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La neutralidad valorativa en
Max Weber, ciencia, política
y valores
Cita sugerida
Robles, H. B. (1998) La neutralidad valorativa en Max Weber,
ciencia, política y valores [en línea]. Trabajo final de grado.
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.518/te.518.pdf
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Esta obra está bajo una licencia Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5
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1
Carrera: Sociología
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
UNLP
Introducción
1
Marshall, Gordon; En busca del espíritu del capitalismo. FCE, México,1986, pag. 10.
2
Dentro de la noción de padre fundador de la teoría social entran seguramente junto con Max Weber autores como Sant
Simons o Comte; la idea de clásico agruparia, en cambio, junto con Weber, a pensadores como Marx y Durkheim.( tambien
considerados padres fundadores) . Ver Giddens ,Antony ; Política, sociología y teoría social, Paidós, España, 1997, pp 16.
3
Someramente se puede pensar en el trabajo de Antonhy Giddens El Capitalismo y la moderna teoría social de 1971 como
uno de los iniciadores de este “consenso” o el de Jeffrey Alexandre sobretodo su artículo La centralidad de los clásicos .
Esta línea polemizaba con la generación de 1890 –1920 de clásicos propuesta por Parsons que incluía Durkehiem, Paretto,
y Weber y exculía a Marx y Simmel, en el marco de un debate más amplio entre una sociología académica (clásica) y una
sociología radical (marxista)
En nuestro medio Juan C. Portantiero con La sociología clásica: Durkheim, Weber de 1985 plantea la cuestión en
el contexto de la discusión antes aludida; la calidad de clásicos de Durkeheim y Weber no esta dada por su universalismo
sino por ser representes fundadores de la teoría social basada en lo normativo y en la integración, aunque reconociendo la
vigencia y la capacidad iluminadora de los desarrollos teóricos de estos autores.
Una diferencia se encuentra en el trabajo de Nélida Archenti y Luis Aznar Actualidad del pensamiento
sociopólítico clásico (1988) donde aparece más clara esta noción de los clásicos no como parte de tradiciones intelectuales
contrapuestas sino como “ análisis de un mismo proceso sociohistórico... ” que permiten concluir que “ las ideas de Marx,
Durkheim y Weber son las bases de la discusión existente en las ciencias sociales contemporáneas” (Archenti y Aznar
1988 pag 13)
3
El otro elemento en estrecha relación con lo anterior son las disputas suscitadas en torno a 2)
la interpretación (en el sentido de versiones) y recepción del pensamiento weberiano; este
aspecto por si solo constituye una causa determinante de la presencia teórica de Weber en
nuestro medio con implicancias que permitirían pensar en la tendencia a la formación de una
especie de “vulgata” sobre Weber , “un weberianismo” que no termina de cuajar debido a
ciertas complejidades del pensamiento del sociólogo alemán que se resisten a su
“popularización”. Me apresuro a decir que esto no quiere decir nada respecto a posible futuro
degradante y negativamente vulgar de las ideas de Weber. Lo dicho solo busca ejemplificar
una probable nueva forma de vigencia y difusión de los desarrollos weberianos. Concretando,
esta aquí el meollo de lo que se encara en el presente trabajo: una de las consideradas
interpretaciones más controvertibles, y la respuesta asociada a ella, de una noción que
podríamos considerar como aglutinante y proliferante en los escritos de Weber: la neutralidad
valorativa 4
El concepto no es una categoría teórica rigurosamente delimitada por Weber (a un ámbito metodológico por ejemplo) sino
que aparece (prolifera) en las diversas áreas de interés weberianas. Constituyéndose así en una especie de “visión del
mudo” (siguiendo la idea de Horacio Gonzáles para la noción de pobreza) que puede cobrar gran importancia para algunos
autores y muy poca para otros, de acuerdo a sus propios marcos teóricos- conceptuales
En relación con lo anterior el rasgo aglutinador del concepto permite recorre a través del él los grandes temas
weberianos; tiene en este sentido la virtud de concentrar cuestiones diversas
4
del Método, la Methodenstreit). Sin perder de vista la influencia político institucional que
ejerció sobre los intelectuales alemanes el gobierno de Bismarck
Otra que llamaré sociopolítica o de especificidad histórica; aquí se abordará la relación
entre ciencia y política; con más claridad las dificultades de la “urgencia política”; el llamado a
la burguesía alemana; la ausencia de liderazgo como problema político central de la Alemania
post-Bismarck; las necesidades de transformación del Estado alemán.
Por último me voy a referir a las vinculaciones entre la ciencia y los valores; la
imposibilidad de aquella para otorgar validez a estos; diferentes facetas de los intereses
intelectuales de Weber asociadas a las actividades de los círculos diferenciadas de lo
académico-científico: su nacionalismo, la guerra, la erótica y la muerte. Este encuadre final
permite afirmar la existencia en Weber de una visión “trágica” de la cultura moderna sobre lo
que haré una indicación mínima analizando, para ello, las conferencias dadas por nuestro
autor al final de su vida.
Los aspectos del pensamiento weberiano que voy a tratar en este trabajo se fueron
conformando en Alemania a partir de la segunda mitad del siglo XIX durante los años
marcados por el “populismo” de Bismarck a través de sus programas de seguridad y salud
social destinados a preparar el “frente interno” buscando mejorar las condiciones de vida de
las clases obreras como parte de sus políticas nacionalistas. En este marco se afirmó una
corriente de intelectuales y académicos allegados al régimen quienes fundaron hacia 1871 La
Asociación de Política Social, donde participó entre otros el economista Gustav Schmoller, uno
de los principales exponentes de escuela histórica desde el campo de la economía. Esta
institución se propuso ser un centro de formulación científica de política social y en su seno se
planteara rápidamente el problema central de la agenda política de la época: ante el avance
de las ideas socialistas y la activación política de las masas que forma tomaría el desarrollo
del capitalismo en Alemania y cuáles serían los sectores sociales encargados de liderarlo y
dirigirlo. En lo inmediato era necesario una política económica con base ética capaz de
oponerse al laissez-faire, laissez-paser del libre cambio reinante en las relaciones económicas
por la influencia de la “Escuela de Manchester” que ponía como objetivo central de toda
actividad económica la búsqueda del lucro. En tal sentido una de las exigencias primeras del
grupo, bautizado peyorativamente como “los socialistas académicos” 5, fue la regulación por
Entre los fundadores figuraban, además del citado Schmoller, Adolf Wagner (1835-1917) sus posturas dentro de la
Asociación iba en dirección de un socialismo de Estado (a lo que Weber se oponía). Otro intelectual emblemático miembro
5
parte del Estado de determinadas áreas económicas como por ejemplo los contratos de
trabajo. Weber aceptó un nombramiento (una beca) de la Asociación, en 1893, de la que sería
miembro permanente, para estudiar la situación de los trabajadores agrícola al este del río
Elba.6. La orientación de la Asociación a partir de ese momento y como consecuencia de las
políticas sociales más agresivas de Bismarck, se hizo más académica desarrollando
investigaciones con pretensiones más científicas de los problemas sociales de Alemania.
Max Weber junto con su hermano Alfred constituyeron un sector critico y de “izquierda” a la
antigua conducción, formaron parte de una segunda generación, incluyendo, entre otros, a
Sombart y Tônnies, que se preguntó por la naturaleza y el origen del capitalismo alemán
abriendo un momento más reflexivo, pero también más revulsivo que la generación anterior,
preocupada por la formulación de políticas sociales. El nuevo sector no pudo cambiar la
de la Asociación fue Lujo Brentano (1844-1931) amigo personal, critico (sobre todo de las tesis weberianos sobre el espíritu
del capitalismo) y colega de Weber. Globalmente nuestro autor critica la filosofía ingenua basada en ideales eudeumonistas
que veía en la elevación del nivel de vida obrero un fin en sí mismo; hay un claro rechazo de parte de Weber a la intención
de orientar la economía política de acuerdo con valores éticos y culturales objetivamente dados de ante mano: “ No estamos
metiéndonos en política social para crear la felicidad humana ...Creo que debemos abandonar la creación de un sentimiento
positivo de felicidad en el curso de cualquier legislación social. Queremos cultivar y apoyar lo que nos parece valioso en el
hombre: su responsabilidad personal. Hasta donde éste en nuestro poder, deseamos disponer las condiciones externas, no
con vistas al bienestar del pueblo, sino en tal forma que conserven –ante la inevitable lucha de la existencia, con sus
sufrimientos- aquellas cualidades física y espirituales que deseamos conservar para la nación”. Citado por Weber,
Marianne; Biografía de Max Weber, FCE, México, 1995, pp. 169.
Destaco por último a Werner Sombart (1863-1941): los escritos de este sobre el capitalismo moderno
constituyen los antecedentes y referencias inmediatos sobre los que Weber armó sus hipótesis. Ambos autores buscan
determinar las “causas” que dieron origen al espíritu del captitalismo moderno. Para Sombart (que publicó su trabajo en
1902) las fuentes de la mentalidad capitalista se encuentran en las doctrinas de judaísmo ortodoxo y los elementos
esenciales de esta son el aventurerismo y la racionalidad
Este modelo es reformulado por Weber de la siguiente manera: el antecedente causal fue el protestantismo ascético de los
siglos XVI y XVII. En cuanto a los rasgos fundamentales del espíritu del capitalismo la respuesta de Weber es la
construcción del un tipo ideal unívoco y no antagónico, difiere en este sentido con el construido por Sombart, criticado por
Weber como contradictorio, cuyo aspecto central y unilateralmente subrayado lo constituye la búsqueda racional y metódica
de ganancia.
Esta breve digresión permite ir destacando y apreciar la preocupación central de esta generación de intelectuales alemanes:
la vía de desarrollo económico capitalista para Alemania a fines del siglo XIX y comienzo del XX.
6
Se trató de un trabajo colectivo que significo una especie de consagración para el joven Weber estableciendo a partir de
aquí una reputación de experto en materia agraria. Pero el verdadero sentido de este proyecto de investigación consistió en
evaluar cual era la situación real de la vieja clase dirigente representada por los terratenientes prusianos: esta se estaba
transformando acumulaba más tierra, paga salarios en dinero, administraba con orientación hacia el mercado, dejaba de ser
una clase señorial patriarcal para convertirse en una clase empresarial pero este pasaje se daba bajo el “puro interés de
clase”, en efecto este sector social no podía convertirse en una “clase nacional” por su horizonte de decadencia económica,
Alemania para convertirse en potencia en el concierto europeo tenía que desplegar una estrategia industrial que de ningún
modo podía llevar adelante la aristocracia Junker, por otro lado núcleo de la unidad política alemana, que basaba su
dominio en la posesión de la tierra. De tal manera que el resultado de este proceso fue una desnacionalización de las tierras
aptas para el cultivo por el desplazamiento de los jornaleros germanos por la mano de obra más barata de origen polaco y
ruso. Queda esbozado en este trabajo la cuestión del nacionalismo en Weber tema al que voy a referirme más adelante.
6
orientación autoritaria de Schmoller y sus partidarios y, fue justamente a raíz de este fracaso
que 1913, en el seno de esta organización y bajo estas orientaciones intelectuales, que Max
Weber desarrolló su argumentación en favor de la neutralidad valorativa como un esfuerzo
para diferenciar y jerarquizar el trabajo científico tratando de evitar “hacer ciencia para el
estado”.7
W. Mommsen afirma que Weber busco la neutralización política de la Asociación: esta no podía fundamentar políticas en
base a argumentaciones supuestamente científicas. El autor destaca que la resonancia interna del planteo de Weber tenía
que ser necesariamente nula, ya que la organización se había creado reivindicándose como asociación científica con la
intención de influir en el Estado y sus políticas sociales. (Ver Mommsen, Wolfgang; Max Weber: Sociedad, política e
historia, Ed. Alfa, España, 1981, pp. 34-35) Las derivaciones del planteo weberiano de la neutralidad sobre el ámbito de la
política serán tratadas en el punto siguiente
7
8
El utilitarismo fundaba esto en una concepción del hombre igualitaria; en efecto, toda persona actua según su propio
interés, para maximizar su placer , el hombre en consecuencia, más allá de su condición social o histórica es un
maximizador de utilidades.
9
Puede resultar ilustrativo mencionar el análisis de Durkheim sobre el pensamiento social alemán de mediados del siglo XIX
quien reconoce el importante esfuerzo hecho por estos pensadores (Wagner, Schmoller) en su intento de asentar la ética
sobre una base científica, para la conformación de una teoría social en la medida en que se empeñaron en destacar la
necesidad de estudiar los fenómenos económicos sin separalos ni abastraerlos de las creencias y normas morales. Las
relaciones económicas están sujetas a reglamentaciones, leyes y costumbres: el contrato no puede ser explicado sin estas
determinaciones sociales La sociedad tiene sus características específicas que no pueden deducirse del comportamiento
individual de sus miembros. La conclusión es que él todo es más que la suma de las partes, uno de los principios fundantes
del positivismo de Durkheim .
