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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS

PROMOCIÓN Y FOMENTO DE LA SALUD

TEMA:
SALUD Y SEXUALIDAD EN ADOLESCENTES

INTEGRANTES
Nombre Cédula Teléfono E-mail
Carlos 172524368 098318041 gabolympus@hotmail.com
Boada 5 2

Myriam myriam1346alicia@outlook.es
Pilachang 055000910 098377119
a 4 0

Carlos 171653769 098139776 carlos_andres_santacruz@hotmail.co


Santacruz 9 3 m

Josselin 175103759 098325292 f_er1505@hotmail.com


Largo 7 1

Jonathan 172244458 098792389 jona222triplic@gmail.com


Parra 3 4

CURSO:
Séptimo Clínica “A”

1
INTRODUCCIÓN
La promoción de la salud en la adolescencia es fundamental para un desarrollo
integro por lo que los temas que abarcan la sexualidad y sus componentes
deben ser tratados de manera directa y objetiva sin dejar espacio a la
ambigüedad para que no se confundan con los diferentes términos y más que
nada no existan tabúes que puedan acarrear problemas a largo plazo; los
temas que más atraen a los adolescentes dentro de esta temática son
embarazos precoces, relaciones sexuales, métodos anticonceptivos.

La etapa de la pre-adolescencia es un periodo de transición entre los años de


la infancia y los años de la pubertad y la adolescencia. Freud utilizó el término
de latencia para referirse al periodo preadolescente que sigue a la resolución
del complejo de Edipo. Freud consideraba que los impulsos sexuales se
“reprimen” durante la latencia y no se expresan; a partir de este periodo se
empiezan a evidenciar los cambios más radicales tanto a nivel físico como
psicológico siendo invadido de hormonas el adolescente que activaran y
estimularan partes del cerebro para dar inicio con la “transición” de una etapa a
otra.

En general existe poca conducta heterosexual durante el periodo


preadolescente, principalmente debido a la división social de varones y mujeres
en grupos independientes. No obstante, es común que los niños escuchen por
primera vez sobre las relaciones sexuales durante este periodo. Las reacciones
de los niños hacia esta nueva información son una divertida combinación de
asombro e incredulidad.

Es importante comprender que la actividad sexual del mismo género es una


parte normal del desarrollo sexual de los niños. En la pre-adolescencia, los
niños tienen una organización social que, en esencia, es homosocial o con
segregación de género. Es decir, los varones juegan de manera independiente
de las niñas y, de este modo, los niños se socializan principalmente con
miembros de su propio género. Esta separación comienza alrededor de los 8
años de edad.

Por lo que para evitar todo tipo de ambigüedad se debe tener en cuenta el
material y la información que se les va a proporcionar para asi lograr una mejor

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comprensión, rompiendo los esquemas de “vergüenza” para que en caso de
que exista un embarazo adolescente, este no sea motivo de persecución y sea
el círculo social y familiar un motor de impulso para que no exista deserción
escolar o consumo de estupefacientes.

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Contenido
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 2
OBJETIVOS ..................................................................................................................................... 5
OBJETIVO GENERAL ................................................................................................................... 5
OBJETIVO ESPECIFICO ............................................................................................................... 5
MARCO TEORICO ........................................................................................................................... 6
PROMOCIÓN ................................................................................................................................. 6
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA PROMOCIÓN EN LOS SERVICIOS? ........................................... 6
¿CUÁLES SON LOS PASOS PARA REALIZAR LA PROMOCIÓN? ................................................... 6
¿QUÉ TIPOS DE PROMOCIÓN EXISTEN? .................................................................................... 7
EDUCACIÓN ................................................................................................................................... 7
¿POR QUÉ SON IMPORTANTES LAS ACTIVIDADES EDUCATIVAS CON ADOLESCENTES? .......... 7
¿QUÉ ACTIVIDADES EDUCATIVAS SE RECOMIENDAN CON LOS ADOLESCENTES?.................... 7
¿QUÉ PAUTAS DEBE SEGUIR LA EDUCACIÓN CON ADOLESCENTES? ........................................ 8
¿QUÉ ASPECTOS SON NECESARIOS PARA LA PLANEACIÓN DE LAS ACTIVIDADES
EDUCATIVAS? ............................................................................................................................ 8
¿CUÁLES SON LAS FASES DE UNA SESIÓN EDUCATIVA? ........................................................... 8
PREADOLESCENCIA (8 A 12 AÑOS) ............................................................................................ 9
EL DESEO ERÓTICO Y LOS COMPORTAMIENTOS SEXUALES EN LA ADOLESCENCIA ............... 15
EL AUTOEROTISMO O MASTURBACIÓN .................................................................................. 17
RELACIONES SEXUALES COMPARTIDAS .................................................................................. 18
COMPORTAMIENTO SEXUAL Y VINCULACIÓN AFECTIVA ....................................................... 20
MEDIADORES AFECTIVOS EN LOS COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO .................... 22
Riesgos de tipo psicológico ................................................................................................. 22
Riesgos asociados a embarazos que no se desean ............................................................. 22
Riesgos de contagio de enfermedades de transmisión sexual: .......................................... 22
CONCLUSIONES ....................................................................................................................... 26
RECOMENDACIONES ............................................................................................................... 26
BIBLIOGRAFIA .......................................................................................................................... 27

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OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
 Proporcionar información clara y específica a los estudiantes de séptimo
clínica A para promocionar la salud a los adolescentes para que este
sea un mecanismo de ayuda en su desarrollo

OBJETIVO ESPECIFICO
 Brindar información relevante y concisa que ayude al empoderamiento
de la misma para enfrentarnos a casos con adolescentes.
 Responder todas las inquietudes generadas durante la ponencia para
enfatizar la importancia de conocer sobre el tema de sexualidad en la
adolescencia.
 Promocionar de manera eficaz y eficiente el tema de sexualidad en la
adolescencia

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MARCO TEORICO

PROMOCIÓN
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA PROMOCIÓN EN LOS SERVICIOS?
La promoción permite que el equipo de salud sensibilice a la población sobre
los beneficios de un programa de atención en salud.

