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Fertilidad del suelo - Conceptos.

La fertilidad del suelo es la capacidad de éste para mantener una cubierta vegetal.
Es la condición de disponibilidad de nutrientes de un suelo con relación a los requerimientos de los vegetales, generalmente referidos a los elementos
esenciales. Esta condición de disponibilidad está estrechamente vinculada a las condiciones físicas, químicas y biológicas de los suelos. Por ello se
habla de una fertilidad asociada a cada una de ellas, si bien solo serían aspectos parciales de un mismo concepto unitario.
También se puede definir fertilidad del suelo como la capacidad inherente del suelo para satisfacer la necesidad de nutrientes de las plantas.
Considerando el grado en que el suelo cumple la función de proveer nutrientes, se le asigna un nivel de fertilidad; alto, medio o bajo, respecto a cada
uno de los nutrientes que necesitan las plantas.
Algunos suelos son fértiles por naturaleza, otros, en cambio, son pobres y requieren tratamiento para hacerlos fértiles, algunos pueden haber sido
originalmente fértiles y la perdieron, a tal punto que requieren tratamiento a fin de restaurar su capacidad productiva.
La fertilidad de los suelos está determinada por factores, siendo algunos:
 Un contenido adecuado de O2 y baja concentración de CO2.
 Un pH de valor intermedio facilita la disponibilidad de los nutrientes sin afectar el sistema radicular.
 Una adecuada capacidad para retener agua, sin llegar a afectar las relaciones de aireación.
 Un volumen suficiente de suelo con una proporción adecuada de nutrientes en la solución suelo.
 Que los nutrientes puedan permanecer en la región radicular, resistiendo la lixiviación.
Para mejor comprender la relación entre el suelo y las plantas, se utilizan algunos conceptos asociados a la fertilidad, o mejor dicho a los estados de
la misma o a la capacidad para mantenerla.
Fertilidad natural.
Por tal se entiende a la fertilidad propia de los suelos vírgenes en los que existe un equilibrio dinámico entre el suelo y la vegetación que soporta.
Fertilidad adquirida.
Es un término asociado a los suelos cultivados o a los que han sufrido algún tipo de intervención humana.
Fertilidad actual.
Es la que posee el suelo en un momento determinado, ya sea natural o adquirida.
Fertilidad potencial.
Es la capacidad del suelo para mantener su fertilidad natural.
En la evaluación de este tipo de fertilidad intervienen parámetros que no se utilizan de forma habitual en el establecimiento de la fertilidad natural.
Uno de los más influyentes es la naturaleza de las fracciones granulométricas gruesas. Las arenas están constituidas fundamentalmente por
minerales primarios susceptibles de alterarse y generar minerales secundarios con pérdida de componentes, algunos de los cuales pueden constituir
nutrientes para las plantas, con lo que se incrementa la fertilidad.
Pero no necesariamente se ha de modificar la fertilidad química sino que puede cambiar el pH, por la liberación de bases, o la textura, por la formación
de arcilla.
Cuando un suelo posee una alta cantidad de minerales alterables su fertilidad potencial está asegurada, mientras que la ausencia de ellos pone en
riesgo el mantenimiento de la misma. En general, los suelos jóvenes tienen una baja fertilidad actual y una elevada fertilidad potencial, lo que asegura
el mantenimiento de la vegetación e incluso su incremento, mientras que en los suelos viejos ocurre todo lo contrario.
Fertilidad física
Se refiere a las condiciones adecuadas de textura, estructura, porosidad, contenido de humedad y resistencia al laboreo (tenacidad – resistencia al
avance de los instrumentos, adhesividad – adherencia a los instrumentos y plasticidad). A mayor humedad, menor tenacidad y mayor adhesividad.
Fertilidad química
La reacción del suelo es quizás la propiedad química más importante de un suelo ya que las reacciones que aseguran la existencia de soluciones
diluidas de nutrientes, son indispensables para el crecimiento continuado de las plantas. La reacción se expresa en términos de pH. Esta propiedad
interactúa de forma indirecta pero con acción decisiva en las propiedades químicas y biológicas de un suelo.
La mayoría de los suelos tienen un pH que oscila entre 4 y 8. Casi todos los suelos con pH superior a 8 poseen un exceso de sales o un elevado
porcentaje de Na+ en sus sitios de intercambio catiónico. Los suelos con pH inferiores a 4, generalmente, contienen ácido sulfúrico.
Existen evidencias de que el pH tiene poco o ningún efecto directo sobre el crecimiento de las plantas. Sin embargo los efectos, indirectos son
numerosos e importantes, tal es el caso de la toxicidad por el aluminio. El efecto más generalizado del pH sobre el crecimiento de las plantas ocurre
a nivel de la nutrición. El pH influye en la tasa de liberación de nutrientes por meteorización, en la solubilidad de todos los materiales del suelo y en
la cantidad de iones nutritivos almacenados en los sitios de intercambio catiónico. El pH, es pues una buena orientación para predecir cuáles son los
nutrientes que pueden encontrarse en estado deficitario.
