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NOTAS BIBLIOGRAFICAS

Marce[ Reding. EL ArnísMO POLÍTICO (Ed. de la libertad, y de su contrario, la alie­


Europa, Madrid, 1959) nación, y, por otra parte, en la concep­
ción del hombre como ser activo.
Hay que comprender el ateísmo de
Marx, evidentemente, a la luz de su an­
La editorial Europa publicó, en 1959, tropología. Hay que reconocer, también,
el interesante libro de Marcel Reding: que en esa misma antropología Marx pa­
El Ateísmo Político, cuya primera edi­ rece encontrar la justificación filosófica
ción alemana data de 1957. de su ateísmo: la libertad total, a la cual
El autor, nacido en Luxemburgo, cono­ el hombre aspira y que debe forjarse só­
cido por sus obras de filosofía y de teo­ lo por su actividad, se opone, según
logía moral, es en la actualidad profesor Marx, a la idea de un Dios-Creador, res­
de teología moral y de "visión católica pecto del cual el hombre estaría en una
del mundo" ("katholische Weltanschau­ dependencia completa. El autor insiste,
ung") en la Universidad Libre de Berlín con razón, que tal concepción de la crea­
(occidental) , en la cátedra que ocupaba, ción como de Dios es errónea, y corres­
antes de la guerra, Romano Guardini. ponde más bien a las nociones primitivas
La tesis defendida por el autor está in­ que Marx, como autor de sus contemporá­
dicada en el mismo título: el Ateísmo Po· neos (de los nuestros) , tenía de la reli­
lítico. Se trata esencialmente del ateísmo gión. Por lo tanto dicho argumento, pseu­
marxista, que es juzgado más bien como do-filosófico, para el ateísmo no vale.
de índole política antes que filosófica. Es­ Pero hay más. Se puede decir que es­
ta tesis ha sido aceptada por unos (aca­ ta justificación filosófica del ateísmo vie­
ba de aparecer también una traducción ne "a posteriori"; las verdaderas raíces del
francesa de la obra) , rechazada con vehe­ ateísmo marxista son otras. Como su
mencia por otros, tanto católicos como maestro Feuerbach, Marx considera la re­
marxistas. Muchos católicos piensan que ligión como una ilusión, producto del an­
se trata de una interpretación demasiado helo humano hacia la perfección. Pero
"simpática" del pensamiento de Marx, en Marx reprocha a su maestro, en ese pun­
tanto que los marxistas,· en general, al to como en otros, su falta de realismo
menos los soviéticos, defienden como prin­ integral.
cipio indiscutible, como dogma de par­ Un análisis más realista del problema
tido, que el marxismo es ateo por esencia, muestra no sólo que la religión es una
y no por razones políticas. ilusión, sino que es principalmente res­
Vale la pena, por ende, ver, al menos ponsable de la imperfección y de la mi­
r,\pidamente, en qué se basa el autor seria humana, por sus falsas promesas
para proponer una teoría tan revoluciona­ de felicidad futura, y por impedir, por
ria respecto del ateísmo marxista. consiguiente, a los hombres realizar su
La obra consta de dos partes. En la pri­ felicidad aquí en la tierra. Además, según
mera el autor analiza las raíces históri­ Marx, la religión es una justificación de
cas del ateísmo político en general, y del las injusticias sociales.
marxista en particular. Con ocasión de La consecuencia de todo eso es que
ello, insiste en que la noción que Marx la religión impide la realización de la
tenía de la religión era muy incompleta. justicia social y de la perfección del hom­
Después nos presenta una síntesis de la bre como ser activo y creador; por lo tan­
antropología de Marx, basada en la idea to, hay que combatirla de la manera más

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Revista de Filosofía / Notas bibliográficas

