IO

·.lit . o
o
o
..--
~
(')
:e ~
80
'l""
m
.¡ .• .,;- ~J ~). ~ ~ ~~ ~ H10005

EL INDIGENISMO
EN CHIHUAHUA

. . , ;"
~:t-:"• ~
¿;,··~·
.
.'.
·~w~· - ~~
~:
' .
1ii
...
~
.
~.r.,..,.
•

o ~"
fZ
..{

1'-"10
SH

ESCUELA NACIONAL DE
~NTROPOLOGlA t HISTORIA
UNIDAD CHIHUAHUA
B u i. , O T E C A
"GUH.lERMO BONFIL BA"fAllA"

•z· ·r lllL.
 JUAN LUIS SARIEGO
Compilador
.·:~ "~ \. ~ ;¡~~ 3. ~--~ fl10005
11

EL INDIGENISMO
EN CHIHUAHUA
i
1
Antología de textos

f ~~¡;i\T
.•
'/J~
m.t,..~~
~ . ....
...
\, ..

o ~
~'4'¡ -t.'~<:)
( su

ESCU'ELA NACIONAL DE
~NTROPOLOG!A E HISTORIA
UNIDAD CHIHUAHUA
Bib O TECA
"GUILLERMO BONF!L BATALLA"

t
r~;

~'
i

~:

~
.··1-··CULTUR&.
Escuela Nacional de Antropología
e Historia - Unidad Chihuahua
FIDEICOMISO PAl\t> IA
.·.·= ....
Instituto Nacional de Antropología ··:: :··MEXICO/USA
Rlll1ACDlaocmnta•~a.'tl'llM.lo\llCOllR
e Historia
"" """'"""""'"'u°"'"''"'""'
 .
•,'\

;;t .r,

- ;-~
PRESENTACIÓN
fl10005
Por muchos flancos, el indigenismo oficial, el que el Estado mexi-
cano institucionalizó por décadas para integrar. en la nación a los
pueblos indios, ha estado siendo acosado y criticado en los últimos
tiempos. Al indigenismo y a sus instituciones se les acusa de pater-
nalismo, de burocracia y de ineficiencia y no pocas voces se alzan
para exigir su desaparición proponiendo, a cambio, que sean los
propios grupos étnicos quienes decidan y conduzcan, en el marco
de un proyecto autonómico, sus nuevas formas de relación con el
Estado y con el resto de la sociedad nacional. En el tiempo presente,
el levantamiento chiapaneco vino a poner este reclamo indígena en
el centro de los debates de la agenda política nacional. A todas lu-
ces, hoy parece ya evidente que ese viejo modelo de integración de
los grupos étnicos a la nación ha llegado a su fin histórico y que es
urgente encontrar otros esquemas en los que el Estado y la sociedad
nacionales reconozcan a los pueblos indios su derecho a redefinir
las vías de su identidad, desarrollo y autodeterminación.
Primera edición: octubre de 1998
En las vísperas de su anunciado fmal, quizás no sea vano, sin
embargo, analizar y revisar cual es el legado que nos dejó este indi-
·~. ©Juan Luis Sariego Rodríguez, 1998. genismo que hoy ya está en su ocaso y que muchos ya dan por
D.R.: Escuela Nacional de Antropología muerto. Y para ponderar y sopesar el influjo que tuvo esta política
e Historia - Unidad Chihuahua institucional del Estado frente a los grupos indios, parece pertinente
Calle 1Oa. número 1608 recurrir a un enfoque regional. Esta antología trata precisamente de
Chihuahua,Chihuahua,31000 rastrear los hilos conductores de las primeras etapas (1900-1960) y
,.1
Tel. (14) 37-0470
proyectos del indigenismo gubernamental en tierras serranas de Chi-
Fotografía de la portada: Olga Sánchez Caro huahua. Al reconstruir estos pasajes un tanto olvidados en la histo-
Fotografías interiores: Francoise Brouzes y Juan Luis Sariego riografia local, pretendemos contribuir a una reflexión sensata que
Edición, diseño y producción: perfile un nuevo modelo de relación entre le sociedad chihuahuense
Ediciones del AZAR A.C. y los pueblos indios de esta tierra.
Calle 17 número 117 Una tesis central destaca a lo largo de estos textos: en contra de
j Chihuahua, México, 31000
Tel.: (14) 17-2852
quienes han pretendido explicar la historia de la política indigenista
como un proyecto lineal, homogéneo en todo el país y apegado a las
' 1 Hecho en México/Made in Mexico ideologías, los postulados y los P.aradigmas que construyó la antro-
J"I
M
1~
5
1 í
 .•·, t:.'.-·
pología mexicana a partir de 1920, la crónica regional que aquí se "'
recoge apunta más bien a un proceso mucho más complejo y hete-
rogéneo en el que las prácticas y las ideologías se combinaron de
formas diversas para dar lugar a una serie de experiencias origina-
les, derivadas de un contexto étnico particular.
La política indigenista en la Sierra chihuahuense tiene sus orí-
genes en la experiencia misionera colonial. En los inicios de la cru-
,, zada evangelizadora, a principios del siglo XVII, los misioneros je-
,,
,1~ suitas hicieron realidad en la Sierra Tarahumara una concepción in-
""
.~!
tegrada de la fe y el progreso a través de la implantación de los
'tJ', pueblos de misión que, además de prefigurar una «ciudad sagra-
1l
'~li,, da», asumieron,el carácter de una utopía terrenal orientada a la au-
,¡~
1;
tosuficiencia económica, la división del trabajo y la consecuente
diversidad productiva.
Pero este modelo de evangelización y desarrollo vino precisa-
mente a desintegrarse al debilitarse el fundamento básico que, artifi-
~ cialmente, lo había sustentado: el principio de la comunidad. En
efecto, el sistema de pueblos de misión que implicaba reducir y fijar
a los indios a un territorio, obligarlos a aceptar una jerarquía comu-
nal sustentada en una estructura de cargos impuestos por los misio-
neros y sustituir las tradiciones productivas ligadas a la caza y reco-
lección por una cultura basada en la agricultura sedentaria nunca
pudo, en realidad, imponerse.
A pesar de los esfuerzos misioneros, los tarahumaras, tepe-
huanos, pimas y warojíos expresaron durante este primer siglo y
medio de contacto con los europeos, una abierta resistencia a acep-
tar un patrón de comunidad impuesto que venía a poner en entredi-
cho principios culturales tan arraigados como la dispersión territo-
rial y la movilidad espacial, la diversificación de estrategias producti-
vas, el rechazo al trabajo asalariado y la ausencia de sistemas de
' 1 control político, militar o administrativo.
l'C
M
Desde la resistencia pasiva hasta la rebelión armada, muchas
ll fueron las estrategias que pusieron en juego estos grupos étnicos
11 para defenderse de aquella visión occidental, convertida en utopía
religiosa, que creía que el progreso sólo es posible en el ámbito de
6 7
la comunidad. Al final del siglo XVIII, cuando los jesuitas fueron
expulsados de los territorios de misión, las «naciones indias» que
los misioneros habían imaginado en sus crónicas volvían a restaurar
el viejo orden social y las formas tradicionales de adaptación al medio
previas a la época de la utopía religiosa. Ante la presión de la colo-
nización mestiza, muchos núcleos indígenas huyeron hacia zonas
inhóspitas y despobladas para recrear ahí los viejos principios de la
sobrevivencia y autonomía seminómadas. Y al tiempo que la Sierra
de Chihuahua se «reindianizó», el sueño de la autosuficiencia co-
munal se convertía en un mito extraño.
11
La vieja creencia de que el progreso de los pueblos indios sólo
es posible a partir de la construcción de un régimen tutelado de
comunidad volvió a renacer en la Sierra Tarahumara a principios de
este siglo, pero en esta ocasión, con una connotación más laica y
liberal. Fue ésta la etapa en la que indigenismo asumió la modali-
dad de una política incorporacionista de los indios a la nación y al
progreso.
En efecto, ante la imposibilidad de incidir abiertamente en las
formas tradicionales de vida de los indígenas, los agentes institu-
cionales del indigenismo, tanto religiosos como civiles, considera-
ron más viable y eficaz la estrategia de crear artificialmente un mo-
delo de comunidad típicamente occidental y adscribir a ella a indi-
viduos extraídos del medio indígena para inculcarles los valores del
progreso y la civilización. En esta búsqueda encaminada a «rein-
ventar» la utopía de la comunidad tuvieron lugar, a principios de
este siglo, los primeros experimentos de las colonias agrícolas indí-
genas en la Sierra Tarahumara, con dos modalidades, en realidad no
muy distintas. La primera derivó de la «Ley sobre la civilización y
mejoramiento de la raza Tarahumara» dictada, en noviembre de 1906
por el gobernador de Chihuahua Enrique Creel que establecía, entre
otras cosas, la creación de colonias tarahumaras formadas a partir
del reparto de tierras, ganado e instrumentos de trabajo otorgados a
indígenas que optaran por abandonar sus lugares de origen y sus
arraigadas costumbres bárbaras para asumir de buen grado «el or-
den, la moralidad, las buenas costumbres, el amor a la instrucción y
"'
al trabajo», símbolos todos ellos de su conversión a una vida civili-
zada. Para bien o para mal, la propuesta de Creel nunca llegó a ha-
cerse realidad. De ella sólo se derivó la creación de una colonia
agrícola instalada por algún tiempo en la ciudad de Creel, a la orilla
del ferrocarril y lejos del medio agreste tarahumara.
La segunda modalidad de colonias estuvo en manos de los mi-
sioneros jesuitas que, en 1924 inauguraron la «Colonia agrícola
Catequista» de Sisoguichi, integrada originalmente por cuatro fami-
lias jóvenes de tarahumaras y en la que se repartieron tierras agríco-
las, se instalaron escuelas-internado y algunos talleres artesanales,
hasta que la colonia decayó en los años cuarenta. En términos gene-
rales puede decirse que estos experimentos de «reinventar» una co-
munidad indígena bajo la tutela del gobierno o de la Iglesia fueron
un fracaso y no tuvieron incidencia alguna en el conjunto de la po-
blación indígena.
No es menos cierto, sin embargo que muchos de los programas
de desarrollo emprendidos por organismos indigenistas en la Sierra
Tarahumara desde los años cincuenta volvieron a recrear la vieja
utopía de la comunidad tutelada y con ella trataron de imponer de
nuevo una concepción del territorio lejana a la idiosincrasia indíge-
(na. Así, al pensar el ejido y el pueblo como eje de toda intervención
)modernizadora y como espacio estratégico para la instalación de
) todo tipo de servicios de bienestar social, olvidaron que la percep-
¡ ción indígena del territorio apunta más bien hacia una estructura de
) asentamientos dispersos y, en muchos casos, hacia una movilidad
l
¡.
1
'estacional de la población entre la barranca y la Sierra.
!
IU
Si la utopía del progreso de los pueblos indios basada en la in-
vención de un régimen de comunidad tutelada acabó por ser deste-
rrada en la Sierra Tarahumara fue en gran medida porque, frente a
ella, se impuso otra concepción, también de raíces occidentales, que
ha postulado, desde hace mucho tiempo, que el desarrollo sólo es
8 9
concebible a partir de la asimilación del indio a los patrones de la
cultura nacional. En esta cruzada de «mexicanización» del indio
ninguna estrategia pareció más efectiva que la del mestizaje. Un
experto conocedor de la Sierra Tarahumara, el economista Moisés
T. de la Peña escribía al respecto en 1945:
... Este proceso de la mexicanización del indio, tan de-
seado como fecundo en resultados para la colectividad y
sobre todo para los mismos actores, ha tenido su más
completa realización [... ] en los estados del Norte de la
República, donde con-currieron varios factores [... ]:uno
de ellos fue el gran atraso cultural del indio nómada que
vivía de la caza y la recolección; otro, el corto número
de estos grupos errantes y otro más el de su libérrima
bravura que les mantuvo en lucha permanente con los
conquistadores, y después con los mestizos, hasta su total
extinción por muerte o por asimilación de cuantos caye-
ron prisioneros o acabaron por someterse. Fue así como
quedaron libres del problema indígena los estados de
Tamaulípas, Nuevo León Coahuila, Zacatecas y Aguas-
calientes, casi la totalidad de Durango, Baja California
y Sinaloa y la mayor parte de San Luis Potosí, Sonora y
Chihuahua, donde subsisten pequeños grupos de los
pocos indígenas que eran sedentarios desde los tiempos
de la conquista, los que van mexicanizándose a gran pri-(
sa d.onde quiera que la fa~ilidad de ~omunicaciones hizo\
posible una gran afluencia de mestizos que en parte ex- j
pulsaron al indio con sus violencias y rapacidades y, al
constituir mayorías asimilaron al resto ... 1
En realidad, la política del mestizaje como estrategia del pro-
greso comenzó a ser promovida en la Sierra Tarahumara, varias
décadas antes de la consumación de la nación mexicana. Fueron las
reformas borbónicas emprendidas a finales del siglo XVIII por el
visitador José de Gálvez y por el primer comandante general de las
1
Moisés de la Peña, «Lamexicanización del indio. Un problema económico»,
Revista de Economía, 1945:4-5.
 \
Provincias internas Teodoro de Croix, las que fomentaron una polí- "'
tica de repoblamiento del territorio serrano con miras a frenar toda
posibilidad de rebeliones multiétnicas como la que tuvo lugar en
una gran parte del noroeste novohispano entre 1750 y 1790. El
nuevo ideal de colonización propugnaba un modelo laico de socie-
dad civil integrada por pequeños propietarios agrícolas donde las
diferencias étnicas entre mestizos e indios fueran borradas en aras
del progreso.
El repoblamiento territorial de la segunda mitad del siglo XVIII
consumó la desintegración de los pueblos de misión al establecer la
libertad de adscripción y circulación de los indígenas, pero sobre
todo, vin°-_ªJ~gitimarJa .presencia deJos JJ:.l~sti~º-8--~J:llª-fü_yJ:ra que
hasta entOnces habían sidoahµy~ptªdos ydemmciados por los misio-
neros como un elemento de perniciosa influencia entrelos i:ii@tos.
Fue así como se formaron núcleos de población mestiza inlegrados
por mineros y gambusinos, rancheros y vaqueros, arrieros, 1Il~rca­
deres y un sinnúmero de aventureros.
Las políticas de repoblamiento y mestizaje fomentadas a fina-
les del siglo XVIII tuvieron una clara continuidad a lo largo de todo
el siglo XIX, cuando los primeros gobiernos locales y nacionales
promovieron, de múltiples formas, la desintegración de las tierras
comunales de los pueblos indígenas: ,a la Ley de Colonización de
1825 que permitió a los mestizos adquirir Íierras' oéio~_ai_nQ_iiQ_iO:
tadas por las comunidades indígenas vino a sumarse la Ley de des-
amortización de rn(lnos muertas de 1856 y su posterior. apiicación
en 1859. Todo ello configuró el eje de una cruzada civilizatoriaque
pretendía integrar los grupos étnicos serranos a la nación a través de
\la asimilación con sus vecinos mestizos.
En el transcurso del siglo XX la penetración mestiza en territo-
rio serrano tuvo un alcance mucho mayor que el de épocas anterio-
res. En una primera oleada derivada de un inusitado auge minero
entre 1880 y 191 O, se formaron y consolidaron una serie de centros
mineros mestizos ubicados en su mayoría en el área de las barran-
cas. Después de 1920, la Reforma Agraria atrajo hacia los nuevos
ejidos un número importante de migrantes mestizos, todos ellos
10
convertidos en demandantes de tierras. Finalmente, la construcción'"'\
del ferrocarril Chihuahua-Pacífico y la expansión de la industria /
maderera vino a configurar un proceso de urbanización en pueblos J
y ciudades mestizas que hoy son los centros neurálgicos de la eco-(
nomía y el comercio en la Sierra de Chihuahua. (
Después de varios siglos de experimentos, el viejo sueño de'¡
promover el desarrollo de los pueblos indios serranos a través de su '¡
asimilación a la vida mestiza sigue siendo hoy un núcleo de contra- l
dicciones y no son pocos los que consideran que la presencia mes- l
tiza, lejos de constituir un aliciente para el desarrollo delos grupo~/
étnicos se ha convertido en uno de sus principales obstáculos ....../
IV
La moderna política indigenista en la Sierra Tarahumara puede
decirse que inició a partir de las reformas sociales derivadas de los
postulados de la Revolución. Al fmal de los años veinte, como qui-
zás nunca antes, el Estado comenzó a hacerse presente en el medio
indígena de la Sierra de Chihuahua, en dos ámbitos significativos:
los primeros repartos ejidales de la tierra y la implantación de un......_,
incipiente sistema educativo. Después, en los años del cardenismo \
se plantearon algunas de las propuestas más radicales para enfrentar ~
los problemas de la Sierra Tarahumara. De entre ellas, una en parti-
cular, habría de tener a la larga una importancia estratégica: la con- .
formación, en 193 9, del Consejo Supremo Tarahumara. Catorce años )
después y a solicitud de este Consejo, fue creado el Centro Co()i,:,dk
~~-~()r mdig~11J~ta 4~ la T:;ir@'l!P-1'1!ª' orga~o a t;;~és -a~r¿~al se .•
"hici~ron presentes en la Sierra de Chihuahua las teorías y prácticas
de la acción integral que por esos años pregonaba el recién creado I
Instituto Nacional Indigenista.
La acción del INI en la sierra chihuahuense siguió varias líneas
directrices pero de todas ellas sin duda fueron los programas fores-
tales los que más prioridad recibieron. La explotación del bosqu~
1
pasó a ser vista como el núcleo básico desctéel cual podía ser facti- (
il'1,1
ble el desarrollo integral de las comunidades indígenas. Las ganan- \
cias acumuladas en los aserraderos permitirían a la larga la rein:,..;
11
~\. "
to es reconocer que, durante ese tiempo, contamos con el apoyé fi:·
nanciero del INAH y, en especial, del CONACYT, instituciones a quie-
nes agradecemos su patrocinio.
La publicación de esta Antología sólo fue posible gracias al
,!,. .LA SIERRA TARAHUMARA
apoyo financiero que la ENAH Chihuahua recibió del Fideicomiso ;¡ ~ ·~ m
para la Cultura México/USA a quien expresamos aquí nuestro reco- l ,¡ F 1
~·

nocimiento. Este apoyo formó parte de los proyectos aprobados en

el Programa cultural de 1997, lo que nos permitió consolidar el

~
Acervo de Documentación Arqueológica, Histórica y Etnográfica
de la Sierra Tarahumara (ADAHESTA) con que cuenta nuestra escue-
la y que ha sido coordinado por el Arqueólogo Francisco Mendiola.
La transcripción y revisión cuidadosa de los textos estuvieron
a cargo de Alejandra Esparza, Karla María Hemández, María Jaú-
regui y Yubia Izet Medina, todas ellas alumnas de la ENAH-
Chihuahua. Cabe señalar que, hasta donde una correcta compren-
sión de los textos lo permitió, se respetó en la transcripción la ver-
sión original de los documentos.
La difusión y publicación de los textos recogidos en esta Anto-
logía, sin duda contribuirán a una reflexión con perspectiva históri-
ca sobre el pasado y el nuevo futuro de las relaciones entre el Esta-
MIMl·
do y la sociedad, por una parte, y los pueblos indios de Chihuahua, •
por la otra. ........... ·~
Quienes nos hemos dado a la tarea de seleccionar y editar estos ,1' "~... .
7'\. "\
...
textos pensamos que su lectura y análisis coadyuvarán a un mejor ) ~~....
entendimiento de lo que fueron las tareas del indigenismo en la Sie- dálli$~'

rra Tarahumara así como de las variadas formas de resistencia -activa

. {';' '\_ . ooRANGo
y pasiva-, asimilación y diálogo de los pueblos y comunidades
¡
indígenas frente a estas acciones. t
"t ¡'
,,...- .... ;,,,./'
V

' - TerriWrl& tll d siglt\ XV:It

Juan Luis Sariego Rodríguez · . . E¡panri6Jlhacia d BfSt(
dlmlóte la tplltll eokinW
- 'rmiterio entm
Chihuahua, Chih., septiembre 1998. Ali>nbo: !"<!nniA¡¡iW C. W, -r-hu-'. 1~.V?. Toow:i<>~ Mer1fü, w,· AlmGl'hmmurill, 19S:2'12.

14
"' Alo largo del siglo XX la problemática de la Sierr:a Tarahumara
· origen a una gran variedad de proyectos, programas, leyes y
,amentos por parte del poder público. En este capítulo se pre-
.tan cuatro textos que tienen que ver con la definición de los
más importantes proyectos indigenistas que afectaron a los
blos indios de la Sierra de Chihuahua en este siglo. Cada uno
ellos visualiza el problema indígena de una manera particular
~repone estrategias de solución específicas.
El primero de estos proyectos, que toma la forma de una
:y estatal de 1906 sobre la civilización y mejoramiento de la
.aza Tarahumara, es obra del gobernador Enrique C. Creel y es
robablemente una de las elaboraciones más acabadas del libera-
•
llamo mexicano de principios de siglo sobre la problemática indí-
gena y su solución.
Partiendo de inicio de los graves problemas agrarios y la ex-
plotación a la que estaban sometidos los tarahumaras, la ley es-
tablecía que la tutela de los indios quedaba en manos del Estado
a través de una Junta Central protectora de indígenas y concebía
el «mejoramiento» de éstos a partir de la implantación de refor-
mas agrarias y educativas tendientes a inculcar entre los indios
los valores y prácticas de la cultura y la civilización occidentales.
El estallido de la revolución vino a poner término a los sueños
civilizatorios de Creel; su proyecto se quedó en el papel.
El segundo proyecto indigenista que aquí se recoge corres-
ponde a una propuesta surgida en 1936 de una Comisión inter-
institucional conformada a partir de un acuerdo del presidente
Cárdenas y presidida por representantes del Departamento del
Trabajo.

17
:,¡. ""
A lo largo del siglo XX la problemática de la Sierra Tarahumara
dio origen a una gran variedad de proyectos, programas, leyes y
reglamentos por parte del poder público. En este capítulo se pre-
sentan cuatro textos que tienen que ver con la definición de los
tres más importantes proyectos indigenistas que afectaron a los
pueblos indios de la Sierra de Chihuahua en este siglo. Cada uno
de ellos visualiza el problema indígena de una manera particular
y propone estrategias de solución específicas.
El primero de estos proyectos, que toma la forma de una
Ley estatal de 1906 sobre la civilización y mejoramiento de la
Raza Tarahumara, es obra del gobernador Enrique C. Creel y es
probablemente una de las elaboraciones más acabadas del libera-
lismo mexicano de principios de siglo sobre la problemática indí-
gena y su solución.
Partiendo de inicio de los graves problemas agrarios y la ex-
plotación a la que estaban sometidos los tarahumaras, la ley es-
tablecía que la tutela de los indios quedaba en manos del Estado
a través de una Junta Central protectora de indígenas y concebía
el «mejoramiento» de éstos a partir de la implantación de refor-
mas agrarias y educativas tendientes a inculcar entre los indios
los valores y prácticas de la cultura y la civilización occidentales.
El estallido de la revolución vino a poner término a los sueños
civilizatorios de Creel; su proyecto se quedó en el papel.
El segundo proyecto indigenista que aquí se recoge corres-
ponde a una propuesta surgida en 1936 de una Comisión inte~­
institucional conformada a partir de un acuerdo del presidente
Cárdenas y presidida por representantes del Departamento del
Trabajo.

17
 Del texto, hemos seleccionado aquellas partes qu~ contié-
nen una serie de medidas «radicales» para enfrentar el atraso
económico de los tarahumaras. Dichas medidas son una curiosa
mezcla de radicalismo político y de indianismo a ultranza. Porque
si por una parte proponen la modernización de la economía indí-
gena, por otra, abogan explícitamente por la autonomía del gobier-
no indígena, retomando así la vieja utopía misionera de la auto-
suficiencia comunalista y la autarquía de la «república de indios».
El tercero y cuarto textos se refieren a la creación, en 1952,
del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara dependien-
te del Instituto Nacional Indigenista y con sede en Guachochi.
Al respecto incluimos el acuerdo de su creación y una muy inte-
resante carta del doctor Gonzalo Aguirre Beltrán, a la sazón sub-
director del INI, en la que plantea a grandes líneas las tareas que
habrá de enfrentar el nuevo Centro Coordinador, para entonces
el segundo en su género (tras el de San Cristóbal de las Casas en
Chiapas), fundado por el INI.
El texto de Aguirre Beltrán incluye, entre otras cosas, las
razones que llevaron al INI a decidir que el poblado de Guachochi
se convirtiera en la sede del Centro Coordinador. También con-
tiene una serie de reflexiones en las que, el más importante teó-
rico del indigenismo integrativo, trata de aplicar sus tesis a las
condiciones etnográficas tan particulares de los pueblos indíge-
nas de la sierra chihuahuense.
El Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara habría
de convertirse en el organismo a través del cual y por cinco décadas
se han hecho presentes en la Sierra de Chihuahua las teorías y
prácticas del indigenismo integrativo.
18
l. EXPOSICIÓN DE MOTIVOS QUE PRESENTÓ EL
EJECUTIVO DEL ESTADO DE CHIBUAUA SOBRE CIVILI-
ZACIÓN Y MEJORAMIENTO DE LA RAZA TARAHUMARA,
Y LEY EXPEDIDA ACERCA DEL ASUNTO POR LA H.
LEGISLATURA.1906.*
INICIATIVA DEL EJECUTIVO
Como esa H. Legislatura lo sabe bien, el problema de la raza
indígena es uno de los que más honda y fundadamente preocupan a
los hombres pensadores del país, que consideran el porvenir de la
patria vinculado a la existencia de habitantes bien dotados, vigoro-
sos y capaces de hacer frente a las dificultades del tiempo y a la
competencia que puedan oponerles otros países e individuos; pues
si bien México ha menester de extranjeros laboriosos y honrados
que le traigan el contingente de su actividad y de su capital, más
necesita que sus nacionales sean capaces de competir fructuosa y
noblemente con aquellos, de cooperar a los fines de la cultura y de
aumentar, reproducir y mejorar el elemento autóctono, que ya tiene
comprobada su aptitud para la existencia y su fácil adaptación al
suelo nativo.
Para el Estado de Chihuahua se toma esta necesidad muchísi-
mo más imperiosa que para cualquier otro de la República, ya que
lo enorme de su territorio y lo exiguo de su censo virtual contrastan
lamentablemente; de forma que si se restan del núcleo trabajador
las munerosísimas personas que por razón de su sexo o de su edad
no pueden considerarse elemento activo de labor, dicho elemento
viene a quedar reducido a una cifra verdaderamente pequeña, dada
la corta densidad de habitantes con que contamos por milla cuadra-
da. Y si a tal circunstancia se añade que los tarahumares, que cons-
tituyen por lo menos la sexta parte de la población de nuestro terri-
*Tomado de la edición de la Imprenta de Gobierno a cargo de Gilberto A. de la
Garza, Chihuahua, 1906.
19
 torio, no producen nada y son punto menos que nulos como cdhsu:
Todos los terratenientes ávidos de aumentar sus posesiones rústi-
midores, se concebirá la gran trascendencia del problema del traba-
jo entre nosotros. cas, todos los especuladores que desean hacerse sin gran costo con
animales o con objetos de uso de los que suelen los indios fabricar,
Como saben muy bien los señores Diputados, la raza tarahumara
y principalmente los que pretenden disponer de la leña y maderas
se extiende en toda la serranía occidental de Chihuahua, en una
de los montes o de las personas de los naturales, han entrado en la
zona que comprende los distritos de Iturbide, Guerrero, Benito Juárez,
Sierra con los propósitos ostensibles de comerciar, de obtener líci-
Hidalgo, Rayón, Mina, Arteaga y Andrés del Río, hasta los límites
tos lucros, de procurar mediante convenios libremente ejecutados la
con los Estados de Sonora y Sinaloa. A pesar de las escasas condi-
adquisición de territorios; pero en realidad para conseguir por canti-
ciones que para la vida ofrecen tales territorios, los tarahumares se
dades insignificantes el mejor pedacillo de tierra, el animal más útil
multiplican con una celeridad y una violencia que no sólo son de
o el objeto cuya elaboración había costado largos días de trabajo.
maravillar, sino que demuestran la pasmosa ·aptitud que para la vida
Desde hace muchos años ya se quejaban los tarahumares de las in-
poseen dichos naturales. A principios del siglo pasado el censo que
cursiones que entre ellos hacían algunos blancos codiciosos; pero
entre ellos se practicó no delataba más de 20,000 indios; en la ac-
semejante situación ha adquirido un carácter de palpitante actuali-
tualidad, sólo los de raza pura suman más de 53,000 sin contar los
dad en los momentos presentes, en que el auge de los negocios, el
que, mezclados con otras razas y sobre todo con la blanca, apenas
mejoramiento económico y la prosperidad industrial, felizmente al-
pueden considerarse como ramificaciones de los primitivos indí-
genas. canzados por nuestra patria, y sobre todo el alza que súbitamente
han adquirido las tierras en aquellas partes de nuestro Estado por la
En concepto del que suscribe, es asunto de conveniencia públi-
demanda que tienen ya para el cultivo, ya para la explotación de
ca y de mejoramiento económico el conseguir que tales sujetos,
montes y bosques, ya para el establecimiento de haciendas meta-
ahora alejados de todos los beneficios de la cultura, empiecen a
lúrgicas o de industrias diversas, hacen que los propietarios, que
participar de ella en la medida de sus aptitudes; pero a tales circuns-
antiguamente abandonaban sus terrenos tomen posesión de ellos
tancias deben sumarse la natural emulación patriótica, el amor a
sin demora; que el gobierno de la Unión realice a gran prisa y con
nuestro Estado, la idea de que sólo mediante el aumento de pobla-
sumo aprecio los predios baldíos y nacionales que en la Sierra se
ción trabajadora y viril se conseguirá poner a Chihuahua en el punto
encuentran y que los especuladores redoblen sus artimañas para
que ambicionamos los que tenemos interés por su adelanto, y otras
conseguir que los indios les vendan a vil precio lo que ha sido siem-
muchas consideraciones que sería largo exponer en este lugar; por
pre su habitación y constituido el centro de su vida.
eso me he determinado a proponerle a esa H. Legislatura se sirva
El fenómeno no es nuevo en verdad; ya en el siglo de la con-
dictar las medidas conducentes para conseguir dicho fin.
quista lo mencionaba uno de los historiadores primitivos, Torque-
La situación de los tarahumares se vuelve cada día más dificil
mada, que se expresaba así a propósito de las leyes de Felipe II en
y más digna de llamar la atención de legisladores ilustrados como
favor de los naturales: «Mas es tanta la codicia y poca cristiandad
los que forman ese H. Congreso. Primitivamente ocuparon estos
de algunas particulares personas, a quienes la ejecución de este ne-
infelices grandes extensiones de terreno en la llanura de Chihuahua
gocio se cometió, que no tuvieron ojo sino a apañar lo que pudie-
y en las vertientes de la Sierra Madre; pero a medida que ha pasado
ron, arrinconando a los indios en las peores tierras y dejando las
el tiempo su situación ha sido menos favorable que en su origen.
mejores vacías, con la esperanza de entrar ellos, u otros sus amigos
20
21
 en ellas, que fue ocasión de desbaratarse los indios y cesar'ia j'Unta
1111, se ocurre, naturalmente, pensar cuál deba ser la forma de ejecu-
de los pueblos, por no saber los virreyes de quien se confiar. Mas yo
1111' tal obra; ya que en nuestra historia contamos con muchas y muy
digo, que si hubiera castigo para los que hacen mal lo que el rey les 1
diversas tentativas emprendidas en diferentes épocas de nuestra vida
encarga, y premio para los que en sus cargos son fieles, los hombres
social y política para proteger a los indios y sacarlos de su estado de
se esforzarían a hacer lo que deben, que este es siempre mi tema en
la materia de estos sermones». ubyección y miseria seculares.
En los tiempos de la dominación española existió, aunque no
El mal se recrudeció después de la independencia, y ahora, por
puede decirse que haya regido íntegramente un sólo día, el famoso
la entrada de los ferrocarriles en la Sierra, se encuentra en tal estado
código de Indias, llamado con razón «código de exenciones y privi-
de gravedad, que casi no pasan día, mes ni semana sin que ocurran
legios». No solamente estaba prohibido hacer esclavos a los natura-
a este Gobierno, diputaciones de indios quejándose de despojos en
sus pequeñas y ya desmedradas propiedades. les en guerra o fuera de ella, sino que se vedaba a los españoles y a
los caciques que tuviesen en servidumbre a los súbditos. Se mandó
Dichas propiedades están siendo ocupadas por la raza superior,
que los indios no pudiesen pasar de unos españoles a otros. Se pro-
que va desalojando a los indios de sus antiguas habitaciones; aque-
hibió a los gobernadores apremiar a los indios para que hiciesen
llos van enriscándose día por día en las alturas de la Sierra Madre; y
ropa para ellos ni para los corregidores ni para otros ministros ecle-
en la actualidad no poseen los gandules sino tierras de valor insigni-
siásticos o seculares. Se dispuso que los vecinos no tomasen de los
ficante, situadas en lo más alto de las cimas o en lo más hondo de
indios comida ni cosa alguna, y se vedó que se sirviesen de ellos sin
las barrancas, en puntos que por sus condiciones climatéricas sólo
pagarles. El servicio personal de los indios se prohibió absoluta-
son susceptibles de cultivo en épocas determinadas del año y en
mente, y se acordó que no pudiesen ser cargados ni aún por su vo-
condiciones tales que parece imposible que logren esos infelices
luntad ni por mandato de los caciques, ni con licencia de las audien-
seguir subsistiendo en puntos tan agrios como ingratos y dificiles de
producir rendimientos. cias ó gobernadores. A tanto llegaba el cuidado que la ley tenía con
los indios, dice un sociólogo mexicano, que estaba prohibido sacar-
Semejante situación debe conmover a todas las personas que,
los de un país frío a otro caliente y viceversa, por ser nocivo a su
poseyendo un corazón bien puesto, sientan fuertemente arraigado el
salud.
lazo de solidaridad que debe unir a todos los mexicanos con esos
No se tenía por delito, para efectuar y hacer proceso, al impo-
desgraciados hermanos nuestros, que no disfrutan en manera algu-
ner penas, el que los indios se injuriasen de palabra u obra, con tal
na de los beneficios de nuestro adelanto, sino que permanecen en
que no mediasen armas. En algunos delitos, como el amanceba-
idéntica situación a la que tuvieron en los tiempos inmediatos a la
conquista. miento, los indios tenían menos penas que los españoles. Pero nada
puede dar mejor idea de la predilección con que eran vistos los in-
Tales consideraciones me han movido a proponer a la Legisla-
dios, como una ley que previno «que los delitos contra indios sean
tura el proyecto que juntamente con esta comunicación recibirá, y
castigados con mayor rigor que contra españoles y que se conside~
que deseo se sirva tomar en consideración reconociendo la impor-
ren como delitos públicos».
tancia que revisten los puntos de que trata y la significación social y
económica que entrañan aquéllos. Pero juntamente con las prohibiciones favorables las había
embajecedoras y denigrantes. Los indios no podían andar a caballo,
Al meditarse en una ley destinada a favorecer a la raza indíge-
ni portar armas como los españoles, ni usar el mismo traje que ellos.
22
23
 Los conquistadores tasaban el trabajo del indio. Comparando eI"tuer-
po social con el del hombre, se consideraba a los indios como los
pies, es decir, como la parte más inferior. En legislación se les con-
taba entre las personas que el derecho llama miserables. En fm, el
mayor valor que se daba al blanco respecto del indio, podemos gra-
duarlo sabiendo que en una declaración judicial el dicho de seis
indios equivalía al de un castellano.
Pero ya fuera la imposibilidad de practicar estas leyes, ya la
distancia a que se encontraba la colonia respecto de la metrópoli, ya
el espíritu de los tiempos, esencialmente propicio para la violencia,
ya, en fin, circunstancias múltiples, de las cuales no debe de haber
sido la menos importante la laudable aunque exagerada protección
que sobre los individuos de las diversas tribus ejercían las órdenes
religiosas, el resultado fue que a poco andar se encontraron los na-
turales agarrotados por el exceso de protección, incapaces de movi-
miento por el afán que había de ayudarlos y faltos de todo género de
iniciativa por el propósito que existía de impedir que se abusara de
ellos.
Un gran mexicano, nada sospechoso de odio o enemistad hacia
los conquistadores y que, indudablemente, conocía como nadie las
ha conocido, las circunstancias del régimen de la colonia, juzga así
las Leyes de Indias:
«Aquella protección continua apartó a los indios del trato con
los que habrían podido ilustrarlos, les quitó la energía que la nece-
sidad de la propia conservación despierta hasta en el más tímido, y
aniquiló, por decirlo así, su ser individual, absorbiéndole en el de la
comunidad: era un niño sujeto siempre a la patria potestad, y nada
hacía por sí solo. Su legislación especial le protegía y le sofocaba: a
la sombra de ella se desarrolló ese espíritu tenaz y exclusivo de raza
que no desaparece a despecho de leyes y de constituciones. El indio
jamás aprendió a obrar por sí, y hasta hoy, nada sabe hacer sin jun-
tarse con otros, dando a sus acciones, aún las más inocentes, un aire
de motín. Si el gobierno le hubiera dejado entrar a tiempo en la
circulación general, y emprender la lucha por la vida, para lo cual
24
no es tan impropio como parece, en vez de conservar un sistema,
bueno en los principios, malo después, la raza habría tal vez desapa-
recido, desleída en la nación, pero no los individuos, y otra sería
hoy la constitución de nuestra sociedad. Las leyes, lo mismo que
los hombres, deben desaparecer de la escena cuando su papel ha
terminado».
El problema en los tiempos actuales, y sobre todo respecto de
la raza tarahumara, es, antes que todo, un problema esencialmente
económico, esencialmente agrícola, esencialmente ligado a la pro-
piedad de tierras más o menos prósperas que los indios cultiven
aprovechándose de sus productos. Pero en el caso presente hay que
amalgamar la plena posesión y la libertad plena, con la responsabi-
lidad limitada y con el favor que a los indios tiene que otorgarse
para que no sean víctimas de abusos, de arbitrariedades o de engaños.
Prolongar el estado de eterna minoridad, de falta de iniciativa,
de constante tutela y de perpetua dependencia del poder público,
equivale a despreciar las enseñanzas de la historia y a exponerse a
ejecutar una obra baldía y sin resultado práctico ninguno. Dejarles a
los indios la libre y absoluta disposición de lo que se les done, es
tanto como constituirlos en terratenientes interinarlos, enriquecien-
do a unos cuantos especuladores y aumentando los vicios, la falta
de cultura y el horror que contra el blanco siente actualmente esa
raza inferior.
Hay, pues, que combinar dos tendencias absolutamente distin-
tas, si no es que absolutamente diversas y encontradas: la propiedad
individual y el derecho de disponer limitadamente de ella; la protec-
ción que necesita el incapacitado y el libre goce de lo que le toca al
ciudadano; la propiedad territorial, de cuyos productos puede y debe
aprovecharse el dueño, y la propiedad restringida e inalienable a fin
de que no pueda deshacerse de ella quien hará mal uso de su dere-
cho luego que lo goce sin trabas ni dificultades.
Después de muchas vacilaciones y de discutir largamente el
asunto con personas que son una positiva autoridad en asuntos so-
ciales, me resolví a aceptar para los indios el sistema de homestead
25
 que, como se sabe, practican hace largos años los pueblos an~lo-"'
sajones, con gran provecho de la libertad individual, del desarrollo
· de la propiedad y de las garantías y seguridades de que razonable-
mente debe estar rodeada la familia que forma y procría un hombre
libre y responsable.
Proporcionar al indio un campo que pueda labrar sin enajenarlo;
productos de qué mantenerse sin que éstos le sean cercenados ni
arrebatados; y que el predio que se le done, mejorado por el trabajo,
adherido a las tradiciones de familia y al respeto al hogar pase a los
herederos y sucesores con todas sus mejoras, con todos sus aumen-
tos, con lo llenos de ganado y bestias de carga, con los aperos y
útiles de labranza y con todo cuanto haya allegado el dueño en una
vida de labor, orden y economía, parece el ideal superior, el objeti-
vo indudable a que debe tender una legislación positivamente sabia
y que desee sacar al aborigen de su abyección y metamorfosearlo en
ciudadano, en padre de familia y en hombre útil a la comunidad.
Tal debía ser y tal fue la base del proyecto que ahora tengo el
honor de sujetar a vuestra sabiduría; pero si el concebir aquella era
obra dificil, más dificil aún parecía el realizar la obra, ya que el
Estado no cuenta, por desgracia, con tierras que dar a la raza que
trata de remover de su viejo abatimiento.
Por fortuna el señor Presidente de la República, para quien nin-
guno de los problemas en que se verse el bien de la patria y su
mejoramiento, podían ser ni son nunca indiferentes ni de carácter
secundario, tuvo a bien fijarse en la iniciativa que con carácter pri-
vado le presenté y reconocer la trascendencia incalculable que el
problema entraña, no solamente para el bienestar y progreso del
Estado de Chihuahua, sino para el progreso y bienestar de los innu-
merables individuos de raza indígena que se encuentran desparra-
mados en casi toda la extensión del país.
El Primer Magistrado de la Nación no sólo aprobó, en las en-
trevistas privadas que se sirvió concederme, la totalidad del plan
adoptado (y esa aprobación ya importaba mucho para quien, como
el infrascrito, conoce la fuerza incalculable que lleva consigo un
26
parecer tan autorizado) sino que también tiene en estudio la conce-
sión en la Sierra Madre de un territorio que, sin exceder de 500,000
hectáreas, no bajará de 300,000, para que en él se establezcan las
colonias de tarahumares. Me complazco en dar en esta ocasión pú-
blica y solemne el testimonio de agradecimiento que merece la no-
ble conducta del Jefe de la Nación, y en reconocer y aquilatar su
especial competencia para la resolución de estos intrincados problemas.
Con la confianza de obtener la importantísima ayuda a que me
refiero, que por su magnitud e importancia significa nada menos
que la fácil y cumplida resolución del caso, pensé en la forma que
debía revestir la iniciativa para que quedara completamente aclara-
da y explicada, reglamentándola por lo menos en sus lineamientos
generales.
Empiezo por proponer el establecimiento de una Junta Central
Protectora de Indígenas y de varias juntas dependientes y corres-
ponsales de aquella, que deben funcionar en las cabeceras de Distri-
to. El objeto de tales agrupaciones lo detalla ampliamente la ley, y
consiste primera y principalmente en procurar el bienestar :fisico,
intelectual y moral de los tarahumaras ayudándolos a salir del esta-
do de abyección y semibarbarie en que se encuentran sumidos. Es-
tas Juntas deben tener como ejecutores de sus determinaciones y
conducto para todo cuanto dispongan, a uno o varios empleados
que, poseyendo el juicio y el tacto necesarios, realicen la tarea que
a las asambleas está cometida. Como era natural, no podrían las
Juntas, por su sola institución ocuparse en estos pormenores ni dic-
tar órdenes que requieren, antes que todo, prontitud en la ejecución
y unidad en la disposición; pero había que procurar por todos los
medios posibles que tanto ellas como sus dependientes no estuvie-
ran investidos de tantos derechos y de tantas atribuciones que llega-
ran a maniatar a los indios imposibilitándoles todo movimiento, con-
forme lo hacían los antiguos ordenanzas. Por eso me pareció conve-
niente arreglar el asunto de forma que, adquiriendo las Juntas una
gran suma de facultades para proteger a los desheredados indíge-
nas, no pudieral}. traspasar éstas sin contrariar la ley, y para que, a
27
 medida que la raza vaya civilizándose, adquiriendo concien'tia Cle
su personalidad y formando un conjunto de hombres útiles y capa-
ces de servir para los fines de trabajo a que se les destina, se relajen
y disminuyan las trabas que la necesidad fuerza a imponer de mo-
mento.
Por esta causa la situación que ahora críe la ley, es susceptible
de variación para los indios, pues éstos pueden tener, andando el
tiempo, toda la libertad y todas las facilidades que sean compatibles
con el grado de adelanto que vayan adquiriendo por el roce con la
gente blanca, por la convicción· que posean de que ésta, en vez de
serles nociva, ha de prestarles ayuda eficaz, y por la instrucción que
vayan acumulando en las escuelas que el Gobierno cuidará de plan-
tear y dotar liberalmente en todos los centros poblados de la región
tarahumara.
En este problema de las escuelas se halla vinculado en gran
parte, si no del todo, el problema de la raza tarahumara. Nada en el
mundo ha logrado lo que ha logrado el poder verdaderamente pere-
grino del alfabeto, ya que, mediante él, el hombre salvaje y falto de
policía no solamente aumenta sus conocimientos y llega a tener
posibilidad de ser en lo futuro dueño y árbitro de la naturaleza, sino
que también se constituye en igual de los hombres más civilizados y
mora con ellos en continua convivencia de cultura, de bienestar y
de trabajo hasta alcanzar una felicidad mayor.
No falta quien, desconociendo o subvirtiendo los caracteres de
la raza indígena, trate de probar que ésta es incapaz de toda ilustra-
ción y que hasta llegaría a hacerle daño la que se le imbuyese; pero
en verdad que calificación tan pesimista, lejos de alentar al legisla-
dor y de impulsarlo a realizar perseverantemente una obra benéfica,
deberá ser motivo para inducirlo a abandonar cualquier propósito
de mejoramiento para una agrupación que no posee, según afirman
sus enemigos, ninguna cualidad que la abone como factor de progreso.
Bien sabido es, y así lo atestiguan unánimemente todos los cro-
nistas e historiadores que han tratado de la idiosincrasia de la gente
indígena, que no solamente ésta es capaz de compararse con la eu-
28
ropca, sino que en muchos casos se ha hallado en ella más facilidad
en la concepción, más agudeza en el ingenio, más prontitud en la
retentiva, más brío en la imaginación y más prontitud en el discurso
, que solía encontrarse en los mismos españoles.
Y que no se diga que tales cualidades eran propias y exclusivas
de los indios mexicanos, o que los misioneros se las atribuían a sus
administrados por el inmenso cariño que hacia ellos abrigaban; en
parecidos términos se expresa un etnólogo y viajero que conoce a
fondo a las indios tarahumares y ha morado cerca de ellos por va-
rios años. Carl Lumholtz no sólo no mira a los habitantes de la Sie-
rra Madre como antropoides incapaces de cultura y adelanto, sino
que les concede cualidades y condiciones que demuestran en ellos
si no una excepcional aptitud para la vida, sí una inteligencia capaz
de ponerse al nivel de las de los individuos de otras razas que han
llegado a civilizarse.
El Padre Aquiles Gerste, uno de los hombres más notables y
entendidos en las cosas de América que ahora existan, escribía re-
cientemente, desde Roma, acerca de este punto:
«Primeramente, los tarahumares son de carácter bueno, dócil,
pacífico y leal, naturalmente afables y dulces. Sobre todo, cuando
se les ha ganado el corazón, se rinden por completo y se sujetan de
buena gana. Hasta a los gentiles, que de suyo son fieros, ásperos en
el trato, ariscos, a poco de hablarles con sincera bondad y dulzura
los hallamos sumisos y no dificiles de amansar.»
«No se conocería bien el genio de los tarahumares si se le estu-
diara sólo en aquellas sociedades mixtas, donde, teniendo que que-
jarse de los blancos, y quizás dando también lugar a quejas, proce-
den con mucho recelo, sigilo y desconfianza; se muestran poco
comunicativos, melancólicos, tímidos y un tanto abatidos. Pero aún
allí, tan pronto como se les trata con buena fe y cariño, salen de sµ
reserva sombría y se prestan gustosos a cuanto uno quiere.»
«Con aquellos pueblos mixtos, qué contraste tan grato forman
Pichachic, Sisoguichic, Cusárare y otras comunidades de sólo indí-
genas, relativamente felices y cultas, por los rumbos que me fue
29

