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Colegio Hispanoamericano

La experiencia vital y la autonomía


pedagógica
Life experience and pedagogical autonomy
F. Recibido: abril 22 de 2016 F. Aceptación: mayo 27 de 2016

Mario Germán Gil Claros*


Y la memoria, como hemos visto, es la
sustancia de la que está hecha el alma
Jorge Larrosa.
La experiencia de la lectura

Me parece que el verdadero pedagogo no


puede separarse jamás del filósofo
Jean Guitton
Nuevo arte de pensar

Resumen
El presente artículo centra su atención en torno a la formación como
experiencia vital, en el que la pedagogía juega un papel primordial en dicho
proceso. Para ello nos hemos valido de los aportes que el pedagogo Jorge
Larrosa nos brinda en torno a este tema, que hoy aqueja a la escuela, la
pedagogía y las humanidades en la constitución del sujeto contemporáneo.

Palabras clave
Autonomía, experiencia, pedagogía, saber, sujeto.

Abstract
This article centers its attention in training as life experience, where
pedagogy plays a key role during the process. To do this we have used the
contributions made by the pedagogue Jorge Larrosa about this topic, which
* PhD en filosofía. Coordinador humanís-
tico del C. Hispanoamericano Santiago nowadays afflicts school, pedagogy and humanities in the constitution of the
de Cali Colombia. Docente del depar-
tamento de Humanidades y Artes de la contemporary subject.
USC Cali Colombia. Líder del grupo de
investigación Humanidades y Universi-
dad clasificado ante Colciencias Colom- Keywords
bia. Última publicación. Sartre filósofo.
Ontología de la acción. Editorial Porrúa. Autonomy, experience, pedagogy, knowledge, subject.
México, 2016.

29
Revista de Educación & Pensamiento

La pedagogía en su autonomía tinuidades, favoreciendo el naci-


frente a la escuela, precisa despren- miento de otros que van a fortalecer
“Educar consiste en
derse de unos conocimientos y de la subjetividad en la formación del
enseñar normas de
unas posturas políticas que no le educando, enmarañado por medio
comportamiento,
corresponden; ante todo de una ra- de prácticas de poder, cuyos efectos
de actitudes, de
cionalidad política, como la entien- por razón del saber, quedan en las
de Kenneth Huiquit, que se inserta
conocimiento”. entrañas del sujeto, en el reconoci-
en el mundo de los sujetos como miento de un capital simbólico, que
práctica.1 Lo que surge de ella es Ante este panorama: ¿Qué se inserta en la dinámica del capita-
un sujeto moldeado a su condición, puede construir la subjetividad lismo cognitivo, en la construcción
atrapado, como lo está la pedagogía, en el mundo escolar a partir de sí de una nueva política de la verdad,
en el juego de lo normal/anormal, misma? Ante todo, apuesta a la que atraviesa la escuela en toda su
inscrito en unas artes del gobierno creación de sí misma, como subje- dimensión y pone en crisis su anti-
escolar en su gestión; en la produc- tividad a través de los procesos de guo paradigma industrial, que pasa
ción (dispositivo) de educandos a formación o de “aprendizaje”, en es- por la consolidación de un futuro
través de la implementación de una pecial la escritura y el discurso, los profesional centrado en las ciencias
racionalidad administrativa, que re- cuales pueden ser en el mundo de duras y en la pragmática y no en
gula no sólo el cuerpo, la vida, sino la escuela coactivos o deliberativos las humanidades, de un intelectual
el “aprendizaje”, el cual en un mun- en torno a la verdad, que explica específico y hábil, y no un intelec-
do virtual, de información, de co- lo más profundo del pensamiento tual universal, el de la ley, el de la
nocimiento, atrapa la creación para del mismo sujeto, que genera pos- justicia, el de la denuncia. Hoy se
su transformación mercantil; en lo turas de resistencia o de sumisión. pide a un intelectual centrado en la
que hoy hemos llamado sociedades Lo que algunos llamarían normal/ eficacia de sus conocimientos, en
cognitivas del mercado. anormal. En este sentido, una edu- la producción del mismo y apático
Ahora bien, la práctica pedagó- cación, una pedagogía, un docente por los asuntos de la democracia. Es
gica en su discurso como entrama- crítico, han de pasar al campo de la decir, la escuela va hacia cambio de
do teórico, se encuentra asociada al propuesta, de la acción, sin quedar- rostro, en el que el estudiante es un
ejercicio del poder institucionaliza- se en la mera denuncia, que al final usuario, el docente es un prestador
do en la escuela y por fuera de ella, es solo en un mero inmovilismo. Es de servicios, para unos consumido-
ligado al principio de producción ante todo, fortalecer un docente y res directos que son los estudiantes
y venta de servicios. De ahí que: un educando como transformado- o padres de familia que lo compran.
“Educar consiste en enseñar nor- res, siguiendo algunas líneas de la Ahora bien, el ejercicio episté-
mas de comportamiento, de acti- pedagogía crítica, la cual ha de es- mico de la escuela centra su interés
tudes, de conocimiento”.2 En lo que tar articulada en la práctica diaria meramente en una habilidad prag-
sería una subjetividad productiva del quehacer pedagógico, capaz de mática, no reflexiva; el educando
desde el ámbito escolar, caracteri- detectar en el discurso epistémico desarrolla habilidades lógicas, no
zada por su regulación y vigilancia. sus falencias, sus rupturas, sus con- pensativas; simplemente debe de-