radical, por compasión hacia las masas de Marx y de Engels, y es hoy día más
miserables de los proletarios. En esto con­ y más reconocida por los teóricos del
siste el ateísmo político. marxismo.
Pero el autor no se limita a mostrar Sobre la base de estas consideraciones
que tal era el pensamiento de Karl Marx. el autor desarrolla finalmente su tesis
Una de las partes más interesantes del li­ más audaz: si, por una parte, el marxis­
bro muestra que en ese punto, como en mo (¡el filosófico, no el político!) admi­
muchos otros, Marx no es original: es te la posibilidad de una ideología inde­
Spinoza quien le inspiró aquí. Esta afir­ pendiente de la infraestructura, y si, por
mación, el autor la prueba no sólo por otra, alcanzamos a mostrar que la reli­
la similitud de las ideas, sino por el he­ gión tiene fundamentos antropológicos y
cho que en su juventud Marx estudió es­ metafísicos ignorados por Marx, ¿por qué,
pecialmente el pensamiento de Spinoza, y entonces, no sería posible una concilia­
anotó en sus cuadernos largos extractos ción entre el marxismo y el teísmo? La
de su tratado Teológico-político. Pare­ religión podría ser uno de los aspectos
ce claro, por consiguiente, que las raíces de la ideología, independientes en su
más profundas del ateísmo marxista se esencia de la infraestructura.
encuentran en esta influencia de Spinoza. Como ya dijimos esta interpretación
parece chocante a muchos no-marxistas
A esta primera sección más bien histó­
como a los marxistas. Pero hay que in­
rica, el autor añade, con toda razón, una
sistir, desde luego, en que las discusio­
segunda parte de análisis y discusión fi­
nes filosóficas se plantean -eomo pare­
losóficas. La religión forma parte, según
ce lógico, al menos para una lógica "in­
la doctrina marxista, de la ··superestructu­
dependiente"...- en el terreno filosófi­
ra ideológica". Antes de discutir el pro­
co, y no en cualquier otro, como p. ej. el
blema de la religión, el autor expone, por
político, ni para unos ni para otros. Limi­
tanto, primero el de la ideología, y en
tándose estrictamente a este terreno, el
especial la cuestión muy difícil de la re­
gran intérprete católico de Marx, J. Y.
lación entre infraestructura y superes­
Calvez, no admite la tesis de Reding. Si
tructura. Diversos textos del mismo Marx,
bien Calvez no ha alcanzado a mostrar
pero sobre todo de Engels y hasta de
que el ateísmo es esencial al marxismo
Stalin, indican que no existe, como se
(de Marx) . Los marxistas comunistas re­
piensa generalmente, una total depen­
chazan, asimismo, categóricamente esta te­
dencia de la ideología respecto de la in­
sis; pero se justifica dudar, en este caso,
fraestructura. Si el marxismo pretende ser
que lo hagan por razones puramente fi­
una explicación total de la realidad -Y,
losóficas.
por lo tanto, una filosofía, aunque a re­
De ser probada la concepción de Re­
gañadienteS-, es imprescindible admitir
ding -tanto en la parte histórica como
que ciertos elementos, o ciertas verdades
en la filosófica-, las consecuencias ideo­
son independientes de los cambios per­
lógicas y políticas serían evidentemente
manentes de la infraestructura; Engels
enormes. Pero ello no es una razón pa­
mismo lo reconoce explícita o implícita­
ra rechazarla. Se puede pensar, por otra
mente. Otro aspecto de esa ideología "in­ parte, que Reding no demostró totalmen­
dependiente" y, por consiguiente, "eter­ te que el ateísmo en Marx es esencial­
na" -fuera de los principios básicos del mente político; sólo un estudio más de­
materialismo dialéctico e histórico-, pue­ tenido de los escritos de juventud, como
de ser una cierta moral. Esta moral está de la evolución filosófica del joven Marx
ya parcialmente incluida en los escritos podría dar un carácter irrefutable a es-

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Notas bibliográficas / Revista de Filosofía

