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~,: Las consecuencias del traumatismo

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~- '4fu Pasados varios meses de acoso moral, los síntomas de estrés, que al
: principio de la agresión estaban indiferenCiados, se transforman en un
~ trastorno físíccfmanifiesto; ... ·
';' Todas las víctimas, con algunas yesca¿as excepciones, suf¡-en una
)· desestabili.zacíón duradera. En el resto deformas de sufrímí6'to en el
f trabajo, y en particular en los .casos en que impera una fuerte presión
~.. profesional, si cesa el estímulo, cesa el sufrimiento y la persona puede
¡• recuperar su estado normal. Por el contrario, el a«Osll moral deja hue- ·
!·' llas indelebles que pu'eden ir desde estrés'postraumático hasta una vi.
vencía de vergüenza recurrente o incluso hasta cambios duradetos de
su personalidad. La desvalorización persiste aunque la persona se.ale·
je de su agresor. Esa persona lleva una cicatriz psicológica ·que la hace
frágil, la lleva a vivir con miedo y a dudar de todo y de todo el mundo .

fa ESTRÉS POSTRAUMÁTICO •

Igual que un asalto a mano ormada o una violación, el acoso moral
con>tituye indiscutiblemente un traumatismo. Para el psica'análisis, el
traun1atisrno es un concepto que incluye un acontecimiento intenso 1
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eventua]menre repc1id0, de L1 vida de un ·sujeto: ln incapacidad·¿ So !ibr0 ffle h::i hecho n1ucho bien y un daño atroz. Mucho bien al sa'- "
que ésre se cncuC'ntra a];¡ hor~1 de responder ;.1 ello de n1anera ad: '·hernie con1prendido, al poder nombrar R,?r fin la agresión, reconocer y
da y los efectos duradero~ gue este ucontecin1iento provoca sob! :;~citlific;1r'a los agresores y empezar a comprender... Un daño atroz ram-
psiguisrno. r\J principio, Freud relücionó el traum:1tisn10 con una ·~bién porque, a cada página, he revivido, en ocasiones palabra por pila-
r~bfll. JJS esccpaS pasadas, recordándome que mÍ dolor CStá iflta(CO. Quie-
Ji dad externa, fo de la seducción, aunque abanqonó después esa t~
>;.; ro st1brayar también, a lo largo de mí lectura, Ios párrafos que describen
para sustituirla por Ja del fantasma. En su OJ:1_ini6n, Jos traumas.-86: "'~con ten1ible precisión Io que he vivido, hasta el punto de que ese. libro pa·
se dan en la infancia y en lo sexual y los únicofconflictos que cueii ~·--rece reflej~r mi propia historia. Sé que es incomprensible pnra.quien no
son los intrapsíquicos. Considera que, en Ja ecjiid adulta, el hombré ··~ hay•-1 sido víctima. Apenas es más concebible para quienes' lo han sido o lo
responsable _de Jo que le ocurre; si se nlantiene-l'~n situaciones des· -- 'son y, sin en1bargo ... Así como hay palabras que pueden n1atar, su Hbro pue·
1ni~,nro, es por puro n1asoquisrno. J\lo obstant'e, con10 ya expliqué"' ~- de s:tl\'ar vidas y contribuir a rehabilitar otras. Creo (espero) (iue nunca
1ni libro anterior, existen situ~1ciones en Jas qüe, se:1n cuales sean ~~. nada \'olverá a ser como antes, en el espíritu de las personas, y i.·;ue su es-
esrrucruras psíquicas, Jas víctimas están atrap<"t-das por la realidad ... critura ha creado un precedente.
terna.
Los cuadros traumáticos n1ás graves se encuentran esencíalme.:l~ &.~
"'"' Es como si el cuerpo hubiera conservado, a su pesar, la memoria
en los CasOS de acoso moral en que Ja persona está aislada, «Sola con! fdel traumatismo y éste pudiera volver a ponerse en acción ete0namen-
tra iodos», y mucho menos cuando consiste en un mal traro de la di~ f!c, en cualquier momento. Las personas sufren sobresaltos y ¡rny imá-
reccióÍi' en el que la solidaridad permite distanciarse, de la situación;i .~genes que se apoderan de ellas cuando se cruzan con alguie\1 que se
Se constituyen entonces neurosis traumáticas, en menor medida pS~- - ~\parece a su agresor o cuando están en situaciones que les recu:ordan su
cosis traumáticas, lo que se corresponde, en el DSM IV (clasificaciÓ~ ¡pasado. . . .
internacional de las enfermedades mentales) con el esrado de estrés pos'!! t· Ese tipo de agresiones deja siempre huellas a largo pla:<o. Años
traumático. El cuadro es el mismo, se cual sea el origen del traumatism~ \después, persisten en esas personas conductas de miedo o de eyitación.
A la persona traumatizada, que no puede evit_ar pensar en ello, sC. . ]A veces el miedo al dolor, provocado por la evocac.ión del pahado, les
le impone la reviviscencia de escenas· de violencia o de humillación~,j )impide a las•víctimas regresar a los lugares donde fueron ag1'cdidas o
Dichas imágenes, como externas a la persona que las rechaza, son com~1 !encontrarse con antiguos colegas, ya que les genera una esp~cie de .
/lashbacks dolorosos. Por Ja noche, ]as situ.· aciones.trau.máticas. se rev¡.:~.· kobía. • ·
ven bajo la forma de pesadillas recurrentes. La evocación de l~s escej¡ \ Los traumatismos comportan una distorsión temporal: l~.rtiemoria
nas v10lentas es dolorosa durante mucho tiempo, a veces para s1erripr~·.) 1¡se estanca en el_ acontecimiento traumático, como por hipera_ninesia y 1

