actitud de la colectividad hablante con respecto
a la lengua y no por caracteres lingüísticos objetivos.
Para Jakobson, la fonología se opone al método aislante de los neogramáticos en que
considera que “toda modificación debe ser tratada en función del sistema en el interior
del cual tiene lugar”. Así, la nueva corriente lingüística, en cuanto estructural, se
opone al atomismo de doctrinas precedentes y estudia los cambios de función de los
fonemas en su relación con el sistema y entre sí.
En cuanto al tiempo de desarrollo de un cambio, hay diferencias entre el sistema
fonológico y el fonético: el cambio fonético es muy largo, mientras que el fonológico
es momentáneo (producida la transformación de la función de un elemento fónico
significativo, se origina un nuevo sistema que puede coexistir durante algún tiempo
con el sistema anterior).

Página 3 de 11
2.- LAS CAUSAS DE LOS CAMBIOS LINGÜÍSTICOS

Las causas a las que obedecen los cambios lingüísticos pueden ser externas o internas. Las
primeras son efectos perturbadores del sistema que pueden originar un cambio fonológico o
no. Las segundas son reacciones que tienden a restablecer el equilibrio del sistema lingüístico.
Pero muchas veces es imposible determinar si hay prioridad de unas sobre otras.

2.1. Factores externos

a) Inherentes a la naturaleza humana


Cambios debidos a equivalencias acústicas, es decir, a un error auditivo consistente en la
interpretación de un fonema por otro de características similares. También pueden deberse a
necesidades de tipo fisiológico (por ejemplo, la desigualdad entre el espacio existente en la
parte anterior de la cavidad bucal y el posterior pudo producir el cambio del lat. /ū/ al
francés /ü/). También la energía articulatoria da origen a determinadas transformaciones: si es
débil o hay disfunción neuromuscular puede producirse apofonía, síncopa de vocales
inacentuadas, cierre de vocales átonas en sílaba inicial o su cierre o pérdida en posición final,
etc.; si es fuerte dará origen a consonantización de i y u en hiato, geminación, palatalización,
alargamiento de vocales, etc. Relacionado con esto se encuentra la conocida ley del menor
esfuerzo aplicada al lenguaje. A causa de este menor esfuerzo, se produce una pérdida de la
tensión articulatoria que origina un descontrol en la acción de los órganos articulatorios
(sonorización de las sordas seguidas de sonoras, asimilación…). Pero la ley del mínimo
esfuerzo tiene en contra la “ley del mayor esfuerzo, o mejor aún la necesidad de claridad, que
ordena todas las diferenciaciones y todos los refuerzos” (Grammont).

b) Factores sociolingüísticos
El más importante es el cambio de lugar geográfico de una lengua, que da origen al sustrato y
demás estratos lingüísticos, a los problemas de bilingüismo y a los de lenguas en contacto.

1.-La teoría de los estratos lingüísticos: según Jungemann “cuando en una comunidad
conquistadores introducen una nueva lengua que desplaza a la indígena en la población
nativa, ciertas modificaciones subsiguientes de la nueva lengua se deberán a la
perduración en ella de rasgos o hábitos del idioma vernáculo precedente. En tal caso, el
término sustrato se aplica a la población y al lenguaje indígenas”. Por ejemplo, cuando
el latín se impone en Hispania sobre las lenguas existentes, aparece el rasgo del paso de
f > h, que es difícil de explicar si no se piensa en la influencia de una lengua
prerromana. Muchos lingüistas sólo han estudiado el sustrato en la fonética, pero todos
los sectores de la lengua sufren esta influencia. Pero, ¿cómo explicar que la lengua
desaparecida pueda ejercer su influencia en algunos fenómenos al cabo de los siglos?
Para unos se debe a reacciones étnicas o predisposiciones orales, especialmente
fonéticas, que se pueden heredar y reaparecen a distancia de muchas generaciones.
Pero varias han sido las críticas a esta teoría: por un lado, se afirma que los rasgos
lingüísticos puestos en juego para la teoría del sustrato pertenecen a una época tan
remota que es prácticamente imposible saber algo de ellos. Otros (Lübke) la admiten
sólo cuando las pruebas son plenamente convincentes, pero las innovaciones debidas al
sustrato no se comprueban inmediatamente después de desaparecida la lengua de
sustrato. En cualquier caso, las cuestiones del sustrato son muy complejas y hay que
tratarlas con mucho cuidado.
La única posibilidad de salvar esta teoría es a través del estado latente activo, teoría de
Menéndez Pidal: “ en vez de una tendencia hereditaria diferida, o fuerza latente inactiva