ta tesis. Con todo, el autor logró mostrar, mente la literatura bergsoniana con un
sin lugar a dudas, que dicha tesis es muy pequeño, pero precioso libro sobre su
probable y digna de ·ser discutida entre maestro y amigo, que lleva el título: La
filósofos. En el aspecto propiamente filo­ Vocación de Bergson. Filósofo él mismo,
sófico, en lo que concierne a la interpre­ escritor (la Academia Francesa le ha aco­
tación del materialismo histórico, los ar­ gido recientemente en su seno), antiguo
gumentos del autor parecen muy serios; discípulo y amigo del maestro, uno de los
sin embargo, un estudio más detenido de pocos encargados por el mismo Bergson,
los textos de Marx y de Engels daría to­ en su testamento, de "defender su me­
davía más fuerza a la concepción pro­ moria", Jean Guitton estaba llamado co­
puesta. mo ningún otro a escribir este libro, y a
Como dice el autor al final de su obra, intentar determinar en que consistió la
el anhelo del filósofo debe orientarse ex­ vocación del autor de la Evolución Crea·
clusivamente a la búsqueda de la verdad dora, a través de una evocación de su per­
en su objetividad. Si, además, esta verdad sona.
sirve al acercamiento entre concepciones En eso consiste, en1 realidad, el libro de
aparentemente opuestas y, por lo mismo, Jean Guitton. En su mayor parte es un
a la pacificación de los espíritus y de los libro biográfico; pero el arte del autor
pueblos, existe una razón más para per­ que ha dado pruebas de ser un gran es­
severar en esta serena búsqueda. Para critor, sabe, a través de los hechos bio­
pensadores que se inspiran en principios gráficos, de los encuentros, de las con­
cristianos, esto no constituye sólo un her­ versaciones (inéditas) escrutar el misterio
moso· ideal, sino una estricta obligación. de esta encantadora y desconcertante per­
No cabe duda que la obra de Marce! sonalidad y de su vocación filosófica y
Reding · cumple con esos objetivos. Por espiritual.
eso hay que felicitar al autor de su valio­
Al hilo de una narración amena asis­
sa y audaz tentativa, que está al servicio timos a la adolescencia del filósofo, a sus
de la verdad a la vez que de la paz.
primeros años de enseñanza, de la filoso­
EDUARDO KINNEN fía, en liceos de provincia; apreciamos el
encanto de su personalidad a la vez muy
reservada y de una exquisita amabilidad
Literatura Bergsoniana para penetrar, finalmente, en cuanto es
]ean Guitton. LA VoCATION DE BERGSON posible, al misterio de su vocación "mís­
(N. R. F. 1960, Collection "Vocations"). tica". El interés de los detalles biográfi­
cos, principalmente de los años de ju­
H. Bergson, Ecrits et Paroles / Textes ventud, consiste en mostrarnos la riqueza
rassemblés p. R. -M. Mossé-Bastide. y complejidad de esta personalidad -con­
P. U. F., tome r, 1957; tome n, 1959; to­ dición misma del genio. Por eso, también,
me rn, 1959. la verdadera "vocación" del filósofo se
Bergson et Nous / Actes du Xe Congres manifestó relativamente tarde. Es conoci­
des Sociétés de Philosophie de Langue da su gran disposición para las matemáti­
Fran�aise, París, 17-19 mai, 1959. cas; menos, quizás, esta preciosa reflexión
Numéro Spécial du "Bulletin de la de su antiguo profesor de matemáticas,
Soc. Fran�. de Philos." (Armand Colín,
cuando supo la decisión de su alumno
París, 1959)
de dedicarse a la filosofía: "Esto es un
El conocido filósofo y escritor francés acto de locura. Ud. podía ser un mate­
Jean Guitton ha enriquecido reciente- mático, pero no será más que un filóso-

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Revista de Filosofía / Notas bibliográficas

fo". Esta observación nos muestra cuán Cierto que nadie, ni el propio Bergson,
perfecta era la disposición de Bergson podía prever el desarrollo ni de sus obras
para el pensamiento analítico y positivo, ni de sus opciones personales: la trayecto­
corno también esta otra de sus compañe­ ria que le llevó, del judaísmo y del posi­
ros de la "Ecole Normale" que decían tivismo, hacia el misticismo, y, por éste,
de él, futuro filósofo de la "conciencia", a la simpatía para el catolicismo. Por
de la "duración pura" y del misticismo, eso mismo es intertsantísima la confron­
"que no tenía alma". Por otra parte, hay tación del destino de Bergson con el de
que notar que el joven Bergson poseía ya Loisy, el sacerdote católico que murió
grandes dotes literarios, como lo mues­ fuera de la Iglesia, destinos que, como lo
tran no sólo sus reflexiones sobre el es­ dice el autor con acierto, se oponen
tilo, en sus primeros discursos, sino tam­ "diagonalmente". A este respecto son tam­
bién dos disertaciones literarias de los bién preciosos los juicios que cada uno
aíios de "Ecole 1 orrnale", publicadas al de los dos dio sobre el otro. Es sabido
fin del volumen, por permiso expreso de que Loisy criticó severamente Las Dos
la hija del filósofo (a quien está dedica­ Fuentes de la Moral y de la Religión. A
do el libro) . eso Bergson contestó, serenamente, y con
Pues bien, Bergson supo elegir, entre toda razón, nos parece que Loisy simple­
las ricas dotes de su personalidad (fruto mente no comprendió el fenómeno reli­
de la unión de un músico polaco y judío gioso. Tratándose de un antiguo sacer­
con una inglesa, que iban a dar al mun­ dote católico esto era bastante extraño. El
do un filósofo tan perfectamente fran­ filósofo confesó también esta extrañeza
cés. ..) , y desarrollar a la vez su dispo­ a J. Guitton; pero afiadió, de manera
sición para el análisis científico riguroso significativa, que lo comprendió más tar­
y lo que el autor llama su "vocación mís­ de, cuando conoció mejor la formación
tica". El hecho de que esta última esta­ eclesiástica, dirigida exclusivamente "al
ba siempre presente, al menos de manera cerebro" .. .
latente (la familia de Bergson era pro­ Al fin el autor se pregunta si el desti­
fundamente religiosa, dentro del judaís­ no de Bergson se cumplió. No contesta
mo), lo prueba la razón por la cual el directamente a la pregunta, pero a ma­
joven filósofo rechazó la "carrera" ma­ nera de respuesta, hace unas observacio­
temática: las matemáticas eran demasia­ nes que nos parecen muy acertadas. Dice,
do "fáciles"; o sea, podemos pensar, de­ primero, que, contrariamente al destino
masiado superficiales para un espíritu que del científico (matemático, físico, etc.),
anhelaba lo más profundo del ser. Jean él del filósofo nunca puede ser considera­
Guitton distingue, por eso,;dos vocaciones do como cumplido, desde luego hoy día.
en Bergson: la del rigor científico y la La tarea del filósofo es tan amplia que
de un "llamado" místico, al menos en el alcanza apenas a poner ciertos fundamen­
sentido que anhelaba escrutar el miste­ tos. El nombre de Bergson ¿contará entre
rio profundo de la realidad. Hasta Berg­ los que alcanzaron con esta tarea? Así
son, como nota Guitton con razón, estas pensaba, p. ej., el gran novelista, primo
dos vocaciones estaban siempre separadas. (político) del filósofo y considerado a ve­
Por eso, se puede decir, con el autor, que ces como "bergsoniano": Marce! Proust,
la verdadera vocación del filósofo de Ma­ que dice de él que es "el primer gran me­
teria y Memoria y de las Dos Fuentes era tafísico desde Leibniz, y mayor que éste".
la de unir las dos vocaciones, o los dos Así pensó también la Sorbona, que nun­
"llamados". ca lo admitió como profesor, pero que,