En el caso de los programas de salud sexual y reproductiva dirigidos a


adolescentes, estos evitarán problemas como: embarazos no planeados,
infecciones de transmisión sexual (ITS), SIDA, aborto, etc.

¿CUÁLES SON LOS PASOS PARA REALIZAR LA PROMOCIÓN?


Determinación del público blanco

Se refiere al grupo de la población al que van dirigidos los servicios de salud.

Un grupo grande puede a su vez subdividirse: ADOLESCENTES

 Escolarizados
 No escolarizados
 Que trabajan
 Que tienen hijos, etc

Identificación de las zonas para la promoción

En un plano se identifican las zonas de trabajo, el área de influencia que tendrá


el programa, las distancias, los tiempos para el desplazamiento y los medios de
transporte. El plano se coloca en un lugar visible para que pueda ser
consultado.

Recursos

Recursos humanos: Hace referencia al personal que participe en el programa.

Recibirán capacitaciones sobre temas que sean de importancia para ese


programa y para esa población.

Recursos materiales: Hace referencia al presupuesto, el mobiliario, los


materiales (folletos, carteles, trípticos, volantes) y el equipo para realizar la
promoción (sonido autoparlante, proyectores y pantallas).

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¿QUÉ TIPOS DE PROMOCIÓN EXISTEN?
El tipo de promoción y las estrategias dependerán delas necesidades de la
población.

Interna: Se realiza en los centros de salud o unidades de medicina


familiar: módulos informativos, consulta, reuniones técnicas, consejería, etc.

Se sensibiliza al equipo de salud de la importancia de la atención a los grupos


a los que va dirigido el programa.

Externa: Se realiza en espacios abiertos: plazas comerciales, centros o


clubes deportivos, librerías, etc.

EDUCACIÓN
¿POR QUÉ SON IMPORTANTES LAS ACTIVIDADES EDUCATIVAS CON
ADOLESCENTES?
Las actividades educativas son oportunidades para recibir información
confiable y veraz, y a su vez aclaran temas como:

 Los cambios puberales


 El ciclo menstrual
 Las relaciones sexuales
 Las infecciones de transmisión sexual (ITS)
 El embarazo en la adolescencia
 Los métodos anticonceptivos

¿QUÉ ACTIVIDADES EDUCATIVAS SE RECOMIENDAN CON LOS


ADOLESCENTES?
Plática o Charla: Diálogo sencillo entre el educador y los adolescentes para
brindar conocimientos sobre algún tema. Dura entre 40 y 60 minutos.

Curso-taller: Tienen tres elementos fundamentales: la adquisición de


conocimientos sobre un tema, el desarrollo de habilidades y prácticas, y la
revisión de actitudes.

El tamaño ideal de un grupo es de 15 a 30 personas, su duración depende de


los objetivos del taller. (24 – 40 horas generalmente).

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Foros: Reunión en donde se comparte información, experiencias o resultados
sobre algún tema o evento.

Generalmente los grupos sobrepasan las 100 personas, y duran de uno a tres
días.

¿QUÉ PAUTAS DEBE SEGUIR LA EDUCACIÓN CON ADOLESCENTES?


Pautas que favorezcan el proceso de enseñanza-aprendizaje.

 Las y los adolescentes son el centro del proceso de enseñanza


aprendizaje.
 Las y los adolescentes aprenden en la medida que se tome en cuenta
sus necesidades e intereses reales.
 El aprendizaje de los adolescentes se centrará en su experiencia de
vida.
 La participación grupal es el recurso más importante para la enseñanza
con adolescentes.
 La comprensión de las diferencias de aprendizaje en hombres y mujeres
enriquecen el proceso educativo.

¿QUÉ ASPECTOS SON NECESARIOS PARA LA PLANEACIÓN DE LAS


ACTIVIDADES EDUCATIVAS?
Aspectos técnicos: Identificar las necesidades del grupo, la organización de
contenidos, la consulta de material bibliográfico, la elaboración de materiales
didácticos y el diseño de un cuestionario de conocimientos, actitudes y/o
habilidades.

Aspectos logísticos: Las condiciones del aula, mobiliario, espacios, luz, la


revisión del equipo técnico, calendario de actividades, convocatoria a los
participantes, cantidad de material educativo necesario.

¿CUÁLES SON LAS FASES DE UNA SESIÓN EDUCATIVA?


Introducción o inducción: Se da un primer contacto con el tema buscando
generar interés. Se pueden usar anécdotas, preguntas o una lluvia de ideas,
etc.

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Si es la primera vez con este grupo, es necesario presentarse por el nombre y
la institución a la que representa. Se usan además dinámicas que permitan la
integración del grupo.

“¡BUENOS DÍAS! SOY CARLOS SANTACRUZ, EL PSICÓLOGO DE LA


CLÍNICA 18 Y LOS INVITO A HABLAR SOBRE EL VIH-SIDA”

La experiencia o reflexión individual: En esta fase se promueve la reflexión


sobre el tema y permite conocer el punto de vista de los adolescentes.

“¿QUÉ OPINAN DE UNA PERSONA QUE TIENE SIDA?”

Discusión y Análisis: Tras un análisis y discusión, el grupo compartirá sus


puntos de vista. Se pueden formar grupos de hombres y mujeres para
contrastar de mejor manera que es lo que piensa cada uno.

Es importante propiciar un ambiente de participación, respeto y tolerancia.

“VAMOS A ORGANIZAR CUATRO GRUPOS, DOS DE HOMBRES Y DOS DE


MUJERES. EN CADA GRUPO DISCUTIRÁN CUÁLES SON LAS FORMAS DE
TRANSMISIÓN DEL VIH-SIDA.”