Página 4 de 11
que resurge a larga distancia, pensemos en una tendencia latente activa, operando
lentamente, oculta durante varios siglos en que esa tendencia coexista con la dominante
que es la única manifiesta” Para él, el sustrato actúa y se impone en un pequeño grupo
regional que, poco a poco, bien por su prestigio político o bien por el cultural, lo difunde
y generaliza. Tal es el caso del paso de f- > h-. Esta difusión se realiza muy lentamente
y coexistiendo con la otra forma. La evolución fonética es multisecular pues es falsa la
idea que hoy suele dominar en la cronología lingüística, cuando se pretende seriar
simplistamente las varias etapas una tras otra, como reinados que suceden sin
entremezclarse.
El concepto sustratístico se amplió con el término superestrato (von Wartburg):
influencia que ejerce la lengua de un pueblo dominante sobre la del dominado, con la
particularidad que la lengua del primero desaparece adoptando la del segundo, pero
influyendo en la evolución posterior del dominado. Otro término es adstrato “el influjo
entre dos lenguas que habiendo convivido un tiempo en un mismo territorio, luego viven
en territorios vecinos, como en el caso del vasco, antiguo sustrato y hoy adstrato del
castellano” (Valkhoff).

2.-Motivación social del cambio lingüístico: para los estructuralistas saussereanos, el


estudio del cambio lingüístico debe dar prioridad a los hechos lingüísticos. Es el
sistema, su mecanismo interno según las leyes estructurales, el que rige el cambio
lingüístico. Todo lo demás es externo. A pesar del carácter social de la lengua, esta
individualidad se explica por el carácter arbitrario del signo, lo que confiere a la lengua
un carácter de institución pura, es decir, está regida por un sistema interno, inmanente.
Sin embargo, surge una corriente que se acerca al cambio lingüístico considerando el
status y el desarrollo social (marxistas, Weinreich, y algunos estudiosos en el mundo
hispánico). En todos estos estudios se intenta ver el proceso del cambio lingüístico
comparando el comportamiento lingüístico y las características sociales. Sin embargo,
la lengua seguirá siendo independiente por más que la sociedad pueda condicionarla.
Las motivaciones sociales actúan muy lentamente. Para Labov, el valor social tiene
importancia sólo cuando aparecen las variantes. Entonces, si un cierto grupo usa una
variante, los valores sociales de ese grupo se le dan también a la variante. Así, los
factores sociales dan fuerza e ímpetu a la evolución lingüística en su proceso interno. El
hecho de que la lengua cambia es innegable y en este cambio inciden: las leyes internas
en constante proceso de equilibrio, el contacto con otras lenguas, la masa cambiante de
ideología, ciencia y técnica que crea nuevas necesidades expresivas y los movimientos y
cambios sociales. Son estos últimos los que ahora nos ocupan.

3.- Las fuerzas sociales, el individuo, las variantes y la nivelación: el individuo se


define por unos ciertos rasgos sociales (edad, sexo, profesión, instrucción…) que
condicionan su lenguaje. Pero también hay otra serie de condicionamientos unilaterales
de la sociedad al individuo: de la comunidad inmediata (familia, gremio) y de los
grupos especiales (Estado, Iglesia). La transmisión de una innovación comienza en el
individuo y se propaga hacia el habla local, la norma regional y el sistema común 1.
Para Labov existen dos fuerzas del cambio:
- Una presión desde debajo de la conciencia social (de la clase baja a todo el
sistema).
- Una presión desde arriba de la conciencia social (de la clase alta a los demás
sectores).
El prestigio es una tremenda fuerza que impele al cambio, que se puede producir por
hipercorrección y ultracorrección.
1
Ver esquema página 34

Página 5 de 11
Otra fuerza social importante es la consecuencia de dos movimientos importantes,
debidos al trasiego de gentes a sectores sociales superiores:
- La ruralización del lenguaje urbano debido a la llegada de personas de zonas
rurales.
- La urbanización del lenguaje campesino producida por los medios de
comunicación.
Así, las fuerzas sociales producen dos grandes fenómenos sociolingüísticos que llevan a
la integración o al desmembramiento. Bally observa dos tendencias en el cambio:
a. La tendencia social niveladora por la necesidad de comprensión colectiva.
b. La tendencia social disgregadora por el fraccionamiento en distintos grupos
sociales.