1. Popkewitz, Thomas S. y Brennan, Marie. (comp.) El desafío de Foucault. Discurso, conocimiento y poder en la educación. Pomares-Corre-
dor. S.A. Barcelona. España. 2000. P. 111.
30 2. Ibíd. P. 234. Jennifer. M. Gore.
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mostrar que conoce. Paradójica- ha sido asaltada por la tecnología e sensibilidad, una ética o modo de
mente, la escuela se encarga de asu- imagen virtual, que en gran medi- conducirnos, como una vida bue-
mir la función de separación entre da ha reducido el papel protagónico na, que la escuela, la educación y la
habilidad-conocimiento y saber-re- de la palabra y la escritura. Así, la pedagogía pueden aportar en gran
flexión. Larrosa lo expresa de esta imaginación, como puente entre lo medida.4 “El saber de la experiencia
forma: “El conocimiento moderno, el subjetivo y lo objetivo, queda a la enseña a “vivir humanamente” y a
de la ciencia y la tecnología se carac- deriva y reducida al campo de lo no conseguir la “excelencia” en todos
teriza justamente por su separación cognoscente. La imaginación pro- los ámbitos de la vida humana: en
del sujeto cognoscente”.3 Borrando, duce realidad y la transforma, esca- el intelectual, en el moral, en el po-
quizá de tajo, el lado subjetivo del pa del laberinto, que, en el mundo lítico, en el estético, etcétera”. Una
saber-conocimiento, destacando mediático logra una saturación, que buena educación ha de cultivar esta
su lado objetivo o científico, pues al final no vemos y pasamos de lar- forma de vida que va más allá de
se viene apostando por “socieda- go; lo cual ha obligado la creación las meras necesidades, de las sim-
des científicas” en la educación de de comunidades especializadas ante ples habilidades y apropiación del
los individuos. Todo lo demás, las este mar de información visual. Es conocimiento, que hoy es atrapado
humanidades y sus análogas, vie- decir, conocemos mucho y a la vez por el método científico y no por la
nen perdiendo su papel protagó- no sabemos nada, en sociedades so- experiencia, la cual cae bajo el do-
nico en la formación, en donde el breestimuladas, en el conocimiento minio de la ciencia experimental y
conocimiento positivo pedagógico de “aprendizaje” que son abordadas de la mera objetividad; ya el saber es
ha ganado terreno con la ayuda como mercancías y no como fruto abandonado por la apropiación del
del pragmatismo; ya que la peda- de la formación subjetiva, que hoy conocimiento; no es lo que a uno le
gogía reflexiona, que parte desde la escuela en su debilidad, tiende pasa, lo que Larrosa ha llamado pa-
la interioridad en la formación del a abolir, ya que la intimidad del theimáthos, que es reemplazado por
sujeto, se opone a esta nueva forma aprendizaje, comprende no sólo la prueba, la demostración cientí-
de “aprendizaje” estandarizado. Un nuestros sentidos, hoy colmados de fica, la acumulación objetiva. Lo
ejemplo, entre otros: la imagina- información, sino el mismo acto de que Galileo, Bacon y Descartes in-
ción, como parte esencial de la sub- reflexión libre, cuestionado por el auguran con pensamiento moder-
jetividad y del mismo conocimiento reinante pragmatismo en el apren- no y que Foucault señalara. Como
dizaje, que da preferencia a la edu- vemos, asistimos a la separación del
cación tecno-científica, frente a la conocimiento respecto del saber de
“El conocimiento formación de sí mismo. la vida humana.5 En ello va la nueva
moderno, el de la ciencia El conocimiento que hoy se pedagogía moderna.
y la tecnología se vive y se imparte en la escuela, es Dichos saberes, hoy despla-
caracteriza justamente de orden utilitario, de apropiación, zados por unos conocimientos ob-
por su separación del a diferencia del saber, que unido a jetivos, sistemáticos y científicos,
sujeto cognoscente”. la experiencia, nos configura, nos apuntan en su pretensión a las vidas
da carácter, nos da talante, una particulares concretas y no a un dis-