Generalización: Se generan conclusiones mediante la sistematización de los


conocimientos adquiridos. El educador complementará la información de cada
grupo.

“CUALQUIER PERSONA PUEDE CONTAGIARSE DE SIDA SIN IMPORTAR


EDAD, SEXO, PREFERENCIA SEXUAL Y SITUACIÓN ECONÓMICA.”

Aplicación: Aquí el educador propiciará el desarrollo de habilidades ara aplicar


lo aprendido en la vida cotidiana.

“AHORA UNO DE USTEDES PASARÁ AL FRENTE Y ENSEÑARÁ A SUS


COMPAÑEROS CÓMO DEBE USARSE EL CONDÓN.”

PREADOLESCENCIA (8 A 12 AÑOS)
La preadolescencia es un periodo de transición entre los años de la infancia y
los años de la pubertad y la adolescencia. Freud utilizó el término de latencia
para referirse al periodo preadolescente que sigue a la resolución del complejo

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de Edipo. Freud consideraba que los impulsos sexuales se “reprimen” durante
la latencia y no se expresan.

La evidencia indica, sin embargo, que Freud no tenía razón y que el interés y
expresión de los niños en cuanto a la sexualidad permanece como algo muy
evidente a lo largo de este periodo, quizás más de lo que los propios padres
están dispuestos a creer.

Para muchos, el “despertar sexual” no ocurre hasta la adolescencia, pero para


otros es una parte muy real e intensa de la preadolescencia.

Alrededor de los 9 o 10 años comienzan los primeros cambios corporales de la


pubertad: la formación de los botones de los senos en las niñas y el
crecimiento del vello púbico. El crecimiento del vello púbico ocurre en
respuesta a la adrenarca, la maduración de las glándulas suprarrenales, que
conduce a mayores niveles de andrógenos.

En tres estudios, uno acerca de adolescentes y dos sobre personas adultas, el


promedio de edad en la que los participantes informaron sentir por primera vez
una atracción sexual hacia otra persona fue a los 10 años.

Las muestras incluyeron a hombres y mujeres heterosexuales, gay y lesbianas.


Esta experiencia puede ser un reflejo de la maduración de las glándulas
suprarrenales y del aumento en testosterona y estradiol (un esteroide
responsable del desarrollo de los órganos reproductivos en la mujer) que es
resultado de ella. Esta investigación sugiere que el desarrollo sexual “adulto”
comienza desde los 9 o 10 años y no en la pubertad como se creía
anteriormente.

MASTURBACIÓN

Durante la preadolescencia, un número mayor de niños obtiene experiencia


con la masturbación. Los datos, al igual que aquellos sobre adolescentes,
indican que, en general, los varones comienzan a masturbarse antes que las
niñas.

Un estudio sobre 269 estudiantes de preparatoria en Suecia inquirió acerca de


las actividades sexuales solitarias de la infancia. Cuarenta y dos por ciento de
los niños y 20 por ciento de las niñas informaron que, para los 12 años de
10
edad, se habían masturbado hasta alcanzar un orgasmo; un 27 por ciento
adicional de varones y 18 por ciento de niñas informaron haberse masturbado
sin experimentar un orgasmo.

Es interesante señalar que los niños y niñas aprenden sobre la masturbación


de maneras diferentes. Típicamente los varones se enteran de ello por sus
compañeros hombres, ven a sus compañeros cuando lo hacen o han leído al
respecto; con las niñas es más frecuente que se enteren de la masturbación a
través de un autodescubrimiento accidental.

COMPORTAMIENTO HETEROSEXUAL

En general existe poca conducta heterosexual durante el periodo


preadolescente, principalmente debido a la división social de varones y mujeres
en grupos independientes. No obstante, es común que los niños escuchen por
primera vez sobre las relaciones sexuales durante este periodo. Las reacciones
de los niños hacia esta nueva información son una divertida combinación de
asombro e incredulidad (particularmente incredulidad de que sus padres harían
tal cosa).

En el estudio sueco sobre los estudiantes de preparatoria, más del 80 por


ciento informaron haber tenido experiencias sexuales consensuales con otros
niños cuando tenían entre 6 y 12 años de edad.

Las actividades más comunes eran hablar de sexo, besarse y abrazarse, ver
videos pornográficos y hacer burlas sexuales a otros niños. Con excepción de
los besos y abrazos, se informó que estas actividades eran más frecuentes
cuando tenían entre 11 y 12 años que cuando tenían entre 6 y 10 años.

En cuanto al género de la pareja, 57 por ciento de los varones informaron de


tales experiencias con niñas, 11 por ciento con otro varón y 33 por ciento tanto
con niños como con niñas. Para las niñas, los porcentajes eran de 31 por
ciento con un varón, 29 por ciento con una niña y 40 por ciento con ambos.

Así, las experiencias sexuales son muy comunes, en especial a edades de 11 y


12 años, e implican experiencias consensuales tanto con varones como con
niñas.

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La edad en que los jóvenes tienen su primera experiencia sexual ha ido
disminuyendo. Algunos varones y niñas tienen su primera experiencia durante
el periodo preadolescente. La investigación en la que se emplearon
computadoras parlantes estudió a niños entre 9 y 15 años que vivían en
unidades habitacionales populares. Los resultados indican que 63 por ciento de
los varones y 14 por ciento de las niñas habían “tenido sexo con alguien” para
la edad de 12 años.

COMPORTAMIENTO SEXUAL DEL MISMO GÉNERO

Es importante comprender que la actividad sexual del mismo género es una


parte normal del desarrollo sexual de los niños. En la preadolescencia, los
niños tienen una organización social que, en esencia, es homosocial o con
segregación de género. Es decir, los varones juegan de manera independiente
de las niñas y, de este modo, los niños se socializan principalmente con
miembros de su propio género. Esta separación comienza alrededor de los 8
años de edad. Según un estudio acerca de los patrones de amistad entre los
niños, la segregación llega a su punto máximo alrededor de los 10 a 12 años
de edad. A las edades de 12 a 13 años, los niños se encuentran de manera
simultánea en una situación que implica la mayor segregación de género y el
mayor interés en los miembros del género opuesto.