4.-Las variantes: la estratificación social y demás fuerzas sociales producen una serie de
variantes y alternancias a la hora de realizar una unidad del sistema (por ejemplo la [-d-]
intervocálica). El hablante elegirá una u otra, dependiendo del porcentaje de uso, que
está basado en condicionamientos sociales y lingüísticos. En principio, el individuo es
libre al escoger una alternancia, pero esta libertad está condicionada por una
institucionalización social que supone conocer las reglas que gobiernan el uso. Un
rasgo de diversidad que crea alternancias de variantes es el polimorfismo. Este se da
más en el habla informal o donde haya menor coacción normativa. En los estratos
cultos, las realizaciones cambian según el estilo de lenguaje (en el coloquial, la forma
nueva; en el no coloquial, la vieja). En los no cultos las realizaciones son
independientes.

5.-Los mecanismos: en un esquema muy amplio, el mecanismo nivelador-diferenciador


de la lengua sería aproximadamente así.
 Varios sistemas personales o unidades sociales mínimas producen diversidad. Las
tendencias disgregadoras nacen en unidades sociales pequeñas disociadas de la
comunidad global.
 Posteriormente, al propagarse las variantes, se tiende a la nivelación,
imponiéndose la norma regional a la local, la norma de la clase social media culta
sobre la de la alta o baja.
Labov explica este mecanismo de esta forma:
1. El cambio de un sonido se origina en un subgrupo de la comunidad en un
momento en el que se ha debilitado la identidad aislada de ese grupo por
presiones internas o externas.
2. Los cambios comienzan como generalizaciones de la forma lingüística en todos
los miembros del subgrupo.
3. Las sucesivas generaciones de hablantes arrastran la variante lingüística
(hipercorrección desde abajo).
4. En la medida en que los valores del subgrupo original son adoptados por otros
grupos, el cambio de un sonido se extiende a esos nuevos grupos.
5. Los límites de extensión del cambio eran los límites de la comunidad hablante,
que posee un conjunto común de valores normativos.
6. Cuando el cambio de un sonido alcanza los límites de su expansión, se convierte
en una de las normas que definen a la comunidad de hablantes.
7. El movimiento de la variante lingüística conduce a reajustes en la distribución de
otros elementos fonológicos.
8. Los reajustes estructurales llevan a nuevos cambios de sonidos que estaban
asociados con el cambio original.

Página 6 de 11
9. Si el grupo que originó el cambio no es el de mayor nivel social en la
comunidad, los del nivel superior estigmatizarán eventualmente el cambio.
10. Esta condena inicia el “cambio desde arriba”, corrección esporádica e irregular
del “modelo de prestigio”.
11. Si el modelo de prestigio usado por el grupo de nivel más alto no corresponde a
una forma usada por otros grupos en el mismo tipo de palabras, los otros
mostrarán un segundo tipo de hipercorrección (hipercorrección desde arriba).
12. Bajo condena extrema, una forma puede desaparecer.
13. Si el cambio se origina en el grupo de nivel más alto, se convierte en modelo de
prestigio para todos los miembros de la comunidad.
Como conclusión, las presiones internas, estructurales y sociolingüísticas actúan en
alternancia sistemática en el mecanismo del cambio lingüístico. Para Labov, la
explicación del cambio no puede limitarse a las influencias mutuas de elementos
lingüísticos y a que el sistema lingüístico sea autónomo. El proceso de reciclaje es la
respuesta a preguntas sobre las causas, las funciones y los mecanismos del cambio
lingüístico.