3. Larrosa, Jorge. La experiencia de la lectura. Estudios sobre literatura y formación. F.C.E. México. 2003. P.26.
4. Cf. Pp. 34-35.
5. Cf. 35. 31
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curso, cuyo sujeto de conocimiento que somete toda experiencia a un


es universal y abstracto. “Por eso, si conjunto de habilidades, la pedago-
es esencial al conocimiento sistemá- gía es un fuerte componente ético y “Y pensar no es sólo
tico el ser comprendido de manera estético en la apropiación del saber, ‘razonar’ o ‘calcular’ o
homogénea por todos sus recepto- en la formación de la subjetividad,
‘argumentar’, como nos
res, este tipo de texto sólo puede ser acompañada del arte de escuchar
han dicho una y otra
asimilado de forma plural, desde la abierto y atento a su traducción,
vez, sino que es sobre
situación vital particular de cada pues, como lo argumenta Larrosa,
uno. Y creo que este tipo de textos, a leer e interpretar, es una tradición
todo dar sentido a lo que
caballo entre la literatura y la filoso- y producción de sentido; en nuestro
somos y a lo que nos
fía moral, y que contienen, más que caso, de saber, como acto resignifi- pasa”.
una ética formalizada, una estética cativo,7 que afecta a la subjetividad.
de la existencia o un estilo de vida, La experiencia del saber es
podrían ser un buen ejemplo, lamen- partir de sí mismo, tal como cuan- somos seres de interpretación; ante
tablemente desaparecido, de lo que do hablamos de la experiencia del todo de sentir, lo que nos lleva a ex-
vendrían a ser las formas tradicio- lenguaje, el cual atendemos al es- perimentar y aprender del mundo,
nales de transmisión de ese saber de cucharnos a nosotros mismos re- sin que este lenguaje se convierta
experiencia que tiene que ver con lo flexivamente, en el que buscamos el en algo extraño y mecánico al ser.
que somos, con nuestra formación y significado lingüístico en medio de El lenguaje como lo más cercano a
nuestra trans-formación”.6 Es decir, un tiempo presente saturado de co- nuestro ser, a nuestro aprendizaje, a
la pedagogía está ligada a la forma- municación y de información, don- nuestro pensar. Esto último, desde
ción de la vida humana como obra de los signos circulan a gran veloci- la experiencia que cruza el acto edu-
de arte, a diferencia de un simulacro dad, importados por las imágenes; cativo. Como vemos, es otra forma
de la misma con una pseudopeda- donde nuestra experiencia está ati- de dar sentido a la vida. “Y pensar
gogía que hoy está cruzada por un borrada de textos, de signos, de ico- no es sólo ‘razonar’ o ‘calcular’ o ‘ar-
discurso positivo que desgarra la nografías. “Todo lo que aparece a la gumentar’, como nos han dicho una
subjetividad y la arroja al mundo conciencia es interpretación, lectura, y otra vez, sino que es sobre todo dar
indefenso. signo. En la experiencia que hacemos sentido a lo que somos y a lo que nos
La pedagogía se constituye en del mundo sólo leemos textos sin que pasa”.9 Donde el lenguaje y la pa-
una experiencia en la cual no sólo nunca podamos llegar a un referente labra ayudan a posesionarnos en
está presente el saber propio de la último que sea previo a la interpre- el mundo. Así, la experiencia para
formación, sino lo ético y lo estéti- tación”.8 El mundo se vuelve una Larrosa, es aquello que nos pasa,
co. La pedagogía como cuidadora gran lectura. Somos seres que in- llega o acontece, como la vieja figu-
del espíritu reflexivo humano, la terpretamos y enriquecemos nues- ra del sabio que sabe porque tiene
cual lo forma, lo moldea y transfor- tras experiencias, nuestros saberes. la experiencia; pero no es una ex-
ma nuestra experiencia de vida; la Además de que somos seres de pen- perimentación científica, no es una
pedagogía no es una acción técnica samiento, somos seres de lenguaje, información, no es una comunica-