La investigación observacional sugiere que existe una mayor separación en la


escuela que en los grupos de juego del vecindario. Parte de la separación
social de los géneros durante la preadolescencia es, de hecho, cómica; por
ejemplo, es posible que los varones estén convencidos de que las niñas tienen
“bichos” y que deben tener mucho cuidado de mantenerse alejados de ellas.

Dado que los niños se socializan con otros miembros de su propio género, es
probable que la exploración sexual a esta edad ocurra entre miembros del
mismo género. En general, estas actividades implican masturbación,
exhibicionismo y caricias de los genitales del otro niño. Por ejemplo los varones
pueden participar en un “círculo de masturbación” en el que se masturban
dentro de un grupo.

Las niñas no parecen estar en tanta probabilidad de participar en tales


actividades grupales, quizás porque el espectáculo de masturbarse no es tan

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impresionante o tal vez porque ya tienen imbuidas las mayores restricciones
sociales sobre su sexualidad y están dudosas de discutir asuntos sexuales con
otras niñas.

Un estudio sobre el desarrollo psicosexual entre jóvenes gay, lesbianas y


bisexuales entre 14 y 21 años encontró que los participantes informaron que su
primera atracción sexual había ocurrido entre los 10 u 11 años de edad. Su
primera experiencia en cuanto a las fantasías sexuales ocurrió de varios meses
a un año después. La primera actividad sexual con otra persona sucedió en
promedio a las edades de 12 o 13 años.

Todos los jóvenes, hombres y mujeres, informaron haber experimentado


atracción sexual y fantasías acerca de una persona del mismo género y la
mitad también informó haberlas sentido con respecto a una persona del otro
género.

CITAS Y RELACIONES ROMÁNTICAS

La preadolescencia y la adolescencia temprana son un periodo de transición en


la naturaleza de las relaciones sociales. Antes señalamos que, con frecuencia,
las actividades preadolescentes son homosociales.

Aproximadamente a las edades de 10 u 11 años, los niños comienzan a pasar


tiempo en grupos de género mixto o heterosociales.

Estos grupos participan en una diversidad de actividades que incluyen


“pasearse” por parques o centros comerciales, acudir a clubes, eventos
deportivos o películas, y posteriormente asistir a fiestas o bailes.

Un estudio sobre 1 284 estudiantes del quinto al octavo grados encontró que la
frecuencia de estas actividades de género mixto aumentaban de manera
constante a lo largo de los siguientes cuatro grados escolares. Es en estos
entornos de grupos mixtos que los jóvenes experimentan por primera vez la
unión en parejas y es frecuente que en estos contextos ocurran sus primeras
conductas románticas o sexuales.

Estas primeras conductas implican de manera principal tomarse de las manos,


abrazarse y besarse, y caricias por encima de la cintura. Los juegos de besos
son populares en las fiestas.
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Según un estudio sobre estudiantes de quinto a octavo grados, las citas,
definidas como pasar tiempo juntos y salir con un niño o una niña por el cual la
persona siente agrado, amor o enamoramiento, surgían en el séptimo grado.

Algunos adolescentes comienzan a reunirse de noche con chicos y chicas, a


tener citas dobles o a salir juntos. Sin embargo, las actividades mixtas
continúan siendo muy comunes a lo largo del octavo grado. Otra encuesta
sobre chicos de 12 y 13 años informa que la actividad sexual sutil, como
tomarse de las manos, abrazarse y besarse, es algo que informa cerca de la
mitad de los niños de 13 años. La actividad sexual intensa, con caricias por
debajo de la cintura y coito, es algo que informa menos del 10 por ciento de los
niños de 13 años; aquellos que informaron una actividad intensa también
dijeron haber salido solos en citas. Así, el progreso de las actividades mixtas a
las citas diádicas se equipara con el progreso en el desarrollo de la intimidad
física.

Nótese que las relaciones románticas diádicas implican a un pequeño


porcentaje de jóvenes. Obviamente existe gran variabilidad en el momento de
ocurrencia de estos desarrollos y es probable que exista variación según la
cultura, origen étnico y, quizá, la afiliación religiosa. En algunas culturas, los
niños y niñas están casados para los 13 años.

SEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es una etapa en la que continúa el proceso de sexuación


iniciado desde el mismo momento de la concepción, que supone la integración
de los diversos niveles que conforman el hecho sexual humano cuya
naturaleza es biológica, psicológica y social.

La adolescencia es una etapa particularmente intensa en el proceso de


sexuación. Si afirmamos que la sexualidad es la manera en que nos
integramos como personas sexuadas, es el modo de vivir esta realidad,
entonces la adolescencia es la etapa en la que el proceso de sexuación va a
producir transformaciones esenciales para tal fin.

El desarrollo de la identidad sexual y de género será uno de los


acontecimientos esenciales a lo largo de la adolescencia. Los cambios que se

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producen, tanto corporales como psicológicos, provocarán la redefinición de la
misma.

El deseo sexual es otro de los ejes fundamentales del proceso de sexuación en


la adolescencia. Los cambios neuroendocrinos en relación con el contexto
sociocultural conformarán la configuración del deseo sexual. Este se convierte
en la motivación erótica que moverá al adolescente a la búsqueda de
satisfacción sexual a través de los comportamientos sexuales
correspondientes.

Nada en la experiencia humana actúa en el vacío de manera aislada. Por tanto,


la experiencia erótica tampoco puede ser vivida ajena a los afectos que
moviliza. A partir de la adolescencia la experiencia erótica se convierte en un
acto relacional. Se trata de compartirla con otra persona y ello requiere poner
en juego el propio yo en relación con otros.