Fertilidad biológica
Los materiales orgánicos, vivos o muertos, ejercen una profunda influencia en casi todas las facetas de la naturaleza del suelo. Los restos de las
plantas superiores, junto con los que provienen de la vida animal, proporcionan el material original de la materia orgánica del suelo. La actividad
biológica degrada los restos orgánicos, mediante el proceso de la humificación y mineralización, que son utilizados rápidamente y pronto
desaparecerían si no fueran repuestos por restos frescos o nuevos.
Si se considera el número de organismos y la actividad metabólica total, la vida en el interior del suelo, supera a la epigea; las bacterias por sí solas
se presentan en poblaciones de, a veces, miles de millares por gramo de suelo.
Las diversas formas bióticas que se desenvuelven en el suelo y sobre él son mutuamente interdependientes. Los vegetales verdes utilizan nutrientes
del suelo y bióxido de carbono del aire para producir sus propios tejidos. Estos sirven de alimento a los animales, tanto hipogeos como epigeos. Los
desechos de plantas y animales vuelven al suelo, donde son procesados por insectos, lombrices, hongos, bacterias y otros seres vivos, cerrando un
ciclo; de no completarse éste, el suelo agotaría sus nutrientes y se volvería infértil, los vegetales detendrían su crecimiento y cesaría toda vida.
Fertilización
Es la mejora de la fertilidad agronómica del suelo mediante la adición de sustancias capaces de modificar positivamente la función nutritiva o las
condiciones de habitabilidad del mismo.
Fertilizante
Es toda sustancia o técnica que se emplea para restituir o aumentar la fertilidad del suelo, ya sea, en cuanto a su estructura, pH, o a sus elementos
nutritivos. Los fertilizantes pueden dividirse en enmendantes o modificadores de la estructura, correctivos o modificadores del pH y abonos o
sustancias empleadas para mejorar los niveles nutritivos del suelo.
Entre los enmendantes se tiene al estiércol, restos vegetales en descomposición, humus, compost.
Los correctivos o modificadores del pH; la dolomita, compuestos de calcio y magnesio.
Los mejoradores de los niveles nutritivos del suelo o abonos, los que son de dos tipos, los simples y los formulados.
El suelo y la planta
El suelo es la interfase en la cual las plantas combinan y transforman la energía solar y el CO 2 atmosférico con los elementos nutritivos y el agua
para formar sustancias orgánicas que forman parte de los tejidos vivos de las plantas. El suelo tiene una relación muy compleja con la planta, que
les provee soporte mecánico, elementos nutritivos, agua y oxígeno.
1. Soporte mecánico. En el ambiente suelo, la planta se fija por medio de sus raíces, en el cual pueden crecer y desarrollarse en la medida
que este se constituya un medio adecuado y favorable, fijando a la planta y ocupando un volumen que dependerá de las características de
la planta; en estas condiciones, las plantas resisten bien a los vientos y soportan mejor las sequías. Condiciones que limitan el desarrollo
radicular, el suelo ocupado y utilizado será menor y estas podrán morir rápidamente.
2. Fuente de nutrientes. La planta requiere solamente 16 elementos para que pueda desarrollarse y cumplir sus funciones; sin embargo, en
ellas se han encontrado poco más de 50. Trece elementos son absorbidos del suelo (Ca, S, P, Mg, N, K, B, Cl, Cu, Fe, Mn, Mo y Zn) como
cationes o aniones.
Adicionalmente se han encontrado en las plantas más de 40 elementos, a ellos no se les considera esenciales pero pueden incrementar el
crecimiento del vegetal o la calidad de sus frutos, fibras o cualquier otro órgano. Algunos nutrientes pueden sustituir parcialmente a otros,
como el vanadio que puede sustituir al molibdeno o el sodio al potasio, como además que mejora el rendimiento de cultivos como la
betarraga, el nabo y el apio, esta característica no se manifiesta en otros cultivos.
Algunos cultivos extraen silicio y aluminio, generalmente no porque la planta lo necesita sino porque lo encuentra disponible, salvo que
para el arroz el Si es esencial. Los elementos que forman más del 90 % de la materia seca son el carbono, hidrógeno y oxígeno.
3. Como almacén de agua. El agua, al constituir el solvente a través del cual los nutrientes penetran en la planta, es esencial para la vida de
las plantas. Es el medio en el cual se realizan procesos metabólicos importantes, como la fotosíntesis. El agua y los nutrientes, en forma
iónica, formando sales minerales, son provistos por el suelo y absorbidos por el sistema radicular, luego trasladados a todo el resto de la
planta. El agua pasa al parénquima por ósmosis y las sales (solutos) por difusión. En los vasos y conductos del xilema el traslado o
movimiento de las soluciones se realiza en masa.
Una parte del agua es retenida por la planta, pero la mayor parte se pierde por transpiración. Las sales, el agua y el CO 2 son empleados
para la elaboración de productos y compuestos orgánicos. Formar un kilo de materia seca, requiere de 500 kilos (litros) de agua, alrededor
del 1 % (5 kilos) del agua llega a formar parte integral de las plantas, constituyendo más del 90 % de su peso.