dado visitar. Se les ve en el rostro que nada temen, que delante ~
transición en extremo brusca? Los sacerdotes, sobre todo los jesui-
nadie tiemblan. Por lo mismo que ningún mal recelan, son francos y
tas, les proporcionaron de toda preferencia el conocimiento de la
abiertos. Jamás los cogí en mentira ni vana promesa. En muchos
religión y sus misterios, siendo solamente las prácticas del catoli-
admiré la nativa nobleza de corazón, su pródiga y desinteresada
bondad, rasgos de magnanimidad que no recuerdo sin emoción.»
«En el trato parecen niños, tan sencilla así es su índole, tan
ingenuos son y prontos a entregarse a cualquiera sin miedo ni sos-
pecha. Temo que hombres malintencionados los harían fácilmente
caer en errores y perniciosas ilusiones de orden religioso y social.»
«En general no roban, ni hacen mal, ni ofenden a viajeros o
vecinos por más que lo pudieran impunemente. Solamente cuando
se hallan en estado de embriaguez, sería peligroso arriesgarse entre
ellos.»
«Pasan por muy inteligentes, aunque (a juicio de algunos) no
tanto como los mayos. Ciertamente no les faltan habilidad ni apti-
tudes. Se les reputa excelentes peones y sirvientes, cuando se logra
hacerlos trabajar; pero esto es lo dificil, ya que muchos son flojos o
al menos inconstantes.»
«Omitiendo otras cualidades y defectos, en suma debo decir
con Vd. que 'esas tribus son muy dignas de gozar de los beneficios
de la cultura actual' y son capaces de ello. Yo quiero mucho a los
tarahumares; pero no creo que el afecto me ciegue al afirmar que
son hombres de buenas prendas, y que, puestos en condiciones fa-
vorables, amaestrados con paciencia y tesón, no sólo darían mucho
de sí, sino que podrían nivelarse a las partes más privilegiadas de la
gran familia mexicana.»
«Por esto mismo es más sensible el verlos ahora estacionarios,
casi inútiles para sí y para los demás, en parte sumergidos en la
ignorancia y en la miseria, víctimas de un prolongado abandono y
de no pocos agravios».
Hasta aquí el Padre Gerste, que aparte de su excepcional valer
como antropólogo e historiador, tiene en su abono el haber vivido
largo tiempo en la región tarahumara.
Pero ¿cuál debe ser el género de instrucción que se dé a los
1111·nhumares y cómo debe impartírseles para alcanzar los fines de la
JO
obra de cultura, sin que parezca el paso demasiado violento y la
cismo las que se consideraron importantes para el indígena. Sin des-
conocer en manera alguna la influencia que la época y el fin primor-
dial de los institutos evangelizantes debieron de ejercer en el desa-
rrollo de semejante concepción de la vida del indio, hay que tener
en cuenta que ahora hay precisión de poner en acción las aptitudes
del aborigen en aquello que puedan servir, tanto fisica como moral
e intelectualmente, hasta constituir a aquel en miembro útil de la
comunidad.
La escuela para el indígena debe tener pocas horas de labor;
debe aprovechar el hábito del trabajo fisico en cosas prácticas y que
rindan provecho inmediato; debe ser atractiva, y la palabra del maes-
tro tiene que garantizarse por el hecho; debe despertar confianza;
debe mostrarse útil hasta ser comprendida por el pequeño. La ense-
ñanza debe carecer de velo alguno que genere desconfianza; debe,
preferentemente, ser demostrativa de provecho para el aborigen y
para sus padres; debe tonificar el decaimiento de éste haciéndole
sentir fuerzas y creándole aspiraciones; debe hacer sentir libertad
tanta, que se logre la espontaneidad del tarahumar, hasta hacerle
conocer su individualidad; debe ser favorable al hogar, porque lleve
el niño a su casa, algo que dé a conocer provecho material para sí o
para sus padres; no debe estar reñido con la casa paterna el servicio
que exija del alumno; debe ser un paréntesis en las labores de la
casa y del campo; debe llenar los ocios del tarahumar y debe des-
pertar confianza, tanto en el niño como en los padres, granjeándose
el cariño de unos y de otros.
Fines nuestros (diríamos de la civilización): hacer entrar al in-
dio en la marcha del progreso; sumar su esfuerzo al esfuerzo nacio-
nal; unir al indígena con nosotros; levantar su nivel intelectual y
moral; hacerlo útil a sí mismo, sin constituirlo en un estorbo y sí en
un aliado; aprovecharlo y no eliminarlo; crearle aspiraciones.
31
 Medios de lograrlo: ;¡, ""
I. Hacerle comprender la identidad de origen.
Il. Hacerle amar nuestros grandes hechos y nuestros grandes
hombres.
III. Revelarle sus derechos, antes que sus deberes.
IV. Identificarlo con nosotros por el idioma y la escritura.
V. Evidenciarle nuestra hermandad y nuestro interés por él.
VI. Partir de su industria para iniciarlo en la actual, mejorando
aquella y haciendo derivaciones hacia ésta.
VII. Hacerle amar la agricultura, imbuyéndole la idea de que
en ella se encuentra su redención.
VIII. Aprovechar su gusto por los deportes como la caza, la
carrera y el tiro al blanco, en vez de enervarlo con tma vida seden-
taria.
IX. Instruirlo sin indigestado, teniendo por norma la utilidad
inmediata: enseñarlo a leer, a escribir, a contar.
Corolario indispensable de la instrucción del tarahumar debe
ser su acercamiento a la gente civilizada; hacerle entender que, le-
jos de que el hombre de razón, como inicuamente se apellida el
blanco, sea su enemigo declarado, es su semejante porque tiene con
él vínculos múltiples, los cuales conviene apretar para conseguir la
unidad a que como pueblo y como raza debemos aspirar.
A tal fin tiende lo que la ley se propone acerca de que sean
recibidos en familia los niños de los cuales quieran desprenderse
espontáneamente sus padres o encargados; ellos serán el mejor ali-
vio de las necesidades de sus deudos y conterráneos, contribuirán
como nadie a la obra de progreso, tendrán como norma la civiliza-
ción de su casta y constituirán, por decirlo así, ejemplo vivo de los
propósitos que abrigan el ,<J-obiemo y la sociedad acerca de la rege-
neración de los desvalidos tarahumares.
El suscrito aguarda fundadamente que la sociedad de Chihuahua
vendrá a ser el factor más principal de la evolución que ahora se
inaugura en favor de la desvalida raza indígena. Nunca ha aconteci-
do que se ocurriera a la buena voluntad, a la filantropía o al altruis-
32
1110 de los chihuahuenses sin que ellos respondieran solícitos, justi-
licando así las tradiciones que de abolengo forman el tUnbre de glo-
ria más preciado de la gente fronteriza.
Si sólo hubiera contado el que estas líneas subscribe con los·
elementos del Gobierno, en verdad que no se habría atrevido a ini-
ciar trabajo tan importante y tan lleno de trascendencia; pero con-
tando como cuenta con la ayuda de la iniciativa privada, seguro está
de llevar a debido efecto sus propósitos, con los cuales cree inter-
pretar las tendencias de la parte más selecta de su Estado natal.
Tales son, ciudadanos Diputados, a grandes rasgos relatadas,
las razones que me han movido a proponeros la ley sobre cuyos
postulados vais a deliberar, y la cual adquirirá verdaderos quilates
de perfección mediante el concurso de vuestras luces e inteligencia.
La obra es ardua, es larga y requiere para llevarse a cabo suma per-
severancia, gran patriotismo y mucho amor a nuestros pobres her-
manos abandonados en el riñón de la Sierra Madre. Tan lenta y tan
dificil reputo la tal obra, que casi me atrevería a decir que los que
ahora la empezamos no la veremos concluir, y que de los linea-
mientos generales que hoy sentamos, andando el tiempo nada que-
dará, una vez que se haya obtenido el progreso que apetecemos para
la raza tarahumara; mas el hecho de que la labor sea dilatada lejos
de ser motivo para no emprenderla debe ser causa que nos impulse
para llevarla a cabo con más priesa de la que pondríamos para traba-
jos breves o para cosas de poco momento. Os ruego, pues, que al
dar cuenta de esta nota a la H. Legislatura le protesteis una vez más
mi consideración más distinguida y le encarezcais mi deseo de que
consagre toda su patriótica atención a punto tan principal.
Libertad y Constitución. Chihuahua, 20 de octubre de 1906.
V. Salado Álvarez, secretario.
Enrique C. Creel.
33
 LEY DE 3 DE NOVIEMBRE DE 1906. "" "
Para el mejoramiento y cultura
de la raza Tarahumara
ENRIQUE C. CREEL, Gobernador Interino Constitucional del Es-
tado Libre y Soberano de Chihuahua, a sus habitantes, sabed:
Que el XXV Congreso Constitucional del Estado de Chihuahua ha
decretado la siguiente
Ley para el mejoramiento y cultura de la raza Tarahumara
Art. 1º. Se constituye en la capital del Estado una comisión
destinada a entender en todo lo tocante a la cultura, conservación,
instrucción y mejora de la raza tarahumara. Esta asamblea se llama-
rá Junta Central Protectora de Indígenas y estará compuesta, por lo
menos de cinco personas con el carácter de propietarios y cinco con
el de suplentes, que serán nombrados y removidos libremente por el
Ejecutivo.
Art. 2º. La Junta Central tendrá bajo su dependencia otras co-
rresponsales en las cabeceras de los distritos de Guerrero, Benito
Juárez, Hidalgo, Rayón, Mina, Arteaga y Andrés del Río, pudiendo
constituir comisiones auxiliares en cualesquiera otras poblaciones o
lugares que lo tenga por conveniente.
Art. 3º. Tanto la Junta Central como las de los distritos, y las
auxiliares que posteriormente se designen, tendrán como órganos y
representantes suyos a uno o varios empleados expensados conve-
nientemente y los cuales residirán en los puntos que les designe el
Ejecutivo del Estado.
Art. 4°. La Junta Central tendrá las siguientes facultades y obli-
gaciones:
I. Promover todo lo conveniente a la civilización de los indios, a
su mejoramiento social, a su educación, al régimen de sus bie-
nes, al cuidado de sus colonias y a conseguir la protección que
el Gobierno General, el del Estado y la sociedad, deben impartir
a la tribu tarahumara.
34
11. Cuidar de que a la mayor brevedad y bajo las condiciones
mas equitativas y liberales queden hechos el deslinde y frac-
cionamiento de los ejidos de todos los pueblos tarahumaras.
111. Congregar a los indios, ya sea en los pueblos establecidos o
en los que en lo futuro se establezcan y dotando a aquéllos de
terrenos, aperos de labranza y cuanto sea menester para que
empiecen a gustar de la vida doméstica y civilizada; premiando
a los que de grado se agrupen en pueblos o colonias.
IV. Cuidar de que, anualmente, se repartan entre los individuos
de la tribu tarahumara, las suficientes cantidades de semillas de
maíz, frijol, papa y demás que puedan cultivar en sus terrenos,
así como pies de árboles frutales, principalmente manzanos, a
fin de que los críen y puedan aprovecharse de sus productos.
V. Reglamentar el régimen interior de las colonias de tarahuma-
ras, para conservar en ellas el orden, la moralidad, las buenas
costumbres y el amor al trabajo, y procurando implantar en ellas
el género de industrias que más cuadre a las inclinaciones, hábi-
tos y aptitudes de los pobladores.
VI. Promover el establecimiento de escuelas rurales donde se dé
a los niños indígenas una educación elemental y se les enseñe el
cultivo de algunas plantas y árboles a propósito para la ali-
mentación, el cuidado de animales domésticos, algunas indus-
trias manuales y todo lo que les pueda traer apego a la tierra y
ser ocasión de legítimo lucro.
VIL Excitar la filantropía de la sociedad para reunir ropas y ob-
jetos del agrado de los indios, y despertar en éstos sentimientos
de cariño y de gratitud hacia la raza blanca.
VIII. Conseguir por la persuasión que los indios se desprendan
espontáneamente de sus hijos varones o hembras, para enviar-
los a las escuelas de la capital del Estado y de las cabeceras de
Distrito, procurando que algunas familias de gente blanca reci-
ban a los niños tarahumaras y los tengan a su lado ya por filan-
tropía, ya mediante pago, pero siempre tratándolos con bondad,
enseñándoles costumbres suaves, e instruyéndolos en los prin-
cipios morales que contribuyan a mejorar su condición.
IX. Llevar como mira principal en sus tareas, no contrariar a los
35
 indios en sus ideas religiosas, en sus juegos, bailes, fiestfis Y"
esparcimientos, así como en sus costumbres íntimas y profun-
damente arraigadas; pero procurar así la evolución lenta, tenaz
y constante de la raza, hasta convertirla a la civilización, me-
diante que se la rodee de los beneficios que disfruta la gente
culta, para que así lleguen los indígenas a ser buenos ciudadanos
y a contribuir con su labor al progreso de la familia mexicana.
X. Mejorar la situación de los indios que envíen a sus hijos a las
escuelas, que den pruebas de procurar y propagar la temperancia
alcohólica y que se muestren más amantes de la vida política y
civilizada, aumentándoles sus parcelas de tierra y mejorándolos
también en lo relativo a sus objetos de uso y al número y calidad
de las vacas, ovejas y cabras con que se les obsequiará en la
época más propicia de cada año.
Art. 5°. Inmediatamente que esta ley se publique y se nombre
la comisión que ha de entender en todo lo relativo a su aplicación,
se designarán también el o los comisionados del Gobierno que han
de servir de conducto a las determinaciones de la Junta. Dichos em-
pleados empezarán por instalarse en el pueblo que se les designe y
por hacer saber de la mejor manera posible el carácter de que se
hallan investidos, las instrucciones que tienen recibidas, la forma en
que piensan desarrollarse y las intenciones que animan al Gobierno
para conseguir que la decaída raza indígena mejore de condición y
llegue a formar parte de la gran familia mexicana.
Art. 6°. Son obligaciones del Comisionado:
1. Sujetarse en un todo a las instrucciones que reciba de la Junta
Central residente en la capital del Estado. A falta de instruccio-
nes precisas y terminantes, o en caso urgente, debe resolver lo
que estime de justicia con arreglo a los datos que le suministre
su conocimiento de los lugares y de las personas, y la idea que
debe abrigar de que el Gobierno procura ayudar decisivamente
a la raza indígena protegiéndola de los que, ya por explotar sus
personas, ya por deseo de apoderarse de sus cortos bienes, se
introducen entre ella y abusan de la ignorancia y buena fe de los
individuos que la componen.
36
2. Instalar a los indios en las nuevas colonias que se establezcan,
cuidando en todo tiempo de que éstas estén surtidas en cuanto
haya menester en materia de semillas, instrumentos agrícolas,
animales necesarios para la labranza y objetos útiles para el
mejoramiento de la raza.
3. Concurrir por sí o por medio de comisionado especial, de cuya
conducta se constituye responsable, al deslinde y fraccionamiento
de los ejidos de los pueblos de indígenas, procurando, en todo
caso, que dichas operaciones se hagan dejando todo el terreno, o
por lo menos una parte de aquél a favor de los indios y dotándo-
lo de pastos, agua, bosques y tierra de labranza. En las nuevas
colonias que se funden no debe repartirse :fracción ninguna a las
personas o familias que no pertenezcan a la raza indígena, pues
solamente en favor de éstas se estipulan las gracias y concesio-
nes que acuerda esta ley.
4. Ejercer vigilancia directa o indirectamente en los contratos
que hagan los indios ya para prestar su trabajo personal, ya para
vender en acervo o para cierto tiempo cualesquiera cantidad que
reputen productos de sus cosechas, ya para deshacerse de sus
animales o aperos de labranza, cuando dichos contratos impor-
ten más de $25.00, con el objeto de aconsejar lo que sea más
favorable a los indígenas.
5. Estar al corriente del nombre, calidad y condiciones de las
personas que se establezcan en las colonias tarahumaras, pu-
diendo aplicarles las penas a que hubiere lugar si por cualquier
circunstancia se averigua que introduzcan alcohol entre los in-
dios, o que los exploten o extorsionen en cualquier forma.
6. Visitar continuamente las escuelas de tarahumaras y enterar-
se con todo cuidado de los sistemas que en ellas se sigan, de los
adelantos de los niños, de su situación y condiciones, procuran-
do premiar a aquellos alumnos que se distingan por su habili-
dad, inteligencia o perseverancia en el estudio.
7. Entenderse directamente con los gobernadorcillos y capita-
nes pá.ra estar al tanto de las necesidades de los pueblos y colo-
nias, así como de lo que convenga para hacer caminar y progre-
37

sar a unos y otras lo más que sea posible; emprendiendo c01:i1ti-
nuas visitas por todos los lugares de la Sierra y estando en comu-
nicación directa y constante con los jefes políticos y autoridades
subalternas, y solicítando su apoyo para evitar que se abuse de
la ignorancia de los indios y se les explote indebidamente.
8. Cuidar del cumplimiento de todas y cada una de las prescrip-
ciones de esta ley, dando cuenta a la Junta Central de cuanto
observe y que sea pertinente para la raza indígena, así como tam-
bién para que sus bienes queden completamente resguardados.
9. Vigilar continua y cuidadosamente las misiones que con carác-
ter religioso y educativo se establezcan entre los indios, procu-
rando que en ellas se observen con la posible fidelidad todas las
leyes federales y del Estado y sin que lleguen a traspasarse nun-
ca, por los sacerdotes o sus adeptos, orden ninguna de las que
afecten el modo de ser general.
10. Estar al tanto de los castigos que impongan los goberna-
dorcillos y capitanes, cuidando de que no se excedan los límites
acostumbrados y de que, cuando acaezca delito del que deban
conocer las autoridades judiciales, se consigne a éstas el caso
sin tardanza ninguna.
Art. 7°. Los comisionados no pueden adquirir por sí ni por medio
de terceras personas, terrenos, animales o productos de los indíge-
nas, ni enganchar a éstos para trabajos, so pena de destitución y nu-
lidad de los contratos.
Art. 8°. Los terrenos que reciban los indios, ya sea al formarse
nuevos pueblos, ya repartiéndose ejidos de los antiguos, no pueden
ser embargados por deuda de ningún género y cualquier operación
en virtud de la cual se hipoteque, grave o transfiera el dominio en
alguna forma, es nula y de ningún valor si se verifica sin el consen-
timiento expreso del Ejecutivo, previo informe de la Junta Central;
así como también las que practiquen para vender o arrendar bos-
ques, ceder o enajenar en cualquier forma útiles de labranza o ani-
males que el Gobierno les haya cedido, persiguiéndose como deten-
tadores a los que obren contra esta prevención, o a los que retengan
cualquiera de dichos objetos.
38
Los animales y los útiles de labranza cedidos por el Gobierno
1levaran una marca especial.
Art. 9º. Los indígenas que disfruten de las :franquicias de esta
ley quedan exceptuados de los beneficios que concede el artículo
3216 del Código Civil; en consecuencia, su propiedad se transmiti-
rá a sus herederos en la forma que previenen los artículos del Códi-
go Civil relativos a la sucesión legítima.
Art. 10°. En todo caso, los colonos y los dueños de predios de
nuevo o antiguo repartimiento que deseen acogerse a los beneficios
de esta ley, continuarán con sus lotes proindivisos en el evento de la
muerte del dueño del terreno, a pesar de lo que dispone el Artículo
3667 del Código Civil.
Art. 11°. Se exceptúa durante veinte años de todo impuesto del
Estado y municipal, a las colonias tarahumaras y a los productos
que en ellas se obtengan.
Art. 12º. La enseñanza en las escuelas de tarahumaras deberá
tener los siguientes caracteres:
l. Dividir los indígenas en pequeños (de 6 a 10 años) y media-
nos (de 10 a 14 años).
2.- Crear grupos resultantes de los indígenas que hayan estudia-
do un año y obtenido en él provecho perceptible.
Art. 13º. La enseñanza deberá comprender lo siguiente:
a) Escritura-lectura.
b) Cálculos de las cuatro operaciones con los veinte primeros
números (para los indígenas de 6 a 1Oaños) y los mismos con
los cincuenta primeros (para los de 10 a 14 años). Los proble-
mas deberán ser siempre prácticos.
e) Geometría, nociones rudimentarias.
d) Cuentos históricos con aplicación al civismo.
e) Trabajo manual y agrícola.
El trabajo manual comprenderá torcido, trozado, tejido de cuerda
de cuatro o más hilos; recortado de papel, plegados; tejidos de peta-
tes, sombreros, tilmas y fajas; confección de sillas, de telas y de
petacas; alfarería, trabajos sencillos en madera, hojalatería.
39
·----=~
 Se les iniciará siempre en el progreso de la industria qde prac-
tiquen.
Se les regalará el producto de su trabajo.
Además se aprovecharán sus inclinaciones a la pintura y a la
música, haciéndolos decorar vasijas, muebles, telas, paredes y or-
ganizando pequeñas orquestas.
La agricultura se practicará en una huerta, verificando y culti-
vando con ayuda de los indígenas flores, hortalizas, y sobre todo
maíz, frijol, chile y trigo. El fruto de las cosechas se regalará a los
alumnos. Se procurará iniciarlos en las innovaciones agrícolas, tan-
to en materia de semillas como en la preparación de tierra y uso de
instrumentos. Se aprovecharán sus gustos por la carrera, la lucha y
el tiro al blanco, organizándose diversiones apropiadas.
Art. 14°. Las diferencias entre los tarahumaras ya como indivi-
duos privados, ya como miembros de un pueblo, ya con los blancos
o con los habitantes o el común de otro pueblo, se decidirán por un
tribunal de amigables componedores que deberá haber en cada lu-
gar, salvo que los interesados deseen ocurrir a los jueces ordinarios.
Art. 15º. Queda facultada la Junta Central para expedir su re-
glamento así como los de los empleados y servicios que tenga a su
cargo.
Art. 16°. El Ejecutivo del Estado queda autorizado para regla-
mentar, aclarar y adicionar la presente ley.
Transitorios
Art. 1º.Esta ley comenzará a regir el día 1ºde enero de 1907.
Art. 2°. Queda facultado el Ejecutivo para hacer, con cargo a la
partida de gastos extraordinarios del presupuesto de 1907, las in-
versiones que demanden los primeros trabajos en las colonias.
Dado en el Salón de Sesiones del R Congreso del Estado. Chihuahua,
noviembre 3 de 1906. Juan de Dios Milícua, D. P. J Cortazar, Jr., D. S.
Francisco A. Muñoz, D. S.
Por tanto, mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido
cumplimiento. Palacio del Gobierno del Estado. Chihuahua, 3 de no-
viembre de 1906. Enrique C. Cree! (firmado). V. Salado Álvarez, Srio.
40
2. EXTRACTO DE UN ESTUDIO SOBRE LA SITUACIÓN
J>E LA SIERRA TARAHUMARA, REALIZADO POR EL
DEPARTAMENTO DE TRABAJO, A SOLICITUD DEL
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, GENERAL LÁZARO
CÁRDENAS. MÉXICO D.F., 1936. *
NOTA DEL ENVÍO AL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
Ciudadano Presidente de la República.
General de División Lázaro Cárdenas.
Presente.
Muy respetable señor Presidente:
Tengo el honor de poner en sus manos el estudio que la Delega-
ción del Departamento de mi cargo formuló, por instrucciones mías
y en acatamiento al respetable acuerdo de usted, transcrito por con-
ducto del Departamento de Asuntos Indígenas, sobre la región tarahumara.
El estudio en cuestión no se ocupa de problemas individuales o
parciales de la familia indígena de que se trata, pero sí lleva la
aspiración de señalar los grandes resortes que pueden constituir las
bases para la prosperidad económica de aquella raza.
En el mapa en que se designa el «Perímetro inspeccionado por
la delegación federal», puede verse en conjunto la síntesis de un
proyecto en grande escala que abarca los siguientes puntos:
Primero. Maderas. La formación de grandes aserraderos garan-
tizando su consumo en tres siguientes formas:
a) Constituyendo a los indígenas en proveedores de este artículo
nl Gobierno Federal.
b) Constituyendo una gran fábrica de muebles escolares para
surtir toda la República.
e) Construcción de una fábrica de casas para obreros.
Segundo. En la región señalada como productora de oro y de .
plata, establecer un sistema de beneficio adecuado para la extracción ·
del oro y dar así ocupación a los indígenas. Además, sería convenien-
te estudiar una legislación adecuada que garantizara a los indígenas
*Departamento del Trabajo: La Raza Tarahumara. Investigación realizada
por el Departamento del Trabajo. México, 1936.
41

una participación en los beneficios del subsuelo de sus tierras;'seriie
jante al decreto Wheeler Howard, de los Estados Unidos, que est. ,
entre la colección de leyes indígenas de aquel país, que anteriorment~.
tuve el gusto de entregarle. En tal legislación debería también esta!,
blecerse la participación que el Departamento de Asuntos Indíge·
nas deba tener en esos casos.
Tercero. La zona irrigada del Conchos se ha entregado a perso-
nas acomodadas que han acaparado lotes, bajo los nombres de todos.
los miembros de la familia. Si se hace un reajuste se puede introducir.
allí un 25% de indígenas puros.
Cuarto. La zona por irrigar entre el río San Pedro y la sierra der
Bachimba, puede destinarse exclusivamente para establecer una gran·
colonia tarahumara.
Quinto. Se pueden establecer dos grandes colonias, una en San ,
José de Alburquerque, y otra en Babícora, poniendo menonitas como '
directores de las colonias.
Se ganarán así dos cosas: resolver el problema económico de
los indígenas y hacer que los colonos extranjeros principien a rendir
su contingente y cooperación al progreso del país en que viven.
Si a cada uno de estos resortes se aplica un promedio de dos
mil individuos resultarían beneficiados diez mil jefes de familia,
número que responde aproximadamente a los defectuosos censos
que actualmente existen.
En el estudio presentado por la delegación hay algunos puntos
que deben discutirse, pero he querido que pase íntegro al elevado
conocimiento de usted, tanto porque tales puntos no entrañan una
cuestión básica, como por estar de acuerdo en aquellos que tienden
a resolver el gran problema económico de la raza tarahumara.
Esperando que esta colaboración del Departamento de mi cargo
logre responder al entusiasmo tantas veces manifestado por usted
en pro de las razas indígenas, me es grato repetirle como siempre
las seguridades de mi respetuosa y leal estimación.
México, D. F, a 18 de junio de 1936.
El Jefe del Departamento Lic. Génaro V. Vásquez
42
(...)LEGISLACIÓN INDÍGENA
En el Estado de Chihuahua existen dos leyes de protección indí-
aena: una expedida en 1905 y la otra en 1926; la segunda deroga la
primera, pero semejante a la ley de protección indígena de Chiapas,
ha servido para explotar al indio.
A continuación se dan las bases que pudieran servir para suge-
rir una ley que realmente beneficiara al indígena.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
A. La familia indígena queda facultada para gobernarse por sí
misma, dividiendo su gobierno por zonas. Estas zonas serán determi-
nadas por aquellas regiones de más accesible comunicación entre sí.
· B. Cada zona tendrá un jefe supremo, al cual obedecerán todos
los gobernadores y gobernadorcillos de cada comunidad.
· C. Ningún nombramiento de comisario ni autoridad de los pue-
blos indígenas recaerá sobre individuos mestizos ni blancos, aun-
que residan en los pueblos indígenas.
D. No se nombrarán ni establecerán guardias blancas, defen-
sas, ni destacamentos de ningún género en pueblos indígenas.
E. Cada Gobernador nombrará la policía que sea necesaria y de
acuerdo con sus costumbres, pero un reglamento claro y sencillo
determinará las funciones de ésta.
F. Todas las autoridades indígenas serán nombradas por los pro-
pios pueblos de acuerdo con sus costumbres, que serán responsa-
bles, ante ellos y ante el Gobernador Supremo, quien estará facultado
cuando el caso lo requiera para remitir aquellos asuntos de gran im-
portancia a las autoridades competentes del Estado o de la Nación.
G. Las autoridades locales sólo podrán tratar asuntos indígenas
por conducto del Gobernador de Zona.
H. Ninguna autoridad podrá detener ni castigar a un indígena
excepto en el caso de homicidio comprobado, o cuando lo reciba
para su castigo, por conducto del Gobernador de la Zona.
l. El reglamento de castigos debe formularse de acuerdo con la
costumbre establecida por los indígenas, modificando aquellos que
estuvieren fuera de lo razonable, pero después de haber escuchado
la opinión de.sus gobernadores.
43
(... )LA DELEGACIÓN DEL DEPARTAMENTO DEL TRABAJt>, .
CONSIDERA NECESARIO PONER A LA CONSIDERACIÓN
DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, GRAL. DE
DIVISIÓN, LÁZARO CÁRDENAS, LAS SIGUIENTES RECO-
MENDACIONES CON EL FIN DE RESOLVER LOS DIVERSOS
PROBLEMAS DE LA RAZA TARAHUMARA.
RELACIONES EXTERIORES
1. Pedir a los cónsules en las regiones frías de Europa y Asia,
descripción de cultivos, industrias y organización económica; pastos
para zonas rocallosas estériles; tipos de animales domésticos, etc.
Regiones recomendables: Vizcaya, España, Rusia, El Tirol Austriaco,
Suiza y Escocia.
EDUCACIÓN
1. Encomendar el internado de Tónachic al maestro indígena
Ignacio León y dejarlo que desarrolle su plan de colonización prin-
cipiado.
2. Aumentar el personal de la servidumbre en los internados,
pues el trabajo es abrumador para las tehuecas que tienen que hacer
enormes cantidades de tortillas.
3. Dotar a cada internado de un buen motor o caldera, para
establecer baños de vapor.
4. Dotar a los internados de máquinas lavadoras de ropa, pues
es frecuente el piojo blanco, que los padres dejan en sus visitas a sus
hijos.
5. Dotar a los internados de molinos de nixtamal.
6. Enviar varios obrajeros para introducir mejoras en el sistema
de fabricación de sarapes y organizar esta industria.
7. Establecer la industria de fabricación de instrumentos musi-
cales (violines y guitarras).
8. Enviar a la zona maestros casados y darles de antemano mejor
preparación, sobre todo en la organización material de la escuela y
el hogar.
9. Crear en cada congregación la Casa del Maestro, que sea un
hogar tipo, que sirva de modelo a la comunidad y que a la vez sirva
a los maestros para hacer vida de seres civilizados.
44
10. Que se dote a los maestros de una ayuda para que puedan
dar una comida a sus alumnos diariamente.
11. Que se aumente el sueldo a las maestras Josefina Carrasco,
de Chogita, y a María Orpinel Vda. De Bustillos, de Aboreáchic,
por su abnegación y el cariño con que educan a «sus inditos.» La
señora Orpinel cada sábado se lleva a Rocheáchic cinco o seis niños
indígenas, que junto con sus hijos toman sus alimentos que la maestra
paga de su salario.
12. Una recompensa honorífica para Patricio Jaris e Ignacio
León, respectivamente de Norogachic y Tónachic; ambos han inver-
tido sus sueldos, el primero en hacer una escuela que costó $800.00,
y el segundo en iniciar una colonia.
ECONOMÍA NACIONAL
1. Fundar los aserraderos que sean necesarios en los poblados
indígenas inmediatos al ferrocarril y las fábricas de muebles esco-
lares, de casas para obreros y de papel, que se describen en el cuerpo
de este informe.
2. Fundar cuando menos diez cooperativas auríferas para la
explotación de placeres en los lugares indicados de la Baja Tara-
humara.
3. Fundar cooperativas y plantas de flotación en Urique y Ba-
rranca del Cobre.
4. Inspeccionar la marcha de la cooperativa indígena maderera
de Bocoyna.
5. Estudiar la manera de que se establezcan beneficios adecuados
en Cerro Colorado, Batopilas y Tres Hermanos. Recomendar la forma
de refaccionar empresas ya establecidas.
6. Declarar la caducidad de la concesión de las minas de Cerro
Colorado, Batopilas y Urique, que no se hayan explotado en los
últimos veinte años y ponerlas en movimiento en beneficio de los
indígenas y habitantes de la región.
HACIENDA
1. Iniciar por conducto de un Banco oficial la compra de oro y
la refacción de los gambusinos, para evitar que caigan en la explo-
tación de los españoles.
2. Estudiar la conveniencia de fundar una Casa de Moneda en
45
------------·--~ --··"

Batopilas para servir a los estados de Sinaloa, Sonora y Chihuahua
a fin de librar a la región del peligro de la baja del metal blanco y
hacerlo circular profusamente en la región.
COMUNICACIONES
1. Estudiar la conveniencia de fusionar los ferrocarriles Noroeste
de México y Kansas City México y Oriente, en el sistema nacional
o si no es dable esto, procurar que la segunda de estas empresas
continúe su construcción.
2. Si no fuere dable ninguno de los puntos anteriores, cons-
truir la carretera a Sinaloa sobre el trazo antiguo del ferrocarril.
3. Terminar la carretera de Parral a Rochéachic que está en
peligro de destruirse si no se le da alguna atención.
4. Dotar de 1,000 kilómetros de alambre telefónico, cincuenta
aparatos y el equipo correspondiente para establecer la comunicación
en toda la zona tarahumara.
5. Fijar tarifas que impidan que el servicio postal se convierta
en servicio de carga en favor de los comerciantes y en perjuicio del
público.
6. Lograr tarifas especiales para la madera de la región a fin de
que sea costeable su envío a larga distancia.
AGRICULTURA
l. Fundar colonias tarahumaras en Babícora y San José de
Alburquerque, poniendo como directores o gerentes a agricultores
menonitas.
2. Revisar los repartos de tierras que se han hecho en el sistema
de riego del Conchos y que sólo ha beneficiado a los capitalistas.
Introducir un veinticinco por ciento de indígenas en esa zona.
GUERRA
l. Establecer destacamentos federales en: Norogáchic, Tóna-
chic, Rochéachic, Cerocahui y Churo.
2. Dar instrucciones estrictas a sus jefes, de protección inme-
diata al indígena.
3. Autorizar una guardia indígena para el patriarca de la región
Jaris grande, y dotarla de las armas correspondientes. Esta guardia
debe quedar bajo la inmediata responsabilidad de Jaris.
46
DEPARTAMENTO INDÍGENA
l. Establecimiento de alhóndigas en Norogachic, Tónachic y
Rochéachic para compra-venta de semillas, ganados y mercancías
de los indígenas.
2. Iniciación de cooperativas de consumo.
3. Celebración de Congresos Indígenas anuales en la zona tarahumara.
DEPARTAMENTO DEL TRABAJO
1. Designación de un Inspector del Trabajo residente en algún
punto de la Tarahumara Alta con visitas periódicas a la región Baja.
2. Organización de sindicatos de trabajadores mixtos, es decir,
de indígenas y mestizos.
3. Este inspector deberá estar en constante comunicación con
los líderes indígenas.
DEPARTAMENTO AGRARIO
1. Terminar los expedientes definitivos relacionados con la dota-
ción de tierra a las congregaciones indígenas.
2. Enviar uno o varios agrónomos con el fin de orientar en lo
posible a los indígenas hacia nuevos cultivos, especialmente pastos.
DEPARTAMENTO FORESTAL Y DE CAZA Y PESCA
1. Dar facilidades a los indígenas, especialmente de Bocoyna,
Arareco y Cusárare, para elaborar tableta, pilote y viga.
2. Dotar a cada congregación indígena de una sierra de sardina,
cuando menos, para que hagan tabla para sus casas y evitar así el
desperdicio del bosque.
3. Organizar cooperativas para la explotación de maderas.
4. Poblar de peces los ríos Septentrión, Batopilas y Urique.
DEPARTAMENTO DE SALUBRIDAD
1. Enviar una o varias brigadas sanitarias con especialistas en
odontología.
2. Cambiar la unidad sanitaria que se está estableciendo en
Batopilas, al centro indígena de Norogachic.
3. Enviar al menos un enfermero a Tónachic, Choguita y
Rochéachic.
4. Abrir una campaña entre indígenas y mestizos para investigar
y curar las enfermedades venéreas.
47
 3. ACUERDO QUE CREA EL CENTRO COORDINADOR"'
INDIGENISTA DE LA TARAHUMARA, DEPENDIENTE
DEL INSTITUTO NACIONAL INDIGENISTA Y CON SEDE
EN GUACHOCHI, CHIH. 1952 Y ACUERDO QUE LO
REFORMA. 1962.
ACUERDO DEL 4 DE JUNIO DE 1952 QUE CREA EL
CENTRO COORDINADOR INDIGENISTA DE LA
REGIÓN TARAHUMARA *
Miguel Alemán, Presidente constitucional de los Estados Unidos
Mexicanos, en uso de las facultades que le concede la Fracción I
del Artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y el Artículo 2º, Fracciones II, III y IV de la Ley que
creó el Instituto Nacional Indigenista y
CONSIDERANDO que la acción gubernamental que tienda al
mejoramiento de la condición de nuestro pueblo indígena, debe ser
orientada a la atención de sus problemas desde un punto de vista
integral y de manera que se lleve a efecto en las mismas zonas en
donde tienen su residencia habitual;
CONSIDERANDO que la situación de los indígenas tarahu-
maras de la Sierra de Chihuahua es de extrema pobreza, con medios
de vida rudimentarios, alimentación deficiente en cantidad y calidad,
mortalidad general e infantil sumamente elevada, analfabetismo casi
absoluto, lo que indica una gran deficiencia económica y cultural;
CONSIDERANDO que la región de la Sierra de Chihuahua
dispone de tierras, bosques, minas y otros recursos naturales, por lo
que una acción económica y un servicio social integral serán
altamente benéficos para la zona indígena aludida;
CONSIDERANDO que de acuerdo con la Ley Orgánica que
*Diario Oficial de la Federación, 16 de agosto de 1952. CXCIII, 41.
48
creó el Instituto Nacional Indigenista, este organismo tiene por objeto
investigar los problemas relativos a los núcleos indígenas del país;
estudiar y promover ante el Ejecutivo las medidas de mejoramiento
que considere necesarias; intervenir en la realización de dichas
medidas, fungir como cuerpo consultivo de las instituciones oficiales
y emprender aquellas obras de mejoramiento que le encomiende el
Ejecutivo, he tenido a bien dictar el siguiente
ACUERDO
PRIMERO. Se crea con la cooperación del Gobierno del Estado
de Chihuahua, un organismo que con el nombre de Centro Coor-
dinador Indigenista de la Región Tarahumara, organice, dirija y
coordine las actividades de las diversas dependencias del Ejecutivo
Federal, para la atención y mejoramiento de las condiciones de vida
de la población indígena de la citada región.
La organización y dirección del Centro corresponderá al Instituto
Nacional Indigenista en los términos de su Ley Orgánica.
SEGUNDO. El Centro Coordinador Indigenista de la Región
Tarahumara tendrá a su cargo el estudio y la aplicación de todas las
medidas que tiendan a mejorar la situación económica, social y cul-
tural de la población indígena de la mencionada región. Para ello
contará con los servicios que actualmente tienen en esa región las
Secretarías de Gobernación, de Educación Pública, de Agricultura
y Ganadería, de Salubridad y Asistencia, y los que en cumplimiento
de este acuerdo se creen por las Secretarías mencionadas o por otras
dependencias de este Ejecutivo, y aquellos servicios que acuerde
poner a su disposición el Gobierno del Estado de Chihuahua.
TERCERO. El órgano ejecutivo del Centro será un Consejo,
presidido por el representante del Instituto Nacional Indigenista, y
se constituirá con los representantes del Gobierno del Estado de
Chihuahua, y los de las Secretarías de Gobernación, Educación
Pública, de Agricultura y Ganadería, de Salubridad y Asistencia, de
Comunicaciones y del Banco de Crédito Ejidal.
Además, formará parte del Consejo, un representante de las
comunidades indígenas de la región.
49
 CUARTO. El Consejo constará de tres direcciones: de Edu-,
cación, de Salubridad y Asistencia y de Economía.
La Dirección de Educación contará, por lo menos, con los
siguientes servicios: Hogares Infantiles, Escuelas Rurales, Oficina
de Alfabetización en Lenguas Indígenas, Centro de Capacitación
Industrial y Agrícola y Misiones Culturales. La Secretaria de Educa-
ción Pública sostendrá dichos servicios y dictará las medidas
necesarias para asegurar su mejor funcionamiento de acuerdo con
el programa que formule el Consejo del Centro.
La Dirección de Salubridad y Asistencia contará por lo menos,
con los servicios sanitarios, asistenciales y de educación higiénica,
que se juzguen necesarios. La Secretaría de Salubridad y Asistencia
cuidará del sostenimiento de dichos servicios y tomará las providen-
cias necesarias para su mejor funcionamiento de acuerdo con el pro-
grama que formule el Consejo del Centro.
La Dirección de Economía contará con los servicios de
Extensión Agrícola, Posta Zootécnica, Guardería y Policía Fores-
tal y Departamento de Fomento Industrial.
Funcionarán bajo la dependencia directa del Presidente del
Consejo del Centro las siguientes agencias:
a) Procuraduría.
b) Campaña antialcohólica y contra los estupefacientes, y
c) Propaganda.
QUINTO. El pago de sueldos del personal, así como los gastos
de equipos y construcciones que demande la organización de los
servicios correrán por cuenta de las Secretarias de Estado a las que
dichos servicios correspondan; las cuales procurarán que, en lo
posible, los sueldos sean cubiertos por medio de subsidios y a base
de contratos anuales renovables, para lograr una mejor selección de
personal de alta capacidad, una adecuada retribución y evitar trámites
innecesarios en las funciones encomendadas al Centro Coordinador.
Cada año las secretarias de Educación, de Salubridad y Asis-
tencia y de Agricultura, cuidarán de poner en sus presupuestos las
cantidades necesarias para el sostenimiento del Centro, que figurarán
en forma de subsidios al Instituto Nacional Indigenista. La Secretaría
50
de Comunicaciones desarrollará un plan de caminos vecinales, de
acuerdo con las necesidades del Centro, destinándole un subsidio
anual para la conservación de los caminos que construya.
En caso de que otra Secretaría colabore con la acción del Centro,
le será aplicable esta disposición.
Los sueldos y los gastos del Presidente del Consejo, de los
empleados administrativos del Centro Coordinador y los del repre-
sentante de las comunidades indígenas de la región, serán cubiertos
por el Instituto Nacional Indigenista.
SEXTO. El Consejo del Centro formulará de inmediato el pro-
grama y reglamento que normen las actividades del mismo, y
presentará al Gobierno del Estado de Chihuahua y a cada una de las
Secretarías de Estado, los presupuestos necesarios para los servicios
a ellas encomendados.
Las cantidades aprobadas para este fin, se sujetarán a lo
dispuesto por el Artículo 12 de la Ley que creó el Instituto Nacio-
nal Indigenista.
Los fondos que por cualquier concepto destine el Gobierno
Federal al fomento y actividades en la zona Tarahumara o a la pro-
tección de las comunidades indígenas, serán manejados por el
Consejo del Centro, de acuerdo con su reglamento respectivo.
Dado en la residencia del Poder Ejecutivo Federal, Los Pinos, Distrito
Federal a los cuatro días del mes de junio del año de mil novecientos
cincuenta y dos.
Miguel Alemán
El Secretario de Gobernación, Lic. Ernesto P. Uruchurtu.- El Secre-
tario de Educación Pública, Lic. Manuel Gual Vidal.- El Secretario de
Agricultura y Ganadería, Nazario Ortiz Garza.- El Secretario de
Salubridad y Asistencia, Dr. Rafael P. Gamboa.- El Secretario de
Comunicaciones y Obras Públicas, Lic. Agustín García López.-
Enterado: El Director del Instituto Nacional Indigenista, Alfonso Caso.-
Enterado: el Gerente del Banco de Crédito Ejidal.
51
ACUERDO DEL 20 DE JUNIO DE 1962, QUE REFORMA EL
ACUERDO PRESIDENCIAL DE4 DE JUNIO DE 1952 QUE
CREÓ EL CENTRO COORDINADOR INDIGENISTA DE LA
REGION TARAHUMARA. *
Al margen un sello con el Escudo Nacional que dice: Estados
Unidos Mexicanos.- Presidencia de la República.
ACUERDO de las Secretarías de Gobernación, de Educación
Pública, de Agricultura y Ganaderia, de Salubridad y Asistencia, de
Obras Públicas y de Hacienda y Crédito Público.
C.c.p. el Instituto Nacional Indigenista
C.c.p. el Banco Nacional de Crédito Ejidal, S.A.
Con :fundamento en la fracción I del artículo 89 de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en relación con
lo dispuesto en el artículo 2°, fracciones II, III y IV de la Ley que
creó el Instituto Nacional Indigenista, ha tenido a bien expedir el
siguiente
ACUERDO
ÚNICO. Se reforma el acuerdo presidencial del 4 de junio de
1952, publicado en el «Diario Oficial» del 16 de agosto del mismo
año, para quedar en los siguientes términos:
PRIMERO. Se crea un organismo que con el nombre de Centro
Coordinador Indigenista de la Región Tarahumara y con la coo-
peración del Gobierno del Estado de Chihuahua, con cuya anuencia
se cuenta, organice y coordine las actividades de las diversas depen-
dencias del Ejecutivo Federal en la atención y mejoramiento de las
condiciones de vida de la población indígena de la citada región y
aplique las medidas que tiendan a dicho mejoramiento, principal-
mente en los aspectos económico, político-social y cultural de la
población indígena de referencia.
*Diario Oficial de la Federación, 22 de enero de 1963. Tomo CCLVII, 18.
52
SEGUNDO. La cooperación del Gobierno del Estado de Chi-
huahua, a que alude el punto de acuerdo anterior, se prestará de
conformidad con el convenio que al respecto celebre dicho gobierno
con el Instituto Nacional Indigenista.
Por su parte, las diversas Secretarías y Departamentos de Estado
representados en el Consejo del Instituto, darán instrucciones a sus
respecü,vos representantes en el Estado de Chihuahua para que
colaboren con el Instituto y con el Gobierno del Estado en la rea-
lización de las medidas a que el propio punto de acuerdo anterior
alude.
TERCERO. El Centro Coordinador Indigenista de la Región
Tarahumara es el órgano de ejecución, en la zona de Chihuahua, del
Instituto Nacional Indigenista. Al frente de él figurará un Director
designado por el Consejo del Instituto, y contará con tres depar-
tamentos, a saber: de Educación, de Salubridad y Asistencia y de
Economía. 1:
11',
CUARTO. Como órgano de consulta y asesoramiento del
Centro, habrá una Comisión Consultiva que será presidida por el
Gobernador del Estado y en las ausencias de éste por el Director del
Centro Coordinador Indigenista. Además de estos :funcionarios,
integrarán la Comisión un representante del Consejo Supremo de la
Raza Tarahumara y uno más por cada una de las dependencias
federales que tengan representantes en el Consejo del Instituto
Nacional Indigenista.
QUINTO. Corresponde a la comisión, además de las :funcio-
nes de consulta y asesoramiento a que se refiere el anterior acuerdo:
I. Formular anualmente y con la oportunidad debida, los pro-
yectos de programas de trabajo y de presupuesto del Centro en que
se incluyan las aportaciones previsibles del Gobierno Federal y las
del Gobierno del Estado de Chihuahua, así como aquellos otros
ingresos que provengan de particulares;
II. Someter dichos proyectos de programa y de presupuesto
anuales a la consideración del Consejo del Instituto Nacional
Indigenista a fin de que, previo su estudio y aprobación, o modifi-
53
 e dicho Consejo, sean sometidos a la
cación en su caso, por parte J :residente de la República; Uobemador del Estado, acerca de la labor ejecutada y de los gastos
aprobación definitiva del C. :f' de coordinación, con el plan general efectuados por el Centro Coordinador.
III. Recomen.dar la form~ejoramiento y promoción que en la OCTAVO. Las Secretarías de Educación Pública, de Salubridad
del Centro, de las obras de emprender otras dependencias o y Asistencia y Agricultura y Ganadería, cuidarán de incluir en sus
región Tarahulllara deseen presupuestos anuales las cantidades necesarias para el sostenimiento
instituciones; ("feridas dependen~i~s e instituciones del Centro, bajo el concepto de que estas cantidades figurarán en
IV. Intercambiar entre las desarrollo y aplicac10n de los diversos forma de subsidios al Instituto Nacional Indigenista.
las experiencias recogidas en e~o; y . Esta disposición se aplicará también a cualquiera otra Secretaría
programas de trabajo del Cen diversas actividades que permitan al o Departamento de Estado que al respecto llegue a colaborar con el
V. Estudiar y proponer la& aplicarán a la labor indigenista en la Centro Coordinador Indigenista de la Región Tarahumara.
Centro allegarse fondos que se La Secretaría de Obras Públicas formulará de acuerdo con las
región Tarahumata. . $ federales en la región Tarahumara necesidades de la región y previa consulta con el Centro Coordinador,
SEXTO. La¡¡ depend'.~c jguna
1
relativa al problema indígena un plan de caminos vecinales. A ese efecto, y en forma de subsidio
al Instituto Nacional Indigenista, destinará las cantidades de dinero
no podrán emprender accion ·¡¡,mente la opinión de la Com1s1ón
en dicha región, sin oír prevJ necesarias para la construcción y conservación de los caminos que
Cons~tiva. . que en su caso se fin~eentre ~¡ construya, incluyéndolas en su proyecto de presupuesto.
SEPTIMO. El conven~oµahua y el Instituto Nac10nal Ind1- NOVENO. Los sueldos del representante del Consejo Supremo
Gobiemo del Estado de Chibbases mínimas: de la Raza Tarahumara serán cubiertos por el Instituto Nacional
genista, éste obs~rvará, co~o een la región Tarahumara emprenda Indigenista.
I. Que toda acción social q~ta 0 el Gobierno del Estado, será
el Instituto Nacional JndigenPit11hos, a fin de lograr la más amplia Dado en la residencia del Poder Ejecutivo de la Unión, en la Ciudad
motivo de consuita previa entre y la mayor coordinación de sus de México, Distrito Federal, a los veinte días del mes de junio de mil
cooperación de los mismos
novecientos sesenta y dos.- ADOLFO LÓPEZ MATEOS.- Rúbrica.-
actividades; . . JeS que en la materia y en su caso se Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. -Secretario
II. Cuáles s?n las acttvidaJo por considerar que su desarrollo de Gobernación, GUSTAVO DÍAZ ORDAZ .- Rúbrica.- El Secretario
reserven al Gob1~mo del Esta alas autoridades locales; de Educación Pública, JAIME TORRES BODET.- Rúbrica.- El
corresponde de ll:l.odo exclusivo bas partes adquieren de intercam- Secretario de Hacienda y Crédito Público, ANTONIO ORTIZ MENA.-
lll. El comp:romiso que_ ,,iJo5 de dinero, el personal y el eqru_po Rúbrica.- El Secretario de Agricultura y Ganadería, JULIÁN
RODRÍGUEZ ADAME.- Rúbrica.- El Secretario de Salubridad y
biarse infonnes •<>bre las cantull¡.ir de comunicaciones, educac1on,
que las mismas dediquen ala Ja •y Asistencia, JOSÉÁLVAREZAMEZQUITA.-Rúbrica.-El Secretario de
salubridad y fo!ll~nto económlc~irector del Centro Coordinador
Obras Públicas, JAVIER BARRIOS SIERRA.-Rúbrica.-