6. Ibíd. P. 37.
7. Cf. Pp. 50-51.
8. Ibíd. P. 67
32 9. Ibíd. P. 86.
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ción, no es una opinión. La expe- lo destaca Larrosa. “Dígame usted lo lapidarias enunciaciones. En otras
riencia se diferencia del resultado, que sabe, dígame con qué informa- palabras, se vive un aprendizaje so-
de la competencia, de la opinión y ción cuenta, y añada a continuación breexcitado por la época, tal como
de la información. “El par informa- su opinión: eso es el dispositivo pe- operan en las redes sociales.13 Vivi-
ción-opinión es muy general y atra- riodístico del saber y del aprendiza- mos un mundo de pleno activismo,
viesa también, por ejemplo, nuestra je, el dispositivo que hace imposible no hay espacio para detenernos,
idea de aprendizaje, incluso de lo que la experiencia”.12 Nos encontramos para escuchar, mirar, leer, sentir,
los pedagogos y los psicopedagogos ante un mundo del aprendizaje pensar detenidamente. Por tanto,
llaman ‘aprendizaje significativo’’’.10 donde cada vez son más raros la el asunto no es comunicar, sino
Desde bien pequeños hasta la uni- experiencia, el saber y la reflexión, conversar para la experiencia, para
versidad y a lo largo de toda nuestra la crítica y la deliberación, frente a el saber. No hay tiempo para la re-
travesía vital, estamos sometidos a un mundo cargado de información flexión, para el pensamiento, menos
unos dispositivos o aparatos educa- y preguntas de orden periodísti- para los sentimientos. No hay espa-
tivos que funcionan de la siguiente co, de conocimiento instrumental, cio para el sujeto de la experiencia
manera: primero hay que informar- de habilidades y competencias a que propone Larrosa, ya que es el
se y, después, hay que opinar, hay las que no les importa el sujeto de sujeto en el cual se da el aconteci-
que dar una opinión sobre lo que aprendizaje, donde el tiempo vale miento, el suceso, la llegada, que se
sea. Eso de la opinión sería como y el aprendizaje queda reducido a expone y permite la experiencia del
la dimensión “significativa” del así aprendizaje; ella es un encuentro,
llamado “aprendizaje significativo”. una prueba, una relación, un ir, un
Desde bien pequeños
“La información sería lo objetivo y la atravesar, un navegar. “Si la expe-
hasta la universidad
opinión sería lo subjetivo, sería como riencia es lo que nos pasa, y si el suje-
y a lo largo de toda
nuestra reacción subjetiva ante lo ob- to de experiencia es un territorio de
jetivo”.11 Así, la opinión en el apren-
nuestra travesía vital, paso, entonces la experiencia es una
dizaje se reduce a una toma de posi-
estamos sometidos pasión”.14 La experiencia es el resul-
ción, estás a favor o estás en contra; a unos dispositivos o tado entre vida y pensamiento en el
esto último para destacarnos como aparatos educativos que mundo o el afuera, el cual se retie-
sujetos competentes, que la escuela funcionan de la siguiente ne como aprendizaje, que nos lleva
se limita a constatar y que pron- manera: primero hay que a un viajar, a un devenir mundano,
to pierde su interés o valor, en un informarse y, después, en diversos caminos que elegimos
mundo veloz como el que se vive. hay que opinar, hay que (método). “Porque la experiencia es
En otras palabras, el conocimien- dar una opinión sobre lo lo que le pasa a un ser en tránsito,
to se vuelve consumo y desecho a que sea. a un ser que ya no está en su lugar
la vez, atrapado en su metodología propio, ni siquiera en sí mismo, y que
por un ejercicio periodístico, como siente al mismo tiempo el anhelo de

10. Cf. Pp. 88-89.


11. Ibíd. P. 90.
12. Ibíd. 91.
13. cf. Pp. 91-92.
14. Ibíd. P. 95.
15. Ibíd. P. 103. 33
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habitar un lugar propio y reposar tura golpea nuestra intimidad, nos


en sí mismo”.15 Por tanto, el méto- transforma, previo distanciamiento
do, como aprendizaje, no es positi- que tomamos en nuestra madurez
vismo o ciencia, es experiencia de ante ella; sin olvidar que existe una
todo caminar, que nos transforma estrecha relación entre escritura y
en lo que somos y luchamos con- vida, contrario al formalismo, al va-
tra él en nuestro presente; es decir, cío que genera su divorcio. La escri-
se combate al que se es, para llegar tura tiene que ver directamente con
al que se es,16 en el que se afirma quien escribe, pues a través de ella,
la vida, pues, ¿para qué un saber? plasmamos lo que somos, lo que ha-
Escribir es hacer esa
¿Para qué un conocimiento? ¿Si no bitamos, lo cual contiene la realidad
obra de arte que no
es para afirmar la vida? configurada en la letra, en la que la
consiste en otra cosa
¿Cuál es la relación entre el verdad se nos revela como aconte-
conocimiento y la lectura? Ante
que en descifrar, en cimiento. “Escribir es hacer esa obra
todo, es un acto íntimo del lector interpretar, en ofrecer el de arte que no consiste en otra cosa
frente a lo que lee, aquel que se equivalente espiritual de que en descifrar, en interpretar, en
vuelve anónimo en el acto de leer la impresión que vuelve ofrecer el equivalente espiritual de
mediado por la mirada; de ahí que como una imagen”.19 la impresión que vuelve como una
con el mirar al leer, recolectamos lo Por tanto, la educación imagen”.19 Por tanto, la educación
primordial, ya que es lo central de se constituye en un se constituye en un tejido de re-
toda lectura, pues en el recolectar, tejido de recuerdos cuerdos para el sujeto educando y
guardamos para sí lo recogido, que para el sujeto educando favorece su salud espiritual como
nos ha de servir para los momentos y favorece su salud experiencia.
que lo precisamos, pues somos su espiritual como Ahora bien, la experiencia pe-
propietario;17 además que la lectu- experiencia. dagógica, la formación de sí mis-
ra, si no hay una mala o saturada mo, es algo que se establece en los
ingestión de ella, sirve para la salud límites del propio sujeto: el recogi-
en su uso espiritual, bajo la tutela miento que tenemos del saber, sin
pedagógica, que evita dañar al pen- servidumbre alguna. El hogar de
samiento, lo que algunos dirían el sí que alimentamos y mejoramos
alma. Así, el texto ha de formar y diariamente, al cual damos nuestro
no deformar como experiencia. “Es sello individual, como cuando ele-
por eso que la literatura es peligrosa. gimos nuestros propios libros y les
Porque afecta, en un sentido profun- damos nuestra propia lectura y mi-
do, a lo que hay de más íntimo en rada. Tal es el caso de la biblioteca
cada ser humano”.18 Una buena lec- personal, que se asemeja a la cons-