La cantidad de agua transpirada por una masa vegetal estará íntimamente ligada a los factores que influyen en la transpiración como la
intensidad de la radiación, la temperatura, el movimiento del aire, el contenido de humedad del ambiente, entre otros. Esto hace que el
agua en el suelo no permanezca constante sino en un estado de permanente movimiento, obedeciendo a fuerzas creadas por la lluvia, el
riego, la utilización por las plantas, la percolación, la evaporación, etc.
4. Medio e intercambio gaseoso. Hay un permanente intercambio de gases entre el suelo y la atmósfera, principalmente de oxígeno y CO2,
debido a que la mayoría de los procesos biológicos que se suceden en el suelo consumen oxígeno y producen dióxido de carbono, proceso
fisiológico vital relacionado al crecimiento de las plantas.
La energía que las plantas usan para la síntesis, transporte de compuestos y su almacenamiento, procede de la energía liberada en el
proceso de la respiración, por lo que las características del suelo tienen influencia en el desarrollo radicular, las mismas que están
condicionadas por la humedad, la aireación, la temperatura y la compactación. El éxito de la producción de la mayoría de las plantas está
ligado a la aireación.
Los Nutrientes Y El Desarrollo De Las Plantas
1. Nutrición carbonada.
La composición del aire atmosférico, así como del suelo, es importante en cuanto a su contenido de CO 2 y de O2. El CO2 del aire
proporciona al carbono que la planta requiere fijar durante la fotosíntesis.
La atmósfera, en promedio, contiene 0.03 %, en volumen, lo cual es suficiente para el desarrollo normal de los cultivos. Este gas es
continuamente devuelto a la atmósfera a través de la respiración. También se origina durante el proceso oxidativo de la materia
orgánica del suelo por los microorganismos.
Este fenómeno hace que el contenido de CO2 en el suelo llegue a valores muy altos, variando entre 0.2 y 1 %.
Si tenemos en cuenta que el CO2 es importante para la parte aérea de la planta, el O2 es para las raíces; su escasez puede llegar a
detener el crecimiento e incluso causar la muerte del vegetal.
La aireación del suelo es influenciado por diversos factores, los más importantes son la textura, estructura y contenido de agua del
suelo. Existen plantas muy susceptibles a la deficiencia de oxígeno que periodos relativamente cortos de carencia puede producirles
la muerte.
2. Nutrición mineral.
La nutrición mineral puede definirse como el suministro y la absorción de los elementos químicos necesarios para su metabolismo y
crecimiento; estos elementos químicos son denominados nutrientes.
Elementos esenciales. Estos nutrientes, que son requeridos por las plantas superiores son de naturaleza exclusivamente inorgánica;
lo que les diferencia del hombre y de los animales ya que estos necesitan de compuestos adicionales, como alimentos.
Para que un elemento pueda ser definido como esencial debe cumplir las siguientes condiciones:
a. Ser requerido por un organismo para completar su ciclo normal de vida.
b. Que sus funciones no puedan ser sustituidos por otros compuestos químicos.
c. Que esté involucrado directamente en la nutrición de las plantas, ya sea como compuesto esencial o como participante en la
actividad de un sistema enzimático esencial.
Los nutrientes pueden ser clasificados considerando diferentes criterios; el más usual es el que considera la cantidad de nutrientes
presentes en la planta o que es extraída del suelo. Según este criterio los nutrientes se clasifican en:
a. Macronutrientes, como el N, P, K, Ca, Mg y S; algunos los subdividen en primarios (N, P, K) y secundarios (Ca, Mg, S)
b. Micronutrientes, como Fe, Mn, Mo, Cu, Zn, B, Cl.
El C, O e H, son considerados, por algunos autores, como macronutrientes los colocan en otra ubicación.
Obedeciendo a diferente criterio de clasificación, el que se basa en su comportamiento bioquímico y sus funciones fisiológicas; según
este criterio los nutrientes pueden dividirse en cuatro grupos:
a. Constituyentes básicos de los compuestos orgánicos: C, O, H, N y S.
b. Nutrientes absorbidos como aniones inorgánicos o ácidos: P, B y Si.
c. Nutrientes que tienen funciones no específicas o específicas como el mantenimiento del potencial osmótico o la activación
enzimática, respectivamente: K, Mg, Ca, Mn y Cl.
d. Nutrientes incorporados en los grupos prostéticos que permiten el transporte de electrones por cambio de valencia: Fe, Cu, Zn y
Mo.
No obstante de que el contenido mineral en los tejidos vegetales varía entre el 2 y 3 % de loa materia seca, tiene gran importancia
debido a que permiten que la planta pueda formar compuestos orgánicos, por lo que el contenido mineral de las plantas tiene
significación fisiológica y práctica.
Las plantas extraen nutrientes obedeciendo a un potencial específico de absorción para cada nutriente, este potencial está
determinado genéticamente.

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