8
Desde este marco de debate que estructuró la escuela histórica contra la economía
clásica se inserta la interpretación de Gordon Marshall. Para este autor, existió una
continuidad entre las criticas a Adams Smith formuladas por los economistas del historicismo
alemán y los ensayos de Weber sobre la ética del capitalismo: este no se percibía como un
orden económico natural sino como una configuración histórica especifica. Según G.Marshall,
Weber produce una contribución crítica a la escuela histórica al compartir la afirmación de la
unicidad del capitalismo moderno como fenómeno histórico, un aspecto central de esta
unicidad era la ética particular de los empresarios y los trabajadores involucrados en este
sistema. Tal actitud no era una constante atribuible a una naturaleza humana siempre
presente e idéntica asi misma, las conductas hacia la riqueza y el dinero son culturalmente
específica e históricamente variables 10 .
10
Marshall, Gordon; op. cit, pag. 71.
9
Conviene sin embargo no perder de vista la ruptura de Weber con la escuela histórica. En
efecto en un contexto dicotómico entre historicismo y positivismo era necesario poner orden
sobre las ideas propias, y Weber, no sin esfuerzo y más como parte de sus obligaciones
intelectuales, elaboró sus posturas metodológicas bajo una doble exigencia: por un lado, la
convicción de que es posible analizar científicamente los fenómenos sociales, pudiendo
establecer, por otro lado, regularidades en la acción humana. El ensayo, escrito por encargo,
Roscher y Knies y los problemas lógicos de la economía política histórica, publicado 1903,
marca probablemente el comienzo del desprendimiento de Max Weber de la tradición
historicista, este primer acercamiento al problema del conocimiento y del método en las
ciencias sociales tuvo como insumo previo la lectura y análisis de la obra de Heinrich Rickert
Límites del concepto formativo en las ciencias naturales, en dos volúmenes que aparecieron
en 1896 y 1902 respectivamente. 11
El tema central del ensayo sobre Roscher y Knies, de tono
muy polémico como en general todos los trabajos metodológicos de Max Weber, fue develar la
confusión en la que estaba inmerso el historicismo alemán que establecía el compromiso con
un método empírico riguroso y la utilización de conceptos de la filosofía trascendental (para
Schmoller los individuos están influenciados por lo que él llamó “el espíritu del pueblo”
modificable a través del tiempo) y la cuestión de la supuesta irracionalidad de la conducta
humana, en el sentido de estar signada por el “libre albedrío” lo que implica un alto grado de
incalculabilidad e imprevisibilidad a diferencia de los procesos naturales. En la base de esta
segunda proposición estaba el contradictorio y nunca acabado planteo del pensamiento social
alemán de formular una radical distinción entre ciencias sociales y ciencias naturales por el
objeto. Weber rechazó esta diferenciación basada en la falta de previsibilidad de los hechos
sociales; afirmando, con simple sentido común “científico”, que hay más incertidumbre en
ciertos procesos de la naturaleza, como en el caso del parte meteorológico, que en el “cálculo”
de las acciones de alguien allegado a nosotros. No pueden establecerse, entonces, diferencia
o distinciones ontológicas entre los objetos desde el punto de vista de una mayor o menor
previsibilidad de estos según sean sociales o naturales, sí hay que enfatizar la relevancia del
punto de vista del sujeto que conoce, dice Weber:
11
Weber escribió a su esposa con relación a esta obra: “ He terminado con Rickert. Es muy bueno, en gran parte encuentro
en él los pensamientos que yo había tenido, aunque no en forma lógicamente terminada. Tengo mis reservas acerca de su
terminología”. En Weber, Marianne; op. Cit.
Pag 268
10
Lo dicho hasta aquí deriva el análisis hacia la tradición filosófica alemana, cuyo peso
es de extrema importancia para desentrañar la configuración intelectual de Weber, donde hay
que destacar al neokantismo13, ( Dilthey , Windelband y Rickert ) la dialéctica ( tanto la de
Hegel como la de Marx “ la inversión materialista... Hegel puesto sobre sus pies” 14
) y el
existencialismo ( Nietzsche y Simmel). Estas corrientes, se empeñaron en dar respuesta a la
cuestión del estatus científico de las disciplinas sociales, el problema de la objetividad en la
producción del conocimiento de lo social y su diferenciación y especificidad con relación a las
ciencias naturales.
Otro marco de referencia intelectual de carácter externo estaba constituido por el positivismo
social francés, en general esta corriente de pensamiento, como afirma Parsons, sufría una
cierta devaluación por parte de la cultura alemana, no obstante, su temprana constitución
como disciplina, obligó a tomar posición en torno a los métodos de investigación social
empleados por Augusto Comte. Lo que el ambiente intelectual alemán es su mayoría rechazó,
fue la ortodoxia positivista que consideraba a la ciencia social como una simple extensión de
los presupuestos y métodos de las ciencias naturales a los fenómenos sociales.
Particularmente para Weber por su combate apasionado a toda construcción histórica-
filosófica con la pretensión de dotar de “sentido objetivo” al acontecer humano, la ideología
positivista del progreso formulada por Comte o el postulado de Bentham “la mayor felicidad
para el mayor número” le resultaban simples especulaciones carentes de importancia
científica. La crítica al positivismo ingles se completa con la evaluación que realizó nuestro
autor al afamado libro de Oswald Spengler La decadencia de Occidente publicado por primera
vez en 1918 se trataba de “ una concepción de la filosofía de la historia, obra de un dilettante
muy sagaz y culto, quien había exprimido los resultados de su investigación histórica en
ciertas construcciones especulativas”15.
12
Weber, Max; El problema de la irracionalidaad en las ciencias sociales. ED. Tecnos, Madrid, 1985, pp. 76 y 77
13
A la ya señalada influencia de Rickert sobre el pensamiento de Weber hay que agregar que el neokantismo fue un
movimiento que acentuó la necesidad de una teoría del conocimiento en el campo de la filosofía, en este sentido se trataba
de ir más allá de Kant y descubrir las leyes universales y necesarias para dar cuenta de los hechos socio-culturales, en
acontecimientos que por su naturaleza son únicos.
14
Aguilar Villanueva, Luis F. ; “El programa teórico político de Max Weber”, en Política y desilusión (lecturas sobre
Weber) compiladores Francisco Galván Díaz y Luis Cervantes Jáuregui. México, UAM, 1984, pp 57
15
Weber, Marianne, op. cit. Pag 610.
Con relación a Durkheim llama la atención la falta de referencia a su labor (el nombre del sociólogo francés no
aparece mencionado en biografía de Marianne). Giddens destaca que si bien existieron puntos de contacto entre ambos
11
autores; los escritos de Schmoller y los de Simmel fueron analizados críticamente por Durkheim , sus formaciones
intelectuales se explican centralmente través de sus tradiciones nacionales.
También Julio Pinto en su libro Max Weber actual argumenta sobre esta ausencia de referencias en dirección a la
influencia de la cultura alemana la cual rechazó la idea de profesionalización de las ciencias sociales, y de la sociología en
particular, impulsada por Durkheim. El rechazo a la especialización y a la división del trabajo intelectual propios del “espíritu
alemán” condujo a una concepción de las ciencias sociales interidisciplinaria, globalmente considerada como una
antropología filosófica. Ver Pinto, Julio; Max Weber actual , pp. 74 y 75
12
16
Max Weber en esta prescripción metodológica manifestaba claramente su tan conocida “doble vida intelectual”
desde los mas intrincados análisis teóricos-metodológicos hacia las prácticas políticas-académicas: en efecto puede
afirmarse que uno de los elementos centrales que dio especificidad al “caso alemán” fue la influencia de figura de Bismarck
entre la intelectualidad de ese país a fines del siglo 19, reconocida por Weber para quien su generación aparecía
determinada por la tutela impuesta (“tutela” que nuestro autor extiende a la nación entera) por el canciller; un caso ilustrativo
que nuestro autor denunció y utilizó como ejemplo de toma de posición valorativa sostenida por la impunidad académica fue
el del brillante historiador Treitschke, quien proclamaba que la historia debía considerarse un arma para la lucha política y
que podía prescindirse de toda objetividad científica de tal manera que “Politizó a sus estudiantes, los llenó de entusiasmo
por Bismarck y por la dinastía Hohenzollern, y provocó entre ellos el antisemitismo”. Ver Weber, Marianne, op. cit. Pag 153.
17
Weber, Max “ El sentido de la ‘ neutralidad valorativa’ de las ciencias sociológicas y económicas”, en Ensayos sobre
teoría sociológica, Bs As, Amorrortu, 1978, pp 263.
18
La relación intelectual entre Marx y Weber sin duda consitiuye un capitulo con entidad propia en el desarrollo teórico del
sociólogo alemán tratado en forma pormenorizada entre otros por A. Giddens , W. Mommsen, G. Marshall , solo me interesa
destacar el aspecto epistemológico de la cuestión, y la relación entre ciencia y valores que de esto se desprende. La
13
19
Citado por Giddens, A. ; Política, sociología y teoría social. Paidos 1995, pp 49-50
20
Esta actitud activa hacia el objeto de conocimiento también muestra, como apunta Gutiérrez Castañeda, un rechazo
hacía una concepción naturalista de la razón, propia del positivismo francés e ingles y del iluminisno en general, que
conduce a una visión ahistórica e iluminadora de ésta . Más adelante haré mención a la concepción weberiana del proceso
de racionalización desplegados en forma muchas veces contradictoria y ambigua en diferentes ámbitos, sin que exista, por
otra parte, enlaces necesarios entre razón y verdad o razón y bondad.
14
Parsons, Talcot “Evaluación y objetividad en el ámbito de las ciencias sociales: una interpretación de los trabajos de Max
Weber”, en Ensayos de teoría sociológica ,Bs As, Editorial Paidós, 1976 pp 117 -118
16
sin que por ello se introduzcan juicios de valor en el proceso de conocimiento 23. Siguiendo a
este autor existe un sistema valorativo de referencia en el cual se basa, como un a priori, la
construcción del tipo ideal; en el caso de Weber, se trata de una concepción básicamente
individualista y liberal del hombre, una personalidad capaz de guiar su vida en forma racional
y que al mismo tiempo formula y selecciona valores. Me parece que es en este momento, en
que se da forma a las hipótesis que guiaran la investigación, cuando el investigador “adquiere”
un importante grado de libertad ante los valores, en el sentido opcionalidad y selectividad. Por
ejemplo, Weber al destacar lo específico del tipo ideal burocracia acentúa las notas de
subordinación jerárquica, la legalidad puramente formal y la estricta disciplina elemento todos
que en su conjunto limitaban la acción individual y libre. Otro tanto puede decirse del concepto
de carisma, que opera como dicotómico al anterior, cuyos elementos básicos, la creación y lo
extra cotidiano son valorados positivamente por Weber. Lo mismo es posible afirmar del tipo
ideal empresa capitalista, en él Weber destaca, luego de penetrar en un universo valorativo
que abarca diferentes culturas y visiones del mundo, tal el sentido de sus ejercicios
comparativos, a la búsqueda racional y metódica de la riqueza como uno de los motores de
aquella empresa.
Para completar este cuadro donde se trataron de exponer los aspectos más relevantes
de la concepción de Max Weber sobre las ciencias sociales es necesario hacer una
observación a lo que se puede denominar la garantía de objetividad en las ciencias sociales.
En tal sentido estas deben verificar sus proposiciones mediante la explicación causal, este
punto se aleja un tanto de los propósitos de este trabajo, solamente diré, siguiendo a P. Rossi,
que dicha explicación en el ámbito de las ciencias sociales se restringe a una serie finita de
elementos causales, aquí también se selecciona una dirección particular de las relaciones
entre los fenómenos (por ejemplo una imputación causal que privilegie los factores ideales
sobre los factores materiales o viceversa). Para corroborar la pertinencia del procedimiento se
construye un proceso hipotético (tipo ideal), diferente a la realidad por la exclusión de uno o
varios elementos, que se compara con la realidad; en el caso en que el proceso artificial no
explique al objeto real se debe inferir que los elementos excluidos tienen una relación causal
adecuada con dicho objeto. 24
23
Mommesen, Wolfgang; Max Weber: Sociedad, política e historia. Editorial Alfa. España. 1981. Pag. 263
24
Rossi, Pietro ; “Introducción” a : Ensayos sobre teoría sociológica, Bs As, Amorrortu, 1978, pp 23-24.
Un modelo de explicación materialista del origen del capitalismo, que excluyera los factores ideales, podría
encontra en la Roma Imperial elementos que en su conjunto constituyen las condiciones necesarias ( un “mercado mundial”,
transacción monetarias, acumulación) para el surgimiento del aquel, sin embargo, no es ese el momento histórico en que
despega el capitalismo, la atención debe dirigirse, entonces, a los factores ideales excluidos, como elementos necesario de
la explicación causal.