16. Cf. P. 123..


17. Cf. Pp. 181-183.
18. Ibíd. P. 208.
19. Ibíd. P. 278.
34 20. Cf. P. 326.
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trucción cultural de sí mismo como por leer evita la indigestión y evita


subjetividad, como estilo de vida.20 consumir basura intelectual. Leer
Una pedagogía de la experiencia Leer bien es ante todo es un camino atento a la aventura,
forma sujetos prudentes y sabios; es una buena digestión, a lo incierto, en el que no existe mé-
un viaje a sí mismo; esto último nos una buena salud, una todo alguno. “Comenzar hablando
lo han enseñado los filósofos de la buena fortaleza para el de la escritura y de la lectura no está
antigüedad, “… el hombre se realiza fuera de lugar, puesto que lo que la
cuerpo.
como autor de su historia, como su- idea de formación permite pensar es,
jeto, y deviene aquello que, en tan- justamente, qué es lo que pasa al leer
to que hombre, ya es desde siempre, espectador frente a una buena obra un libro, qué es eso de la experiencia
desde el punto de partida”.21 Contra- de teatro, frente a una buena pelí- de la lectura o, mejor aún, qué es eso
rio a una educación centrada en la cula, con los que instauramos afini- de la lectura como experiencia”.25
técnica y la competencia, en la que dades, complicidades. Es un estado En este sentido, la experiencia de
la lectura y la misma educación es de ánimo, es una experiencia vital. la lectura, modifica al sujeto-lector
cuestión de costos, de rapidez, de in- “Solamente cierto tipo de lectores, en su paradigma de vida, no sólo en
mediatez y de poca profundidad. Es dice Nietzsche, es capaz de adivinar su formación, sino que lo incorpora
al final de resultados. Ya difícilmen- lo que el libro solamente indica”.23 inconsciente o conscientemente a
te se lee entre líneas, al contrario se Que a la vez exige su olvido, incluso su universo vital.
lee en resumen, en fragmentos, en de quien escribe, como también en- Ahora bien, frente a los actos
audiovisual, acompañados del rui- contrarse a sí mismo. En este senti- de formación: ¿Qué es aprender?
do. “En nuestras escuelas, incluyen- do, lo que se pretende es saber leer, ¿Qué es aprehender? ¿Cuál es la re-
do las universidades, ya no se enseña ante todo leer la humanidad entre lación frente a la lectura? ¿Cuál es su
a estudiar. El estudio, la humildad líneas. Lo anterior invita a saber importancia frente a la ciencia en su
y el silencio del estudio, es algo que leer el mundo de otra manera en su comprensión escolar? En últimas,
ni siquiera se permite. Hoy ya nadie interpretación, en su comprensión y ¿cómo se forma y modela el sujeto
estudia”.22 El estudio riguroso es un transformación; leer con el cuerpo y educando? En esta dirección, a pe-
bicho raro al interior de la escuela; no solamente con el intelecto, pues sar del impacto visual y tecnológi-
el placer de estudiar prácticamente quien piensa vive y hace parte de un co en la escuela, la escritura, como
se ha perdido. Leer, estar en silen- cuerpo, en el que están presentes, un ejercicio de pensamiento, sigue
cio ante un libro, es entrar y ver otro además, los afectos, los sentimien- jugando un papel clave en el mo-
mundo, del cual somos actores, que tos, entre otros. Leer bien es ante mento de la formación, donde flu-
es lo más complejo que uno pueda todo una buena digestión, una bue- yen ideas, repeticiones, propuestas,
tener, pues despojarnos de nues- na salud, una buena fortaleza para el resistencias, creaciones, entre otras,
tras maneras de ver para ser parte cuerpo. “Por eso enseñar a leer bien que nos permiten constituirnos de
de otros, con los que mantenemos es en primer lugar educar el sentido determinada manera como expe-
el principio de distancia, como el del gusto”.24 Precisamente, el gusto riencia, que transforma al sujeto