IV. La obli~ación que ~¡ ~ensualmente un informe al C.

Indigenista tenctrá de rend!l
54 55
cación en su caso, por parte de dicho Consejo, sean sometidos\ la"
aprobación definitiva del C. Presidente de la República;
III. Recomendar la forma de coordinación, con el plan general
del Centro, de las obras de mejoramiento y promoción que en la
región Tarahumara deseen emprender otras dependencias o
instituciones;
IV. Intercambiar entre las referidas dependencias e instituciones
las experiencias recogidas en el desarrollo y aplicación de los diversos
programas de trabajo del Centro; y
V. Estudiar y proponer las diversas actividades que permitan al
Centro allegarse fondos que se aplicarán a la labor indigenista en la
región Tarahumara.
SEXTO. Las dependencias federales en la región Tarahumara
no podrán emprender acción alguna relativa al problema indígena
en dicha región, sin oír previamente la opinión de la Comisión
Consultiva.
SÉPTIMO. El convenio que en su caso se firme entre el
Gobierno del Estado de Chihuahua y el Instituto Nacional Indi-
genista, éste observará, como bases mínimas:
l. Que toda acción social que en la región Tarahumara emprenda
el Instituto Nacional Indigenista o el Gobierno del Estado, será
motivo de consulta previa entre ambos, a fin de lograr la más amplia
cooperación de los mismos y la mayor coordinación de sus
actividades;
II. Cuáles son las actividades que en la materia y en su caso se
reserven al Gobierno del Estado por considerar que su desarrollo
corresponde de modo exclusivo a las autoridades locales;
III. El compromiso que ambas partes adquieren de intercam-
biarse informes sobre las cantidades de dinero, el personal y el equipo
que las mismas dediquen a la labor de comunicaciones, educación,
salubridad y fomento económico; y
IV. La obligación que el Director del Centro Coordinador
Indigenista tendrá de rendir mensualmente un informe al C.
54
Gobernador del Estado, acerca de la labor ejecutada y de los gastos
efectuados por el Centro Coordinador.
OCTAVO. Las Secretarias de Educación Pública, de Salubridad
y Asistencia y Agricultura y Ganadería, cuidarán de incluir en sus
presupuestos anuales las cantidades necesarias para el sostenimiento
del Centro, bajo el concepto de que estas cantidades figurarán en
forma de subsidios al Instituto Nacional Indigenista.
Esta disposición se aplicará también a cualquiera otra Secretaría
o Departamento de Estado que al respecto llegue a colaborar con el
Centro Coordinador Indigenista de la Región Tarahumara.
La Secretaría de Obras Públicas formulará de acuerdo con las
necesidades de la región y previa consulta con el Centro Coordinador,
un plan de caminos vecinales. A ese efecto, y en forma de subsidio
al Instituto Nacional Indigenista, destinará las cantidades de dinero
necesarias para la construcción y conservación de los caminos que
construya, incluyéndolas en su proyecto de presupuesto.
NOVENO. Los sueldos del representante del Consejo Supremo
de la Raza Tarahumara serán cubiertos por el Instituto Nacional
Indigenista.
Dado en la residencia del Poder Ejecutivo de la Unión, en la Ciudad
de México, Distrito Federal, a los veinte días del mes de junio de mil
novecientos sesenta y dos.- ADOLFO LÓPEZ MATEOS.- Rúbrica.-
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.-Secretario
de Gobernación, GUSTAVO DÍAZ ORDAZ .- Rúbrica.- El Secretario
de Educación Pública, JAIME TORRES BODET.- Rúbrica.- El
Secretario de Hacienda y Crédito Público, ANTONIO ORTIZ MENA.-
Rúbrica.- El Secretario de Agricultura y Ganadería, JULIÁN
RODRÍGUEZ ADAME.- Rúbrica.- El Secretario de Salubridad y
Asistencia, JOSÉ ÁLVAREZAMEZQUITA.- Rúbrica.- El Secretario de
Obras Públicas, JAVIER BARRIOS SIERRA. -Rúbrica. -
55
 4. CARTA DEL DR. GONZALO AGUIRRE BELTRÁN, SUB-"'
DIRECTOR DEL INI AL DR. ALFONSO CASO, DIRECTOR
DEL INI EN LA QUE PROPONE EL PROGRAMA DE
TRABAJO QUE HABRÁ DE DESARROLLAR EL CENTRO;,
COORDINADOR INDIGENISTA DE LA TARAHUMARA EN:'
GUACHOCHI, CHIH. MÉXICO D.F., 18 DE JUNIO DE 1952. *
Sr. Dr. Alfonso Caso
Director del Instituto Nacional Indigenista
Presente.
En cumplimiento de las órdenes recibidas de Ud., derivadas
del Acuerdo Presidencial que creó el Centro Coordinador Indigenista
de la Sierra Tarahumara, y como consecuencia del recorrido que
hice por la región afectada en compañía del antropólogo Sr. Plancarte
y del Delegado en Chihuahua de la Dirección General de Asuntos
Indígenas Sr. Revueltas, me permito proponer a Ud. y al H. Consejo
del Instituto el programa de trabajo que a continuación expongo y
que ha sido elaborado teniendo a la mano los datos recopilados por
el Sr. Plancarte, las indicaciones del Sr. Revueltas y los informes y
pláticas que recogí o sostuve con el C. Gobernador del Estado, Sr.
Lic. Óscar Soto Máynez, así como con los directivos del Consejo
Supremo de la Raza Tarahumara, Sres. Ignacio León, Patricio Jaris
y Eleuterio Rodríguez, y con diversos particulares.
Centro Coordinador
El programa tiende a resolver los problemas del indígena
tarahumara y a cumplimentar las resoluciones acordadas en los Con-
gresos del grupo étnico llevados a cabo en Guachochi, Creel, Tónachi
y, nuevamente, Guachochi en los años de 1939, 1944, 1945 y 1950,
respectivamente. La resolución 3a. de la sección Asuntos Sociales
del último Congreso dice: «Siendo necesaria para la mejor atención
de los múltiples problemas que presenta la Zona Tarahumara la
concurrencia organizada de las agencias de las distintas dependencias
federales y estatales, se propone que sea elevada una petición al
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 27, Exp. 5.
56
l 11stituto Nacional Indigenista, para que dicho organismo, con las
facultades de que se halla investido, promueva la creación de un
('.entro Coordinador con asiento en la comunidad que oportunamente
señalen los comisionados al efecto». Esta resolución ha sido cum-
plimentada por el Instituto al lograr del señor Presidente el Acuerdo
de creación del Centro Coordinador.
El Sr. Gobernador del Estado al ser informado por mí de la
constitución del Centro Coordinador manifestó que dará amplia
cooperación y desde luego me puso en contacto con el Director de
Educación del Estado, Prof. Quezada y con el Jefe de los Servicios
Sanitarios, Dr. Rico, para los efectos de la coordinación. Dado el
interés que ha puesto el Sr. Gobernador en la resolución de los pro-
blemas de la Tarahumara es de esperarse que la conjunción de
esfuerzos federales y estatales redunde en benéficos resultados. El
Sr. Gobernador nombrará próximamente al Representante del
Gobierno del Estado en el Consejo del Centro Coordinador.
Di a saber, asimismo, a los integrantes del Consejo Supremo
de la Raza Tarahumara los considerandos y resoluciones del Acuerdo
Presidencial que crea el Centro Coordinador: expresaron satisfacción
-dentro del natural escepticismo derivado de tantas promesas no
cumplidas- y manifestaron su conformidad con el contenido del
referido Acuerdo. Quedaron de reunirse -propietarios y suplentes-
en una sesión que celebrarán antes de que finalice el presente mes
para designar Representante en el Consejo del Centro Coordinador.
Con lo anterior y una vez nombrado el Director del Centro Coor-
dinador y los representantes de las Secretarías que forman parte de
la Coordinación y que funjirán como directores seccionales quedan
satisfechos los pasos previos para la instalación solemne del Centro
Coordinador que será hecha por el C. Gobernador del Estado en un
acto cuya fecha depende de las múltiples atenciones del citado
funcionario.
Área del Trabajo
El grupo indígena tarahumara se calcula integrado por unos
45,000 individuos. Dado sus patrones de dispersión y lo accidentado
57
del hábitat no ha sido posible hasta hoy realizar un buen trabajo
censal. El Prof. Hemández Labastida llevó a cabo uno de estos censos
en 1945 y obtuvo una cifra cercana a la arriba anotada. El Censo
oficial de 1940 sólo recopiló 26.630 individuos mayores de 5 años
que hablaban lenguas indígenas en todo el Estado de Chihuahua.
En esta suma están comprendidos los tarahumaras, que constituyen
la mayoría, y grupos de tepehuanos del norte, guarojíos y pimas en .,
pequeño número.
El 90% de la población indígena tarahumara se encuentra
concentrada en 8 municipios, a saber: Batopilas, Carichí, Balleza,
Urique, Bocoyna, Morelos, Guazapares y Guadalupe y Calvo. El
10% restante habita en los 7 municipios siguientes: Uruachic,
Nonoava, Chínipas, Maguarichi, Temósachic, Ocampo y Morís.
En los 8 municipios primero mencionados la población indígena
representa el 40% de la población total-indígena y no indígena-;
siendo este porcentaje de 56.18 enBatopilas, 49.14 en Carichí, 46.75
en Balleza, 41.07 en Urique, 39.39 en Bocoyna, 29.00 en Morelos,
28.25 en Guazapares y 24.01 en Guadalupe y Calvo. En los 7
municipios de escasa población indígena el porcentaje es el que
sigue: Uruachic 16.37, Nonoava 10.97, Chínipas 9.63, Maguarichi
5.23, Ocampo 2.46 y Morís 2.31.
Los números relativos de población arriba anotados parecen
indicar la necesidad de dividir el área de trabajo del Centro Coordi-
nador en dos porciones: (1) la constituída por los 8 municipios donde
se concentra la mayoría de la población indígena y dentro de la cual
deben quedar instaladas las agencias fijas del Centro, y (2) la peri-
férica que agrupa a los 7 municipios restantes y que recibirá sólo la
influencia de la acción móvil del Centro. La primera será llamada
«Área de Trabajo», y la segunda «Área de Influencia».
Sede del Centro
El Municipio de Batopilas con 56.18% de población indígena
es el indicado para comprender la sede del Centro Coordinador. Sien-
do la cabecera municipal una población minera mestiza, de escasos
habitantes y dificil comunicación, sin tierras laborables y carente de
58
importancia como punto de interacción entre indígenas y l:l.o indí-
genas, la sede del Centro habrá de buscar~e e~otro pueblo, del aludido
municipio. Con tal categoría existen los s1gut<mtes: Aboreachi, Cusá-
rare, Guachochi, Munérachi, Cabórachi; Norogachi, Pahllichiqui,
Papajichi, Rochéachi, Satevó, Tetaguichi, 1'ónachi y Yoquivo. ·
Al discutir con los integrantes del Coti.sejo Suprei:no sobre el
lugar que llenara los requisitos ideales para sede del Centro éstos
fijaron dos sitios de elección, a sa~er: (1) Cllsárare y (2) Gll.achochi.
La situación central de Guachochi, el hecho de que haya sido en dos
ocasiones sede del Congreso Tarahumara Ylas facilidades que repre-
senta la existencia de una planta de energía eléctrica no apr()vechada,
con la presencia de tierras, aguas y bosq\les, me hace Ptoponer a
Ud. y al H. Consejo se escoja este lugar C<Jmo sede del Centro.
Puestos Periféricos
Dado lo extenso del territorio y lo disDerso de la Población será
indispensable, además, la instalación de hiestos Periféricos (1) en
Baqueachi, para atender el municipio de Carichí y parte de Bocoyna;
(2) en Cusárare, para atender la parte restante de Bocoyna y el norte
de Batopilas; (3) en Cuiteco, para atender Urique y Guazapares; (4)
en Baborigame, para atender Morelos Y.Pétrte de Guadalupe y Calvo;
y (5) en El Vergel, o lugar que postenotmente se determine, para
atender la parte oriental de Guadalupe Y Calvo y la parte occidental
de Balleza.
Esta segmentación del Centro C?Otdinador está inipuesta por
la orografia regional que divide a la Sierta en sub-regiones aisladas
por barrancas de enorme profundidad Y dificil acceso. Dnas y otras
sub-regiones tienen poco contacto humano entre sí Yseria imposible
atender los problemas específicos de cada una de ellas si se esta-
bleciera el Centro Coordinador como unidad indivisa. Dentro de
cada una de las seis sub-regiones en que hemos dividido el Área de
Trabajo -5 :periféricas y 1 central- será indispensable establecer
en puntos estratégicos «Puestos de Emergencia», donde el personal
del Centro pueda disponer de albergue, alimentación y elementos
de trabajo mínimos en casos de apuro.
59
 Patrón de Asentainiento
La dispersión de la población impone, además, la necesidad de
que el Centro Coordinador cuente con suficientes vehículos de doble
tracción y bestias de tnonta y carga para darle una adecuada
movilidad. El patrón de asentamiento de la población serrana en la
Tarahumara es de tal m.anera inconveniente para el desarroIIo de
una acción social efectiva que desde el establecimiento de las
primeras Misiones en la Colonia se vio la conveniencia de reducir a
«pueblos» a los indígenas. No obstante el tiempo transcurrido y la
continuada coerción ejercida por las autoridades civiles y las insti-
tuciones eclesiásticas, el patrón de asentamiento disperso tiene tal
raigambre que la poblaci6n no indígena que con posterioridad llegó
a la sierra también lo hizo de su adopción. En tal forma los «pue-
blos», aquí mencionados como tales, no tienen las características
que generalmente se les asignan en nuestro país a tales agrupaciones
humanas. El fundo en que asientan estos pueblos es por lo común
extenso y una casa se halla separada de la otra de 500 a 1,000 metros,
en ocasiones aun más. Débese ésto a que el serrano construye su
casa habitación en el interiror de sus tierras de labranza, de donde la
cercanía o lejanía de los vecinos depende de la mayor o menor
extensión de sus propiedades. La tierra labrantía --en la inmensidad
de los bosques que cubren la Sierra- no es sin embargo ilimitada
sino por lo contrario reducida a escasos valles, caffadas o mesas en
que precisamente asientan estos pueblos dispersos que ocupan la
total extensión de los dichos accidentes geográficos. No quiere ello
decir que la Tarahumara carezca de pueblos compactos: uno de ellos,
Sisoguichi, ha sido logrado después de 50 años de esfuerzos por los
misioneros jesuitas; mas en los restantes lugares donde intentaron
la concentración no tuvieron éxito. Esta experiencia y el cono-
cimiento que se tiene de Ja forma como funciona el patrón de
asentamiento a que se ha aludido deben tomarse en Clienta al intentar .
la ineludible concentración de la población dispersa, tarea que habrá
de recaer sobre los hombros del Centro Coordinador si es que
efectivamente desea desarrollar una acción social que modifique la
actual situación.
60
Fijación del Tarahumara
Un inconveniente más presenta a la efectivitjad de esta acción
y es el nomadistllo o semi-nomadismo de la PC)blación indígena,
particularmente de la llamada «gentil». La fijaciót} de esta población
será lograda cuando se resuelva definitivamente e} problema agrario
de la Sierra, meta de los esfuerzos del Centro Coordinador para
lograr no sólo el asentamiento del tarahumara sin() además su desen-
volvimiento económico y social.
El tarahumara ha sufrido desde los primeros contactos con el
blanco el despojo de las tierras que usufructuaba. burante la Colonia
fueron las mercedes reales el instrumento que ~e tuvo a la mano
para realizar el despojo; en la actualidad es el denuticio y adjudicación
de tierras nacionales. En ambos casos el solicitant~ afirmó la vacancia
de las tierras requeridas y en ambos casos, también, los funcionarios
gubernamentales dieron fe de no encontrarse ocupadas por los
indígenas. Lograda la posesión legal, el nuevo Propietario expulsó
al indígena o lo convirtió en peón aparcero o arrendatario de sus
antiguas tierras. No obstante la intención revolutionaria de nuestra
Reforma Agraria el procedimiento continúa hoy día y cada uno de
los Congresos Tarahumaras ha elevado peticiones al C. Presidente
de la República y al C. Gobernador del Estado a efecto de que inter-
vengan para que cese la concesión de tierras nacionales en tanto no
se haya dotado a los indígenas de la parcela ejidal que les corres-
ponde. Por desgracia no ha tenido oídos esta Petición y a medida
que transcurren los años la situación se hace más tensa debido a que
los tarahumaras van siendo arrojados de las pocas tierras labrantías
y los intereses creados por los no indígenas o chQvoches* hace cada
vez más dificil la aplicación de una justa política agraria.
Economía
Punto cardinal de la acción del Centro Coordinador será pues
la de lograr una parcela para cada ejidatario Yla suma indispensable
de hectáreas para fundos de los pueblos Y tierras de comunidad.
*Término despectivo con el que los tarahumaras se refieren al mestizo. (Nota del
editor).
61
 Junto con la dotación agraria será indispensable la impartición del"
crédito para la erección de trojes comunales, cooperativas de con-
sumo, y sobre todo, para la constitución de cooperativas de explo-
tación forestal que ponga en manos de los tarahumaras una riqueza
que viene siendo devastada por capitalistas que no tienen ningún
interés en la conservación de los recursos naturales de la Sierra.
Aunque la explotación forestal científicamente dirigida será la
base fundamental en que se cimente la economía de los pueblos .
serranos no por ello habrán de abandonarse renglones tan importantes
como la agricultura y la ganadería. La instalación de campos de
demostración y experimentación para viejas y nuevas cosechas, así
como la de una posta zootécnica que trate de mejorar el ganado
criollo lanar y vacuno será uno de los objetivos inmediatos de los
agrónomos del Centro Coordinador.
La introducción y difusión de árboles frutales -particularmente
manzano- en lugares donde todavía no se cultiva será importante
tarea a desarrollar.
Comunicaciones
La acción económica quedaría trunca si no fuera complemen-
tada por una política de construcción de caminos vecinales que den
salida a la producción serrana. La diferencia notable de precio de
los artículos producidos en la Sierra respecto a los centros inmediatos
de consumo está determinada esencialmente por el excesivo costo
de los fletes que utilizan como vías de saca las brechas abiertas por
los explotadores madereros. Estas brechas se encuentran en pésimas
condiciones y sólo son transitables en épocas de secas ya que parte
de ellas han sido construídas en el cauce de arroyos exhaustos du-
rante gran parte del año pero torrenciales y peligrosos desde las
primeras lluvias.
parece a todo punto conveniente el desarrollo de un camino de
penetración que pasando por el corazón de la zona cierre un circuito
que aprovecharía el tramo de la carretera internacional que de Chi-
huahua va a Parral. Este camino aprovecharía además los 98 kiló-
metros de carretera pavimentada que unen a la capital del Estado
62
con Cuauhtémoc. De este lugar se dirigiría a Carichí por terreno
plano; de Carichí a Sisoguichi por terreno montañoso y por esta
misma clase de terreno llegaría a Bocoyna, Creel y Rochéachi,
alcanzando a Guachochi, sede propuesta del centro Coordinador.
De Guachochi el camino seguiría por terreno quebrado hasta El
Terrero, lugar de donde parte una brecha revestida que lleva a parral.
Este camino de 654 kilómetros tiene 108 pavimentados, 174 reves-
tidos, 101 transitables y 271 malos. Estos 271 kilómetros últimos
serían los primeros que el Centro Coordinador debería atacar.
Salubridad
La acción sanitaria necesita de este camino de circunvalación Y
de brechas que lo alimenten para poder desarrollar sus campañas
efectivas. No existe en la actualidad agencia sanitaria alguna en
toda la extensión de la Sierra con excepción del Hospital -de carác-
ter eminentemente asistencial- que los jesuítas poseen en Sisogui-
chi y que recibe un subsidio del Gobierno del Estado. En lo relativo
a salubridad todo está por hacerse: la experiencia de Chiapas nos
suministra, sin embargo, el modelo para llevar adelante esta acción.
Educación
La acción educativa tiene largo historial en la Sierra. Hace 50
años se establecieron misiones jesuitas, que en diversos puntos
fundaron internados -tohuisados y tehuecados-para niños y niñas
y algunas otras agencias educativas. En la actualidad funcionan. estas
agencias en los pueblos de Sisoguichi, Norogachi, Carichí y cbinatú,
cuando menos. La Dirección General de Asuntos Indígenas posee
además un internado en Siquirichi y otro en Tónachi, una Brigada
en Aboréachi y otra en Guachochi, con dos procuradurías, una en
Creel y otra en Guadalupe y Calvo. Tiene una Delegación e:O Chi-
huahua en que el Delegado, a la vez Procurador, tiene por encargo
recorrer periódicamente la región. La Dirección de Asuntos Indígenas
está iniciando la construcción de una Comunidad Indígena Tipo en
terrenos que adquirió en Guachochi. Escuelas rurales del Estado o
de la Federación existen en número notable pero a todas luces insu-
63
 ficiente dada la extensión de la zona y la dispersión de los habitantes. •
El Centro Coordinador habrá de llenar estas deficiencias e implantar
métodos educativos uniformes iniciando la alfabetizaCión organizada
en lengua nativa. Existen cartillas ya publicadas de los Profs. Plan-
carte, Hemández y Álvarez, y varios de los misioneros jesuitas que
utilizan este método de enseñanza. A mayor abundancia los misio-
neros protestantes establecidos en la Sierra disponen de un lingüista
que tiene preparada asimismo una cartilla tarahurnara.
El C. Gobernador del Estado piensa destinar 50 plazas más de
maestros para la Sierra en el curso del año entrante. Si un número II. DIAGNÓSTICOS GENERALES
semejante puede establecer el Centro Coordinador el capítulo de
DE LA SIERRA TARAHUMARA
educación formal podrá desenvolverse adecuadamente.

Personal
La selección del personal que trabaje en el Centro Coordinador
no es tarea fácil dada las inconveniencias de la vida en una zona hoy
~.: : aislada e inhóspita. Someto a la consideración de Ud. y del H.
Consejo los nombres de dos viejos trabajadores en la región que son
ampliamente conocidos por los indígenas y apreciados por ellos:
me refiero al antropólogo Sr. Francisco M. Plancarte, en la actualidad
investigador de este Instituto, y al Prof. Javier Álvarez, Inspector de
la Secretaría de Educación, que actualmente se encuentra en Casas
Grandes, Chih. Si contáramos con la anuencia de estas dos personas
para trabajar en el Centro Coordinador, uno corno Director Coor-
dinador y otro corno Director de Educación, el nuevo proyecto del
Instituto iniciaría su marcha con pasos firmes. Espero la resolución
de Ud. y del H. Consejo para hacer a estos señores una proposición
concreta.
Atentamente
El Sub-Director
Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán
México, D.F, 18 de Junio de 1952.
C.c.p. el C. Gobernador del Estado de Chihuahua
el Consejo Supremo de la Raza Tarahumara

64
 l\n !t1 pr linera mitad de la década de los años cincuenta, al calor
h1!11l111plantación del Instituto Nacional Indigenista en la Sierra
j¡¡¡ ¡1l111 111ara, fueron elaborados estos tres diagnósticos generales
1111' rw presentan a continuación: los dos primeros proceden del
'. •1111wjo Supremo Tarahumara y están firmados por algunos de
11 11 primeros y más importantes directivos como Ignacio León

lt1111, Patricio Jaris, Eleuterio Rodríguez, Francisco Martínez y

l'n lnico Corona. El tercero es obra del profesor y antropólogo
l 111ncisco Plancarte -primer director del Centro Coordinador
l 11digenista de la Tarahumara-, del señor Gonzalo Dayo Estrada
delegado en Chihuahua de la Dirección General de Asuntos
l 11d{genas, de la SEP- y del diputado Ignacio León Ruiz, presi-
"·
,¡"
'' 11
d1·nte del Consejo Supremo Tarahumara. ..1
.. Los tres documentos son reincidentes al señalar la gravedad,
1·n esa época, de los problemas agrarios y la violencia en las
!'elaciones interétnicas dentro de la Tarahumara: recurriendo a
1odo tipo de artimañas legales y coludidos con autoridades locales

·ingenieros agrónomos, grupos mestizos serranos estaban logran-

do despojar a las comunidades indígenas de las mejores tierras
de labor, pastos y bosques. Esta ocupación, lenta pero efectiva,
de terrenos nacionales y bienes comunales, denunciada como una
clara violación de las leyes agrarias, aparece en los textos como la
causa más determinante de la violencia en las relaciones inter-
étnicas.
Ante la gravedad de la situación, los funcionarios y delega-
dos indigenistas no dudan en proponer a las autoridades federales
y estatales se frene de inmediato el otorgamiento de tierras a los
solicitantes · mestizos y el despojo de los bienes comunales
indígenas.

67
 Los textos plantean también un panorama global sobre la
problemática educativa, de empleo, salubridad, comunicaciones,
violación de garantías y de los derechos indígenas.
En conjunto los documentos presentan una de las vertientes
en las que el indigenismo jugó un papel más destacado en la Sierra
Tarahumara, aquella que se refiere a la defensa y extensión de los
principios de la Reforma Agraria en territorios indígenas, así como
a la denuncia de las diversas modalidades de apropiación y despojo
de las tierras de las comunidades indígenas.
Como los propios textos lo revelan, la lucha agraria se habría
de convertir en una de las principales demandas de los pueblos
indios serranos frente a las instituciones indigenistas. Muchos
r1o,,¡ años después de que los acuerdos agrarios fueran dictados, la
mayoría de los ejidos serranos insistían en que los acuerdos fueran
aplicados, las tierras fueran aseguradas a través de dotaciones
definitivas y ampliaciones. No pocas de esas demandas siguen
hasta el día de hoy en pie y constituyen, sin lugar a dudas, uno
de los núcleos neurálgicos del problema indígena.
68
. CARTA QUE EL CONSEJO SUPREMO TARAHUMARA
11:NVIA AL LIC. ADOLFO RUIZ CORTINES, CANDIDATO DEL
l'RI A LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA, EXPO-
NIÉNDOLE LA SITUACION DE LA SIERRA TARAHUMARA.
CHIHUAHUA, CHIH., 27 DE ABRIL DE 1952.*
C. Adolfo Ruiz Cortines
Candidato a la Presidencia de la República.
Presente.
El Consejo Supremo de la Raza Tarahumara que suscribe y
Gobernadores generales, en representación de más de cuarenta mil
indígenas que habitan la sierra del Estado de Chihuahua, ante la
imposibilidad de que usted conociera de cerca los problemas que
nos afectan, venimos por medio del presente a exponerle con toda
lealtad y franqueza la situación en que durante muchos años hemos
vivido con la esperanza de que a diferencia de otras Autoridades
que nos prometieron resolver nuestros problemas y que al llegar al
poder olvidaron completamente sus ofrecimientos, esperamos que
usted sí llegue a prestamos la atención y justicia que reclamamos,
en cuanto el voto popular lo lleve a la Primera Magistratura del
País, cosa que estamos seguros por contar con la firme determinación
de todos los mexicanos. Nuestros problemas podemos señalarlos en
la forma siguiente:
~~
ASPECTO ECONÓMICO
Creemos necesario que antes de pasar a señalar los diversos
aspectos que afectan nuestra comunidad y que nos han colocado en
un plano de verdadera inferioridad, en comparación a las demás
razas indígenas del país, le expongamos el principal que actualmente
reviste caracteres verdaderamente alarmantes para nuestra raza,
siendo ésta, la miseria en que vivimos.
Por carecer en nuestra respectiva zona de tierras suficientes
* Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 2; Exp. l.
69
 para cultivo, que permitan producir lo necesario para nuestra- sub-
sistencia, con toda franqueza decimos a usted que nuestro principal
medio de vida ha sido la venta de diversos productos que fabricamos
con la madera de nuestros bosques, tales como morillos, vigas,
tablillas durmientes, etc, etc.
En los últimos años nuestra situación se vio bastante mejorada
por motivo a que se iniciaron en la Sierra Tarahumara algunas explo-
taciones .forestales y la construcción del Ferrocarril Kansas City
Chihuahua, Topolobampo Sonora; al iniciarse estos trabajos un gran
número de nuestros representados fueron ocupados en diversas activi-
dades, obteniendo salarios que nos permitían asegurar la subsistencia
de nuestras familias.
De dos años a la fecha nuestra situación cambió completamente
al ordenar la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, la
suspensión de los trabajos que se ejecutaban del Ferrocarril Chihua-
hua Topolobampo, dejando un gran número de trabajadores, la mayo-
~' .11
ría de ellos indígenas tarahumaras, sin trabajo y por consiguiente
',.. , reducidos a la más desesperada miseria. Todos estos trabajadores
tuvieron que emigrar a lugares donde se hacían explotaciones fores-
tales en busca de ocupación y poder ganarse el pan que necesitan
sus hijos.
Posteriormente la Secretaría de Agricultura ordenó la suspensión
de todas las explotaciones forestales que se efectuaban en la sierra,
decretando la veda en diversas zonas donde apenas se iniciaban
dichas explotaciones. La suspensión de esta fuente de trabajo nos
vino a colocar en la más espantosa de las miserias, obligándonos a
refugiamos en la capital del Estado y en diversas poblaciones de
alguna importancia, donde actualmente se encuentran miles de
nuestros representados viviendo de la caridad pública y siendo objeto
de humillaciones y vejaciones.
Nosotros creemos que si bien es cierto que el Gobierno trata de
proteger la riqueza forestal del país, evitando las explotaciones y
talas inmoderadas, también lo es que en nuestro Estado la suspensión
de estas Empresas forestales y la veda decretada, se debió a informes
proporcionados por elementos oficiales que ni siquiera conocel'l. la
70
sierra, y que solamente tomaron como base las talas inmoderadas
cometidas por madereros sin escrúpulos que siempre fueron denun-
ciados por nosotros, pero protegidos al mismo tiempo por quienes
estaban obligados a castigarlos, pues podemos asegurar, por ser per-
fectos conocedores de nuestra zona, que nuestros bosques han sido
explotados en forma legal ya que nosotros mismos nos hemos
convertido en vigilantes para evitar que nuestros bosques sean ex-
plotados inmoderadamente y por lo tanto puedan conservarse los
trabajos indefinidamente por ser nuestro único medio de vida.
11
Creemos además que la autorización para que funcionen compañías ;
responsables, creará centros de trabajo que nos permitan obtener
ocupación y dejar de ser una carga para el mismo Gobierno.
A todo lo anterior y como para hacer más desesperada nuestra
situación, se vino la terrible sequía que ha asolado la mayor parte
del Estado, sin permitir que produzcan nuestras pequeñas porciones
de tierna cultivable, obligándonos como ya decimos a vivir de la
caridad pública en los lugares más poblados.
AGRARIO
La situación agraria entre los indígenas por razones que
ignoramos, no ha recibido la atención necesaria como medio legal
para asegurar las posesiones que vienen disfrutando desde tiempo
inmemorial los tarahumaras, pues con demasiada :frecuencia los
indios son despojados de las superficies que poseen y de donde sacan
los productos que les permiten vivir, por el insaciable aborazamiento
de elementos mestizos que toda la vida los han hecho objeto de ex-
plotaciones.
La equivocada aplicación que se ha dado a los Decretos del 2
de agosto de 1923, 1º de julio de 1934 y la última Ley de 30 de
diciembre de 1950, todas relacionadas con tierras Libres y Nacio-
nales, ha provocado un sinnúmero de despojos a los indígenas con
la complicidad manifiesta de las autoridades de la Secretaría de Agri-
cultura encargadas de tramitar lo relacionado a Terrenos Nacionales.
Toda la vida y desde nuestros antepasados hemos venido
ocupando tierras, de las cuales en su mayoría carecemos de títulos,
71
 algunos otros de nuestros representados tienen títulos expedidos~
unos, por el C. Licenciado Benito Juárez que fuera Presidente de la
República, otros por concesiones o informaciones Ad Perpetuam.
Tanto unos como otros no escapan a las maniobras de nuestros
explotadores, pues a los primeros se les despoja de las tierras que
por justo derecho de posesión les pertenecen, valiéndose de los
denuncios o solicitudes que hacen ante las autoridades correspon-
dientes, contando con el apoyo y ayuda de elementos oficiales e
Ingenieros Deslindadores, ya que el denunciante al registrar el terreno
denunciado ante la Autoridad Municipal correspondiente se certifica
que el terreno se encuentra baldío a sabiendas que lo ocupamos los
indios y los Ingenieros deslindadores por los beneficios económicos
que les reporta su falsedad, hacen aparecer en sus informes que las
tierras deslindadas se encuentran desocupadas y que los solicitantes
carecen de bienes y están perfectamente acotadas y ocupadas por el
.~· ' .ir
solicitante. De los segundos, o sea quienes tienen títulos comunales,
: :;·¡
también son despojados de sus pocos bienes, bien sea por resolu-
ciones agrarias o bien por deslindes que de tierras Nacionales hacen
a favor de los mestizos, sin dar ningún valor a los documentos que
exhiben mis representados a los Ingenieros encargados de los
trabajos.
En suma, seguimos siendo los eternos parias que se nos obliga
a vivir como animales en la Sierra y en cuevas alejados de toda
civilización como único medio para defendernos de nuestros
explotadores.
EDUCACIÓN
En materia educativa podemos señalar que, salvo un pequeño
porcentaje que ha recibido los beneficios de la educación, la mayoría
de los indios tarahumaras que vivimos en la alta y baja Tarahumara,
carecemos de Escuelas o Centros Alfabetizantes que nos permitan
los medios de incorporación a la actual civilización, pues si bien es
cierto que en la Sierra existen dos internados indígenas dependientes
de la Secretaría de Educación, éstos se encuentran en el más completo
'1
abandono y carecen de lo indispensable para formar a nuestros hijos
72
verdaderos ciudadanos, pues es tal su abandono por parte de la
tlll
~ecretaría de Educación, que nuestros hijos andan completamente
desnudos, duermen en salones antihigiénicos en lamentable promis-
cuidad, por no contar con camas, sarapes y equipo necesario que
permita a los internos dormir separadamente.
En los talleres se carece de equipo necesario para la enseñanza
de los alumnos y en una palabra, nuestros hijos solamente se dedican
a comer las miserables raciones que les tienen asignadas de dos
pesos veinticinco centavos por alumno, las que con frecuencia son
reducidas por empleados irresponsables y carentes de escrúpulos
que solamente buscan su beneficio personal en perjuicio de nuestros
hijos internos. De estos Planteles solamente existen en la Sierra dos
con 60 u 80 becas cada uno que no atienden ni el dos por ciento de
nuestra numerosa población en edad escolar que·necesita también
de este beneficio. Por lo que respecta a nuestras hijas que también
desean estudiar no existe en toda la Sierra ningún internado que 11~
permita el ingreso de nuestras jóvenes que anhelan aprender trabajos "·11
propios de su sexo.
SALUBRIDAD
En este renglón seguimos en las mismas condiciones que
nuestros antepasados, pues salvo algunas unidades sanitarias que se
encuentran en la cabecera de Distrito y que solamente atienden a los
blancos o quienes pueden pagar sus servicios, en la región indígena
se carece en lo absoluto de este beneficio, pues nuestras mujeres
siguen teniendo a sus hijos en la misma forma semi-animal en que
nacieron nuestros abuelos y nosotros. Nuestros enfermos son aten-
didos únicamente por yerberos o brujos que todavía invocan a los
espíritus para curar al enfermo.
1
111
COMUNICACIONES
La región serrana cuenta solamente con una brecha por la que ·
transitan periódicamente algunos camiones de carga en el período
de secas, que atraviesan de Estación Creel a Hidalgo del Parral,
tocando en su travesía los poblados indígenas de Norogachic,
73
l 1
1
 Rochéachic, Guachochi y Huejotitán, y existe además un camino
hecho por la Compañía Minera la Bufa que sale de Estación Creel
hasta el citado Mineral. Fuera de estas dos brechas la inmensa
mayoría de los poblados indígenas se encuentran totalmente inco-
municados y a distancias que varían entre tres y cuatro días a pie o
a caballo. El aislamiento en que vive nuestra raza y la falta de vías
de comunicación adecuada, impide que los tarahumaras encuentren
medio de incorporación y aprendizaje del idioma español, mediante
el trato con personas que visitan la Sierra, así como la entrada y
salida de productos regionales.
Durante muchos años hemos gestionado se abran caminos
vecinales en la región serrana, sin que hasta la fecha nos hayan
atendido, pues únicamente los que nos visitan son, madereros y que
son quienes han abierto algunos caminos pero los que con más
frecuencia visitan nuestra región son ganaderos y comerciantes que
solamente acuden a nuestras rancherías para llevarse nuestros pocos
, ~· .JJ
,,/r1 animales bien sea ganado o aves de corral los que nos pagan a los
,, ~ , ,!
.;!:¡ precios que a ellos mismos se les antoja sin que tomen en cuenta
nuestras protestas pues de todos modos nos dejan sin nuestros
animales. Los blancos o mestizos que viven en la Sierra, nunca po-
demos considerarlos como el medio de que pudieramos valemos
para incorporamos a la civilización, pues estos vecinos durante toda
la vida nos han hecho objeto de explotaciones, viviendo a nuestras
costillas, violando a nuestras mujeres y provocando odios dificiles
de olvidar
PROTECCIÓN
En todas nuestras miserias, vejaciones, atropellos, despojos de
nuestras tierras, robos e injusticias de Autoridades y un sinnúmero
de abusos de que se nos hace objeto, la única ayuda que hemos
encontrado para mitigar en parte la miserable situación en que
vivimos, ha sido la ayuda de los Procuradores de Comunidades
Indígenas que dependen del Departamento de Asuntos Indígenas
quienes con su asesoramiento y defensa hemos logrado evitar en
parte los atropellos de que somos víctimas, pues salvo raras
74
excepciones, la mayoría de las autoridades que nos gobiernan en la
sierra se encuentran en manos de nuestros explotadores los blancos
y por lo tanto nos niegan toda garantía protegiendo en cambio a los
mestizos que nos atropellan. Anteriormente.existían Procuradores
de Comunidades Indígenas en distintos lugares de la sierra y por lo
tanto eran menos los abusos que en nuestro perjuicio cometían los
blancos, pero en la actualidad solamente existe un Procurador en
Chihuahua y otro en Guadalupe y Calvo, quedando toda la región
serrana totalmente abandonada de esta valiosa ayuda y por con-
siguiente nos encontramos a merced de nuestros explotadores.
Creemos sinceramente que al llegar usted a ocupar la Primera
Magistratura de la Nación, cosa de lo que estamos seguros por contar
con la simpatía y apoyo general de todos los mexicanos, la situación
nuestra así como de todos nuestros compañeros de raza del país
mejorará al contrario de algunos de sus antecesores, que solamente
han hecho promesas de mejoramiento para los indios y que olvidaron
al llegar al poder. Usted sabrá estudiar la forma más efectiva de ayu-
damos para convertimos en verdaderos ciudadanos útiles a nuestra
patria, mediante la creación de una Dependencia con facultades su-
ficientes para defendemos y lograr una positiva incorporación de
quienes como nosotros, siempre hemos sido discriminados y olvi-
dados por Gobiernos anteriores.
PETICIONES
Sería largo enumerar todos los problemas que nos han colocado
en la lamentable situación en que ahora vivimos pues todos ellos
son conocidos por diversas Dependencias principalmente por la
Dirección General de Asuntos Indígenas que ha sido y sigue siendo
la única Dependencia de Gobierno que a pesar de sus escasos medios
nos defiende y ayuda a aliviar nuestra situación y resolver nuestros
problemas. Como tenemos confianza que usted al llegar al poder,
nos permitimos, concretar nuestras peticiones en la siguiente forma:
PRIMERO. Que para combatir la situación de miseria y hambre
en que estamos viviendo, el Gobierno estudie, sin tomar en cuenta
informes falsos rendidos con anterioridad, la creación de Centros de
75
 ·Trabajo, autorizando a Empresas responsables que exploten pro-
ductos forestales mediante estudios desapasionados que se hagan
bajo una extricta vigilancia oficial y en la que nos permita tomar
parte activa para evitar inmoralidades, así como la reanudación de
los trabajos de construcción del Ferrocarril Chihuahua Topolobampo
que atravesará una amplia zona indígena.
SEGUNDO. En el aspecto agrario, creemos indispensable soli-
citar de usted, que antes de tomar cualquier determinación, ordene a
la Secretaría de Agricultura la inmediata suspensión de la tramitación
que se sigue en todos los expedientes que por denuncios de tierras
Nacionales se encuentran instaurados al Amparo de los Decretos
del 2 de agosto de 1923, 1ºde julio de 1934 y Ley de Terrenos Na-
cionales y Demasías de 30 de diciembre de 1950, ordenado simul-
táneamente una revisión de los expedientes en vista de que la mayoría
de ellos afectan terrenos que durante generaciones hemos tenido en
posesión y principalmente porque la tramitación de estos expedientes
'' lf
J ha sido y sigue siendo un escandaloso negocio para quienes se en-
'! cargan de tramitarlo.
Que por otra parte se nombre una comisión de Ingenieros que
se encargue de estudiar el problema agrario de la sierra Tarahumara
con el objeto de que se legalice la posesión de las tierras mediante
dotaciones ejidales o confirmación de Bienes Comunales.
TERCERO. En materia educativa solicitamos de usted la crea-
li1 ción de verdaderos Internados que cuenten con elementos suficientes
para lograr la incorporación de nuestos hijos, creando también
algunos Planteles que permitan la educación y aprendizaje de nuestras
mujeres. Además de lo anterior que se funden escuelas en toda la
Región Indígena que carezca de ella a fin de desanalfabetizar a la
gran población aborigen tarahumara que se encuentra sumida en la
. .
1gnoranc1a.
CUATRO. Que para protegemos de los atropellos y vejaciones
de que somos objeto por parte de todos los blancos así como para
orientarnos y defendernos y proponer al Gobierno Federal las
medidas más prácticas que resuelvan nuestros problemas, se dé al
Departamento de Asuntos Indígenas la verdadera autoridad, auto-
76
nomía y recursos necesarios que le permitan convertirse en una
efectiva garantía y protección de los indios, ya que ha sido la única
Dependencia Oficial a donde hemos acudido en demanda de ayuda
y consejos sin la desconfianza que nos han despertado otras oficinas.
QUINTO. Consideramos que para mejorar nuestra situación
cultural y económica, a parte de la creación de Centro de trabajo,
internados Indígenas y Escuelas, la vasta Región Tarahumara del
Estado de Chihuahua necesita urgentemente la apertura de carreteras
o caminos vecinales, que permita su propio desarrollo, por ello
pedimos a usted ordenar que nuestros pueblos sean comunicados
por medio de caminos vecinales y en cuyos trabajos siempre esta-
remos dispuestos a dar nuestra cooperación material.
·SEXTO. Que como todas las enfermedades que afectan nuestra
raza, en la mayoría son atendidas por curanderos irresponsables,
creemos tener derecho que la Secretaría de Salubridad y Asistencia,
funde en la zonas aborígenes más pobladas, Centros Sanitarios que li
¡:
atiendan a nuestras mujeres e hijos y combatan con las epidemias
1
que están causando verdaderos estragos en nuestra raza. .1
Como tenemos la seguridad de que en esta ocasión nuestras
peticiones y problemas tendrán mejor atención, ofrecemos poner
todo nuestro empeño para que la raza tarahumara que por tantos
años ha sido olvidada y que a causa de las vejaciones de que hemos
sido objeto nos ha convertido en verdaderos parias y seres inútiles
para cooperar al engrandecimiento de nuestra Patria, al contar con
las garantías que tanto necesitamos y que se considere como parte
integrante de la población, prometemos convertirnos en elemento
de producción y factor importante para el progreso de nuestra patria
sin las discriminaciones que tanto nos han perjudicado. Hacemos a
usted presente nuestra más y sincera adhesión y respetos.
Chihuahua, Chih., abril 27de1952.
El Consejo Supremo de la Raza Tarahumara"
Ignacio León Ruiz Patricio Jaris Eleuterio Rodríguez
77
-- - ------- --~ -·-
 6. EL CONSEJO SUPREMO TARAHUMARA EXPONE AJL LIC. "
CASO, DIRECTOR DEL INI LOS PRINCIPALES PROBLEMAS
QUE AQUEJAN A LA POBLACIÓN INDÍGENA DE LA SIERRA
TARAHUMARA. TÓNACID, 18 DE DICIEMBRE DE 1953.*
Tónachic, Batopilas, Chih., 18 de diciembre de 1953.
Sr. Lic. Alfonso Caso
Director del Instituto Nacional Indigenista
Paseo de la Reforma 336 (3er. Piso)
México D.F.
Sr. Lic. Caso:
Con el objeto de hacer resaltar a Ud. la importancia que para
nosotros tiene la solución de algunos problemas que nos parecen
básicos para lograr la liberación económica de nuestros grupos
'' 11
indígenas y apoyar con firmeza las demás actividades sociocultu-
rales, educativas y sanitarias que permitan acelerar el proceso de
mexicanización de los aborígenes, nos permitimos exponérselos con
súplica muy encarecida de que con su reconocida capacidad, expe-
riencia y personalidad, sea tan amable de interponer su valiosa in-
tervención ante la autoridad a quien competa su resolución.
Estamos enterados de que Ud., ya conoce estos problemas, ya
li1 : que con amplitud y claridad aparecen en las «Conclusiones» de la
investigación antropológica de la Tarahumara publicadas en mimeó-
grafo por el I.N.I., y de que muchos de ellos están siendo estudiados
y tramitados en diversas oficinas, pero al exponérselos deseamos
que usted reconozca nuestra solidaridad con el Instituto Nacional
Indigenista y con el Centro Coordinador Indigenista de la Región
Tarahumara en forma categórica y expresa.
Además deseamos que usted nos diga cuáles son las medidas y
gestiones que debemos realizar para conseguir la solución de ellos
y le expresamos nuestro deseo de cooperar con nuestra participación
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 2, Exp. 1.
78
activa con ese Instituto movilizando la modesta fuerza de nuestra
organización indígena al respecto.
L Los indígenas hemos venido siendo despojados en formas
diversas de las tierras que hemos ocupado por tiempo inmemorial y
últimamente el problema se ha acentuado debido a la codicia que de
los bosques tienen personas no indígenas de la zona y fuera de ella.
Debido a la ignorancia de las leyes, nuestros compañeros indí-
genas no han legalizado la tenencia de la tierra que ocupan. Diversas
personas mediante informaciones testimoniales «ad perpetuam me-
moriam» levantadas con falsedad y empleando el cohecho de auto-
ridades venales, o por medio de denuncias de «terrenos nacionales»
ocupados primariamente y de hecho por indígenas, se han venido
adueñando de grandes extensiones de las cuales lanzan luego a los
aborígenes al recibir los títulos o autorizaciones de ocupación, obte-
nidos por medios dolosos.
La dotación ejidal a numerosos poblados indígenas no ha sido
suficiente para que nuestros grupos puedan obtener su pleno disfrute
debido a que en muchos casos, y a pesar de formar los indígenas
una mayoría absoluta en cada ejido, un grupo reducido de sus deten-
tadores no indígenas, empleando el cohecho y la amenaza, se han
adueñado de la dirección ejidal, adueñándose de las mejores tierras
y usufructuando potreros extensos como dueños únicos
Muchas de estas personas fueron indebidamente incluidas en
los censos ejidales, pues poseen capitales mayores que los que señala
el Código Agrario para ser considerados como ejidatarios. I'¡'
En zonas extensas como las de la Mesa de Guachochi y otras,
.!
aún no ha sido posible conseguir dotaciones ejidales a pesar de
haberse iniciado expedientes agrarios desde 1926, debido a las ma-
niobras de los despojadores de terrenos, a la falta de orientación
jurídica a los indígenas en los trámites y a la represión de que los
grupos de agraristas han sido objeto.
En la región de Guachochi, es apenas hasta este año cuando se
ha empezado a plantear el problema, al s(;!ntirse los indígenas
apoyados por el Centro.
79
_ _ _ ______JJI
 En no pocas ocasiones personas de extracción no indígena, "'
simplemente se adjudican y usufructúan por la fuerza extensas zo-
nas de terrenos pertenecientes a nuestras comunidades, por el solo
procedimiento de cercarlas.
II. La escasa vigilancia de autoridades militares y policíacas en
la enormidad del territorio serrano en donde moran por igual los
inermes aborígenes y una población no indígena que por lo general
dispone legal o ilegalmente de armas modernas de fuego, hace pros-
perar el número de abusos que con los aborígenes se cometen.
Despojos, robos, asaltos y violaciones de mujeres, son hechos que
se presentan continuamente, quedando impunes en la mayoría de
los casos, en perjuicio de la atemorizada población nativa, falta de
garantías e imposibilitada para proporcionárselas.
Es urgente buscar una solución general a estos problemas y
poner en ejecución un plan que remedie este estado de cosas, a todas
luces fuera de consonancia con el espíritu democrático de nuestras
11· ¡¡
leyes constitucionales.
, ,:!
Entre tanto ese Instituto estudia estos problemas y busca una
solución mejor, nos permitimos suplicarle gestione ante el Sr.
Presidente de la República, dicte, si las juzga justas y prudentes, las
siguientes medidas:
1. Suspender en los municipios indígenas de la Sierra de Chi-
huahua los denuncios de terrenos nacionales hasta entre tanto no
¡¡
;¡iil l queden debida y legalmente asegurados en la posesión de sus tierras
que ocupan, todos los indígenas, dueños originales de ellas.
2. Extender títulos de propiedad de las tierras que ocupan a los
indígenas con primacía a otras personas, por ser los aborígenes los
primeros ocupantes de ellas, mediante la venta a precios bajos de
estos terrenos, que en último caso son de propiedad nacional, en
aquellos casos en que, por la diseminación de la población no proceda
la dotación ejidal o la restitución comunal.
3. Gestionar la anulación de los títulos ilegales de propiedad
obtenidos por el procedimiento de «informaciones testimoniales, ad
perpetuam memoriam» por estar en la mayoría absoluta tramitados
con informaciones falsas o dolosas, sobre todo por ser anticons-
80
titucionales en el caso que nos ocupa, ya que los terrenos nacionales
tienen otro procedimiento para enajenarse y los primeros ocupantes
de ellos, en este caso los indígenas, tienen primacía para obtenerlos.
Queremos hacer a usted la aclaración de que el gobernador
Soto Máynez, ha prohibido a las autoridades de que él dependen, el
trámite de adjudicación de terrenos por informaciones testimoniales,
pero, muchas fueron tramitadas con anterioridad por autoridades
venales y muchas personas que aprovecharon dolosamente ese pro-
cedimiento, tratan siempre de sorprender a autoridades agrarias o
forestales, pretendiendo que se les hagan valederos sus pretendidos
derechos sobre tierras y bosques que, mediante el despojo y lanza-
miento de indígenas, han logrado de hecho. Tal es el caso de innu-
merables personas que de hecho usufructúan terrenos pertenecientes
a nuestros aborígenes por derecho de primera ocupación y que ahora
pretenden explotar en sus bosques, con el apoyo y dirección de
traficantes de madera de fuera de la zona.
En la mesa de Guachochi es donde concretamente se presentan ·
estos casos. Creemos que las autoridades forestales no deben permitir
explotaciones de bosques amparados con títulos de esta naturaleza.
Citamos como caso concreto a la Compañía González Ugarte, a un
Sr. de nombre Otón Palma y a otro Odorico García que están adelan-
tando trabajos en esta Zona y haciendo una campaña de desorien-
tación, asegurando a los pretendidos dueños que firmándoles a fa-
vor de ellos contratos y poderes, los trámites y gastos serán por
cuenta de los mismos hasta conseguir su objetivo, que es la explo-
tación de los bosques a como dé lugar.
4. Reorganizar el servicio de Procuradores de Comunidades
Indígenas, nombrando personal idóneo, honesto, bien retribuido,
dotado del equipo de movilización adecuado y con una super vigi-
lancia que asegure su correcto funcionamiento, para el trámite y
arreglo satisfactorio de los numerosos conflictos que se presentan
en los Ejidos y fuera de ellos y que de otra manera pierden los
indígenas invariablemente. Los conflictos que se presentan en los
ejidos se resolverán simplemente aplicando las leyes existentes con
81
!
 ~Stricto apego a la justicia, mediante un correcto asesoramiento de
indígenas ejidatarios por los procuradores.
Os
1
5. Resolución favorable de dotación ejidal para los siguientes
4gares:
a) Guachochi. b) Otóbachi. c) Cieneguita de Guachochi. d) Na-
c~ácachi. e) La Soledad (los que todavía no tienen posesión defi-
~tiva pero cuya resolución se encuentra ya en trámite bien en México
%•
Ien en la Comisión Local Agraria Mixta). f) Cabórachi. g) Tóna-
Clij
h) · (qu~ tienen ya posesión provisional fa~tándoles la definitiva).
, Teconchi (cuya resolución está sólo pendiente de firma presiden-
~~!). i) Los Tuceros (indebidamente negada y que actualmente
p linos informados fue turnada para revisión a la Oficina corres-
r ~lldiente) y j) Guazarachi que tiene pendiente de ejecución una
esolución de ampliación.
,,. ¡, n¡ 6. El nombramiento de una Brigada, por lo menos, de inge-
1: ~ros que sea dedicada exclusivamente a los trabajos ejidales de la
•¡
la<lta~umara, ampliando así el personal de la Delegación Agraria en
lt) Ciudad de Chihuahua, que tiene apenas un reducido número de
d ~enierons destinado a todo el estado. Esta brigada deberá ser dotada
p: los implementos de trabajo y gastos de movilización adecuados
frqta la región serrana y sería deseable, para que rinda los mejores
·'
li1li'
Ta tos, que trabaje coordinadamente con el Centro Coordinador
ta.humara y nuestro Consejo.
de 7· El establecimiento en pw1tos estratégicos de la Sierra de
de &t~camentos de soldados de línea, dividiendo su área en sectores
tru vigilancia de cada destacamento y dando a los jefes de ellos ins-
a 1()~l:ciones
. precisas de otorgar garantías a los indígenas y consignar
lllfractores a las autoridades a que competa cada caso.
tor Nos permitimos expresarle que hasta esta fecha el Jefe del sec-
jan{1ilitar de Guachochi, Mayor Santos G~nzále~ ha estado n:aba-
tod 0 en forma coordinada con el Centro, Impartiendo garantrns a
de ~la población, pero su radio de acción es muy amplio y el número
prob~stacamentos y soldados de que dispone es muy limitado. Igual
lema tienen otros Jefes Militares.
82
8. Reorganizar las Reservas del Ejército, dando de baja a los
malos elementos que abusan de su puesto de reservistas para
intimidar a los indígenas, para cubrir los atropellos que con ellos
cometen o por lo.menos para tener el derecho deportación ilegal de
urmas, sustituyéndolos por los indígenas más destacados de cada
lugar. ·
9. Implantar el servicio de instrucción militar a los conscriptos
como medio de favorecer la disciplina y la convivencia y amistad
de los jóvenes indígenas y no indígenas, aprovechando las reuniones
de instrucción para explicar a todos los derechos que otorgan a unos
y a otros por igual nuestras leyes fundamentales.
10. Aplicación sistemática de leyes y ordenamientos que
restringen la portación de anuas de fuego en la sierra.
El Presidente de nuestro Consejo, Dip. Profr. Ignacio León, se
encargará de gestionar ante el Gobierno local la ampliación y
efectividad de la vigilancia de la policía.
11. Otros asuntos cuya resolución es urgente son los siguientes:
a) Ordenar al Banco de Crédito Ejidal y a la Dirección de Pro-
moción Ejidal, cancelar las autorizaciones de inversiones de fondos
comunales ejidales provenientes de derechos de monte hasta que en
cada ejido se vaya organizando un plan de inversión razonable, que
asegure la liberación económica de los ejidatarios, elaborado y
autorizado por la Delegación de Promoción Agrícola Ejidal en la
zona, por el Centro Coordinador, por el Consejo Tarahumara y por IL'
~I
11.
los ejidatarios de cada comunidad. r1~I
I~'~
De otra manera estos fondos se están esfumando inútilmente
perdiendo fa oportunidad única que hoy tienen esos ejidos indígenas.
b) Organizar en este año próximo la explotación forestal del
Ejido de Cusárare bajo la vigilancia estricta de ese Instituto y del
Centro Coordinador para asegurar el éxito, y así, poner una base
1
finne económica a este ejiido para su desarrollo integral y organizar " 11~11
igualmente al ejido de Cabórachi, para este propósito. Tenemos la
convicción de que el aprovechamiento de los bosques como recurso
natural renovable es uno de los mejores medios de asegurar un fu-
turo económico sobre bases sólidas para los ejidos que disponen de
83
 maderas que dará base firme para los demás trabajos indigenistas ~
acabando con el mito de la incapacidad y pereza del indio.
Como usted debe saber, el Ejido de Cusárare ya fue explotado
en forma técnica en el aspecto forestal con los mejores resultados,
pero las utilidades se esfumaron en manos de administradores sin
escrúpulo, quedando nuestros indígenas en las mismas condiciones
de atraso.
c) Destinar un presupuesto mayor para el año entrante para el
Centro Coordinador Indigenista para que amplíe su labor a otras
regiones de la Tarahumara.
d) Destinar una partida de auxilio a las Comunidades indígenas
que por diversos motivos, como son la falta de lluvias oportunas y
de heladas tempranas, perdieron total o parcialmente sus cosechas y
se verán sin duda muy pronto en apremiante necesidad. Unas 100
toneladas de maíz que importan aproximadamente $50,000.00, sería
un auxilio eficaz.
,.,,
Dejamos a su buen juicio y discreción el planteo de estos asuntos
al Sr. Presidente de la República o a las autoridades a quien usted
crea prudente tratárselos, según corresponda, pues, sabemos que
usted determinará quienes deban conocerlos, sin peligro de cualquier
festinación que implique una obstrucción a su resolución por los
múltiples intereses creados que afectan.
·'
~1:1 .. Respetuosamente
POR EL SUPREMO CONSEJO TARAHUMARA
PRESIDENTE
Dip. Profr. Ignacio León
VOCALES
Profr. Patricio Jaris Eleuterio Rodríguez
PRESIDENTE SUPLENTE
Profr. Santiago Recalache
VOCALES SUPLENTES
Francisco Martínez Federico Corona
84
7. MEMORÁNDUM QUE PRESENTAN A LA CONSIDERACIÓN Y
ACUERDO DEL C. GOBERNADOR CONSTITUCIONAL DEL
ESTADO, LOS e.e. PROF. FRANCISCO M. PLANCARTE, DIREC-
TORDEL CENTRO COORDINADOR INDIGENISTA DE LA REGIÓN
TARAHUMARA, GONZALO DAYO ESTRADA, DELEGADO DE
ASUNTOS INDÍGENAS DEPENDIENTE DE LA DIRECCIÓN GE-
NERAL DE ASUNTOS INDÍGENAS DE LA SECRETARÍA DE
EDUCACIÓN PÚBLICA Y PROF. Y DIPUTADO IGNACIO LEÓN
RUIZ, PRESIDENTE DEL CONSEJO SUPREMO TARAHUMARA
SOBRE DISTINTOS PROBLEMAS URGENTES QUE AFECTAN A
NÚCLEOS INDÍGENAS DE ESTE ESTADO.- GUACHOCHI, CHIB., !11
22 DE OCTUBRE DE 1955. *
PRIMERO. En virtud de que los núcleos indígenas son fre-
cuentemente despojados de las tierras que vienen poseyendo desde
tiempo inmemorial, mediante actos de jusrisdicción voluntaria
realizados por particulares, para obtener título supletorio de dominio
sobre esas tierras, por informaciones «ad perpetuam» promovidos
ante los juzgados de la jurisdicción, se considera necesario que el
Gobierno a su merecido cargo, intervenga ante el Supremo Tribunal
de Justicia del Estado, para que se ratifiquen a los e.e. Jueces de la
Región Tarahumara, las instrucciones giradas con anterioridad, en
el sentido de que desechen dichas demandas ·de información testi-
monial, cuando se justifique que los terrenos motivo del acto, se
encuentran ocupados por terceras personas.
SEGUNDO. Por la misma causa anterior, se considera nece-
sario que se ratifiquen las órdenes dadas con anterioridad a la Policía
Rural del Estado, en el sentido de que impartan garantías a los indí-
genas, impidiendo los despojos de que se les hace víctimas, mientras
no haya una sentencia judicial ejecutoriada, que disponga el lanza-
miento de los indígenas ocupantes.
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 37, Exp.
22.
85 ~1
 TERCERO. Igualmente, para prevenir el despojo de que se hace
víctinias a los indígenas, mediante el procedimiento de aviso de
ocupación de Terrenos Nacionales" efectuando desde luego la
construcción de cercas que invaden parte ~e las posesiones de los
indígenas, o las ocupan totalmente con violación a lo dispuesto en
el Artículo 67 de La Ley de Demasías, Terrenos Nacionales y Baldíos
en vigor, que dispone que si se probare la ocupación de alguna o
algunas personas con cinco años anteriores al aviso de ocupación
dado por otras, se dará prioridad al ocupante para continuar Ía
tramitación hasta expedirle el título respectivo, archivándose y deján-
dose sin efecto la solicitud del nuevo presunto ocupante; se considera
necesario que se ratifique la disposición dictada con anterioridad,
en el sentido de que la Policía Rural impida en la región tarahumara,
·la construcción de nuevos cercados o la extensión de los ya construi-
11 dos sobre tierras que se pretendan abarcar mediante el procedimiento
señalado mientras los interesados no sean autorizados oficialmente
por la Sría. de Agricultura y Ganadería, o el Gobierno del Estado
según el caso.
CUARTO. El poblado de San José Baqueachi, Municipio de
Carichí, fue dotado en definitiva desde el año de 1928; pero, por
razón de que el Departamento Agrario no ha localizado las pequeñas
propiedades que la citada resolución ordenó respetar, sin determi-
:'1,: narlas, un numeroso grupo de personas que se dicen propietarias,
han invadido grandes porciones pastales de ese ejido sin pagar
arrendamiento de pastos, con el pretexto de ser pequeñas propietarias.
Un mestizo de nombre José Sandoval, avecindado desde hace algu-
nos años en el Ejido, es al que señalan los indígenas como el que ha
ido introduciendo a los mestizos que se están adueñando de las tierras
ejidales, unas veces como presuntos pequeños propietarios y otras
reclamando derechos de ejidatarios; lo que ha ocasionado un conflicto
entre indígenas y mestizos por la posesión de los terrenos ejidales,
en el que los últimos, aprovechándose de la ignorancia de los
primeros los hacen encarcelar bajo el cargo de supuestos hechos
delictuosos, contando para su persecución y encarcelación, con la
86
complacencia de las autoridades municipales Yjudiciales. En meses
pasados, se planteó al Sr. Gobernador del Estado la dificil situación
de los indígenas de este poblado, el que, para corregir en lo posible
las irregularidades denunciadas, dispuso la formación de una
comisión que se encargara de realizar una minuciosa investigación
en todos los aspectos del problema para buscar las más justas resolu-
ciones, pata cuyo efecto esa comisión se formaría con un repre-
sentante de cada una de las siguiente dependencias: Gobierno del
Estado, Procuraduría General de Justicia, Instituto Nacional Indige-
nista, Delegación de Asuntos Indígenas, Delegación del Departa-
mento Agrario, Consejo Supremo de Ja Raza Tarahumara y Liga de
Comunidades Agrarias.
Es conveniente aclarar que en lo relativo al problema agrario,
el departamento del ramo ya giró instrUcciones a su Delegado en
esta entidad, por cuya razón, de estimarlo conveniente se solicita de
usted se ratifique la formación de la comisión mencionada para que
puedan resolverse los problemas del poblado de que se trata.
QUINTA. Siendo muy frecue!lte que los indígenas sean
golpeados, lesionados y aún muertos por mestizos, sin que inex-
plicablemente, se ejerza rigurosamente la acción penal en contra de
los actores de estas infracciones antisociales, como en el caso de los
indígenas de Coloradas y Anexas y el paeblo de Redondeados, ambos
del Municipio de Guadalupe y Calvo, en el que los indígenas fueron
asaltados por un grupo de mestizos, que lesionaron a muchos de
ellos y asesinaron a Lauterio Téllez, sin que los autores del atraco,
hayan sido castigados de acuerdo con la Ley, se considera necesario
que se ordene a la Procuraduría General de Justicia exija a los agentes
del Ministerio Público, que investiguetl con mayor acuciosidad estos
delitos y recaben las pruebas necesarias, para la persecución y castigo
de los delincuentes, a fin de que no queden impunes estas infracciones
antisociales.
SEXTO. En relación con el capítulo anterior, se estima, que si
se giraran instrucciones terminantes a los C.C. Presidentes
Municipales, en el sentido de que de:l1 garantías a los indígenas y
87 ¡11
 repriman con energía los abusos que se cometen con ellos, dismi- entrega de sus carteras de campo y levantamientos con la mayor
nuiría el número de atentados en su perjuicio por lo que se sugiere, oportunidad posible.
si en ello no hay inconveniente se haga una excitativa a los Los anteriores son algunos de los problemas que confrontan
funcionarios municipales en el sentido indicado. los indígenas tarahumaras; y nos permitimos someterlos a su alta
SÉPTIMO. Con motivo del incendio del Teatro de los Héroes, consideración para que previo estudio de los mismos, se dicten las
que destruyó totalmente el archivo de la Delegación Agraria y Comi- medidas que sugerimos en cada caso para su solución, o las que el
sión Agraria Mixta, un gran número de poblados indígenas que tenían Gobierno de su merecido cargo tenga por más prudentes dictar para
en trámite Solicitudes de dotación o ampliación de ejidos, para su el mismo efecto.
solución en primera instancia, se han dirigido a los suscritos, para
que gestionen el que sus expedientes sean reconstruídos a la mayor
brevedad posible, en virtud de que muchos de ellos tienen más de RESPETUOSAMENTE
veinte años de instaurados sin que se les haya favorecido con el
mandamiento de usted, en primera instancia. EL DIRECTOR DEL CENTRO COORDINADOR
En atención a la peticiones citadas, los suscritos se permiten INDIGENISTA DE LA ZONA TARAHUMARA
suplicar a usted tenga a bien dictar un acuerdó a la H. Comisión · Prof. Francisco M. Plancarte
11¡
' 'I 'I Agraria Mixta en el sentido de que la publicación de los solicitudes
en el Periódico Oficial del Estado se tomen como base para continuar EL DELEGADO DE ASUNTOS (
la tramitación de los expedientes agrarios instaurados en primera INDÍGENAS
instancia y que quedaron destruidos en el incendio de referencia, Gonzalo Dayo Estrada
teníéndose estos como fecha de iniciación del procedimiento para
los efectos que establece el Código Agrario vigente, así como que EL PRESIDENTE DEL CONSEJO
se dé preferencia en su más pronta tramitación y dictamen, a los SUPREMO TARAHUMARA.
más antiguos, sobre los más recientes, como una medida justa y
Dip. Prof. Ignacio León R.
legal. Solicitamos esta preferencia para los poblados de Nachácachi,
La Soledad, Otóbachi, Cieneguita y Tuceros, que por los graves
problemas que confrontan se hace urgente la resolución de sus expe- 11

