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EL DERECHO ADMINISTRATIVO

El derecho administrativo es la rama del derecho que se encarga de


la regulación de la administración pública. Se trata, por lo tanto, del
ordenamiento jurídico respecto a su organización, sus servicios y sus
relaciones con los ciudadanos.
De esta manera, cualquier persona que, por ejemplo, en España opte a
ocupar una plaza como administrativo o auxiliar administrativo dentro de
una institución o entidad de carácter público se ve en la necesidad de
adquirir todos los conocimientos sobre los pilares, fuentes, funciones y
legislaciones fundamentales dentro del citado derecho administrativo.
En concreto, aquello le llevará a formarse en materia de actos
administrativos y sus diferentes tipos, la jerarquía normativa, los
reglamentos y sus clases, los principios de organización administrativa, el
principio de competencia normativa, el principio de inderogabilidad de los
reglamentos o los órganos periféricos de la administración.
Asimismo, es fundamental que aprenda todo lo relacionado con el derecho
administrativo y su faceta de ordenamiento jurídico. En este sentido, es
vital que descubra que en un procedimiento dentro de aquel ámbito los
órganos administrativos nunca pueden tomar parte en el mismo si
confluyen determinadas circunstancias.
Más exactamente entre dichas circunstancias se encuentran el tener algún
tipo de interés personal en el asunto que se trate, el tener alguna clase de
relación profesional con la persona interesada directamente en el tema, el
contar con relaciones de parentesco con aquella o incluso el haber
intervenido en el procedimiento como testigo.
El derecho administrativo puede enmarcarse dentro del derecho público
interno y se caracteriza por ser común (es aplicable a todas las actividades
municipales, tributarias, etc.), autónomo (tiene sus propios principios
generales), local (está vinculado a la organización política de una región)
y exorbitante (excede el ámbito del derecho privado y no considera un
plano de igualdad entre las partes, ya que el Estado tiene más poder que
la sociedad civil).
Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto el hecho de que
el derecho administrativo cuenta con unas fuentes determinadas. Estas
pueden ser de muy diversa tipología. Tanto es así que nos encontramos
con fuentes escritas o no escritas, primarias o secundarias e incluso
directas o indirectas.
Los orígenes del derecho administrativo se remontan al siglo XVIII, con las
revoluciones liberales que terminaron por derrocar al denominado Antiguo
Régimen. Los nuevos sistemas políticos contemplaron la existencia de
normas jurídicas abstractas, generales y permanentes para regular las
relaciones entre el Estado y los ciudadanos. Por otra parte, el nuevo orden
supuso el desarrollo de instituciones para el control del Estado, que ya no
estaba en manos de un monarca absolutista.

En la actualidad, el derecho administrativo se aplica a todos los órganos e


instituciones a través de los cuales actúa la administración pública. Estos
órganos cuentan con poderes superiores a los que disponen los
particulares (el imperium). El derecho administrativo se encarga de actuar
sobre los órganos administrativo cuando estos actúan haciendo uso de sus
potestades públicas (es decir, haciendo uso de la facultad
del imperium que rompe la igualdad entre las partes).