21. Ibíd. P. 356.


22. Ibíd. P. 363.
23. Ibíd. P. 369
24. Ibíd. P. 381.
25. Ibíd. 398.
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la experiencia del saber se vuelve el texto en su lengua original o por


un asunto vital, de sensibilidad, de ser intraducible como lengua, que el
“El leer se convierte construcción de la subjetividad, en lector desea penetrar, en el afán de
así en un ir, casi sin el que la lectura es parte de su for- buscar el hogar materno; pues lo que
mediaciones, de una mación como experiencia, como lo hacemos al traducir, al leer, es mera-
palabra a una imagen: afirma Larrosa. mente interpretar como experiencia,
un ‘lenguaje viviente’ en Por medio de la subjetividad en la que la hacemos comprensible
el que las cosas están que asume la experiencia formati- como verdad; lo cual exige un saber
con plena intensidad, va, surge la obra, no el producto o la leer y no meramente leer, pues hay
casi de una forma mercancía, en estrecha unión con lo muchas cosas que escapan a nuestra
corpórea, material”.27 que se es, en medio de la cultura y la comprensión, a nuestra experiencia.
lengua, donde la obra es vista como “Leer es, entonces, una decisión que
algo inacabado, en permanente for- pone en juego la relación que tenemos
en cuestión, en la consolidación de mación. La otra sería la ausencia de con nuestra propia lengua, es decir,
su forma de vida. “En la formación obra.28 De ahí la ausencia de mer- nuestro propio ser en tanto que seres
humanística, como en la experiencia cancía, dada en una postura crítica históricos”.30 De modo que en el in-
estética, la relación con la materia de como autorreflexión de la obra, que terpretar (reflexión), está en juego
estudio es de tal naturaleza que, en la impulsa a pasajes desconocidos. nuestra manera de transitar por el
ella, uno se vuelve a sí mismo, uno es De modo que la postura crítica se mundo, de relacionarnos con lo que
llevado a sí mismo”.26 caracteriza por la formación y afir- leemos y el placer que genera para
Vistas las cosas, la educación, mación del ser en el proceso educati- nosotros mismos, que va más allá
como experiencia, se encuentra li- vo. “La lectura crítica es, en sí misma, de los muros escolares, pues hay un
gada a la formación abierta, sin fin diálogo, relación, intercambio, forma- momento crucial que rompe toda
alguno, que descansa en cualquier ción de uno mismo en relación con los enseñanza; al igual que la literatura,
puerto, para tomar otras rutas, otros, correspondencia a veces armó- la filosofía, no enseña nada y aquí
otros caminos, por donde el mun- nica y a veces violenta entre posicio- está su fortaleza, su secreto, pues no
do se aborda desde la mirada de la nes diversas, unidad formal de dife- se puede volver instrumental o mera
lectura, donde bautizamos cosas rencias entrelazadas”.29 De modo que habilidad, que políticas oficiales no
nuevas y a la vez las recordamos, la lectura crítica no es una compe- pueden atrapar, mucho menos com-
las revocamos, las recomenzamos. tencia o una habilidad, es la posición prender; de ahí su falsa inutilidad,
“El leer se convierte así en un ir, casi del ser respecto a sí mismo en cuan- ya que son saberes para la vida, para
sin mediaciones, de una palabra a to al otro en su actitud, en la que nos el alma y no para una herramienta
una imagen: un ‘lenguaje viviente’ elevamos por encima de sí mismos; externa. “Cuanto más comenta una
en el que las cosas están con plena es una relación íntima entre el lector obra, más pide comentarios. Cuanto
intensidad, casi de una forma corpó- y el texto, de amantes o de enemigos, más creemos que hemos llegado a su
rea, material”.27 En otras palabras, que resalta por el secreto que guarda centro, más ese centro se vela y desa-