Guachochi, Chih., Octubre 22de1955.

dientes agrarios. 1,

OCTAVO. Siendo uno de los problemas más apremiantes de

los indígenas la carencia de tierras con las que satisfacer sus
11
necesidades vitales en caso de que se digne usted dictar el acuerdo
a que se refiere el párrafo anterior, le rogamos que se ordene a la
Comisión Agraria Mixta que tenga especial cuidado en que la acción
de los ingenieros que se comisionen para trabajos técnicos e
informativos, sea rápida, efectiva y honesta, a fin de que hagan 11

88 89
1
 *'
1t1 ,1hajo indigenista siempre ha debido comenzar por identificar
p111ticularidades culturales de los grupos étnicos cuya inte-
! [11 t(m a la nación se persigue. Por eso, la etnografía tiene un
l11A.11 dentro del indigenismo. Se trata, por lo demás, de una
11111grafía preocupada fundamentalmente por describir, analizar
Vrmpcsar las potencial,.idades y aptitudes de los grupos indígenas
h111 i;i el cambio social. Tales tendencias, donde las hay, se

1 1H1 vierten entonces en las directrices de los programas de acción,

pr1 o, en caso de no existir, es tarea del indigenismo inducirlas de

lw ma gradual.
La primera de estas dos etnografías se refiere a los tarahu-
r: :;; 111aras o rarámuri y fue escrita en 1947 por el Profr. Rosario C.
ri
1~:
"1i: Martínez quien, para ese fecha y después de 23 años de expe-
r¡'.
1
1(cncia magisterial en la Tarahumara, fungía como director del

1amoso Internado escolar indígena de Tónachi.

La descripción etnográfica de los tarahumaras no puede ser
más completa: incluye aspectos tales como la geografía, el medio
físico y la demografía; la cultura material, la alimentación y el
vestido; la caza, la pesca, la agricultura y la ganadería; el sistema
de gobierno y castigos¡ el matrimonio, la familia, la educación y
el rol de la mujer; la religión, las fiestas y el consumo del tesgüino;
la historia de las rebeliones tarahumaras 1 las leyendas y los jue-
gos, etc.
Con particular atención el autor de la etnografía destaca
aquellos aspectos de la vida tarahumara relacionados con el
cambio social tales como el impacto de la misioneros católicos, la
persistencia de grupos gentiles reacios al contacto con la civi-
lización, el atraso de las técnicas agrícolas y ganaderas, la
aceptación de la medicina moderna, el fracaso de la escolarización
de los niños, etc.

93
 La segunda etnografía se refiere a los tepehuanos u odami
1•1,AHORADO POR EL PROF. J. ROSARIO C. MARTíNEZ.
del pueblo de Baborigame, en el municipio de Guadalupe y Calvo
IONACID, CBIH., AGOSTO, 1947.*
y fue escrita por quien fungiera entonces como Subdirector del
Centro Coordinador de la Tarahumara, el Profr. Ignacio León
Pacheco.
En contraste con los tarahumaras, los tepehuanos se revelan
en esta etnografía particularmente reacios a aceptar algunos de
los elementos característicos de la acción indigenista como lo
fueron la formación de ejidos, la explotación forestal y la implan-
tación de escuelas. Son notorias en el texto las referencias a la
negativa de los tepehuanes a aceptar la implantación de aserra-
deros en sus comunidades y a asumir cambios en sus sistemas
agrícolas. La causa de este rechazo parece ser lo que el autor de la
i;tUii
:1 1:::
,11''
etnografía califica como el «total desentendimiento» entre los
·¡
tepehuanes y los mestizos, efecto de una larga historia de tensas
y violentas relaciones interétnicas caracterizadas por el engaño
de los segundos sobre los primeros.
Además de revelar muchos aspectos interesantes sobre las
formas de vida, economía, lengua y gobierno tepehuanes el texto
tiene un valor adicional: el autor, de origen tarahumara, estable-
.'I
ce en varios momentos una comparación entre la situación de
los odami y los rarámuri. Aparecen así dos pueblos no sólo con
una identidad étnica distinta sino también con un grado de
aculturación y asimilación de la acción indigenista muy diverso.
En varias partes del texto, el autor -un convencido funcionario
indigenista-no puede por menos de valorar los efectos peyora-
tivos derivados del aislamiento de los tepehuanes y recomendar
que los programas forestales y educativos se extiendan hacia sus
comunidades, una vez que haya sido hecho un «estudio exhaus-
tivo» de esa región.
94
11~S'l'UDIO
MONOGRÁFICO SOBRE LOS TARA~S,
Secretaría de Educación Pública.
Dirección General de Asuntos Indígenas,
Departamento de Acción Social.
Centro de Capacitación Económica
para Indígenas «CUITLÁHUAC»
<<EL TARAHUMARA»
Estudio presentado por J. ROSARIO C. MARTíNBZ·
Tónachi, Chih., agosto de 1947.
Estudio hecho por J. Rosario C. Martínez, Director del Centro de
Capacitación Económica Regional para Indígenas «Cuitláhuac».
De Tónachi, Chih.
l. GENERALIDADES
1. Los tarahumaras habitan en la sierra madre occidelltal Yen
la región que lleva el nombre de Tarahumara, dividiéndose ésta en
ALTA Y BAJA, la primera comprende los lugares ubicados en las
regiones altas y frías y la segunda abarca los lugares situados en las
partes bajas o «barrancos» donde el clima es templado Yª veces
cálido. Los lugares de la Alta y Baja Tarahumara se diferellc-ian por
eLclima y, en consecuencia, por la vegetación, pues mi"'1'as en la
sierra abundan los pinos de diversas variedades, táscate, en~mos,
etc., en los barrancos se encuentran mezquites, palo blanco, bamoro,
tepehuajes, texcalamas, capulffi, órganos, pitahayas, etc., en frutales
la parte alta produce manzanas, duraznos y membrillos, _Y l~ b~Jª
produce frutas propias del clima caliente, tales como naraPJª' hmon,
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. 1eg. l3, Exp.
22. 95

plátanos, guayabos, mangos, aguacate, y hay lugares en que se da el
café, la caña de azúcar y el algodón.
INDUMENTARIA. La indumentaria casi no varía entre los indí-
genas de la alta y baja tarahumara, y ésta consiste en lo·general, en
el hombre en un simple taparrabo (zapeta), cobija, paliacate en la
cabeza en lugar de sombrero y huaraches, los cuales rara vez los
traen calzados, la mujer usa enaguas anchas de manta o tela de colores
vivos preferentemente roja, o con adornos de este color, enaguas de
tejidos ásperos de lana que ellas mismas elaboran, paño en la cabeza
y aretes y collares de vidrios o de una semilla de zacate. Hay que
hacer notar que en los lugares más próximos a los centros de pobla-
ción mestiza (Batopilas, Morelos, Urique, Tónachi, Norogachi,
Guachochi, etc.) una gran mayoría de indígenas ha mejorado nota-
blemente su vestido, usando pantalón, camisa, ropa interior, y a veces
,;tiiii en las fiestas portan corbata y calzado.
l" 1"'1
!· 1111 1
• ,Jit" DIALECTO. El dialecto de los tarahumaras consta aproxi-
,.
madamente de un poco mas de 500 vocablos y algunos se asemejan
al mayo y al yaqui existiendo variantes muy marcadas de pueblo a
pueblo, especialmente entre los habitantes de la baja y alta tara-
humara. Existe una cartilla bilingüe elaborada recientemente por
los profesores Francisco Javier Álvarez y José Hernández Labastida
la cual, tomando en cuenta las variantes, ha tomado como base los
1
,;1
vocablos que más indígenas hablan en su uso corriente.
POBLACIÓN INDÍGENA. Sería muy difícil precisar con
exactitud la población indígena, pues hay que hacer notar que nunca
se ha levantado un censo correcto, debido a que las rancherías y lu-
gares donde habitan están muy diseminados. Es de esperarse que en
el próximo censo general del país, pueda efectuarse una cuenta más
aproximada, porque hay muchos indígenas preparados (en las
Escuelas Rurales e Internados Indígenas) que pueden ayudar a los
trabajos censales, y además, existe un Consejo Supremo de la Raza
Tarahumara, que puede muy bien responsabilizarse de los trabajos.
No obstante, el cálculo de la población tarahumara es de unos 28,000
(veintiocho mil habitantes) distribuidos en los siguientes municipios:
96
1\ittopilas con 7,000., Carichic con 3,500, Urique con 3,500, Bocoyna
11111 3,000, Balleza con 2,000, Morelos con 2,000, Chínipas con
1.~00, Guadalupe y Calvo con 1,500, Nonoava con 1,000, Gua-
1pores con 2,000, y el resto en Ocampo y Uruáchic. En estos datos
110 se consigna la población indígena de las tribus de tepehuanes
(l luadalupe y Calvo, Chih.) que existen en las colindancias con
1>urango y cuyo número aproximado es de 3,000 habitantes. Los
huarojíes que ascienden a poco más de mil, los pimas y tubares que
on poco más de doscientos, tribus estas últimas que, por su incor-
poración al blanco y al mestizo tienden a desaparecer, pues en el
'l'ubar sólo existe una familia que conserva el dialecto (Municipio
de Morelos Chih.).
Como antes dije, los tarahumaras no forman núcleo importante
de población en un solo lugar (no están urbanizados) y a los llamados
pueblos y rancherías, su mayor población la constituyen blancos y
mestizos, y los indígenas viven donde tienen sus pequeños lotes de
tierras y mayor libertad de los pastos para el cuidado de sus ganados.
PUEBLOS INDÍGENAS. No obstante lo anterior, los indígenas
reconocen como pueblos y a ellos concurren todos los domingos, al
lugar donde se encuentra ubicada la iglesia y la escuela, siendo
también ahí donde radican las autoridades civiles y militares, y donde
las autoridades indígenas celebran sus juntas pata tratar los asuntos
relacionados con sus problemas específicos.
En la Alta Tarahumara los lugares que cuentan con mayor
cantidad de casas son: Guachochi, Rochéachic, Tónachic, Noroga-
chic, Papajíchic, Creel, Bocoyna, San Juanito y otros; en la Baja los
pueblos mayores son: Batopilas (cabecera del Municipio de su
nombre), Morelos, también cabecera, Urique, Chínipas, Cerro Colo-
rado, Polanco, El Arenal, Tenoriva, Potrero de los Bojórques, San
Miguel y otros.
Los nombres de la mayor parte de los pueblos y rancherías de
la tarahumara tienen su origen, y a casi todos se les agrega la
terminación «Chio chic» que significa «lugar de». Así poLejemplo:
Bacóchi significa lugar junto al río, Munérachi lugar del frijolar,
97
 Guachochi lugar de las garzas; Tónachi lugar de los pilares, etc.
Hay poblados en que el nombre original indígena se perdió debido a
la deformación en la pronunciación de los españoles, teniendo por
ejemplos a Batopilas y Urique. No conozco ni un solo poblado indí-
gena que lleve el nombre de algún personaje tarahumara y los nom-
bres de «santos» sólo los usan los sacerdotes anteponiéndolos a los
nombres originales, por ejemplo: Nuestra Señora del Pilar de
Norogachic, San Pablo de Balleza (Balleza nombre o apellido de un
héroe de la Independencia), San José de Tónachic, etc.
II. INFORMACIONES SOCIALES
2. En los poblados indígenas existen dos gobiernos, uno formado
por los indígenas y que sólo tiene jurisdicción sobre los aborígenes
y el otro, para toda la población, indios, mestizos o blancos (Presi-
dentes Municipales, Seccionales, Comisarios de Policía, Jueces de
Paz, Jueces del Registro Civil, etc.).
En este estudio sólo mencionaré la forma como está organizado
el Gobierno de los tarahumaras:
GOBIERNO TARAHUMARA. Siguiendo las tradiciones de
sus ancestros, la autoridad suprema del Gobierno Tarahumara radica
en EL GOBERNADORCILLO (Siríame) quien es electo por mayoría
de votos, pudiendo ser reelecto cuantas veces lo deseen las mayorías.
Tiene el derecho también de renunciar a su empleo, o les exigen su
renuncia o lo destituyen cuando, a juicio del pueblo reunido en
asamblea, no cumple con sus obligaciones ni sabe o no puede de-
fender a sus gobernados ante las autoridades mestizas, y se ha dado
el caso, precisamente en Tónachi, de un gobernadorcillo que por
haber querido despojar a unas familias indígenas de unos lotes de
tierras de siembra, fue destituido vergonzosamente, azotado y
encerrado en una pieza durante dos días.
El gobernador o Siríame tiene sus colaboradores, también nom-
brados por elección popular, a UN GENERAL, que asume el papel de ·
secretario, embajador ante otros pueblos, encargado de exigir y dirigir
98
los trabajos comunales, tales como composturas de caminos, cons-
trucción de escuelas, reparación de los templos, etc., etc., trabajos
todos que previamente son acordados en asambleas generales. Suple
en sus faltas temporales al gobernadorcillo y es el encargado de
juzgar la conducta pública y privada del mismo. UN MAYOR que
hace las veces de juez del registro civil, y si para ello llevaran registros
por escrito (libros, actas, etc.) se facilitaría mucho el conocer la
población exacta de los pueblos, pues ante dicho funcionario se
efectúan los matrimonios, se da cuenta de los nacimiento y de-
funciones y también sanciona los divorcios, los cuales se autorizan
sólo por casos de adulterio debidamente justificados; el Mayor tiene
la obligación de saber el número exacto de hijos y sexo de cada
matrimonio indígena y declarar su mayoría de edad. Sólo en los
matrimonios existen ceremonias especificas. TRES O CUATRO
CAPITANES que son los policías encargados de cuidar el orden y
además los encargados de nombrar a las personas que han de
desempeñar comisiones especiales, tales como correos o propios,
convocar a las juntas o asambleas, invitar a las fiestas, etc. Por lo
general los capitanes radican en los lugares más estratégicos del
pueblo y por último DOS VERDUGOS que son los encargados de
ejecutar los castigos impuestos por el Gobernador, consistiendo éstos
en trabajos de la comunidad (trabajos forzados) o bien azotes con
varas de manzano o de encino, los cuales se aplican en público y el
reo no tiene derecho a protestar.
Al asumir sus puestos el gobierno tarahumara, lo hacen en la
forma siguiente: se cita a una asamblea general, a la cual por ningún
motivo deberán faltar todos los componentes del gobierno saliente;
en el mismo acto se efectúa la elección en forma plebiscitaria no ad-
mitiéndose «planillas», pues los nuevos integrantes del gobierno, es
decir, el gobernador, general, mayor, capitaties y verdugos son electos
o reelectos aisladamente y casi nunca se hace propaganda por
determinados elementos, por mucha competencia que en ellos
reconozcan.
Una vez terminada la elección, en presencia de la Asamblea se
99
 procede al cambio de poderes, principiando por el Gobernadot, que
es el cargo de mayor jerarquía. El acto consiste en hacer que el
«nuevo empleado» se arrodille frente al gobierno saliente y en esa
postura escuche las amonestaciones y consejos que les dan el
gobernador saliente y el general, admitiendo algunas veces que
también hablen los indios «chérames», es decir, los más viejecitos
que haya en la reunión. Después habla el nuevo empleado protes-
tando cumplir con sus obligaciones y deberes y acto continuo recibe
el bastón de mando siendo desde e¡;e momento posesionado de su
empleo, y es saludado de mano por el gobierno saliente y por todos
los presentes; en igual forma se da posesión a todos los nuevos
integrantes del gobierno, aun cuando se trate de elementos reelectos.
Todos los componentes del Gobierno poseen bastones de mando los
cuales m,mca pueden llevarlos a sus casas, pues el lugar destinado
para guardarlos después de sus ceremonias es la Sacristía de la Iglesia,
la comisaría de policía o un lugar de la escuela, distinguiéndose el
bastón del Gobernadorcillo por su mayor lujo, pues hay algunos
que están encasquillados en sus extremos con plata.
Es obligatorio para los indígenas asistir a las juntas ordinarias
dominicales, y a las extraordinarias que convoque el Gobernador
por conducto de sus capitanes.
EL CUMIRACHI. El cumirachi lo constituye un gran cuadri-
látero formado frente a la Iglesia o a la Escuela por enormes vigas
de pino que sirven de asiento a los concurrentes a las juntas o asam-
bleas de los tarahumaras, estando este sitio completamente a la in-
temperie y es ahí donde se tratan todos los asuntos de Gobierno. La
traducción de Cumírachi es «lugar de las reuniones» o «mentidero».
CASTIGOS. Cuando las faltas son leves, el gobernador aplica
la sanción, consistiendo ésta en amonestaciones, consejos, multa
con días de trabajo en obras del pueblo o de la comunidad (nunca
multan con dinero ni otros valores) y, cuando los delitos cometidos
son graves, se aplican castigos tan severos como los azotes, los cuales
aplican los verdugos en la espalda con vergajos nuevos, y no obs-
tante, se hace la consignación a las autoridades civiles o penales,
100
dejando de ese momento, todo el asunto a cargo de autoridades le-
gales para lo cual el Gobernador no interviene en nada, ni siquiera
m defensor de su gobernado. Los tarahumaras son justicieros y los
delitos que más persiguen son el robo, el homicidio y la desobediencia.
LA MUJER. LA FAMILIA. MATRIMONIOS. Los matrimo-
nios se efectúan ante sus autoridades indígenas, pues son raros los
casos en que lo hagan ante las autoridades del registro civil, y cuando
llegan a efectuarlo, no lo consideran legal mientras no esté san-
cionado por su juez, de acuerdo con sus tradiciones, es así como
entre ellos existen «Tres leyes» o sean, la civil, la eclesíastica y la
de su tradición. Los exalumnos de los Internados Indígenas y los
que viven en los poblados más castellanizados (Guachochi, Tónachic,
Rochéachic y Norogachic) están casados por las tres leyes.
La forma de enamorarse entre las parejas indígenas es igual
que los mestizos y blancos y no conozco lugar en que la mujer sea
quien enamore al hombre, y lo que sí es común es que los padres o
tutores de los cónyuges son los que arreglan las parejas, y se dan
casos de que los novios no se conocían hasta el momento de efec-
tuarse el matrimonio. La edad del matrimonio es de los 15 años en
adelante en el hombre, y de los 12 ó 13 la mujer, aun cuando también
se dan casos de hombres y mujeres solterones de más de treinta
años de edad, pero son raros, sobre todo en la mujer. El promedio de
hijos en los matrimonios indígenas es de seis a ocho, y más o menos
en el sexo va por mitad, es decir, de tres a cuatro del masculino, e
igual cantidad en el femenino.
La mortalidad entre los niños es muy notable debido en su ma-
yoría a diarreas y desnutrición. Los niños que alcanzan la edad de
cuatro años pueden calcularse en un 60% sobre los nacimientos.
La posición que guarda la mujer dentro del hogar es con iguales
o mayores derechos que el marido, pues éste no puede celebrar
ningún contrato de trabajo, de compra-venta ni de nada sin el con-
sentimiento de su esposa (Güerame) ya que a ella se le considera
con mayor derecho sobre los bienes que poseen. Es éste el motivo
por el cual es necesario ir a las rancherías a convencer a la mujer,
101
 para adquirir artículos de los indígenas, tales como cobijas, faja~,
ollas, ganados, cereales, etc. Por eso se ve a los comerciantes am-
bulantes recorriendo los lugares donde habitan los tarahumaras para
efectuar sus operaciones.
Cuando llevan al pueblo alguno de los productos, siempre lo
hacen acompañados de la mujer, para que le conste la operación de
venta que se efectúe. La mujer, al igual que su marido tiene derecho
para concurrir a las juntas, fiestas, e inclusive para emborracharse.
En las Asambleas del Gobierno Indígena se admite la presencia de
la mujer, pero está vedada de voz y de voto en las deliberaciones.
En los juicios a la mujer se la amonesta al igual que a los hombres,
pero no se le aplican castigos corporales.
En los trabajos la mujer desempeña labores igual que el hombre,
cuida de los ganados, teje las cobijas y fajas de lana, fabrica el tes-
güino y prepara la comida para la familia.
La conducta que siguen los padres y madres de familia con
' les gusta apretar la tierra ni erigir monumentos en las tumbas, tam-
respecto a los hijos es exigirles trabajo desde la más tierna edad, son
cariñosos y amables y raras veces los castigan, descuidan en alto
grado su educación. En sus orgías los descuidan y se han dado
algunos casos de niños de pecho que mueren asfixiados o quemados.
RELIGIÓN. La religión de los tarahumaras es una mezcla de
catolicismo con paganismo. En sus casas el único símbolo religioso
que tienen es una cruz tosca de madera clavada en un patio; es donde
bailqn al efectuar sus siembras y al levantar las cosechas. No adoran
a las imágenes, no acostumbran las ceras, y su única forma de dar
gracias a Dios es con demostraciones de alegría, tomando tesgüino
y comiendo Tónari, y también bailando sus danzas de matachines,
pascoles y tutugüri. A la iglesia concurren cada vez que llega el
cura (tata pári), pero no entienden las misas ni el rosario pero sí los
sermones que les dirigen los «Jesuitas» porque lo hacen en su lengua
materna. Acostumbran bautizar a sus hijos, pero lo hacen más bien
por no aparecer como «Gentiles» o «Simarrones» y por este acto el
sacerdote no cobra al tarahumara ni un centavo.
102
El tarahumara cuida mucho de la conservación de los templos,
pero para la celebración de sus danzas, prefieran el «Cumiráchic» y
sus más grandes fiestas las celebran el 24 de junio, el 15 de sep-
tiembre, el 12 de diciembre, la semana santa, y en la época de las
cosechas. Acostumbran transferir sus fiestas de un día a otro, cuando
por fuerza mayor no pueden celebrarlas el día preciso.
El gravamen para sus festividades consiste en la aportación de
gran cantidad de tortillas, ganados para el Tónare y tesgüino. Por
cada res que sacrifican para sus comidas, regalan a alguno de los
indígenas una pierna, hecho por el cual éste contrae el compromiso
de aportar una res entera a la siguiente fiesta, (Tenanche).
Como antes dije, el sacerdote no les cobra por bautizos ni por
los matrimonios y raros son los que dan primici'!s. Para sus muertos
no estilan cajas, pues los sepultan en mortajas hechas de cobijas y
atados con estacas, los sepulcros los hacen a poca profundidad y no
poco guardan lutos y raras veces lloran a sus deudos.
TES GÜINO. Es una bebida a base de la fermentación del maíz.
Se prepara poniendo a nacer el maíz en hoyos con hojas de pino o
de encino. Una vez que el cereal ha germinado (tres a cinco días) y
que el tallo alcanza una longitud de 3 centímetros más o menos, se
lava bien, se muele en metate o molino, se cuela en huares y se pone
a cocer con bastante agua en grandes ollas de barro. Terminada la
cocción que debe ser por espacio de algunas horas y a fuego lento,
se deja enfriar bien, se vuelve a colar y se vacía en otras ollas deba-
rro, previamente preparadas para la fermentación (curadas), se tapan
bien y antes se le echa determinada cantidad de la espiga de un za-
cate que en tarahumara se llama «Basiyáhuare» que sirve de levadura,
y lo dejan en reposo de tres a seis días, al cabo de los cuales ya está
listo para tomarse. '
TÓNARE. El tónare consiste en carne de res, de cabra o borrego
cocida a fuego lento durante toda una noche, a la cual se le echa
pozole (nixtamal).
LOS SACERDOTES CATÓLICOS. Los sacerdotes católicos
103
que recorren la región de la alta tarahumara son padres jesuitas.
Tienen establecidos Internados en Sisoguichic, Norogachic y Na-
rarachic, siendo el más importante el de Sisoguichic, municipio de
Bocoyna, que es donde radica el padre Provincial, o jefe. En
Norogachic tienen establecida una escuela primaria particular, que
según informes está por incorporarse al sistema oficial. No conozco
la biografia de los jesuitas, pero sí sé que son mexicanos todos,
hablan correctamente el dialecto tarahumar, tienen algunos conoci-
mientos en medicina y cuentan con botiquines algo surtidos de
medicinas más usuales, las cuales administran en forma enteramente
gratuita. Los tarahumaras aceptan al cura pero hay excepciones de
las cuales hablaré en capítulo aparte que trata de «Los Gentiles». La
obra educativa de los jesuitas ha sido casi nula, pues a pesar de los
siglos que tienen en la región, no se nota ningún adelanto en sus
industrias, ni en su cultura en lo general, pues han descuidado o
descuidaron mucho la alfabetización de los aborígenes.
Otras religiones. De poco tiempo a la fecha recorren la región
algunos evangelistas, con el fin de catequizar a los tarahumaras y
mestizos. Parece que entre estos últimos ha habido mayores adeptos,
pues sé de un templo que están construyendo en el pueblo de
Guachochi, Chih. De los tarahumaras ignoro cuál es el número de
los que han sido catequizados, pero me consta que un exalumno del
Internado Indígena de Tónachic, Chih., de nombre Ventura León y
originario del pueblo de Choguita ha hecho estudios religiosos en
una Escuela Evangelista establecida en Valles, San Luis Potosí, y
está en la región traduciendo la biblia al tarahumara, y hoy figura
con el nombre de Silas.
LOS GENTILES. Existen algunas familias de tarahumaras las
cuales habitan en los lugares más inaccesibles de la sierra, los cuales
nunca tuvieron ni han tenido contacto directo con los blancos y
mestizos, y que la influencia de la iglesia no les ha llegado. Estos
indígenas, que son pocos por cierto, habitan en los Municipios de
Urique, en el de Batopilas (Quírare, Polanco y otros) y en el de
Morelos.
104
No obstante que su estado de atraso es más notorio que el del
resto de los tarahumaras, siempre tienen su religión cuyo símbolo
es también la cruz, rehuyen de los mestizos y blancos, y aún de los
tarahumaras «bautizados», no :frecuentan los pueblos ni concurren a
las juntas, pero siempre ellos tienen su gobierno igual que el de los
bautizados pero celebran sus concilios en los lugares más solitarios
de la región. Su indumentaria son tejidos ásperos de lana que ellos
mismos tejen; hombres y mujeres usan trenzas; carecen de cono-
cimiento de la organización del gobierno de los blancos; no sepultan
a sus muertos en panteones, sino que los encierran en pequeñas
grutas que después tapan las entradas con piedra y lodo.
LEYENDAS. Los tarahumaras no cuentan con escritura propia
ni leyendas pero creen en la existencia del «alma», pues me han
contado que cuando muere un adulto, el espíritu sale del cuerpo y
vuela de norte a sur, y que cuando es niño, de oriente a poniente.
Conocen los nombres de algunas constelaciones y astros, y aún sus
movimientos y saben distinguir las fases lunares. También distinguen,
aunque rudimentariamente, los equinoccios y solsticios y para ellos
usan árboles u orquetas fijas donde por la visual fija al oriente
aprecian la carrera del sol en todo el año, y calculan casi con precisión
la temporada en que empiezan y terminan las temporadas de lluvias.
Los nombres que en su dialecto dan son: Luna (Micháca), Sol 1
,,¡
(Reyénare), Estrella (Soporí), Arco-iris (Senemíque), Vía láctea :1
(Rahuichíque), Osa mayor (Relizópachi), relámpago (ué-éniuini),
granizo (Rejéque), nieve (siparíqui), hielo (ríitúcu), lluvia (ucúchani),
equipata o chipichipi (romohuáchani), neblina (noréa), nube
(nooríque), etc.
OTROS ASPECTOS. Los indígenas en lo general son dóciles,
y es precisamente su idiosincracia lo que los ha hecho víctimas de
las explotaciones por parte de los blancos, mestizos y aun de los
mismos indios que han tenido la fortuna de elevarse culturalmente. ·
REBELIÓN DE TARAHUMARAS. En el mes de abril del año
de 1918 en un lugar denominado «Santa Inés» del Municipio de
Morelos, se rebelaron los tarahumaras contra los mestizos de aquella
105
 región. Con días de anticipación los indígenas celebraron juntas en
un arroyo y una gran tesgüinada y, según versiones posteriores, aten-
diendo al llamado de un DIOS que les hablaba en su dialecto y que
les decía que deberían acabar con los blancos y mestizos, ya que
sólo los indígenas eran los dueños de las tierras y montes, el mismo
dios les aconsejaba que tuvieran valor y fuerzas y que los que
murieran en la empresa iban a resucitar el día de San Juan, o sea el
24 de Junio de aquel mismo año.
Los tarahumaras tomaron por asalto una pequeña ranchería
habitada por cinco familias de mestizos, a las que asesinaron brutal-
mente, no respetando ni a los niños de pecho, usando en el asalto tal
crueldad y saña, que con mazos de madera de encino y palos con
puntas de hierro, destrozaron a los cuerpos de sus víctimas, a los
r~m!1 1 1
niños los estrellaron contra las rocas descuartizándolos y hay quien
~;:~.: ¡ dice que hasta se bebían la sangre.
f
1
:: '1
·I
Inmediatamente se reunieron las fuerzas que en aquella época
constituían las «Guardias Municipales», yendo los contingentes de
los minerales de Morelos y Batopilas a sofocar a los sublevados, a
los que encontraron en número aproximado de 400 sumidos en una
gran orgía en un lugar del arroyo de «Santa Inés», y fue tanto lo que
los habían debilitado las frecuentes borracheras, que en el primer
encuentro con los «guardias», aun cuando demostraron mucho valor
y ningún miedo a la muerte (por la creencia quizá de resucitar a los
dos meses) fueron totalmente aniquilados, muriendo casi todos, y el
resto (casi todas mujeres y niños que sobrevivieron) fueron apre-
hendidos y tratados como esclavos, que se repartieron como tales
entre las familias acomodadas de Morelos, Batopilas y aún de Chi-
huahua la capital. Fue tanta la crueldad, la incultura y bestialidad de
algunos de los guardias, que, haciendo ostentación de la fuerza,
tiraban a los niños indígenas al viento y los atravesaban con sus
cuchillos y machetes, esto, en venganza de lo que días antes habían
hecho lo indígenas con los mestizos. De entonces a la fecha, no se
ha registrado ningún brote de rebeldía.
106
ECONOMÍA DEL TARAHUMARA. (La casa). La casa de
los tarahumaras consiste en una especie de jaula hecha de madera
de pino, consta por lo general de una sola pieza donde vive la fa-
milia en promiscuidad. La casa es cambiada de sitio a voluntad de
los jefes, y es motivo de cambio principal el que se muera alguno de
los de la familia, pues tienen la creencia de que está maldita y no
deben habitarla. Me refiero a la generalidad de las habitaciones,
pues en los casos de mejoría de casa, alimentación, etc., ya explicaré
en otro capítulo.
(La alimentación). La base de la alimentación del indígena es
el maíz, con el cual se hace el pinole. También comen carne de
ganados mayor y menor que ellos mismos crían, aves de corral,
frijol y raíces. Acostumbran cazar el venado y otros animales sil-
vestres, para lo cual usan el arco y la flecha, a ésta última le ponen
la punta de acero. Como el tarahumara es resistente para la carrera,
se dan casos de que alcanza a los venados y lo acorrala por cansancio
del animal. Algunos indígenas usan ya armas de fuego, principal-
mente rifles y carabinas y son buenos tiradores. También usan
trampas en su caza, trampas que ellos improvisan con hoyos en la
tierra, ramas y cordeles.
Se dan casos muy frecuentes de que para atrapar una ardilla
usan el hacha derribando los pinos en que se trepan dichos animales,
y pueden cortar tres o cuatro árboles para lograr su objetivo. Algunos
hacen pequeñas engordas de marranos, pero son muy parcos para t¡
comer la manteca, pues tienen la creencia de que usándola su vida
se acorta porque se «engrasan». El quelite, las frutas y algunas hor-
talizas son alimentos que gustan mucho a los tarahumaras y las comen
durante casi todo el año, pues aún cuando es tiempo de nevadas,
éllos conservan los alimentos (hierbas y manzanas principalmente)
en trojes o cuevas las que a pesar de la forma rudimentaria de conser-
vación, no pierden su sabor.
(Tierras agrícolas y de apastar). Los tarahumaras poseen todos
sus pequeños lotes de tierras de cultivo, los cuales abonan con
estiércol de cabra, de borrego y de ganado mayor. Si todos usaran
107
 métodos más ventajosos en sus cultivos, las cosechas que obtuvieran
les bastaría para: sus necesidades. No obstante, en las temporadas en
que los años son buenos, es decir, en que el temporal de lluvias les
es favorable, todos los tarahumaras cosechan el maíz suficiente para:
sus necesidades. En terrenos de apastar cuentan con todos los lotes
que están libres y aunque el pasto no es muy abundante, siempre les
basta para sus ganados. En algunos pueblos el Gobierno les ha
titulado ya sus ejidos (Norogachic, Papajichic, Aboréachic, Rochéa-
chic y otros) y en las demás comunidades indígenas, cada familia
cuenta con sus pequeñas parcelas, por las cuales algunos pagan
directamente sus impuestos al Estado.
(Aperos y equipos de labranza que usan). Los tara:humaras usan
arados de madera con punta de acero, bueyes y azadones. Durante
el año de 1938, y siendo Presidente de la República el C. Gral. de
División don Lázaro Cárdenas, el Departamento de Asuntos Indí-
t~!;:!; ~ :
~I" :·I : : ' genas, cuyo Titular era en aquélla época el Prof. Luis Chávez Orozco,
1'
repartió a los tarahumaras la cantidad de 50 arados de fierro, los
cuales, mediante una organización especial los usan por rotación y
se ha conseguido un mejoramiento muy marcado en los cultivos.
(Cultivos). La mayor parte de los cultivos son de maíz, pues
como antes se ha dicho, forma la base de la alimentación en los
tarahumara:s, y en segundo lugar cultivan: frijol, papa, hortalizas,
chícharo y algunos trigo.
(Clima del lugar y épocas de lluvia). El clima de la alta sierra
es frío y el temporal de lluvias principia en los últimos días del mes
de junio, y termina a principios de octubre. Casi siempre llueve
también en invierno (enero y febrero) y cuando ésto sucede, es señal
de buen temporal, porque da tiempo a efectuar los barbechos. La
época de siembras del maíz es a mediados de abril, y las cosechas
son a principios del mes de noviembre.
En los barrancos, en que el clima es caliente, las siembras las
hacen a fines de junio, y cosechan en octubre. Casi todos los tara-
humaras de los barrancos efectúan sus siembras en laderas a las
cuales no es factible barbechar con bueyes o mulas, y usan el sistema
108
de «Rosados»; la siembra la hacen con barras a hoyos, y todo el
beneficio de las plantas es con azadones y machetes.
SALUBRIDAD E HIGIENE. Los tarahumaras consumen el
agua de los ríos y pozos, que nunca hierven. Las enfennedades más
frecuentes son las disenterías, pulmonías (bronconeumonías), sama
(guaguana) y son frecuentes las epidemias de sarampión, gripa y
paratifoideas.
El indígena acepta con gusto las vacunas profilácticas, y debido
a ello, y por el interés que se ha puesto en los últimos años de aplicar
la vacuna antivariolosa, no se han resgistrado hace tiempo casos de
virnela maligna, aunque sí han padecido los granos llamados viruela
loca, pero en una forma muy benigna.
El tarahumara acepta con gusto las medicinas de patente, y creen
en los médicos y en las enfermeras, pues es de notarse que los
pasantes de medicina que el Departamento de Asuntos Indígenas ha
enviado en los últimos años a la Tarahumara, a efectuar sus Servicio
Social, han desarrollado un trabajo verdaderamente satisfactorio, y
si bien es cierto que no se ha desarrollado un trabajo mejor, ésto se
ha debido a la falta de medicamentos apropiados a la región.
También las enfermeras de los Internados y las Brigadas
Médicas han rendido buen trabajo. Si todos los Internados Indígenas
y las Escuelas Rurales del medio indígena contaran con botiquines,
mucha sería la ayuda que se daría al tarahumara, pues como antes
digo, el tarahumara ya rechaza al curandero o hechicero de su raza,
y acepta con mejor agrado el ser atendido por médicos y enfermeras.
Es tan notable la falta de medicinas y esto me hace recordar un caso
curioso: un indígena fue a ver a un médico que recorría la región y
éste, de buena gana le hizo el examen y diagnosticó, y como carecía
de medicinas, le dio una receta, la cual, el indígena creyendo que se
trataba de la mediCina, se la comió.
(Los partos). La parturientas al momento de dar a luz se salen
de sus casa y huyen al monte donde, colgadas de los brazos de algún
árbol, esperan con resignación el a1un1bramiento. Tan luego como
nace el nifio, lo cobijan con el pafio que siempre usan en la cabeza e
109
 inmediatamente se bañan madre e hijo en el arroyo más plóximo,
no impmiándoles que sea en pleno invierno.
No conozco ni un sólo caso de parturientas que hayan padecido
la fiebre puerperal por la retención de placenta.
JUEGOS Y DEPORTES. Los deportes más comunes entre los
tarahumaras son: (Rarajipare) Carrera de bola y se juega en la
siguiente forma: se fonnan dos partidos de 2, 5, diez o más corredores
por cada bando, teniendo al frente un jefe por bando. La pista es ge-
neralmente ya conocida por ambos contendientes y mide una longi-
tud aproximada que varía entre 5 o 1Okilómetros, según la topografia
de.! terreno o pueblo donde ha de celebrarse e] evento. A la mitad de
la pista se reúnen los corredores, apostadores, veedores, etc., y se
concertan .las veces (vueltas) que han de recorrerla marcando el
número o con montones de piedra.
~11m~: ¡:1
11•··~·' ' 1 Una vez todo preparado, se inicia e.l juego que consiste en
,¡r;'rr:!: :
·11 1
aventar con el pie una bola de madera maciza (encino generalmente)
que ellos mismos fabrican, llevando una bola por cada bando y
además llevan dos o tres gentes, provistos de unas horquetas para
que sin tocar la bola con la mano, la arrimen a la pista cada vez que
se les sale. El objeto es hacer llegar la bola de extremo a extremo de
la pista y el partido que logra dar primero las vueltas que se hayan
impuesto es el triunfador. Cada jugador que se cansa, se enforma o
•t."
11"' sufre algún accidente, queda elim.inado del partido, pero no hay
::n
1!1!1
derecho de admitir substitutos, por eso generalmente una carrera
grande, es decir, de 5 o más vueltas (15 o 20 kilómetros) en que al
iniciarse la carrera contaba con quince o más gentes por cada bando,
termina con sólo un contendiente por cada partido, pues los elimi-
nados ya no pueden jugar ni se les admi te siquiera opinar sobre el
resültado del juego.
(Ar;hueta). Juego especial para las mujeres. Es casi en igual
forma que la carrera de bola, nada más que en vez de la esfera de
madera usan un aro, también de varas, la cual van arrojando con
una vara o garrote como de un metro de longitud. Las reglas, apuestas,
pistas, etc., son idénticas al juego descrito anterionnente.
110
(Luchas). Son amantes de la lucha, pero en ellas no se cruzan
npuestas, y sólo lo hacen para demostrar la fuerza entre los conten-
dientes.
(El cuatro). Consiste este juego en dos hoyos hechos en la tierra
a una distancia de 15 o más metros uno del otro. Se usan dos tejas
de piedra (pesos plata) guachas, etc., por cada contendiente, que
también son dos. El objetivo es tirar cada jugador las tejas al hoyo
desde una raya que se pinta junto al hoyo del extremo contarlo, y la
teja que más se aproxima cuenta UNO, y la que llega a caer dentro
cuenta CUATRO. Se lleva la cuenta de los puntos hechos por cada
jugador y el que completa primeramente la cantidad de DOCE PUNTOS
es el triunfador. En este juego sí cruzan apuestas.
Hay otro juego denominado EL QUINCE, pero no lo describo
por desconocerlo, pues ya muy poco lo juegan.
EDUCACIÓN. En la alta tarahumara actualmente existen dos
Centrc:>s de Capacitación Económica para hldígenas, con un promedio
entre ambos de 150 alumnos tarahumaras del sexo masculino. El
sistema es de Internado y además de preparárseles en algún oficio
(herrería, carpintería, zapatería, curtiduría, etc.) se les enseñan
nociones prácticas de agricultura y ganadería, música instrumental
y solfeo, educación fisica y pre-militar y educación primaria.
Son alrededor de 26 escuelas rurales, federales y del Estado,
las que se encuentran ubicadas en lugares indígenas, pero desgracia-
damente la asistencia de alumnos a dichos planteles deja mucho
que desear, pues con excepción de Guachochi, Papajichic y Cabó-
rachic, en las demás escuelas asisten casi puros mestizos, pues niños
tarahumaras no asisten ni siquiera el 5% de la población escolar
existente. Esto naturahnente no es culpa del maestro ni de las
Aut01idades Escolares, sino más bien la causa de tales inasistencias
es la irresponsabilidad de los padres de familia, la distancia de la
escuela a los lugares indígenas y la pobreza tan marcada de algunas
gentes.
Creo que en este aspecto, si las Autoridades Civiles exigieran
al tarahumara el cumplimiento de sus obligaciones en lo referente a
111