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Notas bibliográficas / Revista de Filosofía

quince años después de su muerte, lo ad­ tomo lro. (1957). Indiquemos rápida­
mitió entre los textos de la "agregación", mente los números que nos parecen los
honor reservado sólo a los "clásicos". Y más sobresalientes de los dos últimos to­
el autor concluye que si se trata de enu­ mos.
merar a los pensadores que supieron rea­ Los textos están numerados, con nume­
lizar, en gran parte, este ideal difícil de ración continua en los tres volúmenes
unir "la potencia de sentir con la de com­ (t. J.: l • 36; t. II.: 37 · 112; t. III.: 113 • 167,
prender, la emoción con la intuición", más un apéndice). Además, la numera­
que, además, alcanzaron a hacer una re­ ción sigue el orden cronológico, lo que
novación tan vasta en el pensamiento, es precioso para situar los textos, dentro
apoyados en la experien.cia científica, y a de la evolución del pensador.
hacerse entender por todos... tenemos la
En el t. u destaquemos los siguientes:
sorpresa que su número no es tan grande.
diversas cartas a su amigo William James
En un tiempo en que la metafísica si­ (37, 40, 47, 58, 62, 67, 70, 74, 77); diver­
gue, a pesar de todo, siendo despreciada; sas reseñas sobre obras de psicología (42,
en que los filósofos confiesan "humilde­ 43, 44, 48, 56, 61, 69, 71, 75, 79); diver­
mente" que no saben en qué consiste la sas cartas, 2 al P. J. de Tonquédec (59,
filosofía o la metafísica; en que filosofar 90) , 1 a Ed. Le Roy (89), 1 a Gilbert
consiste, principalmente, en hacer excursos Maire sobre Sorel (93). Todos estos tex­
literarios sobre problemas de psicología tos, de los cuales algunos son ya famosos,
o de exponer, de manera velada, sus pro­ tienen valor para el conocimiento exacto
pios problemas psicopatológicos, es un del pensamiento del filósofo. Los núme­
acto de coraje tratar de penetrar el mis­ ros 62, 73, 82 reproducen los textos de dis­
terio de' la vocación de un gran meta· cusiones en relación con las definiciones
físico, del que, quizás, fue, en nuestro del Vocabulario filosófico de Lalande, so­
siglo, el último metafísico del hombre y bre los términos "immédiat", "inconnais­
de la sociedad. sable", "intuition" y "liberté", respecti­
vamente. Menos conocidos son los resú­
menes, hechos por el mismo filósofo, de
algunos de sus cmsos, publicados por el
Es bien conocida la colección de textos Annuaire du College de France: 46, "Les
de Bergson, reunidos bajo el título Ecrits théories de la volon té" y "Sur q uelques
et Faroles, por Mme. Mossé-Bastide. Se chapitres des Principies of Psychology d'
trata únicamente de textos (artículos, re­ Herbert Spencer"; 52, "Formation et va­
señas, discursos y cartas) dados a la pu­ leur des idées générales" y sobre "Prínci­
blicación por el maestro mismo, y reuni­ pes de la connaissance de Berkeley"; 66,
dos por su fiel e inteligente admiradora. "Nature de !'esprit et rapport de l'esprit
El interés de dichos textos es múltiple. A a l'action cérébrale" y sobre la "Siris" de
la vez que nos muestran los diversos as­ Berkeley; 95, "Esquisse d'une théorie de
pectos de la actividad del filósofo (en dis­ la connaissance" y "Spiritualité et liber­
cusiones filosóficas, pero también en lo té" (cursos dictados en la Columbia Uni­
pedagógico y hasta en lo político) , re­ versity de New York). Aunque estos resú­
presentan muchas veces un complemento menes sean muy breves, son excelentes
de su pensamiento propiamente filosófico para conocer las concepciones de Bergson
o manifiestan sus ideas respecto a pro­ sobre estos problemas, concepciones des­
blemas de cultura general. arrolladas sólo parcialmente en sus obras.
Suponemos conocido el contenido del El último número (112) reproduce un