26. Ibíd. Pp. 406-407.


27. Ibíd. P. 430
28. Cf. P. 462.
29. Ibíd. P. 465.
36 30. Ibíd. P. 502
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parece. Cuanto más creemos que sa- el liberador a una formación hete-
bemos lo que la obra “dice” más vasto rogénea. “De lo que se trata, enton-
se muestra lo “no dicho” de la obra”.31 ces, es de recuperar críticamente la Hoy la educación más
Es una experiencia que escapa al idea de formación como una idea que un asunto de
mundo manipulable. intempestiva que pueda aportar
fundamentación moral,
¿Qué significa formar en algo nuevo en el espacio tensado en-
es un asunto de cultivo
la escuela y fuera de ella? Las tre la educación tecno-científica do-
de habilidades; de
respuestas son múltiples: desde minante y las formas dogmáticas y
una propuesta escatológica nor- neoconservadoras de reivindicar la
ahí el desplazamiento
mativa, hasta una liberadora que vieja educación humanística”.32 De
de su carácter
rompe con la anterior. Hoy la “for- todas maneras, la formación es una religioso de antaño,
mación” pasa por el cultivo de ha- transformación del sujeto, en el carácter religioso, del
bilidades pragmáticas que van por que el libro y el lenguaje son piezas desplazamiento de
otro sendero, diferente, por lo que claves en dicho proceso, en el que su orden reflexivo y
se ha entendido por formación del se dan ante todo unas realidades filosófico.
espíritu humano. El debate está en no pensadas como acontecimiento.
torno a una formación cuyo espí- Esto último exige de la educación
ritu pragmático es neoliberal en que trasgreda lo establecido en la la que se le trata de sacar o someter
el cultivo de un modo de ser de lo escuela, pues el pensar es aprendi- bajo el principio de utilidad en su
humano, que asimile en él la com- zaje y a la vez acción que invitan ir práctica discursiva en la institución
petencia (saber-hacer-contexto), el más allá, donde tanto la interpre- escolar. Menudo problema,
espíritu de innovación (mejorar lo tación como la experiencia quedan ante todo porque los discursos
producido), el espíritu emprende- abiertas. De modo que la verdad institucionalizados se convierten en
dor (crear empresas que respondan no deja de ser un asunto humano, dispositivos racionales dominantes
a las necesidades del mercado) y el así pierda su valor metafísico en el y, en la mayoría de las veces, son
espíritu de gestión de alta calidad devenir pedagógico. excluyentes. “Eso implica, desde
(excelentes procesos administrati- ¿Qué papel juega la filosofía luego, una tensión entre unos dis-
vos). Como vemos, es un disposi- en la escuela? Es una pregunta cursos legitimados desde una idea
tivo racional escolar, centrado en que ha pasado a un serio ataque al moral de educación y la tendencia
el mercado y la productividad, así pensamiento filosófico, no sólo en creciente a la racionalización técnica
como en la prestación de servicios. lo que podría ser una filosofía de de las prácticas educativas, en tanto
Por otro lado, está el espíritu for- la educación, sino en el despojar que ésta implica una mayor depen-
mativo liberador que apunta a un socrático que se le hace en nuestro dencia de las mismas con respecto
modo de ser, a un devenir plural y presente como formadora de a finalidades utilitarias”.33 Hoy la
creativo. espíritus libres, siendo uno de los educación más que un asunto de
El modelo pragmático apunta principales objetivos a que se ve fundamentación moral, es un asun-
a una “formación” estandarizada, y sometida la filosofía en la escuela, en to de cultivo de habilidades; de ahí

31. Ibíd. P. 518.


32. Ibíd. P. 520.
33. Ibíd. P. 556. 37
Revista de Educación & Pensamiento

el desplazamiento de su carácter re- ¿Qué nos deja la pregunta?


