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I I E n c u e n t r o e n t r e E q u i p o s d e I n v e s t i g a c i ó n e n Te o r í a
Política
“ E S PA C I O , D E M O C R A C I A Y L E N G U A J E ”
23 y 24 de septiembre de 2010, Ciudad de Córdoba
Eje II – Política, Espacialidad y Comunidad
Configuraciones Identitarias y Subjetivas
Identificación
Comunidad
En relación a la idea de comunidad, esta debe ser pensada no como una serie de
atributos que todos sus integrantes deben compartir, sino más bien como una
definición de aquello que permite hablar de algo común. En este sentido, lo
común no es algo esencialmente definido a priori, sino fruto de articulaciones
contingentes que definen la legitimidad de la pertenencia. Esa legitimidad está
asociada a las capacidades y cualidades necesarias para la participación en eso
que tiene de común la comunidad. Si la política es entendida como aquello que
da forma a lo comunitario, la cuestión primordial será la definición de quienes
pueden legítimamente tener la palabra al momento de expresar lo común. La
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1
Alberdi, J. B., Derecho Público Provincial. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires,
Departamento Editorial, 1956, p. 100.
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Espacio
¿En qué sentido esta red de distinciones puede ser entendida como un espacio?
La estructuración que implica lo común de la comunidad nunca es totalmente
estable, sino que es constantemente desafiada, puesta en cuestión, resistida de
alguna forma. Sin embargo, hay momentos en que esa estructuración puede
seguir dando sentido a esa vida comunitaria a pesar de esa inestabilidad
inherente a todo sistema de significación. La presencia de externalidades
(constitutivas) genera tensiones constantes a esa estructuración. Dichas
tensiones dislocan las estructuras forzando rearticulaciones y conexiones
distintas entre diferentes elementos de ese sistema de significados (Norval
2006). En ese juego entre la dislocación y las nuevas lecturas que ella dispara es
que se puede hablar de espacio. La forma en que enfrentamos esas
dislocaciones, sean coyunturales u orgánicas, es a través de la repetición y
serialización de respuestas. Son ellas las que se van sedimentando en
estructuras que van construyendo un espacio en el que el sujeto ocupa las
posiciones que legítimamente le corresponden. La dislocación es la irrupción de
la temporalidad que sacude esa estructuración. (Laclau, 1990, apartado núm.
19)
Esto no significa que el espacio que abren estos desplazamientos sea un espacio
que tiende al consenso racional, todo lo contrario. La comunidad se parte en dos
en esos momentos de ruptura y existe en tanto comunidad política dividida por
un litigio fundamental que se refiere a la cuenta de las partes legítimas (antes
incluso que a la forma de escucharse entre las partes, esa es la crítica central de
Rancière a Habermas que mencionábamos antes). La emergencia de una
identificación popular parte así el campo de la representación entre aquellos que
ocupan lugares a los que legítimamente no tienen derecho y aquellos que
rechazan dicha ocupación creando una frontera interna a lo social.
Igualdad
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Como puede observarse este tipo de identificaciones se pone en juego en la teoría
política desde hace tiempo. El ansia de gloria en Hobbes y la distinción rousseauniana
entre amor propio y amor a sí mismo son testimonio de ello.
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Referencias