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Cae un mito de la

psicología: la fuerza de
voluntad es ilimitada
Fuente:

https://www.elespanol.com/ciencia/investigacion/20160816/148235717_0.html

Durante dos décadas, la ciencia ha sostenido que la voluntad se


desgasta con el uso, pero no es así.
17 agosto, 2016 00:53
1. PSICOLOGÍA

2. SOCIOLOGÍA

3. INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

4. CENTROS DE INVESTIGACIÓN
Javier Peláez @irreductible

En mayo de 1998, un equipo de investigadores de la Case Western


Reserve University, liderados por el matrimonio Roy Baumeister y
Dianne Tice, hizo públicos los resultados de un estudio que
rápidamente se convertiría en todo un paradigma dentro de la
psicología moderna. El trabajo lanzaba una idea poderosa y hasta
cierto punto lógica: nuestra capacidad de autocontrol es un
recurso limitado que, tal y como ocurre con la resistencia física, se
puede gastar e incluso agotar.
Todos hemos escuchado en alguna ocasión frases como "se me
agota la paciencia" o "no pude resistirme más a la tentación"...
Llámese fuerza de voluntad o autocontrol, lo verdaderamente
relevante del asunto es que, a la vista de aquel estudio, nuestra
capacidad para ciertas tareas de resistencia mental parecía tener
un cupo limitado que además se consume con el uso.
¿Qué utilizaron para demostrar esta idea? Una de las mayores
tentaciones del mundo: galletas de chocolate.

El límite de la fuerza de voluntad puesto a prueba por unas galletas de chocolate. EE

Los investigadores reunieron a un nutrido número de jóvenes


voluntarios en una habitación en la que habían horneado las
célebres cookies con trocitos de chocolate. Allí, embriagados por el
intenso aroma de las galletas, los dividieron en dos grupos: el
primer grupo podía comer las delicias de chocolate, mientras que
el segundo grupo no podía tocarlas y se tenía que contentar a
cambio con un cuenco lleno de rábanos, sanos pero
aparentemente menos apetitosos.
Tras enfrentarse a la tentación de las galletas de chocolate y los
rábanos, los dos grupos fueron invitados a resolver un difícil
puzle. Ninguno de ellos lo sabía pero aquel rompecabezas era
imposible de descifrar y sólo estaba allí para medir su paciencia.

Resultó que los voluntarios que habían comido rábanos y que, por
tanto, habían luchado contra las ganas de atacar el chocolate, se
rendían frente a la tarea del puzle imposible mucho antes que
aquellos que sí habían podido comer galletas. En concreto, el
grupo que pudo comer chocolate dedicó unos 34 minutos de
media al rompecabezas, mientras que el frustrado grupo de los
rábanos abandonaba el desafío poco después de los 19 minutos.
Resistirse al chocolate parecía minar la paciencia del grupo de los rábanos. EE

El artículo científico, con esta sencilla demostración, causó furor


entre la comunidad de psicólogos y sociólogos, que se lanzaron a
repetirlo y confirmarlo con innumerables variantes: sudokus,
cubos rubik, enigmas matemáticos, laberintos... La idea era simple
y su ejecución se convirtió en un clásico de los experimentos de
conducta: reúnes a un grupo de voluntarios, los enfrentas a varios
problemas consecutivos y analizas su capacidad de autocontrol.

Los investigadores lo denominaron Ego Depletion o Depletion


Effect y con más de 3.000 citas en los últimos 20 años, se
consolidó como una de las bases más sólidas de la Psicología
moderna con infinitas aplicaciones que iban desde una
determinada colocación de los productos más apetitosos en los
estantes de los Supermercados, influencias en educación infantil
hasta el entrenamiento de deportistas de élite.
Sin embargo, todo el edificio erigido alrededor de este efecto
conductual comienza a mostrar graves grietas estructurales y
muchos expertos afirman que se está derrumbando. El artículo
original de 1998 ha desarrollado una extensa literatura
científica que abarca más de 150 estudios, unos 400 experimentos
diferentes y un número de participantes que sobrepasa
ampliamente los 30.000 sujetos.
¿Cómo es posible que una de las bases de la psicología actual,
basada en evidencias que han sido confirmadas tantas veces,
pueda ser errónea?