La teoría del apego aporta bases teóricas y empíricas muy útiles para
comprender la importancia de la seguridad emocional en relación con la
intimidad. Es de interés también estudiar los afectos relacionados con la
experiencia erótica como son el amor, el enamoramiento, la atracción, etc.

EL DESEO ERÓTICO Y LOS COMPORTAMIENTOS SEXUALES EN LA


ADOLESCENCIA
El deseo sexual, como ya hemos indicado, es la energía motivacional que
mueve a las personas a la búsqueda de satisfacción erótica, la cual se logra a
través de la experiencia, es decir, de comportamientos concretos. Todo parece
indicar que a lo largo de la pubertad el deseo sexual genera un volumen de
fantasías que organizará y dirigirá los comportamientos posteriores.

En este sentido, las fantasías están ya orientadas eróticamente desde los


momentos puberales (Money y Ehrhardt, 1972), no se pueden entender los
comportamientos sexuales sin comprender previamente la motivación que los
produce, es decir, el deseo erótico y su dinámica.

En relación con el impulso desde un punto de vista biofisiológico, en la


pubertad ocurre un acontecimiento importante. Como efecto de los cambios
puberales, aumenta considerablemente la tasa de testosterona, que es un
potente regulador del deseo sexual.
15
En este momento aparece el erotismo puberal. La relación entre los niveles de
testosterona y el deseo erótico y sus correspondencias en comportamientos
sexuales explícitos han sido estudiados por una pléyade de autores, quienes
afirman que los niveles de testosterona aumentan en los chicos la motivación
sexual en forma de fantasías eróticas y excitación espontánea, y de
comportamientos explícitos como la masturbación, los orgasmos nocturnos
involuntarios y la frecuencia de relaciones compartidas a distintos niveles.

En las chicas los efectos de la testosterona inciden en el aumento de su


motivación sexual expresada en fantasías y masturbación pero no en el
aumento de relaciones compartidas (Udry, Talbert y Morris, 1986). Las
diferencias de género en cuanto a la expresión del deseo sexual podrían ser
explicadas como efecto de las pautas diferenciales en la educación de los y las
adolescentes.

Desde el punto de vista biosocial, los cambios hormonales tempranos en la


adolescencia tienen una influencia directa en el interés y la motivación
sexuales, e indirecta a través de los efectos de los cambios en la apariencia
física y la atracción erótica de los demás: recordemos que los caracteres
sexuales secundarios son los que poseen mayor valor erótico.

El contexto social actúa como facilitador o inhibidor de la experiencia erótica.


En estos momentos el deseo sexual se manifiesta con intensidad. Aparece
poco a poco y de manera consciente, dirigido a otra persona. Comienzan las
primeras fantasías eróticas, la atracción y la respuesta hacia estímulos
eróticos.

El periodo prepuberal y los inicios de la adolescencia son momentos muy


sensibles a la configuración del deseo. Por un lado, por las propias
modificaciones corporales y la intensificación de las manifestaciones de la
excitación sexual, y por otro, por la vivencia de la activación del deseo sexual,
como experiencia emocional subjetiva

Desde nuestro punto de vista el comportamiento sexual de las personas


adolescentes pasa por dos momentos bien diferenciados: el autoerotismo o
erotismo dirigido hacia la propia persona, y el heteroerotismo o erotismo
dirigido hacia los demás.

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EL AUTOEROTISMO O MASTURBACIÓN
Los primeros comportamientos sexuales en la adolescencia generalmente son
autoeróticos. Sin embargo, la masturbación en este momento evolutivo
adquiere una cualidad diferente a los comportamientos autoeróticos infantiles.
En realidad solo la masturbación infantil es genuinamente autoerótica, en la
medida en que se trata de la experiencia de placer que emana del propio
organismo en la que no existe el «otro».

Sin embargo, en la adolescencia el autoerotismo tiene una clara vocación


relacional, puesto que la masturbación va guiada, en general, por fantasías que
incluyen la satisfacción sexual compartida.

La masturbación es una actividad que ayuda a conocer el cuerpo, y la propia


respuesta sexual descubriendo todos sus matices. A través de ella se obtiene
satisfacciones sexuales construyendo en la fantasía situaciones idealizadas o
inalcanzables; ayuda también a elevar la autoestima sexual; tiene sentido en sí
misma como una forma de acceso al placer, por ello puede estar presente, con
mayor o menor intensidad, a lo largo de las edades; en los primeros años de la
adolescencia puede suponer un ensayo imaginado de la anhelada experiencia
erótica.

La fantasía a través del autoerotismo o masturbación puede ser el motor que


tire de la realidad, ayudando de este modo a acceder a la experiencia
compartida. En relación con el nivel de conocimientos contrastados que
poseemos sobre esta cuestión, se puede afirmar que la masturbación es un
comportamiento natural y saludable que forma parte del repertorio de las
actividades sexuales.

Sin embargo, determinadas situaciones conflictivas tanto desde el plano


individual, como familiar o escolar podrían dar lugar a un tipo de masturbación
reactiva o compulsiva. En estos casos la masturbación compulsiva debe ser
interpretada como una manifestación del conflicto y no como el origen del
mismo.

La integración saludable de la masturbación está mediatizada por las actitudes


hacia la sexualidad y estas a su vez por las reacciones emocionales ante la
misma.

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RELACIONES SEXUALES COMPARTIDAS
Llegado un determinado momento, el autoerotismo da paso a la experiencia
compartida. Esta será heteroerótica, bierótica u homoerótica dependiendo de la
orientación del deseo que forma parte de su configuración. En el año 1965
Schofield realizó una importante investigación sobre el comportamiento sexual
de los jóvenes ingleses, considerada en la actualidad como un «clásico» dentro
de este tipo de estudios.