Pasados los años, las víctimas sigueri soñan.do con ello y les da miedo~ '.el presente se hace irreal y conlleva un olvido o un desapego de lo co-
evocarlo. Muchas personas dicen.que, por más ,que pasen diez ovein- · jtidiano. · ,
te años, se echan a llorar cuando, por ejemplo, revisando papeles se ~· 1 •

encuentran con algo que evoca su situación pasada. En las cartas que Ni mi marido ni mis hijos c~·entan r~almente para mí. Sé qu9 les quie·
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me r_~mirieron junto con las encuestas contestadas, ~lgunas p~rsona's a ro, .Pero ya no siento nada.
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quienes el acoso moral remitía a años atrás me'señalaban hasta qué )le
punto evocar esas heridas reactivaba ei sufrimieriio, intacto como en el Las víctimas vuelven a ello una y otra vez. Les dan vueltas ~.n su ca-
momento de los hechos. Revivían las escenas de humillación; sentían beza a las circunstancias de su marginación, intentan imagirfar otros
de nuevo el nudo en el estómago, el mismo vértigo. Muchos añadían: escenarios: «Si yo hubiera hecho esto o dicho aquello ... ». Pi<jnsan sín
«Por más doloroso que sea para mí, hay que hac~rlo para que las cosas parar acerca de su humillación. . · !
Estas iteraciones pueden dar pie a que la gente que les rpdea, y a
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cambien y mi sufrimiento sirva para algo». Efectivamente, Jo· que les
resulta insoportable es no entender el sentido de lo que les está ocu· veces incluso sus terapeutas, piense que la víctima se cpmpÍace en su
rriendo, la sensación de que sufren por nada. lamento y que no quiere salir de su estado de sufrimiento. No e:s eso en
S) . .
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148 COi','•'[~CI.'!:,.._,;;,.\~ 1'.-\R.-\ LA ::\ALL'D l.AS COr\SECUF.NCl1\S DF.L TRAt:MATHi.\10 149 e