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Revista de Filosofía / Notas bibliográficas

texto, también interesantísimo, escrito en 162: "Mes missions", el relato de sus mi­
1915 para la colección "La Science siones diplomáticas ante el presidente
fram;aise" (Larousse), sobre "La Philo­ Wilson, en la Primera Guerra Mundial
sophie", resumen genial y profundo de (aspecto de sus actividades muchas veces
la filosofía francesa a partir de Descartes. olvidado); y, finalmente, una serie de tex­
Otro interés de este texto reside en ser tos que tienen relación con otra actividad
el único publicado por el filósofo "en importante del filósofo, la de primer pre­
colaboración". De hecho, el mismo texto sidente, y, se puede decir, de creador del
fue publicado en 1933, con frases y pá­ C. I. C. I. (Consejo Internacional de Coo­
rrafos añadidos por Ed. Le Roy, de acuer­ peración Intelectual). Es de esperar que
do con Bergson. El texto correspondiente la publicación de dichos textos (núme­
a Le Roy es dado en las notas. ros 129, 130, 136, 137, 139, 141) recuerde
El tomo m trae otra serie de cartas im­ a la opinión mundial el papel importante
portantes: a H. Hi:iffding (118) , a Loisy que jugó el C. I. C. I. como precursor di­
(120), a L. Brunschvicg sobre Spinoza recto de la UNEsco, la cual heredó toda la
(148), a V. Jankélévitch (151), al P. Ro­ obra de dicho Consejo, sin que los méri­
meyer (154), a Fl. Delattre (157), a J. tos ni de este último ni de su creador
Chevalier (160), al P. Sertillanges (164), hayan jamás sido reconocidos públicamen­
y, finalmente (167, último texto de te, por la "heredera".
Bergson publicado, en 1939) a Halévy Pensamos que esta sola enumeración de
en recuerdo a Ch. Péguy. Esta sola enu­ los textos más importantes de Ecrits et
meración revela la cortesía del filósofo, y Paroles pone de relieve los méritos de di­
recuerda que este último tenía cuidado cha publicación, por la cual hay que agra­
de corregir, si era necesario, las presenta­ decer hondamente a la Sra. Mossé-Bastide.
ciones que otros hicieron de sus ideas
que muchas de estas cartas traen impor­
tantes precisiones de su pensamiento. En
cuanto a la última carta (sobre Péguy),
es a la vez un fervoroso y emocionante Como lo indicamos, el volumen Berg­
homenaje al que, muy originalmente, fue son et Nous reproduce, en orden alfabé­
su discípulo, como también a Francia y tico, las comunicaciones hechas en el Con­
a su misión cultural; es también en esta greso "Bergson", en París (1959). No se
carta donde habla de Cristo como el "que puede pensar en resumir un volumen de
asumió los pecados y los sufrimientos de esta naturaleza, puesto que hay no me­
todo el género humano". Los textos pro­ nos de 72 comunicaciones. Aunque es­
piamente filosóficos son más raros: 128, te número no signifique nada en sí, in­
"Observaciones sobre la teoría de la re­ dica al menos el interés que muchos pen­
latividad" (en la Soc. franc. de filos.; sadores actuales, y de los más grandes, y
165, mensaje al "Congreso Descartes" (de en los más diversos campos de la activi­
1937), y algunas reseñas de obras de filo­ dad intelectual, siguen teniendo en Berg­
sofía o de psicología. son, a pesar de que ciertos adictos a una
manera unilateral de "escribir filosofía",
El mayor interés del tomo m reside en
piensen que el filósofo Bergson no tiene
textos que muestran la gran diversidad nada más que decir a los hombres de
de las preocupaciones del filósofo: 122, nuestro tiempo y que el título mismo
"Discurso de recepción a la Academia del Congreso es equivocado (v. Revue
Francesa"; informe sobre "los estudios clá­ Philosophique de Louvain, en agosto
sicos y la reforma de la enseñanza" (132); 1959, pp. 438-442). Tales apreciaciones