En ella explicó el acceso de las personas adolescentes a la experiencia sexual


compartida a través de cinco niveles de comportamiento:

1. Poco o ningún contacto sexual con el sexo opuesto: puede ser que se haya
tenido alguna cita, pero no se ha besado todavía.

2. Experiencia limitada de actividades sexuales: se tiene experiencia del beso y


se puede tener experiencia de estimulación de los senos por encima de la ropa
pero nunca por debajo.

3. Intimidades sexuales próximas al coito: se tiene experiencia de la


estimulación de los senos por debajo de la ropa y se puede haber
experimentado la estimulación genital o el contacto intergenital, pero no se ha
realizado el coito.

4. Experiencia del coito con una sola persona.

5. Experiencia de coito con más de una persona.

Aunque estos niveles son útiles sobre todo en el campo de la investigación,


permiten establecer la secuencia de comportamientos que dan acceso a la
experiencia sexual. La temporalización de estos niveles no se puede precisar.
Parte de los adolescentes podrían pasarse largos periodos en algunos de los
estadios intermedios, mientras que otros podrían acceder a los más altos en un
periodo breve de tiempo.

Desde un punto de vista actitudinal podemos afirmar que el «doble estándar»


tradicional —que consiste en atribuir mayor legitimidad a determinados
comportamientos sexuales de los hombres que a esos mismos en las
mujeres— está siendo superado en gran medida. La virginidad tiende a ser un
mito del pasado.

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Las relaciones sexuales de pareja son consideradas legítimas al margen de
compromisos institucionales como el matrimonio. Se tiende a aceptar las
relaciones sexuales sin vincularlas necesariamente a relaciones afectivas,
aunque en esto existen claras diferencias en función del sexo.

En cualquier caso, la accesibilidad a la actividad sexual va a depender, por un


lado de los estándares sexuales del entorno (Delamater, 1983) y por otro de las
actitudes hacia la sexualidad. Vivimos en una sociedad plural en la que
coexisten diversos modos de regular el comportamiento sexual.

En aquellos ámbitos juveniles donde predomine una orientación conservadora,


el acceso a la actividad sexual será más restringido que en entornos más
liberales.

Los estudios que analizan las actitudes hacia la sexualidad desde el constructo
erotofobia-erotofilia o desde los sentimientos de culpa sexual, afirman que las
personas que tienden hacia la erotofobia (actitud negativa hacia la sexualidad)
o hacia niveles altos de culpa sexual tienen mayores dificultades para acceder
a la experiencia, tal y como hemos indicado anteriormente.

Además, cuando se produce un conflicto de lealtades entre la actitud negativa


hacia la sexualidad y la necesidad de vinculación afectiva, puede que algunas
personas con una actitud negativa accedan al comportamiento sexual. En este
caso estas personas se protegen menos ante los riesgos.

Como ya hemos comentado, en los últimos años se han realizado numerosos


trabajos acerca del comportamiento sexual de los jóvenes y de ellos podemos
sacar algunas conclusiones:

• La edad de la primera experiencia sexual se está adelantando tanto en chicos


como en chicas, no obstante la experiencia sexual tiende a ser más temprana
en ellos, aunque estas diferencias son menores que en décadas pasadas.

• La mayoría de las chicas afirman que el motivo principal para sus primeras
experiencias sexuales fue el haberse sentido enamoradas, sin embargo los
chicos consideran que los motivos principales fueron el deseo de conocer la
experiencia, el placer obtenido de ella o el considerar que era algo que se tenía
que hacer. A pesar de los cambios en el comportamiento este dato permanece

19
estable, lo cual indicaría que las motivaciones que les mueven a la experiencia
sexual son diferentes.

• La experiencia sexual compartida, puede ser también homoerótica, es decir,


dirigida hacia personas del mismo sexo. Antes de hablar del comportamiento
homosexual, es preciso considerar que el entorno cultural en el que se
desarrollarán los jóvenes es tradicionalmente homofóbico por lo que los
prejuicios contra este tipo de comportamientos han impedido analizarlos con
objetividad.

• En los inicios de la adolescencia suelen aparecer determinadas experiencias


sexuales entre chicos que consisten en el descubrimiento compartido del
funcionamiento de la respuesta sexual, que por lo general consisten en
masturbaciones compartidas. Estas experiencias no deben ser confundidas con
una configuración predominantemente homosexual del deseo, sino como una
manera de descubrir la actividad sexual.

COMPORTAMIENTO SEXUAL Y VINCULACIÓN AFECTIVA


Cuando en la adolescencia el deseo erótico se proyecta hacia otra persona, la
interacción sexual esta mediatizada por los modelos internos.

Si consideramos que estos se conforman a través de la interiorización del


modelo de sí mismo y del de los demás, la experiencia sexual estará
claramente mediatizada por el grado de autoestima personal, y por el grado de
confianza en los otros.

Podríamos así predecir que aquellas personas que desarrollen un estilo de


apego seguro, sus relaciones eróticas serán más satisfactorias y menos
conflictivas, puesto que poseerán un mayor grado de autoestima, mayor
seguridad en la relación, ausencia de temores infundados en el espacio de la
intimidad, mayor capacidad de empatía y menor preocupación por la pérdida o
el abandono.

Las personas inseguras, tanto ansioso-ambivalentes, como evitativas, aunque


expresado de modo diferente, la probabilidad de tener en la adolescencia un
acceso dificultoso y arriesgado a la experiencia sexual será mayor por motivos
inversos a las personas seguras.

20
Además las personas seguras tienden a ser más erotofílicas, a sentirse más
orientadas hacia el amor, tienden a disfrutar más de la experiencia erótica;
tienen mayor facilidad para expresar emociones positivas (Tracy et al., 2003).

Los adolescentes seguros tienden a sentirse más eficaces manejando las


situaciones afectivo-sexuales.