2.2. Factores internos

Para Jakobson, cuando por influencia de algún factor externo se origina un cambio fónico, la
fonología diacrónica se pregunta:
1. Si se ha modificado algo en el interior del sistema fonológico.
2. Si se han perdido diferencias fonológicas.
3. Si han aparecido nuevas diferencias fonológicas.
4. Si no ha cambiado la situación de una diferencia determinada, permaneciendo sin
modificar todo el inventario de diferencias fonológicas.
Unos cambios fonológicos pueden ejercer determinada influencia sobre el sistema, como, por
ejemplo, la sonorización de las consonantes sordas intervocálicas latinas: las geminadas
sordas pasan a simples sordas; las sordas intervocálicas se sonorizan; las sonoras
intervocálicas se convierten en fricativas.
Otros cambios no desempeñan ningún papel fonológico y se limitan a aumentar el número y
diversidad de las variantes combinatorias del fonema, o pueden modificar fonéticamente una
variante de un fonema sin alterar el sistema fonológico ni la relación con los otros fonemas.
Estos cambios son extrafonológicos. Un ejemplo es la disimilación fratre > frate, ya que el
cambio –tre > –te no destruye ni crea ningún tipo silábico (existían y siguen existiendo los
tipos silábicos ccv y cv) .

1.- La mutación fonológica


Generalmente, un cambio afecta a más de un elemento del sistema. La fórmula general de la
mutación fonológica es, según Jakobson:
A : B > A’ : B’
En este cambio puede ocurrir :
Fonologización: que siendo A y B alófonos de un fonema, pasen a ser dos fonemas
distintos (aparición de una diferencia fonológica).
[A] : [B] > /A’/ : /B’/
Desfonologización: que siendo A y B dos fonemas, pasen a ser dos alófonos de un
fonema (desaparición de una diferencia fonológica).
/A/ : /B/ > [A’] : [B’]
Refonologización o transfonologización; que siendo A y B dos fonemas, pasen a ser
dos fonemas distintos, A’ y B’, a causa del cambio de uno o más rasgos distintivos de

Página 7 de 11
uno de ellos o de ambos. No se crean ni se suprimen unidades, sino que se ha cambiado
la base subfonológica.
A/ : /B/ > /A’/ : /B’/
Coalescencia y escisión: los cambios fónicos que sin alterar el inventario de los
fonemas de una lengua modifican el inventario de los grupos de fonemas.

a) Fonologización: si consideramos la anterior fórmula, veremos que entre A y B no hay


ninguna diferencia fonológica, mientras que entre A’ y B’ sí la hay. El caso más
frecuente es que A y B sean alófonos en distribución complementaria de un mismo
fonema. Si los alófonos comienzan a aparecer en un mismo contorno, desaparece la
complementariedad distribucional y cada uno origina un nuevo fonema. Es el caso del
fonema /k/ latino, que tenía dos alófonos (uno palatalizado ante las vocales palatales /e,
i/ y otro no palatalizado ante las demás vocales /a, o, u/). Cuando las secuencias latinas
que, qui (/kwe, kwi/) perdieron la vocal velar [w], se transformaron en /ke, ki/, con lo
que la realización no palatalizada [k] también fue posible ante las vocales palatales /e,
i/
La fonologización también puede ocurrir cuando la relación A : B es de las variantes
estilísticas. Estas poco a poco pueden lexicalizarse, es decir, la variante afectiva del
fonema puede perder su carácter afectivo y se siente como un fonema particular. Es el
caso de la geminación latina de las consonantes, que pierden el valor sentimental y se
convierten en fonemas particulares.
También puede producirse por préstamos léxicos de otras lenguas. La lengua acomoda
en parte a sus propios fonemas los de la lengua ajena y en parte conserva los fonemas
extraños. Es el caso del contacto entre el español y las lenguas indígenas en Filipinas.
El sistema vocálico de aquellas lenguas estaba formado por tres fonemas /i, a, u/. De
estos tres, /i, u/ tenían dos alófonos cada uno: [i, e] de /i/ y [o, u] de /u/, con una
distribución libre. Por la penetración de palabras españolas, los alófonos mencionados
se fonologizaron, convirtiéndose en fonemas. Hoy el tagalo y el cebuano poseen cinco
fonemas /i, e, a, o, u/.
b) Si consideramos la anterior fórmula de la desfonologización, podemos ver que entre A
y B existe una oposición fonológica, mientras que entre A’ y B’ no existe ninguna
diferencia fonológica. Los dos fonemas existentes antes del cambio se han fundido en
uno solo: pueden convertirse en dos alófonos de un fonema o confluir en una sola
realización. En castellano medieval, /b/ y /v/ eran dos fonemas. En un momento
determinado /v/ se realizó como [ß], confundiéndose entonces con la realización
fricativa del fonema /b/ en posición intervocálica. Así, la relación se convirtió en una
relación no distintiva [b] : [ß], como variantes del fonema /b/.
/b/ : /v/ > [b] : [ß]
En este caso se han conservado dos realizaciones, pero puede ocurrir que sea una sola.
Es el caso de la oposición entre ll e y en algunas zonas, donde los dos fonemas han
dado como resultado la variante [y] (el yeísmo).
/λ/ : /y/ > [y]
Generalmente, en la desfonologización desaparece el término marcado (en el caso de las
sibilantes, desaparecen las sonoras; en el caso del yeísmo, desaparecen las laterales, etc.)

