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Peinado Gaona Eduardo

Hermenéutica

Explica en qué sentido la «genealogía» no pretende descubrir sentidos ocultos y profundos.


Discútelo desde el contexto de la hermenéutica de la sospecha.

Intentando aclarar la idea sobre la genealogía, el profesor mencionó: “La genealogía, mal entendida,
es una historia […] la genealogía es más una herramienta de la historia…” (Clase del jueves 8 de
septiembre del 2016) En efecto, la genealogía no es una historia, incluso cabe decir que se oponen
aunque no de una manera radical o absoluta, pues a pesar de dicha oposición la genealogía necesita
de la historia, empero, antes de llegar a entender esto resulta necesario saber cuál es el motivo de su
oposición. En la Microfísica del poder, Michel Foucault menciona lo siguiente: “La genealogía no se
opone a la historia como la visión de águila y profunda del filósofo en relación a la mirada escrutadora
del sabio; se opone por el contrario al despliegue metahistórico de las significaciones ideales y de
los indefinidos teleológicos. Se opone a la búsqueda del «origen»”1. El núcleo de la oposición lo
encontramos precisamente en el origen: desde la perspectiva de la historia, el origen aparece como
una significación ideal, como una especie de Telos, es decir, finalidad o propósito esencial en virtud
de la cual se ha desarrollado la historia; no obstante, para la genealogía se presenta como tarea
imprescindible el “percibir la singularidad de los sucesos, fuera de toda finalidad monótona”2. De
esta manera puede decirse que la búsqueda del «origen» supone la supresión de ciertos sucesos
«circunstanciales» que pueden considerarse nimios o triviales “por no tener nada de historia” como
pueden ser los sentimientos, el amor, la conciencia, los instintos —o al menos estos son algunos de
los que menciona el propio Foucault— y es justo en ellos donde la genealogía posa su mirada; dicho
de otra manera, mientras que la historia se plantea un porqué, la genealogía se plantea un cómo.

Ahora bien, en el texto de Foucault se señala un aspecto importante, y este es que la genealogía —
debido a la meticulosidad que requiere su labor— le permite descubrir que detrás de las cosas —y los
sucesos— no existe un secreto esencial, o mejor dicho, que su secreto es que están sin esencia, “o que
su esencia —menciona Foucault— fue construida pieza por pieza a partir de figuras que le eran
extrañas”3. En este aspecto de la genealogía pueden percibirse ciertos rasgos de la llamada «Escuela
de la sospecha»: Paul Ricoeur considera que la interpretación —y por tanto la hermenéutica— guarda
una doble posibilidad: “Por un lado, la hermenéutica se concibe como manifestación y restauración
de un sentido que se ha dirigido como un mensaje […] por otro, se concibe como desmitificación,
como una reducción de ilusiones”4. Esta última posibilidad de la hermenéutica parece movida por lo

1
Michel Foucault. (1980). Microfísica del poder. Madrid: La Piqueta. Pp. 8
2
Ibid Pp. 7
3
Ibid Pp. 10
4
Paul Ricoeur. (1999). Freud: una interpretación de la cultura. México: Siglo XXI. Pp. 28
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que Ricoeur denomina como una voluntad de sospecha, y es esta misma voluntad la que parece mover
a la genealogía en contra del origen: al oponerse a éste, lo que busca la genealogía es la reducción, la
destrucción del ideal del origen. De esta manera la tarea de la genealogía se presenta como una especie
de ejercicio de la sospecha, pero para llevarlo a cabo necesita de la historia en cierta medida.

Bibliografía:

 Michel Foucault. (1980). Microfísica del poder. Madrid: La Piqueta


 Paul Ricoeur. (1999). Freud: una interpretación de la cultura. México: Siglo XXI

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