18
25
El parecer de Weber en este punto debe ser, para sus mayor comprensión, contextualizado porque si se acepta que la
Universidad se convierta en un foro donde se discuten los valores fundamentales, esto es posible a condición de una amplia
libertad donde tengan lugar todas las posiciones valorativas. Pero este no era el caso de las universidades alemanas donde
los criterios académicos no eran precisamente técnico-científicos : parece que fue esta situación la que demoro a Weber,
luego de su enfermedad, la vuelta a las tareas universitarias ya que consideraba irritante ciertas tendencias en los
nombramientos de nuevos profesores;” se los prefería mediocres a poseedores de una gran inteligencia y una fuerte
personalidad”. Además el antisemitismo reinante negó, por ejemplo, el nombramiento a Georg Simmel en la Universidad de
Heidelberg como sucesor de W. Windelband. Es conocido el apoyo que brindó a Robert Mitchels , uno de sus más ilustres
discípulos, cuando este se vio obligado a emigrar al extranjero al no poder encontrar un puesto académico en las
universidades alemanas debido a su filiación socialdemócrata. Según cuenta Marianne Weber una comisión de profesores
universitarios dio una razón personal al rechazo de Mitchels: este no había bautizado a sus hijos. Max Weber respondió con
una nota periodística donde se refiere a la “llamada libertad académica”: Esta sólo es posible, entre las disciplinas basadas
en valores, en la medida en que todos los representantes de las diferentes “concepciones de mundo” se encuentre en lo
posible unos al lado de otros. De lo contrario la “profecía académica”, tan rechazada por Weber, se consolidaba en la
medida en que la universidad se parece más a una Iglesia o en una secta , que en un foro de libertad y pugna. Son estas
circunstancias las que llevan a Weber a dar a conocer su conocida recomendación: ” me parece que para un digno
representante de la ciencia sólo existe una actitud digna. Y ésta consiste en guardar silencio a su vez sobre todos aquellos
problemas de valor para los cuales se les concede la amable autorización de tratarlos”.
Citado en Giddens, A; El capitalismo y la moderna teoría social, ed. Labor, España, 1994, Pag 241
19
26
Weber, Marianne; op. cit pag. 306
20
alemana y que permitan diseñar políticas sociales adecuadas. Tampoco, entonces, la opción
por el Archiv significó un aislamiento del quehacer político para buscar un refugio en la
actividad científica, sino un especie de paréntesis a la espera de mejores condiciones tanto
internas como externas 27 .
Buscando, entonces, una mayor precisión de lo que se ha dado en llamar el “Weber político”
me parece necesario, para tener un panorama cierto del contenido del pensamiento político de
Weber, por lo menos hacer mención a dos ordenes de temas que se relacionan entre sí : el
lugar del liberalismo en la perspectiva weberiana y el ríspido tema del nacionalismo alemán.
Por ahora solo haré unas breves indicaciones en torno a la primera cuestión intentado
relacionarla con la segunda, reservando un mayor tratamiento unitario del problema del
nacionalismo para la última parte de este trabajo.
Para presentar un esbozo de la tradición liberal alemana utilizo centralmente el trabajo de G.
Gutiérrez Castañeda Democracia posible donde la autora destaca que ésta no tuvo una base
contractualista en la medida en que, por la influencia romántica, se acentuó la fusión y la
integración de lo individual con el todo destacándose la dimensión ética sobre la política
como base de legitimación del Estado, en efecto, el racionalismo radical al no percibir el lazo
orgánico que une a los hombres concluye que las estructuras política son construcción
artificiales cuyo único sustento son los endebles y contingentes contratos celebrados por los
individuos en base a intereses que no van más allá de un esfera material (económica-política)
Se estructura de esta manera, para el caso alemán, un liberalismo que sobre valora el papel
del Estado; que se afirma en ocasión del proceso de unificación determinando que tanto las
libertades en general como las garantías de cualquier tipo de derechos queden subsumidos al
fin central de la creación de una nación pensada cómo potencia capaz de decidir en el
concierto europeo. Este liberalismo termina conciliando con Bismarck y será duramente
criticado por Weber como falto de iniciativa política 28
determinado una acusación más general
hacia el agente político de la ideología liberal: la burguesía alemana. Para esta nuestro autor
dará forma a un liberalismo especifico cuyos rasgos centrales son: justificación técnica-formal
27
La decisión dependió también de su salud física, deteriorada por esos años, pero sus argumentos rechazando la
propuesta de participación en la práctica política son reveladores de la importancia que le otorgaba a la actividad. Dice
Weber: “Cuanto más pienso en ello, más me parece que un nuevo periódico político después de tal fracaso será igualmente
imposible en lo interno y en lo externo. En todo caso, no habría ni que pensar en una participación mía; ¿cómo podría yo
justificarla?. Tratar constantemente de esas cuestiones políticas que me conmueven tanto es algo que mi cuerpo sólo
resistiría durante pocos meses. Y, lo que es aún más importante: si no se quiere fracasar en una cuestión política, hay que
tener la cabeza absolutamente clara, y eso es algo que, por ahora, simplemente no puedo garantizar. Por tanto , he decidido
ingresar en el personal del Archiv...”.
En Weber, Marianne, Op cit. Pag.282
28
Mommsen destaca que este “liberalismo oficial” estaba representado por su padre “El padre concejal municipal y miembro
influyente de la fracción del Partido Nacional Liberal en la Dieta de Prusia, profesaba el interno satisfecho liberalismo de los
personajes que rechazaban toda lucha y que hacía rato habían acordado la paz con Bismarck”. Citado por G. Castañeda
Democracia posible pag 42.
21
29
Weber, Max; Escritos políticos. Ed. Folios. México. 1981.Tomo I. Pag. 23.
22
En cuanto a los Estado Unidos, Weber realizó numerosas comparaciones con Alemania
sobretodo después de la experiencia suscitada por su viaje a USA en agosto de 1904. No
puede atribuirse la misma influencia al ejemplo norteaméricano que al ingles en el
pensamiento de nuestro autor, si bien compartió junto con una generación de pensadores
europeos la idea de que tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética sería potencias
rectoras. Sin embargo esta percepción, como lo destaca W. Mommsen, estuvo signada
durante mucho tiempo con una actitud de fuerte nacionalismo cultural llevando a subvalorar la
importancia política de los Estados Unidos. Weber supera este clisé muy generalizado entre la
intelectualidad alemana sobretodo luego de un viaje de aproximadamente tres meses por el
joven país donde realiza observaciones, en particular en los college en los cuales,
aparentemente pudo encontrar, por un lado muestra precisas de la capacidad organizativa del
espíritu religioso allí donde se mantenía vivo y, por otro, la situación en que solo había
quedado el marco y la fuerza espiritual creadora había desaparecido32 .
La importancia de estas perspectivas de desarrollos históricos concretos aparecerá una y otra
vez en los análisis de Weber en su afán por reconstruir y dar respuestas a la coyuntura política
alemana
30
Ibídem pp. 109-110
31
Ibídem pag 109.
También ante el líder cesarístico, en ocasión de la guerra con la llegada al poder de David Lloyd George en 1916
que basaba su poder, según Weber, en la confianza de las masas y del ejército en campaña, el parlamento inglés pudo
garantizar para Inglaterra: “ 1) la continuidad, 2) el control de su posición de poder, 3) el mantenimiento frente a él (al líder)
de las garantías jurídicas burguesas, 4) una forma ordenada de los méritos políticos de los políticos que aspiran a la
confianza de las masas en el marco del trabajo parlamentario, y 5) una forma pacífica de eliminación del dictador cesarístico
una vez que ha perdido la confianza de las masas” . Ibídem pag. 151
32
Weber parece haber verificado esto último en especial en las grandes ciudades. En efecto en la Universidad de Chicago,
de orientación metodista, el estudiante podía “acumular” servicios religiosos que le otorgaban crédito para el siguiente año
académico lo que le permitía menos asistencia y sí su acumulación era defectuosa lo expulsaban. Además al final de estos
servicios religiosos “ se anunciaban las fechas del próximo partido de fútbol, beisbol, cricket...Todo es un verdadero caos” .
Ver Weber Marianne, op cit. Pag 293
23
Dos elementos de la situación alemana del período que se abre con la caída de
Bismarck y con la llegada al poder en 1892 del emperador Guillermo II, 33 aparecen
sobredeterminandos por la coyuntura, primero el comportamiento político de la burguesía
alemana desactivado por el legado “cesarísta” del Canciller. Weber se lamenta largamente de
esta herencia en uno de sus textos políticos más conocidos: Parlamento y Gobierno donde
afirma que Alemania queda sin ninguna “sofisticación política”; sin ninguna “voluntad política
propia”; “..el gran estadista utilizó los sentimientos monárquicos como coartada para sus
intereses de poder en la lucha entre los partidos”. En efecto todas las agrupaciones fueron
afectadas por esta falta de iniciativa política ; el Partido Conservador y el pangermanismo no
podían trascender sus intereses asociados al mantenimiento de las estructuras feudales del
este. El movimiento liberal tenía dos grandes corrientes: la nacional, más de derecha, quienes
no superaban sus afinidades con los conservadores ya que no aceptaban el sufragio universal
exigido por las nuevas condiciones democráticas. Los liberales de izquierda representaban
más claramente lo que nuestro autor llamó el “filisteísmo político” ya que no veían el carácter
de lucha por el poder propio de la política. La experiencia de Friedrich Naumann, un dirigente
cristiano-social considerado por muchos autores como aquel que mejor representó las posturas
de Weber, resume, en cierta medida, esta actitud que podríamos denominar de cultura
política. Llamado “el pastor de los pobres” Naumann era impulsor de la reforma social desde el
ámbito del protestantismo que busca insertar su movimiento en la izquierda política. Propone
una cierta conciliación entre las clases y despertar una conciencia moral en el empresariado.
Weber, como destaca Mommsen, contribuyó a que este líder político se hiciera una idea más
realista de las relaciones sociales adviertiéndolo sobre la imposibilidad de “moralizar la lucha
de clases ..ya que hacía tiempo que el moderno capitalismo había despersonalizado las
relaciones sociales entre los socios sociales”. 34
Por último nuestro autor también consideraba que el Partido Socialdemócrata (SDP)
no tenía instinto político, su dogmatismo ideológico no lo permitía diseñar una táctica de
alianza con los partidos que representaban a la burguesía en contra del autoritarismo junkers.
Las numerosas referencias de Weber al principio de “incertidumbre histórica” impulsando a la
acción política inmediata como única manera de dar sentido al devenir humano tenía como
uno de sus principales destinatarios al SDP, los dirigentes se distinguían por su “cara de
33
Weber pudo pensar inicialmente en la posibilidad de una ruptura con los “junckers prusianos y ultramontanistas”
representantes del atraso alemán, de parte del nuevo monarca, incluso conservando al ex canciller como principal operador
político, pero en seguida se revelan las incapacidad políticas en lo interno y sobretodo en lo externo( y es en este aspecto en
el que nuestro autor más valoró al “canciller de hierro”). En este sentido Weber declara ...”es evidente que trata la política
sólo desde el punto de vista de un teniente ingenioso” y “En la actualidad estamos escapando, diplomáticamente, de
situaciones en verdad graves como por milagro, pero no cabe duda de que la política europea ya no se dirige desde Berlín” .
Ver Weber, Marianne; op cit. Pag 157..
34
Mommsen, W, op. cit. Pag 25
24
35
Citado por Giddnes, Política, sociología y teoría social. Ed. Paidos. Buenos Aires, 1997, pag32
36
Weber, M.; Escritos políticos, Ed Folios, México, 1982,pag 25
25
años después en formato periodístico ,que “no tiene pretensión alguna de validez científica”,
La futura forma institucional de Alemania, Weber alude nuevamente al fin de una legitimidad
basa en la monarquía y a cierta vacancia política que la burguesía ya no puede dejar de
ocupar sin las tutelas del pasado: “Llega así a su término la seguridad del privilegio y de los
intereses sociales y materiales que reposaban sobre la legitimidad histórica del principio de la
monarquía, fundada en el derecho divino. De ese la burguesía se ve obligada a contar
exclusivamente con las propias fuerzas y las propias tareas”.37
La cuestión concreta de si la burguesía es capaz de dar forma a un nuevo ethos
político remite a los obstáculos que el creciente proceso de burocratización crea a la
capacidad renovadora del espíritu burgués, y al espíritu humano en general con la fuerza de
un “destino” prefigurado por Weber como la “jaula de hierro” el “espíritu coagulado”, “la noche
polar”38. Este amenazante avance, en un nivel general de desarrollo, tiene su razón de ser en
la tarea de racionalización que necesariamente lleva adelante el Estado, que ya se vislumbra
con una fuerte y animada participación en lo económico y el lo social, a saber: garantizar la
integración del sistema productivo para el crecimiento económico redistribuible y la integración
sociopolítca para la disminución del conflicto social (Aguilar 1982) . La condición que inspira
este desarrollo estatal-burocrático moderno fue la presencia de las masas, en el sentido de su
presencia organizada; su socialización política creciente producto de su organizarse ante los
conflicto cíclicos en las relaciones entre el capital y el trabajo. Se trata del la “cuestión social”
que ha de ser objeto, según los casos de un tratamiento burocrático determinado a través de
las acciones administrativas de los diferentes estados
En el caso alemán, como ya se dijo, la burocracia constituyó algo así como el aparato de
dominación del sistema junkers, en este sentido era retardataria y opuesta al proceso de
modernización, aunque portadora de una tradición con altos grados de eficiencia y
honorabilidad, queda reservado para los alemanes el logro de haber sido los mejores, según
Weber: “perfeccionaron la organización burocrática especializada, racional y funcional de
todas las formas de dominación desde la fábrica al ejército y la administración pública”.