la Ley de Educación, la asistencia de niños indígenas a las escuelas
mejoraría y el provecho seria notable, pues es verdaderamente
doloroso un caso concreto: Santa Anita, pueblo con más de 50 tara-
humaras (niños en edad escolar) cuentan con escuela y a ella sólo
ocurren tres o cuatro, y esto en forma tan irregular, que pasan dos o
tres años y no aprenden ni siquiera a leer y escribir su nombre. En
este problema, que es delicado, procede una campaña enérgica «pro
asistencia» de niños indígenas a las Escuelas.
De los Internados Indígenas han egresado 286 alumnos, todos
los cuales se encuentran unos en sus comunidades de origen, otros
en los pueblos mestizos con pequeños talleres de curtiduría, carpin-
tería o herrería, y otra patie de los ex alumnos trabajan en la cons-
trucción de la carretera Creel-La Bufa, en el Ferrocarril Creel-Sinaloa
y en la planta hidroeléctrica de Guachochi, Chih.
~1f~!J: ['. El 95% de los alumnos egresados de los Internados han
11••"·•11!
,I! : ~ ' cooperado en el mejoramiento de su región, sobre todo en el aspecto
'I'
económico y social, pues en los pueblos y rancherías donde radican
jóvenes que estudiaron, la indumentaria de los habitantes es mejor,
los cultivos se han aumentado en más de un ciento por ciento, y lo
que es más importante, han orientado a sus hermanos de raza para
que cuiden mejor de sus cosechas, de sus ganados y de todo lo que
producen. Tres hijos de los Internados son maestros rurales.
'•" ORGANIZACIÓN INDÍGENA. La tribu tarahumara ha cele-
1(1'
:;;i!
~1di brado tres congresos, a los cuales han asistido altas personalidades
del mundo oficial, siendo de mencionarse el IlI Congreso celebrado
el año de 1946 en Estación Creel, Chih., en el que estuvo presente
oyendo las demandas de los indígenas, entre otras personalidades,
el C. Ing. Femando Foglio Miramontes, Gobernador Constitucional
del Estado y el entonces Candidato, hoy Presidente de la República,
Lic. Miguel Alemán. Todas las ponencias que füeron aprobadas obran
en poder del Consejo Supremo de la Tara.humara y se están resol-
viendo poco a poco.
CONSEJO SUPREMO DE LA TARAHUMARA. Es la auto-
ridad máxima en la Alta y Baja Tara.humara, y se compone de tres
112
11Ic111hros auténticamente indígenas y de los más preparados. El
. :ílllM1~jo es el conducto por el cual la tribu trata sus asuntos con el
,¡ 111lii\'l'llO Local y Federal y está pendiente de la resolución de los
111hluinas de tierras, de escuelas, etc.
TROJES COMUNALES. Como uno de los triunfos efectivos
111 1111:t.ndos en los Congresos, el año anterior, la Federación, por
i 1111ducto del extinto Departamento de Asuntos Indígenas cedió la
1 11111 id ad de $15 ,000 (QUINCE MIL PESOS), cantidad que fue invertida
11 In compra de maíz para el establecimiento de TROJES COMUNALES
' 1>E PREVISIÓN. A la fecha se encuentran establecidas trojes en:
111uachic, Siquirichic, Papajichic, Guachochi, Yoquivo y otros pue-
l1los y están dando magiúficos resultados. El objeto principal que se
pL1rsigue con estos graneros, es prevenir a los indígenas de los años
·n que por falta de lluvias u otras causas, se pierdan las cosechas, y
t' lm ello aseguran el maíz para sus siembras y para usos de su hogar.
La presente información fue tomada por la experiencia adquirida
durante 23 años al servicio de las zonas indígenas, como maestro
rural federal y como trabajador en los Internados Indígenas, hoy
dependientes de la Dirección de Asuntos Indígenas de la Secretaría
de Educación Pública.
También cooperaron, proporcionando algunos datos, los Maes-
tros Ignacio León Ruiz y Eleuterio Rodríguez, miembros del Consejo
de La Raza Tara.humara, así como alumnos más adelantados del
Centro de Capacitación para Indígenas de este lugar.
La música que se anexa, de «sones tarahumaras» füe recogida
por el maestro de música Manuel Ma1tell García, del Centro de este
lugar.
TÓNACHIC, Chih., agosto de 1947.
J. Rosario C. Martínez
~
113
 9. INFORME DE LA VISITA REALIZADA A LA LOCA- •
LIDAD TEPEHUANA DE BABORIGAME, MUNICIPIO DE
GUADALUPE Y CALVO, CHIH. POR EL PROFR. IGNACIO
LEÓN PACHECO, SUBDIRECTOR DEL CENTRO COOR-
DINADOR INDIGENISTA DE LA TARAHUMARA. 17 DE
MARZO DE 1967.*
MEDIO FÍSICO
El pueblo de Baborigame, reconocido por los tepehuanes como
cabecera de los demás pueblos, está ubicado en un pequeño valle
circtmdado al Norte, por el Cerro del Águila; al Sur, por el Cerro de
la Mala Noche; al Este, por el Cerro de la Cebolla y al Oeste, por el
Cerro de las Cruces. Atraviesan este valle los arroyos de Túcuri, del
Cópare y después el de las Juntas, que son afluentes del Río Huérachi.
•:1:!:
"' 11 ,
"'
:¡, El centro de la población lo fonnan una vieja iglesia, una plazoleta
que sirve de atrio, de campo de juegos a la escuela y de lugar de
reunión para los vecinos. Alrededor de estas construcciones hay
varias casas de mestizos y al pie de las montañas y entradas de los
arroyos viven los indígenas.
Baborigame es el punto intermedio entre Guadalupe y Calvo y
Guachochi, pues a ambos lugares se hacen dos días y medio de
,' ,, I¡
camino, a pie o a caballo. Guadalupe y Calvo está más retirado,
!:.1 11 pero el terreno es plano, en tanto que para venir a Guachochi es
1:::1 ¡¡
necesario atravesar las barrancas de Sinforosa o de Huérachi. Por
avión sólo se hace de Guachochi a Baborigame de 15 a 20 minutos.
VISITA
Cumpliendo con la comisión que la Dirección del Centro
Coordinador Indigenista me confirió, el día 14 del presente mes de
marzo me trasladé a la localidad de Baborigame, ubicada en ju-
risdicción del municipio de Guadalupe y Calvo, acompañado del
antropólogo Jacobo Montes, con el objeto de asistir a una reunión a
•Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 1O, Exp. 2.
114
la que los indígenas del grupo tepehuán nos habían invitado previa-
mente.
A esta reunión únicamente asistieron 60 personas debido a que
no se les avisó con la debida oportunidad y además a que actualmente
muchos indígenas se encuentran trabajando en el Estado de Sinaloa
y en la Sierra de Guachochi, a donde emigran solos o con sus familias
en busca de alimentación y vestido, pues las raquíticas cosechas
recogidas en las superficies desmontadas, «rosas» o «tiacololes»,
sólo alivian su situación durante los meses de octubre, noviembre y
diciembre, yéndose después a otros lugares para regresar hasta abril
o mayo a sembrar nuevamente en sus tierras que, aunque precarias,
les tienen gran arraigo ya que retornan en su totalidad y sólo en
casos excepcionales se queda alguno. No obstante lo anterior, pude
platicar con el número de personas antes mencionado y muy prin-
cipahnente con las autoridades del grupo indígena tepehuán.
ORGANJZACJÓN DEL PUEBLO TEPEHUÁN
Su gobierno está integrado por un Capitán General, puesto que
actualmente ocupa Bautista Soto, quien comanda a todo el grupo y
es auxiliado por un General (Pascual Duble), 2 Capitanes (Manuel
Bustamante y Juan Carrillo) y por 2 Cabos (Jesús Vega y Juan Bejara-
no). Esta organización dirige a 13 poblados en donde hay tepehuanes
que smnan en conjunto alrededor de 6,000 habitantes (este dato se
obtuvo tomando como base un escrito que llevaron a .la Presidencia
de la República firmado por más de 1,000 jefes de familia).
Baborigame, Nabogame, Cinco Llagas, Santa Rosa, Huérachi,
Tenorfüa, San Andrés, Redondeados, Dolores, Cieneguilla, Colora~
das, Tuaripa y Chinatú, son Jos pueblos hab.itados por este grupo.
Los tres últimos están integrados por tarahumaras y tepehuanes y
Jos poblados de San Andrés y Huérachi han desaparecido casi por
completo debido a que sus gentes han emigrado a otros lugares. En
los poblados más grandes, como el de Coloradas y Nabogame, tienen
una organización semejante a la principal y los demás poblados son
dirigidos por un Gobernador, siempre bajo el mando del Capitán
General con cabecera en Baborigame ..
115
 El Capitán General, autoridad máxima y sumamente respetttda,
ocupa este puesto por tiempo ü1definido y sólo es separado de su
puesto cuando lo decide la mayoría de los pueblos al no satisfacer
su trabajo a las necesidades deJ grupo tepehuán. Según pude danne
cuenta, ha habido capitanes que fungieron de por vida.
El pueblo de Babo.rigame, en un principio habitado por indígenas
tepehuanes, actualmente tiene en su centro un grupo de mestizos
venidos de diferentes partes y los indígenas viven alrededor del
pueblo y en rancherías cercanas como Palo Muerto, en donde hay
15 familias; Talayotes, con 20 familias y en el Túcuri, con 15 familias.
En el centro de la población hay una escuela atendida por un maes-
tro :federal, a Ja que exclusivamente asisten los niños mestizos en
número de 50 y se imparte hasta eJ cuarto año de primaria. Por la
.lejanía, hasta la fecha no han tenido Ja vis.ita de un inspector, por lo
que el maestro se ausenta frecuentemente.
~:.;;:); ¡'
·:~
La razón de que los tepehuanes no asistan a la escuela, es que existe
i¡i
un completo desentendimiento entre eUos y la gente mestiza. Además
tienen el deseo vehemente de que no haya ningún blanco por toda esa
región y dicen: «igual que ellos no nos quieren, nosotros tampoco».
En .la reunión que se tuvo, expusieron como problema princi-
pal eJ de que Jos indígenas no desean por ningún motivo que sus
tie.rras se constituyan en ejido, porque más tarde se explotarán los
bosques y tendrán que pagar cuotas y asistir a reuniones; pero lo
.¡ ..
¡,• t
1, .
di que más les preocupa y pude darme cuenta, es que para ellos la
::;:; ;¡¡ palabra ejido implica necesariamente explotación forestal. Manifes-
taron el deseo de ser un pueblo libre como antes, en que únicamente
existiera su organización. Ellos se sienten amparados todavía por el
título original de sus tierras que les expidió don Benito Juárez y
quieren que se respeten los linderos confom1e a .lo indicado en e.I
citado documento, mismo que hace 30 años se les extravió y que
tienen Ja esperanza de encontrar; mientras tanto, han solicitado se
les consiga una copia en Chihuahua o en México.
Posteriormente entrevisté a las autoridades ejidales conjun-
tamente con los dirigentes tepehuanes y me enteré de que en el año
de 1938 recibieron una dotación en primera instancia por 16,150-00-00
116
l l11N. cuya resolución definitiva está pendiente. Pude darme cuenta
f11111 bién de que hasta este día los indígenas ignoraban que sus terrenos
1111!11vieran amparados por el ejido, lo cual deja ver que los dirigentes
d11 la organización en ningún momento se han tomado la molestia
1l1 • informar a los tepehuanes el resultado de sus gestiones, originando
1 on esto la no simpatización a cuestiones de tipo ejidal.
Es tanta la desconfianza que los tepehuanes tienen al mestizo,
que aunque éste actúe de buena fe ya no le creen ni le hacen caso,
1i;titud que considero lógica por la ancestral explotación que han
/lll frido. Aparentemente delante de los funcionarios del gobierno los
mestizos se conduelen de la situación del tepehuán, pero en cualquier
n1omento expresan que están así porque son perezosos, no les gusta
vivir bien, se conforman con muy poco, etc .
En plática que tuve por separado con las autoridades indígenas
tcpehuanes, les expliqué que el ejido garantizaba el derecho de sus
tierras y que por lo tanto era conveniente se acercaran a las reuniones
y pagaran sus cuotas del impuesto predial que vienen siendo mínimas,
pues el ejido tiene 322 ejidatarios y el impuesto predial anual es de ~
1
$325.00. En principio aceptaron mi sugestión, a reserva de que en t
,~
,1
el mes de mayo, cuando regresen las gentes que han salido en busca
de trabajo, se convoque a una reunión para obtener un acuerdo de la
mayoría y poder explicarles detenidamente la situación actual que
guardan con respecto a los derechos sobre la tierra.
A la reunión que será convocada asistirán los representantes y
gobernadores de los demás pueblos indígenas tepehuanes para que
planteen sus problemas, y señalaron que por ningún motivo vaya a
faltar la presencia de algún funcionario del Instituto Nacional Indi-
genista; pues se dan cuenta de que a los tarahumaras los ha ayudado
el gobierno en tanto que a ellos los ha tenido olvidados.
Los tepehuanes están bastante disgustados porque en meses
pasados unos ingenieros forestales estuvieron haciendo los estudios
del bosque, encabezados por un ingeniero de nombre Manuel Aguilar
(según parece por parte de I.G.U.S. A. de R.L.)*, pues se menciona el
*Industrias González Ugarte SA de RL, empresa maderera que explotó bosques
en la región de Guachochi. (Nota del editor).
117
 nombre del ingeniero Rodolfo Rodríguez Caballero, aunque los
dirigentes ejidales dicen que era una brigada de forestales del
gobierno. Esto les hace suponer que en un futuro muy próximo se
explotarán sus montes, aunque de momento todavía no ha llegado
ninguna carretera ni brecha y lo más cercano para conectarla sería
con la carretera a Guadalupe y Calvo.
Desean que en ningún pueblo de su territorio se instalen ase-
rraderos pues ocasionarían la destrucción del monte y para ellos no
sería posible satisfacer sus necesidades principales en el uso de las
maderas, ya que con la presencia de los aserraderos no tendrían
árboles para hacer tableta, para hacer cercos y, sobre todo, no podrán
derribarlos para secarlos y quemarlos en forma de rosa para sembrar
maíz o frijol. La tierra abierta de esta manera para el cultivo, les
sirve de uno a dos años a lo sumo. Desde el avión en que nos trasla-
\: J;¡:
damos a Baborigame, pude observar que en los alrededores de este
,, pueblo hay algunas partes clareadas por los desmontes.
i'
A nuestra manera de ver y comprender las cosas, esto es una
situación que lesiona gravemente la riqueza forestal de esos pue-
blos, ya que el beneficio obtenido es completamente raquítico. No
obstante, creí pertinente hacerles saber que sus procedimientos son
completamente errados, porque ¿de qué otra manera pueden resolver
sus necesidades primordiales si antes no ha habido una orientación
adecuada y una ayuda eficaz para que disfruten de una vida mejor?
i ::, ;;::
1· '" '
Si más adelante hay alguna intervención oficial o particular en
,:: 11 111:
beneficio de esta gente, podrán señalarse muchos errores como el
caso de las rosas, la poca preocupación porque sús niños aprendan a
leer y a escribir y su visión muy especial que tienen sobre la vida. A
ellos les interesa únicamente tener maíz y frijol para alimentarse,
salir a trabajar una corta temporada para poder comprar sombrero,
camisa, pantalón, huaraches y cuchillo, para de esta manera identifi-
carse con los mestizos. Desean hablar el castellano porque consideran
que es bueno y les sirve para entenderse con los mestizos y con los
mismos tarahumaras: es la lengua que les sirve de contacto. Por lo
demás, ellos dicen que no les hace falta nada y muy pocos compren-
118
d1111 los beneficios de las escuelas, la medicina, la agricultura dirigida, etc.
También entrevisté al C. Presidente Secciona!, Sr. José María
llt1 iz Molina, quien tiene a su cargo las comisarías de Coloradas, El
Manzano, la Encerradora, Indé, Coscomates, San José del Vallecillo,
1'uáripa, La Soledad y la Parida, que integran la sección Municipal
de Baborigame. Le solicité me informara sobre cuáles eran los
problemas que tenía actualmente con los indígenas tepehuanes, indi-
·óndome que había solamente dos o tres casos sin importancia
pendientes de resolución, pero que más bien todo transcurría nor-
malmente, máxime ahora que cuenta con la presencia de las fuerzas
foderales que en mucho les han ayudado a mantener el clima de paz.
Por su parte los tepehuanes manifestaron tener poca ayuda de las
autoridades municipales, por lo que en algunas ocasiones han prefe-
rido no plantear sus problemas porque ni atención les prestan.
COSTO DE LA VIDA
En Babor~game los artículos de primera necesidad como son el
café, azúcar, harina, sal, manta, jabón, maíz y frijol, son sumamente
caros, debido a que los llevan de Guadalupe y Calvo o de Guachochi
a lomo de bestias y muchas veces en avión. Por ejemplo, el kilo de
azúcar cuesta $2.50, el kilo de harina $2.80 y hasta $3.00; jabón,
pieza chica, $1.00 y $1.50; sal, $1.00 kilogramo; El petróleo única-
mente lo usan los mestizos que más o menos están bien económica-
mente, logrando conseguirlo en contadas ocasiones a $1.00 y $1.50
el litro. Otros productos, como los refrescos y cerveza, no se consi-
guen en las tiendas, salvo cuando alguna persona los lleva para con-
sumo personal o familiar.
Se importa también gran cantidad de maíz y frijol, principal-
mente de la Mesa de Guachochi, en donde lo compran por litro a un
precio de $0.80 y $1.00y lo venden en Baborigame a $1.50 y hasta
$2.00 litro. Al indígena tepehuán se le paga su trabajo principalmente
con maíz y frijol, en un término medio de 2 y 1 litros diarios, res-
pectivamente, con lo cual hacen tortillas, pinole, frijol con agua y
sal. Las grasas, ya sea animal o vegetal, es materialmente imposible
conseguirlas, por lo que muy pocas familias mestizas la consumen.
119
 Al igual que los tarahumaras, los tepehuanes sólo comen ca.me
en los días festivos y esporádicamente en otras ocasiones llegan a
comer carne de pez, conejo, ardillas, palomas y pájaros del campo
que ellos mismos cazan con medios sumamente rudimentarios ya
que no poseen armas de fuego.
FAMILIA
El término medio de la familia tepehuana es de 5 miembros, es
decir, el padre «gooka», la madre «daáde» y los hijos «imarra»; al
hijo más chico se le llama siempre «arriyojidi imarra». De la
educación de los hijos varones se encarga en un principio la madre,
pero a partir de los siete u ocho años, es el padre el que se encarga
de enseñarle a acarrear leña, cuidar chivas y marranos, cazar animales
silvestres, barbechar y sembrar. Por su parte, la madre enseña a las
hijas a hacer tortillas, pinole, barrer la casa, remendar y todas las
f•I:!: actividades propias de la mujer indígena.
~
,, (1 t
'I'
Tanto el hombre como la mujer se independizan cuando se han
casado, lo cual sucede de los 16 años en adelante por lo general. Ya
casado el hombre, sus padres lo autorii:an para que tome tesgüino o
lechuguilla, bebidas que se producen en la propia región.
Cuando un hijo se va a casar, para solicitar a la muchacha se
hace acompañar de un amigo o del padre, pero casi siempre de un
amigo porque al padre le tienen vergüenza. Se integra la comisión
I"'. en esta forma y se presenta ante los padres de la novia, pidiendo a
·1·
~·;!
¡p11
Ht:¡ ésta en matrimonio. Los padres de la novia nunca dan el consenti-
''11 111,,
111
miento de inmediato y siempre dicen que regresen una o dos semanas
después para la contestación. En el momento en que se da el con-
sentimiento se casan los novios sin ninguna ceremonia y sin inter-
vención de autoridad alguna, llevándose el hombre a la mujer a casa
de sus padres o se queda por una temporada con los padres de la
contrayente mientras construyen su propio hogar. Hay matrimonios
entre tarahumaras y tepehuanes en la región de la Mesa de Guachochi
y en los pueblos de Chinatú, Coloradas y Tuáripa. Los hijos de estos
matrimonios no hablan tepehuán ni tarahumara, sino el castellano
que es lengua de contacto entre ambos grupos.
Hay también matrimonios raros entre tepehuanes y tarahumaras
120
11 donde los contrayentes son casi monolingües, entendiéndose
1 iln rnente con algunos vocablos de ambas lenguas. En caso de los
l11j tls sucede que en los primeros años hablan la lengua materna por
"lnr más allegados a la madre, pero más adelante los varones por lo
11011eral aprenden también la lengua paterna, siendo así que se en-
' 1umtran individuos bilingües de tarahumara y tepehuán.
En algunos casos hay gentes que hablan tepehuán, tarahumara
castellano, principalmente las que han viajado bastante. Entre otros,
puedo señalar a José Valencia, Emilio Herrera y Manuel Bustamante,
que sirvieron de intérpretes.
DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL TEPEHUÁN
Es de estatura regular (1.60 a 1.70), complexión delgada y de
piel blanca por lo general; el hombre es barbado y se rasura dejándose
una «mosquita» abajo de la nariz. La mujer es un poco más baja que
el varón, de complexión delgada y también de piel blanca; viste
falda larga, de 2 a 3 centímetros arriba del tobillo (un poco más le-
vantada que la tarahumara), usa blusa de manta o de telas corrientes
floreadas. Cuando se visten de manta la adornan con bordados
sencillos de flores, hojas y listones de color. El vestuario del hombre
es semejante al de los mestizos serranos: usan pantalones de mezclilla
(en muy raros casos de manta), camisa de tipo comercial, sombrero
de tienda, huaraches de hule, cinto de piel y, algunos, fajas tarahu-
maras. Una de las preocupaciones principales del hombre, es la de
trabajar para vestir en la forma descrita.
No obstante que los tepehuanes son de tez blanca, dicen ser tan
indios como los tarahumaras y se precian de serlo, agregando que la
única diferencia entre ellos es que «Tata Dios les dio lenguas
diferentes»; en cuanto a todo lo demás son iguales pues toman pinole,
tesgüino, izquiate, quelites, tónare, etc., además de que tienen las
mismas costumbres y tradiciones de los «indios de la Sierra», como
les llaman a los tarahumaras.
Al hacerles la pregunta de si quiénes eran más pobres, los tepe-
huanes o los tarahumaras, contestaron que ellos eran más «pendejos»,
puesto que saben que muchos tarahumaras hablan el castellano, saben
121
 leer y escribir, tienen maestros y escuelas, y delegados tarahumaras
que los defienden, además de la suerte de estar cerca de dependencias
del gobierno que les ayudan. Dicen que son más pobres que los
tarahumaras, porque éstos tienen muchas cabras y buenas tierras
que les permiten vivir en condiciones bastante óptimas. Esta visión
errada por parte de los tepehuanes es motivada en que ellos sólo
conocen la Mesad.e Guachochi, en donde efectivamente son buenas
las tierras y los indígenas tienen algunos animales.
CULTIVOS
Los cultivos principales son, como en toda la sierra, el maíz
<mnuoi», el frijol «bábee» y además siembran habas, calabazas,
chilacayotes, papas y chayotes. En esta temporada siembran trigo,
chícharo, maíz, frijol, papa «yatoborá», chile «cócori» y calabaza
«1may».
~. :1;:,,
Con el maíz hacen tortillas «tashkare», tamales «tumaiti», pinole
I'
«tuíphape», tesgüino «naguiti», yoike (alimento tarahumara) «idóre»,
atole «bacuílite», izquiate «momoiti» y pozole «duakámuri».
FAUNA
Venado «suúnari», conejo «toschi», ardilla de pino «bobojossi»,
ardilla de piedra «tícuri», chichimoco «pisshirri», zorra «cashiókare»,
coyote «bánne», cócono «tóoba», zorrillo «upaíi», tejón «bobocaíi»,
,.. víbora de cascabel «adaagée», Guacamayo «kiáke», perico «cuu-
. n:::
1;;;1 11~: cuita», guacamayo grande «baarra», pájaro «úrugui», carpintero
«kuráta», chuyaca (pájaro azul) «chichibicame», cuervo «arranuye»,
cócono «cocooni», zopilote «chicoranuy», gavilán «toobabíi», águila
«bages», codorníz «baíibori», paloma «tukgu», chivillo «adatómari»,
garza «baacóni», pescado «baatopa», pato «bácaigie», rana «babade»,
lagartijo «tuchiibadage».
FLORA
Pino <mkuíi», encino «tuuelle», táscate «gaalli», madroño
«opiiyamuri», manzanilla «yoori», fresno «pitayii», piñón «ipió':'
kaui», álamo (agual, chihuite) «tuguri», nopal «vaage». Plantas co-
mestibles: quelites de agua, verdolagas «basunka», col «corrabi».
122
l •:n algunos vocablos hay semejanza con el tarahumara, ejemplo:
( :astellano Tarahumara Tepehuán
hile Korí Cócorí
Venado Chomarí Sumarí
Pájaro Churuguí Uruguí
PLÁTICA CON MÉDICOS NORTEAMERICANOS
Al estar en Baborigame encontramos unos médicos de Estados
1Jnidos del Norte, quienes han estado viajando periódicamente a
l~Sc lugar desde el año pasado y en el mes de octubre iniciaron la
·onstrucción de una clínica. Los mestizos están contentos con la
presencia de estas personas porque les prestan atención médica y
medicinas gratuitamente, pero a los indígenas no les parece bene-
liciosa la estancia de estos extranjeros y al respecto dicen: «en primer
1ugar nunca nos tomaron parecer ni nos solicitaron permiso para
trabajar en este pueblo y mucho menos para la construcción de la
clínica. Además, nos han dicho de que nos van a curar de nuestras
enfermedades y hasta ahora sólo han atendido a mestizos de
Baborigame y pueblos circunvecinos». Posiblemente en broma los
tepehuanes dicen: «que los doctores gringos no nos podrán salvar
de la muerte, si acaso con sus medicinas sólo nos levantarán una o
dos veces pero al final de todos modos tendremos que morir; es lo
mismo que hacen los doctores que tenemos.»
Al entrevistarme con este grupo de médicos a que vengo ha-
ciendo mención, encabezados por el Dr. Harvy D. Smith, residente
en El Paso, Tex., nos pidieron en primer lugar que les platicáramos
sobre el trabajo que desarrolla el Instituto Nacional Indigenista en
las zonas indígenas del país, por lo que a grandes rasgos les expliqué
las funciones del I.N.I. y los trabajos que actualmente desarrolla el
Centro Coordinador Tarahumara. Ellos, por su parte, empezaron
diciendo que forman parte de un grupo de médicos de los Estados
Unidos que en número de 200 recorren regiones apartadas del mismo
territorio de su país, así como Centroamérica, Sudamérica y México;
que no pertenecen a ninguna secta religiosa y su único deseo es de ir
a llevar atención médica a los lugares más alejados, pero sobre todo
123
 a los grupos indígenas. Para este objeto, señalaron, han iniciado en
Baborigame la construcción de una clínica, pero si posteriormente
el gobierno de México envía un médico, con todo gusto ellos lo
aceptarían y le entregarían el edificio de la clínica con todo y equipo,
retirándose a otros lugares en donde sus servicios sean necesarios.
Este es su plan de acción.
Además de ser médicos los integrantes del grupo antes men-
cionado, son pilotos aviadores y se trasladan en sus propios aparatos
llevando consigo instrumental y medicamentos. Actualmente se
encuentran 11 de ellos distribuidos en Sisoguichi, Creel, y el propio
IV. CONSEJO SUPREMO
Baborigame.
En mi opinión personal es un tanto sospechosa la presencia de TARAHUMARA
estas personas, ya que algo deben perseguir y no creo que sólo por
buena voluntad estén en ese lugar gastando su tiempo y dinero.
Resulta por demás interesante hacer un estudio exhaustivo de
\14~i: ~ : esta región recorriendo los 13 pueblos tepehuanes, antes de pensar
I' " 11

" en la aplicación de alguna acción por parte del Centro o cualquiera

otra institución de tipo oficial, pues es sumamente compleja su situa-
ción y su forma de pensar actual estorbaría para la realización de
cualquier plan de beneficio.

Guachochi, Chih., Marzo 17de1967

•' ¡1111
'1 ,,•11

~;;1i Hl~:.
ATENTAMENTE
EL SUBDIRECTOR DEL CENTRO

Profr. Ignacio León Pacheco

11

124 I:
 nn los años del cardenismo se plantearon algunas de las pro-
jlllt'Stas más radicales para enfrentar el problema indígena de la
•;1l'rra Tarahumara. De entre ellas 1 una en particular, habría de
11·ner a la larga una importancia estratégica para definir el rumbo
dt• las relaciones entre el Estado y los pueblos indios de la Sierra:
la conformación, en 19391 del Consejo Supremo Tarahumara.
Para tratar de hacer realidad sus propuestas de cambio social
t·n la Sierra Tarahumara un grupo de maestros indigenistas for-
111ados en los principios de la escuela rural mexicana desarrolló
desde mediados de los años treinta una estrategia consistente en
promover formas de organización y representación políticas entre
los tarahumaras, que, al mismo tiempo que permitieran mantener
su sistema tradicional de gobierno, constituyeran un puente entre
los indígenas y el gobierno nacional. Se apoyaron para ello en un
grupo de maestros tarahumaras que habían estudiado en la Casa
del Estudiante Indígena entre 1928 y 1931 y regresado después a
trabajar en la Sierra. Algunos de éstos, incluso, comenzaron a
tomar parte activa en la política serrana, llegando a ocupar puestos
de representación popular en presidencias municipales y dipu-
d 11,
taciones estatales.
De unos y otros surgió desde 1935 la idea de crear el Consejo
Supremo Tarahumara, pero para ello fue preciso convencer a los
gobernadores de los pueblos y, en especial, a algunos de ellos con
mayor influencia, de las ventajas que este nuevo organismo
significaría. Una vez convencidos estos líderes 1 fue posible
convocar en Guachochi, en abril de 1938, una asamblea de gober-
nadores de pueblos y representantes indígenas de la que surgió el
Consejo Supremo Tarahumara.
Desde su fundación, el Consejo celebró varios Congresos de
pueblos tarahumaras (1941, 1947, 1950, 1957, 1959, 1972) y en
127
todos ellos planteó reiteradamente una larga serie de demandas
entre las que destacan las siguientes: resoluci6n integral de la
tenencia de la tierra; creación de escuelas y plazas de maestros;
construcción y mejoramiento de caminos y carreteras; insta-
lación de teléfonos en lugares apartados de la Sierra; creación de
puestos médicos y entrega de medicinas; mejoramiento de los
internados; fundación de Procuradurías de Asuntos indígenas en
cada uno de los municipios serranos; entrega de semillas en las
épocas oportunas; aprovechamiento integral de los recursos
forestales en beneficio de los ejidatarios indígenas y autode-
terminación política de los pueblos indios de la Sierra.
Entre otras, una de las demandas expresadas en el IV
Congreso de pueblos tarahumaras en 1950 fue la de solicitar al
gobierno la instalación de una agencia dependiente del INI en la
Sierra Tarahumara. Dos años después, por acuerdo presidencial
del 4 de junio de 1952 fue creado el Centro Coordinador Indi-
genista de la Tarahumara.
128
1O. BREVE HISTORIA DEL CONSEJO SUPREMO
'l'ARAHUMARA. *
EL CONSEJO SUPREMO TARAHUMARA
En abril de 1938 se celebró en Guachochi, precisamente en un
lugar próximo al foro denominado «Teatro del Bosque», el primer
Congreso Indigenista Tarahumara, siendo en esa época presidente
de la República el Gral. de División Lázaro Cárdenas del Río y
Gobernador Constitucional del Estado de Chihuahua el Sr. Ing. Don
Gustavo L. Talamantes, a cuyo evento ocurrieron representantes de
toda la región Tarahumara y fue presidido por el Gobernador Tala-
mantes.
La idea de la organización del congreso fue del Profr. Fran-
cisco Hernández y Hernández, que en dicha época ocupaba el puesto
de ·Director de Educación Federal y del Pro fr. Ignacio León Ruiz,
secundada por los profesores José Hernández Labastida, Francisco
M. Plancarte y Francisco Javier Álvarez, auxiliados por los prin-
cipales líderes indígenas tarahumaras José Jariz Rosalío, Josesito
Aguirre, Esteban Cruz, Chico Martínez Aguirre, Santiago Recalache 1
García y el mártir agrario Timoteo Martínez. l.
¡,
Durante los tres días que duró el Congreso, se presentaron po- 1
nencias de vital importancia para la región, tocándose los aspectos
agrarios, forestales, agropecuarios, de comunicación, educación,
salubridad, quejas, etc., en las que tuvieron también activa partici-
pación los directores de los Internados Indígenas y su personal, así
como un buen número de maestros rurales federales y estatales.
Ante la necesidad de contar con un organismo integrado por
representativos indígenas, surgió la idea de la creación del CONSEJO
SUPREMO TARAHUMARA, la cual fue aceptada unánimemente por
los congresistas procediéndose desde luego a designar a las perso-
* Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 26, Exp.
23.
129
 nas que fueron: Ignacio León Ruiz, como Presidente, teniendo.. como
inmediatos colaboradores a Santiago Recalache, Patricio Jariz,
Eleuterio Rodríguez Calleja, todos los gobernadores de los pueblos
ubicados en los minicipios de Guadalupe y Calvo, Morelos, Nonoava,
Balleza, Carichic, Bocoyna, Urique, Batopilas, Chínipas, Ocampo,
Guazapares, Uruachi, Guerrero, y el actual Guachochi, cuyo número
de localidades es aproximadamente de ciento cincuenta, con una
extensión territorial de 50,000 kilómetros cuadrados y poco más de
50,000 indígenas tarahumaras y alrededor de 5,000 tepehuanes. El
Consejo designó secretario al C. J. Rosario Martínez, que en aquella
época ocupaba el cargo de director del internado de Tónachi, tomando
en cuenta quizá que el asiento oficial del mismo sería dicho poblado.
El Consejo fue protestado por el Gobernador Talamantes y el
Profr. Ignacio León Ruiz lo presidió desde su creación hasta el 1O
de Septiembre de 1957, fecha en que falleció en la Ciudad de Chi-
'"' huahua. Al faltar Nacho León, ocupó la presidencia el también finado
Santiago Recalache García, que duró en sus funciones hasta el año
de 1959.
En el primerCongreso Indigenista Tarahumara si bien es cierto
que el H. Consejo nacía con bases sencillas pero prácticas, éstas se
han venido reforzando y normando a través de los cinco Congresos
que le han seguido hasta la fecha, los cuales se han desarrollado en
Guachochi, por dos ocasiones, en Tónachi, en Creel y en Bocoyna.
La celebración de los Congresos de pueblos Tarahumaras cons-
tituyen en sí un gran acontecimiento para la región serrana; en los
Congresos realizados en Creel han asistido no menos de 20,000
indígenas, en que se discuten los problemas de tipo agrario, educa-
tivo, de salubridad, forestales, de justicia, etc. Tal es el reconocimiento
del Gobierno, que asisten representantes del ejecutivo federal y
estatal, así como de las demás dependencias oficiales y organiza-
ciones políticas, obreras y campesinas.
En el V Congreso celebrado en Creel, los pueblos Tarahumaras
acordaron afiliarse a la C.N.C. (Confederación Nacional Campesina),
organización que de inmediato los aceptó.
130
Las promociones del H. Consejo Supremo Tarahumara pueden
.i11tetizarse en la siguiente forma:
1º. Dotaciones ejidales a toda la zona y puede asegurarse que
t•I problema agrario en la alta Sierra está resuelto, a excepción de la
Mesa de Guachochi. Se sigue luchando por liquidarlo en los barran-
cos, o sea, en la baja Tarahumara.
2°. Creación de escuelas rurales en los lugares que así lo ame-
ritan.
3°. Mejoramiento en los internados indígenas.
4°. Creación del Centro Coordinador Indigenista Tarahumara,
dependiente del Instituto Nacional Indigenista.
5°. Caminos de penetración para vehículos para motor en una
extensa región serrana.
6°. Oficinas telefónicas en los lugares más importantes.
7°. Creación del municipio de Guachochi, en cuya jurisdicción
se abarcan a la mayóría de los pueblos indígenas serranos.
8°. Atención médica.
9°. Creación de Procuradurías de Comunidades Indígenas en
Creel, Carichic, Guadalupe y Calvo y Guachochi, para atender las
quejas de los indígenas y promover el mejoramiento de las comu-
nidades en todos los órdenes.
1Oº. Campaña de alfabetización.
Aunque todavía falta mucho por hacer, el Consejo Supremo
Tarahumara sigue en pie de lucha, actualmente cuenta con un regla-
mento que norma sus funciones y es necesario que las nuevas
generaciones de indígenas preparados culturalmente y que aún están
superándose día a día, tomen en cuenta los esfuerzos y pongan de
su parte su entusiasmo y colaboración para el Consejo que actual-
mente lf> integran las siguientes personas que vienen fungiendo desde
Noviembre de 1959, designados por el V Congreso Indígena cele-
brado en Bocoyna, Chih., y que fueron protestados por el entonces
Presidente de la República, Lic. Adolfo López Mateos y que en esta
información se lamenta la desaparición del tesorero, Santiago Reca-
lache García.
131
 H. CONSEJO a la población indígena en todos los órdenes: tierras, educación,
SUPREMO TARAHUMARA
salubridad, justicia, mejoramiento económico, etc.
NOMBRES Los integrantes del H. Consejo Supremo periódicamente hacen
COMISIÓN LUGAR DE ORIGEN
recorridos a las distintas comunidades de la zona para percatarse de
Eleuterio Rodríguez C. los problemas que los afectan, y están en contacto con los gober-
Presidente Panalachi
Ignacio León Pacheco nadores de los pueblos para coadyuvar en el mejoramiento de los
Secretario General Tónachi
Vacante Tesorero mismos.
Albino Figueroa B. Las personas que integran el H. Consejo son o deben ser las de
Asuntos educativos Baquireachi
Clemente Cruz H. As. Tierras mayor prestigio dentro de su grupo, y al ser nombradas por las
Tónachi
Guadalupe Fierro C. Quejas Asambleas o Congresos, deben desempeñar celosamente sus funcio-
Baqueachi
Patricio Járiz R. nes, sin exigir ninguna ayuda económica por los servicios prestados;
Org. y propaganda Norogachi
Antonio Bustillos As. juveniles alUlque cabe hacer la aclaración de que, como toda institución, se
Tónachi
Rosario Corona de J. requieren gastos y para ello se exhorta a los ejidos, sobre todo a los
Acción juvenil Norogachi
Ramón López Batista Salubridad que explotan sus recursos forestales, que en sus planes de inversión
Samachique
Petronilo Cruz A. As. forestales por utilidades aporten lUla cuota especial para el H. Consejo Tara-
Cabórachi
humara, ya que con ello ayudan a los pueblos que son pobres y que
;!!::
carecen de ingresos.
El H. Consejo cuenta con Delegados en los lugares de más El estado estático en que actualmente se encuentra el H. Consejo
importancia, tales como Morelos, Guadalupe y Calvo, Carichic, Tarahumara, obedece principalmente al orden social y económico y
Batopilas, Bocoyna, etc., así como con la coordinación de los al poco interés que a últimas fechas han demostrado los organismos
Gobernadores Indígenas. oficiales, por eso urge lUla reorganización que tienda a recuperar el
prestigio y dinamismo que tuvo en las épocas que lo presidieron
FINALIDADES DEL H. CONSEJO Ignacio León Ruiz y Santiago Recalache García, cuya trascendencia
El Consejo Supremo Tarahumara reconoce que la autoridad llegó hasta el ser reconocido oficialmente por los señores Gober-
máxima en los aslUltos internos de los indígenas son las Asambleas nadores de nuestro estado y los Presidentes de la República como
de Consejo o Congresos, y que es el organismo encargado de velar Lázaro Cárdenas, Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cottines, Adolfo
por el cumplimiento de los acuerdos que en ellos se tomen, siendo, López Matees y allil nuestro actual mandatario el Lic. Gustavo Díaz
por lo tanto, el representante genuino para las distintas promociones Ordaz, quien en su visita a la estación Creel, Chih., como candidato
ante los Gobiernos Federal, Estatal y Municipal, así como la de la Revolución Mexicana se dio cuenta de la importancia de nuestro
coordinación que debe existir con las instituciones indigenistas de núcleo étnico y ofreció todo el apoyo y ayuda para nuestro
la zona que funcionan en los municipios ya citados. mejoramiento, ya que fue nombrado Gobernador General con la
Las personas que integran el H. Consejo Supremo Tarahwnara vara simbólica de mando que se le otorgó.
tienen como obligación escuchar, investigar y tramitar con las depen- El Consejo ve con beneplácito la trayectoria de las juventudes
dencias oficiales que correspondan, todos los problemas que afecten que se están superando culturalmente y que actualmente desempeñan

132 133
 funciones claves en la región, tales como maestros nmtles, Promo
tores de educación y salubridad, dirigentes de Comisariados ejidalcs,
Procuradores de Asuntos Indígenas y Autoridades Municipales, y
que son ejemplo para los jóvenes que de un modo u otro se forman
actualmente en los Internados Indígenas, escuelas primarias, Se-
cundaria, y en la Escuela de Capacitación de Promotores Culturales
que deben redoblar sus esfuerzos para hacer de la Tarahumara una
región que sea orgullo de Chihuahua y de México.
A continuación se mencionan los tarahumaras que en una forma
u otra sirven a su propio grupo, a parte de los que integran el actual
Consejo Supremo Tarahumara.
Silverio García, Patricio García, Patricio Vidal Gómez, Paulino
Martínez, Alejandro Figueroa, Miguel Rascón Cruz, Salvador
Aguirre Amaya, José de la Cruz Torres, Santiago Bustillos y Faustino
Ríos, Presidentes de los Comisariados Ejidales de Cabórachi, Sama-
t!;
·-• ,
chique, Papajichi, Rochéachi, Yoquivo, Huahuachique, Guachochi,
'•
Basíhuare, Sehuérachi, y Tatahuichi, respectivamente.
Los maestros rurales Manuel Callejo, de Choguita; Isauro
Arteaga, de Cabórachi; Mauricio García Masarichi de Cabórachi;
Ignacio Verea Urbina y Samuel Díaz, de Otóvachi; Senobio Meza,
de Guazachique; Benito Castillo, de Bocoyna; todos los promotores
en servicio, dependientes del Instituto Nacional Indigenista; los pro-
motores que están recibiendo su preparación en los cursos del Centro
Coordinador .Indigenista en Guachochi, Chihuahua; los maestros
indígenas que laboran en los internados indígenas: Antonio Bustillos
A. y Clemente Bustillos Aguilar.
«REPABE RARAMURI»
Guachochi, Chih., Junio de 1966.
134
11. REGLAMENTO DEL CONSEJO SUPREMO TARAHUMARA.
1·1 ~ ~.*
En la Sierra madre Occidental, en la parte que ocupan los
111unicipios de Batopilas, Balleza, Guadalupe y Calvo, Morelos,
< '11richí, Urique, Ocampo, Chínipas, Uruachi, Guazapares, Nonoava,
l locoyna y Guerrero, viven alrededor de 70,000 tarahumaras con
p,nmdes problemas de tierras, educativos, sanitarios etc. Los tarahu-
111aras integran el Consejo Supremo Tarahumara, organismo que tiene
1;omo objetivos fundamentales, promover la atención de los proble-
1nas y defender los derechos de la población tarahumara.
CAPÍTULO l. ORGANIZACIÓN
ARTÍCULO 1. Este organismo después de la asamblea general
de gobernadores tarahumaras, es la autoridad máxima del gobierno
indígena tarahumara y tiene como finalidad el intervenir para mejorar
los medios de vida de la población indígena, colaborando con las
instituciones del Gobierno Federal, Local y Estatal creadas para tal
efecto.
Para los efectos del párrafo anterior las autoridades que integran rtt
el Consejo Supremo de la Tarahumara, tienen como obligación
escuchar y tramitar con las dependencias oficiales correspondientes
a todos los problemas que afecten a toda la población indígena en
materia de tierras, Educación, Salubridad, etc.
ARTÍCULO 2. El Consejo Supremo Tarahumara, estará inte-
grado por un Presidente, un Secretario General, un Tesorero, un
Secretario de Jierras y Agricultura, un Secretario de Asuntos Edu-
cativos, un Secretario de Asuntos Sanitarios, un Secretario de
Asuntos Forestales, un Secretario de Organización y Quejas y una
Secretaria de Acción Femenil.
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 26, Exp.
23.
135
 ARTÍCULO 3. Cada u.110 de estos representantes tendrá un
suplente que los sustituirá en caso de ausencia del propietario.
ARTÍCULO 4. Para ser Presidente, Secretario General, Tesorero
y Secretario Suplente y Propietario Suplente del Consejo Supremo
Tarahurnara, se requieren los siguientes requisitos:
a) Ser indígena Tarahurnara.
b) Ser de buena conducta.
e) Haberse distinguido en los intereses del grupo tarahumara.
d) No desempeñar ningún cargo oficial que le impida atender
los asuntos del Consejo debidamente.
ARTÍCULO 5. En caso de desempeñar un empleo oficial, se
gestionará un permiso económico por el tiempo que dure su comisión.
Terminado el período de funciones volverá a su trabajo.
ARTÍCULO 6. Para ocupar cualquier Secretaría del Consejo
Supremo Tarahurnara, para Propietario Suplente se necesita reunir
!1:':!
los siguientes requisitos:
a) Ser Tarahumara.
b) Ser mayor de 20 años.
c) Haberse distinguido en la defensa de los intereses del grupo
tarahurnara.
d) Ser de buena conducta.
ARTÍCULO 7. Los miembros del Consejo Supremo Tarahurnara
deberán ser electos en asamblea que efectuarán los Gobernadores y
Autoridades Ejidales Tarahurnaras en todas las localidades de los
municipios mencionados al principio.
ARTÍCULO 8. Para que la elección del Consejo tenga validez
se necesita la presencia de más del 50% del total de localidades
tarahurnaras.
ARTÍCULO 9. Para las reuniones de los Gobernadores indí-
genas, el Consejo convocará a la Asamblea con un mínimo de 30
días de anticipación a la fecha que se celebrará la asamblea, de
acuerdo con las siguientes:
136
BASES
a) Los Pueblos, Comunidades y Ejidos Tarahurnaras tienen
derecho y podrán asistir a las sesiones del Congreso con la repre-
sentación que designen de acuerdo con lo que establece la
Convocatoria.
b) Cada uno de los Pueblos o Comunidades se harán repre-
sentar por su Gobernador y demás Autoridades Indígenas que
aquellas determinen.
c) Los Ejidos estarán representados a través de las autoridades
Ejidales de origen tarahurnara.
d) Las votaciones en el seno del Congreso serán nominales y
económicas. En las votaciones Nominales cada pueblo o Comu-
nidad cuenta un solo voto. En los pueblos en que existe Ejido su
voto queda comprendido dentro del Primero.
e) Los trabajos relativos a la organización y desarrollo del
Congreso tarahurnara se realizarán con la intervención del Delegado
General de la C.N.C. ante este organismo.
f) Las ponencias y demás materiales que se presenten a con-
sideración del Congreso deberán sujetarse a un ternario previamente
elaborado.
CAPÍTULO 11. DE LAS OBLIGACIONES
DE LOS DIRECTIVOS DEL CONSEJO
ARTÍCULO 1O. El Presidente es la autoridad máxima del Con-
sejo Supremo Tarahurnara. Tiene corno Obligaciones:
a) Atender los problemas y las quejas de las comunidades que se
le presenten.
b) Dar trámite a todos los asuntos de que se tengan conocimiento
y tengan parte los tarahumaras.
c) Reunir periódicamente a los integrantes del Consejo para
plantear y discutir los problemas de la población que hayan sido
presentados al Consejo.
d) Visitar periódicamente a los pueblos, Comunidades, y Ejidos
137
 que estén representando al Consejo para conocer sus problemas.
e) Supervisar los movimientos de fondos de la Tesorería del
propio Consejo.
f) Intervenir ante las Autoridades Oficiales Indigenistas para la
atención de todos los problemas que se presenten.
g) El Presidente del Consejo Supremo Tarahumara está facultado
para asistir en representación de dicho organismo a cualquier
aeta al que sea invitado o bien en el que deba intervenir para
tratarse asuntos que conciernan al grupo tarahumara.
h) Rendir un informe anual de los trabajos realizados.
ARTÍCULO 11. Son obligaciones del Secretario del Consejo:
a) Recibir y despachar toda la correspondencia de esta misma
organización.
b) Encargarse de la redacción de todas las quejas que se levanten
con motivo de las reuniones ordinarias o extraordinarias qüe
1
celebren los integrantes de este organismo.
c) Llevar cuidadosamente el archivo correspondiente al mismo
Consejo.
d) Desempeñar las comisiones que le confiera el Presidente del
Consejo.
ARTÍCULO 12. Son obligaciones del Tesorero:
a) Manejar de acuerdo con el Presidente del Consejo los fondos
de este mismo organismo.
b) Llevar una contabilidad de los gastos por concepto de ingresos
y egresos.
c) Rendir un informe mensual del movimiento de fondos de este
organismo. Este movimiento de fondos será puesto en consi-
deración de los integrantes del Consejo para su estudio y
aprobación si así se estima conveniente.
d) Desempeñar todas las comisiones que se le confieran por parte
del Presidente del Consejo.
ARTÍCULO 13. Son obligaciones del Secretario de Acción
Agraria:
138
a) Atender todos los asuntos referentes a este aspecto y en el
cual el Consejo intervenga para su estudio y solución.
b) Poner a consideración del Presidente del Consejo todos los
asuntos que atienda y tramitarlos con el debido acuerdo del
Presidente del propio Consejo.
c) De acuerdo con el Presidente del Consejo ayudar al trámite
de todos los asuntos que atienda y tramitar los referentes a
dotación y ampliación de Ejidos, despojo de tierras, invasión de
tierras, instauración de expedientes.
d) Gestionar todos los asuntos de su ramo, en el cual tengan
parte los Tarahumaras.
ARTÍCULO 14. Son obligaciones del Secretario de Asuntos
Educativos:
a) Recabar toda la información referente a localidades que soli-
citan maestros de Escuela.
b) Recabar toda la información posible para ver si en efecto se
hace necesario maestro de escuela en los lugares que lo soliciten.
c) Es obligación de este Secretario coordinar sus trabajos con el ¡11 11
Presidente del Consejo al igual que con las autoridades educativas
que operan en la zona.
d) Es obligación de este Secretario informar mensualmente del
resultado de sus gestiones.
ARTÍCULO 15. Es obligación del Secretario de Asuntos
¡
Sanitarios:
r
a) Informar inmediatamente de los casos de epidemia que sur-
gieren en cualquier parte de la Sierra. Este informe deberá
proporcionarse de inmediato de acuerdo con el Presidente del
Consejo, y de las Autoridades oficiales correspondientes.
b) Colaborar con todas las autoridades oficiales para el trabajo
de medicinas asistenciales y medicinas preventivas.
c) Desempeñar todas las comisiones que le confiera el Presidente
del Consejo.
ARTÍCULO 16. Son Obligaciones del Secretario de Asuntos
Forestales:
139
 a) Velar por la explotación racional de los bosques de los Ejidos,
Comunidades y Pueblos Tarahumaras.
b) Intervenir en la formulación de los contratos en la explotación
Forestal que se realizan en la Zona.
c) Intervenir en la formulación de los planes de Inversión con
las utilidades forestales.
d) Colaborar con las Dependencias oficiales correspondientes
para prevenir incendios y todo lo relativo a la conservación de
los bosques.
e) Desempeñar todas las comisiones que le confiera el Presidente
del Consejo.
ARTÍCULO 17. Son obligaciones del Secretario de Organi-
zación y Justicia:
a) Recibir todas las quejas con relación a toda clase de delitos.
b) Tramitar estas quejas, de acuerdo con el Presidente del Con-
,,::·I!
... sejo, a las autoridades civiles correspondientes.
,·•'
c) Gestionar de las autoridades el asesoramiento ·jurídico ante
las autoridades Civiles y Penales en asuntos en los que los
indígenas tengan parte.
d) Despachar todas las comisiones que le confiera el Presidente
del Consejo.
ARTÍCULO 18. Son obligaciones de la Secretaria de Acción
Femenil:
a) Atender todos los asuntos referentes a la mujer tarahumara.
b) Promover todas aquellas actividades que tiendan a mejorar la
situación de la mujer en particular y el hogar en general.
c) Desempeñar todas las comisiones que le confiera el Presidente
del Consejo.
d) En caso de ausencia del Presidente del Consejo o de cualquiera
de los Secretarios serán remplazados mientras dure la ausencia
del propietario por el suplente respectivo del Presidente o de
cualquiera de los Secretarios.
140
CAPÍTULO III. DE LA REELECCIÓN Y DURACIÓN
DE LOS INTEGRANTES DEL CONSEJO
ARTÍCULO 19. Tanto el Presidente como los Secretarios pue-
den ser reelectos total o parcialmente si así lo aprueba la Asamblea.
ARTÍCULO 20. La duración del Comité Ejecutivo del Consejo
Supremo Tarahumara será de tres años.
CAPÍTULO IV. DE LAS DELEGACIONES
ARTÍCULO 21. El Consejo tendrá delegaciones en todas aque-
llas zonas de la Sierra que por su lejanía o aislamiento se le
imposibilita viajar hasta las oficinas centrales de Consejo para el
arreglo de los diferentes asuntos.
ARTÍCULO 22. Las delegaciones del Consejo serán nombradas
por asambleas regionales que organizará el Consejo de acuerdo con
los Gobernadores Indígenas de la zona respectiva.
ARTÍCULO 23. Este Delegado deberá ser auxiliado en sus
funciones por un Secretario. El delegado representará al Consejo
Supremo Tarahumara en su zona de influencia. Esta Delegación
tendrá como funciones recabar todas las informaciones posibles sobre
los problemas de la población de su Zona de influencia.
ARTÍCULO 24. Acordar una vez cada dos meses con el
Presidente del Consejo para dar trámite a los diferentes asuntos de
la región.
ARTÍCULO 25. Los Secretarios que auxilien a cada Delegado
tendrán como funciones:
a) Tramitar todos los asuntos que presenten en la Delegación.
b) Llevar un archivo de la Delegación a su cuidado.
c) Levantar las actas de las diferentes reuniones que hubiera en
las comunidades indígenas.
ARTÍCULO 26. Es obligación del Delegado asistir a las reu-
niones que celebren las comunidades, los Ejidos y los Pueblos
Tarahumaras en que traten problemas encaminados a mejorar las
condiciones de dichos núcleos.
141
 CAPÍTULO V. DE LA SEDE DEL CONSEJO '"
ARTÍCULO 27. El Comité directivo del Consejo Supremo Tara-
humara tendrá como sede la población de Guachochi, por estar en
esta población las oficinas de las Dependencias oficiales que se
encargan del estudio y resolución de los problemas de la Sierra.
ARTÍCULO 28. Cualquier cambio que pudiera haber de la sede
de este organismo será acordado en Asamblea General de Goberna-
dores Indígenas.
ARTÍCULO 29. Los Ejidos, Comunidades y Pueblos Tarahu-
maras se declaran filiales a la Confederación Nacional Campesina. V EXPLOTACIÓN
FORESTAL
TRANSITORIOS
ARTÍCULO 1º.Este reglamento del Consejo Supremo Tarahu-
mara entrará en vigor al aprobarse por la Asamblea de Gobernadores.
ARTÍCULO 2°. Este reglamento podrá reformarse, ampliarse
o modificarse en cualquiera de sus partes siempre y cuando así lo
aprueben por la Asamblea los Delegados que asistan en alguno de
los futuros congresos.

