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Case of study:

“(…) society and the environment have been refashioned by state maps of legibility” (Scott p. 3).

This affected not only the external shape but also society has refashioned its way of
thinking. For that reason, the Chilean state, in its attempts to moralize its population during the
twentieth century it was necessary to make the “youth legible”. This attempt to moralize also was
understood by Scott as a "civilizing mission” of the state. According to this approach, “the modern
nation-state do not merely describe, observe, and map; they strive to shape a people and landscape
that will fit their techniques of observation” (Scott p. 82). This point of view reinforces that the state
is making legible its population in order to achieve its goals. During this process the state not just
“observe” its population but determine the “tune to which most of the population must dance”
(Scott p. 83)

Durante el siglo veinte en Chile, la preocupación política era modernizar el país y alcanzar
un ideal de progreso. Para esto las naciones desarrolladas como Francia, Alemania y Suiza era
siempre referente obligado. Esta preocupación política, permeó también en los estudios académicos
de profesores y psiquiatras. Ambos grupos de especialistas intentaron observar a la juventud para
clasificar sus problemas y así lograr una mejor intervención en ellos.
Lo que planteamos en este artículo son dos puntos. Primero, en las fuentes que mostraremos
se observan los discursos científicos supeditados a los fines del Estado para hacer “legible” a la
población, en particular en este caso a los jóvenes. Segundo, que en ese mismo contexto los
técnicos definieron cuál era la perversidad que se debía evitar en los jóvenes.

En 1930, en una Asamblea de profesor de secundaria de Chile, un profesor se refiere a la


necesidad de hacer “legible” a la juventud.

“(…) conservamos una imagen tan poco fiel del verdadero ritmo de la vida interior de la
adolescencia, que aún los mejores psicólogos sienten que los años de la evolución juvenil son para
ellos un verdadero enigma.”1

El problema sobre la ilegibilidad es aún más grave cuando el diagnóstico sobre la juventud
sentencia su falta de moralidad. En la misma Asamblea, otro profesor se refería sobre esta situación:

“La vida actual, como ayer lo hacía ver la señora Directora del Liceo N° 1 de Santiago, presenta
anomalías muy curiosas en lo que se refiere a la educación, temperamento y moralidad de la
juventud. Hay una especie de crisis moral en los hogares: las muchachas, los adolescentes, no
escuchan hoy el consejo de sus padres o de sus mayores como los escuchaban en otros tiempos; y
entonces los padres de familia vuelven sus ojos hacia nosotros y ponen sus esperanzas en el colegio.
(…) pero he oído a muchos sacerdotes quejarse del poco caso que la juventud hace hoy día de los
preceptores de la religión. Ya no tienen la palabra religiosa, en el corazón de los jóvenes, el eco que
tuviera [antes] (…)”2

Unas década más tarde en un discurso de despedida, el profesor del curso, Patricio Alywyn que
además, entre los años 1989 y 1994 fue Presidente de Chile, se lamentaba frente a sus estudiantes
por la superficialidad de ellos y la irracionalidad con la que guiaban sus acciones.

1
La Renovación Pedagógica y el Liceo. Discursos, Relaciones y Acuerdos de la asamblea de Directoras y
Rectores de establecimientos de Educación Secundaria. Agosto – septiembre 1930. -República de Chile.
Dirección General de Educación Secundaria. Santiago, Chile, 1930 (p. 356)
2
Misma cita anterior. (p.253 y 253)
“Yo no puedo ocultaros cierta dosis de decepción que me embarga respecto de muchos de vosotros.
Al platearos materias propias de mi ramo, me ha parecido ver un desinterés, una despreocupación
lamentable respecto a cosas importantes de nuestro Chile: su geografía, su historia, sus problemas.
Me ha parecido –ojalá me equivoque- que vuestras inquietudes vuelan demasiado bajo, al nivel de
las apetencias materiales, del afán de bienestar y goce. De ser ello cierto, significaría un prematuro
envejecimiento del cual habéis de corregiros si queréis salvar vuestra generación para la historia.
(…) No olvidéis: “la libertad es la aptitud de decidir nuestros actos conforme a los dictados de la
recta razón”. Y en esto consiste el señorío del hombre sobre sí mismo, que es su signo distintivo y
superior: la capacidad de conformar sus actos a los dictados racionales de su inteligencia y no sólo a
las fuerzas inferiores de sus instintos o sus pasiones3

Otro profesor del mismo colegio y en el mismo Boletín escribió un artículo sobre “el
problema de la adolescencia”. En él explica los problemas de la adolescencia se deben a la pérdida
de autoridad de los padres, a los matrimonios excesivamente jóvenes, a la alarmante cifra de
divorcios y a los problemas económicos. Por esto el profesor explica que los jóvenes que provenían
de este tipo de hogares, “ reunidos en grupos rinden pleitesía al más osado y menos escrupulosos lo
que hace esforzarse más a cada uno por cultivar malos hábitos y convertirse en pandillero.”4