Además en su relación con el monarca la burocracia alemana pudo imponer su fuerza en la
medida en que aquel no esta capacitado en lo profesional (“el monarca moderno nunca es un
especialista, a excepción, quizás, del aspecto militar”) ni en lo político (“el monarca nunca es
un político entrenado por la maquinaria del partido...no ha ganado la corona a través de un
partido o de un concurso, y la lucha por el poder no constituye su ambiente natural, como lo es
37
Ibídem, pag. 260
38
La teoría de Weber sobre la burocracia ha sido criticada por contener cierto aspectos considerados como “ingenuos” en la
medida en que en ella están ausentes las llamadas relaciones informales; no es capaz de comprender unidades abierta y
receptivas de entorno propias de los sistemas descentralizados y autónomos modernos, etc. No obstante, como lo señala
Stefan Breuer, su sociología sobre la burocracia permite analizar la fase histórica de la formación de las burocracia
nacionales y pone a disposición del investigador interesado una serie de categorías que dan cuenta del carácter
específicamente histórico del desarrollo moderno.
26
para un político”) .Preocupaba a nuestro autor otro rasgo del sistema institucional de su país
propendedor a la consolidación burocrática: por constitución se prohibía ser miembro
simultáneamente del gobierno (el Bundesrat, consejo federal con poder legislativo y de
control donde salía el gabinete del Reich) y del parlamento (Reichstag). A los ojos de Weber
esta restricción significaba la decapitación de los partidos “un diputado apto para un alto
puesto debe abandonar su base política para poder asumir su cargo”. La norma no implicaba
una barrera para la “caza de los puestos”, quienes hacen estas interpretaciones no entienden
que “los líderes parlamentarios buscan un puesto no por el sueldo y el rango, sino por el poder
y la consiguiente responsabilidad política”
Weber se refirió muchas veces en forma comparativa a la burocracia en EEUU donde el
sistema de partidos tenía como objetivo organizarse como patrocinadores de cargos llevando a
sus jefes por medio de las elecciones a los lugares de dirección para desde allí llevar adelante
una repartición de cargos entre los miembros del partido. El llamado Spoils System
perfeccionado por unos de los líderes plebscicitarios más considerados por Weber, el
presidente demócrata estadounidense Andrew Jackson en los años 1829 y 1837, impresiono
fuertemente a nuestro autor por los altos niveles de corrupción que supone en la medida en
que los cargos son utilizados para extraer de ellos, en un lapso pequeño que generalmente no
va más allá de los cuatro años, los que dura el mandato del partido ganador, la mayor cantidad
posible de beneficios. Lo que explica la persistencia de este sistema es que funcione como un
freno a la formación de una casta burocrática al estilo europeo. Weber reproduce esta
afirmación obtenida a su pregunta sobre la persistencia del Spoils System norteamericano
:”Hay bastante dinero para robar y sigue habiendo....incluso para nosotros. Nosotros
escupimos encima de estos ‘profesionales’, de estos funcionarios, y los detestamos. Pero si,
como ocurre entre ustedes, una clase culta y selecta asumiese los empleos, ella escupiría
sobre nosotros” 39
Este impresionante desdén por el espíritu burocrático contrastaba con la “pasión
burocratizadora” que nuestro autor detecta en los ámbitos académicos e institucionales en los
que se encontraba, la cual tomando muchas veces la forma de estatizaciónes a través de
propuestas de política social varias de las cuales surgieron de la Asociación para política
social. Estaba claro para Weber que esta actitud no implicaba necesariamente eficiencia
económica o mejoramiento en las condiciones materiales en comparación con otros países. Se
asociaba empero un “sentimiento exclusivamente moral: se trata de la fe en la
indestructividad del nivel moral indudablemente alto de la burocracia alemana” . El desprecio a
lo burocrático ha permitido, en país como EEUU y Gran Bretaña, mayores conquistas en plano
de desarrollo que la “moralísima, autoritaria y glorificada burocracia alemana “40
39
Weber, W.; Escritos políticos. Ed. folios. México. 1982. Tomo II. Pag 224
40
Ibídem, pag 469. La experiencia inglesa en relación a la burocratización constituye en algún sentido un interesante
ejemplo de “oposición civil”, según el parecer de Weber, al avance burocrático de los especialistas. En efecto en Inglaterra el
rey se vio obligado, para oponerse a la apropiación del gobierno por parte de los grandes señores patrimoniales, colocar
27
Estos formidables obstáculos sólo pueden ser removidos, en primer lugar, a través de
la acción del empresario en quien hay que revivir un personaje emblemático: el puritano,
portador del ascetismo protestante, de tal manera que “ desde el momento en que el
ascetismo abandonó las celdas monásticas para instalarse en la vida profesional y dominar la
oralidad mundana, contribuyo en lo que pudo a construir el grandioso cosmos de orden
económico moderno que...determina hoy con fuerza irresistible el estilo vital de cuantos
individuos nacen en él ( no sólo de los que en él participan activamente), y de seguro lo
seguirá determinando durante muchísimo tiempo más” 41.
En este sentido Weber seguía la pauta del modelo clásico liberal del capitalismo
europeo en cuál la figura del empresario independiente con grandes dosis de iniciativa privada,
era central, funcionando sobre la base de la libre competencia en un mercado regulado sólo a
través de mecanismos formales. En su discusión con el marxismo nuestro autor veía en la
eliminación de la propiedad privada el fin de ésta necesaria dinámica ofrecida por el
capitalismo para garantizar cierto campo de acción a la iniciativa privada en el ámbito de lo
social económico. Dicho esto no puede aceptarse la superficial critica que hace Herbert
Marcuse de Weber al considerarlo como el “representante clásico del capitalismo individualista
burgués” porque se mantuvo fiel al principio del empresario individualista aún después de la
guerra y ante el avance de las ideas de planificación económica que se difundieron desde
todos los ámbitos ideológicos. Viene al caso en este sentido echar mano al argumento de
Peter Mayer en sentido de que ante la perspectiva de un mundo totalmente racionalizado, a la
manera de la sociedad imaginada por Aldous Huxley en su novela Un mundo feliz grafica
Mayer, la apelación al emprendimiento empresarial no puede ser interpretado como el deseo
ingenuo de salvar el laissez faire económico propio de un capitalismo heroico ya fenecido,
sino la afirmación de un principio carismático en las esferas de la economía, la políticas y la
cultura42
El argumento weberiano se hace muy explicativo en su discusión sobre la eficacia del
socialismo para liberar al individuo del proceso de “enajenación” en el cuál estaba subsumido
a causa de unas relaciones de producción basadas en la propiedad privada de los medios de
parte de la administración en manos de una numerosa y poderosa capa de notables, la gentry que da forma a la institución
inglesa de los jueces de paz. Estos fueron constituyendo una especie de policía industrial, del consumo y de la seguridad en
general en la medida en que fue ganando mayor significación el mercado. Tal como la aclara Weber se trataba de un cuerpo
constituido por “personas interesadas privadas” que supieron, por medio de una fuerte solidaridad entre ellos sostener el
monopolio de los jueces de paz, a pesar de los intentos de la corona de disponer sobre la institución manteniendo la facultad
de los nombramiento y enviando funcionario propios para fiscalizar.
El cargo era no retribuido y significaba una fuente de prestigio social, rodeado de popularidad implicó, subraya
Weber: “uno de los casos más extaordinarios en que, a pesar de los cada vez más numerosos asuntos oficiales, la
burocracia profesional fue completamente eliminada por un cargo de ‘notables’ “. Ver Economía y Sociedad Ed. FCE.
Bogotá, 1977 tomo II pag 801 s.
41
Weber, Max ; La Etica Protestante y el Espíritu del Capitalismo, Ed. Diez, Bs As, PP 258.
42
Ver Mayer, P. ; Max Weber y la política alemana. Ed. ideologías contemporáneas, Madrid 1966. Pag 138
28
producción propiedad. No es esta la fuente alienación humana, dice Weber, sino la presencia
omnímoda de las estructuras burocráticas que en los hechos significa el apartamiento de los
instrumentos para la producción, tanto manual como intelectual, de quiénes realizan la
actividad concreta y esto tiene lugar en los diferentes ámbitos sociales (públicos y privado).
Este proceso, para Weber, se completaría en el socialismo porque “También (y precisamente)
toda economía unitaria racional socialista conservaría la expropiación de todos los
trabajadores y sólo completaría la expropiación de los propietarios privados “43
Nuevamente conviene revisar la opinión de nuestro autor en relación a este tema que alude a
la relación empresario privado / proceso de burocratización en el contexto de la realidad
alemana en los años en que pareció bastante clara la alternativa socialista. Los hechos
históricos son conocidos; ante el pedido de armisticio del gobierno alemán en octubre de 1918
al presidente Wilson se desata la crisis económica y se desencadenan una serie de
levantamiento populares, el 9 de noviembre abdica Guillermo II y nace la República , el día
siguiente con la proclamación de del Consejo de los Comisarios del pueblo los sectores
espartaquista propugnan la “dictadura del proletariado”. En estas circunstancia Weber vuelva a
rechazar la socialización completa de la economía aunque acepta nacionalizar las empresas
de seguro y minería. La planificación económica era considera por Weber “como una cosa de
diletantes” en la medida en que dejaba fuera del juego económico a quienes eran para él los
verdaderos expertos, a saber: los empresarios privados. El socialismo se condenaría con esta
estrategia económica calificada como “una absoluta frivolidad irresponsable”, la burocracia
presenta límites que aparecen claramente en la medida en que esta invada ámbitos que no le
son propios, dicho de otra manera el funcionario es algo muy distinto del empresario y del
político.44
Así las cosas Weber propone una especie de “vía alemana al socialismo” donde aparece en
primer término la necesidad de mantener al empresario burgués emprendedor para poder
captar créditos del extranjero , rechaza violentamente lo que considera una prejuicio socialista
“este estúpido odio a los empresarios nacionales,” En términos generales no pueden
socializarse aquellas industrias más dinámicas características de la posición tradicional
germana de manera tal no puede concebirse ningún sistema económico sin el empresario
burgués y en el caso alemán tampoco aún tratándose de los grandes industriales. “Nosotros no
tenemos verdaderamente ningún motivo paarar amar a los patrones de la industria
pesada....Pero desde el punto de vista económica, su liderazgo no sólo es indispensable, sino
que ahora lo es más que nunca...El Manifiesto Comunista ha puesto de relieve el carácter
económicamente , aunque no políticamente , revolucionario del trabajo de los empresarios
capitalistas burgueses. Ningún sindicato, y menos aún el funcionario de un socialismo de
43
Mommsen , W. Op.cit pag 185
44
Weber agrega otro posible contendor de la burocracia: el abogado. Este aparece como un “incómodo intermediario..un
querellante ” Ver Weber, M. Escritos políticos. Tomo I pag 197,
29
Esta apelación al empresario burgués para que lidere el proceso de desarrollo económico ( y
la economía es evaluada por la calidad de individuos que es capaz de formar) se completa con
otro “llamado” para superar la inercia burocrática. Por que si bien la burocracia constituía el
medio técnico más idóneo (inevitable) para administrar una sociedad de masas había que
evitar su autonomización, es necesario darle una dirección; en este sentido, solo la
burguesía, capaz de establecerle fines por medio de una firme conducción política, podía
lograrlo. Max Weber se refirió en algunas oportunidades a la naturaleza “apolítica” de máquina
burocrática y su tendencia a servir a quién cuente con los medios materiales , sobretodo
coercitivos, y que garantice a los funcionarios la conservación de sus empleos. Pero para
imponer a la máquina rumbos políticos propios es obligación contar cono una autoridad
(ligitimidad) “que hunda sus propias raíces en la confianza de la nación”
Esta planteada la cuestión del liderazgo político, tema central de la copiosa literatura
weberiana de los años que siguieron al fin de la guerra donde la urgencia política reclamaba la
rápida formación de dirigentes con una mínima base de confianza popular, baste recordar la
afirmación que nuestro autor hace en un texto tan determinado por la coyuntura histórica como
La futura forma institucional en Alemania : “La legitimidad histórica ha terminado [la basada en
a monarquía]. Inclusive en el caso de los partidos más marcadamente de centro...para poder
retornar al orden burgués, no les queda otra alternativa que la legitimidad revolucionaria que
deriva del derecho natural de la constituyente, apoyada en la soberanía popular” 47
. En un
escrito posterior, pero igualmente determinado, El presidente del Reich , nuestro autor precisa,
con lo que podríamos denominar un sentido más democrático burgués, la forma en que
deberá construirse aquella legitimidad necesaria que permita dirigir políticamente el proceso
de socialización ( entendido aquí como el aparato burocrático administrativo en lo que hace a
sus “fines últimos”) afirma al respecto : “Sólo un presidente del Reich apoyado por millones de
votos puede disponer de la autoridad necesaria para encauzar la socialización ...un hombre de
45
Weber Max Escritos políticos, Tomo II pag 267
46
Weber, Max, Escritos políticos, Tomo I pag 87
47
Weber, Max, Escritos políticos, Tomo I pag 257
30
confianza elegido por las propias masas, al que éstas se sometan mientras goce de su apoyo “
48
Desde un punto de vista más técnico el control sobre el funcionariato debe tener en cuenta
dos aspectos del saber administrativo que fundamenta el domino burocrático, uno relativo al
lo que Weber denomina: “el saber profesional” que se adquiere mediante la especialización
profesional y posee en este contexto un sentido amplio , y el otro, con un sentido más
restringido alude al conocimiento concreto: el “saber relativo al servicio” asequible sólo a
través del aparato oficial . Aquí la solución propuesta para ejercer algún tipo de control apunta
en dirección de forzar una apertura al público y en la posibilidad de renovar el vértice
burocrático ( en este sentido el director sería más un funcionario político, del partido) por
medio de procedimientos más o menos regulados . Se abre aquí un instancia externa, una
fuente de renovación política a la dominación burocrática en la medida en que la competencia
política se estructure como una lucha entre “concepciones del mundo” , como una discusión
entre “fines últimos” (los plataformas partidarias) una lucha entre liderazgos para imponer
nuevos horizontes a la organización estatal-burocrática 49
. Tal vez no sea necesario a aclarar
que si bien se encuentra en Weber un no resignarse al destino de racionalización-
burocratización al que parecen destinarnos la modernidad su idea del presidente plebiscitario
no es antiburocrática sino más bien supone una imagen de guía renovadora (no revolucionaria
necesariamente ) , capaz incluso de entregar nuevas dosis de ligitimidad al aparato de
burocrático. Me parece que de esta manera tiene que ser interpretado el elemento carismático
en el marco de una gestión democrática , el líder “pregona crea o exige nuevas obligaciones”
para que el diseño de nuevas políticas sea vivido como la creación de políticos con vocación ,
para quienes una de las tareas centrales será traducir el discurso técnico-científico , por
medios de recursos demagógicos basados en la pasión y la emoción despertando en sus
electores aquellos intereses que van más allá de su inmediatez y cotidianeidad. Lo anterior
puede sostenerse aunque exista en la relación entre el conductor y los conducidos un vínculo
de dominante a dominado tal como lo subraya Mommsen , con quién no se puede acordar, por
el contrario, en la interpretación del par burocracia y carisma weberiano como un motor del
devenir histórico donde la vuelta de la fuerza revolucionaria del carisma constituía el momento
más valorado por Weber.