Hbsoluro. Es unn van:• tent:\!Íva de hallarle un sentido a lo que les ocu. Desdo que I'ran,ois decidió dejar su empresa después Je dos años el;
rre. El ncoso mbrnl tiene lo p;micul:iridad de que no se in<cribe en una ;1coso por p:1rtt• de dos superiores j¡rá'fquicoli, pasa unas nochci; ngítodas,
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lógica de sentido común. El quc)o sufre no comprende lo que le está dl!'nc pef.1dilh1s >"se despierta cubierto de sudor a c1.1alquíer hon1 trente a
. pasando. Si existe un trnum:1tisn:;o y l~s síntomas se estancan, es por. h1s ro:>trlis violentos de sus ngresorcs. Dese11ría poder \:RCÍar su cerebro
qt1c las situaciones son \'erdader.imente ininrnginables. dt: roda~ J¡1s groscrí;ts que vc:rtieron sobre él, pero no puede olvidar las
Las víGtÍm;1s experimentan todas una grun sensacicin de soledad huo1il!:1ch1nc:s sufríd~1s. ,
}~,1bí.1 entrndo en e:-.1 joven empresa lleno de entushl'smo y dr.:scubrió
porgue es difícil e;:plic.ir algo ci.in~Jo no se está seguro de lo que se.
un mundo de chanchullos sin regla alguna, donde todo era válido pura
<Íente. Les cuesta h,;blarlo parque se trata de una violencia impensa.'
destruir ;ll que se negarn a entrar en el juego. ·
ble, parn Ja que no se está preparado. Genera un gran alivio que los' 1. . o que no i::opbrta es haberse equivocado hasta tal punto con el equi-
st:ntin1íentos pueJ,111 ser co1npnrtidüs. Y, para ello, nún fnlta rect)nocci' po en d que él deposiró toda su confianza. A la vez que perdió el trabo·
que dicho snfrimitnto puecb e:·:i~tir. illuchos rnsos P•Wln ante nues.· jP, µcrdíó rumbíCn t1s ilusiones, Había deseado creer en un tipo de rela·
rrr':-; ojo:=; !iÍn que nos den10¡:¡ Clh.:nt~1. cic.'nl:.':l que fll\ cxhac:-n. S:lbe c.¡ue, para él, en adelante, cualquier relación
con ltJs demiís .ser:í distinta.
Han posado ya vdnte años desde 4ue Maríon dejarn Slt trnbajo después ..
.de un lnrgo período de acoso por pnrtc de su superior· ·ní.rquico y supues.
to anligo. En ese morn<:nto, ella no enrendió .hada. ¿Por qué nc:tcarla cuan~. - LA R1'ACTJ\'ACIÓN DE LAS HERIDAS PASADAS
do ~Ha se aplicaba con tamo ahínco en hacer bien su trabajo? ¿Por qu(
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t:1ntamaldad si ~ua hubiera accedido voluntariamente a rnarchurse:, tan·':
En ocasiones, las agresiones que se viven en el lugar de trabajo son
grande era su deseo de esc;1p·ar '' t'Sil violencia cocidianu? ,
Ahora !\1arion ha encontr.ido otro trabujo, n1ucho rnrí.s interesante y::
el eco de otras incertidumbres de las histotias privadas de las persa·
mucho mejor p11g~1c!o. Incluso se dice a sí misma que fue una suerte que·:· nas. Puede ser la tiranía o la perversidad de un padre o una madre u
la despidieran. No obstante,. cuando evoca lo ocurrido, le entran siempr~; otras agresiones y humillaciones de Ja infancia. Las escenas violentas
ganas de llorar. Aparentemente ha pasado página; ha optado por mirar •l' despíertap una angustia pasada, que puede haberse olvidado. Una hu-
futuro y hace tantas tosas apasionantes que ya no piensa muy a menudo· millación evoca todas las humillaciones anteriores de un progenitor,
. en esa etapa negra de su vida. Sin embargo, el pasado regresa en sueños. dentro de la familia, en la escuela o incluso en otro trabajo. ,
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la deja desamparada por las mai'ianas 1 y a veces vuelve.una imagen, el ré·
cuerdo de un comentario hiriente. Sigue reprochándose no haberse mar· A su \~lclta de una baja por enfermedad bastante larga, Véronique se
choclo antes de la empresa. También se avergüenza de haber sido una b . encuentra con que su despacho está vacío y nadie va a darle la bienveni·
genua y haberse dejüdCI pill3.r p·>1r sorpresa sin poder reaccionar." ;~, da. Como el departamento ha cambiado de sisrema informático y ella no
,,hora y¡¡ n" hnbla do ello. Cuando Je pregunt11n accrcu de ese pcrío:.'. siibe operar con ése su superiorjerárquies la instala en la entrada y le
1

do, ri.:!plicu con una fras<· hecha y muy neutra que da la sensación de que' hace dosificar papeles. Cada vez que pasa junto a Véronique, y eso pue·
no lt: afecta. ¡Pero no es a~í, sigue hacjéndola llorar! den ser veinte veces al día, no puede evitar dirigirle una frase hiriente que
En
ella justifica· diciendo que no soporta ala gente inútil. lugar de negociar
una forma_c16n que le permitir!a recuperar sus co1upctencias y su puesto,
L/\ DESILUSIÓN Véronique se centra completamente en la actitud de su responsable, re·
acciona de forma vehementey le dice a todo el mundo lo mala que es esa
mujer. Véronique sabe muy bien que, si se muestra tan reactiVa frente a la
Hechos de vida como el acoso moral consiguen desgastar, usar, mi· .
· odiosa actitud de su jefa, es porque eso evoca en eJ¡a la violencia de su
nur n lns personas, que pierden bs ilusiones y la esperanza. La pérdida madre, de quien ella era víctima propiciatoria. Niña maltratada física~
narcisista es tanto más fuerte cuando la persona se habfa sobreimpli· ·mente, cuando se marchó de su casa se prometió as! misma qtle no iba a
cado ílfectivamente en eJ trabajo. Se da una situación de fracaso, de permitir nunca mtls que la don1inaran: «Soy reactiva porque ya he tenido
existencia estropeada, de paraís'.1 perdido. · mí dosi• de palabnis hirientes, golpes bajos y cabronadas, pero no puedo
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150 C()i\'SECL'E;...:CJAS l':\lt:\ LA SALl;D