ES COPIA FIEL, SACADA DE SU ORIGINAL A LOS QUINCE DÍAS

DEL MES DE AGOSTO DE MIL NOVECIENTOS SETENTA EN LA
CIUDAD DE CHIHUAHUA, CHIH

142
D e todas las actividades implicadas en la acción indigenista que
se desarrolló en la Sierra Tarahumara desde el final de los años
cuarenta, ninguna tuvo mayor incidencia en la economía de los
pueblos de la alta Sierra como la organización de los ejidos en
torno a la actividad forestal. ·"··
En efecto, las autoridades de Instituto Nacional Indigenista
vislumbraron en la explotación de la riqueza maderera de los ejidos
tarahumaras y tepehuanes la alternativa más viable no sólo para
superar su situación de pobreza sino incluso para crear condi-
ciones objetivas de un desarrollo integral y sostenido. Así, las
ganancias derivadas de la venta de los productos madereros al
tiempo que permitirían articular la economía de las comunidades
indígenas con la del resto del país, lograrían también financiar
los costos del desarrollo rural en ámbitos tales como la construc-
ción de equipamientos educativos, sanitarios, caminos, comu-
nicaciones, etc.
Concebida pues como estratégica, la actividad forestal recibió
un trato especial dentro de las prioridades de la acción indigenista.
Eso explica el Acuerdo del Gobierno federal, de julio de 1957, que
delegó en favor del INI la organización y supervisión económica
de los ejidos forestales, así como un convenio de 1967 entre el
INI y el Departamento de Asuntos Agrarios con el mismo
objetivo. Dada su trascendencia, decidimos incluir estos dos docu-
mentos en este capítulo.
La injerencia del INI en los asuntos forestales tuvo dos
importantes consecuencias. Por una parte otorgó al Instituto un
enorme poder para interferir en la administración, gestión y toma
de decisiones de los ejidos madereros indígenas, lo que provocó
sin duda un claro paternalismo. Por otro lado, sirvió para reducir
la autonomía e influencia de las compañías madereras que, hasta
145
 la llegada del INI, explotaban las riquezas forestales sin establecer
contratos con los ejidos o, en el mejor de los casos, limitándose a
pagar a éstos, exiguos «derechos de monte».
Sin embargo, aunque los funcionarios indigenistas llegaron
a pensar en la autogestión indígena de los aserraderos forestales,
en la práctica, la mayoría de los ejidos debieron contratar con
compañías madereras alguno o varios de los procesos implicados
en la explotación maderera, en especial, las fases ligadas a la co-
mercialización y ventas.
Con el tiempo, el viejo sueño de los indigenistas de financiar
el desarrollo a partir de la explotación forestal se convirtió en un
fracaso: la codicia de los mestizos y de las empresas madereras
por el control de los aserraderos hizo que los indígenas quedaran
" subordinados a intereses ajenos; la deforestación propició la
erosión creciente y el empobrecimiento de los suelos, así como la
desaparición de la flora y fauna ligadas a los ecosistemas del
bosque; la monetarización de la economía de las comunidades
derivada de los ingresos madereros suscitó la violencia y el alco-
holismo. En suma, pues, lo que fue concebido como el motor del
desarrollo se convirtió en su principal obstáculo.
El tercero de los textos incluidos en esta capítulo es un infor-
me elaborado por el Departamento de Promoción Económica del
INI en el que se muestran los alcances y las dificultades que la
política forestal indigenista estaba encontrando en los ejidos de
la Tarahumara hacia 1959. La lectura del documento permitirá
entender y evaluar los supuestos de la estrategia forestal sobre
los que el INI pretendió sustentar el desarrollo de las comunidades
indígenas serranas.
146
IZ. ACUERDO QUE DELEGA EN FAVOR DEL INSTITUTO
NACIONAL INDIGENISTA LA ORGANIZACION GENERAL Y
PARTICULAR DE LOS EJ ID OS, NUEVOS CENTRO S DE
POBLACIÓN AGRÍCOLA Y DE LOS NÚCLEOS QUE DE
1IECHO O POR DERECHO GUARDEN ESTADO COMUNAL Y
QUE SE ENCUENTREN LOCALIZADOS EN LA ZONA
TARAHUMARA. 25 DE JULIO DE 1957.*
ADOLFO RUIZ CORTINES, Presidente Constitucional de los
Estados Unidos Mexicanos, en ejercicio de las facultades que me
confieren los artículos 89, Fraccion I° de la Constitución General
de la República y 361 y 362 del Código Agrario; y
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Que existen comunidades indígenas dueñas de
bosques, que carecen de tierras de labor o las tienen de tal calidad o
extensión que sus rendimientos son nulos o tan pequeños que real-
mente sólo cuentan para subsistir, con los recursos derivados de los
aprovechamientos forestales ;
SEGUNDO. Que el Instituto Nacional Indigenista ha iniciado
la organización de algunas comunidades, a fin de llevar a cabo la
explotación de sus recursos forestales para beneficio de las mismas,
prescindiendo de contratistas intermediarios, y que puede continuar
esa labor en la Zona Tarahumara, asumiendo legalmente la orienta-
ción, tutela y protección de los intereses de dichas comunidades;
TERCERO. Que, conforme a lo dispuesto por el artículo 199
del Código Agrario, la organización general y particular de los ejidos,
de los nuevos centros de población agrícola y de los núcleos que de
hecho o por derecho guarden el estado comunal, es una función que
puede delegarse en otras organizaciones legalmente capacitadas para
realizarla, como el Instituto Nacional Indigenista;
CUARTO. Que, según dicho artículo, en el acuerdo que con tal
*Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 25 de julio de 1957. Archivo
del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 38, Exp. 18.
147
 Cl~~to se dictó, deberán delimitarse las Zonas cuya orgahización se
elltomiende, reservándose la Secretaría de Agricultura y Ganadería
e¡ ~recho de vigilar los trabajos;
. QUINTO. Que el artículo 213 del Código Agrario se refiere al
eJt4i agrícola y por ello destina al fondo común los ingresos deri-
V~dos del aprovechamiento de los montes, suponiendo que la fa-
mi1~ de cada ejidatario o comunero disfruta de una parcela agrícola
de 11 que obtendrá lo necesario para su sostenimiento; y
0 SEXTO. Que en el caso de los ejidos y comunidades forestales,
Los emolumentos del personal mencionado serán cubiertos por
el propio Instituto Nacional Indigenista. La Dirección Técnica nor-
mará sus actividades conforme al reglamento interior que deberá
presentarse a la Secretaría de Agricultura y Ganadería para su apro-
bación.
ARTÍCULO TERCERO. Sin perjuicio de lo que se dispone en
el artículo que precede, en los trabajos de explotación forestal deberá
participar el mayor número posible de los miembros de las comu-

~ tno no hay propiamente tierras de labor con rendimiento que garan-

nidades, a quienes se procurará capacitar gradualmente con vistas a
tic~Il el sustento de cada familia, resulta injustificado y hasta inhu-
que en el futuro todos los trabajos de campo, industriales y aún de
oficina, sean realizados por los propios comuneros o sus hijos.
matio que los miembros de la comunidad no reciban una participación
del i'lh~ tr. . d . . . ARTÍCULO CUARTO. De acuerdo con los planes de inversión,
""uco pa imoruo que pue e servir para su sostemmiento, que previamente deberán ser aprobados por la Secretaría de Agri-
tre tenido a bien dictar el siguiente:
cultura y Ganadería, las utilidades se distribuirán de conformidad
con las necesidades de los núcleos de población y siempre que se
ACUERDO
obtenga la conformidad de las asambleas generales. Igualmente
ARTÍCULO PRIMERO. Se delega en favor del Instituto Nacio- podrán dividirse las utilidades entre los jefes de familia y no se mane-
nal Indigenista la organización general y particular de los ejidos, jarán como el fondo común de los ejidos agrícolas, sino teniendo en
nuevos centros de población agrícola y de los núcleos que de hecho cuenta el mayor provecho de las familias en particular y de las
~ POt derecho guarden estado comunal y que se encuentren loca- comunidades en general.
lizado~
111 en la Zona Tarahumara en la porción que de ésta comprenden
ARTÍCULO QUINTO. El Instituto deberá rendir, por lo menos
los. Ü\icipios de Guadalupe y Calvo, Morelos, Batopilas, Balleza y cada tres meses, informes sobre la marcha y los resultados de las
Unq11e, ei; la parte que queda al este de la Barranca del Cobre. explotaciones y, en general, sobre los trabajos que realice, tanto a
hi <\ltrrcULo
' SEGUNDO. El Instituto Nacional Indigenista orga- las comunidades y a los individuos interesados como a la Secretaría
~~a za¡q,
exp¡0t · , d ordenamientos de la Ley Forestal
dentro de los ,
y su reglameto,
.r. •
de Agricultura y Ganadería.
ac10n e los recursos forestales de los nucleos de re1erenc1a,
~fin de que se realice directamente y para beneficio de ellos mismos,
;one~clusión de intermediarios. Para el efecto, la Dirección Fores-
el y d~,..,1...aza nom brara· e1persona1, · · d '
Dado en la residencia del Poder Ejecutivo de la Unión, en México,
Distrito Federal, a los diez días del mes de julio de mil novecientos
tecruco necesario que proce era cincuenta y siete.- Adolfo Ruiz Cortines. - Rúbrica. - El Secretario de
dª·1ª for,.,,ul ·' d 1 d. d ' · · 1 · · · ·'
·u1 ac1on e os estu 10s asonom1cos prev10s a a 1Illc1ac10n Agricultura y Ganadería, Gilberto Flores Muñoz. - Rúbrica. - El Jefe
b.
e losqp h · L ·, d
rovec amientos. a exp1otac10n e estos recursos que ara
d '
del Departamento Agrario, Cástula Villaseñor. - Rúbrica.
n~JO
~Ireccióhla.Dirección
F Técnica y Vigilancia
. del personal que designe la
'l orestal con este ob3eto.
14.s

149
 13. ACUERDO DE COORDINACIÓN ENTRE EL INS'TITUTO
NACIONAL INDIGENISTA REPRESENTADO POR EL DIRECTOR
GENERAL, DR. ALFONSO CASO Y EL DEPARTAMENTO DE
ASUNTOS AGRARIOS Y COLONIZACIÓN REPRESENTADO POR
EL SECRETARIO GENERAL, ING. LUIS G. ALCERRECA, PARA
QUE LA PRIMERA INSTITUCIÓN REALICE LA PLANEACIÓN Y
ORGANIZACIÓN DE LOS APROVECHAMIENTOS FORESTALES
EN LAS ZONAS DE INFLUENCIA DE LOS CENTROS COOR-
DINADORES DEL PROPIO INSTITUTO. MEXICO D.F., 14 DE
MARZO DE 1967. *
1. La Organización de los aprovechamientos forestales se llevará
a cabo en tres formas:
a) Explotación ejidal directa con capital propio de los ejidos,
,,1' mediante la organización de Empresas Ejidales, que llevarán a cabo
la administración y venta de los productos, bajo el asesoramiento
del Instituto Nacional Indigenista.
b) Explotación ejidal directa, mediante contratos de maquila
para la transformación de los recursos forestales y contratos de venta
o por comisión, para la venta de productos ya elaborados.
c) Explotación mediante la organización de Asociaciones en
participación entre los ejidos y empresas madereras, tanto para la
producción como para la venta de los productos.
2. El Instituto y el Departamento de Asuntos Agrarios a través
de la Dirección de Fomento Agrícola Ejidal y Comunal, estudiarán
las normas generales de contratación y una vez establecidas, el
primero promoverá la concertación de contratos, sobre la base de
concursos, a efecto de conseguir las mejores condiciones para los
ejidos o comunidades indígenas.
3. El Instituto Nacional Indigenista coordinará con el Departa-
mento de Asuntos Agrarios los trabajos relacionados con los aprove-
chamientos forestales y todos los asuntos relacionados con aplicación
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 72, Exp. l.
150
di.; londos y discusión de contratos, para el conocimiento, estudio y
1'1.;solución de los problemas que surjan con motivo de las explo-
laciones forestales ejidales o comunales.
4. Una vez aprobados los términos de los contratos en las asam-
bleas generales de ejidatarios, con la participación del Instituto Nacio-
nal Indigenista y la Dirección de Fomento Agrícola Ejidal y Comtmal,
se turnarán al Jefe del Departamento de Asur:tos Agrarios para su
autorización.
5. En las tres formas de explotación de los aprovechamientos
forestales anteriormente señalados, se fijará una cantidad por unidad
de productos elaborados que ingresará como fondo comunal de cada
ejido o comunidad, al Banco Nacional de Crédito Ejidal. Esta can-
tidad corresponderá al 50% de las percepciones que se obtengan.
6. El otro 50% se destinará, previo acuerdo de asamblea ge-
neral de ejidatarios y autorización del Instituto Nacional Indigenista,
el Departamento de Asuntos Agrarios y del Fondo Nacional de Fo-
mento Ejidal, para los siguientes renglones:
a) Distribución en efectivo de cantidades que beneficien en
forma particular a las familias de los ejidatarios.
b) Distribución de artículos de consumo indispensable, tales
como: maíz, frijol, medicinas, etc.
c) Aplicaciones canalizadas hacia los aprovechamientos fores-
tales cuya urgencia no permita espera hasta la formulación del plan
de inversiones. Ejemplo de estas erogaciones son: gastos de los comi-
sarios ejidales o de las empresas ejidales, en trámites relacionados
con los aprovechamientos; pago de los representantes de los ejidos
dedicados al control del movimiento de productos, etc.
7. En las tres formas de explotación, la percepción a que se
refiere el punto 6, no se manejará como el fondo común, las aplica-
ciones se harán cada seis meses y los fondos se destinarán a beneficiar
en forma directa a los ejidatarios y familiares, así como a atender las
necesidades urgentes de los ejidos, a efecto de que las cantidades
depositadas con el carácter de fondo comunal en el Banco Nacional
151
 de Crédito Ejidal, se manejen de acuerdo con las disposiciones del
reglamento del Comité Técnico y de Inversión de Fondos.
8. Con la participación del personal que designe la Dirección
de Fomento Agrícola Ejidal y Comunal, en el curso del mes de enero
de cada año, el INSTITUTO formulará liquidación de cada uno de los
aprovechamientos forestales correspondientes al ejercicio del año
anterior, indicando el monto de la producción obtenida, ingresos
percibidos por cada ejido y aplicación de los mismos, tanto aquellos
que quedan bajo el control del Fondo Nacional de Fomento Ejidal,
como los que se distribuyan cada seis meses, así como los saldos
que cada ejido tenga pendientes de aplicar.
México, D. F, a 14 de marzo de 1967.
'.•
Por el Instituto Nacional Por el Departamento de Asuntos
Indigenista Agrarios y Colonización
El Director General El Secretario General
Dr. Alfonso Caso Ing. Luis G. Alcérreca
152
14. INFORME DEL DEPARTAMENTO DE PROMOCIÓN
11~CONÓMICA DEL INI, RELATIVO AL SISTEMA DE EX-
PLOTACIÓN FORESTAL EN LOS EJIDOS DE LA SIERRA
'l'ARAHUMARA. MÉXICO D.F., 1 DE AGOSTO DE 1959. *
Sr. Lic. Alfonso Caso
Director del Instituto Nacional Indigenista
Presente.
Me permito dar a conocer a usted, el resultado de mi reciente
visita a la Sierra Tarahumara, a donde acudí en compañía del Prof.
Romano, Director del Centro de aquella zona, el Prof. Maurilio
Muñoz Sub-director del Centro, el Prof. y Dip. Francisco Javier
Álvarez encargado de los asuntos forestales, así como de Santiago
Recalache, Jesús Martínez y Ramón López, todos ellos miembros
del Consejo Supremo de la Tarahumara; los dos primeros fueron al
poblado de Cabórachi y Ramón López además de estar en Sama-
chique, nos acompañó a Basíhuare y Choguita.
NOROGACHI
En Norogachi se realizaron dos asambleas habiéndose aprobado
el Plan de Inversiones del primer ejercicio de explotación forestal,
en la segunda de ellas. La cantidad que importa dicho plan asciende
a $240,000,00, producto de la venta de 3 millares de pies de madera
aserrada, de los que participa el ejido con $80.00 por millar de pies.
El programa para la aplicación de fondos en este ejido, no es de
lo más satisfactorio; los ejidatarios, principalmente los mestizos se
empeñaron en utilizar $130,000, 00 para distribuirlo en efectivo reser-
vando $49,771.23 para la compra de alambre de púas, $50,638.22
para la adquisición de maíz, $8,623.65 como aportación para la cons-
trucción de un camino entre Norogachi y la Ciénega, y $966.90
para la obtención de madera destinada a reparaciones de una escuela.
Examinando los renglones de aplicación de fondos, salta a la
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahmnara. Leg. 38, Exp.
15.
153
vista que a los ejidatarios de Norogachi no les interes<i utilizar sus
dineros en obras de beneficio colectivo; en cambio, insistieron
reiteradamente por que los $240,000,00 que tenían como alcance,
se les distribuyeran en efectivo, fue necesario advertirles que la Di-
rección de Promoción Agrícola y Ejidal, dependencia que tiene a su
cargo la aprobación de los planes de inversión, no aceptaría esa
propuesta, hasta entonces fue posible hacer variar la proposición
inicial para poder destinar algunas cantidades a la adquisición de
alambre y maíz.
El acta de asamblea en la que se aprobó el plan de inversiones
ha sido enviada por conducto de usted, a la Dirección de Promoción
Agrícola y Ejidal, oficina del Departamento Agrario, para recabar
su autorización. Tan pronto como dicha dependencia apruebe la apli-
cación de fondos, se procederá en consecuencia.
El Ejido de Norogachi es el que más problemas ha ocasionado
con motivo de su explotación forestal. Esto se debe al crecido número
de mestizos que forman el Ejido; a la intromisión de los elementos
que forman la misión jesuita de Norogachi y al derrocamiento del
gobernador indígena que ha sido sustituido por un mestizo que está
al servicio, sin duda, de intereses ajenos a los Tarahumaras.
Desde que se inició la explotación forestal en Norogachi han
aflorado algunos problemas que nunca han sido resueltos satis-
factoriamente, los cuales han hecho crisis en los últimos tiempos, al
grado de que se ha dejado sentir en el ejido un verdadero malestar
que ha hecho su aparición con el pretexto de la falta de informes
sobre el estado económico de la explotación. Esta situación ha amai-
nado, pero no ha desaparecido. El ejido de Norogachi requiere una
atención constante en todos los aspectos, principalmente en lo que
se refiere al trabajo forestal para orientar a los ejidatarios de prefe-
rencia a los indígenas hacia una función correcta y neutralizar la
acción de los elementos perniciosos que pretenden afianzar posi-
ciones, quizá para enderezar un ataque frontal contra el Instituto
Nacional Indigenista.
Recientemente ha pasado por la zona de Norogachi una brigada
de ingenieros forestales encabezada por el Ing. Martín López
154
Astudillo. A pesar de que dicha brigada en lo general se expresa
bien de la forma como se está explotando el bosque de Norogachi,
al llegar a Chihuahua dichos ingenieros levantaron un acta de
suspensión provisional de corte de arbolado de pino, indicando que
esta medida se toma por los factores negativos que figuran en la
explotación así como por el control parcial de los desperdicios, la
elaboración de productos con maquinaria rudimentaria a base de
sierras circulares, y la incineración de parte de los desperdicios del
aserradero, susceptibles de un mejor aprovechamiento.
EJIDO DE CABÓRACHI
El 4 de julio del presente año se reunieron los ejidatarios de
Cabórachi, quienes conocieron el estado de Pérdidas y Ganancias
de su explotación forestal; hicieron algunas preguntas sobre el manejo
del aserradero y a continuación se dispusieron a discutir la aplicación
de la cantidad de $136,666.66 producto de las utilidades obtenidas
en el primer ejercicio de la explotación forestal habiéndose puesto
de acuerdo en hacer el siguiente reparto:
Distribución en efectivo entre todos los ejidatarios
para la adquisición de ropa, maíz y otros artículos
de consumo necesario .......................................... $ 72,216.66
Construcción de una aula y terminación de un
local escolar (mano de obra exclusivamente)....... 5,000.00
Suministro de comidas a los niños de las escuelas
(de septiembre a diciembre).................. .. .. .............. 4,000.00
Dotación de material escolar.................. ..... ............ 3,000.00
Construcción de un puesto médico......................... 5,000.00
Instrumental médico ... ............................... ............. 1,000.00
Medicinas.................................................... ............ 2,500.00
Adquisición de semilla mejorada de maíz.. ........... 5,250.00
Compra de árboles frutales ..................................... 10,200.00
Cuatro toneladas de fertilizantes...... ...................... 6,400.00
Ciento setenta rollos de alambre de púas
y grapas .................................................................... 22,100.00
Total: $ 136,666.66
155
 Este es un buen plan de inversiones que podrá mejorarse en el
balance próximo que se cerrará el 30 de octubre de este mismo año.
En la misma asamblea los ejidatarios de Cabórachi discutieron
un contrato de compra-venta de madera aserrada, aprobando dicha
venta por un total de 1,550,000 pies correspondiendo a un millón de
maderas de una pulgada, doscientos cincuenta mil de madera de
dos pulgadas de gruesa y trescientos mil pies de maderas cortas,
con precio de $725.00, $600.00 y $500.00 respectivamente el millar
de pies. Los ejidatarios decidieron que el presidente del comisariado
ejidal suscribiera el contrato de compra-venta con la empresa made-
rera Sierra Hermosa, S.R.L.
La brigada de forestales que visitó la Tarahumara hizo su apari-
ción también en los bosques de Cabórachi, levantó el acta respectiva
y la observación que sobre la explotación forestal presentó, indica
que debe hacerse con más acuciosidad la limpia del monte no
habiendo determinado suspensión de corte.
EJIDO DE SAMACHIQUE
El 14 de julio de 1959 se reunió la casi totalidad de ejidatarios
de Samachique para recibir informe sobre el estado de cuentas de su
explotación forestal, para decidir el destino que habrán de dar a la
cantidad de $82,098.43 producto de las utilidades obtenidas en el
primer ejercicio de trabajo y para discutir un convenio de compra-
venta de madera aserrada que les envió para su conocimiento la em-
presa maderera Sierra Hermosa, S.R.L.
La asamblea se desarrolló sin incidentes y en medio del mayor
orden e interés aprobaron el estado de Pérdidas y Ganancias que
arrojó una utilidad de $ 82,092.43, que aprobaron aplicarla en la
siguiente forma:
Construcción de una aula y salón de actos......... $ 15,000.00
Material escolar y gastos generales para la escuela 2, 150.00
Reparaciones a la escuela (techo de lámina,
vidrios, etc.) ..................................................... . 3,991.54
Construcción de la casa del maestro ............... . 6,135.10
Instalación eléctrica ........................................ . 3,845.04
156
Introducción de agua potable ............................ 3,571.47
Ropa para ejidatarios 15,890.80
Comidas para niños de la escuela....................... 9,491.30
Fondo para gastos del ejido ................................ 8,000.00
Lavadora eléctrica y equipo para aseo .............. .. 3,369.00
Terminación tienda ejidal... ............................. .. 1,154.18
Adquisición de medicinas .................................. 5,000.00
4,500.00
Insecticidas
Total: ................................................................... . $ 82,098.43
En cuanto al convenio de compra-venta de madera, Samachique
convino en vender, a la Empresa Maderera «Sierra Hermosa»,
1,000,000 (un millón) de pies tabla de madera de pino de una pulgada
de grueso; 250,000 pies de madera de 2 pulgadas y 300,000 pies de
maderas cortas, con precios de $725,00, $600,00 y $500,00 respec-
tivamente.
Samachique es uno de los ejidos que se está distinguiendo por
su buena aplicación de Fondos. Además de la distribución en efectivo
que se hizo en años anteriores, el Ejido tiene disponibles algunas
cantidades que en forma responsable está utilizando, de acuerdo
con planes de inversión anteriores y con la dirección de las auto-
ridades del Centro Coordinador de la Tarahumara, en obras de
beneficio colectivo: tiene una magnífica troje bien abastecida de
maíz y frijol; acaba de construir su tienda y dispone del dinero
suficiente para habilitarla de mercancías; los borregos de raza fina
que adquirió en la Zarca, Durango, han sido distribuidos a razón de
dos animales por ejidatario y conservan un pequeño rebaño en el
poblado de Samachique, cuyos productos ingresarán al fondo común
que tienen establecido en el propio ejido; cuentan con una magnífica
escuela techada con láminas de zinc que comprende dos aulas, y
van a construir una aula más y un espacioso salón de actos para reu-
niones y ceremonias; hicieron unos baños de regadera para los niños
de la escuela y en ellos establecieron un anexo con servicio de
lavadora y plancha eléctricas para el aseo de la ropa de los escolares;
adquirieron un camión para servicio de la comunidad; disponen de
157
$50,000.00 para el establecimiento de un taller de carpintería en
donde elaborarán muebles para los hogares, mesabancos para las
escuelas así como puertas y ventanas.
Estas y otras aplicaciones que están por llevarse a cabo, han
colocado al Ejido en el núcleo modelo que está señalando una ruta
de progreso a los poblados próximos.
Los trabajos que está realizando esta comunidad requieren ya
una atención más directa y permanente de nuestro Centro Coordi-
nador de la Tarahumara, por lo que propongo que sea designado un
residente, capaz de orientar a las autoridades Ejidales de Samachique
a efecto de que su presencia en ese lugar constituya una verdadera
ayuda en las actividades tan importantes que se están llevando a
cabo.
El presidente del Comisariado Ejidal Sr. Ramón López, es un
joven con muchas cualidades y dotado de buen criterio, que tiene
autoridad en su ejido, pero hay algunos problemas que representan
para él dificultades serias, entre ellas podemos citar, la imposibilidad
para llevar las cuentas por separado a cada una de las promociones
que tiene bajo su cargo: tienda, movimiento de la troje, el fondo re-
faccionario destinado a préstamos a los indígenas, el movimiento
de fondos de ingresos y egresos ocasionados por el camión, etc., etc.
Además del residente, sugiero que el propio Sr. Ramón López
miembro del Consejo Supremo de la Raza Tarahumara, reciba una
compensación de $300,00 pagados por el Instituto Nacional Indi-
genista, para que auxilie en sus trabajos al empleado que el I.N.I.
destaque en Samachique. Hasta ahora el Sr. López ha trabajado sin
descanso y sin honorarios.
La brigada forestal que visitó Samachique no hizo observa-
ciones de consideración sobre la explotación forestal que se lleva a
cabo en los bosques de este Ejido, razón por la cual, el mismo sigue
trabajando como lo venía haciendo anteriormente.
EJIDO DE CHOGUITA
El día 19 de julio de 1959 se reunieron los ejidatarios de
Choguita, habiendo aprovechado su asamblea para conocer el estado
158
de cuentas de su explotación forestal y para discutir el plan de
inversiones. El estado de Pérdidas y Ganancias arrojó una utilidad
neta para los ejidatarios de $60,870.85, que acordaron distribuirlos
en la siguiente forma:
En efectivo ............................................................ $15,000.00
Pago de un adeudo al I.N.I.................................. 5,000.00
Compra de un semental de pedegree de ganado
vacuno ................................................................. 5,000.00
Adquisición de dos sementales porcinos............ 1,000.00
Compra de 38 cultivadoras................................. 5,700.00
Adquisición de 38 arados...... .............. ................ 5,700.00
Cadenas balancines y otros implementos........... 1,165.85
Construcción de un puesto médico...................... 5,000.00
Adquisición de medicinas.................................... 5,000.00
Instrumentalmédico............................................. 1,000.00
Reparaciones a la escuela..................................... 5,000.00
Comidas para los escolares................................... 2,500.00
Material escolar.................................................. 2,000.00
Fondo para gastos del Ejido.................................. 1,805.00
Total: ..................................................................... $ 60,870.85
De la cantidad de $60,870,85 se deducirán $2,699.37 que
corresponden al importe de 267 durmientes prestados por el Ejido
de Basíhuare, al costo de $10.11 c/u, cargo que no figuró en el primer
estado y que fue conocido hasta después de la asamblea de los eji-
datarios de Choguita, al recibirse el Estado de Pérdidas y Ganancias
ajustado por el Sr. Raúl Arreoja Revilla, auditor que comisionó nues-
tra Institución para este objeto.
La brigada de forestales visitó los bosques de Choguita, los
cuales se están explotando con la hechura de durmiente labrado,
habiendo sacado en conclusión que la limpia del monte se está
haciendo con retraso, que hay tocones de pinos más altos de lo nor-
mal, ocasionando desperdicio de madera; indicaron también que el
bosque no es apropiado para el asierre de madera porque el arbolado
es viejo y con diámetros no adecuados para esta explotación, por lo
que se considera apto sólo para la producción de durmientes. Por
159
 las razones citadas determinaron suspender temporalmente el corte
de arbolado.
El ejido de Choguita es uno de los pocos que ofrecen algunas
condiciones para la Agricultura y la Ganadería; excepcionahnente,
en este Ejido la producción de maíz abastece las necesidades de
consumo de sus pobladores, quedándole pequeñas cantidades para
alimentar a cerdos y otros animales. La atención técnica a Choguita
para mejorar las condiciones agropecuarias, permitirá que éstos indí-
genas mejoren sus condiciones de vida produciendo más granos y
mejorando las crías en sus ganados.
EJIDO DE BASÍHUARE
Los ejidatarios de Basíhuare celebraron asamblea el 17 de julio
de 1959; conocieron el resultado de la explotación forestal que el
Ejido lleva a cabo y discutieron el plan de inversiones corres-
pondiente.
Con los datos que se tuvieron a la mano el día de la asamblea,
se hizo del conocimiento de los ejidatarios de Basíhuare, que habían
tenido en su explotación forestal una utilidad de $89,011.86 que
con los ajustes hechos por el Sr. Raúl Arreoja Revilla pasando a
favor de Basíhuare la cantidad de $2,699.37 correspondientes a 267
durmientes prestados al Ejido de Choguita, al costo de $10.11 c/u,
la utilidad se incrementa en la cifra citada para alcanzar la suma de
$91,382.02. La modificación en la utilidad no pudo hacerse antes
de la asamblea, por lo que los planes de inversión presentan como
monto total de las utilidades del primer ejercicio, al 30 de abril del
presente año, $89,O11. 86 cuya aplicación, propuesta al Departamento
Agrario es como sigue:
Adquisicióndemaíz........................................... $ 31,100.00
Construcción de la troje ejidal........................... 10,000.00
Compra de una báscula de 500 kgs.................... 500.00
Distribución en efectivo a los ejidatarios.......... 18,228.00
Construcción de un puesto médico..................... 5,000.00
Adquisición de medicinas.................................. 5,000.00
Instrumental médico............................................ 1,000.00
160
Reparación de la escuela ...................................... . 2,000.00
Comida para escolares (septíembre a diciembre) .. 3,400.00
Material escolar............................... ........... .......... . 1,783.86
Fondo para gastos del ejido .................................. . 2,000.00
Gastos de una comisión que fue a México para
entrevistar al Presidente López Mateos en el
mes de noviembre y diciembre de 1958.................. 4,000.00
Gastos hechos por el Comisariado Ejidal
anterior para la tramitación de la explotación
forestal del ejido...................................................... 5,000.00
Total. ........................................................................ $89,011.86
La brigada de forestales que visitó los bosques de Basíhuare
hizo la observación de carácter general para todos los montes visi-
tados, en el sentido de que la limpia de bosques no se ajustaba a las
disposiciones de las autoridades forestales y que el aprovechamiento
del árbol no se hacía en su totalidad, en virtud de que se está ela-
borando durmiente labrado no obstante que el permiso forestal señala,
además de la autorización para labrar durmientes, una disponibilidad
para asierre de madera. El financiador de este ejido Sr. Enrique Romo
Parra manifestó que está en tratos con el ejido y con el Instituto
Nacional Indigenista para instalar un aserradero y cumplir así con
lo estipulado en el oficio que concede la autorización de los aprove-
chamientos forestales de Basíhuare. En este Ejido no se levantó acta
de suspensión de corte, por lo que el Ejido continua sus trabajos en
forma normal.
EJIDO DE GUAGUACHIQUE
Este ejido inició su explotación forestal hace aproximadamente
dos meses, todavía no es tiempo para que se formulen los estados
financieros correspondientes, ya que apenas está produciendo los
primeros millares de madera aserrada. El financiador de este Ejido,
Sr. Fernando Alcocer Patiño, expuso la necesidad de que para
Guaguachique, se concertara contrato de compra-venta de madera
aserrada por un volumen importante, razón por la cual hubo necesidad
de celebrar asamblea con los ejidatarios de Guaguachique, con el
161
 propósito de discutir el convenio de compra-venta. tas razones
aducidas por el Sr. Alcocer en relación con la compra de un volumen
considerable de madera son:
a) Un campo destinado al apile de madera en un lugar deno-
minado Pafiarcos, demasiado reducido para dar cabida a la madera
aserrada, lo que obliga a transportar la madera a punto de embarque, ·
Estación Creel, a medida que va saliendo.
b) Imposibilidad de celebrar reuniones frecuentes con los eji-
datarios, para que éstos aprueben los convenios de compra-venta,
en virtud de las dificultades con que se tropieza para llevar a cabo
estas asambleas por la dispersión de los lugares en que habitan los
indígenas.
EJIDO DE CUSÁRARE
Las autoridades forestales no han dado respuesta al Instituto
Nacional Indigenista sobre la petición del aumento de la posibilidad
provisionalmente concedida, la cual sólo autoriza el corte de 2,500
metros cúbicos de madera en rollo por año, lo que hace incosteable
la explotación forestal en el ejido.
Esta situación ha dado origen a un estado de preocupación y
descontento entre los ejidatarios, muchos de los cuales dudan que el
I.N.I. pueda dar una solución positiva a su problema; la suspensión
de los trabajos va a cumplir dos años y los únicos mestizos que for-
man parte del ~jido, unos sujetos de apellido Zafiro, han propalado
la versión de que las cosas continuarán así mientras Cusárare no se
decida a pasarse al Comité de Recuperación de la Raza Tarahumara.
Esta apreciación puede ser espontánea de los ejidatarios, pero
es casi seguro que tiene su origen en la Agencia de Agricultura,
dependencia que ostenta el nombre de Comité de Recuperación
Económica y Social de la Raza Tarahumara, cuyos fines son bien
conocidos.
Si no se logra una respuesta rápida para que Cusárare pueda
reanudar los trabajos forestales, es posible que se divida el ejido:
algunos indígenas podrán secundar la actitud de los Zafiro y ten-
dremos allí un resquicio que debilitará nuestra acción, en el ejido
162
que ha sido nuestro puntal principal. Urge, pues, violentar ante la
Subsecretaría Forestal este asunto y es indispensable también, tener
a la mano el estado de cuenta de Cusárare, para saber en qué forma
se va a hacer frente al :financiamiento, si es que la Secretaría de
Agricultura concede una autorización que haga costeable los trabajos
forestales del ejido.
FINANCIAMIENTO Y SUS PROBLEMAS
La Razón Social Maderas Portillo ha financiado la explotación
forestal en Norogachi, Nacional Maderera a Guaguachique, Sierra
Hermosa a Cabórachi y a Samachique y el Sr. Enrique Romo Parra
y Socios a los ejidos de Basíhuare y Choguita.
La primera de las empresas financiadoras, Maderas Portillo, ha
confrontado algunos problemas que han hecho poco renditiva la
explotación, tales como gastos elevados de operación, caminos
costosos, mala calidad de la madera y un ejido muy numeroso con
dificultades internas ocasionadas fundamentalmente entre los mes-
tizos de un lugar denominado La Ciénega y los que viven en
Norogachi. Los indígenas permanecen al margen de estas pugnas y
últimamente parecen estar bajo el control de los Jesuitas, a través de
un gobernador blanco y de un líder joven que sigue las orientaciones
de la misión establecida en el pueblo de Norogachi. El comisariado
ejidal y el anterior gobernador Tarahumara, están totalmente iden-
tificados con la labor que realiza el Instituto Nacional Indigenista,
pero las intrigas que los mestizos han levantado, han traído por
consecuencia, que el comisariado ejidal haya perdido su autoridad
prácticamente y que el gobernador haya sido desplazado.
La situación descrita, propició un descontento entre los ejida-
tarios que determinó un acuerdo de suspensión de transporte de
madera, no obstante que ésta estaba vendida mediante un contrato
de compra-venta, exponiendo como razón para la suspensión del
transporte, el incumplimiento de parte de la empresa financiadora y
del I.N.I. en la presentación del estado de cuentas de la explotación,
estado que debió presentarse en el mes de diciembre pasado. Las
causas de este incumplimiento son bien conocidas de la Dirección:
163
 enfermetdad y muerte del Prof Plancarte; toma de posesión del Prof
Agustírl Romano; tardanza del INI en intervenir ante las administra-
ciones (jje los ejidos para la formulación de los estados contables;
confusióPn de parte de las empresas financieras para llevar sus con-
tabilidaqjles como lo recomendó el señor Ernesto Santiés, contador
del INI~ ,etc., etc. En lo sucesivo, los balances tendrán que hacerse
con regii)aridad cada seis meses, como lo establecen los convenios
de finan0iamiento, correspondiendo el próximo para el 30 de octubre
de 1959, fecha en que se cerrará el ejercicio de todas las explo-
taciones, incluyendo a Guaguachique que comenzó sus trabajos de
aserrfo IJ.~Ce tres meses.
Es die justicia hacer notar que los financiadores de Norogachi,
son persop.as que han hecho esfuerzos por lograr éxitos en el sistema
establed~O, se han ajustado a lo que estipula el contrato de finan-
ciamient<J, no han faltado a sus compromisos de pago oportuno de
salarios y su buena disposición para colaborar con el Instituto Nacio-
·.;; r
nal Indig~nista es manifiesta. Sin embargo, los tropiezos señalados
"'
" con anterioridad han colocado a esta explotación en condiciones
desventaj<:)sas, en relación a las otras.
Las e:(llpresas que representa el señor Femando Alcocer Patiño,
que han v~,nido financiando a los ejidos de Samachique y Cabórachi,
presentaroJl un buen resultado económico en el primer ejercicio de
operacion~s. El ejido de Samachique alcanzó un rendimiento, por el
55% que le, corresponde en la participación de utilidades, de $164 .19
por millar ~e pies, que representa el 218% que percibiría si hubiese
seguido e)fplotando sus montes con el sistema de contratos de
compra-ve¡ita, con W:ª cuota de $75.00 por millar de pies, como lo
Venía hacie,ndo anteriormente.
El ejid:P de Cabórachi obtuvo una utilidad de $136.66 por millar
de pies, qM representa el 267.33% de lo que tendría si funcionara
con otro si&tema, mediante el cual tendría aproximadamente una
cuota por perechos de Monte de $50.00. El ejido de Guaguachique
apenas inic:Ja sus trabajos y sus rendimientos alcanzarán una cifra
menor que ¡¡as utilidades que logró Samachique, pero mayores que
las gananciéJS de Cabórachi.
164
El ejido de Samachique ha estado pidiendo insistentemente tra-
bajar sus bosques con financiamientos que le sean conseguidos por
:1 Instituto Nacional Indigenista o utilizando, previa autorización
de la dependencia correspondiente, fondos propios que están
destinados a otros fines. Si el Instituto Nacional Indigenista está en
condiciones de hacer frente a este problema y si el señor Alcocer
está de acuerdo en acceder a esta exigencia sin reclamar responsabi-
1idades por falta de cumplimiento al convenio de parte del ejido,
estimo que el cambio puede hacerse; en cualquier forma, nuestro
departamento legal podría adelantarse a examinar este problema para
prever las implicaciones que resultarían, si el señor Alcocer presenta
la exigencia de apegarse al convenio hasta agotarse la posibilidad
en él estipulada. En este ejido no ha habido problemas ni fricciones
dignas de citarse.
En Cabórachi los ejidatarios que trabajan en la explotación,
tanto del monte como en el aserradero, se han quejado que la empresa
financiadora no les paga semanalmente sus salarios y que en oca-
siones, en lugar de darles dinero en efectivo les entregan vales para
algunas tiendas, con lo cual se reducen sus ingresos. El Prof. Agustín
Romano ha conseguido que en las oficinas del Centro Coordinador
en Guachochi se deposite un fondo que sirva para hacer pagos,
cuando no llegue oportunamente la dotación hasta el ejido de Cabó-
rachi. El señor Alcocer explicó que la tardanza en las liquidaciones,
se debía a la imposibilidad de situar dinero en efectivo cada ocho
días de Chihuahua a Creel y de Cree! a Cabórachi, por la carencia
de Instituciones Bancarias en la Sierra.
Este ejido está por agotar la posibilidad que le concedió el
permiso provisional, por lo que si el estudio dasonómico, presentado
por el Ing. José Ma. Aguilar, es aceptado por las autoridades de
Agricultura, Cabórachi estará en condiciones de trabajar por cuenta
propia, con financiamiento de alguna institución oficial, en virtud
de que los ejidatarios han adquirido preparación para manejar su
aserradero.
El señor Femando Alcocer Patiño, en representación de las em-
presas financiadoras de las que forma parte, ha presentado en forma
165
 verbal y por escrito al Instituto Nacional Indigenista algunas
demandas:
1. Que en lugar del 10% para gastos de 'administración que
estipula el contrato de financiamiento, se autorice cobrar el 15%
para los ejidos de Samachique, Cabórachi y Guaguachique.
Opino que no se acceda a ese punto porque además de sentar
un precedente que utilizarán otras empresas financiadoras, así como
porque repercutirá en contrataciones futuras, el aumento propuesto
por el señor Alcocer disminuiría las utilidades de los ejidos en una
proporción que casi igualaría la ganancia al monto que corresponde
a la cuota que se paga por derechos de monte, no compensando la
diferencia, los problemas, la responsabilidad, los gastos y las mo-
lestias que el Instituto Nacional Indigenista se ha echado a cuestas
con el nuevo sistema.
2. Que se le dé oportunidad de financiar otros ejidos porque su
radio de acción se ha limitado mucho, en perjuicio de las inversiones
i! 11 que en la zona han realizado las empresas.
Si no se mantiene un equilibrio, buscando varios financiadores,
siempre que éstos reúnan las condiciones de solvencia técnica, moral
y económica, el I.N.I. se hará acreedor a criticas que lo tildarían de
parcialidad y de interés en favorecer a determinados madereros.
3. Que el I.N.I. solicite autorización para la explotación fores-
tal de algunos predios particulares ubicados dentro del área de
Rochéachi y otros colindantes con la superficie del ejido. De acuerdo
con los propietarios, quienes dicen tener certificados debidamente
legalizados, el señor Alcocer está de acuerdo en pagar $20.00 por
millar de pies para los indígenas establecidos dentro o cerca del
área de los predios.
Si los particulares tienen en regla sus papeles y si hay estudios
dasonómicos, el Instituto Nacional Indigenista podría intervenir,
tomando en cuenta que los indígenas de la región percibirían un
ingreso del que quedarían excluidos si el I.NJ. no participara en la
consecución de las autorizaciones.
4. Que se adopten medidas para mejorar algunos defectos en la
técnica de las explotaciones, en el manejo administrativo y en la
166
contabilidad, que permitan más agilidad y eficacia en los trabajos.
En esta petición tiene absoluta razón el señor Alcocer y sobre
esto hemos venido pugnando desde hace tiempo y en ·el capítulo
que resume las conclusiones, señalaré algunas propuestas, tendientes
a dar solución a este problema.
5. Que los contratos de financiamiento se concerten por volú-
menes mayores que permitan hacer fuertes inversiones para el mejor
aprovechamiento del árbol y poder hacer erogaciones de conside-
ración en prestaciones sociales.
El criterio del I.N.I. al limitar los volúmenes en los convenios,
es dejar la puerta abierta para que los ejidos tengan la oportunidad
de trabajar por su propia cuenta el bosque, antes de que se agoten
las existencias; en cuanto a las prestaciones, el señor Alcocer olvida
que los convenios de financiamiento no obligan a las empresas a
prestar esos servicios, seguro él está pensando en el sistema de
contratos de compra-venta.
El señor Alcocer y Socios son personas con habilidad y cono-
cimientos para manejar exitosamente negocios madereros, los
resultados que arrojan los estados contables al 30 de abril de 1959,
son satisfactorios, pero necesitamos ser cuidadosos para no hacer
nugatorios esos resultados, haciendo concesiones que vayan en contra
de las bondades del sistema establecido por el Instituto Nacional
Indigenista en las explotaciones forestales.
En cuanto a los financiadores de Choguita y Basíhuare, señores 1
Enrique Romo Parra y Gonzalo Carranza, son personas que han lle-
vado bien la administración, han cumplido con sus compromisos y
han tenido buenas relaciones con los ejidatarios, demostrando en
los distintos conflictos, propios de un sistema que se experimenta,
buena disposición y colaboración para hacer frente a los problemas.
Los resultados económicos han sido satisfactorios. En Basíhuare
· se ha obtenido una utilidad de $2.96 por durmiente que corresponde
a un 269% en relación con la utilidad que se obtendría en contrato
de compra-venta mediante el cual se pagaría $1.10 como Derecho
de Monte. En este ejido la autorización forestal establece el aprove-
chamiento del 20% para madera aserrada y la brigada forestal que
167
 acaba de hacer su recorrido en la sierra de Chihuahua, insistió sobre
este asunto, por lo que es conveniente autorizar el convenio de finan-
ciamiento para la instalación de un aserradero, que por otra parte,
los ejidatarios están solicitando.
En Choguita, la utilidad por durmiente ascendió a $3.04 que
corresponde a un 276% sobre el ingreso que se tiene en contrato de
cornpra-venta, mediante el cual percibiría $1.1 Ocomo Derecho de Monte.
LA DIRECCIÓN EN LOS TRABAJOS FORESTALES Y SUS
PROBLEMAS , que el contratista no aceptó, quedándose dichas trozas en el monte,
Está demostrado que la política foresta~ que el Instituto Nacional
Indigenista ha implantado en Chihuahua, tiene, para el desarrollo
de la economía del indígena, una enorme importancia, sin querer
decir con ello que la explotación forestal es la única solución a los
problemas económicos de aquella zona; pero sí se ha podido cons-
1i !~ tatar, con la experiencia de Cusárare, y después con los cinco ejidos
que han sido orientados en su trabajo forestal, en el primer año de
labores han podido atacar algunos problemas, fuera de la esfera
económica. Como puede verse en el cuadro que anexo al presente
informe, un solo ejido, el de Cabórachí emplea $43,950.00 para
actividades agrícolas; esta cantidad triplica la suma que el Centro
destina a toda la zona Tarahumara. Si examinamos otros renglones
encontraremos hechos semejantes que están evidenciando la impor-
tancia que para el trabajo general del centro tiene la política forestal
establecida por el INI en aquel Estado.
Por ser de trascendencia la actividad forestal, conviene exa-
minar con serenidad y con espíritu crítico nuestro trabajo, para
corregir errores, para afirmar los hechos positivos y para mejorar el
funcionamiento del equipo que se ha encargado de dirigir las explota-
ciones forestales en los ejidos de Norogachí, Cabórachi, Samachique,
Guaguachique, Choguita, Basíhuare y Cusárare.
La experiencia en el tiempo que se ha venido trabajando en las
explotaciones forestales, y las observaciones presentadas por la
brigada de forestales que acaba de visitar la Tarahumara, nos hace
ver, que los esfuerzos hasta ahora realizados, en el aspecto técnico,
168
no pueden dejamos satisfechos; ha habido fallas en los marqueos
quizá porque éstos se han hecho por personal inexperto, el derribo
no se ha ajustado siempre a los árboles marcados y la supervisión
ha sido gefectuosa; cuando ésta se ha practicado, no se han exigido
responsabilidades a los infractores, que son desde los contratistas
hasta los hacheros, dándose casos de mala fe, como sucedió en Noro-
gachí, donde un ejidatario decidió de su motu propio derribar pinos
fuera de la zona de corta y después solicitó la recepción de las trozas,
donde las vio otro ejidatario y denunció la irregularidad ante la
Presidencia de la República, atribuyendo la responsabilidad a la
empresa financiadora.
Es imposible que el Ing. José Ma. Aguilar, responsable técnico
de todas las explotaciones, pueda dar atención eficaz: tiene que
formular los estudios dasonómicos, hacer los marqueos, supervisar
los trabajos de marqueo y corta, así como vigilar el cumplimiento
de las disposiciones forestales y atender algunas actividades de tipo
administrativo. Es imperiosa la necesidad de nombrar a un Ingeniero
que lo auxilie, de manera preferente en los trabajos de supervisión;
para este objeto hemos examinado la conveniencia, el Profr. Romano,
el Profr. Álvarez y yo, de hacer participar como auxiliar del Ing.
Aguilar, al Ing. Horacio Lira Esquivel, que desempeña actualmente
el puesto de zona de la delegación Agraria en la región que com-
prende algunos municipios de la Tarahumara.
El lng. Lira Esquive! es una persona honorable y viene colabo-
rando estrechamente con el Centro Coordinador, es una persona muy
activa que constantemente está recorriendo los ejidos y su papel de
auxiliar no sería incompatible con su trabajo; en estos días se está
llevando a cabo la depuración censal a petición del Instituto, con
cuyo motivo está haciendo un nuevo recorrido por el área de trabajo
tlel Centro Coordinador. El Ing. Lira es conocido de todos los ejida-
tarios y es persona con autoridad y ascendiente que lo ponen en
condiciones de poder señalar con energía las irregularidades en el
aspecto forestal y aplicar las medidas necesarias para que las
disposiciones dictadas se cumplan.
169
 de las explotaciones. Por otra parte, habrá que precisar qué trámites
El Ing. Lira está de acuerdo en dejar el puesto cofuo jefe de
corresponden a los financiadores en su calidad de encargados de la
zona del Agrario para pasarse al INI, pero eso nos perjudicaría, por-
administración de los negocios, a efecto de que muchas de las
que el cargo que actualmente desempeña, con la actitud que asume,
gestiones que actualmente recaen sobre el personal de la sección
tan favorable a los propósitos de nuestra Institución dificilmente
forestal, queden bajo la responsabilidad de dichos administradores.
puede reemplazarse con ventaja. Por lo tanto, el asunto puede resol- Los aspectos técnicos, administrativo y contable pueden ata-
verse aumentándosele la compensación de $200.00 que hoy percibe,
carse con relativa facilidad; son más dificiles de abordar, en mi
con $1,300.00 más, para completarle una mensualidad de $1,500.00
concepto, dos asuntos que van a ocupar las siguientes líneas: el que
y así pueda seguir desempeñando el puesto de Jefe de Zona de la
se refiere a la orientación de la comunidad para asimilar el carácter
Delegación Agraria y el de auxiliar del Ing. José Ma. Aguilar en los
de la explotación, a efecto de que los integrantes de la misma se
asuntos forestales.
comporten de acuerdo con lo que la explotación es, una promoción
Otra falla que ha venido entorpeciendo el trabajo y ocasionando
del ejido, para beneficio de los ejidatarios y un medio para que éstos
descontento entre los ejidatarios, es la falta de un contador que esté
adquieran recursos y se preparen técnica y administrativamente para
recabando reportes constantes del movimiento contable de cada
manejar, en el plazo más corto, sus propias explotaciones, sin la
administración, con el objeto de que mensualmente se pueda rendir
un estado del movimiento contable a cada ejido, al Instituto Nacional intervención de financiadores particulares.
Hacer conscientes a los ejidatarios de este proceso, debe ser
Indigenista y a las Autoridades forestales, con lo cual se conocería
obra cotidiana, que corresponde en primer lugar a la sección fo-
11 111\
la marcha de las promociones forestales, se podrán rechazar los car-
restal y en segundo término, a todo el personal del Centro, el que
gos indebidos, se reorientarán las explotaciones que estén mal lleva-
debe estar bien enterado de la política adoptada por el INI para que
das económicamente y se facilitarán las supervisiones y auditorías
todos sus empleados estén en condiciones de explicar los propósitos
que el INI tenga que realizar.
que se persiguen, así como los resultados obtenidos.
Se ha hablado con una contadora que es también taquimeca- El otro problema es de dirección, el Prof. Francisco Javier Álva-
nógrafa, quien está dispuesta a hacerse cargo de esta responsabilidad
rez necesita, ya integrado su personal, mantener un mayor control
mediante el pago de $250.00 mensuales por explotación; actualmente
de los elementos que están bajo sus órdenes tanto para recibir
son siete ejidos incluyendo Cusárare, por lo que sus honorarios serían informes constantes de la forma como se está desarrollando el trabajo,
de $1,750.00 al mes. El Prof. Álvarez informó que la mayoría de los
como para dirigir las tareas que corresponden a cada uno, de manera
financiadores estaban de acuerdo con que esta erogación se cargase
que no haya desatención en los distintos frentes de actividad; muy
a costos, por lo que los $1,750.00 quedarán fuera del presupuesto
especialmente requieren su presencia los ejidos. Es necesario que la
del INI, no así los $1,500.00 de compensación que tendrían que ser
gente pueda plantearle a él personalmente sus problemas, que vean
pagados con cargo a dicho presupuesto.
que el director de la sección acude con frecuencia a visitarlos, que
Con las designaciones aludidas, se estaría atacando simultá-
los tiene informados de los asuntos que para ellos son de importancia
neamente el manejo administrativo de la sección, haciendo operativos
y que cuando no sean posibles sus visitas, lo haga a través de los
y ágiles muchos de los trámites. El Ing. Aguilar podrá prestar una
coordinadores, Prof. Silvino Espino y Prof. Roberto González, con
mayor colaboración en este aspecto, la contadora auxiliaría también
quienes debe mantener una relación estrecha.
en los trabajos mecanográficos a la vez que tendría disponibles todos Antes de que tomara posesión el Prof. Agustín Romano, como
los datos contables que tienen que ver con la marcha administrativa
171
170
 director del Centro de la Tarahumara, el Prof. Francisco Javier
AP::rov
Álvarez tenía la designación de director de la Sección de Promoción H ~chand~ la visita a varios ejidos, par<::t presentar informes
Obre el.\ est:ad
op
Económica, limitando su función al trabajo forestal. A partir del
\JU '-\e o de cuentas correspond'iente a1 pnmer
eracit<.
ijid rt · · · · de
eJercic10
nombramiento del nuevo director, al Prof. Álvarez se le encomendó
el cargo de Subdirector Forestal. A mi juicio, esta designación no
Ro ~s: ~e r~ 1~s e)\.plotaciones forestales que llevan a cabo dichos
e eathi, uruerol:l el día 12 de julio de 195 9 los ejidatarios de
ha ocasionado ningún cambio positivo que mejore el trabajo fo-
restal, las cosas no han variado en nada con el nuevo nombramiento
PrS b .1a d~lconv
esenc. p 0 (:ados en los términos que lé:i ley establece y en
el ~~ '"'{ect~ drof· <-\_gustm Romano D. y Mauu_'l·10 Munoz, n·irector
1
Y u dh_ A , N