Sintetizando, el elemento carismático forma parte de un diseño institucional pensado por
Weber al que hay que sumar un Parlamento, activo y eficaz; la vigencia de una racionalidad
formal-procedimental apoyada en la existencia de un derecho, también formal
48
Weber, Max, Escritos políticos, Tomo I pag 305
49
Algunos autores han señalado que la monopolización de lo político en el régimen bolchevique permitió la expansión
burocrática. La intención de llevar adelante una “bolchevización” del Estado zarista ( completada en los años 30) condujo a
una estatalización del bolchevismo .
Ver Breuer, Stefan , Burocracia y carisma . Ed. Alfons el Magnánim España. 1898. Pag 106
31
50
Tanto P. Mayer como W. Mommsen han realizados análisis tendientes a determinar si el pensamiento sobre lo estatal en
Weber pudo permanecer “inmune” a los procesos de autoritarismo vividos por la sociedad alemana. Para Mayer, por
ejemplo, existió una contradicción entre “razón de Estado” como principio del Estado-potencia, sostenido por Weber, y la
formulación del conflicto entre burocracia y dignidad individual, que no fue resulta.
Ver Mayer, P. Op. cit. Pag 94s .
51
El fuerte carácter de clase que Max Weber le atribuyó al estructura estatal de su tiempo queda bastante explícita en la
siguiente cita de su viuda: “Y Weber sospechaba de toda metafísica política, hasta entonces, había sido una especie de
mimetismo, por el cual las clases privilegiadas se protegían contra una redisposición de las esferas de poder. A este
respecto, compartía la concepción marxista del Estado y su ideología”. Lo destacado es nuestro.
Ver Weber Marianne, op. cit. Pag 539
32
por medio de la creación y aplicación de un sistema de derecho racional sustentado por una
base ética y los socialistas que afirman el fin de la conflictividad con el advenimiento de la
sociedad comunista, Weber construye un concepto sobre política en el que muchos de sus
comentaristas han destacado la centralidad de los elementos de enfrentamiento y de lucha
sobre los de diálogo y negociación planteando ciertos límites a la viabilidad de la democracia.(
aunque ya es bastante difícil encontrar a alguien que explique a Weber como un
representante de la teoría del poder “suma cero”) No voy a referirme a las derivaciones de
estas observaciones y a los esfuerzos orientados a dar un marco más general y explicativo
que intentan dar cuenta de una cierta encerrona de las dimensiones políticas valorativas
( reconocimiento de un universo plural en relación a los valores) y decisional ( existencia de
un momento individual en la toma de decisiones )53, interesa en este trabajo, como hemos
dicho, ver las interacciones entre ciencia, política y valores , avivadas por el contexto histórica
y en todo caso resaltar a propósito de este eje , teniendo en cuenta la “potente” definición que
hace nuestro autor de la noción de política, un hecho fundamental en Weber , reconocido, por
otra parte por teóricos ilustre ( y dispares) como Arón y Giddens: reivindicar la autonomía de lo
político, ergo, su productividad. 54
En este sentido cobra otra dimensión la “neutralidad valorativa”, como destaca Aguilar
Villanueva, a través de esta expresión nuestro autor trata de resignificar la política, esta se
ubica en el terreno de la correlación de fuerzas y no en el de las fundamentaciones lógicas
racionales (científicas), no es en el aula; no es la academia donde deben actuar los actores
políticos, su verdadero escenario es el Estado. Hay que poder asumir los roles institucionales
en el seno de la estructura estatal: o como jefe político representante del poder ejecutivo
(“funcionario político”) o como cuadro administrativo, ejecutor de los lineamientos de la cabeza
de la institución (“funcionario profesional”) 55
53
Ver al respecto, por ejemplo el trabajo Gutiérrez Castañeda, G. Democracia posible. El diseño político de Max
Weber. Ediciones Coyoacán. México 1994
54
A un nivel más sistemático es clara la diferencia que Weber establece con las doctrinas política basadas en la relación
amigo-enemigo. Como lo explica Stefan Breuer la comunidad política tiene tres rasgos básicos: 1) Asegura un territorio
delimitado para el desarrollo de la comunidad. 2) Para lograrlo esta dispuesta a utilizar la violencia física y 3) Lleva adelante
un actividad que no se limita a lo económico para cubrir las necesidades de los miembros, sino busca regular las relaciones
de las personas para construir una comunidad político-cultural con rasgos particulares.
Esto último es posible gracias al desarrollo de un proceso que culmina en el “monopolio legítimo del uso de la
fuerza física”. Ver Breuer S. Op. cit pag 22s
55
Esta concepción weberiana de la política estaría en línea con la tradición liberal del estado como monopolio de lo político.
Al pronunciarse a favor de la concentración de lo político a nivel estatal nuestro autor parece no tener en cuenta un dato de
la nueva relación entre estado y sociedad que comienza a despuntar a comienzos de siglo: la difusión de lo político en la
esfera de las organizaciones de la sociedad civil.(ver Gutiérrez G Democracia posible pag 192 s) Seguramente lo anterior
debe ser matizado y concluir que la “visión fantástica” de lo político ( un giro dramático que recuerda a Maquiavelo) en
Weber tiene su mayor cuota explicativa en el llamado a la burguesía alemana.
34
Algunos autores se refieren a la visión aristocratizante de la política; a la centralidad que tenía el aparato
burocrático alemán en su pensamiento , a la necesidad de resolver de la forma más acotada posible la crisis revolucionaria
de 1918, a la realidad incontrastable, a pesar de los avances de la participación, de la apatía e incultura política de las
grandes masas, como otras posibles razones de su visión sobre lo político.
56
Aguilar Villanueva, Luis F., op cit, pp 63.
57
Como ya se sugirió más arriba la percepción del politeísmo esta presente en Weber también en su concepción de la
ciencia, esta instancia valorativa era atemperada en cierta medida por el control intersubjetivo de la comundidad científica
que delimitan un campo determinado. Un control similar pretendía Weber en la política
35
Rabotnikof, Nora; ” La política como guerra. (politeísmo y guerra a muerte en el pesamiento de Max Weber)”, en Política y
desilusión (lecturas sobre Weber) compiladores Francisco Galván Díaz y Luis Cervantes Jáuregui. México, UAM, 1984.
pp 115
60
No hay que perder de vista el hecho que para Weber la política puede ser, y lo es casi constantemente, una “empresa de
interesados “ donde prolifera un espíritu de botín. En La política como vocación nuestro autor desmenuza en forma
implacable el comportamiento político práctico, producto de una conferencia pronunciado en la coyuntura revolucionaria de
1818-1819, el escrito enviste contra las “ilusiones milenaristas” de los jóvenes : “Lo que los jefes de partido dan hoy como
pago de servicios leales son cargos de todo género ...Toda lucha entre partidos persigue no sólo un fin objetivo sino también
y ante todo el control sobre la distribución de los cargos” . Escritos Políticos Tomo II pag 319 .
36
ello, la referencia a las “preferencias sociales” no tiene que ser interpretado como la creencia
de Weber en la voluntad popular como deseable para la conducción política sino hay que
pensarlo como un mecanismo de acumulación de poder para lograr objetivos. Por que el
problema de la política en Weber es el de “..la eficacia del poder y no el del ejercicio de la
representación”
La responsabilidad política consiste, entonces, en establecer aquellas direcciones que
impulsen la sociedad hacia adelante pero sin el amparo ni la ayuda protectora de la teoría
social o la verdad histórica, en todo caso el impulso de la pasión (y no la pasión del intelectual
por “lo intelectualmente interesante”) al servicio de la “causa”, cual quiera que sean “las
exigencias de la época procedentes de ella”, constituye la guía de la conducta política
responsable. La actitud hacia el mundo ha de tener una vigilancia constante, una tensión
superadora; la “responsabilidad personal” es “afán básico de cosas superiores” y esto no
significa simplemente bogar por el bienestar del pueblo, la política no es prometer la felicidad,
sino crear condiciones para enfrentar la “inevitable lucha de la existencia” Contrariamente
irresponsabilidad significa movilizar masas anunciando el triunfo de la revolución sustentado
por la evolución de “leyes” de la historia (el de desarrollo de las fuerzas productivas; la
imposición de los derechos naturales). En este sentido durante la coyuntura de 1918-1919 en
Baviera con la proclamación de la república soviética Weber vio surgir la figura del estudiante
Ernst Toller quién tuvo bajo su mando una sección del ejército rojo y firmaba casi todos los
decretos revolucionarios, constituyó uno de los “aspectos grotescos” de la revolución bávara
que un joven irresponsable político gobernara por un tiempo, consiguiendo el favor de las
masas. Probablemente este y otros personajes políticos del momento revolucionario influyeron
en nuestro autor para reflexionar sobre la relación entre la ética de responsabilidad y la ética
de la convicción. En efecto , Weber alegó a favor de Toller al que consideraba un idealista
auténtico, un hombre guiado por una “ética de fines últimos , un visionario ajeno a las
realidades políticas...En un arranque de ira Dios lo hizo político” 61.
