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Reensamblar lo social

Una introducción a la
teoría del actor-red
Bruno Latour

Tercera fuente de incertidumbre: los objetos también tienen capacidad de


agencia

David Sánchez Hernández

Replantearnos el papel de las cosas en nuestro que hacer nos brinda una discusión
compleja sobre los sujetos no humanos, darnos cuenta de la importancia de las
cosas más allá como reflejo de nuestros androcentrismo nos brinda de posibilidades
de análisis dentro de este basto complejo y esta división imperante dentro de lo
factico y lo empírico.

No repitiendo los tópicos abordado en el texto considero iluminador esta agencia


que se ve sobre los objetos, repensar en las cosas cambia de muchos modos la
misma dinámica en campo al solo focalizar, apelando en mi caso, en las movilidades
humanas. La aportación de Latour en este sentido es basta y es tajante con la
sociología, el reconsiderar las posturas androcéntricas latentes dentro de la gran
mayoría de las ciencias creo que es una de las causas de este sesgo con respecto
al papel de las cosas en nuestro acontecer diario y a su vez un propio limitante
como lo diría Latour, ver a lo otro meramente como el reflejo del humano mismo
nos lleva a no reconocer del peso que tienen sobre nosotros la diversidad de objetos
a nuestro alrededor.

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Ahora bien pensando en la actualidad refiriendo a las dinámicas en las que nos
vemos enmarcados día a día, me inquieta el papel de las los objetos no humanos
en pleno consumismo desmedido dentro de una ola neoliberal y de libre mercado.

Las cosas ya no solo son eso tangible, pensando en el internet como caso
específico, algo no tangible, algo no visible y que sin duda alguna marca una gran
diferencia dentro de las dinámicas de las personas, ahora bien lo que nos propone
el autor de manera imperante es des-aprender las barreras creadas que nos lleva a
pensar al humano y a sus múltiples accesorios, desarticular a las personas de los
propios objetos que conforman al sujeto nos llevan a pensar en el análisis
separados, Latour nos dirá que el problema mismo, es pensar que debe haber
simetrías dentro del análisis, cuando en realidad las divisiones son las propias
imposiciones de la división entre ciencias.

Ahora bien es imperante pensar en la relación directa que generamos con infinidad
de objetos, comprender la durabilidad y la propia extensión que se genera entre
humano y lo no humano es vital en el analista.

Un computador, un celular, un automóvil o una bicicleta, la relación que llevemos


con ello y a su vez con los múltiples agentes en el día a día nos llevan a repensar
en las múltiples interacciones que generamos a partir de estas cosas que
aparentemente creemos poseemos, lo interesante para ver ahora es en qué medida
estas cosas nos poseen a nosotros.

Buscando establecer ejemplos que a su vez introduzcan a una lógica sobre la propia
identidad y la experiencia pienso en el caso de la ropa, el uso de un traje, mezclilla,
zapatos, tenis, tiene connotaciones distintas, tienen un por qué de usarse en esos
casos y no estos dispuesto a negar que es más sencillo correr con tenis que con
unas sandalias, sin embargo creo que el papel que en este caso jugarían las
prendas sería la mediación de acciones e interacciones que a su vez se ven
fundadas en las reglamentaciones que pueden erigirse a partir de un código de
vestimenta en un restaurante exclusivo o en una clase deportiva en donde si no
llevas lo adecuado pudiera volverte en un sujeto incapaz de proceder en esas
acciones, en esas dinámicas, y vemos como al igual que en el caso de los albañiles

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son los objetos actores mismos de muchas de las interacciones que tenemos a
diario.

Los objetos se sienten y se involucran, el perder las llaves es un generador de sin


fin de sensaciones en quien lo experimentan, al igual que ocurre con un celular o
algún objeto de importancia, las cosas tienen una inferencia en nosotros, más allá
de las cargas simbólicas que se les otorga.

La discusión a la que nos lleva Latour es de un des-aprendizaje completo a una vida


de cómo hemos aprendido a ver la vida diaria, es agudizar y ver más allá del propio
ego del yo sobre la sociedad, es ver como los objetos tienen una realidad de agencia
que se manifiesta a través de la propia experiencia y que a su vez conforman
relaciones intrínsecas que permiten reconocernos de cierto modo en esta
heterogeneidad, no todos nos relacionamos con los mismos objetos, con las mismas
cosas, son estos análisis a partir de lo espacial, del contexto, de los múltiples actores
que, en palabras del autor, nos brindarían herramientas para dejar de ver a la
sociedad y al humano como punto de partida y conclusión, cuando existen más
agentes involucran que nos dan muestra de cómo se entretejen estas
heterogeneidades.

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