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UNIVERSIDAD YACAMBÚ

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO


INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
PROGRAMA: MAESTRÍA EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS
ESTUDIOS A DISTANCIA.

EL ENSAYO, SUS CARACTERÍSTICAS Y ESTRUCTURA COMO ELEMENTOS


ESENCIALES DEL DISCURSO ENSAYÍSTICO.

Autor: Álvaro Barrios


MPC-153-00051V
Tutor: Rubén Vanegas

Upata, Febrero de 2016.


El ENSAYO COMO MANIFESTACIÓN LITERARIA DE NUESTRA ÉPOCA.
SU ORIGINALIDAD.

La palabra ensayo no es de muy reciente creación, pues data del siglo XVI
cuando por primera vez la empleo el escritor francés Miguel de Montaigne (1533-
1592), autor de una serie de escritos aparecidos en 1580 bajo el título <<Essais>>,
donde se ponía en evidencia la inmensa curiosidad intelectual y la insatisfacción de
sus conocimientos, resumida en du celebre pregunta << ¿qué sé yo? >>, más tarde
diecisiete años después (1597) fueron seguidos por el escritor inglés Francisco
Bacon (1561-1626) con su obra <<Essais>> cimentada en la serie de reflexiones
que en lo moral informa la vida de un hombre.

No obstante, esto, la palabra en cuestión y el movimiento que envuelve, vinieron


a tener verdadero auge y a sentar sus reales, propiamente a fines del siglo XIX. Sin
embargo, esto no quiere decir que el ensayo como género, apenas sea de reciente
aparición, no; pues él ha tenido cultivadores y egregios representantes a través de
toda la historia de la cultura universal. Muestra de ellos son, por ejemplo, las
enseñanzas de la india, china, Egipto, babilonia, Israel, en la cultura oriental; Platón,
Plutarco, Jenofonte, Aristóteles, Cicerón, Tácito, Seneca, Varron, francisco de
Voltaire, Rousseau, etc. Del siglo XVIII en adelante: P. Feijoo, P.isla, Jovellanos,
Donoco cortes, Quincey, Macaulay, Carlyle, beltran rusell, oscar Wilde, pascal,
Renan, Sartre, Malreaux, Spengles, Emerson, Benedetto Croce, etc.

El Diccionario Salvat define acertadamente el ensayo como un “Escrito que, sin


llegar a tener la extensión de un tratado o monografía, aborda una materia indistinta
en forma sugestiva y de tanteo. El ensayo es diferente del tratado por su carácter
informal o incompleto. El género ensayístico está relacionado con el artículo
periodístico”. Sin embargo, desde un punto de didáctico, puede extenderse su
utilización a la redacción de cualquier planteamiento teórico: una pregunta de
desarrollo, un tema de composición libre o seguido, una ponencia, una carta formal,
un artículo periodístico. Y son estos últimos, precisamente, los que hemos
empleados como paradigma dentro de nuestra praxis profesional.

El ensayo se mueve pues en un campo que va desde lo estético hasta lo


propiamente didáctico, pero sin perder su propia configuración de género literario
independiente. De manera elegante, con gusto, con manifestaciones evidentes de la
exquisita sensibilidad del autor, las ideas se ordenan con austeridad, sobriedad y
vigor propios de sus asuntos científico- didáctico. Son ideas profundas y conceptos
elevados, sintéticos, elocuentes y elegantemente expresados.