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Notas bibliográficas / Revista de Filosofía

apasionadas nada prueban y a lo sumo mente universal, tanto geográficamente


perjudican la causa misma que pretenden como respecto a los diversos campos de la
servir. actividad intelectual y científica.
El volumen reúne sólo las comunica­ Sin embargo, ¿se trataba sólo de un
ciones, en orden alfabético de los auto­ congreso de "historia de las ideas", como
res, sin las discusiones a las cuales estas lo pretende el crítico aludido? (v. Revue
últimas han dado lugar en los diversos Philos. de Louvain, NQ cit. p. 438) . La
círculos del congreso (que consistió esen­ razón principal que da el mismo críti­
cialmente en las discusiones). Como es co es que de las 72 comunicaciones pocas
imposible resumir todo o indicar todos intentan una comparación del bergsonis­
los títulos, limitémonos a los más sobre­ mo con la fenomenología o el existencia­
salientes: Eliane Amado-Lévy-Valensi: lismo. Evidentemente, si uno piensa, dog­
"Bergson et le Mal. Y a-t-il un pessimis­ máticamente, que hoy día no hay otra
me bergsonien?" - Ch. Baudouin: "Epi­ filsofía o antropología posible que estas
méthée et Prométhée. Recherche d'un dé­ dos corrientes, quizás tendría razón. Pero
nominateur commun entre les diverses bi­ Bergson pensaba precisamente que el dog­
polarités bergsoniennes". - G. Bénézé: matismo podría ser superado... Por otra
"Bergson et la mémoire-image". - D. Ant. parte no se trata en filosofía, tanto de
a
Cardone: "Ce que je dois Bergson". - J. cantidad como de cualidad. Pero resulta
a
Chaix-Ruy: "Bergson parvient-il éliminer que hay tres comunicaciones que tratan
toute référence au néant?". - Aug. Etche­ directamente de las relaciones existentes
verry: "La durée bergsonienne", - P. Gre­ entre el bergsonismo y el pensamiento
net: "Racines bergsoniennes de 1 "exis­ contemporáneo, y que parecen bastante
tencialisme". - L. Husson: "La portée importantes por su contenido. Una, de
lointaine de la psychologie bergsonien­ Paul Grenet, habla explícitamente de las
ne". - R. Ingarden (amigo de Husserl): "raíces bergsonianas del existencialismo";
"L'intuition bergsonienne et le probleme otra, de Bernard Delfgaauw, muestra la
phénoménologique de la constitution". - casi-coincidencia de los dos pensamientos
G. lsaye: "Bergson et Teilhard de Char­ en tres problemas antropológicos funda­
din". - Eug. Minkoswki: "La pure durée mentales: el de la "elección", del libre
et la durée vécue". - R. M. Bastide: "La albedrío, el de la unidad del tiempo, y
théorie bergsonienne de la connaissance et el de la afectividad. Pero la más impor­
ses rapports avec la philosophie de Plo­ tante, por su contenido como por la per­
tin". - Ladislas Tatarkiewicz: "L'esthéti­ sonalidad del autor, parece ser la de Ro­
que de Bergson et l'art de son temps". - mán Ingarden, antiguo discípulo y amigo
Edgar Wolff: "Mémoire et durée". de Husserl, cuyo título es: "L'intuition
Al lector de habla castellana interese­ bergsonienne et le probleme phénoméno­
rán, además, las siguientes comunicacio­ logique de la constitution". Sin negar las
nes: M. Cruz Hernández: "Bergson et diferencias de los dos pensadores en su
Unamuno". - Al. Guy: "José Vasconcelos concepción de la intuición, o sobre todo
et Bergson". - M. Th. Maiorana: "Berg­ en las consecuencias de la intuición, In­
son et les penseurs ibéro-américains". - garden muestra su profunda coinciden­
Juan Zaragueta: "La liberté dans la phi­ cia con la intuición del tiempo o de la
losophie d'Henri Bergson". "duración pura". Ingarden, que se con­
Estos últimos títulos, como también la sidera como continuador de Husserl, no
gran· diversidad de los otros, nos indican vacila en llamar a las dos filosofías alu­
que la influencia de Bergson ha sido real- didas "las únicas verdaderamente origina-