c) La transfonologización es la transformación de una diferencia fonológica en una diferencia


fonológica heterogénea que se encuentra frente al sistema fonológico en una relación distinta a
la anterior. Se realiza una reorganización de la estructura del sistema.
Por ejemplo, en español antiguo /∫/ (fricativo prepalatal sordo) era correlato de /t∫/ (africado
prepalatal sordo). Al pasar /∫/ a /x/ (fricativo velar sordo) se transformó la correlación, pues
/x/ pasó a ser el nuevo correlato de /k/ (oclusivo velar sordo) .
/∫/ : /t∫/ > /x/ : /k/

Página 8 de 11
d) Coalescencia y escisión: hay cambios fónicos que modifican no el inventario de los fonemas
de una lengua, sino sólo su inventario de grupos de fonemas. Se da de dos formas:
1. Coalescencia o fusión fonológica: una secuencia de fonemas puede dar lugar a un
solo fonema. Así:
/AB/ > /C/
Esta puede ser:
1.1. El resultado de la transformación origina un fonema, /C/, ya
existente. El cambio fonológico se limita a variar la frecuencia
de los fonemas en la lengua. Es el caso de los grupos latinos –
kt- y –lt-, que evolucionaron en español hasta dar /t∫/. Los
fonemas /t/, /l/ y /k/ no desaparecen; tampoco es nuevo el
fonema /t∫/.
1.2. El resultado de la transformación origina un fonema desconocido
hasta entonces en el sistema. Por ejemplo, el grupo latino /nj/,
originó en castellano el fonema //, que no existía. Se produjo
así una fonologización:
/nj/ : /n/ > // : /n/
2. Escisión fonológica: un fonema se escinde en un grupo de fonemas. Así:
/C/ > /AB/
En la escisión fonológica puede ocurrir:
2.1. Una desfonologización: cuando la primitiva unidad desaparece
del sistema. Por ejemplo, la evolución de /ε/ origina en
castellano la secuencia /ie/, que se identifica con dos fonemas ya
existentes. /ε/ desaparece del sistema.
/ε/ : /e/ > /ie/ : /e/
2.2. Una fonologización: cuando las unidades nuevas no existían
antes del cambio. Por ejemplo, la aparición de /∫/, procedente de
las palatalizaciones de los grupos /ks/, /ssj/, etc.
2.3. Una transfonologización: cuando las unidades anteriores y
posteriores al cambio existían ya.

2.- La tendencia a la economía del sistema


En todas las lenguas se encuentran procedimientos cuyo objetivo es hacer que la
comunicación sea más económica. El hablante tiende a economizar energía reduciendo, por
ejemplo, el número de movimientos articulatorios. Si no existiese la función comunicativa de
la lengua, poco a poco irían perdiéndose todos sus elementos hasta su desaparición. Por otro
lado, está el oyente, que también realiza un esfuerzo para percibir todas las unidades.
Hay que tener en cuenta la economía sintagmática y la economía paradigmática, que están en
razón inversa: si disminuye el número de fonemas en un punto de la cadena hablada, nos
vemos obligados a aumentar la longitud del mensaje.
Para Martinet, un sistema tiende a diferenciar el mayor número posible de fonemas con un
mínimo de rasgos distintivos. Con diferencias como oclusiva/fricativa, sonora/sorda, lugar de
articulación, obtenemos fonemas diferentes. Existe una tendencia a organizar universalmente
un sistema fonológico en series paralelas en las que con un mínimo de rasgos se obtenga el
mayor número posible de distinciones.
Una correlación se forma con fonemas emparejados pertenecientes al mismo órden (el mismo
lugar de articulación) y distinta serie (forma de articulación, sonoridad). Así, estos seis
fonemas formarían una correlación:
p t k Oclusivas sordas
b d g Oclusivas sonoras