Dominio público
Por dominio público se entiende el conjunto de bienes y derechos de
titularidad pública, destinados al uso público (como las calles, plazas
y caminos públicos), o a un servicio público (como un hospital público, un
centro escolar público, las oficinas de un Ayuntamiento) o aquellos a los
que una ley califica como demaniales (como las playas, las aguas o
las minas) y cuyo uso privativo, en su caso, requiere una concesión
administrativa, o un permiso, que sólo la administración pública puede
otorgar.
Algunos ordenamientos jurídicos consideran que el dominio público está
formado por aquellos bienes cuyo titular es una comunidad. En este
sentido, las comunidades de regantes, de pastos, de bosques, etc., serían
ejemplos de dominio público.
Conceptualmente, policía y poder de policía son considerados como
cosas o valores distintos, aunque apreciados de muy diversa manera por
los tratadistas y por los tribunales de justicia.
De ahí las marcadas diferencias conceptuales acerca de policía y de poder
de policía que se observan en el mundo jurídico, a través del tiempo y del
espacio: por de pronto, no es igual el concepto en Europa que en América;
en aquélla, el concepto es restringido, en ésta es amplio
Desde luego, hay expositores que discurren sin hacer distinción alguna
entre policía y poder de policía. Hablan simplemente de "poder de policía",
lo que, al menos didácticamente, no es plausible. Otros escritores critican
y objetan esa distinción. Pero adviértase términos, como expresión de los
respectivos conceptos, temporal y especialmente es distinta, según
explicamos más adelante dado el contenido que se le asigna tanto a
la policía como al poder de policía, se ha considerado que tales conceptos
o nociones deben ser eliminados del campo del derecho, porque nada hay
que permita diferenciar nítidamente la actividad policial de otras funciones
estatales. De ahí que se hable de crisis de la Nación de policía.
Con todo, se hace indispensable dar una información sistemática de lo
relacionado con la policía y con el poder de policía, en
el terreno doctrinario aparecen las expresiones policía y poder de policía.
Se trata de nociones equivalentes, sinónimos, o, por el contrario,
implican conceptos distintos? la generalidad de la doctrina sostiene que se
trata de conceptos diferentes:
policía es función o actividad administrativa, que tiene por objeto la
protección de la seguridad, moralidad o salubridad públicas, y de la
economía pública en cuanto afecte directamente a la primera; poder
de policía es una potestad atribuida por la constitución al órgano o Poder
Legislativo o a fin de que este reglamente el ejercicio de los derechos y
el cumplimiento de los deberes constitucionales de los habitantes.
Tal punto de vista ha sido objetado.
Considerada en su aspecto didáctico, la expresada distinción
entre policía y poder de policía es aceptable, pues suministra una base
que permite distinguir lo que, en este orden de ideas, estrictamente le
incumbe a la Administración y lo que le incumbe al legislador.
Sin perjuicio de lo dicho precedentemente, desde hace tiempos diversos
autores sostienen que la noción misma de poder de policía está en crisis,
por lo que el concepto de policía debe eliminarse del campo jurídico. No
niegan la existencia de la actividad del estado que habitualmente se
encuadra en el concepto de policía; pero si niegan que esa actividad sea
naturaleza distinta a la actividad general del estado, por lo que entonces
no es menester recurrir a la noción de policía, o de poder de policía, para
hacer referencia a la misma. Se dice que "no existe hoy en día una noción
autónoma y suficiente de poder de policía; no existe porque esa función se
ha distribuido ampliamente dentro de toda la actividad estatal".
Contratación administrativa

Mientras los juristas polemizan acerca de la procedencia legal de que la


Administración Pública pudiera efectuar contratos, la realidad –maestra
severa del derecho- ostensiblemente nos da, una y otra vez, prueba de las
vinculaciones entre el Estado y los administrados, inclusive con quienes
inicialmente no lo son, como en el caso de los extranjeros o los apátridas.
En razón de ser la Administración Pública el mayor consumidor y el cliente
más importante en cada país, la contratación administrativa cada día
adquiere más bienes y extiende sus servicios para satisfacer las
necesidades de la población, que aumenta y aspira a un bienestar acorde
con la superación del ser humano.
“La concepción finalista del contrato administrativo no obstante la
estabilidad de sus principios fundamentales, participa de la dinámica que
es propia del derecho administrativo y que lo torna en algunos temas
mutable, con una textura abierta a las necesidades sociales y económicas.
El concepto de contrato administrativo, a primera vista, no parece diferir
del concepto de contrato en el derecho privado, pero al ser la
Administración una de las partes del mismo, con la finalidad de satisfacer
necesidades públicas posee determinadas características propias. Y es
que la Administración Pública requiere la colaboración de la actividad
privada para efectuar acciones que pos si misma no puede, lo cual a su
vez obliga a que la contratación administrativa posea determinadas
características y una regulación que se encuentra sometida a constantes
cambios.
En este marco, las instituciones y técnicas de la contratación
administrativa acompañan siempre la evolución que se opera en los fines
del Estado, cuyo bien se conforma y desarrolla según el destino histórico
de cada comunidad, variando de Estado a Estado”.