En este contexto se sitúa la investigación del Psiquiatra XXX, publicada con el título “La
Neurosis en el estudiante”. El psiquiatra avala los diagnósticos de los profesores que hemos
revisado y amparado en su investigación científica explica:

“En el caso de esta investigación se resolvió que los neuróticos se encontraron las siguientes
manifestaciones en la adolescencia: desorientación general, sentimientos de incomprensión,
actitudes contradictorias, incertidumbre por el futuro, planes de vida fantasiosos, problemas en las
relaciones sociales, familiares, sentimentales y sexuales, perturbaciones en la adaptación escolar,
actitudes de antagonismo, rebeldía y crítica exagerada, angustia, depresión, tendencias pasivas o de
rebelión exageradas.”5

Al Año siguiente, el Jefe de la Sección de Salud Mental del Servicio Nacional de Salud
recomendaba: “El higienista mental debe enseñar a maestros, padres y adolescentes la posibilidad
de sublimar el instinto, gastando las energías en objetivos, superiores: arte, preparación para la
profesión, deportes sociales, etc. Se sabe que el baile y el propio “pololeo” son juegos sexuales que
aflojan las tensiones y facilitan la camaradería entre los sexos.”6

El mismo Jefe del departamento gubernamental comentaba que en los colegios donde los
niños duermen “suelen observarse amistades muy íntimas entre dos muchachos o muchachas, que
los otros compañeros atisban y juzgan maliciosamente. Tales amistades no son de naturaleza
homosexual, pero podrían desviarse peligrosamente, si el orientador o el profesor jefe no explican
que se trata de sentimientos sanos y nobles, que es torpe interpretar mal. (…) Se ha dicho que en los

3
.[p. 29] Título: Voces de despedida Autor: Profesor Patricio Aylwin A. [Discurso pronunciado por el
profesor en el almuerzo a los alumnos de 6° año] Boletín del Instituto Nacional, Año XXI, Diciembre de 1956 ,
N° 55
4
(p. 6) Título: El problema de la adolescencia de hoy Autor: Ricardo Furst Neumann (Sexto F.) Boletín del
Instituto Nacional, Año XXVI, 1° Y 2° cuatrimestre de 1961, N° 66 y 67
5
(p. 96) Libro: La Neurosis en el Estudiante, Autor: Doctor Fernando Oyarzún Peña [Sospecho que es
psiquiatra de la U. de Chile], Ediciones de la Universidad de Chile, Año: 1961, Santiago
6
(p. 65) Texto: Introducción a la Higiene Mental Autor: Luis Custodio Muñoz, Jefe de la Sección Salud Mental
del SNS Servicio Nacional de Salud, Santiago, Año: 1962
internados prende fácilmente la homosexualidad. Así parece ocurrir en los asilos e instituciones de
niños vagos, sin familia o con trastornos conductuales, instituciones que no cuentan con edificios
funcionales, ni con maestros, inspectores o personales capacitados para el trabajo educativo. El
Servicio de Salud Pública debe realizar estudios sobre los trastornos emocionales y sexuales a que
exponen las instituciones de internado, y, sobre todo, los destinados a niños abandonados.”7

Como hemos visto en las fuentes aquí presentadas, entre 1930 y 1960 existió en Chile una
preocupación por parte de los expertos ligados al mundo de la educación y la adolescencia por
conocer su objeto de estudio. Ese intento por hacer “legible” la adolescencia, conocer sus problemas
y conflictos, se presentó con la garantía de un discurso “científico” que hablaba desde la verdad. Al
mismo tiempo, fue un discurso que se subordinó y contribuyó a los intereses del Estado. Un interés
que pretendía fundamentalmente, moralizar a su población.

Finalmente, nos gustaría concluir con la pregunta de por qué el estudio del Estado es
importante para la historia. La historia con rigor académico, surgió en el siglo XIX bajo el
mecenazgo del Estado. El principal objetivo de la historia fue consolidar el proyecto político de la
emergencia de los Estados-Nación. De este modo, los historiadores decimonónicos buscaron en el
pasado la legitimidad del nuevo proyecto y utilizaron la historia para crear y fortalecer la identidad
nacional.

Los seguidores de la escuela de los Annales de Francia y del marxismo británico de


Thomson, cambiaron el foco historiográfico y lo dirigieron hacia el pueblo y la cultura. La historia
social y cultural amplió las posibilidades del estudio de la historia, pero dejó una deuda pendiente.
Es importante volver a mirar al Estado y analizarlo ya no para ser un instrumento de sus objetivos,
sino analizar sus intenciones y repercusiones en la vida de las personas. Por eso autores como
Foucult, al estudiar las estructuras del poder permitieron que historiadores como Scott pudiesen
volver a mirar al Estado y preguntarse por sus objetivos y mecanismos de acción. Utilizando sus
aproximaciones teóricas es que resulta pertinente poder leer el pasado y develar cómo el poder
del Estado estaba actuando, observando y finalmente entrando no sólo en la vida sino también en
la conciencia de sus habitantes.

7
SNS (p. 67 y 68)

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