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Revista de Filosofía J Notas bibliográficas

les del siglo xx" -¡gran homenaje de un sobre la evolución del pensamiento con­
fenomenólogo para Bergsonl-, y afirma temporáneo" en general; G. Le Roy ha­
que la misma realidad, la de la concien­ ce la confrontación, positiva en gran par­
cia y la del tiempo "vivido", nos ha sido te, entre "el pensamiento bergsoniano y
revelada, tanto por Bergson como por el cristianismo". Además hay dos comu­
Husserl, "en una visión impresionante nicaciones que comparan el bergsonismo
y quizás decisiva para nosotros, discípu­ con un científico y pensador contemporá­
los de esos dos grandes filósofos" (p. neo, que en su filosofía se inspiró segura­
165) . Esta confesión de uno de los con· mente en Bergson, sin confesarlo, el P.
tinuadores de Husserl nos parece mucho Teilhard de Chardin (R. P. G. Isaye:
más importante que cualquier crítica. En "Bergson et Teilhard de Chardin"; Mad.
cuanto a la epistemología diferente que Madaule-Bartbélémy: "Introduction a la
los dos filósofos extraen de una intui­ méthode chez Bergson et Teilhard de
ción original semejante, resulta permiti­ Chardin").
do pensar, aun después de transcurrido es­ o se puede alargar demasiado este
te medio siglo, que cabe preferir la so­ rápido análisis de las comunicaciones al
lución de Bergson, que niega su valor Congreso Bergson, análisis que, necesaria­
metafísico a la mayoría de las nociones mente, se limita casi a una enumeración
meramente conceptuales, por tener un de los títulos más importantes. Indique­
fin esencialmente práctico -a la de mos todavía que se tratan también los te­
Husserl, que afirma, sin más y sin una mas de la "fabulación" y del "impulso
auténtica crítica, la validez de dichas no­ vital"; de "lo social y la naturaleza"; de
ciones, fundadas en una "racionalidad la "conexión entre libertad y vocación"
del ser" supuesta, pero no demostrada... en la filosofía bergsoniana; de "el presen­
Una filosofía manifiesta su grandeza no te, suplemento de alma"; de la doctrina
sólo por sus tesis propiamente metafísi­ del "heroísmo moral"; de la concepción
cas, sino por la visión total que nos da bergsoniana de Dios y de la relación en·
del mundo. Muchas de las comunicacio­ tre "la duración de Dios y la imprevisibi­
nes del congreso muestran que la visión lidad de los actos libres" según Bergson.
bergsoniana del mundo sigue siendo va­ Aunque el enfoque de dichos problemas
liosa, en sus más diversos aspectos. Nota­ sea generalmente diferente del de la feno­
mos ya, por los títulos respectivos, la in­ menología existencialista, y quizás menos
fluencia del pensamiento de Bergson so­ psicológico y más metafísico, no se pue­
bre la psicología moderna. Un físico, Mi­ de negar, nos parece, que todas estas cues­
li<; Capek, indica la coincidencia profun­ tiones poseen interés, por ser cuestiones
da entre la concepción bergsoniana de la eternas para el hombre. Vale decir que la
materia y el "espíritu de la física con­ antropología bergsoniana -porque el
temporánea". Dice textualmente que "el pensamiento bergsoniano es esencialmen­
carácter general de la filosofía bergsonia­ te antropológico- sigue siendo sumamen-
na de la materia, la cual en el tiempo de te actual.
Materia y Memoria parecía tan hereje y Terminemos con unas reflexiones sobre
tan paradójica, puede ser justamente lla­ las dos comunicaciones que tratan de uno
mada profética a la luz de la física del de los problemas centrales de la antropo·
siglo xx". Otro nos habla de la "actua­ logía bergsoniana, como de cualquier ver­
lidad de la estética bergsoniana" (Fabre­ dadera antropología: el de Dios. La pri­
Luce de Gruson). P. H. Lechat analiza mera es del R. P. de Tonquédec, crítico
lo que llama la "influencia de Bergson bien conocido y severo de Bergson, lo que