Por todo ello están en mejor disposición para desarrollar un aprendizaje valioso
respecto a la intimidad, la comunicación y la dependencia de los iguales como
potenciales figuras de apego.

Por el contrario, puede mantenerse que la inseguridad en el apego se asocia a


comportamientos más disfuncionales en general, y que pueden interferir en el
comportamiento sexual. De ese modo, las personas ansiosas pueden verse
impulsadas hacia las relaciones sexuales, en ocasiones precozmente, no tanto
por el interés en la experiencia sexual en sí misma, sino como vía para poder
expresar y sentir amor por sus compañeros, pudiendo así distorsionar la
percepción de los riesgos inherentes a la actividad sexual.

A estas conclusiones llegaron Tracy y colaboradores (2003) al hallar en su


estudio que el motivo por el que se accedió a la primera experiencia sexual
entre los seguros se relacionó con la expresión de amor; entre los ansioso-
ambivalentes se observó una clara tendencia a acceder a la experiencia erótica
por temor a ser abandonados; sin embargo, entre las personas evitativas el
motivo principal fue el hecho de perder la virginidad (Tracy et al., 2003).

Desde la perspectiva del apego, el uso, incluso moderado, de alcohol u otras


sustancias podría interpretarse como una manera de aliviar la ansiedad
producida por el miedo subyacente al rechazo o abandono en el ámbito de la
intimidad. Como es obvio, pueden existir otras fuentes de ansiedad que no
responderían a este principio.

En relación con el tema que nos ocupa, la relación entre el uso de alcohol u
otras sustancias antes de las relaciones sexuales, está sobradamente asociada
al riesgo de embarazos no deseados o a enfermedades de transmisión sexual.

Por todo ello, la seguridad en el apego podría ser considerada como un factor
de protección en relación al desarrollo afectivo y social en general, pero

21
también en relación con el desarrollo afectivo y sexual, en particular con los
riesgos asociados a la actividad sexual, como son las experiencias
emocionalmente dolorosas, los embarazos no deseados o el contagio de
enfermedades de transmisión sexual.

MEDIADORES AFECTIVOS EN LOS COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE


RIESGO
Uno de los temas más estudiados en el ámbito de la sexualidad de los
adolescentes, es el de los riesgos asociados al comportamiento sexual. La
perspectiva de la salud hizo en su momento centrar la atención en el riesgo de
embarazos no deseados.

Posteriormente la aparición del sida, dado su impacto social, produjo un


deslumbramiento respecto a otros riesgos. Los riesgos de tipo psicológico no
se suelen tener en cuenta por ser menos evidentes. Sin embargo, desde el
punto de vista de la Psicología de la sexualidad, los riesgos pueden ser de
varios tipos:

Riesgos de tipo psicológico


Relacionados con malas experiencias, experiencias desagradables asociadas a
emociones negativas debidas a relaciones sexuales forzadas, inesperadas,
violentas, etcétera.

Riesgos asociados a embarazos que no se desean

Cuya consecuencia puede ser la maternidad prematura o el aborto voluntario.

Riesgos de contagio de enfermedades de transmisión sexual:

El impacto que la aparición del sida ha tenido en las tres últimas décadas ha
generado una visión negativa de la sexualidad adolescente. Se contempla
como una realidad inevitable y peligrosa al mismo tiempo. Las medidas de
prevención se han basado en el denominado modelo de educación sexual
basado en la «prevención de riesgos» propuesto desde la sanidad.

La psicología ha centrado sus investigaciones en el estudio de los


conocimientos acerca de la sexualidad, el uso del preservativo y los

22
comportamientos sexuales de riesgo asociados a diversas variables de
personalidad.

Desde la perspectiva de la Psicología de la sexualidad conviene invertir los


términos. Son poco los estudios que se han centrado una visión positiva del
desarrollo sexual de los adolescentes y la importancia de regular
adecuadamente sus necesidades afectivas y sexuales. El planteamiento debe
consistir en promover la salud sexual en términos de psicología positiva.

En la medida en que los adolescentes sean capaces de comprender y regular


sus necesidades desarrollarán mejor sus recursos para acceder a una
experiencia afectiva, sexual, satisfactoria, igualitaria, enriquecedora y exenta de
riesgos.

Durante décadas se ha asociado la asunción de riesgos relacionados con el


comportamiento sexual a la falta de conocimientos acerca del uso del
preservativo, de los métodos anticonceptivos y de las técnicas de «sexo
seguro».

Uno de los factores motivacionales relacionados con el riesgo en la actividad


sexual es la aparición del erotismo puberal a partir de la maduración del
sistema neuroendocrino como resultado de la activación de las gonadotropinas.

El deseo erótico aparece nítidamente en el inicio de la adolescencia y se


expresa como tendencia de acción dirigida a la búsqueda de satisfacción en
relaciones sexuales autoeróticas y compartidas.

Otro factor es mediador afectivo en el riesgo asociado al comportamiento


sexual se refiere a las nuevas necesidades en el desarrollo socio-afectivo que
mueven al adolescente a establecer vínculos afectivos con los iguales, a partir
de los establecidos con las figuras de apego principales.

Estos dos factores, el deseo sexual y la vinculación afectiva, son dos variables
que, proceden de sistemas adaptativos diferentes, el sexual y el de apego, son
independientes entre sí pero pueden interactuar, de tal modo que podrían
potenciarse sinérgicamente, poniendo en valor la experiencia erótico-amorosa,
o interferirse seriamente, dando lugar a la exposición a riesgos relacionados
con el comportamiento sexual. Los comportamientos sexualmente saludables y

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exentos de riesgo dependerán de la capacidad de los individuos de manejar
sus necesidades, tanto afectivas como sexuales, a lo largo de la adolescencia y
primera juventud.