La revolución, como un gran campo de aprendizaje político, reactualizaba la cuestión de las
vinculaciones entre la ética y la política, nuestra autor rechaza la posibilidad de enarbolar una
ética absoluta aplicable en forma mecánica al ámbito de la política. Este tiene que tener su
especificidad ética, las prescripciones morales radicales del Sermón de la Montaña: “Pon la
otra mejilla”; “No resistáis al mal”; “Entrega todo lo que poseas” son inconducentes como guía
de la acción política, no se trata, sin embargo, de una actividad “adiáfora” en lo moral:
contrariamente, al implicar un quehacer cuyo medio específico es la violencia hay que sopesar
las “consecuencias”, con la mayor objetividad posible,( el demogógo corre el riesgo
permanente de basarse en las apariencias y perder distancia de lo real para convertirse “en un
comediante”), que se derivan de la persecución de ciertos fines. El político para ser “eficiente
en el mundo” no debe temer a la “irracionalidad del mundo” según la cuál el bien brota del mal
61
Weber Marianne, op. cit. Pag 599-600
37
y viceversa, debe trabajar con el material humano que encuentra, debe soportar esta tremenda
prueba que significa comprobar la irracionalidad humana : “Quien se mete en política, es decir
quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo,
de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno solo produzca el bien y lo malo el
mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario. Quien no ve esto es un niño políticamente
hablando”62 . Es necesario, pues, un complemento entre la ética de la responsabilidad y la
ética de la convicción , el modelo de conducta que se deriva de esta ecuación se ha
comparado con el emblemático personaje de Weber : el empresario puritano, aunque algunos
autores han llamado la atención sobre el riesgo de extender esta figura y su tipo de acción a
ámbitos en los cuales la tesis weberiano niega expresamente su generalización vale la pena
intentar una aproximación explicativa de aquella ecuación tomando al actor weberiano como
ejemplo .
Mommsen afirma que la teoría weberiana sobre la ética de la responsabilidad constituyó un
puente entre su rigorismo de tipo moral y confesional y el pragmatismo político cotidiano al
que Weber hubo de incorporar en su noción de acción política, pero, se puede afirmar, que
mantuvo un principio de orientación valorativa con su apelación a la ética de la convicción, de
resultas de esto, aparece clara la opción por parte de nuestro autor de un tipo de acción
racional valorativa, de tal manera que la conducción metódica de la conducta sobre la base de
una elección voluntaria y responsable de ciertos “significados últimos” dan forma a una
verdadera personalidad con potencialidad creadora, ya que poner la propia vida al servicio
metódico y disciplinado de ideales escogidos por uno mismo convierte al ser humano en un
formidable instrumento de civilización. Las ideas puritanas convergen en este planteo si
evocamos la metáfora monasterio-mundo: el pasaje del ascetismo religioso a la vida cotidiana
con su actuar conforme a valores dio lugar al “cosmos capitalista”, pero en el terreno
específico de la política ( más particularmente la alemana) se incorpora un rasgo
nietzscheano: el líder debe “sacar de su propio pecho” los ideales de acuerdo a los cuales va
actuar , él será el encargado de darle sentido y dirección a los procesos sociopolíticos .
La neutralidad también pretender ser crítica hacía el estado, la ciencia no puede ser
“ideología del reino”, la ciencia no puede justificar al estado como un hecho de la razón, como
una necesidad histórica y social que puede ser demostrada científicamente. Porque a lo que
más parece temer Weber es a la tecnocracia.63 Los tecnócratas, son aquellos cuya
característica más esencial es que la dirección de su accionar se rige por la aplicación
62
Max Weber, Escritos políticos pag 356. La advertencia sobre las consecuencias morales de la política se complejizan
aún más cuando se repara en el aparato político necesario para la obtención y el sostenimiento de poder. El líder debe
proveer el mantenimiento de este aparto, lo que significa, casi siempre, perder el control objetivo de su acción que se basa
ahora en los “motivos éticos” de sus seguidores los cuales no tienen la elevación de los que impulsan la acción de aquel.
Pero el jefe político no puede amedrentarse y “ha de tener conciencia de estas paradojas éticas”
Ibídem pag 361
63
Como lo señala Gutiérrez es uno de los “momentos más liberales” de Weber:
38
un enlace privilegiado entre razón y verdad, permite en todo caso una mayor calculabilidad de
los fines, de tal manera que no puede ser un nuevo instrumento para “mistificar” o “encantar”
“ ¿Cómo es posible en presencia de la prepotencia de esa tendencia hacia la burocratización salvar todavía algún resto de
libertad de movimiento “individual” en algún sentido?. Porque a fin de cuentas constituye un burdo autoengaño creer que sin
dichas conquistas de la época de los “derechos del hombre” podríamos –aún el más conservador de entre nosotros- ni
siquiera vivir”
Weber M. ; Escritos políticos Tomo I pag 88
64
Aguilar Villanueva, op. cit, pp 65-66. La dinámica entre racionalidad formal y material como han sugerido algunos autores
es parte de un conflicto entre valores: eficacia versus solidaridad; impersonalidad versus justicia social. La pugna entre
ambas razones parece inevitable y la preponderacia de una sobre otra implica casi siempre consecuencias negativas. El
exceso de formalismo puede llevar al irracionalismo, y por el contrario, la ausencia de lo formal-instrumental conduce al
establecimiento de privilegios, el clientelismo, la corrupción, etc. No obstante lo anterior el elemento peculiar del proceso de
racionalidad estatal en Occidente, y que constituyó la base de su legitimidad, fue que la “racionalidad de fines” se sirvió para
su concreción de técnicas propias de la racionalidad formal.
65
El concepto cobra en este contexto un sentido instrumental; se trata de la capacidad de selección de ciertos medios
idóneos y eficaces para alcanzar y realizar los fines propuestos y concebidos por la pasión o la voluntad, no implica
entonces la idea Ilumnista de la Razón como un faro que ilumina y desentraña los grandes problemas de la cultura humana.
La Sociología weberiana se constituye así como una Sociología de los Medios, esta afirmación se sustenta en una fórmula
que puede ser la siguiente : si usted quiere alcanzar X, usted debe hacer Y . La razón (la ciencia) en un horizonte de
instrumentación deviene funcional para el logro de fines, ideales o valores impuestos políticamente.
39
a la política , el espacio de esta se libera a sus propias leyes: la fuerza, las voluntades, los
valores. Se incita de esta manera a la burguesía para que reavive su espíritu, su ethos, su
capacidad para buscar metódica y racionalmente la libertad, una generación burguesa que
“hoy debe guiar su propia vida a su propia manera”66. Se trata entonces de enarbolar valores y
no principios científicos, como afirma Aguilar Villanueva “el programa de la ciencia
políticamente incompetente mira a la reanudación de la voluntad política de la burguesía
alemana” 67.
La conclusión es que en el marco de una política revolucionaria (donde se plantean nuevos
valores fundamentales) ésta queda liberada a sus propias reglas, no hay espacio para ideas
comunitarias del tipo “bien común” o “interés general” los grupos (clases) deben confrontar con
ideales salidos de su propia consciencia histórica-cultural, lo que no significa estar en linea con
ninguna serie objetiva de desarrollo histórico global, la capacidad de penetración del poder se
cifra en la política en su “estado puro”, es decir en la ecuación pasión (carisma) y razón, en
efecto “la transfiguración carismática de la razón hicieron posible la racionalización
revolucionaria de la instituciones” (Breuer, 1996, pag 60). Solo en un espacio institucional,
donde los fundamentos de la dominación no son cuestionados (centralmente el monopolio de
la coacción como fuente de esa dominación) la ciencia social puede ejercer su acción técnica
en forma de política social. 68 Weber ordeno mucho de su pensamiento político en torno a la
dinámica, siempre presente en gran cantidad de sus escritos, entre la estabilidad basada en
alguna forma de dominación y la irrupción trasformadora implusada por el carisma, pero hay
un elemento que aportan, a la caracterización de esta dinámica, las sociedade
contemporáneas: la mediación institucional entendida, en este caso, como un proceso
creciente de socialización racional del poder .
En su forma más acabada la ciencia social consistiría en hacer consciente a los
hombres de sus propios valores y las derivaciones que su implementación trae; para el político
puede ser, centralmente, un reaseguro contra la toma de decisiones “irresponsables”. La
ciencia puede tener como objeto de estudio de los valores, considerándolos para esto, como
opciones entre posibles maneras de actuar, de acuerdo con una jerarquía condicionada por la
“concepción del mundo” vigente en una sociedad determinada.
Se trata de una dimensión prescriptiva que toda comunidad humana posee, y a la cual
la ciencia social procura conocer. Las acciones humanas pueden ser muchas pero no infinitas;
mientras las condiciones sociopolíticas claves y sustanciales se mantengan constantes la
66
Weber, Marianne, op. cit. Pag 385
67
Aguilar Villanueva, op. cit, pp 72
68
Esto es asi aunque: “Sólo una comunidad independiente del criterio de los burócrtas puede, a largo plazo, cultivar la
‘política social’”. Citado por Mayer J.P. op. cit. Pag 204
40
69
Como uno de los discípulos favoritos de Weber es casi simbólica su apreciación sobre éste, primero lo considera como
un pensador muy condicionado por la cultura alemana -capitalista lo que finalmente lo lleva a un nacionalismo irracional
anticipador del nazismo, pero luego reconoce su deuda intelectual con Weber, esto puede explicarse en razón de los
fuertes vínculos intelectuales que mantuvieron. Luckas llegó a Heidelberg, lugar de residencia de Weber, en 1912, con una
recomendación de Simmel, permaneciendo hasta 1917, de origen húngaro parece haber animado en Weber un mayor
interés por las orientaciones intelectuales del este europeo, sobre todo, como señala Marianne, su inquietud por la literatura
rusa de Tolstoi y Dostoievski
41
70
Las sectas basadas en lo artístico, dice Weber: “...son desde el punto de vista sociológico ...una de las cosas más
interesantes que puedan existir; han tenido aún en nuestros días, igual que una secta religiosa, sus encarnaciones en lo
divino (recordemos la secta de Stefan George) y su influencia sobre la forma práctica de vida, sobre la actitud interior hacia
la vida en conjunto que generan en sus seguidores, pude llegar muy lejos”
Citado por Breuer, S., op. cit. Pag 144
71
Weber, Marianne, op. cit. Pag 440
42
mundo tendieron a crear una “ética de adaptación al mundo” que se sostenía a través del culto
al genio y la estetización de la nación, donde la política aparecía como indiferente, así la
ideología del círculo se reconoce como parte de una potente tradición intelectual alemana:
una especie de nacionalismo cultural que se asienta en la idea de dos alemanias: una
simplemente política y exterior , otra interna, más profunda, sagrada72.
El rechazo de Weber a las pretensiones de guía mística de George no debe cancelar
sin más las derivaciones de los encuentros. De lado de nuestro autor aparece con fuerza de
convicción la interpretación propuesta por Horacio Gonzáles : el círculo de George no es un
simple “caso de estudio” , es una temática capaz de conmover su vida, es un lugar no natural
para él al que sin embargo concurre , un lugar que queda afuera de su conocido ámbito
profesoral –académico, una elección interiormente resistida, que no conviene pero que
posibilita encuentros de otra forma imposibles. Que significa este aproximación del intelectual
especializado a un saber intuitivo, experiencial, de “sentido común”, que no es tranquilizador
sino extraviado, irracional , donde la “racionalidad es un eco” . Gonzáles sugiere, entonces,
que la experiencia weberiana de acercamiento al círculo del poeta deja entrever una ética
intelectual basada en un escepticismo sobre la capacidad de explicar y una voluntad de anular
los mecanismo del intelectual profesional, incorporando al otro y entrar el mismo en aquel
vasto mundo de valores y creencias para reconciliarse con él.73
Digamos finalmente que el George-Kreis congregó a gran parte del pensamiento filosófico y
estético del momento, algunos de sus seguidores más célebres fueron R. Rickert, Alfred
Weber, G. Simmel y en un comienzo el joven Luckás . Significó, con este formidable elenco,
como ya se dijo, una de las críticas más radicales a la modernidad de fines de siglo (a la que
hay que agregar a la más individual de Nietzsche) de manera tal que nuestro autor no sólo no
fue sordo a esta masiva arremetida contra los frutos del progresismo, sino que compuso una
serie de imágenes, bastante conocidas, sobre el avance del racionalismo occidental que se
identifican, apunta S. Breuer, con los georgianos: dice Weber: “el ascetismo cae como una
nevada sobre la vida de la alegre vieja Inglaterra” , el mundo se congela bajo “las frías manos
esqueléticas de las ordenaciones racionales”74.
72
Breuer, S.; op.cit pag 123. Este autor afirma que si bien George no compartía la estetización de la política propia de
nazismo (se exilió en Suiza donde muere en 1933) su estética antipolítica se mostró impotente ante el avance de Hitler.