Ahora bien, ante la dificultad de poder expresar con toda exactitud lo que en
esencia es el ensayo, se han propuesto unas cuantas definiciones, contentivas más
que todos los elementos o atributos caracterizados. Así, por ejemplo, ha sido
definido el ensayo de la siguiente manera:

- “El ensayo es un tipo de composición, generalmente breve, en presa literaria,


que expone sin rigor sistemático, pero con honduras, madurez y emotividad
peculiares una interpretación personal sobre modalidades libremente
seleccionadas de tema científico, filosófico o artístico”. (Manuel Gayol
Fernández)
- “Es una composición de prosa; su naturaleza es muy interpretativa pero muy
flexible en cuanto a métodos y estilos; sus temas, variadísimo, los trata el
autor desde un punto de vista personal; la extensión, aunque varía, permite
por lo común que el escritor se lea de una vez; revele, en fin, las modalidades
subjetivas del escritor”. (Medarmo Vitier).
- “El ensayo ha venido a ser conjuntamente con la novela, el poema, la
filosofía, la historia, todo en un mismo y vasto plan de intenciones estéticas.
Es una verdadera suma de conocimientos y el campo más apropiado para la
exhibición erudita, para las incursiones de la imaginación creadora, para las
arrogancias de estilo, para todas las exquisiteces de la sensibilidad, para
todos los atisbos de la inteligencia”. (Rafael Maya).

CARACTERÍSTICA FUNDAMENTALES QUE DEBE PRESENTAR EL ENSAYO.

De lo dicho se desprende que el ensayo es un género literario con características


especiales que, sin ser alguna de ellas exclusivamente suyas, al combinarse forman
un todo consistente, armónico y adecuado al fin propuesto.

Entre esas características citaremos las siguientes: subjetividad o punto de vista


personal, originalidad, profundidad y precisión, diversidad de temas, composición en
prosa y brevedad.

SUBJETIVIDAD.

El ensayo, a diferencia de lo que sucede en la didáctica, por ejemplo, el autor


pone un juego su particular y personal modo de pensar y sentir. Y esto,
precisamente, es lo que interesa al lector. Cuando estamos frente a un texto de
botánica, física, química, etc., no podemos aspirar que el autor nos demuestre o
enseñe algo distinto de lo demostrado o enseñado por otros autores, en cuanto al
fondo del asunto se refiere, pues tratándose de verdades existenciales en el mundo
de lo objetivo, lo único que podemos aspirar es a la novedad de los intentos o
descubrimientos científicos de última hora y al modo diferente como cada autor hace
sus demostraciones o enseñanzas. En el ensayo no se trata de una exposición fría y
escueta del asunto, en la que la opinión del autor no influye para nada; no, por lo
contrario, lo que interesa es la propia valoración que el ensayista hace del mismo,
aunque se trate de cuestiones sumamente trajinadas y conocidas por todos, lo cual
hace el ensayo original. Y mientras más habrá de interesar a los que lo lean. En esto
consiste el personal punto de vista del ensayista: subjetividad que, junto con la
originalidad, constituye la nota característica más resaltante y propia del ensayo.
ORIGINALIDAD.

Consiste esta condición característica del ensayo en forma o modo peculiar como
el escritor de este género cumple su trabajo. El ensayista no se propone enseñar,
específicamente, por lo que su interés rebasa lo exclusivamente objetivo. Se trata de
algo más que, relacionándose con los conocimientos suficientes que sobre la
materia posee el lector, lo transporta en suave y profunda meditación al terreno de
sus propias soluciones.

Por lo general se trabaja con material suficientemente conocido y trajinado; vale


decir que hay que “vaciar en odre nuevo el vino viejo” pero nutriéndolo de nuevas
sustancias que aviven la inteligencia del lector. Si la exposición no mueve al lector a
nuevas y provechosas reflexiones; si no amplia y derrumba por derroteros nuevos
las concepciones habituales, nada se habrá logrado, y el trabajo será de todo,
menos el ensayo.

El autor debe imponerse por lo individual de su apreciación, por la subjetividad de


su comportamiento frente a esa alquimia de “la difícil facilidad” con que habrá que
conjugar lo concreto y sistemático con lo artístico de la creación, en una sugestiva
sensación de obra inconclusa para que el lector lo asimile e interprete.

