Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Ante la pregunta ¿Existe o puede existir algún método que nos permita
avanzar, con paso firme y sin molestias, en el conocimiento de las cosas
más excelsas, o sucede más bien que nuestras almas, lo mismo que
nuestros cuerpos, están sometidos al azar y que nuestros pensamientos
están regidos por la fortuna más que por el arte?
Por un lado alma y cuerpo confluyen entre sí, sin que sea una superior a otra,
sino en el mismo nivel del orden de las cosas y además tienen autonomía, por
otro, ambos están en Dios; las ideas que tiene el alma vienen de las afecciones
del cuerpo, pero el alma no nos da una idea adecuada sobre éste.
Las ideas claras y distintas vienen de Dios, yo sé que sé y así estoy afirmando
mi conocimiento.
El pensamiento, será una pieza central para reformar nuestro entendimiento,
si, nuestras afecciones nos pesan, sin embargo ya hemos avanzado en el
camino para alcanzar el verdadero conocimiento, dejamos atrás los prejuicios,
la ignorancia, el miedo y la esperanza, la falsa ilusión de que somos libres, nos
descentralizamos, somos congruentes entre lo que hacemos y lo que pensamos,
cuidamos nuestra vida como parte de esa finitud y de esa congruencia, vemos
esos bienes como medios y no como fines en sí mismos.
La que le sigue tiene un mayor grado de complejidad que las anteriores pues
retoma una forma de deducción diferente pero, nuestro pensamiento se
encuentra en un estado de automatismo y sigue recayendo en lo arbitrario.
Hay por tanto otro modo de percepción, cuyas ideas no nos llegan
arbitrariamente, por lo que no es posible que estén sometidas al azar. El
conocimiento, el saber se afirma a sí mismo, éste es el modo que se utilizará
para llegar al método, como forma de conocer nuestra potencia hacia el
entendimiento. Nosotros no cesamos de pensar, las ideas se van constituyendo
y se hacen más complejas, pasamos de idea en idea, es así como se alcanza a
un verdadero conocimiento.
Spinoza va a diferenciar entre las ideas verdaderas y las ideas confusas, las
primeras nacen verdaderas por que vienen de Dios, nacen en ese proceso de
producir otras ideas igual verdaderas y a su vez está íntimamente vinculada con
el error y busca explicarlo no así con la verdad. Las ideas no son verdaderas ni
falsas.
Bibliografía
Spinoza, B., 1988. Tratado de la reforma del entendimiento. Madrid: Alianza .
Spinoza, B., 2015. Ética. Madrid : Alianza.