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Piensa bien y te sentiras mejor

Detrás de cada emoción negativa exagerada – siempre – existe un pensamiento


catastrofista:
1. Las emociones sólo son posibles a partir de determinados pensamientos.
2. Clave para el cambio, aprender a pensar de forma eficaz.
3. No tomarse todo a la tremenda y anticipar desgracias.
4. Las creencias irracionales son falsas,
Inútiles y nos hacen sufrir.

Eres una máquina de evaluar


Esta evaluación es crucial para nuestra salud mental. De la calidad de esta evaluación
depende nuestra fuerza o nuestra vulnerabilidad.
¡La terribilitis es la madre de todos los trastornos emocionales!
Cuando nos habituamos a evaluar de una forma más exacta, realista y positiva,
nuestras emociones se vuelven mucho más serenas.
Las emociones que sentimos son siempre producto de nuestros pensamientos o
evaluaciones.

Objetividad emocional
Los seres humanos necesitamos muy poco para estar bien.
La ciencia se basa en la comparación. Cualquier conocimiento parte del ejercicio básico
de comparar. Los seres humanos sabemos y conocemos a través de comparar unas
cosas con otras.
¡Si queremos saber, tenemos que comparar!
Pero para hacerlo bien hay que comparar con todo sin esconder nada: la muerte, las
enfermedades, las carencias básicas…
Nos volvemos neuróticos cuando nos centramos en nosotros mismos como niños
pequeños que se creen el centro del universo.
¡Y lo cierto es que no somos el centro de nada!
Aprender a evaluar lo que nos sucede con realismo y objetividad nos hace más fuertes
y tranquilos.
Par saber si algo es “un poco malo” o “muy malo” es preguntarse: “¿En qué medida
eso me impide hacer cosas valiosas en mi vida?”.
Creencias irracionales
1. Debo hacer las cosas bien.
2. La gente me debe tratar bien.
3. Las cosas me deben ser favorables.
Son creencias irracionales porque se trata de exigencias infantiles, “debería”.
Cuando no se cumplen estas exigencias infantiles, nuestra mente neurótica considera
como “terrible” y genera pensamientos de tipo:
1. Es terrible que no haya hecho las cosas bien.
2. No puedo soportar que la gente no me trate adecuadamente.
3. ¡la vida es un asco! ¡qué desgracia que me haya sucedido esto!

Ideas equivocadas que producen malestar


1. necesito tener a mi lado a alguien que me ame; de lo contrario, ¡qué vida más
triste!
2. Tengo que ser alguien en la vida, aprovechar bien mis cualidades y virtudes.
De lo contrario, me sentiría fracasado.
3. No puedo tolerar me menosprecie en público. Debo saber responder y
defender mi imagen.
4. Debo tener un piso en propiedad. De lo contario, soy un maldito fracasado
muerto de hambre.
5. Tener buena salud es fundamental para ser feliz. Y lo más deseable es vivir
mucho tiempo; cuanto más, mejor.
6. Tengo que ayudar a mis familiares: padres, abuelos, hijos…
Mi ayuda es fundamental para su felicidad.
7. Si mi pareja me pone los cuernos, no puedo continuar con esa relación. La
infidelidad es una cosa terrible que te destroza por dentro.
8. Tengo que tener una vida emocionante. De lo contrario, mi vida es un
aburrimiento y, de alguna forma, un desperdicio.
9. Más siempre es mejor. El progreso siempre es bueno y consiste en tener más
cosas, más oportunidades, más inteligencia…; esto es obvio en el caso como
paz y alegría.
10. La soledad es muy mala. Los seres humanos necesitan tener a alguien cerca
porque si no, son unos desgraciados.

Nadie necesita ninguna de las cosas de esa lista: ni pareja, ni seguridad laboral,
ni salud. Se trata de preferencias y objetivos legítimos, pero jamás condiciones
indispensables para la felicidad.
Creencias racionales
1. Me gustaría hacerlo todo bien, pero no lo necesito para disfrutar del dia.
2. Seria genial que todo el mundo me tratase bien, pero puedo pasar sin ello.
3. ¡Cómo me gustaría que las cosas me fusen favorables! Pero no siempre va a ser
así y lo acepto. Aun así, todavía puedo ser feliz.

Una persona madura es aquella que no exige, sino que prefiere.

Cuando somos vulnerables a nivel emocional, estamos llenos de exigencias. Cuando no


se cumplen, nos enfadamos, nos deprimimos o nos llenamos de ansiedad. Le echamos
la culpa a los demás o al mundo o peor a nosotros mismos.

La “terribilitis” también se podría denominarse “necesititis”. La tendencia a creer que


“necesito, necesito y necesito para ser feliz”. El hombre maduro es aquel que sabe que
no necesita casi nada para ser feliz.

Línea entre el deseo y la necesidad


Un deseo es algo que “me gustaría” ver cumplido pero que “no necesito”. En cambio,
una necesidad es algo sin lo cual realmente no puedo funcionar.
Lo mires por donde lo mires – es que las necesidades del ser humano son la bebida,
la comida y la protección frente a las inclemencias del tiempo.
Los deseos causan placer. Las necesidades inventadas producen inseguridad,
insatisfacción, ansiedad y depresión.
Las personas nacemos con la tendencia a convertir los deseos en necesidades.
Si los deseos no se cumplen, no pasa nada no lo necesitamos para sentirnos plenos.

Las personas maduras


La persona madura sabe que la única forma de disfrutar de los bienes de la vida es
estar dispuesto a perderlos. Sólo podemos disfrutar de lo que podemos prescindir.

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