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Notas bibliográficas J Revista de Filosofía

le valió, hace ya unos 50 años, dos famo­ Respecto a la concepción bergsoniana


sas cartas del filósofo. Era de esperar que del misticismo, de Tonquédec manifiesta
el Rev. Padre aprovecharía estos 50 años la misma incapacidad de comprensión.
para tratar de comprender un poco mejor Primero reprocha a Bergson no haber dis­
el pensamiento del pensador judío, que tinguido las esferas de lo "natural" y de
murió casi católico. Desgraciadamente hay lo "sobrenatural". Pero parece olvidar que
que constatar, en las observaciones del P. se trata de una distinción meramente teo­
de Tonquédec, la misma incomprensión lógica, que se puede perfectamente apli·
fundamental que antaño, casi las mismas car aun a la concepción bergsoniana.
objecciones. En cuanto a la noción de Bergson también sabe y reconoce que el
Dios bergsoniana, le objeta principalmen­ estado místico supremo es el de sumisión
te que es dinámica, en lugar de la estáti­ total a Dios, estado en el cual el místico
ca de Platón y de Aristóteles, la cual, se­ es a la vez de cierta manera "pasivo" o
gún el Rev. Padre, estaría codificada por receptivo, lo que da lugar los "dones
las definiciones de la Iglesia. gratuitos" de Dios, y sumamente activo.
Aquí se trata evidentemente de opcio· Por otra parte no se puede negar la con­
nes metafísicas fundamentales. Si uno ad­ tinuidad que existe entre la vida religio­
mite, con la tradición griega, que cual­ sa "corriente", que no es puramente so­
quier actividad y cualquier movimiento brenatural, y la vida mística. Esta conti­
son, por sí mismos, signos de imperfec­ nuidad se puede verificar tanto en los
ción, el crítico tiene sin duda razón. Pero místicos cristianos, como en los no-cristia­
la noción bergsoniana se basa precisamen­ nos,. que alcanzan a grados de unión con
te en una metafísica diferente, metafísica Dios muy alto; dicha continuidad es ad­
que, a base de las conclusiones de la físi­ mitida hasta por teólogos católicos.
ca, de la biología y de la psicología mo­ Por último, a nuestro entender, es pre­
dernas, considera el movimiento en sí cisamente Bergson quien permite expre­
mismo como una perfección, como el fon­ sar, en el plano filosófico, la diferencia
do de cualquier realidad, como una ex­ profunda que existe entre el misticismo
presión de fuerza, de energía y de po· cristiano y los no-cristianos. A este res­
der. En ese sentido la metafísica bergso­ pecto la afirmación de Tonquédec que
niana es la expresión misma de la expe·
"Bergson déplace l'axe de la mystique: il
riencia y de la vida del hombre moderno,
le transfere de la contemplation a .l'ac­
que no puede creer ya con los griegos,
tion" nos parece simplemente incompren­
que la actividad, manifestación de ener­
gía, sea en sí una imperfección. Si las sible y denota a la vez una incapacidad
criaturas son imperfectas, ello proviene total de comprender la esencia del misti­
simplemente de que su movimiento y su cismo cristiano, que, de hecho, es acción,
energía son limitados, pero no del mo­ en sus estadios supremos.
vimiento mismo. Se puede concebir, por La última comunicación, cuyo autor,
consiguiente, a Dios como la perfección Daniel Zwiebel, menos conocido -es pro·
del movi�iento, lo que no es más contra· fesor de liceo en Verdun-, denota una
dietario que concebirlo como reposo ab­ comprensión más profunda de la "teo­
soluto. Esto lo sabía Nicolás de Cusa, logía natural" bergsoniana. Su título es:
uno de los pensadores más "modernos" "Durée de Dieu et imprévisibilité des ac­
de fines de la Edad Media, y que no só­ tes libres chez Bergson". Este autor se da
lo era católico bien ortodoxo, sino Car­ cuenta cabal de que la noción bergsonia­
denal de la Iglesia Romana. na de Dios está ligada a su concepción

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Revista de Filosofía / Notas bibliográfica-s

del acto libre y del tiempo -metafísica temente, la del Dios de la Sagrada Escri­
esencialmente antigriega, en cuanto las tura.
teologías cristianas existentes son depen­ Después de todo esto, ¿hay todavía una
dientes de la metafísica griega. Puede ser relación posible entre el pensamiento
que su concepción de una cierta tempora­ bergsoniano y el hombre contemporáneo?
lidad en Dios mismo, como también de la Acaso ya hemos contestado a esta pre­
imprevisibilidad de los actos creadores de gunta. Para decirlo más claramente, otra
Dios, siendo actos sumamente libres, sea vez: pensamos que Bergson es el metafí­
un tanto audaz. Pero es la consecuencia sico mayor del siglo xx, si no es quizás
lógica de la noción bergsoniana del acto el único.
libre, y no nos parece incompatible con
la noción cristiana de Dios, o sea, eviden- EDUARDO KINNEN

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