El presente trabajo pretende resumir los diferentes aportes conceptuales


relacionados a la Contratación de la Administración Pública y orientar a su
comprensión de tan importante institución jurídica. Considerando los
temas a tratar: Perspectiva Jurídica, Teorías, Concepto, Caracteres
Especiales, Contratos Privados y Contratos Públicos, Clasificación,
Procesos de Selección, Exoneraciones, Formalidad de los
Procedimientos, Condiciones, Procedimientos, Adquisición y Contratos.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS

I. PERSPECTIVA JURÍDICA
El Estado está investido de poder discrecional y requiere el adecuado
cumplimiento de sus fines, de las figuras estructurales, para poder adquirir
bienes y servicios. La problemática sobre el particular se presenta cuando
por la necesidad de contenido de la relación contractual va adquiriendo
características propias y otro sentido de valor en las relaciones,
transformando los regímenes del contrato civil en contrato administrativo.

TEORÍAS DE LA CONTRATACIÓN ADMINISTRATIVA


La contratación administrativa aparece en el siglo pasado dentro del
derecho francés, como la contratación administrativa, o sea, la teoría de
los contratos administrativos. Hoy en día esta teoría es universalmente
aceptada; para explicarla han surgido varios criterios que han sido
agrupados por el tratadista Miguel A. Bercaits

CONCEPTO
Según Bielsa, “La convención que crea derechos y obligaciones para el
Estado como persona de derecho público con otra persona pública o
privada, es un fin público y es un contrato de Derecho Público”.
CARACTERES ESPECIALES
Previamente hemos de contribuir acaso a dilucidar el problema
controvertido de la doctrina mundial sobre la trascendencia que puede
tener la voluntad individual al contratarse con el Estado en la típica figura
de la contratación administrativa.

Tratadistas como Romano, Meyer, Diez y Cammeo niegan la existencia de


los actos administrativos bilaterales y, peor aún, la de los multilaterales.
Sostienen que la esencia del acto administrativo es unilateral, por lo que
la voluntad individual sólo ha de ser considerada como una condición de
hecho, lo que supone un elemento accesorio y no esencial del acto
administrativo.
El que contratante y contratista no puedan administrativamente equiparse
–en razón del interés, finalidad y representatividad- no puede llevarnos a
desconocer la valía de la manifestación de voluntad.

Concluyamos, pues, reafirmando que el contrato administrativo es una


especie de sui géneris del acto administrativo: la define su bilateralidad.

CONTRATOS PRIVADOS Y CONTRATOS ADMINISTRATIVOS

Para parte de la doctrina administrativa no es ya necesario ahondar en


consideraciones acerca de la distinción que entre los contratos jurídicos
(civil y comercial) y los administrativos (derecho público). Pero de acuerdo
a la realidad legal de cada país –con la ayuda de la clarividencia doctrinal
que en esta materia vemos que es tanta- conviene dar criterios
orientadores, a fin de que la regulación de unos (derecho privado) y otros
(derecho público) no tropiece con dudas y menos aún con dificultades.

PROCESOS DE SELECCIÓN
Los procesos de selección son: licitación pública, concurso público,
adjudicación directa y de menor cuantía. El Reglamento determinará las
características, requisitos, procedimientos, sistemas y modalidades
aplicables a cada proceso de selección.

LICITACIÓN PÚBLICA
La licitación pública se convoca para la contratación de obras y para la
adquisición de bienes y suministros dentro de los márgenes que
establece la Ley Anual de Presupuesto.

CONCURSO PÚBLICO

El concurso público se convoca para la contratación de servicios de toda


naturaleza, incluyendo consultorías y arrendamientos, dentro de los
márgenes que establece la Ley Anual de Presupuesto.

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