"Hace justo dos años apareció un primer artículo que destapó la


liebre del Depletion Effect sugiriendo que esta área de
investigación estaba demasiado influida por sesgos de publicación
o por metodologías muy cuestionables" explica a EL ESPAÑOL el
doctor en Psicología Miguel Ángel Vadillo, investigador y profesor
en el King’s College de Londres.
"A partir de aquí empezó a surgir la sospecha de que el fenómeno
podría no ser tan robusto como se pensaba. Como estamos ante
un fenómeno muy influyente, finalmente alguien pensó que lo
mejor era hacer un intento de réplica en varios laboratorios a la
vez", afirma, y añade: "Éste es precisamente el estudio que se
acaba de publicar y que ha causado un gran revuelo en la
comunicad científica".
Los resultados de este último informe han sido claramente
negativos, lo que ha abierto un intenso debate entre especialistas
de todo el mundo, incluyendo a los propios padres del efecto Ego
Depletion, que se han defendido en un artículo en el que
afirman, además, que van a elaborar su propia réplica.
20 años de sesgos y errores
La pregunta que subyace sigue siendo cómo ha podido
mantenerse durante tanto tiempo una idea que ahora resulta
errónea y la respuesta en este caso tiene un protagonista
principal: los sesgos de publicación.

"Las revistas científicas están repletas de artículos exitosos y


positivos que, sin embargo, no representan la totalidad de
investigaciones que se realizan", señala Vadillo, que apunta: "Se
publican mayoritariamente los trabajos con buenos resultados y se
olvidan los estudios cuyas conclusiones no han sido tan claras o
incluso que han sido negativas". "Si sólo publicamos los estudios
que obtienen un determinado resultado y no contamos con el
resto, aquellos que no han podido reproducir esos resultados,
estamos incurriendo en un importante sesgo de publicación",
asevera.
En el caso del Depletion Effect, algunos investigadores
han aupado la idea al concentrarse durante mucho tiempo sólo en
los experimentos que lo confirmaban, pero olvidar los trabajos
que lo contradecían. "Cuando llegan los metaanálisis, que
engloban todos los estudios realizados sin importar su resultado,
es entonces cuando se empieza a ver que hay un grave problema"
apunta el psicólogo. "Muchos de los estudios ignorados no sólo
ponían en duda el efecto sino que incluso lo contradecían; por dar
un ejemplo claro: se pudo comprobar que los grupos que
comieron rábanos duraron más tiempo frente al rompecabezas".
Un problema de la ciencia
Para ahondar aún más la crisis de resultados de este campo, la
revista Sciencepublicó el año pasado un artículo inquietante en el
que se afirmaba que más de un 60% de las investigaciones
realizadas en el campo de la psicología no habían conseguido
replicarse en otros laboratorios y grupos de trabajo.
Cuando los resultados de un estudio científico se hacen públicos,
otros equipos de investigadores intentan comprobar en diferentes
partes del mundo si esas conclusiones son correctas, replicando el
experimento en sus laboratorios. A la vista de las conclusiones
de Science, más de la mitad de esos resultados no han podido ser
repetidos. Sin embargo, apunta Vadillo, "este problema no es
exclusivo de la Psicología, sino que representa un factor extendido
en numerosos campos de la ciencia".
Índice de reproducibilidad de estudios psicológicos. Science

"Piensa en los antioxidantes, en la vitamina E... Hasta hace bien


poco pensábamos que eran muy beneficiosos para el organismo y,
de hecho, aún hay muchos productos que anuncian las bondades
de esos antioxidantes", explica Vadillo. "Pero resulta que ahora
sabemos, gracias a estudios más recientes, que no solo no resultan
beneficiosos sino que en algunos casos son directamente
perjudiciales".
"La psicología no es ajena a estos sesgos y errores de
metodología", afirma el experto, que concluye: "Sin embargo la
clave de la ciencia moderna radica en nuestra capacidad para
detectarlos y evitarlos... ahí se encuentra el verdadero desafío para
el futuro".

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