73
Revista El ojo mocho . Nro 2 . Junio. 1992 . Weber parece haberse opuesto a convertirse en profeta intelectual,
rechazando por autoritaria la relación maestro-discípulo y la creación de una Escuela . El testimonio de Karl Jaspers explica
parte de lo afirmado más arriba al comparar a Stefan George con Weber “Por eso Weber no llegó a ser un jefe para
aquellos que querían someterse a él. El poder de su razón despertaba la de los otros. El no actuaba mediante la autoridad,
mediante la superioridad del saber y de la capacidad intelectual mediante un oscura carisma –fascinando estéticamente-
sino suscitando en el prójimo el empuje para el conocimiento de sí mismo” . Citado por Pinto, Julio : Weber actual. Pag 48
74
Breuer, S.; op. cit. Pag 151
43
Colocamos aquí la teorización que hace Weber sobre los valores; la calificación que
hace de estos como “últimos o “finales” tiene reminiscencias religiosas y puede conjugarse con
su tendencia a darles la “primacía en última instancia”: por medio de la apelación a los valores
se busca explicar la constancia, coherencia y especificidad de ciertos comportamientos, así se
entiende la aceptable estabilidad de las instituciones capitalista y democráticas en los países
sajones por la presencia en estos pueblos de valores como el esfuerzo personal, la frugalidad,
la capacidad de trabajo metódico, la innovación, etc. Más allá de esta fórmula, que vulgarizada
llevó a las críticas que condujeron a la visión sesgada de Weber como un “filosofo idealista”, la
función de los valores es la de dar significado a un mundo empírico que aparece como un caos
sin sentido, “quien vive en este ‘mundo’ no puede experimentar más que la lucha entre una
pluralidad de valores” cada uno de los cuales “ parece capaz de vincular con la divinidad”75. El
eje de la reflexión weberiana tiene dos dimensiones ( reaparece aquí la conocida filiación
neokantiana de Weber que proclamaba la distinción entre hechos y valores) : la relación de
valor y los “juicios de valor prácticos” 76, en este caso de trata de juicios de valor ético-políticos
y no estéticos . En efecto no cabe duda en cuanto a la irrelevancia del juicio científico en torno
a la caracterización de una obra de arte como buena o mala, deseable o indeseable, bella o
grotesca pero sí en necesario establecer cual es el alcance de la evaluación de la ciencia
empírica en la política y en la ética dado el alto grado de “justificación científica” a cierta
secuencia de valores en esos ámbitos. Existe una necesidad vital de dar “sentido al sinsentido”
del mundo, la “irracionalidad ética” del mundo fundamentó el sistema de creencias religiosas
con sus escalas valorativas , las teodiceas funcionan como relatos explicativos “superadores”
del animismo y el naturalismo primitivo ( “la religión cambia de magia a doctrina”) impulsando
además la racionalización más allá del espacio religioso. Estamos cerca de delimitar una
75
Weber, Max; Escritos políticos. Tomo I pag 33
76
Peter Mayer, un autor que analiza la obra weberiana en la perspectiva política alemana condicionada por el oscuro
horizonte nazi, afirma la ausencia en Weber de una teoría propia sobre los valores. Este habría adoptado en lo esencial las
proposiciones de Rickert y de la Escuela filosófica Alemana del Sudoeste. Si bien Weber tuvo ciertas reservas poco
importantes “ya que filosóficamente era incapaz de llevar más allá el problema” al pretender diferenciarse de las teorías de
Rickert cometió “un tremendo error” al sostener que los valores eran expresión de la voluntad individual , producto de
decisiones humanas, “perdían como tales su significación absoluta”. En Meyer, P.J. op. cit., pp. 188-189 .
Aguilar Villanueva presenta una posible respuesta a las objeciones de Mayer. Para él la cuestión del valor en el
pensador alemán tiene tres posibles derivaciones, aunque enmarcas a nivel metodológico. En efecto la relación de valor; el
juicio de valor y la libertad de valor, importan para determinar sus significación en el tema de la “cientificidad de la ciencia
histórico-social”. Weber, afirma Aguilar, puso orden en el asunto metodológico más importante de su tiempo: la relación
entre hechos y valores , que se deslizaba constantemente desde los juicios empíricos hacia los juicios de valor. Las
intenciones de Weber, entonces, se limitaron a clarificar estas complejas relaciones entre ciencia social y el mundo de lo
valorativo de manera tal que no puede reprochársele la falta de una teoría sistemática sobre los valores. Ver Aguilar
Villanueva , Luis F.; Weber: La idea de ciencia social. UNAM/PORRUA, México, 1988 Pp. 548s.
44
concepción instrumental del los valores en nuestro autor en la medida en que el contenido de
estos es irrelevante para el cumplimiento de la función que los define : impulsores irracionales
de la conducta, independientemente que tengan un fundamento puramente egoísta o el más
elevado altruísmo77. Pero además de esta funcionalidad existe un rasgo fundamental de
aquellos valores capaces de transformar el mundo empírico: su no cotideaneidad ; en efecto el
orientar la acción por creencias supraempíricas, “extramundanas” , que “apuntan más allá del
mundo” es la condición de posibilidad para los grandes procesos de cambio “intramundanos”,
precisamente para poder adecuarse a la exigencia del mandato ( extraordinario cuyo origen
estaba “fuera de lo cotidiano”) y satisfacerlo de la manera más óptima era necesario una
racionalización estricta de la conducta. En verdad así operaba el sistema de valores que
seguramente más deslumbró a Weber ,el que sí bien tuvo ocurrencia histórica, difícilmente
podría volver a recrearse
Resumiendo lo que queremos destacar en la relación ciencia y valores: se declara desde un
punto de vista kantiano , un “agnosticismo valorativo”: el conocimiento se muestra perplejo
ante el mundo de los valores: “No sé nada de eso” .Y desde una postura nietzscheana se
proclama la imposibilidad de fundamentarlos como no sea a través de una lucha en la que la
prueba de su “validez” esta dada por la éxito que corone esa lucha. El politeísmo es una
conclusión a la que se arriba desde una visión de sobria racionalidad “ Hoy las cosas son como
eran cuando los helenos ofrecían sacrificios a Afrodita y luego a Apolo y , ante todo, cuando
todos hacían sacrificios a los dioses de su ciudad , aunque ya no hay ninguna magia...Y sobre
esos dioses y su lucha reina el destino, pero ciertamente no la ciencia”78 .
Podemos acercar mayor precisión a lo anterior citando las siguientes afirmaciones de Weber
a propósito, en este caso, de la vinculación entre sociología y valores:
“La cultura es un segmento finito de la infinitud sin sentido del proceso del mundo, un
segmento al cual los seres humanos le confieren sentido y significado...El presupuesto
fundamental de toda ciencia cultural radica en el hecho de que somos seres culturales,
dotados con la capacidad y la voluntad de tomar una actitud deliberada hacia el mundo y de
77
Naturalmente que el impulso a la acción no se reduce a la búsqueda de un valor que implique significar la historia. Es
conocida la diferenciación que hace Weber entre intereses materiales e intereses ideales, los primeros impulsan por fines
que apuntan al bienestar y a la satisfacción de necesidades, mientras que los segundos se centran en la búsqueda del
significado antes mencionado. Hay que recordar, sin embargo, la compleja relación entre creencias (valores) y acciones, en
efecto, es posible detectar un actuar en regla con las expectativas normativas pero esto no implica suscribir al sistema de
valores o de creencias en las que se basan las normas. Weber analizó bastante esta cuestión, aunque es una de las críticas
más generalizada a sus conclusiones, en la Etica protestante. Hay en este planteo una cuestión a delucidar que solo voy a
plantear, a saber: La Reforma introduce un valor novedoso y revolucionario en las actividades económicas: la acumulación
de capital como un deber y un fin en sí misma. En un momento este valor, digamos se seculariza y pierde todo contenido
ideal trocando en un impulso meramente material y funcional. Se podría conjeturar que el “valor en estado puro” es aquel
inicial que irremediablemente agota su capacidad productora de sentido Ver Gordon Marshall , op. cit pag 122s
78
Weber, Marianne, op.cit. pag 323
45
prestarle significado. Cualquiera que sea esta significación, nos conducirá a juzgar
determinados fenómenos a la luz de la misma y a responder a ellos como poseyendo pleno
sentido...Sólo una pequeña porción de la realidad concreta existente se ve coloreada por
nuestro interés condicionado por un valor, y solamente ésta es significativa para nosotros,
debido a que revela relaciones que nos son importantes sobre la base de su conexión con
nuestros valores” 79 .
La conexión con los valores en sociología no es un simple mecanismo de selección de
fenómenos sociales significativos ( la fuente extracientífica de la cual rápidamente se sale por
medio de la comprobación empírica de la hipótesis, según afirma Parsons) estos además se
analizan, se organizan y se propagan según esta perspectiva. La sociología entonces
selecciona, analiza, tipifica y difunde universos valorativos ( los sombríos párrafos finales de
La Ética protestante y el espíritu del capitalismo pueden apreciarse como una reivindicación
directa del protestantismo ascético, impulsor de las conductas capitalistas las cuales hoy, en
ausencia de aquel, no son más que un estuche vacío); así las cosas, el sentido de la
neutralidad valorativa cobra otra dimensión; la ciencia no puede convertir estas valoraciones
en cuestiones técnicas, ésta en nombre de un método no puede usurpar el terreno de los
valores, la neutralidad implica la autonomía del dominio valorativo. Entre ciencia y valor
( entre razón y pasión) Weber da supremacía al segundo.
Pero la ciencia como parte del proceso secular de racionalización invade
inexorablemente el mundo “ de la vida entendida como una serie de decisiones fundamentales
mediante las cuales el alma...elige su propio destino, por ejemplo, el sentido de su actividad y
existencia”. Consecuentemente el progreso científico y el avance de la racionalidad lleva a la
extinción de los valores últimos : “los valores fundamentales y más sublimes han retrocedido
de la vida pública ya sea al reino trascendental de la vida mística o a la hermandad de las
relaciones humanas personales” 80
. Por otro lado la empresa científica por sí misma no pude
conferir significado “¿Quién –aparte algunos niños grandes que hay en las ciencias naturales-
cree aún que los descubrimientos de la astronomía, la biología, la física o la química puedan
enseñarnos algo sobre el significado del mundo?”81 La neutralidad pretende ser un dique, no
79
Dawe, Alan; “La importancia de los valores”, en Sahay, Arun; (comp) Max Weber y la sociología moderna, ed.
Paidos,Bs As, 1974, pp 58
80
Idem, pp 86-87
81
Citado por Giddens, A. ; Política, sociología y teoría social. Pag 52
Acaso sea obligatorio establecer a cada paso nuevas precisiones según los diferentes contextos cuando se trata
el pensamiento de Weber. El concepto de racionalización desde una perspectiva histórica y en asociación a lo que , con
cierta ambigüedad, llamaremos “organización significativa de la vida” tiene tres usos posibles. Primero se refiere a la
capacidad de organizar el mundo por medios técnicos apoyándose sobretodo el en cálculo (racionalismo tecnológico-
ciéntifico). En segundo lugar el termino se refiere al empeño de interpretar el mundo como una unidad significativa con una
46
siempre eficaz, a este proceso ineluctable, en este sentido el deseo de Weber de encontrar
grietas bien delimitadas a la racionalización puede rastrearse por otros lugares.
Sintéticamente, y a manera de conclusión, se trata de una breve mención a cierto costado
existencialista de Weber tomando a esta corriente filosófica en un sentido amplio, como el
“primado de la existencia sobre la esencia” , la inspiración existencial en Weber, como afirma
Aron, parte de una doble negación, la ciencia no puede enseñar a los hombres como deben
vivir y organizar la sociedad, ni tampoco anticipara la naturaleza que adoptara el futuro, sin
duda resulta inapropiado colocar a nuestro autor como parte de una “filosofía de la vida y de
la revuelta” contra el positivismo. Tal como dijimos Weber fue perfectamente consciente del
precio a pagar por el avance del racionalismo; gustaba referirse a la modernidad utilizando una
imagen de Schopenhauer : esta no era un coche de alquiler al que se puede subir y de que se
puede bajar a capricho, no obstante, son muchos los autores que no dejan de poner de relieve
la potente influencia que tuvo Niezsteche particularmente en las evaluaciones que hace Weber
sobre el destino de ciertos ideales liberales clásicos en una sociedad de masas burocratizada,
uno de los más ilustre es W. Mommsen , quien según sus propias afirmaciones es el primero
en analizar sistemáticamente la mencionada influencia. No tengo intención de ahondar en esta
cuestión (en nuestro medio Julio Pinto en su trabajo Weber actual desarrolla en forma muy
convincente esta vinculación intelectual) sin embargo hay un aspecto, acaso marginal, en la
relación Niezschte-Weber para destacar porque esta en la dirección de nuestras intenciones, a
saber: el tratamiento que hace nuestro autor del mito niezscheano sobre el “eterno retorno de
lo mismo” . Esta idea , como la explica Milan Kundera, se muestra en todas sus implicancias si
se aborda por su contrario, un hecho o una vida que no retorna, que se no reactiva, que no es
conmemorada, en lo posible, con todas sus implicancias, pierde peso, se convierte en una
sombra que nada significa. Dice Kundera; si la revolución francesa se repitiera eternamente la
figura de Robespierre seguramente se tornaría insoportable para la propia historografía
francesa. Es así entonces que la ausencia de este eterno retorno permite dar a las cosas el
atenuante de su fugacidad, en efecto, la nostalgia finalmente triunfa sobre la singularidad del
hecho, por más tremendo que este halla sido y lo convierte en una tibia anécdota de tiempo
felices (Kundera se refiere a su “reconciliación con Hitler” cuando al mirar algunas fotos de la
época recordó su infancia)82. Pero entonces en un contexto de eterno retorno cada acción
cobra un peso de tremenda responsabilidad, Weber compartió con Simmel la interpretación
de esta “extraordinaria teoría” cuyo motivo último era el sentido de la responsabilidad y vio en
ella una analogía con el puritanismo , era posible incluso construir la ética de la
finalidad ética, de toma de posición ante el mundo. Se busca sistematizar los diferentes patrones de significados o fines
últimos (racionalismo ético). Por último es posible pensar a la vida metódica y a la disciplina social como frutos del
racionalismo institucionalizado de ciertos ideales significativos (racionalismo práctico) . Ver Gutiérrez C. Griselda op, cit .
pag 62-63
82
Kundera, Milan; La insoportable levedad del ser. RBA editores. Barcelona. 1993. Pp 7-8
47
Avanzando en esta línea y al final de su vida, aparecen algunos temas más que podríamos
considerar como límites o en oposición a la racionalidad: la muerte, la erótica, la guerra y el
nacionalismo. La primera toma la forma de un acontecimiento repentino que escapa el calculo.