decirlt:s que soy fnígil porque pC'ns;1rí<tn que estoy loca». No obstruJ.: CAPÍTULO
dirección c0nsiderará que la reacción de: \.r éronique prueba que tien~· '·
patología psiquiátrica y le pedirá al medico de empresa que la decl ''
capacirada. o 10
Puede tratarse rnmbién de un .1buso sexu;;J qJe la persona se h
forzado en negar y en much.o$ de los casos SJLl~.J1e seguido pe~s,·.,
1 Las co.nsecuencias específicas
mente, el acoso moral que esas personas habjan s11frido y la vergü, ~
que habían experimeiliado les permitieron p_Qr fin evocar ese pd;a,1 ~: del acoso moral
secreto de familia. ' 1 f
Vean lo que escribe Évelyne tras un acosp ;nora] que la condufo. F
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Pasé muchos días desesperada, sin saber si estaba loca y/o era tÓ~
mente incapaz para el mundo del trabajo, la vida social e incluso la>/
pura y sjmple .. Tras varias bajas laborales y un tratamiento (ineficaz)-~
me prescribió mi médico, hace unos meses que cuento con la ayuda
una psicoterapeuta. A la vez que intenta ayudarme a recuperar la ca~ ;;.

za en mí misma 1 en paralelo, me hace establecer el \"Ínculo con Jos acon; ·•.'


cimientos dolorosos que se remontan a mi más tierna infancia, puesyó~j¡
fui víctima de un perverso de otro tipo, cuando tenía unos 5 años. El dJ
lor, las emociones, la sensac'ién de vergüenza, de culpabilidad, de rusg;~··:' .. ~ VERGüENZA Y LA HIJMILLACIÓN
to son los mismos hoy que hace cuarenta años; hoy casi son más vivos
más dolorosos. ¿Me ayudará ese esfuerzo de memoria a comprender y· -· .:· .!'- Lo qu~ singulariza los cuadros de aco"o en relación a <:tras formas
evitar las trampas que pueda tende.rrne un. eventual perversq si i:p.e _lo i.:!'l.· ¡de sufrimiento en el trabajo es el predominio de la vergüen~~ y la hu·
cuentro? No estoy segura de ello y sigo reconcomida por la angustia. ·~ :millación. Eso suele ir a la par de una ausencia de odi.o h;icia el agre·
,sor. Las víctimas sólo quieren ser réhabilitadas y recl.Jperar su honor
Todo d mundo tiene una historia; c;lejemos ya de engañarnos Y~ .escarnecido. Tienen ganas de ocultarse, de retirarse di;) m:undo.
ocultar nuestras heridas. Para ello habría que conseguir que los agr~ · La vergüenza explica fa dificultad que tienen las víctin\.as de expli·
res dejaran de disculparse aduciendo la fragi)ir:Jad anterior de sus víca;¡ !carse, sobre todo cuando el acoso es individual. Como en fos casos de
mas: Ciertamente, determinadas conductas abU.sivas hacen resurgir vier., abusos sexuales. a menudola realidad es peor de lo que'las víctimas
lentamente heridas pasadas que nos hubiera gustado olvidar, pero no so1 cuentan en un pri.mer momeP.to, ya que no encuentran palabras. ¿Cómo
estos traumatismos antiguos los que están en el origen del aca·so moral.:~ decir, en un momento dadg;que se siente lino maltratado si hasta ese
'
~¡ momento no se ha permitido que salierapada a relucir? ¿(:ómo justifi·
car ante los propios ojos que uno no haya ¡,;~testado enseguida? ¿Cómo
explicarles a los demás por qué no se ha reaccionado hr.sta ese mo·
mento?
Una agresión de la que hemos conseguido defendemos, aunque
sea tardíamente, no produce dichos efectos a largo plazc.).o que re· 1
sulta definitivamente hiriente e.s no haber sabido (o podido) hacer lo

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adecuado para frenar el proceso, las humillaciones sufridas sin cam·

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