y me parece que esta designación podría despertar suspicacias ante

. --ue <l~r e1. e ~ntro de la Tarahumara, me permiti
u u_Oli\_ . , dar a conocer
las autoridades de Agricultura, las que podrían pensar que el nombra-
miento suplanta sus funciones. Creo que se debe hablar con el Prof.
partida "' '1-'or '"' ap1.tea~ion . , de fondos. Constltm . ·¿al a asamblea expl'ique,,
del plat\.-" de *'art1da
L , confrontando los gastos con los ordenamientos .
Romano y el Prof. Álvarez para discutir la conveniencia de revocar
esta designación y volver a la idea inicial, sobre la base de organizar
caso
e· "e in~ . , l()n, según acta del 15 de agosto de 1957. En cada
hi(\ ~uvers · ~

bien la sección, dándole la personalidad que debe tener y dotándola n, - te t(\tncion ;:..¡
im:pol'.._ ~ numero
, de U1ll.dades adquU:1. 'das, precio . urutano,
. .
1 0 cua\ido ~al 1 lllo~trando los recibos que el C<:Jmisariado Ejidal fir-
del personal y elementos para su trabajo.
de $Los ejl._; e ~nt:regó el maíz, frijol, costales , básculas y alambre.
FONDOS EJIDALES co 4'0 00 .() atar¡ 0 ~ ~estuvieron . de acuerdo en aprob ar 1a aportac10n .,
;inl i
Con esta denominación, llamo a los fondos que están en proceso u n motivo 0d qlue ~e destinaron a cubrir parte de los gastos hechos
de aplicación y corresponden a las cantidades que en el sexenio na CoL. ' 111s:,i_ , e da Vi sita. al Presidente Lic. . Ado1..,.t..O Lopez
, Mateos, por

!
anterior dispuso la Secretaría de Agricultura que se aplicaran a través mJ ad,ª11\ ent~on e 1~ Tarahumara formada por 250 personas aprox1-.
ose Gl.\Jerr~, entre ' . d' 1 _
del Instituto Nacional Indigenista, en los ejidos de Samachique, S 1as que figuraban a1gunos m 1genas y e senor
Tetahuiche, Sehuérachi, Aboreáchi, Papajichi y Rochéachi. se h Al, h aQ.~' ecre~tano . del Comisaria . do E"d
~i a1.
Con excepción de Rochéachi, en los demás ejidos no se ha abia e)\ r 1d~ 8~a de las distintas partidas de gastos, Rochéachi
concluido la aplicación de fondos, por lo que sólo voy a hacer re- acuerd . '\i en,...,cebid. 0 en $2,263.46 por lo que la asamblea estuvo de ¡¡
ferencia, en este capítulo, al caso de Rochéachi. Insistentemente destm(\d , a ~"U dnr e ~ta cantidad . ' ,
toroandola de la partida· de $7 ,000.00
este ejido había estado quejoso contra el INI, con el pretexto de que rengloh
. '.t al t.· a . ~.ciones de la troje. Hac1e11do el ajuste de este
apt ·
no se terminaba de hacer la aplicación de fondos al ejido y porque c1ones .. Yre'h. ':lue se. h.
"-.labian
, cargado $15,000.0opara compra, adapta-
los integrantes del Comisariado y otros elementos, no informados 1os eJlr'I'\atat'\varac¡ 0 l:tles de la troje la partida . se redujo · a voluntad de
''I
del manejo de los dineros, suponían que los precios del maíz, alam- D <-Os, a$ '
. ~sp~.,. d 12,736.54.
bres y costales que se adquirieron estaban cargados a precios altos. d
fileton su q-hvS be d'" . el informe, los asistentes
:::iscutido · a la asamblea
Esta inconformidad dio lugar a que la Dirección de Promoción igurah-,, evl'ro ,ac1. . ____on , a cada una de las part.h.ias A que acontmuac10n
• "

Agrícola y Ejidal del año pasado y la Agencia de Agricultura en 1

antand .
5~,
Chihuahua en este año se dirigieron, la primera al Instituto Nacional 661 ~se el acta de ngor:

Indigenista y la segunda al Centro Coordinador, reclamando informes PGl\esta~kg.lde ~aíz a razón de $850.00 tonelada
y documentación comprobatoria sobre el empleo de los fondos del ~sto~ den a e~ · ' de Babicora....
"Stac1on ' .... .... .. .. .... .... . $ 50 ,713 .55
el~raslactetr~
d ; sporte, fletes y mano de obras para·
ejido de Rochéachi.
ª ~ocl\e' ºh.el maíz, de Babícora a Creel 'J de Creel
ac i a ~azon, de$ 198.27 tonelada............ 11,789.31
172
173
 17,813 kg. de maíz a razón de$ 810.00 tonelada " considerarse como irrecuperables. Esta cifra sumada a los$ 18,310.11
puestos enRochéachi............................................. 14,428.50
30,000 kg. de frijol a razón de$ 1,735.35 tonelada
puestos en Rochéachi ............................................ 52,060.50
Compra de adaptación de un local para la troje
del ejido................................................................. 12, 736.54
994 costales, 694 nuevos a $ 4.50 c/u y 300
usados a$ 3.25 c/u................................................ 4,098.00
Compra de 2 básculas, una de 500 kilos a
$490.00 y otra de 120 kilos a$ 283.00 ................. 773.00
Adquisición de 828 rollos de alambre de púas
a $112.00 c/u.......................................................... 92, 736.00
Flete de 828 rollos de Chihuahua a Creel y de
Creel a Rochéachi, a razón de $8.69 c/u............... 7,200.00
Aportación del ejido de Rochéachi a los gastos
de la comisión integrada por varios pueblos de
¡ll'ill!
la Tarahumara que fue a la ciudad de México
en diciembre de 1958........................................... 4,000.00
Total................................................................... $ 250.53:5.40
Para poner punto fmal a este asunto falta cartjear los recibos
provisionales por documentos definitivos, que se requisitarán con
timbre, para poder así, integrar los expedientes para hacerlos llegar
a las autoridades competentes.
Como la aplicación de fondos siempre implica la respectiva
comprobación ante la Dirección de Promoción Agrícola Ejidal,
aproveché mi estancia en Chihuahua para hacer búsqueda de los
comprobantes de cada ejido, y me encontré que de los $80,000.00
anticipados por el INI en abril de 1957 para la adquisición de maíz
a los ejidos de Samachique, Tetahuiche, Aboreáchi y Sehuérachi,
sólo recibieron estos ejidos la cantidad de $30,400.00, $18,310.11
los tomó como préstamo el Centro y la suma de $32,289.89 fue
destinada para hacer préstamos en maíz a varios pueblos que carecían
de este grano. De esta cantidad se recuperará una pequeña parte. El
ejido de Basíhuare reconoció y va a pagar dentro de unos días la
cantidad de $7,100.00 quedando la suma de $24,189.89 que pueden
174
que tomó el Centro como préstamo, hacen un total de $42,500.00,
que por el concepto indicado faltan en el Fondo Ejidal.
En Nacional Maderera hay también un adeudo del Centro Coor-
dinador que asciende a $11,645.80, adeudo que sólo tiene relación
con el Fondo Ejidal porque el señor Alcocer desea que se abone
esta cantidad a un depósito que el Prof. Plancarte hizo en Nacional
Maderera por la cantidad de $72,000.00 para gastos que tendrían
que hacerse con cargo al Fondo Ejidal.
Antes de tenninar este informe, quiero exponerle dos asuntos
que en forma verbal le traté a usted:
a) Es conveniente aprovechar las lagunas, ríos y arroyos de
agua permanente de la Sierra Tarahumara, para la cría de peces;
aunque no dieran producto para una explotación comercial, sí se
podrá obtener en ellos abundante pesca para mejorar la dieta de los
indígenas, la que actualmente es muy pobre en proteínas. Si usted
me autoriza, pediré la colaboración en el Departamento de Estudios
Técnicos de la Dirección de Pesca, para que se comisione a un
Biólogo a efecto de que se traslade a Chihuahua a hacer un estudio
sobre las posibilidades piscícolas.
b) Todo el trabajo de la Tarahumara, requiere una intensa
actiV,idad propagandística y educativa. Sólo por lo que se refiere a
promoción económica, se justificaría un aparato bien organizado
para explicar la labor del Instituto Nacional Indigenista en materia
económica, difundir recomendaciones para el cuidado y buen
aprovechamiento de los bosques, presentar en forma accesible y
práctica el manejo de las trojes comunales, etc., etc. El único medio
para encauzar éstas y las otras actividades que realiza el Centro
CoQrdinador de la Tarahumara, es la Sección de Ayudas Visuales, al
frente de la cual se encuentra un elemento con voluntad, pero al
parecer, con poca experiencia para el manejo de su Sección.
Sería útil que un maestro especializado en teatro guignol, cine,
y otras formas visuales, fuese comisionado por la Secretaría de
Educación, por el término de dos meses, para que ayudara al encar-
gado de Ayudas Visuales en Chihuahua a planificar y dirigir el
175
 desarrollo de un programa que abarcará diversos motivos de propa-
ganda y educación. La persona que yo me permito recomendar para
este objetivo, es el Prof. Juvenal Femández, funcionario de la Direc-
ción Audiovisual, dependiente de la Secretaría de Educación.
Para facilitar la localización de los asuntos que requieren
trámites inmediatos, resumo a continuación algunas sugestiones:
1. Dar órdenes al Centro Coordinador de la Tarahumara, para
que se inicie la aplicación de fondos, con base en la autorización
dictada por el Departamento Agrario; mientras se logra la devolución
de fondos depositados por la Agencia de Agricultura en Chihuahua,
en el Banco Nacional de Crédito Ejidal, pueden ser aplicadas algunas
partidas, de acuerdo con el plan de inversiones, sin contar por lo
pronto con los citados depósitos, que representan cantidades pe-
queñas.
2. Que en la aplicación de los fondos, intervengan las distintas
'" secciones del Centro Coordinador de Chihuahua, para que el empleo
·' '"· de los dineros simultáneamente y para que los técnicos de cada
Sección, procuren que dichas inversiones se ajusten a sus respectivos
programas.
3. Que el señor Ernesto Santiés, Contador de nuestra institución,
dé sus instrucciones a la Administración del Centro de la Tarahumara,
sobre la fonna como habrá de recabarse la documentación contable
en la aplicación de fondos, para que en su oportunidad, esta do-
cumentación se haga llegar a la Dirección de Promoción Agrícola
Ejidal.
4. Pedir a la Subsecretaría Forestal la revocación de la orden de
cancelación de corte, dictada por la brigada que recientemente estuvo
en Chihuahua, a fin de que los ejidos de Guaguachique, Choguita y
Norogachi, el primero del Municipio de Urique, los dos segundos
del Municipio de Batopilas, puedan continuar la explotación de sus
bosques.
5. Designación de un residente en Samachique, de preferencia
Antropólogo o maestro, para que oriente los trabajos de este ejido,
donde se están manejando algunos miles de pesos.
176
6. Acordar una compensación de $300.00 mensuales a Ramón
1úpcz, Presidente del Comisariado Ejidal de Samachique y miembro
del Consejo Supremo de la Tarahumara, quien es el alma del trabajo
t•n su comunidad. El Ejido ha pedido que se le asigne a este señor un
nucldo de $300.00 a partir del 2 de abril de 1955, con cargo a fondos
del Ejido; como esto no es posible, ya que el puesto que tiene como
di rigente del ejido es honorario, y como por otra parte Ramón López
1iene la necesidad de terminar la construcción de su casa que está
sirviendo de modelo en la comunidad y por sobre todas las cosas,
siendo este joven un elemento indispensable en la orientación de
los ejidatarios, considero que la petición de compensar sus servicios
con $300.00 mensuales, es de sobra justificada.
7. Es urgente dar la autorización para que se instale un aserradero
en Basíhuare, municipio de Batopilas, para que este ejido esté en
condiciones de aserrar el 20% de sus disponibilidades y cumplimentar
así, la autorización forestal expedida por las Autoridades de Agri-
cultura a este ejido, que si bien es cierto que el grueso de sus aprove-
chamientos están concedidos para la explotación de durmiente
labrado, el permiso señala el asierre del 20%.
8. Dirigirse al señor Enrique Beltrán, Subsecretario Forestal,
para apremiarle una resolución en el caso del ejido de Cusárare, en
virtud de que la situación que priva en las gentes de ese ejido, es
insostenible.
9. Apresurar la terminación de los estados contables de las
explotaciones forestales de Norogachi y Cusárare. El administrador
de la primera, recibió indicaciones para la formulación de estos
estados y en cuanto a Cusárare, urge conocer su situación contable
para determinar la forma de financiamiento del ejido, tan pronto
como se·tenga la respuesta de Agricultura.
1O. Pedir a la Sección de Promoción Económica de Chihua-
hua, se active ante el Ing. Aguilar, el envío del Estudio Dasonó-
mico de Norogachi, así como los datos correspondientes a las dispo-
nibilidades con que cuenta cada uno de los ejidos en explotación,
deduciendo las maderas que han sido extraídas y las trozas que se
encuentran en los patios de aserradero y en el monte.
177
 11. Dar respuesta a los distintos asuntos planteados por el seftor
Femando Alcocer Patiño, en el sentido que usted lo estime conve-
niente.
12. Organización de la Sección de Promoción Económica para
el Centro Coordinador de la Tarahumara, examinando las sugerencias
expuestas en la página 13 de éste informe.
13. Recabar los documentos comprobatorios de Rochéaclú, para
presentarlos en la Dirección de Promoción Agrícola y Ejidal, así
como preparar la documentación de los ejidos de Samaclúque, Abo-
reáclú, Seguéraclú, Tetahuiche, y Papajichi, para entregarlos en su
oportunidad. VI. EDUCACIÓN
14. Estudiar la conveniencia de enviar un técnico en pesca a la
Tarahumara, para que estudie las posibilidades pesqueras en la Sie-
rra.
15. Pedir a la Secretaría de Educación Pública, se comisione el
Prof. Juvenal Femández, para que en el término de 2 meses auxilie
":I
en los trabajos de Ayudas Visuales al encargado de la Sección.

Atentamente

El Jefe del Departamento

de Promoción Económica

Lic. Luis Torres Ordóñez

178
..
En los postulados de su acción indigenista, tanto los misioneros
jesuitas, como los gobiernos liberales y postrevolucionarios, con-
sideraron la educación como el medio más importante y eficaz
para lograr la evangelización, civilización o integración cultural
-según fuera el caso- de la población indígena de la Sierra
Tarahumara. Quizás eso explique por qué en este ámbito, las
coincidencias entre los agentes del indigenismo han sido mayores
que las divergencias.
La educación indígena en la sierra chihuahuense asumió a lo
largo de este siglo modalidades diversas. Primero fue la acción de
los misioneros quienes, de la formación catequística no tarda-
ron en derivar las primeras escuelas parroquiales. Pronto se ~iie­
ron cuenta de que la dispersión de la población hacía obligada la
creación de internados y fue así como surgieron los «towisados»
y «tehuecados» (internados para niños y niñas respectivamente)
en los que ya, desde la década de los años veinte se implantó un
sistema educativo sustentado en la enseñanza bilingüe y el apren-
dizaje de oficios y manualidades.
Por su valor testimonial, hemos incluido en este capítulo un
largo texto que se refiere a la historia de los experimentos y
proyectos educativos en la Sierra Tarahumara dirigidos por el
gobierno, desde la época de los programas vasconcelistas dise-
ñados por la Secretaría de Educación Pública para extender en el
medio indígena las Misiones Culturales y, posteriormente, los
principios de la Escuela Rural.
El Profr. J. Rosario Martínez Chávez, quien es el autor de la
siguiente crónica, narra a partir de su propia experiencia el alcance,
las dificultades y los logros que los programas educativos tuvieron
en las comunidades tarahumaras. Su relato es vivo y veraz. No

181
 sólo es ajeno al triunfalismo apologético que a veces respiran
algunos informes magisteriales sino que incluso es, en muchos
momentos, autocrítico
Muchos de los principios de la educación indígena aparecen
reflejados a lo largo del texto: la imagen del maestro-extensio-
nista cuyas funciones dentro de la comunidad van desde el ámbito
escolar al agrario y sanitario, la dificultad de fijar a los niños in-
dígenas a la escuela, los problemas derivados del bilingüismo, la
necesidad de articular la escuela con la comunidad a través de la
intervención de los padres de familia, los problemas de la rotación
de los maestros ... etc.
El texto del Profr. Martínez acaba con una serie de intere-
santes recomendaciones en materia de escuelas rurales, interna-
dos indígenas y escuelas albergue. Éstas, y otros aspectos del texto,
a pesar de haber sido escritos hace más de treinta años, no han
perdido su actualidad.
182
15. EXPERIENCIAS EN EL TRABAJO DE EDUCACIÓN
1NDÍGENA EN LA SIERRA TARAHUMARA DEL PROFR.
.l. ROSARIO MARTÍNEZ CHÁVEZ. GUACHOCHI, 20 DE
.JULIO DE 1961. *
l. INTRODUCCIÓN
LA ESCUELA RURAL
En el año de 1922 se fundaron las escuelas rurales que se
hicieron extensivas hasta los lugares más apartados de la República,
siendo Presidente el Gral. Álvaro Obregón y Secretario de Instrucción
Pública y Bellas Artes, el C. Licenciado don José Vasconcelos.
Como no había maestros para enfrentarse a esta gran cruzada;
se improvisaron con jóvenes egresados de las Escuelas Primarias, y
en esa época solamente existían en la cabecera del municipio de
Batopilas, Chih., en todo lo que comprende la zona tarahumara.
Fue así como en el año de 1924, el C. Profr. don Vicente Gómez
que integró el jurado calificador en los exámenes de fin de curso
Gunio), seleccionó a varios muchachos y muchachas quienes me-
diante un corto curso de preparación, los nombró maestros rurales;
ya que en igual forma lo había hecho los dos años anteriores, y en
esa forma, el que esto escribe, ingresó al Magisterio Rural Federal.
El lugar que se me asignó distaba de Batopilas tres días a caballo,
en la comunidad denominada «Potrero de los Bojórquew, del Muni-
cipio de Morelos, de esta Entidad de Chihuahua, y como el Calen-
dario de entonces es el que hoy conocemos como de tipo «A» (febrero
a noviembre), puede decirse que en el período de julio a noviembre
apenas sirvió para conocer la región, y atender a poco más de sesenta
niños de ambos sexos completamente analfabetos, al igual que los
adultos; siendo el mayor porcentaje mestizos y unos doce indígenas:
tarahumaras y tepehuanes~
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 10, Exp.
17.
183
 Los años subsecuentes de 1925, 1926 y parte de 1927 segul
laborando en aquel pueblecito, y al decir de] señor Inspector, con
alumnos. éxito, pues logré aumentar Ja asistencia hasta cerca de cien
bastante
Para estas fechas la educación rural en el país era todo lU1 éxito
y el maestro era Ja cabeza principal de las comunidades, ya que
además de mentor, teníamos que hacerle a otras actividades tales
como asesor de las autoridades, secretarios particulares de algunas
gentes y hasta médicos.
En 1926 Uegó a Ja zona como Inspector e Instructor el Profr.
Salvador Varela Reséndiz quien, sin importarle lo extenso de la región
ui lo dificil de los caminos, nos visitaba periódicamente y se nos
hizo OBLIGAJDRio comprar libros para mejoramos profesionalmente.
En 1927 fue la gran novedad que nos llenó de júbilo, pues fuimos
citados urgentemente a concurrir a lUlos cursos intensivos de prepa-
,,11'.'.1.·
ración. Es que llegaba a la región una de las
MISIONES CULTURALES
En julio y agosto de dicho año, todos los maestros rurales en
servicio, sin faltar nadie, ocurrimos al poblado de POLANco, del
Municipio de Batopilas, ávidos de adquirir nuevos conocimientos.
La Misión la jefaturaba el Profr. don Bartola Gómez, doña María
como Trabajadora Social, don Agapito como Agrónomo, Julio Packs-
ca como de Industrias, y el Profr. Luis Felipe Obregón, como de
Educación Física (hoy Subdirector General de AslUltos Indígenas)
y además el Inspector de la zona, Profr. Varela.
Recuerdos inolvidables de esta Misión Cultura] en que, por
Primera vez en la historia nos reuniamos con el exclusivo fin de es-
tudiar, y nada nos hacía el levantarnos antes del amanecer y todavia
en Ja noche asistíamos a clases. Yo era el benjamin del grupo y
quizá por ello guardo en mi memoria toda clase de detalles, y fue
alú donde capté lo que significa Ja grandiosa obra de la REVOLUCIÓN
MEXICANA y sentimos la gran responsabilidad que pesaba sobre
nosotros al ostentar el nombre de MAESTRO RURAL.
184
En 1928 se verificaron otros cursos en Estación Creel, Chih., a
111 mde asistieron los maestros de tres zonas escolares, y estuvo jefatu-
111da esta Misión por el Profr. Juan B. Salazar, Director de Educación
l 'ederal.
1
En 1929, funcionó otra Misión Cultural en el Internado Indígena
de Cieneguita de la Barranca, Municipio de Urique, a cargo del
Profr. Fortino López R. y en ella actuó como Agrónomo, una per-
sona que ha figurado en la Política Nacional, el Ing. César Martino.
La última Misión Cultural que vino a la Tarahumara funcionó
en el pueblo de Rochéachic, del Municipio de Batopilas, en el año
de 1932, a cargo del Profr. Carlos Navarro Espinoza.
Ya para esta fecha había funcionado en la Cd. de México la
CASA DEL ESTUDIANTE INDÍGENA y se habían establecido en distintos
rumbos del país, las Escuelas Centrales Agrícolas, hoy Normales
Rurales, Escuelas de Segunda Enseñanza, etc.
OPINIÓN: LAS MISIONES CULTURALES FUERON
LAS FORJADORAS DEL MAESTRO RURAL
INTERNADOS INDÍGENAS
El 27 de octubre de 1927, siendo director de educación federal
en el Estado de Chihuahua don Juan B. Salazar e Inspector de la 9a.
Zona Escolar Federal Salvador Varela R., se hizo el ensayo del
PRIMER INTERNADO PARA LOS TARAHUMARAS, siendo quizá el
primero de su tipo en la República.
Con la cooperación de algunas gentes de la región especial-
mente de BATOPILAS, se reconstruyeron unas ruinas adyacentes a la
iglesia católica del pueblo de YOQUIVO, del propio Municipio, y
con el dinamismo que caracteriza a Varela, se agenció no sé cómo,
aperos de labranza, herramientas para talleres de: carpintería, herrería,
zapatería y máquinas de coser «Singer»; lámparas de gasolina, y
creo que hasta una máquina de escribir. Se improvisaron camas en
185
 bancos de madera con tablas aserradas a hacha y se-consiguicn•J•
colchonetas y cobijas; y en esta forma empezó a funcionar el fnl~r
nado con poco más de sesenta niños de ambos sexos. En ei acto d1
inauguración, recuerdo que lloraron de emoción Varela y don Juan
Salazar. El Director de la naciente Institución fue el maestro rund
Rafael Tarín Casavantes.
Recuerdo que entre los concurrentes, donde había gentes que
sólo conocían al indígena como pastor de cabras, peones agrícolas
y otros menesteres de baja ralea, todos los augurios fueron negativos
a la grandiosa obra que acababa de nacer.
En el año de 1928 se fundó el Internado de «Cieneguita de la
Barranca», lugar situado en las proximidades de las famosas Ba-
rrancas del Cobre, en el Municipio de Urique, con las mismas carac-
terísticas del de Yoquivo.
En este Jugar hubo que construir los edificios nuevos, ya que
,1.•''
no existía ni existe iglesia ni casas curales, para cuya obra se contó
con la aportación de los vecinos, y alg1mos maestros rurales con-
tribuimos con un mes de sueldo ($60.00). Fue inaugurado también
por los Profrs. Salazar y Varela, y su primer director fue el maestro
rural Estado). Loya Martínez, hoy Inspector Estatal de Educación
(en elFrancisco
Enseguida se establecieron Jos internados de Norogachi y
Sisoguichic, el primero en el municipio de Batopilas y el otro en el
de Bocoyna, para lo cual se emplearon los edificios que fueron
expropiados a los padres jesuitas.
Con la creación de la OFICINA DE EDUCACIÓN INDÍGENA, dentro
de la Secretaría de Educación Pública, cuyo puesto se encomendó a
don Carlos Basauri, nuestros Internados tuvieron mayores facilidades
para el desarrollo de sus actividades.
La somera exposición que antecede, la he formulado, a fin de
dar una idea sobre la época en que me ha tocado en suerte laborar
dentro de las fllas magisteriales de la región, y enseguida concreto,
especificando las distintas comisiones que he desempeñado, y cuáles
son las experiencias adquiridas, así como triunfos y fracasos.
186
11. COMISIONES DESEMPEÑADAS
Ya informé que de a mediados de 1924 atendí la escuela rural
1k: Potrero de los Bojórquez en el Municipio de Morelos, donde por
lo insalubre del clima contraje un paludismo que me impidió trabajar
11ormalmente; de este lugar, a fines de 1927, fui cambiado a POLAN-
CO, lugar donde había tenido lugar el funcionamiento de la primera
Misión Cultural y esto fue un grande estímulo, ya que además de la
importancia del poblado, me acercaba a día y medio a caballo de mi
familia, que radicaba en Batopilas.
En este lugar trabajé hasta principios de 1935 (8 años) y logré
lo siguiente:
a) Elevación de la categoría de la escuela a de Organización
completa.
b) Mejoramiento de las aulas escolares, y construcción de «Casa
para el Maestro», Teatro al Aire Libre, patios para juegos y deportes,
así como los anexos: gallinero, letrinas, y un lote para cultivo de
hortalizas y jardín.
c) Se estableció la escuela nocturna, para lo cual se adquirió
una lámpara de gasolina.
d) Por acuerdo del C. Inspector de la zona, Pro:fr. Humberto ·
Paniagua, fundé las escuelas de circuito de: Santa Ana, en el Muni-
cipio de Morelos, y Jesús María y La Labor, del Municipio de
Batopilas, siendo Polanco el Centro de las mismas. il¡'
Dichas escuelas fueron atendidas por maestros que disfrutaban 11
de $1,00 diario de gratificación, y en todas ellas se logró que cons-
truyeran su edificio propio, casa para el maestro y escuela nocturna,
pues en cada lugar se compró una lámpara de gasolina. La alimenta-
ción del maestro era proporcionada en forma gratuita por la vecindad.
e) Se consiguió la instalación de una Oficina Postal en Polanco,
en la ruta Batopilas-Morelos, Chih., que permitió que varias perso-
nas se suscribieran a periódicos y revistas, y con ello se creó el há-
bito de la lectura.
f) De simple Comisaría que era el poblado, se consiguió, me-
187
 <liante .rDecreto del H. Congreso del Estado, su elevación a la 'Categorlo
de Presí)idencia Seccional Municipal, con servicios, además de los
adminig:;trativos, el de Registro Civil y Juzgado de Paz.
g) Se logró la unificación total de los vecinos, que antes se
manteroían en constantes pugnas.
c1&ro está que para estos trabajos el maestro trabajaba en horas
extras, p:>ues además de consejero y asesor en todo, era además curan-
dero, paJdrino del niño que nacía y en fin un verdadero caciquillo.
TarJlto a la Escuela Central, POLANCO, como a las de circuito de
Jesús MJaría, La Labor y Santa Ana, se consiguió la asistencia de
indígen<#S especialmente en el último lugar, donde es «pueblo» de
tarahum~ras, y ahí se logró que los niños que ocurrían de partes
alejadas, llevaran consigo sus bastimentos para tomarlos al mediodía,
para cuy·º objeto se instaló un comedor en la aula escolar. Todas, o
sea las tires escuelitas descritas, fueron elevadas a la categoría de
«indepe11dientes», y a la fecha nada más funcionan la de Jesús María
y la de p~lanco, ésta última con un solo maestro; La Labor y Santa
Ana está/l en el más completo olvido porque a últimas fechas los
señores ÍJlSpectores Federales de Educación y del Estado se han
burocrafüzado en tal forma que ya no saben caminar a caballo, y han
clausuracto las escuelas de difícil comunicación. Caso concreto:
MUNICIPIO DE MORELOS donde existían más de 20 escuelas, a la fecha
nada más funcionan DOS, en una extensión territorial que supera al
Estado de Tlaxcala. También es dificil conseguir MAESTROS RURALES
que quieriln ir a aquellos lugares.
A poLANCO me tocó regresar recientemente como JEFE DE
BRIGADA dependiente de la Dirección General de Asuntos Indígenas,
y de ello ipformaré en el capítulo correspondiente.
A principios de 1935, el C. Inspector Paniagua me citó al
Internado de Cieneguita, Urique, Chih., y me tocó presenciar la
recepción que se le hiciera al C. Director de Educación Federal,
Pro:fr. Pedíº Moreno, y al Inspector General, Alfonso G. Alanís.
Fui te&tigo presencial de lo aparatoso de dicha recepción, pues
se consiguJeron muebles, trastos, vajilla y hasta macetas de jardín
188
¡i11rapresentarlos, los cuales se solicitaron prestados a vecinos. de la
1¡·gión; los visitantes quedaron muy satisfechos.
Ese mismo año, por órdenes directas de la Secretaría de Educa-
l'ÍÓn (pues el Pro:fr. Paniagua era ya Inspector General de Intern.ados)
t\;cibí aviso terminante de trasladarme a CIENEGUITA a hacerme cargo
de la dirección del Internado.
Muy a mi pesar, y de las gentes de la región, tuve que movi-
lizarme, y ahí se inició mi actuación en los
INTERNADOS INDÍGENAS
Cieneguita. En 1935 recibí la Dirección del Internado, y fue
grande la decepción al encontrar a la totalidad del alumnado en ~stado
lamentable de vestuario, ropas de camas, etc., pues no era el tnismo
que meses antes había conocido, a raíz de la visita de don Pedro
Moreno y del Profr. Alanís. Si a esto se agrega que acababan también
de llegar los maestros Alfredo Villalobos y Carlos Gutiérrez Mo-
rales, el primero como Maestro de Materias Generales (que fu~ quién
me entregó) y el segundo como encargado de Industrias, aun ~uando
tampoco eran Titulados, siempre por el solo hecho de proceder de
Cd. Juárez, Chih., me hacían sentirme acomplejado. Villalob()s trató
de desplazarme, pues aspiraba a ser el Director, pero Chinto J\ialdo-
nado, Director de Educación Federal, me apoyó a capa y espa.da no
'
así el Inspector de la Zona, Jesús Ramírez Cal oca. Total: A.l:fredo
fue nombrado Director del Internado de Norogachic (de r~ciente
creación) y hasta ahí llegó el problema (Alfredo y yo somos en la
actualidad íntimos amigos y hasta compadres, él trabaja. en la
CREFAL). Es maestro Titulado ya.
Me di mañas para vestir a mis alumnos y aprovecha.ndo la
oportunidad de que el entonces Gobernador del Estado, Gra.i. Don
Rodrigo M. Quevedo, tenía proyectada la construcción de una carre-
tera que, partiendo de Estación Creel uniera a varios lugar~s de la
Tarahumara, tocando los poblados de Cusárare, Yahuírachi, Chogita,
Siquirichic, Tetahuichic, Samachique y Cieneguita, el entonces Dipu-
tado Local, nativo de Urique y muy amigo mío, me dio la ºPºttunidad
189
 de que fiscalizara lo erogado en el trazo SAMACI11!,ll 11 1 11
y como los pagos a los trabajadores, además de s111•1111¡11 1
sonal, se efectuaban en ropa y cereales, logró «1 tl 11111 111
piezas de mezclilla, manta, percales, etc., y con ello :11~ t!'1!1
ropa a los cien indígenas internos.
Cuando se rindieron cuentas, es decir, cuando ll q
vehículo motorizado al Internado y en un festival org:1111 1.11J,1111
a donde asistió CARLOS BECERRA SITVA, el Diputnd(I 11 q1 1
referido, se presentó al alumnado UNIFORMADO con rnp11111
aprobó todo lo hecho.
Los treinta centavos diarios que, por concepto dt' n11·1111
proporcionados a los alumnos, eran administrados por li1 1>lt
General de Educación Federal de Chihuahua, y ella se t'lll 111
remitir parte de las provisiones, y pagar algunas dl' 111 11 tf
''¡
adquirían en el lugar o la región y como lo que más 111111111t1I
¡, 1·11
1
.,¡,,'
«garbanzo», por cierta campaña que hubo en esa épocn d1• 11111
dicha leguminosa, para proteger a los agricultores coste/'1011, h•11I
la necesidad de canjearlo por otros artículos, ya que di('li11 1 4'11111li"fl
aunque muy bueno, no es del gusto de los indígenas tumli11111ní
Es de justicia hacer mención que el Profr. Jacinto M11ld1111
en una ocasión citó a Mario Mateo Valdés, a Alfredo Villul11l111
que esto escribe, a una junta a «LA JUNTA» (no es pleonrnm 111), 11
el lugar donde entronca el ferrocarril K.C.M. YO.* con s11 111111111
Creel y su bifurcación a Madera-Cd. Juárez Chih., y nos ox pllt 11 I
situación deprimente del presupuesto de Internados, y 11rn1 111 ·1'
una tienda para que sacáramos todo lo quemásfaltahiciem 1111111 "t11
Internados (Sisoguichi, Norogachi y Cieneguita). Como 1111 1111' 11
nada, nada sacamos, y yo lo único que recuerdo que tra.k l11111111
seis planchas de fierro para aplanchar ropa, pero sí acompn /'11 111111:, 1il
maestro en su gira por las escuelas de la región de Cd. Guell'111 1 N11 1
cabe duda que Maldonado fue gran indigenista, pero no tu vo 11¡1(11
tunidades para ver sus deseos convertidos en realidades.
* Kansas City, México y Oriente. (Nota del editor).
190
L ogramos, no obstante, construir un dormitorio amplio y fim-
cional para lo cual sí hubo la ayuda oficial.
A fines de agosto recibí órdenes de trasladanne a TÓNACHIC
con mi carácter de Director del Internado, y quién me sucedió en
dicho encargo fue MARIO MATEO VALDÉS, a quien le acompañaba
como Ecónoma, la muy dinámica maestra que era su esposa; me
refiero a doña VENANCIA VIDAL GEN.
Como mi presentación en Tónachic era urgente, por ciertas difi-
cultades que se presentaron al encargado, Profr. de música Fran-
cisco A. Quintanar, el informante tuvo la necesidad de entregar Ciene-
guita a Encamación A. Espino, Maestro de Taller, quien a su vez le
entregó a Mateo Valdés.
INTERNADO DE TÓNACHIC. En septiembre de 1936 me
hice cargo del Internado, y debido a la experiencia que ya tenía en el
trabajo, y además por conocer el medio de la región, ya que antes
había concurrido a una Misión Cultural a Rocheáchi y había acom-
pañado después a una gira al Profr. Jacinto Maldonado, Director de
Educación Federal.
La pobreza del Internado era notoria, y los alumnos que no lle-
gaban a cincuenta, andaban casi desnudos. Inmediatamente me di a
la tarea de vestirlos y a completar el número de becados.
La Institución fimcionaba en un local anexo al templo, el cual
no permitía las comodidades debidas, dado que el agua estaba bas-
tante alejada y había que acarrearla en una bota de cuero, cargada
en burros.
En 193 7 fue reforzado el personal del Internado con elementos
jóvenes, trabajadores y responsables, entre ellos el Profr. SANTIAGO
VÉLEZ BARBOSA (actual Director del Internado de Guelatao, Oax. e
Inspector) y Manuel Martell García como maestro de música.
Ese año se nos presentó una epidemia de Crup y Tifoidea que
diezmó la población de la mayor parte de los pueblos serranos, y
nosotros hubünos de lamentar la pérdida de 17 alumnos. Hicimos .
todos los esfuerzos por combatirla, y, como se carecía de medios de
comunicación, con propios a Batopilas y a Parral logramos que se
191
 movili/_zara una Unidad Médica desde la Cd. de Torreón, Coah., pero
111 L-joramiento de los indígenas al adquirir la zona forestal, pero
cuando? vino, ya se habían registrado los estragos que menciono.
desgraciadamente las ·Compañías Madereras no cumplieron, ni
Er<1 este Internado permanecí hasta 1951, o sea 14 años y los
éxitos JJbtenidos fueron: 1·111nplen con los Contratos, y estas fuentes de trabajo han servido
pnra emiquecer a unos cuantos blancos, y el nativo ha quedado
l. Elevación del poblado a la categoría de Sección Municipal,
l'eiegado a segundo término y es más pobre que antes.
con setfVicios de presidencia, Registro Civil, Oficinas de Rentas,
En Tónachic tuvo lugar la primera Feria Agrícola, Ganadero e
Juzgad~ de Paz y demás inherentes a la secciones.
2. ¿=onstrucción de edificios en lugar más adecuado, junto al río. Industrial en 1940, en cuyas actividades intervino el Profr. Héctor
3. / nstalación de Oficina de Correos, Sánchez Calderón, entonces comisionado como Inspector de nuestros
4. ~onstrucción de una brecha para camiones en una extensión Internados. Este evento sirvió para impulsar las actividades de la
zona, y los trofeos que se repartieron fueron donados por el H. Go~
aproxinfªda de 35 Kms que comunica al lugar con Guachochi.
5. j nstalación de la línea telefónica, en una extensión de 22 bierno Federal y el del Estado.
lans. det'de el poblado de Rochéachic. No cabe duda que las frecuentes visitas de las Autoridades a
6. Úºllstrucción de un puente. las Instituciones, son aliciente para superar el trabajo cada día.
Durante el tiempo que laboré como Director del Internado de
?. Úºllstrucción del edificio para curtiduría.
Tónachic nos visitaron, las siguientes personas que recuerde:
S. Iiltroducción del agua a terrenos de la escuela.
9. pJa11tación de mil doscientos árboles de manzano fino. Don Carlos Basauri. Jefe de la Ofua. de Educ. Indígena.
Pro:fr. Varela. Inspector de Educ. en la zona Norte.
IO. j\.dquisición de terrenos para cultivos extensivos.
Profr. Hernández y Hernández. Director de Educación Federal
Durfnte las, administraciones del General Lázaro Cárdenas y vanas veces.
de don .rv:Januel Avila Camacho, el Internado dependió del Departa-
Profr. Luis Chávez Orozco. Jefe del Depto. de Asuntos Indígenas.
mento A..,itónomo de Asuntos Indígenas, y al asumir la presidencia Ing. Teuffer. Srio. General del Depto de Asuntos Indígenas.
de la Rep iíblica el Licenciado Miguel Alemán, volvimos a depender
Brigada Móvil de la S.E.P. a cargo de Profr. Romualdo Arias.
de la Sedetaría de Educación Pública. No obstante estos cambios,
Don Alfredo Chávez, Gobernador Constitucional del Estado.
el suscrit'1 tlivo la suerte de no ser movilizado.
Ing. Fernando Foglio Miramontes. Candidato a Gobernador del
En e1 aspecto social me tocó ser colaborador inmediato del Pro:fr.
Estado.
Francisca Hernández y Hernández, de Ignacio León Ruíz y de otros
Ing. Talamantes. Gobernador del Estado.
indigenisttls, sirviendo como Secretario Permanente en los Congresos
Pro fr. Mariano Samayoa León. Dir. Gral. de Asuntos Indígenas.
Indígenas celebrados en algunas regiones de la Sierra, siendo el pri-
Ing. Guillermo LieraB. Srio. Gral. del Departamento de Asuntos
mero en utlªchochi, y el segundo en Tónachic. Fue en estos Congre-
Indígenas.
sos donde se consiguió la Planta Hidroeléctrica que se instaló en
En dos obras fracasamos. La creación de una Colonia para los
GuachoclJJ Y dio motivo al nacimiento de este poblado, que antes alunmos egresados, para cuyo objeto se consiguieron cerca de 50
era una 111 es~ta casi deshabitada.
hectáreas de terreno en el lugar próximo denominado «La Gober-
Se int~rvino en forma directa en la organización y funcio-
nadora», y se construyeron 4 casitas, pero la superioridad le dio
namiento de los EJIDOS de la Tarahumara, y se luchó por el
poca importancia al proyecto.
192
193