Llega por decisión del azar o por el destino.
Lo erótico, por su parte, constituye “el poder más irracional del mundo”, intensifica
nuestros sentimientos provocando una huida del orden racional.
La guerra y el nacionalismo son dos temas que se entrelazan en el pensamiento de Weber con
los cuales se mostró muchas veces hasta intolerante enfrentándose al movimiento pacifista,
representado por un alto número de mujeres , su critica no estuvo exenta de un rudo
machismo a pesar del conocido feminismo militante de su esposa . El nacionalismo y la patria
son inquietudes que estuvieron presentes desde el comienzo de su carrera intelectual: en el
trabajo La situación de los trabajadores de las granjas al este del río Elba , escrito entre 1890-
1891 las referencias son claras y contundes , la política agraria no podía estar dominada por
los interese terratenientes sino por los del Estado; en este sentido era necesario conservar un
población “densa, vigorosa y leal como reserva para unas fuerzas armadas nacionales”
“Deseamos fundir a los pequeños granjeros con la tierra de la patria, no con lazos legales sino
psicológicos. Lo digo abiertamente: deseamos explotar su hambre de tierras para atarlos a la
patria...”84. El estallido de la guerra en 1914 fue interpretado por su viuda como “una hora de la
mayor solemnidad: la hora de la despersonalización, de la integración a la comunidad”
despertando en Weber la necesidad del servicio, a pesar de tener 50 años, sintió en ese
momento “un agudo dolor al pensar que ya no podría marchar al campo de batalla” 85 . En lo
inmediato a nuestro autor , que calificó al acontecimiento bélico como “guerra grande y
maravillosa”, se le encargó la dirección de los hospitales de reserva en Heidelberg , resulta
muy significativo, en el sentido weberiano del término, mencionar las reflexiones sobre la
experiencia de Weber en estos lugares : en “el hospital militar...todo el que había sido recién
sacrificado por el bien común era reinstalado en sus derechos a la vida...el amor y la
compasión expiaban la ofensa contra el individuo...Incontables hombres sencillos nunca
habían conocido tanto amor, y para muchos de ellos el hospital fue un nuevo hogar" . La
86
guerra en sus comienzos cargo de significado al espíritu alemán , Weber por supuesto no fue
83
Citado por Mommsen, W.; op.cit. pag 302.
84
Weber, Marianne, op.cit. pag 163
85
Ibídem pag 484
86
Ibídem pag 486
48
87
Ibídem pag 493
88
Weber, M.; Escritos políticos. Pp 17s.
89
Weber pensaba que Rusia constituía la mayor amenaza para la existencia de Alemania como gran potencia
(weberianamente esto significaba aquella cultura nacional que podía definir una dirección histórica para gran parte de la
humanidad), el peligro ruso no sólo era territorial sino, como se ha dicho cultural, en este sentido solo era posible un acuerdo
en base a limitar su expansionismo o más maquiavélicamente en “el caso de un desinterés de Rusia” L . Ver Alemania
entre las grandes potencias europeas publicado en 1916,
49
asuma su responsabilidad histórica: “La guerra alemana es liberada por el honor y no por
cambios sobre los mapas o por ganancias económicas”90
En necesario introducir algunas precisiones en la relación entre Estado y nación en el
pensamiento de Weber;91 como muchos de sus contemporáneos vio coincidir un cierto
florecimiento espiritual-cultural con la consolidación del poder estatal, pero no se engaño.
Destaco a la unidad alemana como una nueva etapa de desarrollo aunque no ignoró que el
poder del Estado no implicaba siempre avances culturales, y por otra parte, junto con
Nietzsche fue critico al pueblo germano reprochándole, tal como ya se dijo, su pasividad , su
“filisteísmo” , el haber aceptado una autoridad “diletante”. Esta doble objeción van en camino
de preservar y fortalecer uno de los valores centrales de nuestro autor; la nacionalidad
alemana que coincidía con la posición internacional del Estado nacional, se explica también, a
partir de aquí, el conocido tratamiento de la democracia y las formas constitucionales
emparentadas como cuestiones de pura técnica. En este punto hay que cuidarse de hacerse
eco de la afirmación de Lukás según la cuál la democracia para Weber es sólo “una medida
técnica para facilitar el mejor funcionamiento del imperialismo” , al respecto Giddens subraya
que nuestro autor nunca asigno al expansionismo alemán “carácter normativo”, no hay nada
en esta noción que permita suponer la existencia de una legitimación de la cultura alemana
para ejercer dominación sobre las demás naciones, más bien se la puede pensar como un
medio para difundir los valores culturales germanos ( del la misma manera que la mera
política por el poder es inconducente y carece de sentido)92. Wolfgang Mommsen considera no
contradictorio este ideal nacional con el individualismo básico del pensamiento de Weber . El
argumento es el siguiente ; retomando lo dicho; era inevitable la lucha competitiva entre la
naciones para imponer valores culturales aportando de esta manera un dinamismo a la
humanidad en su conjunto impensable en caso de la primacía de unas formas culturales sobre
las demás, como ya sucedió en la Antigüedad con la “paz romana” del emperador Augusto93
Stefan Breuer elabora una interpretación del concepto de nación en Weber como un fenómeno
carismático. El autor recalca la existencia de una tradición que atribuía ( tanto en Francia
como en Alemania) a la propia nación “una misión especial en el marco de las tareas
90
Weber, M.; Escritos políticos. Pag. 57
91
No voy a abordar la teoría sistemática de Weber sobre el estado. Diré solamente que las perspectivas sobre el carácter
“instrumental”, “funcional” o “de autonomía relativa” del estado, como afirma Peón, parecen no agotan la noción al respecto
de Weber quien da como elemento constitutivo de la acción estatal el desplegar su capacidad para legitimarse. Se sigue de
esto que el proceso de legitimación ha de fundarse en una dimensión cultural : una comunidad nacional . El estado es un
instrumento de realización de esta comunidad pero también es su principal productor. Ver Peón Cesar La recepción de
Max Weber en América Latina. Inédito. Pag 37
92
Giddens A.; Política, sociología y teoría social. Pag 60
93
Mommsen, W.; op.cit. pag 163s.
50
generales de la humanidad” 94, con una particularidad del “mundo germánico” que consistió en
cierto prevaleciente culto apolítico de lo nacional, tomando formas estéticas, ritualistas,
extracotideanas ( es de decir carismáticas) “una esfera donde no gobierna la razón sino el
genio”95, pero como ya hemos dicho nuestro autor rechazó el modelo romántico, que en cierto
sentido recoge las tradiciones mencionadas, no era atribuible a la nación ningún tipo de misión
o destino histórico, aunque reservo una esfera donde mantener viva la llama carismática de lo
nacional (sin que esto implique darle al carisma una connotación misional o desarrollo
autónomo) : el espacio de las relaciones internacionales. Las grandes potencias siguen una
lógica que no se basa solamente en decisiones racionales hay también una dinámica del honor
y el prestigio
Finalmente, y sin querer forzar demasiado el análisis, en sus estudio socio-religiosos, Weber
parece llegar a la angustiosa constatación del sinsentido de la vida; la religión, ante las
injusticias del mundo entregaba al creyente la salvación como una forma de sentido
extramundano a la vida, tal es la imagen del “santo puritano” , a diferencia del monje vive en
el mundo pero en coincidencia con el monje no es de este mundo . El ideal ascético se debe
desarrollar en la vida cotidiana; la fe clarifica la moral: se trataba de “la voluntad de Dios o la
vanidad de la criatura”96 . La ciencia, que dicho sea de paso ha tenido su origen en las
profecías religiosas entendidas estas como proceso de ruptura con el pensamiento mágico, al
desencantar el mundo conviertiéndolo en un cosmos mecánico y causal expulsa a la religión
hacia la irracionalidad; la construcción racional de la vida se ha cumplido “luego de haber
aniquilado ...inumerables ‘valores’ ” el hombre moderno no pude depositar su fe en una
solución extramundana, se instala el sentimiento de la vida y de la muerte como un sinsentido,
esto conduce a la tragedia de la cultura moderna: la cuestión esta planteada en líneas
generales en su conferencia La ciencia como vocación, pronunciada hacia el final de su vida
en una librería de Munich. Peter Mayer se refiere a cierto ambiente profético reinante en la
Alemania de 1919 , dado por la consolidación del círculo de Stefan George, el incipiente
freudismo y la aparición de un “desconocido cabo de la primera guerra” , del cual Weber trató
de diferenciarse pero no pudo lograr que este escrito junto con La política como vocación
significaran para las nuevas generaciones un impresionante referente que “han acompañado
nuestro errar juvenil a través de la jungla de nuestro desconcierto moral e intelectual”97. En
esta misma dirección puede ser interpretado el testimonio de Karl Lowith, testigo directo de las
conferencias, el joven estudiante relata que Weber “Rasgó todos los velos de cuanto puede
ser deseado” pero la tremenda autoridad intelectual (seguramente carismática en estricto
sentido weberiano) no produjo un helado escepticismo: “Después de tantos discursos
94
Breuer, S.; op.cit. pag120
95
Ibídem ; op.cit. pag 129
96
Weber, Marianne, op.cit. pag 337
97
Mayer P., op cit pag 173
51
revolucionario pronunciados por activistas literario, la palabra de Weber era como una
liberación”98.
En un pasaje de La ciencia como vocación cita a León Tolstoi quien se pregunta si la muerte (
y la vida ) tiene sentido, la respuesta para el hombre moderno es que no lo tiene, esta
condenado a vivir sin fines últimos, bajo la esclavitud de los medios: “el puritano quiso ser un
hombre profesional; nosotros estamos obligados a serlo”. Es el fin del “hombre universal” las
férreas condiciones de la división social del trabajo base de la eficacia capitalista nos condena
a ser “especialista sin espíritu, gozadores sin corazón”. El “hombre cultural” solo es posible en
la medida que oriente su conducta , para hacerla creadora, con valores no cotidianos que le
permitan una libertad interna en relación con lo cotidiano . Se opone en este sentido al
“hombre especializado ” cuya acción en este mundo es adaptativa a las condiciones y a los
medios que determina su situación
Weber utiliza la metáfora de Abraham, el campesino que muere saciado por la vida,
había conquistado sus fines últimos, estaba colmado en su ciclo vital, en cambio el hombre
moderno no alcanza nunca es fin, llega a estar cansado de la vida pero no colmado por ella,
ante la diferenciación y multiplicación de los valores culturales, el hombre civilizado no puede
abarcarlos, ni tampoco acceder a ninguna “esencia” cultural. Su final es la insatisfacción y el
desasosiego.99
La visión escéptica, casi pesimista de Weber aflora en sus últimos escritos, forma
parte de la llamada “conciencia trágica de la sociología alemana” con sus muchas veces
insoportables niveles de autoconciencia y autocrítica , interpretada por algunas corriente
marxistas como la parte con “pretensiones científicas” de una filosofía más general de la
“burguesía en estado de degeneración y descomposición” Digamos que esta visión esta por lo
menos pasada de moda y me parece mejor considerarla, en el contexto de nuestro trabajo,
como otra respuesta posible a un optimismo ingenuo en la capacidad productiva de la ciencia
que puede desprenderse de un interpretación superficial del presupuesto weberiano sobre la
neutralidad valorativa
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desilusión (lecturas sobre Weber) compiladores Francisco Galván Díaz y Luis
Cervantes Jáuregui. México, UAM, 1984,
98
Citado por Pinto, Julio; op cit. pag 83
99
Vernik,Esteban, op. cit., pp 53-54
52
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INDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN....................................................................................................................................... 2