ligioso de antaño, carácter religioso, ¿Qué nos deja la lectura? No sólo una
del desplazamiento de su orden re- formación, también una experiencia
flexivo y filosófico. Es decir, hay dis- y no una habilidad. En otras
tanciamiento respecto a la “forma- palabras, es la memoria y el derecho,
ción” ética y humanística, frente al es el problema del olvido y su
creciente cultivo de la técnica. “Una utilidad; igualmente de interioridad
vez consolidada esa dislocación, el y exterioridad. “Si la memoria hace
discurso filosófico se debilita y con- al alma, el olvido la deshace”.36 Así,
serva sólo un estatuto marginal”.34 nos encontramos en un mundo que
Por eso, el desplazamiento del cu- juega entre el aprendizaje y el desa-
rrículo escolar, además de ciertas prendizaje. En el fondo está el pro-
incapacidades de cohesión filosó- En esta radical intimidad blema del ser y el aprendizaje, fren-
fica, como la burocratización esco- del ser en su educación, te a un logos que se conserva o un
lar y de la relación frente al cliente, toma como parte suya logos que se desvanece. De ahí que
pues lo que se exige no es un ser para Larrosa, hay tres palabras clave
aquello que le impacta
formado, sino capacitado y experto, para la escuela, para la educación: la
y le conmociona en su
que opera en un dispositivo racio- memoria, entendida como la sustan-
formación; lo demás,
nal e instrumental de la escuela. “La cia del alma, siguiendo a Platón, en
reflexión ha sido bloqueada. La críti-
son meras habilidades la que está el recuerdo, la verdad, lo
ca es irrelevante o marginal. Existe,
pragmáticas, donde el que pretendemos y el aprendizaje,
además, una notable pérdida de con- consumidor fabricado que es el ejercicio en el cultivo de la
senso y de orientación. La educación, está preso por la memoria, de la interiorización.37
vaciada de sus condiciones morales, publicidad y el mercado. El aprendizaje es la eterna lu-
es presa fácil de intereses de toda cha contra el olvido, el cual exige
laya, fácilmente manipulable, utili- construir nuevas experiencias a
zable. Debilitada la vigilancia moral, partir de lo que es nuestro presen-
ya no hay obstáculos críticos para su te. Aquí, la experiencia juega un
captura por fuerzas espurias”.35 Vi- papel clave en la transformación
vimos un presente de quiebre y de tanto del educando como del edu-
incertidumbre, donde la pregunta cador ante el presente. “Experiencia
ontológica se mantiene a pesar de implica formación, trans-formación,
los cambios, es decir, aun cabe la alter-acción, meta-morfosis”.38 Es
posibilidad filosófica de formación, decir, la experiencia pedagógica es
pues es a través de la pregunta que una transformación ontológica en
aún podemos formar. la formación del educando, pues

34. Ibíd. P. 557.


35. Ibíd. P. 557.
36. Ibíd. P. 572.
37. Cf. P. 578.
38. Ibíd. P. 589.
38 39. Cf. P. 590.
Colegio Hispanoamericano

hace propio e interioriza lo que que se asume como experiencia de Referencias Bibliográficas
aprende. Qué mejor que la relación vida, pues la experiencia es lo que Larrosa, Jorge. La experiencia de la
con el presente que vivenciamos;39 nos pasa; ¿dónde más que en la lectura. Estudios sobre literatu-
a través de un permanente interro- propia vida que se abre al mundo ra y formación. F.C.E. México.
gar sobre lo que somos y lo que es y a la reflexión pedagógica? “Es en 2003.
la época a la que pertenecemos, la la historia de nuestras vidas que los Popkewitz, Thomas S. y Brennan,
cual se aborda en la escuela en ín- acontecimientos acceden a un orden Marie. (comp.) El desafío de
tima relación con lo que asumimos, y a un sentido, a una interpretación. Foucault. Discurso, conoci-
muchas veces en soledad con la lec- Esa en una trama donde articulamos miento y poder en la educación.
tura. En otras palabras, es una rela- los acontecimientos de nuestra vida Pomares-Corredor. S.A. Barce-
ción ontológica con la soledad del en una secuencia significativa”.41 De lona. España. 2000.
lector en su formación. “Y nos da modo que la experiencia en la for-
también el silencio que nos es preciso mación del sujeto educando, es la
para escapar de las circunstancias, experiencia de sí mismo, en la que
para huir de ese modo de estar en el nos fortalecemos y transformamos,
mundo siempre pragmático e intere- al encontrarnos y reconocernos en
sado, siempre demasiado concreto, lo que somos como biografía peda-
demasiado próximo, demasiado cir- gógica, en donde el “yo” toma con-
cunstancial en suma, por el que nos ciencia y dominio de sí mismo por
sentimos atrapados”.40 En esta radi- medio de la escucha, la lectura y la
cal intimidad del ser en su educa- escritura.42 En consecuencia, tene-
ción, toma como parte suya aquello mos un sujeto ampliado que se mo-
que le impacta y le conmociona en dela y transforma continuamente.
su formación; lo demás, son meras Es decir, el sujeto se está inventando
habilidades pragmáticas, donde el todos los días, por ello la palabra
consumidor fabricado está preso es fundamental en su experien-
por la publicidad y el mercado. cia vital, pero también el silencio
En últimas, lo que se preten- tiene mucho que aportar, como el
de en la pedagogía es reflexionar desaprendizaje, para que podamos
y modificar nuestra formación en navegar en las palabras y no en los
el sentido de lo que somos, es de- conceptos. En otros términos, la
cir, una ontología de la vida que educación como acontecimiento
se interroga, se interpreta a través estremece al ser en el que la peda-
de un ejercicio pedagógico, que gogía y la filosofía como artes afec-
permite construir realidad, donde tan nuestra vida en la formación del
el lenguaje es pieza fundamental espíritu tanto del educando como
para dicha realidad significativa, del maestro.

40. Ibíd. P. 601.


41. Ibíd. P. 614.
42. Cf. P. 627.
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