Canalización de una parte del río, para resguardar los terrenos
y edificios del Centro; se construyó una muralla de cemento, pero
por la escasez de materiales (cemento) no se pudo terminar y se
perdió el trabajo.
Otros fracasos fueron que no obstante que en la Escuela Nor-
mal de Salaices salieron aprobados en el examen de admisión 11
alumnos, se aceptaron como alumnos becados, pero se fugaron a
los pocos días.
Igualmente, a un grupo de nueve indígenas que les conseguimos
becas en la Escuela de Artes y Oficios de la Cd. de Chihuahua, don-
de tomaran sus alimentos, y que concurrieran al TECNOLÓGICO a
especializarse como obreros; también aguantaron pocas semanas y
se fugaron.
Por lo expuesto es de juzgarse la necesidad de que se creen
Instituciones de Educación Superior en la zona indígena, donde el
medio les permita a los indígenas permanecer y la prueba la tuvimos
en Guachochi, cuando funcionó por unos meses una Normal Rural,
que dirigió el Profr. José Hernández Labastida, la asistencia fue nor-
mal, pero fracasó por falta de presupuesto.
En 1951, el informante fue removido de su cargo en Tónachic
y se le comisionó en Misiones Culturales de Asuntos Indígenas.
YOQUIVO. Mpio. de Batopilas, Chih. En este lugar funcionó
el primer Internado Indígena, pero ignorando cuáles fueron los
motivos, fue clausurado, siendo su duración un poco más de dos
años.
En su lugar, a los muchos años se estableció una Misión de
Mejoramiento, de la Dirección General de Asuntos Indígenas, la
cual estuvo, primero a cargo de Carlos Gutiérrez M. y después bajo
la dirección del Maestro Santiago Vélez Barbosa. La labor desarro-
llada en la Misión fue notoria, pues se significó por el mejoramiento
conseguido a los indígenas en todos los órdenes. Se construyeron 9
casas para colonos, se construyó una presa para almacenamiento de
agua para irrigación de pequeños lotes, pero debido a que el presu-
puesto no era suficiente, y a lo mal atendido que estuvieron estas
194
instituciones en Chlhuahua por parte de la Dirección General, al
informante le tocó ir a clausurarla, habiéndose cambiado al pueblo
de ABOREACHIC, Mpio. de Batopilas. En este lugar funcionaba
una explotación forestal de la Compañía Maderera de don Femando
Alcocer, y todos los dineros que por concepto de rentas de bosques
eran entregados en artículos, tales como el maíz, frijol, manta,
alambre, etc. y el Ingeniero del Gobierno, señor Efraín Sandoval, en
lugar de favorecer al indígena, fue el peor explotador, pues exigió
que se le comprara una camioneta para sus usos particulares, y com-
pró o mejor dicho vendió árboles de manzano de su vivero que tenía
cerca de Cd. Guerrero, los cuales eran de baja calidad, y en fin hizo
desbarajustes con los dineros ejidales. La Misión nada pudo hacer,
pues los intereses creados eran muchos, y como ya para entonces se
había establecido el Centro Coordinador de la Tarahumara, con sede
en Guachochl, y cuyo dirigente fue el Profr. Francisco M. Plancarte,
éste consiguió que la Misión se trasladara al poblado de
CUSÁRARE. Mpio. de Batopilas. En este lugar, inmediata-
mente se consiguió la reapertura de la Escuela Rural que hacía tres
años que no funcionaba; se construyó un edificio para completar los
necesarios para las Oficinas y Talleres de la Misión, se hlzo funcionar
la plantita de luz de la Misión, se consiguió una ampliación al ejido
y, lo más importante, se logró la devolución al ejido de la maquinaria,
equipo de transportes, casas, mobiliario y otros artículos que hacían
un total valuado en más de $200.000.00, los cuales estaban embar-
gados por el mismo Gobierno, por una explotación forestal que años
antes había funcionado y que, por malos manejos, había quebrado.
Al informante le tocó recuperar todo aquello. Entre lo que se
contaba con cinco camiones, un taller completo de herrería, otro de
carpintería, varias casas de madera, etc., y de todo ello envié los
inventarios a la Dirección General de Asuntos Indígenas y se hlzo
entrega al ejido.
Con ayuda del I.N.I. (Centro Coordinador Tarahumara), el jefe
de la Misión dirigió los trabajos de reconstrucción del viejo camino
195
 carretero de Cusárare a Norogachi, en el tramo hasta cerca de Cltu
¡;1'•\•·~ido en épocas anteriores, como Manuel Loya Bustillos, quien
guita. Todo auguraba un rotundo éxito para la Misión de Asu11l11
I'"' tna\ fundado rencor por la gran amistad que tengo con los indí-
1" "'"de toda la zona y quien de humilde ayudante de escuela rural,
Indígenas, pero debido a la penuria de la misma, y a que se ACORI )( l
\11 había propuesto como maestro de materias académicas, a pesar
con el Profr. Melgarejo (Director entonces de Asuntos Indígena¡.¡ )
.le la escasa preparación (6' año y dos años en Salaices), y llegó a
que se establecería un subcentro del I.N.I., este funcionario ordcnt'i
""calar a Director en el )nternado de Tónachi. Pero el Profr. Aguilera
la desocupación del lugar, desapareciendo la Misión y mandándol11
1>orantes quizá por lástima acordó darme la comisión de Procurador
a
1\c Comunidades Jndígenas en la zona tarahumara, puesto que he
SIQUIRICHI. En este lugar, como hasta la fecha, funcionabu
el internado indígena, a cargo de Fructuoso Rojas Pérez, y como desempeñado hasta la fecha.
PROCURADURÍA DE coMUNIDADES INDÍGENAS. En
subdirectora su esposa, Doña Eufrosina Yáñez de Rojas, ambos tm
esta comisión he hecho lo que se ha podído, en beneficio de la región,
poco enfermos mentales (o al menos así parecía), pero con la
con las Oficinas, primero en Tónachi y últimamente en Guachochi,
protección muy marcada del Delegado General de Asuntos Agrarios y he participado en todos los movimientos promovidos por \os
en el Estado, señor Gonzalo Dayo Estrada, lograron influir ante la tarahumaras, tendíentes a su mejoramiento. He coordinado las
Superioridad para que el suscrito se relegara a los barrancos, y actividades con el Centro Jndígenista dependíente del I.N.I. y he
tuvieron a bien que se escogiera al poblado de
nt palpado los adelantos obtenidos por nuestros Jnternados, tres a la
POLANCO, Chih. Ya dije que en este lugar por los años de fecha, bajo la dirección del Profr. Enrique García Gallegos, quien
1927 al 35 había trabajado con todo éxito, pero ahora, con una Misión
Cultural, decepcionado, sin equipo, sin personal y con veinte años periódicamente los visita.
más de edad, aunque con mucha experiencia, el trabajo desarrollado
fue insignificante. Lo hecho anteriormente ya no existía, sin oficina CONCLUSIÓN
Para terminar me pongo a examinar lo que en los 37 años que
de correos, la gente muy pobre. No obstante reedifiqué la casa del he laborado dentro de la zona tarahumara y mi opinión personal es:
~
maestro que estaba en ruinas, se puso tejabán nuevo a la escuela, se ESCUELAS RURALES: Que en lugar de muchas escuelas a ,
~
reconstruyó el teatro al aire libre y se organizó el ejido, pues la te- las cuales no concurren indígenas, por lo alejado de sus rancherías,
nencia de la tierra estaba únicamente como posesión. Siendo Direc- se haga una selección de lugares donde se establezcan escuelas-
tor General de Asuntos Indígenas el Profr. Mario Aguilera Dorantes, hogar, donde los niños tomen sus alimentos, siquiera los de medio
se verificó una junta de directores de internado y Jefes de Misión,
en la Cd. de México, D.F. a la cual asistí, y dicho maestro, con la día. INTERNADOS INDÍGENAS: Que los alumnos que terminen
amplia visión que lo caracteriza suprimió algunas Misiones de Mejo- su sexto año de primaria lo hagan por capacidad, y no por antigüedad
ramiento Indígena, las cuales no eran más que de nombre, pues el de estadía en el ]ntemado. Pues se está dando el caso de que jóvenes
presupuesto de nuestra dependencia no alcanzaba para pagar el per- egresados, al ser examinados para ocupar otras comisiones, no han
sonal necesario, ni otros gastos indispensables para el trabajo. Había respondído a la preparación que se cree que tengan. Que se haga
Misiones como la mía, que nada más contaba con el jefe y la traba- una Coordinación con las Escuelas Federales que funcionan anexas
jadora social, y sin más con qué laborar. A ello se agrega la mala a los Jnternados, a fin de ver si es posible que ambas trabajen con el
información dada por algunos compañeros que el informante había 197
196
 mismo Calendario, sea el tipo «A» o el «B», para que los nitll>i
indígenas tengan oportunidad de cursar su tercer año en calidad dt•
externos .
.ESCUELAS ALBERGUE. El Centro Coordinador Indigenista,
dependiente del I.N.I. tiene funcionando cuatro escuelas albergue,
donde los niños indígenas de partes muy alejadas toman sus
alimentos, las tres veces al día, los más cercanos una vez, al mediodía,
y los del lugar, ninguna; y en esta forma, como la Escuela de Agua
Zarca, cuenta con una asistencia regular de más de cien indígenas
de ambos sexos, y en esta forma, pronto habrá suficiente material
vn. SALUBRIDAD
humano para los Internados Indígenas, de nuestra Dirección Gene-
ral, los que en su plan de trabajos solamente se admiten a niños que
hayan cursado el tercer año de primaria.

:ll GUACHOCHIC, Chih., 20dejuliode 1961.

·:
·'
¡I

Procurador de Comunidades Indígenas

J. Rosario Martínez Chávez

198
 l ,os tres documentos incluidos en este capítulo provienen de la
Sc.:cción de Salubridad del Centro Coordinador de la Tarahumara
y fueron elaborados por médicos adscritos a ese departamento
·n 1959 y 1960.
Todos estos documentos resultan significativos de las difi-
ultades y tareas de la medicina indigenista: enfrentada a un
paradigma cultural que concibe y clasifica la salud y la enfermedad
de forma distinta y que cuenta con sus propios sistemas curativos
y especialistas, la medicina científica e institucional que promueve
el indigenismo se ve, como lo revelan en muchas partes estos
¡il/,,
textos, sumamente inerme. No sólo para hacer extensibles sus
supuestos beneficios en un medio donde predominan las pato-
"
"'
!)1 logías de la pobreza, sino sobre todo, para explicar otras formas
,· y modelos culturales de entender la salud, la enfermedad, la
muerte y, por ende, la vida.
Quizás por todas estas razones las reflexiones de los médicos
que incluimos en esta sección son sumamente interesantes y de
enorme actualidad.
En el primero de los textos, el doctor Robles Garnica compara
sin prejuicios las ventajas y limitaciones del sistema de atención
de los médicos indigenistas y de los curanderos indígenas. De su
reflexión deriva una clara convicción de lograr entender los
principios de la medicina tarahumara.
En el segundo de los textos, el doctor Sauceda, Jefe de la
Sección de Salubridad del Centro Coordinador de Guachochi,
reseña la incapacidad del servicio médico del INI para hacer frente
a una epidemia de gripe que se desencadenó en la Alta Sierra
Tarahumara en febrero de 1960. El texto no puede ser más crudo:
a pesar de haber echado mano de todo elemento humano de que

201
 se dispuso y de haber utilizado los más eficientes antiOiót i< n 11
las cifras de enfermos y difuntos son alarmantes.
El tercero de los textos se sitúa en la frontera entre la reflexi(111
médica y la etnografía. Presenta una serie de consideraciones d1 ·
uno de los doctores adscritos al !NI en Guachochi sobre el prn
blema del alcoholismo en las comunidades tarahumaras. Ajeno "
los prejuicios etnocentristas y tras analizar el papel central que
el tes güino tiene en la cultura tarahumara, el doctor Cuéllar, auto1
del informe, concluye señalando que el alcoholismo más grave es
el que se está desarrollando en los aserraderos y centros madereros
y está ligado a la monetarización de la economía propiciada por
. .¡¡¡¡: la actividad forestal. El doctor concluye proponiendo algunas
IH
"' medidas para frenar este tipo de alcoholismo.
'"
11/ '
¡';,
if
,IJ
202
1h. 1NFORME DE LA SUPERVISIÓN A LA SECCIÓN DE
\LlJ BRIDAD DEL CENTRO COORDINADOR INDIGENISTA
1111: LA TARAHUMARA REALIZADA DEL 7 AL 19 DE JUNIO
mi: 1959.*
EL SERVICIO ivfÉDICO CONTINÚA INTERESANDO A UN
l\ lmUCIDO SECTOR DE LA POBLACIÓN INDÍGENA
Esto se debe a las siguientes causas:
1. La vigencia de una cultura diferente que continúa orientando
fuertemente a la población hacia la utilización de los servicios de
los especialistas nativos.
2. El poco conocimiento que nuestra Sección de Salubridad
tiene del funcionamiento de la cultura indígena en su aspecto médico;
persiste, por ello, la incógnita sobre la forma mejor de atraer a la
población hacia los servicios médicos.
3. La gran dispersión de la población es un problema que
continúa, sin presentarse ningún principio de solución, pues aún en
Cusárare en donde se han construído algunas casas, sus moradores
radican en ellas una temporada dd año y durante otra temporada se
trasladan a otros lugares. A la dispersion de la población se agrega
cierto grado de nomadismo.
4. La imposibilidad de llevar en grandes proporciones el servicio
médico a los hogares indígenas, por la escasa disponibilidad de
recursos humanos y técnicos. Un médico para atender un enfermo
en su casa puede necesitar todo un día. Un médico o un promotor en
gira, si los caminos son transitables, visitará en un día unas diez
familias.
5. Ha habido una precaria búsqueda de técnicas para salvar las
distancias físicas y culturales que separan al servicio médico de la
población indígena.
6. El personal auxiliar, los promotores, tienen una preparación
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 9, Exp. 9.
203
 muy deficiente, lo que da lugar a que tengan un insuficiente p11p1 1
de enlace entre el programa y la comunidad.
7. La poca afortunada localización de las unidades médic11s d1
Baquíriachi y Cusárare que son puntos periféricos del área de tr" liu J•'
del Centro y corresponden a zonas de muy baja densidad de pi 1
blación.
El Prof Julio de la Fuente resume, diciendo que el problema d1•
la distancia tiene dos aspectos, uno fisico (la población eslá m11)
dispersa y el paciente muy enfenno no puede acudir a la clínica) y
otra distancia cultural (aun cuando al indígena no le cuesta nada la
atención en la clínica no acude porque continúa teniendo suficiencia
cultural para tratarse a su manera muchas enfermedades. No podemos
cuantificar esta suficiencia cultural porque desconocemos el concepto
;!111 , que sobre las enfermedades tienen los indígenas).
11,i
i',•,,·, De lo anterior resulta que hay un desconocimiento recíproco
11_¡
de las motivaciones de los indígenas y de las del programa. Por
ejemplo, es opuesto el ambiente familiar y el ambiente de la clínica
y es en el primero en donde se hace la medicina tradicional. El Dr.
González cree que el moderno edificio de la clínica de Baquiriachi
más que atraer, rechaza a los indigenas y propone que se obtenga
una rústica casa vecina para internar enfermos. Por otro lado, en
esta medicina tradicional, es invariable el tratamiento del enfermo
en el hogar del paciente y jamás fuera del él.
:1;
·llJ
OBSERVACIONES EN SAMACHIQUE
Un misionero protestante establecido en Samachique, pone en
práctica algunas soluciones hasta cierto punto aplicables a las difi-
cultades que confronta nuestro servicio médico.
Este misionero entre sus varias ocupaciones es curandero y si
son veraces sus informaciones, atiende más enfermos que cualquiera
de nuestros médicos, a pesar de que Samachique se encuentra en
una región escasamente poblada y de que la mayor parte de su
clientela no es adepta a la religión que propaga.
Las actuales diferencias fundamentales entre este curandero y
204
11tll'slros médicos, son las siguientes: durante 12 años consecutivos
1111 trabajado en Samachique, la estancia de un médico en su clínica
111 breve, aún en comparación con los médicos de otros Centros. El
1·11randero siempre está en su puesto, nuestros médicos cambian con
lrccuencia de clínica o de Centro. El curandero conoce, aunque no
os un especialista en ciencias sociales, la cultura tarahumara, nuestros
médicos la ignoran. El curandero habla el idioma indígena, nuestros
médicos no. El curandero siempre da algún medicamento (no
·onocemos la calidad de su botiquín), en nuestras clínicas se agotan
las medicinas por limitación presupuesta! y algunos enfermos se
regresan sin tratamiento. Probablemente el curandero siempre es
afectuoso con sus clientes, nuestros médicos viven con no poca ten-
sión originada por el aislamiento, las limitaciones económicas, la
escasez de confort y la falta de perspectiva de desarrollo profesional
(no reciben buena literatura médica), nunca pueden asistir a cursos
de actualización y con excepción de los becados en la Escuela de
Salubridad, nunca logran reunir dinero suficiente para especializarse.
PRIORIDAD DE LA MEDICINA ASISTENCIAL
En el área tarahumara, porque es más comprensible para la
cultura local y porque así lo amerita la patología predominante, por
algún tiempo continuará teniendo prioridad la atención de enfermos
sobre la medicina preventiva.
La medicina asistencial que actualmente se aplica, beneficia a
1~·
unos 1,600 indígenas y 800 mestizos. En las áreas de posible influe-
ncia de nuestras clínicas establecidas en Guachochi, Rochéachi,
Cusárare y Baquiriachi, hay 13,000 habitantes aproximadamente.
Es decir, que es posible duplicar en un año y triplicar en dos años el
número de enfermos atendidos por nuestro servicio. Si se establecen
clínicas en Norogachi y Samachique la población del área de trabajo
aumentaría a 20,000 habitantes.
La patología predominante de la región también fundamenta la
proposición de que se dé especial atención a la curación de los
enfermos.
205
 Por orden decreciente de importancia predominan los siguientus
padecimientos: diarrea y enteritis (11 %) del total de padecimientos
atendidos, sarampión (7%), avitaminosisy otros estados carenciales
(6%), bronquitis y artritis y reumatismo (salvo la fiebre reumática)
(5% e/u), rinofaringitis aguda (resfriado banal), disentería en todas
sus formas y tosferina (4% e/u), faringitis aguda, amigdalitis y otras
enfermedades del aparato digestivo (3% e/u). (La fuente de estos
datos es el informe anual de 1958 de la Sección de Salubridad del
Centro Tarahumnara).
Con excepción de la tosferina para la cual la vacunación es un
recurso preventivo eficaz, todas las demás enfermedades aún siendo
transmisibles no son totalmente evitables por ahora en esa región.
De esto se deduce que tienen prioridad la atención de los enfermos
y la prevención de la tosferina con un programa de vacunación.
;¡ lí~:
111 ¡
'"11
•,¡!
ALGUNAS POSIBLES SOLUCIONES
Para ampliar la atención de los enfermos es recomendable:
1. Iniciar el estudio de la cultura regional y
2 . Organizar eficientes servicios.
Para lo primero se propone:
1. La realización de reuniones bimensuales de médicos y
antropólogos en las que se comparen experiencias, se comenten
temas de la «cultura médica local» y se hagan balances del trabajo
11,
,Ji¡; realizado.
2. Asistencia de los médicos a reuniones indígenas, sociales,
ejidales y otras ceremonias a fin de entrar en relación con gmpos
indígenas importantes, reportando mensualmente al final de la fonna
INI MI el número de reuniones a las que se asistió y los sitios en que
se verificaron.
3. Es recomendable el estudio por los médicos de la Cartilla
Tarahumara para aprender un vocabulario mínimo que fomente un
clima de comprensión entre el profesionista y el paciente.
4. Enviar a los médicos literatura relativa al mejoramiento de la
relación entre el profesionista y el paciente.
206
Para organizar un eficiente servicio se pueden tomar las siguien-
1us medidas:
1. Solicitar a las siguientes personas y autoridades que canalicen
enfermos a las clínicas y las localidades periódicamente visitadas:
promotores de educación, maestros federales, autoridades indígenas,
autoridades ejidales y Consejo Supremo Tarahumara. En muchas
ocasiones el Centro ha demostrado tener una gran capacidad de movi-
lización de la población indígena para diversos asuntos económicos,
ejidales, políticos, etc. Es de esperarse que una parte de esta capacidad
de movilización sea utilizable para popularizar el servicio médico.
2. Enviar a la enfermera instructora, Srita. Ma. Enriqueta Rangel,
que próximamente terminará su curso de especialización en esta
ciudad, para que en agosto dé un cursillo de adiestramiento a los
promotores con una duración de dos a tres semanas.
3. Construir pequeños puestos médicos - una caseta- en donde
el médico pueda dar consulta en sus visitas periódicas a las loca-
lidades de su jurisdicción. Durante el resto del año los médicos
procurarían visitar las localidades que más adelante se mencionan
con el propósito de convencer a la población indígena que utilice el
servicio médico. A partir del próximo año el médico estaría perma-
nentemente en su clínica y sería el personal auxiliar el que hiciera
los recorridos en las diversas localidades.
El médico de la clínica de Guachochi visitaría: Cabórachi, Otó-
bachi, Cieneguita y Agua Zarca.
El médico de la clínica de Rochéachi visitaría: Seguérachi,
Aboréachi y Papajichi.
El médico de la clínica de Baquiriachi visitaría: Guagüeachi,
El Cuervo, Tecorichi, Guasárachi y Guachamoachi.
El médico de la clínica de Cusárare visitaría: Choguita, Sama-
chique y Basíhuare.
En las localidades anotadas hay escuela del INI o aserradero o
ambas, la mayor parte son ejidos.
Por ahora se propone que las visitas a esas localidades se realicen
durante el resto del año. A partir del próximo año el médico se
207

concentraría en su clínica a fin de que los enfermos cada vez que
tengan necesidad de acudir al servicio lo hagan con la seguridad de
que lo encontrarán. Pero será la experiencia la que determine si debe
ampliarse este período de visitas.
Se informará a los vecinos de cada localidad la fecha en que
serán visitadas por el médico a fin de que el mayor número de ellos
pueda utilizar sus servicios.
4. Impulsar la atención dental (exodoncia) en este ambiente de
frecuentes caries dentales, puede ayudar a armonizar el servicio y la
población.
5. Se puede utilizar el teatro guiñol para presentar varias obras
sobre el tratamiento de los enfermos en las clínicas y en las loca-
lidades. La Srita. Nancy Cárdenas podría cooperar con el proyecto
escribiendo una o más obras con este tema.
li ~l,
6. Contribuye a aumentar la eficacia del servicio la hospita-
;,'il:
"'" ' lización de enfermos, que es, muy útil aún en aquellos padecimientos
no graves, porque le evita al paciente hacer repetidos viajes a través
de grandes distancias que con frecuencia hay entre su domicilio y la
clínica.
Para el resto del año basta con $2,000.00 destinados a la
alimentación de los enfermos que se internen en las clínicas.
7. Ayudaría a atender mejor a algunos enfermos la presencia de
personas en las localidades que puedan inyectar. La enseñanza de
ll,, , voluntarios puede iniciarse en una o dos clínicas. Pueden entrenarse
,1111 ,
alumnos que hayan terminado su primaria.
8. Es conveniente que la partida para medicinas se aplique to-
talmente y se distribuya en las clínicas incluyendo la de Cusárare
que actualmente por diversas circunstancias no puede recibir medi-
cinas de los fondos ejidales. El Dr. de la Rosa opina que la falta de
medicinas más que la barrera cultural es la responsable de la poca
asistencia de enfermos.
Las cuotas de recuperación pueden invertirse en la compra de
medicamentos. Los médicos las entregarían a la Administración del
Centro la cual ordenaría la compra de medicamentos.
208
9. Informar a los enfermos los días de la semana en que el
médico no está en la clínica por visitar otros poblados.
1O. Adiestrar a los promotores para que descubran y canalicen
los enfermos a la clínica.
11. A partir del próximo año incluir en el personal oficiales
sanitarios que hagan obras de saneamiento y atención de enfermos
con padecimientos sencillos y canalicen a la clínica los casos com-
plejos.
12. Instruir a la promotora de Cusárare a fin de que promueva
algo de higiene en las viviendas recientemente construidas.
13. La próxima inauguración del servicio en Rochéachi ampliará
en forma importante el trabajo sanitario. En este lugar se ha contado
con la cooperación de los ejidos que serán beneficiados. El ejido de
Rochéachi aportó su edificio aún sin estrenar, originalmente desti-
nado a la Presidencia Municipal. Las adaptaciones que está haciendo
el Centro, lo harán funcional. El médico y su familia tendrán un
relativo confort y será posible internar algunos enfermos, sin em-
bargo, es muy necesario instalar una bomba para introducir el agua
de un arroyo próximo con la que puede ser movida la planta eléctrica
que ya se compró. Sin la bomba de agua resulta muy ·penosa la
estancia del médico y la atención de los enfermos internos pues
habría que transportar el agua en botes del arroyo a 200 metros de
distancia.
El Centro no tiene dinero disponible para la compra de la bomba
por lo que se sugiere que sean las Oficinas Centrales las que la
compren. El ejido de Rocheáchi dará $10,000.00 y los ejidos de
Aboréachi y Papajichi han acordado dar $5,000.00 para la compra
de medicinas.
14. Si fuera posible que las Oficinas Centrales destinaran unos
$5,000.00 para empezar pequeñas obras de saneamiento, se podría
iniciar un modesto pero útil programa para hacer protecciones de
agua potable junto a algunas escuelas, cuya construcción estaría a
cargo de un oficial sanitario que fuera del Centro de Chiapas (pasajes
y viáticos con cargo al Centro, el sueldo por parte de Chiapas). Su
209

estancia de uno o dos meses serviría para vigilar las constr~cciones
y entrenaría a los promotores en estos trabajos de saneamiento.
Estas obras serían protección de manantiales, de pozos super-
ficiales y de casetas para el aseo de los escolares. Este programa
podría realizarse al terminar la época de lluvias.
15. Fue afortunada la intervención del Departamento de Promo-
ción Económica para que se aprobara un presupuesto de $5,000.00
en el plan de inversiones de. Choguita, Basíhuare, Samachique y
$2,500.00 en Cabórachi para que los médicos dispongan de medi-
cinas cuando visiten esas comunidades. El programa del próximo
año examinará la posibilidad de crear dos plazas de médicos para
Norogachi y Samachique. En este último paraje el ejido probable-
mente pueda pagar el costo total de la construcción de una clínica y
su equipo. La clínica, semejante a la de Chilil, tiene un costo - edi-
"
ficio y equipo- de $50,000.00 aproximadamente.
Choguita, Basíhuare y Cabórachi han facilitado extraordina-
riamente la ampliación del servicio al aprobar presupuestos para
construir pequeños puestos médicos. Esta fue una plausible iniciativa
del Departamento de Promoción Económica.
16. Como en todos los ejidos hay indígenas y mestizos deben
los médicos procurar que su atención no sea absorbida por los
segundos, usando todos los canales de comunicación posible para
convencer a los indígenas de que acudan al servicio y extremar el
trato bondadoso con ellos.
17. En el resto del año se vacunarán 1,000 niños contra la
difteria, tosferina y tétanos. El teatro guiñol puede colaborar pre-
sentando la obra respectiva de Rosario Castellanos. Esta vacunación
se ampliará progresivamente hasta proteger a todos los menores de
8 años. Esto es posible en 2 años. El año pasado se vacunaron 1,000
niños. El control de la tosferina es muy importante. El año pasado
hubo una epidemia que alcanzó graves proporciones. La vacunación
porpuesta puede impedir que se repita otro brote semejante.
210
NECESIDADES MATERIALES
DE LAS CLÍNICAS
CLÍNICA DE BAQUIRIACHI. Arreglo en la noria, fosa séptica,
alambre eléctrico, 2 colchones para enfermos, 12 sábanas, 1 estufa,
1 calentón.
CLÍNICA DE CUSÁRARE. 2 tambos para almacenar agua que
se obtendrá de un manantial cercano sin proteger, es para uso
doméstico y de la clínica, cambiar el consultorio a otra habitación
(es improbable que pueda terminarse -por falta de dinero- la
construcción de la clínica en el presente año), arreglar la planta de
la luz descompuesta desde hace meses, dos catres que pueden
tomarse de Baquiriachi.
CLÍNICA DE GUACHOCHI. 1 boiler, 1 regadera, 4 batas para
enfennos internos, 4 sábanas y 2 hules para cama.
CLÍNICA DE ROCHÉACHI. 1 estufa, 2 calentones, 1 cama,
1Osillas, 2 mesas, 1 escritorio, 1 buró, 1 alacena cocina, 1 lavama-
nos, 1 lámpara primus, 2 catres, 1 ropero, 1 caseta para baños y l le-
trina. Todos los objetos de madera pueden hacerse en la carpintería
del Centro.
EL JEFE DEL DEPARTAMENTO
DE MEDICINA SOCIAL
1r
Dr. Roberto Robles Garnica 1\
1
1\
1\I
211
 17. INFORME DE LA SECCION DE SALUBRIDAD DEL
CENTRO COORDINADOR INDIGENISTA DE LA TARA-
HUMARA EN RELACIÓN CON LA EPIDEMIA DE GRIPE QUE
SE DECLARÓ EN LA ALTA TARAffiJMARA EN FEBRERO DE
1960. GUACHOCHI, CiillI., 28 DE MARZO DE 1960. *
Prof Agustín Romano D.
Director del Centro Coordinador Indigenista
de la Tarahumara.
Presente.
A continuación me permito informarle del resultado de los tra-
bajos desarrollados en la parte alta de la Tarahumara, en relación
con la epidemia de gripe que apareció desde fines del mes de febrero
::: próximo pasado.
Se recibieron informes de brotes de esta epidemia en localidades
principalmente del Municipio de Batopilas; también en localidades
de parte del Municipio de Balleza y parte del Municipio de Urique.
La tarea para proporcionar asistencia médica a los enfermos ha
sido complicada, en virtud de la enorme dispersión de la población.
Sin embargo, la zona de Guachochi ha sido atendida, principalmente
por el suscrito, y auxiliado por algunos promotores de esta Sección.
Considero que el médico en sí, no puede atender a los numerosos
enfermos que se han reportado, por lo que se estimó conveniente
comisionar a los enfermeros de salubridad en todas aquellas locali-
dades en que se solicitaron los servicios del Centro Coordinador, al
igual en aquellos lugares en que se tuvo noticia de la aparición de
esta epidemia de gripe. En el Servicio Médico de Guachochi de este
Centro, se recibieron los primeros informes de los diferentes lugares
de esta zona sobre la epidemia, a mediados del mes de marzo. Al
acudir a los lugares en que se encontraban los enfermos, encontramos
a éstos en diferentes grados de evolución con un cuadro de gripe
*Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 9, Exp. 9.
212
que evolucionaba y un número de ellos que se complicaba con
bronconeumonías que los conducía a la muerte.
Para combatir esta epidemia se echó mano de todo elemento
humano de que se disponía y que se había preparado en el Curso de
Adiestramiento para Promotores de Salubridad y se tuvo, además,
la colaboración de los Promotores de Educación y de tm Maestro
Federal de Norogachi. A cada uno de estos promotores se les dio
instrucciones escritas sobre la manera de usar los medicamentos, de
acuerdo con la gravedad de cada enfermo.
En lo general a cada enfermo se le proporcionó una inyección
de penicilina que, de acuerdo con el estado de cada caso, iba de
300,000 a 500,000 UI, asociada con una dotación de sulfadiazina.
Debido a la lejanía en que se encuentran los enfermos, con relación
a la situación de cada uno de los Médicos que se encuentran en la
Tarahumara, se decidió que a los pacientes que se encontraban muy
alejados, se les aplicara una dosis de penicilina, misma que se com-
plementó con una dotación de sulfadiazina. En el caso de enfermos
graves hubo que repetirse las inyecciones sin importar las distancias.
Los Promotores de Salubridad atendieron a la población de las
localidades de Aboréachi, Tónachi, Cabórachi, Norogachi, Otóvachi,
Samachique, Guachochi y Agua Zarca. A cada uno de estos lugares
fueron uno o dos promotores con su respectiva dotación de anti-
bióticos y sulfas, dinero para gastos y demás elementos necesarios.
Cada una de estas personas recorrió todas las rancherías para impartir
atención médica a todos los enfermos de que tuvo conocimiento.
Los promotores aún se encuentran comisionados en los lugares an-
tes mencionados, por lo que aún no se tienen informes completos
del número total de pacientes que hayan atendido hasta esta fecha.
Sin embargo, se tienen los primeros resultados que indicamos a
continuación:
Ciénega de Cabórachi, 28. Norogachi, 3'8. ~ ~
Cabórachi, 45. Aboréachi, -20.
-.
. •<.l
~
213
 reponer los medicamentos que hemos tenido que emplear en la
Debido a que en los últimos tres días se tuvo conotimiento de
que la epidemia estaba afectando muy seriamente a la población de atención de los enfermos de gripe.
De la zona norte de la Tarahumara, especialmente de Yahuírachi,
las distintas rancherías de Norogachi, se decidió enviar al Dr. Catarino se han reportado informes de la aparición de esta epidemia, pero en
González Garza con el auxilio de dos promotores de salubridad y menor intensidad. Hasta este momento no hemos recibido informes
un Maestro Federal. Estos elementos aún continúan trabajando en numéricos sobre los resultados del trabajo que ha desarrollado en
la citada zona, por lo que ignoramos aún el resultado de sus trabajos.
este aspecto el Médico comisionado en esa zona.
No obstante el esfuerzo que se ha desplegado por parte de los
Servicios Médicos de este Centro Coordinador Tarahumara, se ha
tenido que lamentar una serie de defunciones, mismas que, según Atentamente
los datos de que actualmente disponemos, se resumen de la siguiente
manera: EL JEFE DE LA SEC. DE SALUBRIDAD
Aboréachi, 14. Bahueachi, 12.
Tecorichi, 3. El Cuervo, 2. Dr. Leopoldo Saucedo Tinajero
Nacásorachi, 4. Cieneguita de
Santa Anita, 9. Guachochi, 1.
Tónachi, 8. Cabórachi, 9.
Norogachi, 9. Guachochi, 8.
Samachique, 8. Baquiriachi, 5. C.c.p. el Dr. Roberto Robles Gamica.- Jefe del Depto. ¡I
Bachamuchi, 2. La Unión, l. de Medicina Social del lnst. Nal. Indigenista. México, D.F.
Hueleyvo, 2. Ruruchácachi, 1. C.c.p. el Dr. Alfonso Caso. Director del INL México, D.F.
C.c.p. el Dr. Ignacio González Estavillo. Jefe de los Servicios
Desde luego consideramos que estos datos están incompletos
debido a que no hemos recibido informes completos de las locali-
Coordinados de Salubridad en el Estado. Chihuahua, Chih. 1 .\

dades más alejadas.

•"
f.,¡
Aprovecho esta ocasión para informarle que la dotación de
antibióticos, especialmente de penicilina y sulfadiazina para la
atención de esta epidemia, se ha utilizado casi en un 50% de la dota-
ción anual que el Instituto entrega para este Centro. La poca medicina
que queda durará posiblemente unos tres meses más, por cuyo motivo
considero que después de agosto próximo no dispondremos de estas
medicinas. En vista de lo anterior, me permito sugerirle la necesidad
de que en la primera oportunidad que entreviste al C. Director del
Instituto gestione una ampliación de $10,000.00 más al presupuesto
que para medicinas tiene este Centro, los cuales se destinarán a
215
214
 18. INFORME DEL DR. CATÓN B. CUELLAR, MÉDICO DEL
CENTRO COORDINADOR INDIGENISTA DE LA TARAHU-
MARA SOBRE EL ALCOHOLISMO EN LA SIERRA TARA-
1.fUMARA. GUACHOCHI, CHIH., 20 DE OCTUBRE DE 1960.
EL ALCOHOLISMO EN LA SIERRA TARAHUMARA
(zona de la influencia del Centro Coordinador
Indigenista de la Tarahwnara)
Los rarámuri representan la cultura del batari o tesgüino.
El alcohol ha tomado gran importancia en todas las culturas, y
en nuestro México, de todos es sabida la existencia y gran consumo
del octli o pulque, lechosa bebida alcohólica que usa como materia
prima el aguamiel de maguey.
Los Jesuitas, teórica y prácticamente enemigos declarados de
las bebidas alcohólicas, trataron desde su entrada a la tarahumara
hace 300 años de desterrar el batari del consumo regular de los
rarámuri; siempre fracasaron.
¿Por qué consume batari el rarámuri? Son varias razones.
Primero recordemos la fabricación del batari.
El maíz seco y desgranado se pone con agua en cualquier
recipiente hasta que principia a germinar, después se muele a metate
y se pone a hervir en ollas; tanto en la molienda como en el co-
cimiento se le mezclan, en muchas ocasiones, diversas hierbas.
Después de que se cuece un determinado tiempo, se coloca en ollas
de barro, donde continúa la fermentación. (Los indígenas dicen que
el batari «hierve sin lumbre») y, si la «cerveza» resultante se con-
sume «tierna» es «dulce» y de baja graduación alcohólica, pero al
dejarse por más tiempo fermentado sube el porcentaje de alcohol y
el sabor de la bebida es agrio.
Por esta descripción se puede afinnar que el batari o tesgüino
es una bebida energética generalmente de baja graduación alcohólica
'Archivo del Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara. Leg. 9, Exp. 9.
216
(igual o menor a la de los vinos generosos), así que al privar a los
rarámuris de su bebida bajaría su aporte calórico y vitamínico. Ade-
más de lo anterior viene todo el efecto farmacológico del alcohol,
que proporciona un escape de la realidad hacia un mundo mejor, de
euforia artificial.
Por todo esto, y considerando que el alcoholismo se define
«como la ingestión de alcohol por un individuo detenninado en
cantidad superior a la de la generalidad de la gente en ese lugar y
época», no es posible desterrar al rarámuri del batari, teniéndosele
que considerar como «no alcohólico».
Pero el rarámuri se vuelve ALCOHÓLICO al comprar en un
comercio una botella de licor o de cerveza, y así tenemos el hecho
pavoroso de que en las zonas de GUACHÓCHI y CUSÁRARE princi-
palmente, el conswno de botellas de «fuerte» por los rarámuri es
considerable.
Soy el primero en comprender que la solución definitiva a este
problema vendrá a través de una buena educación de varias gene-
raciones, pero dadas las características de la zona resulta fácil y
barato hacer algo práctico inmediatamente.
GUACHOCHI. No existen cantinas, vendiéndose los licores
sin ningún control en cualquier comercio (tendajón mixto). Existen
varios billares en donde hay venta libre de licores y en los que
generalmente no se priva el acceso a menores. Y todos los domingos
el pueblo está lleno de personas en estado de embriaguez.
CUSÁRARE. Aquí el problema es diferente, pues los peque-
ños comercios en el Ejido a veces no venden bebidas alcohólicas,
pero, dada la facilidad de transporte a Creel mediante los diarios
viajes de los camiones fleteros, se adquiere el licor individualmente;
además, en la mayor parte de las ocasiones se les paga a los traba-
jadores del Ejido de Cusárare cantidades variables sobre sueldos
precisamente en Creel (no está por demás recordar aquí que Creel,
en la actualidad, es un pueblo sin ley u orden).
En CHOGUITA no he encontrado datos precisos; en BASIHUARE
la gran extensión del Ejido y la venta muy limitada de bebidas
217
alcohólicas en la tienda del Sr. Juan Pérez hacen que los rarámuri Otra medida que reconozco poco práctica, puede ser la de con-
prácticamente estén limitados a su tesgüino; en SAMACHIQUE he trolar en las carreteras la introducción de licores, que se podrá hacer
encontrado más alcoholismo por las tiendas existentes en los Ase- legalmente sólo mediante guías o cuotas fijas autorizadas por la
Sección Municipal y la Sección de Salubridad conjuntamente; el
rraderos del El Cuervo, Yamuco, y Peñasco; y en BAQUIREACHI,
destacamiento federal en Balleza podría cooperar con un retén desta-
gracias a la energía de la Sección Municipal y del Comisariado Ejidal
cado en El Terrero, paso obligado en el camino Parral-Guachochi.
se tiene, desde el mes de mayo pasado, una «ley seca» mediante la
· Y para controlar la otra vía de comunicación de Guachochi-Creel se
cual hay sólo venta limitada de cerveza en los comercios locales.
puede utilizar la caseta forestal que está a la entrada del Ejido de
Ya hecho el examen de la situación, me permito proponer el
Cusárare, ya que de ahí se bifurcan caminos que llegan a Guachochi,
siguiente plan, que exigirá la estrecha cooperación entre la Sección
y hay también partida militar en Creel.
Municipal, los Servicios Médicos del I.N.I. y las demás autoridades: En Cusárare el problema es serio, y sólo se puede actuar me-
GUACHOCHI. Crear cantinas con un impuesto especial, que diante la decidida cooperación del C. Administrador del Ejido que
hará subir los precios de los licores, pero que al menos parte de esos deberá pagar siempre en Cusárare a sus trabajadores, e impulsar la
aumentos que pagará el pueblo podrá ser utilizada en obras de por ahora raquítica cooperativa de consumo.
beneficio colectivo mediante la honrada aplicación del dinero reco- En Samachique y puntos del municipio de Urique basta una
gido. En los billares se partirá de la base de que ese juego no es «ley seca» como la de Baquireachi para controlar a los comercios,
perjudicial pero que deberá separarse del alcohol. Y cualquier escán- por ser casi todos estos de débil economía.
dalo será reprimido mediante la fuerza pública y la imposición de
multas justas.
Dado que los ingresos de gran parte de los habitantes de este Muy atentamente.
pueblo provienen de listas de raya de I.G.U.S.A. y del I.N.I., es fácil
hacer que la venta de bebidas alcohólicas se suspenda en los días de Dr. Catón B. Cuéllar
pago, para disminuir la clásica «borachera sabatina» del trabajador.
También habría que prohibir la venta de licores en botella cerrada
en los comercios, pudiéndolo hacer únicamente las cantinas.
Guachochi, Chih., a 20 de octubre de 1960.
Cabe aquí lo siguiente también:
Dado que son tan pocos los comerciantes, valdría la pena, me-
diante junta y acta con el pueblo, que se comprometieran a disminuir
sus compras de licor en Parral, ciudad por la que tiene que entrar
todo esto a la Sierra.
Una medida alternativa sería, contando con un buen gobierno
local, la de clausurar con uno u otro pretexto sanitario o fiscal las
casas que se empeñen en olvidar la salud del pueblo en beneficio de
sus particulares intereses.
219
218
 ÍNDICE

PRESENTACIÓN 5
l. PROYECTOS INDIGENISTAS 15
1. Exposición de motivos que presentó el Ejecutivo del Estado
de Chihuahua sobre civilización y mejoramiento de la Raza
Tarahumara, y Ley expedida acerca del asunto por la H.
Legislatura. 1906. 19
2. Extracto de un estudio sobre la situación de la Sierra
Tarahumara, realizado por el Departamento de Trabajo, a
solicitud del Presidente de la República, General Lázaro
Cárdenas. México D.F., 1936. 41
3. Acuerdo que crea el Centro Coordinador Indigenista de la
Tarahumara, dependiente del Instituto Nacional Indigenista y
con sede en Guachochi, Chih. 1952 y Acuerdo que lo reforma.
1962. 48
4. Carta del Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, Subdirector del INI
al Dr. Alfonso Caso, Director del INI en la que propone el
programa de trabajo que habrá de desarrollar el Centro Coor-
dinador Indigenista de la Tarahumara en Guachochi, Chih.
México D.F., 18 de junio de 1952. 56
II. DIAGNÓSTICO S GENERALES DE LA SIERRA
TARAHUMARA 65
5. Carta que el Consejo Supremo Tarahumara envía al Lic.
Adolfo Ruíz Cortines exponiéndole la situación de la Sierra
Tarahumara. Chihuahua, Chih., 27 de abril de 1952. 69
6. El Consejo Supremo Tarahumara expone al Lic. Caso, Di-
rector del INI, los principales problemas que aquejan a la
población indígena de la Sierra Tarahumara. Tónachi, 18 de
diciembre de 1953. 78

7. Memorándum que presentan a la consideración y acuerdo
del C. Gobernador Constitucional del Estado, los C.C. Profr.
Francisco M. Plancarte Director del Centro Coordinador
Indigenista de la región Tarahumara, Gonzalo Dayo Estrada,
Delegado de Asuntos Indígenas dependientes de la Dirección
Genernl de Asuntos Indígenas de la Secretaria de Educación
Pública y Profr. y Diputado Ignacio León Ruíz, Presidente del
Consejo Supremo Tarahurnara sobre distintos problemas
urgentes que afectan a núcleos indígenas de éste Estado.
Guachochi, Chih., 22 de octubre de 1955. 85
III. ETNOGRAFÍAS 91
8. Estudio monográfico sobre los tarahumaras, elaborado por
el Profr. J. Rosario C. Martínez. Tónachi. Agosto, 1947. 95
9. Informe de la visita realizada a la localidad tepehuana de
Baborigame, municipio de Guadalupe y Calvo, Chíh. por el
Profr. Ignacio León Pacheco, Subdirector del Centro Coordi-
nador Indigenista de la Tarahumara. 17 marzo 1967. 114
IV. CONSEJO SUPREMO TARAHUMARA 125
10. Breve historia del Consejo Supremo Tarahumara 129
11. Reglamento del Consejo Supremo Tarahumara 135
V. EXPLOTACIÓN FORESTAL. · 143
12. Acuerdo que delega en favor del Instituto Nacional
Indigenista la organización general y particular de los ejidos,
nuevos centros de población agrícola y de los núcleos que de
hecho o por derecho guarden estado comunal y que se
encuentren localizados en la zona Tarahumara. 25 de julio de
1957. 147
13. Acuerdo de coordinación entre el Instituto Nacional
Indigenista presentado por el Director General, Dr. Alfonso Ca-
so y el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización
presentado por el Secretario General, Ing. Luis G. Alcerreca,
para que la primera Institución realice la planeación y organi-
zación de los aprovechamietos forestales en las zonas de
influencia de los Centros Coordinadores del propio Instituto.
México D.F., 14 de marzo de 1967. 150
14. Informe del Departamento de Promoción Económica del
INI relativo al sistema de explotación forestal en los ejidos de
la Sierra Tarahumara. México D.F., 1agosto1959. 153
VI. EDUCACIÓN 179
15. Experiencias en el trabajo de educación indígena en la Si-
erra Tarahumara del Profr. J. Rosario Martínez Chávez.
Guachochi, 20 de junio de 1961. 183
VII. SALUBRIDAD 199
16. Informe de la supervisión a la Sección de Salubridad del
Centro Coordinador Indigenista de la Tarahumara realizada del
7 al 19 de junio de 1959. 203
17. Informe de la Sección de Salubridad del Centro coordinador
Indigenista de la Tarahumara en relación con la epidemia de
gripe que se declaró en la Alta Tarahumara en febrero de 1960.
Guachochi, 28 de marzo de 1960. 212
18. Info1me del Dr. Catón B. Cuéllar, médico del Centro Coordi-
nador Indigenista de la Tarahumara sobre el alcoholismo en la
Sierra Tarahumara. Guachochi, 20 de octubre de 1960. 216
El indigenismo en Chihuahua
Antología de textos
terminó de imprimirse en
la ciudad de Chihuahua,
México, en octubre
de 1998.
Se tiraron 2000 ejemplares
más sobrantes para
reposición.
Sus acabados finales se
hicieron en
Encuadernaciones Ari.
 ·'

~10005 .: ~; i~ :~ '~ ;:

La edición de la Antología requirió

primeramente del rescate y cataloga-
ción del Archivo del Centro Coordina-
dor Indigenista de la Tarahumara, tarea
r~Ü··. que estuvo a cargo de la Escuela de

-.... ~ ...
'f' a1r1,_..,,,,,,,,.
~~
~'V -; Antropología de Chihuahua (ENAH
,, ·~ :
Chihuahua) y para la que se contó con
~ -
~
" el impulso de los directivos y personal
~#¡ o
SE!'
~
't,...

del INI en el estado de Chihuahua.

ESCUELA NACIONAL DE
t<\NTROPOlOGiA E HISTORIA
UNIDAD CHIHUAHUA
BIBL JOTE CA
l'GUILLERMO BONFIL BATALLA"
Además el trabajo de rescate e investiga-
ción contó con financiamiento del Con-
sejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT) y del Instituto Nacional
de Antropología e Historia (INAH) .
Finalmente la edición del libro fue po-
sible gracias al apoyo financiero que la
ENAH Chihuahua recibió del Fideico-
miso México/USA dentro del Programa
Cultural de 1997.

\
 F.I Inúigr:-n¡smo, enterdido como el conjunto de j usti (kacic :~es teóúa ~
y de accic.::'es i.mtitci?na les de las que el r:st?do se ha valido para integrar
y
ecoPónáca cultu:;;.1!llente a ios gru po~ érnicos a fa nación, está ho; a
debate en México. E! paraci\grna de esta r0!ítica integracionista pa1 ,~ ::: e
hé'ber lli·g;:1do a c:u ocas,'. Los nrnpios puehl 'S indios rrdam;in para sí el
dcrec}i0 de defüür las vfas de su desarrollo, de ejercer su autonomía
<>rgan ~z a t iV<i :'. · de defen der sus •.Íerechos culturales cnmo pueblos.
La Sierra - ~<lrahuma; ,; r.n el estado df' C.:hihuahu.:i, tcrri tori~\ de asen ta-
mieHl8S ar cPstrales de k .:r ro ámuri (tarairnmaras!, da t;ú (tc:;ehua- ' .
,·1es), warijó ('N;'ti¡íos) y :J'o:··: (pi'uas), fue desde principios .:1 ~ este
sigl•.• t: ,: ' 1. gar p10picio p2r;~. concel:>ir y c' ::sarrofü1r experimer,tos de
0

o m·bio soci;il, la mayoría ll·~ dlos estruct'..' rados ah-;;dedor de dos ejes:
!a tirrra v la ,scuela.
/

.tl_agrarismo indigenista ':islumbró la posibilidad de extraer de la

explotación forestal lns reetmos fina;.: )·:"os y c gan;1ativos básicos
que hicieran po~1 ble eí desarroU: integral de las comunidadE.s indígenas.
La escrwla fue cor. :ebida como el medio primordial di> la integración
'ingüísú1 y - ~ ibirai de los niños i!lc.Jen;s.

Juan Lui;; S.:!riego Roá'gue é., ~ro fesor inve~~ 1gador de la EN,\ !-I Chihuah 1
" ""

estudioso de la historia del indigcrnsmo t:1 la T rahumara, presenta ur1a l

introducción al tema y comen~a, c.l inicio de cz¿a uno de los capítulos, alg
de los aspectos relevantes que h au~n más corr..¡-•ensible la lectura de los t1
seleccionados.

·lt-·
-·
~ . '

-:·. .~.,.LA
FÍDEICO,MISO
..:.CULTlffi\
'-:· .:··MEXICO/USA

El'IAH
.. -=--=.:.~~--
C.•....mut.

"'-·-