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El cerebro adolescente
“La música que escuchamos entre los 15 y 22 años, el cerebro la piensa como la
mejor. Aun cuando los adolescentes se inclinan por tener emociones breves,
buscan probar de todo porque no consideran que algo les pueda pasar y están
ciertos de que les falta mucho por vivir. Sin embargo, ansían desenvolverse lo más
rápidamente posible en todos aspectos. La primera vez de cualquier
acontecimiento lo conservan para siempre en su memoria debido a que
experimentan muy intensa y significativamente su primer abrazo, su primer beso,
su primera pareja, su primer viaje, etcétera”, afirmó el experto.
Durante una conversación, a las mujeres debe hablárseles sobre la emoción del
contexto y no únicamente relatarles los hechos per se, dado que al exponerles
estos de manera simple, no se logrará que se interesen en la conversación, como
tampoco se mostrarán interesadas en nadie que no las mire porque el contacto
visual es de igual modo fundamental para ellas, indicó el ponente.
“Una mujer utiliza cerca de 20 mil palabras diariamente, el hombre solo siete mil.
Ellos han dejado de leer hace mucho tiempo y prefieren las imágenes por sobre
las palabras, así como los espacios físicos. Las mujeres siguen amando las
palabras y leen todo. Después de una embolia por ejemplo, ellas recuperan el
lenguaje más rápido que los hombres porque sus habilidades lingüísticas están
mayormente diseminadas en el cerebro, en tanto, en los cerebros de ellos, solo se
concentran en ciertas áreas”.
Por lo anterior, de acuerdo con los estudios de P. K. Atrey, “el cerebro masculino
prefiere un lenguaje directo y recibir instrucciones precisas. ‘Toma eso, mueve
eso, vamos a tal lado…’ Mientras que ellas aprecian más las preguntas y la
inclusión: ‘¿Y si hacemos esto? ¿Por qué no mejor lo ponemos allá?’ Aunque el
sentido sea el mismo, a la mujer se le deben plantear las cosas como pregunta,
mas no imperativamente. En ellas la forma cambia el fondo y agradecen el
lenguaje colaborativo porque repelen las órdenes”, aseguró.
Que las neuronas de las mujeres sean más grandes de tamaño que las de los
hombres, tiene grandes implicaciones. El encéfalo femenino reacciona mucho
mejor a la interacción social, el masculino, no. Los caballeros son mucho menos
propensos a preocuparse, responden a sus emociones usando la lógica, la mujer
no, y evolutivamente ella está preparada para realizar múltiples tareas al mismo
tiempo, de lo cual son incapaces los hombres, dijo el doctor en ciencias Pradeep
Kumar Atrey.
Un detalle que adicionó respecto a los cerebros de adultos mayores es que se
distraen con facilidad, hacen caso omiso de mensajes negativos y reaccionan
enérgica y animosamente a la música de sus primeros años.
Para lograr que alguien quiera comerse algo, señaló P. K. Atrey, lo más útil es
anunciarlo porque eso invita a que el cerebro lo desee. El aroma igualmente es
básico, existe una parte en el cerebro donde residen el olor y sabor que después
se mezclan. “Cuando no se tiene buen olfato, los platillos no se antojan. Cualquier
tipo de alcohol, antes de tomarlo, se huele y eso hace una gran diferencia”.
Asimismo, ver los alimentos mientras se preparan hace que el cerebro quiera
consumirlos, de ahí el éxito de las cafeterías modernas, en las que el consumidor
paga por la experiencia de observar cómo su pedido se hace en el momento. A
partir de imágenes, de mostrar frescura y visualizar el proceso de elaboración, el
cerebro disfruta y saborea lo comestible. Utensilios de madera, piedra o cerámica
son mejor admitidos por el cerebro cuando de comer se trata, aseveró el
investigador.
Ahora bien, ¿cuándo el cerebro considera que algo es lujoso? Pradeep sostiene
que un objeto representa mayor ostentación entre más pequeño y sofisticado sea.
Sin embargo, para el cerebro, la altura y el peso también simbolizan lujo. Las
piezas artesanales, lo que se hace a mano y aquello que implica más tiempo para
producirse, significa calidad y magnificencia.
Por otra parte, la rareza, que haya pocas cosas iguales de algo, denota categoría.
El color, cuando algo es negro con dorado o plateado, se aprecia elegante. Lo que
tiene listones igual, por eso los regalos llevan moño.
El cerebro y la publicidad
Para concluir, Pradeep recomendó evitar el uso de maniquíes sin cabeza, piernas
o brazos, porque el cerebro reacciona negativamente a partes mutiladas: “Figuras
así, en lugar de atraer, alejan. En las tiendas se debe considerar la instalación de
un televisor, pues resulta ideal para los acompañantes. Cuando los hombres ven
programas, deportes o alguna serie donde se escenifican triunfos,
automáticamente experimentan euforia, y una vez que la mujer le pregunte cuál
vestido, blusa o par de zapatos llevar, el cerebro masculino sin pensarlo mucho
responderá: llévate todo”.