Al considerar que el deseo erótico debe ser entendido como una emoción, los
comportamientos de protección dependerán de la capacidad de regular las
emociones asociadas al propio deseo erótico. Si se considera que la actividad
sexual compartida depende de los modelos internos que regulan las
situaciones de proximidad psicológica, la intimidad, los comportamientos de
protección dependerán de los estilos de apego.

Por todo ello las personas adolescentes se verán impulsadas de un modo u


otro a exponerse a determinados riesgos en función de sus necesidades
evolutivas, lo cual les hace particularmente vulnerables.

El incremento de la búsqueda de nuevas sensaciones y el aumento de la


exposición al riesgo están ligados a los cambios del patrón de actividad
dopaminergica en el inicio de la pubertad. Paralelamente, se ha podido
comprobar que entre los cambios neuroendocrinos puberales aparece un
aumento de receptores de oxitocina, hormona ligada al establecimiento de
vínculos especialmente materno-filiales.

En la adolescencia este aumento podría explicar la tendencia a la filiación con


los iguales. Tales cambios adquieren una gran importancia porque el
procesamiento de información social y emocional depende de las redes que
codifican los procesos afectivos y motivacionales.

Tales modificaciones puberales responderían a predisposiciones genéticas


congruentes con la adaptación evolutiva de las especies. En este periodo los
individuos deben reorganizar los vínculos parentales proyectándose hacia el
exterior del núcleo familiar. La búsqueda de nuevas sensaciones, la asunción
de riesgos, serían funcionales desde el punto de vista evolutivo en relación con
el logro de la autonomía personal.

Sin embargo, un hallazgo realmente interesante en la comprensión de la


tendencia a la asunción de riesgos en la adolescencia es el papel que juegan
los iguales. Investigaciones relevantes informan de que la implicación en

24
situaciones de riesgo aumenta considerablemente en presencia de estos. En
principio parece contradictorio que los efectos de la activación del sistema
dopaminérgico inciten al adolescente a la búsqueda de nuevas sensaciones y
exposición al riesgo, con el aumento de la oxitocina que le impulsaría al
establecimiento de vínculos estables.

En la adolescencia se produce paulatinamente un desplazamiento de las


funciones de las figuras de apego principales a los iguales.

Ello significaría que la exploración del mundo, necesaria para la evolución


personal, se basaría por un lado en la asunción de riesgos en la búsqueda de
nuevas sensaciones (experiencias), al tiempo que ello se realiza a través del
establecimiento de nuevas bases de seguridad, en este caso los iguales,
además del mantenimiento de otras figuras principales como la madre o el
padre organizadas jerárquicamente.

En general, la tendencia a buscar nuevas experiencias en la adolescencia


necesarias para el crecimiento personal, exponiéndose a riesgos por ello, se
compensan a través de la «conectividad» o red de vinculaciones con el
entorno.

El sistema de apego y el sistema sexual mueven al individuo en la


adolescencia a establecer nuevas relaciones con sus iguales, caracterizadas
por la intensidad en los afectos y por la búsqueda de nuevas formas de
seguridad e intimidad, lo que les impulsará a la formación de parejas.

La relación entre los estilos de apego y el comportamiento sexual ha sido


expuesta en el punto anterior. Por todo ello, la seguridad en el apego podría ser
considerada como un factor de protección en relación al desarrollo afectivo y
social en general, pero también en relación con el desarrollo afectivo y sexual,
en particular con los riesgos asociados a la actividad sexual, como son las
experiencias emocionalmente dolorosas, los embarazos no deseados o el
contagio de enfermedades de transmisión sexual.

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CONCLUSIONES
 Los trabajos realizados dentro de promoción de la salud son de vital
importancia, ya que se centran en un sector de la población que aún no
ha sido afectado por alguna enfermedad pero que tiene altas
probabilidades de ser afectado debido a diversos factores riesgo.
 Los factores socioculturales y la perspectiva de género que influyen en
las opiniones de los y las adolescentes y jóvenes acerca de la
sexualidad, su acceso a la información y a los servicios de salud influyen
en la salud sexual y reproductiva y en su bienestar, incluida su
capacidad para protegerse de un embarazo no planificado o adquisición
de infecciones de transmisión sexual.
 Reconocer que los varones tienen responsabilidades que deben
atenderse. Entender que en las decisiones de las adolescentes y
jóvenes acerca de temas de salud sexual y reproductiva influyen
directamente sus padres, sus parejas y deben abordar la necesidad de
empoderar a las mujeres para que tomen decisiones informadas.

RECOMENDACIONES
 Es necesario seguir con los trabajos de promoción de la salud sexual y
reproductiva, sobre todo a los jóvenes, ya que son ellos los más
propensos a verse afectados por enfermedades de transmisión sexual o
incluso embarazo adolescente y no planificado.
 Se deben concebir programas para adolescentes y jóvenes activos
sexualmente, que aspiran a impedir embarazos y reducir su exposición a
la transmisión de infecciones de transmisión sexual. Estos programas
deberían combinar la educación, sensibilización, consejería, pues
probablemente encontrarán resistencia en las fuerzas socioculturales
imperantes actualmente, y ofrecimiento de medios de regulación de la
fecundidad.
 En la adolescencia y pre adolescencia podemos ya abordar aspectos
más directamente vinculados a la prevención y anticoncepción. Sin
embargo esto no significa que tengamos que descuidar la parte afectiva
y emocional, todo lo contrario debe cobrar especial relevancia.

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BIBLIOGRAFIA

 Gómez, J. (2013). Psicología de la Sexualidad. Alianza editorial;


Madrid, España.

 Shibley, J. (2006). Sexualidad Humana. McGraw-Hill; México, D.F.

 Conrad, S. (2002). Inteligencia Sexual. Editorial Planeta;


Barcelona, España.

 Eresta, J. (2013). Relaciones Afectivas y Sexualidad en la


Adolescencia. Madrid, España

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