Página 9 de 11
Los fonemas de una lengua pueden estar todos integrados en una correlación o en un haz de
correlaciones, o pueden no estarlo. Los fonemas que estén integrados se mantendrán más
estables que los que no lo estén.
Supongamos, siguiendo a Martinet, la siguiente correlación:
f s ∫ Fricativas sordas
v z з Fricativas sonoras
y por otro lado un fonema /x/, que no pertenece a la correlación por carecer de correlato
sonoro.
Asimismo, en esa lengua existe otro fonema /r/, vibrante sonoro, aislado por carecer de
correlato sordo. Ete fonema tomará un día una forma fonética que le acerque al seno de la
correlación (fricativa velar sonora []). Así, ambas se integrarán en la correlación
f s ∫ x
v z з 
La atracción ejercida por un sistema coherente sobre los fonemas no integrados, se ha
denominado relleno de las casillas vacías. Por ejemplo, en español a principios del XVII, la
fricativa palatal /∫/, que no estaba integrada en correlación, se convierte en /x/, pudiendo
formar una correlación de esta forma:
p t k
b d g
f θ x
Una casilla vacía es siempre el origen de desequilibrios y reestructuraciones.

3.- Rendimiento funcional


Es la capacidad que posee una oposición para realizarse en un mayor o menor número de
paradigmas estructurados según esta oposición.
Se aplica al número de parejas léxicas que serían homónimas si no fuera porque cada uno de
los dos componentes presenta una unidad distinta. Así, la pareja poca/boca es un elemento del
rendimiento funcional de la oposición /p/ - /b/ en español. Esta oposición se repite en muchas
parejas o pares mínimos (pala/bala, polo/bolo, etc.)., por ello se dice que el rendimiento de
esta oposición es muy elevado.
Puede ocurrir que una oposición sea muy poco utilizada, como ocurre en inglés entre /θ/ y //.
A pesar de ello, continúa distinguiéndose esta oposición porque también se produce entre las
oclusivas /p/ - /b/, /t/ - /d/, /k/ - /g/. Es el rendimiento total de la correlación el que produce la
estabilidad, incluso en las oposiciones de bajo rendimiento.
Sin embargo, si se produce una oposición de rendimiento funcional bajo y, además, no forma
parte de una correlación, puede desaparecer, como ocurre en francés en la oposición /ε/ - /ε :/.

4. La cronología relativa de los cambios fónicos


Raramente aparece en la lengua un cambio aislado. Lo más frecuente es que la modificación
de un elemento arrastre con él a otros. Pero estas modificaciones del pasado son muy
complejas y es muy difícil saber la causa que las originó, sus consecuencias y el orden de los
hechos. Especialmente delicado es el establecimiento de la cronología, para el que hay que
tener en cuenta:
1.- Los fenómenos rastreables a través de documentos literarios, teniendo en cuenta que:
 La grafía nueva es siempre muy posterior a la pronunciación que intenta reflejar (suele
ser conservadora por el peso de la tradición).
 Los documentos en verso pueden reflejar los cambios a través de las asonancias, el
ritmo y las rimas, pero tampoco son reflejo cronológico, pues el poeta evita las
innovaciones por considerarlas, en principio, como faltas.

Página 10 de 11
 Los gramáticos señalan las faltas que encuentran cuando ya son demasiado ostensibles,
por lo que hay que suponer que el fenómeno sucedió mucho antes.
 Los préstamos léxicos no son datos muy fiables para establecer la cronología
2.- Si es difícil precisar las fechas de los cambios fónicos en la época literaria, mucho más lo
es en la época preliteraria.
La cronología relativa de los cambios fónicos, cuyos principios fueron elaborados
minuciosamente por la fonética histórica, es muy útil para la fonología diacrónica. Se realiza
por una operación lógica. Por ejemplo, en francés, la evolución de causa > chose supone dos
cambios fundamentales: por un lado au > o; por otro k > ∫. Como k palataliza ante a y no
ante o, la cronología de estos cambios tiene que ser: 1º k > ∫ ; 2º au > o.

Página 11 de 11

S-ar putea să vă placă și