Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Objetividad emocional
Los seres humanos necesitamos muy poco para estar bien.
La ciencia se basa en la comparación. Cualquier conocimiento parte del ejercicio básico
de comparar. Los seres humanos sabemos y conocemos a través de comparar unas
cosas con otras.
¡Si queremos saber, tenemos que comparar!
Pero para hacerlo bien hay que comparar con todo sin esconder nada: la muerte, las
enfermedades, las carencias básicas…
Nos volvemos neuróticos cuando nos centramos en nosotros mismos como niños
pequeños que se creen el centro del universo.
¡Y lo cierto es que no somos el centro de nada!
Aprender a evaluar lo que nos sucede con realismo y objetividad nos hace más fuertes
y tranquilos.
Par saber si algo es “un poco malo” o “muy malo” es preguntarse: “¿En qué medida
eso me impide hacer cosas valiosas en mi vida?”.
Creencias irracionales
1. Debo hacer las cosas bien.
2. La gente me debe tratar bien.
3. Las cosas me deben ser favorables.
Son creencias irracionales porque se trata de exigencias infantiles, “debería”.
Cuando no se cumplen estas exigencias infantiles, nuestra mente neurótica considera
como “terrible” y genera pensamientos de tipo:
1. Es terrible que no haya hecho las cosas bien.
2. No puedo soportar que la gente no me trate adecuadamente.
3. ¡la vida es un asco! ¡qué desgracia que me haya sucedido esto!
Nadie necesita ninguna de las cosas de esa lista: ni pareja, ni seguridad laboral,
ni salud. Se trata de preferencias y objetivos legítimos, pero jamás condiciones
indispensables para la felicidad.
Creencias racionales
1. Me gustaría hacerlo todo bien, pero no lo necesito para disfrutar del dia.
2. Seria genial que todo el mundo me tratase bien, pero puedo pasar sin ello.
3. ¡Cómo me gustaría que las cosas me fusen favorables! Pero no siempre va a ser
así y lo acepto. Aun así, todavía puedo ser feliz.