En la originalidad estampa el ensayista su personal punto de vista. Al lector hay


que comunicarle nuevos hábitos, y para ello hay que bucear en el fondo del espíritu,
removiendo ideas, planteando situaciones nuevas, aflorando inquietudes. En lo
subjetivo del ensayo reside el campo abierto para la libre empresa literaria, para abrir
el surco donde la semilla de la inquietud intelectual y espiritual habrá de germinar en
óptimos frutos.

PROFUNDIDAD Y PRECISIÓN.

Si bien el ensayo no agota la materia que ocupa, explorando y recorriendo


ensayos tópicos distintos, esto no quiere decir que ha de hacerlo de una manera
suplemente superficial y descuidada. Por el contrario, si el ensayista se recrea en la
exaltación del elemento poético abandonado la parte de selectiva especialidad, ello
no autoriza a pensar que no ha de hacerlo con profundo conocimiento del asunto
que se contrae y sin una sugestiva precisión que nos deleite.

Por otra parte, el ensayo dado su naturaleza intrínseca, debe de ir acompañado


de amenidad, pero esta no pueda ser vacua, frívola y sin fundamentos. Con
elegancia y suave discreción, el autor ha de ir atacando acuciosamente sus temas
con profundidad, precisión y seriedad, para arribar al planteamiento de problemas
interesantes, con suficiente aporte de su propia cosecha individual. Es la novedad de
su personal apreciación de lo que interesa y mientras más agudo y profundo sea su
particular punto de vista, más eficaz habrá de ser la obra, presentada desde luego,
con su singular aspecto de disimulada despreocupación. En lo de exponer ideas
densas con suave atractivo de ligereza y distracción, está precisamente lo gracia de
la mayor efectividad del ensayista, al hacernos pasar con él momentos de efectivos
provecho; al invitarnos a que estemos en su compañía, no solo para recrearnos, sino
junto con esto, para aprovechar lo meduloso y sustancial de sus personales punto
de vista.

DIVERSIDAD DE TEMAS.

El campo de acción del ensayo es extenso en cuanto a la cantidad o variedad de


temas que pueden ser objetos de la apreciación y estudios por parte del ensayista,
puede decirse que no hay tema o asunto que pueda ser tratado por el escritor de
este género. Lo único que hay que destacar aquí es que el autor pone en juego toda
su habilidad creadora para apartarse de lo común y corriente; pues la mayoría de las
veces, tratándose de tópicos y conocidos por el lector, lo importante es exponer lo
que individualmente a aquel interesa, resaltando como nota característica del
género, la oportunidad que el ensayo da al que suscribe, de manifestar sus propios
conocimientos y punto de vista sin incurrir en lugares comunes. De este modo
vemos como insigne ensayista hacen de cualquier tema o asunto, aun del más trivial
o insignificante, motivo de interesantes elucubraciones que comunican gracia,
esplendor y belleza.

COMPOSICIÓN EN PROSA; LENGUAJE Y ESTILO.

El ensayo utiliza la prosa como forma literaria de expresión, y dentro de ella,


como clase típicamente suya, la exposición. La prosa en el ensayo no debe de ser,
precisamente, la expresión fría y escueta de lo subjetivo, ciñéndose exclusivamente
al cumplimiento de estrictas normas gramaticales, sino por el contrario, una evidente
manifestación artística de la palabra, esto es la prosa debe ser literaria, para que sea
capaz de deleitarnos.

La exposición en el ensayo debe de ser subjetiva, o lo que es lo mismo, ha de


destacarse el marcado acento personal del escritor. En la exposición, el autor
manifiesta sus ideas directamente al lector; pero esto no quiere decir que no pueda
utilizarse otra forma como la dialogada y la epistolar, reservándose a estas, de todos
modos, un lugar muy secundario. El lenguaje en la exposición literaria (en este caso
aplicada al ensayo), ha de reunir una serie de cualidades propias del buen hablar
tales como claridad, propiedad, precisión, concisión, brevedad, armonía y elegancia;
todo lo cual sirve al mismo tiempo para orientarnos acerca de la clase de estilo que,
por lo demás, no se ha determinado con toda precisión.

BREVEDAD.

La extensión del ensayo no tiene un límite característico propiamente dicho pues


los hay de cierta magnitud, dada la índole del asunto tratado y del estilo del autor.
Más, si se toma en cuenta la naturaleza del género y la necesidad de abreviar y
condensar el pensamiento en síntesis agradable o placentera, se ha de afirmar que
predomina el ensayo breve. En la brevedad se pone aún en evidencia el ingenio y
acuciosidad del escritor, pues sabido es de sobra que sintetizar es una de las
labores intelectuales más delicadas y difíciles que hay lo cual está ampliamente
ilustrado con la célebre postdata que pascal escribió al terminar la carta de “veinte
pliegos”, dirigida a un amigo suyo, y que decía: “espero que perdones por escribirte
una carta tan larga; para una más breve el tiempo no me alcanza”.

ASUNTO, FINES Y UTILIDAD DEL ENSAYO.

ASUNTOS.

El campo de acción del ensayo es extenso en cuanto a la cantidad y variedad de


temas y asuntos que pueden ser objetivos de la apreciación y estudio profundo por
parte del ensayista. Efectivamente dentro del ámbito propio de este género cae todo
cuanto inspire la capacidad por lo denominación que corresponde al ensayo según
su contenido, de filosófico, histórico, estético, literario, critico, sociológico, político,
biográfico, religioso, artístico, científico, etc... sin embargo, no todos estos temas y
sus diferencias asuntos se prestan para un apropiado estudio ensayístico, pues por
ejemplo, los relacionados con la ciencia exacta y ciencias aplicadas no son muy
actos para las especulaciones literarias.

En síntesis, podemos decir que todo cuando forma parte de la vida del hombre,
en cuanto de espiritual o subjetivo tiene para este, habrá de ser aprovechado por el
artista de la palabra, que se adentra por los caminos del estudio meduloso,
reposado, ameno y entretenedor

FINES.

En cuanto a los fines del ensayo basta con apuntar que ellos no son propiamente
didácticos, pues se apartan del rigorismo de la verdad escueta fría. Se trata más
bien de difundir cultura de un modo atractivo, ameno, elegante y provechoso. Lo cual
supone desde luego una apropiada preparación del lector para poder aprovechar la
curiosidad e inquietud que el ensayo debe despertar en el público, ávido de mejorar
su forma recreándose.

UTILIDAD.
De lo dicho se desprende, pues, la enorme utilidad que el ensayo presenta a la
viva curiosidad humana, despejándole horizontes y poniéndola en el camino de
contribuir eficazmente a la mejor solución de los problemas culturales que inquietan
al hombre, dentro de la órbita de sus cotidianas ocupaciones por mejorar más y más.
Ello mismo hace que los estudiosos de la arte y la ciencia intercambien esfuerzos en
un apretado haz de cooperación para el logro de sus justas aspiraciones: el
siquiatra que habla de la personalidad de un héroe; el abogado que interpreta
un fenómeno económico o político; el pintor, el músico, el poeta que se
interesan por una moda o una costumbre, etc., son evidentes manifestaciones
de la aspiración cultural de un pueblo que rompe con las tradicionales barreras
de la especialización que enquista, de la limitación que mata. El ensayo es útil
porque orienta, prepara y forma con gracia, amenidad y elevación de espíritu.

CLASES DE ENSAYOS.

- Filosófico o reflexivo: Desarrolla temas encaminados a explicar la


naturaleza, relaciones, causas y finalidad del mundo físico.
- De crítica: Enjuicia hechos e ideas, ya sean históricos, artísticos, sociológicos
y cuya modalidad más conocida es el ensayo de crítica literaria.
- Descriptivo: Desarrolla temas científicos y sobre los fenómenos de la
naturaleza.
- Poético: Se basa en cualquier asunto que se transforme en objetivo artístico;
recurre a la fantasía y a la imaginación.
- Personal y familiar: nos revela el carácter y la personalidad del autor.

PARTES DE UN ENSAYO

Con el ensayo ocurre lo mismo que con otros géneros literarios, en los cuales el
sostenimiento a un orden esquemático riguroso no es la esencial ni lo indispensable
para el logro del fin que la obra se propone. Sin embargo, como el orden y método
en el trabajo son aliados útiles, no es desdeñable el articular un sistema que permita
un desarrollo conveniente, cómodo y satisfactorio tanto para el escritor como para el
lector. De ahí que se establezca cierto orden de la exposición de las ideas, que al
mismo tiempo deje libertad para que el ensayista actué, con propiedad soltura y tino.
Este orden constituye algo así como la estructura interna del ensayo y comprende
tres pasos o etapas, a saber: introducción, exposición y conclusión.

- INTRODUCCIÓN. En la introducción el ensayista pone al lector en cuenta


del tema y del asunto propiamente dicho, objeto de su estudio; la situación
actual donde se encuentra los puntos o puntos investigados; la orientación
y finalidades específicas de un trabajo; los aportes dados a otros ensayistas
sobre el particular; la importancia del asunto tratado, en fin, todo en cuanto
permita ilustrar al lector y disponer su ánimo para una interpretación cabal
de cuanto interesa analizar y difundir.
- EXPOSICIÓN. Una vez presentado el tema, entra de lleno el expositor a
tratar el asunto con todo cuidado, analizando, comparando, escudriñando,
criticando, relacionando sus apreciaciones con otras valiosas en el espacio
y en el tiempo, sentando las bases apropiadas para construir su propio
edificio: sus personales y subjetivos puntos de vista. La exposición es,
pues, la parte modulosa del ensayo porque esta pone en manifiesto el autor
todo el acervo de conocimientos que sobre el particular posee, llevándonos
de la mano por los más intricados rincones del pensamiento humano, así
como por su poder avasallador para contagiarnos con su original modo de
pensar, avivando por el calor de su vehemencia.
- CONCLUSIÓN. Finalmente, recorriendo el camino de la exposición, llega el
lector a la enunciación de sus propias y particulares conclusiones, siempre
con una particularísima proyección de entusiasmo para que el lector haga,
a la vez, sus personales apreciaciones, en un deseo de prolongar y difundir
la cultura en forma noble, eficaz y amena.
¿COMO SE CITA LAS IDEAS, ARGUMENTOS O TEXTOS DE UN AUTOR
QUE SOPORTA O APOYA NUESTRA POSICIÓN EN UNA
INVESTIGACIÓN?

Según el manual de trabajos de grado de especialización y maestrías y tesis


doctorales reimpresión (2011) refiere que citar es:

Es dar crédito de la autoría de las ideas y hallazgos que pertenecen a otros. La


cita de trabajos previos y relacionados con el propio contribuye a clarificar lo
original y novedoso del aporte personal, al tiempo que lo ubica en la secuencia de
una línea de investigación.

Se cita para presentar ideas, resultados y datos que refuercen los argumentos
propios, relacionar estudios y desarrollos previos al trabajo que se proyecta a
realizar o que se ha realizado, dar ejemplos de otros puntos de vista, profundizar o
ampliar el alcance de lo expuesto, aportar un marco explicativo o significativo
conceptual a las ideas propias, y ofrecer al lector la información necesaria para
que pueda localizar las fuentes consultadas.

Citas textuales

Todo investigador deberá documentar las opiniones de otros autores


mencionados en su trabajo, haciendo referencia a la fuente original. Cualquier cita
de 40 palabras o menos debe entrecomillarse. Se reemplazan por puntos
suspensivos (...) las palabras o frases omitidas.

La cita textual, se compondrá del apellido del autor, año de la publicación y


página/s de donde se tomó la cita. El formato de la cita bibliográfica variará según
dónde se coloque el énfasis.

Énfasis de la cita puesto en el texto: El formato de la cita incluirá el texto y al


final, entre paréntesis, el apellido del autor, al año de la publicación y la página.

Ejemplo:
“Las dos directrices constitucionales que integran el patrimonio cultural son
su conservación y difusión, misiones esenciales de los memorizadores
sociales, como denominó Le Goof a los archiveros y bibliotecarios” (Ramos
Simón, 2003, p. 27)

Y en lista de referencias:

Ramos Simón, L. F. (Coord.). (2003). Impacto de las publicaciones periódicas


en las unidades de información. Madrid: Complutense.

Énfasis de la cita puesto en el autor: El formato de la cita incluirá el apellido del


autor, entre paréntesis el año, el contenido del texto y entre paréntesis la página
de la cual fue tomado.

Ejemplo:

Ramos Simón (2003) afirma: “Las bases de datos se configuran como las
herramientas más adecuadas y adaptables para la recuperación de información y
de conocimiento” (p. 69)

Las citas de más de 40 palabras deben estar separadas del texto comenzando
en línea aparte, con una sangría de 5 espacios desde el margen izquierdo y sin
comillas, se disminuirá el interlineado.

Ejemplo:

Keynes (1994) afirma

El antiguo Egipto era doblemente afortunado, y, sin duda, debió a esto su


fabulosa riqueza, porque poseía dos actividades: la de construir pirámides
y la de buscar metales preciosos cuyos frutos desde el momento que no
podían ser útiles para las necesidades humanas, consumiéndose, no
perdían utilidad por ser abundantes. La edad media construyó catedrales
y cantó endechas. Dos pirámides, dos misas de réquiem, son dos veces
mejores que una; pero no sucede lo mismo con dos ferrocarriles de
Londres a York. (p. 122)
Y en la lista de referencias:

Keynes, J. M. (1994). Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero.


Madrid: Planeta.

Enfasis de la cita puesto en el año de publicación: se colocará en primer lugar


el año, luego el apellido del autor y la página.

Ejemplo:

En 1961, Goffman escribe “Tengo la opinión de que cualquier grupo de personas,


ya sean hombres primitivos, pilotos o pacientes, crean una vida propia que llega a
resultar significativa, razonable y normal una vez que uno se encuentra próximo a
ella...” (Goffman, p.7)

Cita parafraseada

Se denomina cita parafraseada o contextual, cuando se toma la idea de un texto, o


se resume, sin utilizar las palabras textuales del autor. En ese caso sólo se coloca
el año entre paréntesis.

Ejemplo:

Ramos Simón (2003) sostiene que uno de los cambios generados por las TIC
afecta directamente al tiempo, el cual deja de estar cimentado simplemente en el
decurso de los días...

Y en la lista de referencias:

Ramos Simón, L. F. (Coord.). (2003). Impacto de las publicaciones periódicas en


las unidades de información. Madrid: Complutense.
REFERENCIAS

Arias, F. (2006) El proyecto de Investigación (5a ed). Caracas: Episteme.

Enciclopedia Salvat Diccionario, Tomo II, Varios, 1980. Ed. Salvat, España.

Kreimerman, N. (1996). Métodos de investigación para tesis y trabajos


semestrales (3a ed.). México, D. F.: Trillas.

Universidad Yacambú (2007). Normas para la elaboración y presentación de


trabajos especiales de grado, trabajo de grado y tesis doctorales de la
UNY. 1ª Versión. Barquisimeto, Estado Lara: Autor.

Universidad Pedagógica Experimental Libertador. (2003). Manual de trabajos


de grado de especialización y maestría y tesis doctorales. (3a ed).
Caracas: FEDUPEL.

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