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Como hemos visto hasta el momento, existen diversas clasificaciones de los métodos
didácticos, ahora presentaremos la propuesta en el Programa Libra que los clasifica en
función del grado de participación del alumnado, por considerar este criterio como muy
útil a la hora de escoger formas de trabajar activas y participativas. Según ésta los distintos
métodos se pueden situar en un continuo desde aquellos en los que el alumno/a tiene un
papel totalmente receptivo (métodos centrados en la transmisión de información) hasta
aquellas en los que su aprendizaje depende principalmente de su propia implicación y trabajo
(métodos centrados en la actividad del alumnado) pasando por los métodos centrados en
los procesos de aplicación, en una situación intermedia entre los dos anteriores.
Veamos a continuación, sus características, objetivos, aplicaciones y tipos:
Desarrollan
Está basada en la capacidades cognitivas
dinámica de grupos de análisis y
aplicada a la formación. evaluación.
A la hora de decidir cuál será el mejor método tendremos que tener en cuenta
distintas variables (objetivos que perseguimos, características del alumnado, tiempo y
recursos disponibles, habilidades del propio docente,…) y se concretan las siguientes
recomendaciones, para hacer una enseñanza activa y variada escogiendo métodos.
- Que permitan hacer una enseñanza individualizada.
- Que faciliten el aprendizaje estimulante.
- Que dejen al alumnado capacidad de elección.
- Que den oportunidades al alumnado de desarrollar distintas capacidades a
la vez.
- Que sigan el principio de socialización.
Una de las frases utilizadas con mayor frecuencia cuando se está describiendo la
metodología es que “seguirá una metodología activa y participativa”. Promover este tipo
de metodología, nos lleva a tener en cuenta qué tipo de participación se va a desarrollar en
el aula, ésta puede tomar la forma de una interacción cooperativa frente a una interacción
competitiva. Según un estudio de Johnson en los años 80 se mostró que:
- El alumnado que trabaja en grupos cooperativos obtenían mejores resultados
académicos que los que trabajan en un entorno competitivo.
- Las relaciones entre el alumnado era más amistosa.
- Los esfuerzos entre el alumnado estaban mejor coordinados.
2. PRINCIPIOS METODOLÓGICOS
En la unidad didáctica también tenemos que recoger el cómo enseñar, es decir, la
metodología que vamos a emplear en el aula para que los alumnos consigan alcanzar los
objetivos propuestos.
Para ello, deberemos contemplar: los principios metodológicos que guiarán nuestra
práctica docente y que se fundamentan en la fuente psicopedagógica del currículo; el tipo
de agrupamiento que vamos a utilizar con los alumnos; los recursos materiales necesarios;
las actividades de las distintas sesiones; y la temporalización de estas últimas, en particular,
y de la unidad didáctica, en general.
Por esta razón el Proyecto Curricular no puede prescribir la utilización de un método.
Sin embargo la exigencia de orientar y dar sentido inequívocamente educativo a las
diferentes etapas de la Educación Obligatoria conduce a la necesidad de hacer explícitos
los principios básicos, ideas-fuerza, que impregnan todo el diseño. Estos principios básicos
de intervención educativa que están enmarcados en una concepción constructivista del
aprendizaje escolar, aún sin identificarse con ninguna teoría en concreto, se pueden resumir,
a mi entender, en los siguientes:
- Partir del nivel de desarrollo del alumnado.
Esto exige tener en cuenta las características del nivel evolutivo en que se
encuentra el alumnado, que determinan, en gran medida, las capacidades que posee, así
como sus posibilidades de razonamiento y aprendizaje, todo lo cual constituye su nivel
de competencia cognitiva.
Por otra parte, es necesario tener en cuenta también los conocimientos y
representaciones que el alumnado ya posee y que le sirven como punto de partida e
instrumento de interpretación de la nueva información que le llega. Es lo que se suele
denominar “conocimientos previos pertinentes”.
- El enfoque globalizador.
A medida que se van sucediendo las etapas educativas la enseñanza va pasando de
más globalizada a más disciplinar.
El enfoque globalizador presupone que debe de partirse de realidades significativas
para el alumnado de temas de trabajo que contemplen la complejidad y generalidad con
la que en su mundo se plantean los hechos y acontecimientos, para después pasar a una
reflexión de los mismos y a los consiguientes análisis que hagan posible, a su nivel, una
explicación ajustada de esa realidad.
Compartimos con Zabala (1992) la idea de que no se trata, en este caso, de elegir
un modelo metodológico con unas pautas totalmente definidas, sino, más bien, de adoptar
un punto de vista, un enfoque.
Los núcleos o centros en torno a los cuales se trabajen los distintos contenidos deben
partir de los intereses del alumnado (más o menos explícitos o concretos) que deben ser
detectados por los docentes mediante diferentes procedimientos.
Según las destrezas esenciales básicas a conseguir podemos clasificar las actividades
de:
A. Enfoque.
B. Recogida de la información.
C. Recuerdo.
D. Organización.
E. Análisis.
F. Generación (inferencia, predicción…).
G. Integración (resumen, reestructuración…).
H. Evaluación.
TIPOS DE ACTIVIDADES:
- Actividades de introducción-motivación.
- Actividades de conocimientos previos.
- Actividades de desarrollo.
- Actividades de síntesis-resumen.
- Actividades de consolidación.
- Actividades de recuperación.
- Actividades de ampliación.
- Actividades de evaluación.
Según el momento del proceso nos encontramos con actividades iniciales, centrales
y finales y sus funciones o tipos se detallan a continuación: